Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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miércoles, 4 de enero de 2017

Los Reyes Magos

   Dar un sentido a la vida que sirva de guía para todas las personas y todas las culturas parece tarea difícil y complicada. Y, sin embargo, aparentemente necesaria pues parece que la condición humana es la misma en todas las partes del mundo, ya que los rasgos esencialmente comunes a todos los seres humanos que habitamos el planeta (como lo son el tener la servidumbre de pasar por la experiencia de la gestación, el nacimiento, la respiración y nutrición, el desarrollo orgánico y el crecimiento, la experiencia de la familia y la sociedad, los efectos de la enfermedad y la muerte, la capacidad de reflexionar sobre todo ello teniendo conciencia de nuestras vidas limitadas y, a la vez, la posibilidad de formular una idea simbólica o científica del universo que nos rodea - y del que formamos parte) hace posible concebir el proyecto de establecer una comunión de ideas e itinerarios que, si fueran comunes a todas las personas del planeta, harían una realidad la vida en paz entre todos los seres humanos - hombres y mujeres - y entre todas las culturas y gobiernos del mundo.
 Es posible que, aunque empíricamente pudiéramos demostrar que es posible conseguir este objetivo mundial, en la práctica las dificultades, para hacerlo real, son tan numerosas que nos hacen presentir esta idea como inalcanzable e imposible. Incluso como si de un delirio se tratara. Y, sin embargo, ahí está la ONU con un proyecto que tiene multitud de líneas de actuación en esa misma dirección, por lo que podríamos concebir que ese delirio idealista de estructurar un proyecto para la humanidad que sea capaz de responder simultáneamente a las necesidades de las distintas sociedades y culturas - que componen la sociedad mundial - y, a la vez, la singularidad de cada individuo, señalando ese itinerario versátil que sirva de referencia a todos y cada uno, sería, en alguna medida, posible.
    A bote pronto, son varios los obstáculos que nos inhiben, a cualquiera que quisiéramos intentar un objetivo como este. El primero de ellos sería el concepto de singularidad con que todos y cada uno percibimos nuestras propias vidas, generándose, así, una especie de burbuja llena de ideas y acontecimientos que vivimos como una particularidad individual y subjetiva que es seña de nuestra identidad. Con el tiempo esa burbuja tiende a trascender y nos posibilita ver la sociedad en la que vivimos como parte de nosotros mismos, y nuestra identidad singular tiende a ceder, pues se empieza a tener la intuición de que las diferencias entre personas son mas circunstanciales que reales. Ello contribuye a apoyar la idea de que todos, tal vez, seamos la misma persona, o ser, pero afectada por condiciones accidentales ((el rol social, la cultura circundante, las afecciones que condicionan la formación de nuestro propio ser: Orgánicas referidas a nuestro propio cuerpo - que determinan la calidad y actividad de nuestros órganos y vísceras que pueden limitar nuestra capacidades físicas, intelectuales y nutricionales, determinando la salud. Culturales, religiosas y científicas - que ponen los límites al campo de las ideas y conceptos que nos es permitido usar. Políticas - que subordinan la singularidad de los individuos a objetivos sociales de gran envergadura. El Progreso Social - que determina la dirección de la humanidad, y que aún por el hecho de ser orientados científicamente no estamos exentos de errores como de aciertos. Y todos ellos sometidos a las prioridades que rigen nuestro ser de naturaleza animal. Y que dan lugar a rivalidades y competición para satisfacernos. Incluso ser superiores a quienes nos circundan - con el fin de tener mejores condiciones de vida y oportunidades que los demás, en todos los factores que determinan y señalan la calidad de vida: bienestar material y bienestar espiritual. Y en cuya competición, por ese bienestar y supremacía, también se genera y añaden sufrimientos nuevos a los ya existentes en la propia condición biológica de nuestro ser animal, que hacen harto difícil concebir una sociedad presente o futura que se desarrolle en Paz plena y prosperidad para todos)). Aún así, el delirio colectivo en Occidente, y para toda persona de buena fe, no es otro que el de la creencia, y sobre todo la necesidad, de que el mundo alcance un estado de equilibrio donde la paz sea una realidad tangible y universal, y la competición, que tanto se vincula con el progreso, no encierre, en sí misma, el juego en el que todo vale para sobrevivir o para eliminar o subyugar a los rivales.
