Un Año de
Miseria Vergonzosa
(Cumpleaños incluido).
Papá: “Pon
Orden” – “en clase”
Así mandaba
la Víctima un nuevo mensaje a su padre: “Pon Orden” – “en clase”.
El Orden, ir
ordenando las cosas, permite ir verificando – no solo las cosas – sino si las personas se hallan en el “lugar”
“debido”.
La
experiencia demuestra que Ordenar las cosas – en cualquier ámbito – puede llegar a ser un acto que se pudiera
considerar, a veces, “revolucionario”, o “revelador” (del que a la postre, se muestra necesario que fuera preciso que “alguien
“avalara”) pues el verdadero ordenamiento, es el que es beneficioso para la
gente común y parece que suele ser conveniente que se vaya construyendo desde
las necesidades observadas desde “abajo hacia arriba”; cuando más se precisa que
el orden vaya ascendiendo, más se va comprendiendo que la tarea de ordenar no
está exenta de valor y cierto riesgo.
Al iniciar un
proceso de ordenamiento “podemos percibir” “qué, o quién, ocupa cada lugar, e
incluso “porqué” y qué consecuencias produce en cualquier ámbito.
Ordenar es
por tanto una tarea que permite “esclarecer la realidad”; además, aumenta la
“accesibilidad” – en un contexto de cualquier naturaleza - sin
necesidad o precisar de complejos conocimientos o maneras o formas complejas de
interpretación.
Es decir, un
buen orden resulta sencillo y lógico de comprender – es lo que se llamaría “un orden intuitivo” que permite la
“accesibilidad” facilmente (aunque
detrás se hallare un “complejo” sistema técnico o tecnológico que el usuario no
tiene porqué entender y comprender; puesto que el objetivo es facilitar acceso).
Es lo que
llamaríamos, en el plano de ciudadano respecto del Estado, una “Administración
Positivamente Previsible y por consiguiente “Fácilmente Accesible” – porque ha pensado en todos los ciudadanos y
en sus circunstancias de manera “previsiblemente positiva”.
El Orden
implica una prelación (a veces basta con
que sea una prelación temporal, reflejada en una escala de tiempo) y, en
consecuencia, cuando se trata del destino de las personas, esa prelación
temporal – como factor de orden – pudiera
establecer, incluso, la veracidad, o no, de los “relatos” sostenidos en el
tiempo, que “de facto” han determinado, o vienen determinando, el devenir de una
persona – en este caso el devenir del
hijo-Víctima – o el de varias personas o grupo de personas en lo que fuera
“legitimas aspiraciones”.
Bastaría con
percibir y constatar las primeras situaciones de “opacidad”, “oscuridad”, o
“confusión”, (debidas a “mentiras”,
“falsas o erróneas o perjudiciales indicaciones” e incluso abiertamente falsedades)
que
no se pudieran atribuir a errores o momentos de especial sufrimiento – para
localizar a la persona, o personas, que “han mentido” y con ello excluir o
condicionar “en mucho” la credibilidad de sus relatos o la bondad de los
mismos.
(Aún así, hay quien afirma que mentir no está
prohibido por la Constitución y que la violencia extrema es útil, en la medida
de que su ausencia puede beneficiar a una minoría que aprovecha la ausencia de
violencia para manifestarse, expresarse y actuar).
Es sabido que
la “verdad” la debe buscar cada cual pero también es sabido que en cuestiones
que afectan a las personas se “construyen relatos” “ad hoc” según los intereses
que se sostuvieran - por cada cual - con
la intención de hacerlos prevalecer en busca de “un objetivo concreto a
conseguir”.
Los relatos
son la parte fundamental en cualquier “circunstancia social o humana” para
inclinarnos sobre lo que consideramos un proceder justo o no.
Por lo
general nadie está libre de errores – la
vida es un aprendizaje cuya ley Natural es la de “prueba error” que determinar el
proceder ante la exploración de cualquier “camino nuevo” para una persona e
incluso en el desarrollo de la “Vida en nuestro propio Paneta” – por lo
cual, el “sentido común” – cuando
promueve y defiende los derechos fundamentales positivos en cada Ser Humano -
ya suele prever cuando un trayecto, o proceder, se ve “errado o viciado” de
partida.
