lunes, 4 de julio de 2016

El GaraGe, Una Asociación Grande


La Asociación Cultural Amigos del Tango El GaraGe, que brinca sobradamente de los doscientos socios, tal vez seamos unos 250 ó más en estos momentos, lleva gestionando sus actividades, desde hace ya diecinueve años, con gran éxito. Sigue siendo una de las Asociaciones de referencia en España, no sólo por ser de las más veteranas, sino por mantener el espíritu de ser casa común de los tangueros de Zaragoza y punto de encuentro semanal con sus milongas dominicales; y adquiere gran relevancia las épocas del año en que saca el Tango a la calle – en la Plaza José Sinués, detrás del Teatro Principal – en el centro de la ciudad, también desde hace casi 19 años con un seguimiento de público y de aficionados que ha conseguido hacerse referencia dentro de los movimientos asociacionistas de la Ciudad sin necesidad de recurrir a ningún tipo de subvenciones públicas. Y por lo tanto, su autonomía e identidad asociativo es ejemplo de auto-gestión por sus propios socios, que con sus actividades en la calle alegran el ambiente urbano de la ciudad.
El formato de El GaraGe permite una gestión integral de las emociones de los participantes en sus actividades. Si ya de por sí el baile es una actividad extremadamente terapéutica – como así lo señalaron en artículos al efecto dos de sus socios, matrimonio de Doctores en esas cosas de las neuronas, que han tenido gran responsabilidad en el ambiente sanitario de nuestra Ciudad dirigiendo los Servicios de Neurología de uno de los Hospitales más importantes de nuestra ciudad  - la esposa fue la primera mujer Jefe de Servicio de Departamento en España, lo que tiene un mérito muy destacable en un mundo copado por hombres – el formato de El GaraGe es excepcional para amortiguar divergencias, rivalidades o puntos de vista encontrados; tan propios de un grupo tan numeroso de personas conviviendo durante casi dos décadas; y ello, ya de por sí, es muy meritorio. Sirva como ejemplo un pequeño pero aparatoso conflicto surgido recientemente.
Se elige nueva Junta hace pocos meses y en ella se integran socios sin realizarse ningún tipo de filtro, el criterio empleado por la candidata a presidir la Asociación no fue otro que el de las ganas de trabajar por la Asociación. Así se agruparon los miembros de la nueva Junta. Al poco tiempo surgen diferencias en la gestión, y tres de sus miembros acaban por dimitir por estas discrepancias. Han vivido estas diferencias de criterio, los discrepantes, con gran intensidad, hasta el punto de exteriorizarlo en el Facebook de la entidad, intentado exponer sus motivos a los socios. La Junta, siguiendo el mismo criterio inicial, ha incorporado tres nuevos miembros que se prestan, con la generosidad requerida y necesaria, a participar con sus opiniones y trabajo en las tareas de gestión de la Asociación; y para ello se convocó una Asamblea extraordinaria con un único punto en el orden del día relativo a la incorporación de estos tres nuevos miembros. Y dejan el debate sobre la dimisión de los tres miembros anteriores para la Asamblea Ordinaria anual, que suelen ser muy animadas en cuanto a opiniones, críticas y reproches – y lo es así desde que existe la Asociación.
Al concluir el punto, los tres miembros dimisionarios pedían, reiteradamente, tomar la palabra para explicarse. Existía en ellos mucha emoción contenida, mucho disgusto acumulado y unas profundas ganas de explicar a los presentes su visión del problema que les llevó a dimitir y a mandar mensajes en el Facebook. La Junta les recordaba que la Asamblea extraordinaria sólo contenía un punto y que podrían realizar todas esas observaciones en la ordinaria anual. Los miembros de la Junta también se sentían contrariados, disgustados y ofendidos.
Sin embargo, la Presidenta consideró, sin que hubiera presión alguna de la Asamblea en ese sentido – pues los socios respetaban el criterio de gestión del conflicto de la Junta – darles voz, probablemente en atención y sensibilidad a las emociones contenidas por los dimisionarios – y ello fue acertado. Se explicaron, dejaron que sus emociones fluyeran y la Junta les contestó con rigurosidad, mostrando los evidentes excesos en mensajes realizados por algunos de los dimisionarios. No reconocimos, creo que nadie, mala intención en ellos, sino más un ”calentamiento” motivado por diferencias de criterio. Diferencias de criterio que son propios de cualquier grupo numeroso, pero que no deben de ser fundamentales dentro de los miembros de una Junta, pues la finalidad de esta es la gestión hábil de las actividades propias de la Asociación.
Quedó el ambiente enrarecido por ello, pero Milagro; a continuación comenzaba la Milonga Dominical; y la DJ del domingo sabía, no sé si intuitivamente o no, cómo gestionar esa circunstancia de malestar, no sonaron tangos, sino los ritmos alegres que suelen ser el preludio del comienzo de la milonga dominical. Eureka, todo se diluyó para quien quiso no hacer un drama de algo tan cotidiano como una divergencia de opiniones.
Es evidente que las diferencias de opiniones forman parte de nuestras sociedades y están admitidas. Los discrepantes aún tienen la opción de ver cuantos piensan como ellos y formar una candidatura para un próximo relevo de Junta, cuando toque.

El ambiente se tornó alegre y todos, socios discrepantes, rivales, y mediopensionistas, bailaron toda la tarde del domingo. Esa es la grandeza del GaraGe: Al final, pase lo que pase, y fuera lo que fuera, TODOS A BAILAR.


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