   En pos de esa utopía se generan normas y leyes que pretenden regular las actividades económicas y arbitrar soluciones y pactos pacíficos ante los conflictos. Y, aún así, siempre tenemos ocasión de ver cómo se producen excesos y abusos más o menos puntuales o generalizados que nos recuerdan lo difícil y casi imposible de conseguir que ese objetivo pacificador universal se concreten en la realidad cotidiana de manera permanente e inmutable.
    Por otro lado, el ser humano está sometido a un proceso de relevo generacional cuya expresión más general es la renovación de ideas y perspectivas que aparecen como una síntesis de una doble experiencia de los jóvenes: la de la vida familiar y social; unida a los conocimientos facilitados por los Estados (colegios, institutos, universidades) y la concepción de la idea de la política e ideales. Este relevo, que presenta grandes ventajas, también trae otras desventajas pues en alguna medida representa un ''reseteo'' de la sociedad olvidando gran parte de la experiencia vital de la historia social vivida por padres y abuelos, por lo que el concepto de renovación es casi pleno y representa una oportunidad, nueva y real, de la sociedad para superar conflictos y adversidades históricas. En esa misma línea de renovación generacional, que refuerza esa idea del "reseteo", se encuentra la desaparición de las generaciones veteranas y en consecuencia el fallecimiento de las personas mayores contribuye a la renovación de las oportunidades de las nuevas generaciones para formular perspectivas diferentes y diferenciadas de sus antecesores, construyendo una nueva experiencia social. Y como hilo, o cordel de Ariana, que permite establecer cierta coherencia entre el pasado y el futuro de las generaciones, se haya la historia oficial de cada país, que dota a las naciones de singularidad e identidad particular; y las vivencias familiares que hacen posible el enlace con un pasado más o menos difuso y un presente que tiende a proyectarse hacia un futuro renovado mediante una estructura de vínculos sentimentales que, por lo común y hasta ahora, difícilmente irá más allá de la generación precedente (padres y abuelos) contemporánea (hermanos primos y amigos) y posterior (hijos sobrinos o nietos). Aunque es posible que los avances técnicos - que comenzaron popularizando la fotografía y luego con los vídeos familiares - contribuyen a crear una historia gráfica más cercana y tal vez más fiel a la realidad histórica familiar; aunque la historia, siempre como ya ha sucedido en el pasado con las naciones, estará sometida a un juicio analítico muy marcados por los afectos, como es natural, y la realidad más objetiva sólo se puede alcanzar con la mirada que el conocimiento y la experiencia vital pueden otorgar mediante la profunda reflexión que acepte plenamente la naturaleza de la condición humana. Y para ello suele ser necesario una experiencia personal despojada, con los años, de prejuicios y auto engaños, o la visión de generaciones postreras cuyos afectos e intereses inmediatos no perturben el análisis de los recursos que la tecnología será capaz de poner a su alcance. En ese momento será posible una generalización de las líneas históricas de cada familia. Y será posible con más facilidad establecer un vínculo vital con el pasado de manera más clara y certera. Y posiblemente en ello dé lugar a que las personas puedan acceder a una mayor relativización de su propia singularidad, posibilitando más y mejor la idea de una pertenencia histórica a la sociedad. Y si se ha dejado también documentos escritos sobre el pensamiento de antepasados (como trabajos profesionales, reflexiones, novelas u otras formas de expresión de la personalidad singular de cada miembro del pasado familiar) tal vez las nuevas generaciones, después de acceder a esos documentos, puedan entender y comprender que ciertos circunstancias personales, o rasgos de carácter, o de pensamiento, que esas nuevas generaciones viven como situaciones singulares propias de sí mismos y de difícil explicación, ya fueron vividas en el pasado por otros miembros familiares; y que alguno de ellos pudo dar con la definición o motivo de ello, o pudieran, en observando ello en el pasado familiar, hallar respuestas que no encontraban, haciendo posible una mejor comprensión de las vidas de sus antepasados y por lo tanto de las suyas mismas también.