La dificultad, común, es que “todo el mundo” se deba considerar “perfecto” en sus juicios – más a ciertos niveles de responsabilidades – por lo que “asumir errores”, por lo general, nadie lo acepta.
Constatar que se ha errado puede ser un acto reservado a la intimidad; y persistir en los mismos procederes “suele ser habitual”, llevando a reincidencias. Ahí pueden aparecen los “relatos” para ocultar “errores”; pues con esos relatos se puede llegar a crear mucha confusión – a persona, personas o grupos sociales, que así se ven perjudicados.
Por ello pide
“Orden” el hijo-Víctima, porque el ordenamiento muestra, o mostrarían, quien o
quienes están creando confusión, oscuridad, opacidad…
Quien pide
orden en una situación de penuria extrema - resultado
de un maltrato extremo continuado, - busca la esperanza de un trayecto hacia una “verdad” que le ponga en su
verdadero lugar; que le restituya en su legitimidad - sostuvo la buena fe y la reflexión, que terminó siendo inconveniente
para quien fuera que fuere.
“Los hechos
no poseen la propiedad conmutativa” y ello es una “realidad intuida” por
aquellos que siempre - por una razón u
otra - pretenden esa opacidad y oscuridad; y sus relatos suelen partir
desde “el momento” donde les place
(hay, incluso, quien fabrica o promueven
conflictos e incluso ponen los medios para “ser ofendidos” y de ello constituir
un punto de partida desde el cual “crear artificialmente” una “legitimidad
beligerante” – cargándose, así, de razones. Son argucias empleadas en todos los ámbitos que se deseen observar
cuya finalidad no es abordar problemas sino generar conflictos artificiales que
otorgan una posición de víctima al propio personaje conflictivo, que a la
postre es el verdadero agresor).
En política
internacional tenemos de ello abundantes ejemplos de “incidentes” “provocados”
para iniciar una tragedia. Pero también de ello hay ejemplos en lo cotidiano
del “día a día”.
Son las estrategias
de confusión las que, por lo general, en alguna manera, realmente perjudica
inocentes o víctimas; y suelen darse y ponerse en práctica porque de ello se obtiene
ventaja y o dominio.
Por eso este
blog tiene el encabezado de Ortega y Gasset al respecto de los “hechos” y la “necesidad
de reflexionar a sola sobre ellos” – porque
al reflexionar a solas entraríamos en el espacio del “logos” y el logos es como
la ley que gobierna el Orden Universal que hace posible el conocimiento; siendo
su allegado más cercano el “Sentido Común”.
(aún así, siendo que los relatos “ad hoc” están construidos para “ganarse” el beneficio del “sentido común” de los demás, siempre es preciso “quedarse a solas” – porque todo el el mundo parece jugar al mismo juego de mentir/engañar e ir de víctima).
Una cuestión
es “llevarse bien” con la sociedad y otra bien diferente amar la verdad o la
justicia
(que es la frase que se atribuye a Ramón y
Cajal – que recientemente le da nombre a una Avenida de esta ciudad – y que se
dice que decía:
¿No tiene Vd. enemigos?
¿Es que nunca amó la justicia o la verdad?
(habría que recordar que el popular personaje, como otros muchos, para prosperar, hubo de traspasar la fronteras de Estados/Nación “llenos de perfección y personas perfectas”, como suele ser lo común, incluso hoy en día).
Acercarse a
la “Verdad” es iniciar un “Proceso de Ordenación y reflexión”; y en ese proceso
se acaba mostrando quién o quienes bloquean el “acceso a la verdad” y, a la
postre, cuáles son sus intereses o motivos para mantener “estados de confusión
u oscuridad”
(en cada caso suele responder a una razón
particular, que por lo general tiene que ver o con el honor, o con el dominio,
o con el poder – pero que en el fondo tendría que ver con todo ello a la vez).
No hay que olvidar de que “en los estados de confusión” siempre hay víctimas inocentes.
Suele ser
común que las personas “conflictivas” les gusten crear confusión y en sus
razones “legitimar la mentira, la falsedad y la violencia” porque en ese
ambiente, y contexto, han aprendido a desenvolverse con éxito. Pero desde que
existiera la capacidad de Ordenar, esas capacidades de oscurecer se hallan cada
vez más comprometidas
(por eso se apela, o consiente, la violencia
de toda naturaleza o signo, para evitar, sobre todo, que las víctimas puedan
establecer su orden, u ordenamiento vital – que resultaría en esperanza para
librarse de entornos conflictivos, o sencillamente señalar a los realmente
conflictivos).
Como dijera Franco Battiato en una de sus canciones: “Detrás de cualquier violencia el Mal existe” (por mucho que se disfrace, quien la ejerce, la justifica o le resulta útil, es que algún Mal oculta o sostiene).
El problema tal
vez se halle en que apenas se “ama la verdad” y, o, por el contrario se odia, o
se teme, por lo cual el ordenamiento de “hechos y circunstancias” es “aparente”
y a veces se muestra complejo e inaccesible - e incluso, en ocasiones, se muestra un orden contrario a lo que se
entiende por Ordenar las “cosas”,
(a veces, se justifica un orden sobre-venidamente creando más confusión; trasladando “la apariencia” de que para entenderlo hay que poseer complejos conocimientos al alcance de solo una “minoría selecta” – de lo confuso que se muestra o argumenta -, cuando en realidad “el orden y ordenamiento” es un concepto sencillo al alance de cualquiera con un mínimo de experiencia y valores).
Cuando ordenar las cosas lleva implícito, o de manera expresa, violentar y castigar a un “inocente”, entonces, por mucho que se pretenda argumentar “haber seguido un orden”, solo se consigue manifestar “una inercia” que puede llegar al absurdo – si no fuera por las graves consecuencias que suelen recaer sobre inocentes Víctimas. Tal vez, en ello, hubiera que buscar “razones de Estado” para entender el porqué se asegura “estar dentro del Convenio de New York” cuando es manifiestamente visible que no se está dentro de los valores que hicieran posible esa norma suscrita por multitud de países. De alguna manera recuerda la “Prohibición del uso de las Guerras” que da razón de ser a la ONU y toda la gama de triquiñuelas, argucias y provocaciones – con relatos falseados - destinadas a “saltarse dicha norma” en cualquier ámbito.
Probablemente
son los espacio de confort los que sostienen la actividad cotidiana de multitud
de personas - a las que solo parece
interesar “el momento” particular de cada uno de ellos - para “navegar”
ante una sociedad en la que ya se definiera, en el pasado reciente, como “multitud
dispuesta a ser dictadores” (es decir:
Personas dispuestas a “construir relatos ad hoc” para mantener o crear, su
ámbito de influencia, de poder o espacio de confort e incluso ampliarlo).
Lamentablemente, parece ser que: Conservar el propio espacio de confort es la postura más extendida o al menos constatable, donde los “valores” – que se dicen sostener - se diluyen y el “sentido común” acaba siendo un relato “bien construido” que apenas tiene que ver con los hechos y las verdaderas circunstancias – basta, para verificar estas circunstancias, con que, uno mismo, se toma la molestia de, sencillamente, establecer un orden temporal y luego quedarse a solas consigo mismo; que es lo que proponía Ortega como requisito para “ser científico”.
Estamos en
una sociedad de multitud de adultos dispuestos a la guerra o a la defensiva,
cuasi permanente (ya sea por su propio
espacio de confort o por la consecución de sus objetivos particulares); y
sabemos que la primera víctima en “cualquier guerra” es la verdad
(la verdad es patrimonio del vencedor o
vencedores de cualquier guerra – y los vencedores siempre lo son porque “siempre
fueron perfectos”; muestra de ello son sus relatos de perfección y victoria.
Otra cuestión bien diferente resulta, cuando esos mismos relatos son Ordenados y se reflexiona sobre todo ello, como propuso Ortega y Gasset en su conferencia de 1934).
Quien busca o
crea conflictos es como el que decide ir a la guerra: Piensa que fácilmente los
ganará – quien promueve un conflicto
grave, donde una víctima y familiar inocente, puede morir, sabe que lo ganará,
sencillamente porque si no, no iría a la guerra; poco o nada sabe de
resolver problemas – aplica directamente
sus propios criterios y normas, por lo general “sencillas” soluciones a
complejos problemas – y que no son soluciones iguales para todos, eso también
es sabido – por lo general se apela a
los prejuicios sociales establecidos, que para eso están – para cometer
injusticias.