   
   Por otro lado, podríamos decir que la sociedad ostenta, cómo tal sociedad y como individuos que la componen, un conjunto de creencias y fes que dan cierto sentido a la vida individual de cada persona y, también, como sociedad. Ese "sentido de la vida" ya esté anclado en la existencia de una inteligencia providencial (todopoderosa divinidad que rige todo el universo conocido y desconocido) o basada en la fe de la ciencia (que cree que las leyes que rigen el universo nacen de la naturaleza del mismo y no están sujetas inteligencia superior alguna siendo el universo un elemento físico-químico que se puede predecir si se conoce sus propias leyes) es un fenómeno - el de poner la fe en algo - de la propia vida. Y que trasciende la propia vida (si se es religioso) teniendo un fin más allá de lo visible, medibles y entendible, o un simple accidente fortuito (si se pone la fe en la ciencia actual) que sigue las reglas animales por excelencia (dominación, supervivencia, lucha) a pesar de estar dotados de inteligencia cognitiva. Y, (o por ello mismo) sólo dulcificado por la cultura - que sería una especie de cumbre, de supremacía que ocupa la humanidad dentro de esa cima del mundo animal sobre el que se enseñorea. Una cúspide reservada elegidos donde el refinamiento es símbolo de aún mayor inteligencia y disfrute de la misma inteligencia. Y siendo todos perecederos, y mortales, sin más alma que la inteligencia que parece desaparecer con la muerte del ser en el que habita, cuando llega la muerte. No existiendo, en esta visión por tanto, proyecto divino alguno para el ser humano y solo salvándose del olvido si se es capaz de entrar en la historia de la humanidad por algún hecho relevante.
  En este entorno de fes, el objetivo de la sociedad y sus gobiernos no sería otro que preservarse a sí misma dándose el mejor estado de bienestar posible en cada circunstancia histórica. Y llegado el momento de rivalidades y competitividad, ser capaces de sacrificar la parte necesaria de la sociedad para preservar la propia sociedad (su cultura, símbolos, tradiciones y singularidad). Este objetivo se percibe como real y efectivo, sea, o no, atea, gnóstica o religiosa la sociedad en la que se vive; por lo que lo prioritario siempre será preservar y defender nuestra sociedad.
      A nivel de individuo la religiosidad, o tal vez mejor dicho la fe, es el único instrumento capaz de transformar las propias vidas singulares y la social. Creer que el destino de las personas y sociedades puede ser mejor del que es, hace, por si mismo, que empiece a ser mejor el destino social y el individual. Y ello, en sí mismo, no deja de ser un hecho cuasi milagroso.
      Sin Fe no se concibe la posibilidad de vida. Todo ser humano precisa creer en algo (en que habrá otro día, en que ciertas rutinas seguirán produciéndose...). Si es la fe en una previsibilidad positiva, podríamos decir que creemos en un futuro cada vez mejor; e inversamente si la previsibilidad es negativa.
      Sí la creencia es que la vida acaba con la muerte y nada más hay, la perspectiva vital se vuelve hacia la Historia de las sociedades (ya sean familiares o nacionales) de manera adversa.
     Si la creencia es que la vida va más allá de la muerte - y perdura la consciencia y la inteligencia dentro de un alma inmortal - el objetivo esencial será liberarse de las apariencias circunstanciales de la naturaleza material de nuestras vidas, para evolucionar y mejorar (según las creencias religiosas que se sostengan) dentro de un concepto supramaterialista que va más allá de lo que hoy entendemos por vida desde el punto de vista científico - y que trasciende todo aquello que percibimos desde el mundo de los sentidos como única Verdad - tocable y palpable - y que es complementado en otra esfera superior, que todo lo engloba, y que es la verdadera Verdad.