Contexto de la Víctima:
A los dos
años, en la guardería recibiría un bofetón de la señorita. Al preguntarle a la
propia señorita, el “por qué” le pegara, no respondió – un montón de madres a coro, respondería: “Al mío pégale lo que haga
falta”. No recuerdo el nombre de la señorita pero el hijo-Víctima sí lo
recuerda perfectamente, como así el nombre de casi todas las personas que con
él se han relacionado desde la infancia.
(vaya memoria tiene, tal vez eso sea el
motivo del “conflicto” que se ha establecido sobre su persona). Hace treinta
años y más, ya estaba prohibido pegar en las aulas (1990), por lo que uno se
pregunta por el destino y las maneras de esa señorita, y qué tipo de madres y
profesores se han constituido en España, (porque
no hace mucho me narraron cómo un profesional de la enseñanza pegaba a su hijo
en público ante la sorpresa de otros compañeros y ni se ruborizó ni se
justificara – en este caso era un varón (no parece que las leyes sean para todos igual y hay quien se las salta olímpicamente y sin problema alguno).
En cualquier
caso, pegar a un niño, de dos años, no parece que tenga fundamento pedagógico
alguno - (¿O sí? Sigo abierto a
argumentos de toda clase, si se atreven a manifestarlos; porque tal vez hayamos
“concluido ciclo” y debamos “volver a empezar” de la manera más bruta posible
porque simplemente “nada se ha aprendido
realmente”).
A la salida
de la figura paterna del hogar, se iniciaría y se llevaría a cabo, el sistema
pedagógico de la figura parental materna a base de palizas, violencia extrema,
gritos que se oirían por todo el edificio – como
también se oirían los gritos y lloros de lamentos de los hijos – llevados a
cabo “calculadamente” por esta “profesional de la enseñanza”; que se
organizaría un argumentario para justificarse y trasladar la responsabilidad a
la figura parental masculina.
Se iniciarían
las palizas a los cinco años de edad del mayor, justo en la separación de los
progenitores, y sería detectada por el padre cuando los niños tuvieran unos 11
años.
Probablemente
la tardanza de los niños en bajar al coche del padre – cada fin de semana que le correspondían estar con el padre – tendría
una finalidad admonitoria, pues bajaban de uno en uno y se prolongaban las
esperas hasta en dos horas, que tardaba el mayor de los hijos, ahora hijo-víctima, en bajar al coche
del padre; probablemente, ya todos los hijos “advertidos” (en especial, al parecer el mayor) de que no dijeran “ni pío” de lo
que fuera que fuese que pudieran decir.
El citado
argumentario de la progenitora tendría éxito absoluto sobre los vecinos del
edificio, pues otro profesor que vivía en el mismo edificio “se lo tragó” e
incluso “hiciera amago” de buscar al padre e intentar agredirle mientras
bailaba en la plaza - y otra profe del
ámbito del baile “le para los pies” a dicho “descerebrado”, que el padre, en un
primer momento, no reconoció.
Consta la
denuncia de que los hijos sufrieran agresiones violentas cuando lo confesaran
al padre – una vez fuera a bajar el
sonido del programa de tv para niños y al pasar cerca del mayor, este se
cubriera la cabeza como para protegerse. Ese acto que “parecía cotidiano y
reflejo” llevaría al padre a interrogar a los hijos y precisamente quien inicia
la actuación contra el hermano (ya, hoy
en día, hijo-víctima sin paliativo alguno) confesara de plano: “la mama nos
pega mucho”. Y el padre cogería el teléfono y llamaría a la madre inmediatamente
y la recriminaría por ello, amenazándole con denunciarla – sin que la señora alentara nada en el interfono; cuestión que - después de consultar con una amiga y dos
semanas después con el psicoterapeuta - le desaconsejarían poner denuncia; señalando,
por un lado, que eso “rompería la relación familiar” y el psicoterapeuta
objetaría en que “se pondría la atención” en la manera de cómo pegaría esa
señora a los niños (si con la mano así, o
asá) y demostrar esa violencia sería difícil. Aún así en la denuncia
reflejó el hecho y la conversación con la madre. No hubo resultado encaminado a
proteger a los hijos ni advertir o poner límites a la figura parental materna;
ni siquiera un mínimo examen psicológico para evaluar someramente “impactos y
consecuencias”. Repitieron todos curso posteriormente – síntoma reconocido convencionalmente, por sí mismo, de que “algo no
anda bien” en el entorno familiar - pero ello solo es signo de “problemas
en casa” dependiendo de quién sean los hijos, parece ser.
La figura parental
materna, al conocer la denuncia y “esquivarla”, esperó unas dos semanas o tres
para decirle al padre: “Los niños no quieren ir contigo” – mientras el que inicia la actividad recientemente contra su hermano se
le oía decir: “Sí queremos ir con el papá”. Y a la vez se entrecortaba su
voz con lamentos, como lamentos de “si pellizcos o algo similar” se tratara.
Aún así, unos meses más tarde vinieran dos de los hermanos a visitar al padre a
casa – tal vez al año siguiente de no
verse con el padre, coincidiendo con la Cincomarzada en el parque junto al Ebro
– y a penas estuvieron un poco de tiempo donde la figura parental paterna les
preguntara por su hermano – “está con la
mama” dijeron casi a la vez los dos – y les diera un libro muy completo
sobre los sistemas de producción (forja,
fundición, altos hornos, electricidad, realización de croquis y planos,
herramientas…) con idea de motivarlos hacia los estudios de ingenierías.
Retornaría el
mayor (hijo-víctima) a contactar con el padre cuando tuvo los 17 años, en
proximidad a un Centro Deportivo cercano al barrio donde vivían los hijos con
la madre; y durante unos días el hijo mayor – ahora víctima – y el padre se verían y le entregaría el padre una
copia de su proyecto NBBC – Norma Básica
sobre Bienes de Consumo – en un CD, y otro día comentaron sobre ello. Lo
último fuera una llamada de este hijo diciendo que como iba bien en Matemáticas
y Física quería estudiar ingeniería para pilotar aviones.
Hará como
unos 11 ó 12 años aparecerían, otra vez, dos de los tres hermanos, después de
una llamada de uno de ellos para quedar el sábado o domingo siguiente.
Estuvieron desde las 17 h hasta las 22 h y cenaron en casa del padre – se comieron la cena sin levantar casi la cabeza
pegada a la comida del plato – al marcharse, el padre les preguntó por el
hermano y estos contestarían con evasivas; pero ya no repetirían visita a pesar
de que parecía haber intención en ello. Por entonces ya el mayor debiera haber
manifestado las consecuencias del trato recibido durante años; y además fuera
impulsado a salir con chicos mayores que él y dejar al margen a sus hermanos (hermanos que en compañía entre sí, de los
dos, tal vez pudieran asumir mejor el tipo de educación violentaría recibida)
y puede ser que animara la madre al mayor a ir con chicos mayores que él (separándose de sus hermanos) y fuera
posible estrategia de la madre para que supliera lo que evidentemente ya
hubiera de manifestación de carencia de la figura parental paterna.
Todo lo, así,
tan mal concebido, suele traer consecuencias previsibles, como así viene
sucediendo.
Hasta que
retomara, hará unos siete años, la relación del mayor con el padre, no se pudo
concebir la magnitud de la tragedia vivida por esos niños. El juez, en su día,
no actuó pero el relato del mayor era, punto por punto, de la magnitud
imaginada por el padre (tal vez más,
porque hasta que no se puso a escribir el hijo en el blog, no empezaría a
mostrarse lo que se supone parte de las vivencias y consecuencias de lo que
fuera la desatención vivida; ya en un momento determinado, un ingreso forzado
cuando escribiera sobre las charlas que un profe les diera en clase sobre
pedofilia, y pidiera los números de móviles a él mismo y sus compañeros; marcaría un punto y aparte; con tres semanas
de ingreso forzado – a raíz de discusión con el hermano “actuante” que le
retenía los enseres y ropas y le retaba a su vez a que le denunciara.