     
         La vida social parece jerárquizarse en razón de buscar, en primer lugar, su supervivencia; por lo que el primer objetivo es el orden dentro de la sociedad. Y para ello una jerarquía de normas y de personas que las aplican - quedando los valores y creencias humanas en lugar secundario, supeditados a reforzar este objetivo; aunque sean para muchas personas muy esenciales los conceptos religiosos o supra-materialistas.
       Ordenar la vida de la sociedad es prioritario para asegurar su estabilidad y perduración en el tiempo. Y a ello ayuda a la ciencia - incluso despojada de la vertiente espiritual - que se presiente tan potente y determinante, no solo en las vidas individuales sino de la propia sociedad.
        Así como la ciencia concibe como previsible la evolución del Universo, gracias a la observación de éste y el descubrimiento en él de leyes y procesos que se pueden predecir; análogamente, se puede predecir la evolución de las sociedades humanas en razón de las leyes económicas, de crecimiento o climáticas, que la rigen. Por ello, análogamente a la capacidad de predecir el futuro del Universo y de la Humanidad - en la medida en que mejor conocemos esos fenómenos y leyes que la rigen - también, en consecuencia o ante-secuencia, siempre se pudo y puede predecir por los signos de la naturaleza (plantas, vegetación, aspecto del cielo...) el tiempo atmosférico con mucha antelación - otra cosa es el acierto pleno en las predicciones, pero ello en cualquier ámbito de la vida humana pues es bien sabido que el conocimiento previo de un hecho predecible induce a la modificación del mismo - porque si es posible influir en el futuro cuando lo percibimos anticipadamente (y ello es muy común hacerlo, si se puede) como lo sería saber que unos recursos se van a agotar pues ello puede llevar a agotar los más deprisa o a relentizar su consumo o a buscar nuevas fuentes que lo sustituyan.
      Si aceptáramos que el Universo y Ser Humano son, en cierta medida, la misma cosa, podríamos entender o aceptar que los fenómenos del Universo afectan a la vida del Ser Humano como lo hace el clima - y si estudiando el clima se puede deducir cuál será el área más fértil en un año determinado también se podía deducir, por la observación del cielo la llegada al mundo de un hecho extraordinario que fuera capaz de hacer posible el delirio de Paz y Prosperidad para siempre en la tierra (El Reino de Dios, la Nueva Jerusalén).
     Ciertos hombres, Magos eruditos de los cielos y las estrellas, fueron capaces de anticipar un fenómeno celestial que se podría concretar en un área determinada en la Tierra, y en un ser humano. No hay que despreciar, a mi juicio, la idea de la literalidad en la Biblia por varias razones: la primera porque la formación de la vida en la Tierra responde, tal como la conocemos desde la perspectiva científica actual, a la existencia del Sol - un astro gaseoso incandescente carente de vida según la ciencia actual - por lo que la influencia de planetas y estrellas cercanas sobre la vida también sería un hecho, aunque no conozcamos las leyes que rigen esas influencias, aún, desde la ciencia. Y, de la misma manera que una conjunción puede crear debilidades y vulnerabilidades en los seres vivos también pudieran crear fortalezas y capacidades más destacadas - al menos lo suficientemente destacadas - como para influir en las sociedades de manera trascendente (Ello pasó en  el pasado, por ejemplo con Sócrates, al que el adivino griego aconsejó a su padre no perturbar su educación y dejar investigar por su cuenta al hijo, pues así sería un hombre muy singular y especial. Ello, este hecho adivinatorio, no nos perturba al leer las biografías de sabios del pasado, pero en el presente estamos tan imbuidos en la era científica, que desechamos cualquier otra fuente de certezas, por el hecho de no ser posible ejercerlas por cualquiera - pues se precisa de cierta capacidad, o don, que no todos cultivan o creen en él, aunque todos lo usen inconscientemente sus vidas cotidianas).