En mi “tierra
imaginaria”, que debe de ser “el país de nunca jamás” o el “reino de la bruja
blanca” o un “Camelot” imposible – porque
la realidad muestra todo lo contrario a lo que se dice sostener en la
Constitución y los Convenios Internacionales firmados por mi país - a esto,
que vive el hijo Víctima, se le llamaría sin paliativo alguno, “coacciones de
libro” (tanto de la figura parental
materna como luego por parte del hermano, como ya un funcionario público); pero el argumentario del “mundo real” pasaría
por “reclusión necesaria” – con cuatro
horas de testimonio en Urgencias, y un caos que organizaría dicho
funcionario/hermano y dicho juzgado con su decisión - y posteriormente, en
off, se apelaría a la necesidad de un pretendido examen médico, sin tratamiento
alguno y “comida de tarro” contra el padre. Que desembocaría en lo que
desembocó (incluyendo narración falsa y
falseada del hermano al respecto del incidente y que trasladaría al tribunal
como un “acto de fe” – una falsedad más y por escrito, parece no tener ni
consecuencias ni ir a ninguna parte; ¡¡¡son
ya tantas!!! incluso en documentos médicos para establecer un relato que
permita un ingreso e incluso datos relevantes y erróneos en sentencias y autos…
que suponen un “lucimiento” de todos los que están concursando en este asunto
- que motivaría “tener que mentir” al juzgado correspondiente en la fecha del
incidente ante la intervención del hermano (es
que, esto, no hay por dónde cogerlo). ¡¡¡Y todos son Universitarios y Funcionarios
de Carrera!!! (tal vez, la nueva Ley de
Educación pudiera remediar todo esto, aunque parece que no solo llega tarde,
sino que tendrá que hacer frente a inercias que parecen bien difíciles de detener).
Tan
afortunada ha sido la intervención de todos estas personas que, ahora se vive,
lo que se vive, por la víctima.
(supongo que todo esto forma parte y es
resultado de la pretendida excelencia de nuestro sistema Educativo/Universitario,
que se manifiesta en los profesionales del sistema Educativo, Asisitencial y
del entorno judicial; donde parece existir, o tolerarse de fondo, una sistema
de “selección natural” a base de palizas, violencias y luego más violencias
“orquestadas” por adultos muy bien formados; que seguro nos lleva a algún lugar
positivo a Todos, aunque no lo percibamos porque somos, en el fondo, todos ignorantes
y carentes de “propia luz”).
Seguro que se
pudiera objetar que este razonamiento es “de parte”, de la figura parental
paterna y que los hechos “no podrían, en ningún caso, respaldar tales
despropósitos, tal y como los señala “este señor” así afectado por lo que se
halla viviendo su hijo. (También hay
gente buena, de buena fe, y de ello constancia también; pero parece ser que
somos minoría, minoría y además tan prudente y reservada que apenas es visible).
Nada de esto
sería posible si las familias atendieran a los roles que les definen como
esenciales en toda cultura del orbe de esta Tierra, donde el apoyo a hijos y
sus miembros, el acompañamiento emocional, la protección física y moral, la
sintonía en sus anhelos y empatía en sus temores para superarlos ordenadamente,
formaría parte del proyecto familiar; pero parece resultar que ese tipo de
familias deben de ser, cada vez más, las menos porque no aparece con facilidad
familias que responda a esos criterios (y
el colmo suele ser que aparezcan favoritismos de una figura parental sobre uno
de los hijos por encima de los otros hijos – ya desde niños – por si la vida ya
no es difícil de por sí, una zancadilla temprana desde el propio hogar “nunca
viene mal”. Y más si se establece “un chivo expiatorio que de razón y
justificación de cualquier error propio “sin querer, cometido”. También hay un
dicho al respecto de esto: «La mejor cuña es la de la misma madera» o dicho en Román
Paladino: “Si alguien te ha de jorobar, de tu familia ha de ser”).
Dice un dicho
que aparece en Internet que: “A los amigos se les conoce en las dificultades; a
la esposa/marido/pareja se la conoce en la separación/divorcio; a los hermanos
en las herencias y a los hijos en la vejez” (a veces, el sentido común es desbordante en sabiduría)
“Un trayecto anunciado”
(ya se
percibe como “objetivo” ajeno y adverso sobre él mismo,
vislumbrado
por su propio protagonista: La Víctima)
la figura
parental materna inicia el proceso de amenazas y advertencias
Se “irían agotando” las puertas de “salida” para la víctima. A obstáculo
no superado un castigo, sin más; a cada iniciativa un nuevo “desalojo” en
cualquier espacio, u objeciones hasta el punto de hallarse donde se halla; en
cada trabajo encontrado, un nuevo obstáculo en casa (en cualquier manera que se conciba)
(el propósito de un objetivo
ya estaría en marcha y manifestado abiertamente con “amiga” de figura parental
materna en una playa en vacaciones – en presencia del hijo víctima - donde esa
“nueva amiga” le mostraría el resultado final y exitoso al que quería llegar la
figura parental materna: “un hijo babeante”, al que habían “dormido/dañado la
mente” para que ya no moleste más y se le pueda sacar de paseo cuando apetezca.
Después de seguirse la situación de la víctima y sus relatos, paso a
paso (y verificar, cada vez con mayor
sorpresa, que “todo tomaba forma de certidumbre”, se iba – ya sin duda, en
maneras y formas - en esa dirección que él mismo, como víctima, señalaba. Ya había referencias suficientes de que ello,
“la pesadilla”, era posible. Desde
Internet la víctima trasladaba casos paralelos, semejantes e incluso vídeos de
letrados “quejándose” que resultaban increíbles en nuestra España; a la vista, solo
quedaba al padre el único horizonte posible: defender a su hijo, la víctima,
“lo que se pudiera” en el ámbito jurídico.
En el año 2020 decidió la figura parental materna – rota ya la relación con la última novia
pareja del hijo víctima; tampoco la madre en ello fue ajena despreciando y
faltando al respeto a su hijo delante de la novia - ir “a degüello” contra
este hijo, sería el objetivo, desencadenando las acciones más determinantes
contra su víctima.
Un informe de ingreso, que permite dar crédito a un relato de ingreso,
sostuvo, como necesario para dar lugar a esa credibilidad, que uno de los
hermanos, la víctima y la madre vivían juntos – hecho falso, porque el actuante contra el hermano/víctima ya hacía
tiempo que vivía en otra casa (solo la víctima vivía con la madre). Lo que
se escribe en un informe médico como circunstancias, son las que hacen
referencia a acreditar el relato que llevará al ingreso forzado de la víctima.
Apenas diría la víctima nada de lo acontecido al padre hasta que
saliera de dicho ingreso - donde una de las premisas facultativas fuera
prohibirle llorar a la Víctima y que motivaría la intervención paterna para
cambio de facultativo. Nuevo facultativo que señalaría, ante la queja del
padre de que el entorno materno, poco antes ya de alta fijada para próximos
días, agobiaba nuevamente a la víctima para que inmediatamente buscara trabajo:
Lo que necesita es un
ambiente tranquilo para recuperarse, diría dicho facultativo. Y respuesta del ambiente materno
diametralmente opuesta.
El hijo marcha a un entorno rural – finca comprada por el padre para proyecto familiar que quedaría en el
entorno materno – en el cual, en medio de la pandemia, a las tres semanas
aparecería la figura materna para intentar expulsarlo por medio de intentar
“sacarlo de quicio” a base de gritos, violencias, amenazas e invitar al último novio
y por medio de excusas de faenas agrarias, saltarse el confinamiento y a su vez
hiciera causa común con la figura materna y conseguir crear un conflicto que
sirviera de pretexto para la expulsión.