      Jesús, que puede transforma el mundo, es localizado por los propios Magos, guiados por una estrella, y le rinden homenaje la noche del 5 al 6 de enero. Todo ello puede leerse o interpretarse de una manera simbólica. Como si de un mensaje críptico se tratara. Para ello aprovecharé la coincidencia de fechas que en este 2017 se produce con el hecho de la Natividad de Cristo.
      Jesús nace en el portal la noche del sábado al domingo (día 24 al 25  de diciembre), es decir: cuando concluye un ciclo semanal y se inicia otro. O dicho de otra manera: entre el sábado, símbolo del descanso (del nada que hacer, del todo hecho, de la contemplación de la obra, del descanso del corazón)  Y el primer día de la semana: Domingo (día de DIOS, día del Sol, día del principio de la vida, día del inicio de un nuevo ciclo).  Los Magos ven a Jesús la noche del jueves al viernes (del 5 al 6 de enero). El jueves símbolo de júpiter, la fuerza, y Viernes símbolo de Venus, el Amor. Es decir: cuando la Fuerza cede al poder del Amor. Y le ofrecen al niño Dios Oro  (símbolo del Sol y la vida) Incienso (símbolo del fuego interior que todo lo purifica, del honor) y Mirra (símbolo de mercurio, la ciencia y el conocimiento). Los tres Magos simbolizan loa tres continentes y sus tres razas (Europa, Asia y África), es decir, el mundo entero. Y también los tres meses de invierno hasta llegar la primavera y, con ella, la resurrección de la vida. Aunque para los sumerios fueron 12 Magos (que simbolizarían los.doce meses del año).  Al no existir un número concreto reconocido de Magos, se podría afirmar que los Sabios actuaban como un solo cuerpo compartiendo saberes, conocimientos, experiencias y objetivos, por lo que la representación de tres Reyes podría significar que la barba (símbolo de conocimiento y experiencia) blanca representara Asia llevando Oro (situado el Rey en el centro del trío  representa el corazón entregando Oro)  la barba negra representara a occidente, (y situado en la derecha del trío representa la mano derecha dando incienso (Honor). Y la tez negra con barba es Africa dando Mirra (que representa el sacrificio). Al desvelar los Magos su propósito a Heródes dan lugar a la matanza del 28 de diciembre, Miércoles (que representa la resistencia que opone la inteligencia organizada a cualquier cambio y cuyas consecuencias, de esa resistencia, pueden ser devastadoras).

     Es curioso que los 7 días simbolizados  (los de la semana) pudieran representar a la vez las etapas de la humanidad y la vital de cualquier persona; que llegando a un momento dado de su vida cesa en el ejercicio del Poder para usar la facultad del Amor.  Y al final sólo contempla la vida sin poder hacer apenas nada más que contemplar la magnífica obra que por doquier le rodea y dar gracias por poder observarla (para algunas culturas las gracias se debían de dar a los padres - el cuarto mandamiento).
   En esta noche de Reyes (jueves 5 de enero), cuando el uso de la Fuerza va cesando para dar paso al Amor (viernes 6 de enero) os deseo, a todos los que leáis estas líneas, y que sea el Amor quien consiga, a la definitiva, guiar vuestros corazones. Ya que el Amor no es otra cosa que la más sublime, sutil y alta Inteligencia a la que los seres humanos pueden acceder. Y ello, tal vez por ello mismo, sea la única prueba existente en este mundo de la inteligencia Suprema que todo lo hace posible.
    Que Dios nos bendiga a todos.
    Ámén.

Nota: se lo dedico a mis hijos (y a su madre) a mis hermanos y sobrinos, a mis tíos y primos, a mis padres y abuelos, y aquellos que me acogieron y ampararon en los momentos más difíciles (gracias Nati y Luis Javier) y a aquellos que fueron mis amigos en algún momento - aún os conservo en mi memoria y siempre me acompañaran en el pensamiento. Os deseo a todos que los Reyes Magos iluminen permanentemente vuestros corazones. Y que el Cielo os bendiga, y a todos nos bendiga.
Ámén.