Duraría meses ese tira y afloja, y al final lo expulsaría, aún en
pandemia. Si el hijo se iba de la finca rural, la madre también. “El caso, no
dejarlo a sol ni a sombra”. Así que le deja sin llaves de la finca rural, ni de
casa urbana y ello sirve de pretexto para el segundo ingreso. Donde las llaves
que porta el hijo/víctima (que son ya del
padre y que coge unas del llavero de casa de la madre para retornar a dormir
allí) desaparecen las llaves del padre durante el día del ingreso
nuevamente forzado por el entorno materno, incluso la madre dice no saber dónde
se hallan las llaves del padre que portaba la víctima el día del nuevo ingreso
forzado; hasta que, ya no pudiendo ocultarlo más, la madre confiesa tenerlas y
dice: “Se hará lo que se tenga que hacer con ello” y el hijo se las pide a la
madre delante del padre y ella, la madre, después de decir y tratarlo como un
enfermo: “Si tú no te acuerdas de nada”, da, de mala gana y humor las llaves de
casa del padre al hijo y este al padre.
Fue prohibida a la madre en visitar al hijo, porque el hijo no
prosperaba ni mejoraba en planta; y de ello fuera responsabilizada la víctima,
por el hermano que luego actuaría decisivamente contra la víctima en un ámbito
que conoce muy bien por ser profesional del mismo.
El entorno materno le afearía a la víctima vivir con el padre y, a su
vez, le prohibiría vivir con ninguno de ellos.
¿A dónde ir?
El condicionamiento, a base de coacciones
y amenazas sobre la víctima.
(decida
el lector, si esta situación es legítima y puede ser avalada, en alguna manera,
por el ámbito judicial, terapéutico o
asistencial)
Durante el tiempo que la víctima estuviera viviendo en la finca rural
familiar y a las tres semanas – viendo que la víctima sobrevivía y empezaba a
organizarse, se presentaría la figura parental materna; esta figura coaccionaría
al hijo, en un contexto de violencias verbales y amenazas inaguantables para
cualquier Ser Humano.
Se es figura parental
materna, (se quiera o no se quiera ser, porque la “propiedad de serlo” la
establece la persona que la toma y adquiere como tal referencia y no porque
ello implique una aceptación positiva del rol materno por parte de esta señora,
como se podría ver y convenir con evidencia palmaria).
La Doctora que llevaba al hijo en ese momento, después de hablar con
el padre - y este mostrarle la
conveniencia de que permaneciera en ese espacio amplio y con casa, vallado,
seguro y que le permitía estar consigo mismo y a la vez en comunicación diaria
por medio de videoconferencia en medio de un toque de queda y enclaustramiento
de la ciudadanía por el problema del Covid – conviniera la Dra. con el
padre sobre lo conveniente o adecuado de ese lugar dadas las especiales
circunstancias por las que pasaba la propia ciudadanía; y que un seguimiento
por parte de ambos progenitores completaría la buena marcha de ese hijo, y ella
misma le iría llamando de vez en cuando para ir comprobando la evolución.
Sin embargo, la figura parental materna pasó del interés del hijo y se
presentaría para echarlo del lugar, una vez constatara por internet que el hijo
hiciera un video y señalara que se hallaba a gusto, bien y se sentía dentro de
una etapa feliz – tal vez por el solo
hecho de estar alejado del ambiente conflictivo y carácter abrupto de la señora
madre.
Una de esas amenazas que esta figura parental materna hizo al hijo
víctima fuese: “No te cruces en mi
camino”.
La segunda amenaza de la figura parental materna, a la vista de que el
hijo/víctima seguía narrándole al padre lo vivido por él, fuera introducir el
término sicario y posterior e inmediatamente establecer en el
hijo/víctima la persuasión de que si seguía hablando con el padre – es decir: “Cruzándose en su camino”, el camino concebido por la figura
parental materna y que las narraciones del hijo al padre parecían obstaculizar
(¿?) – “al padre le pasaría algo”.
Es una persuasión que causaría
efecto fulminante y bloqueo en la víctima que a partir de entonces se hallaría
en la disyuntiva ir teniendo que
“digerir el solo” lo por él vivido, porque si lo cuenta “alguien” y en
especial su padre, podría salir mal parado.
Otro elemento que es recurrente en la figura parental materna es que
tiende, con facilidad, a establecer pensamientos
mágicos, pero ante tal evidencia – que
parece no pudiera controlar cuando piensa en voz alta cuando se presenta una
situación de incertidumbre - estableciera la figura parental materna siempre la misma estrategia de, primero,
generalizar como actitud “normalizada”: Es común y mucha gente tiene
pensamientos mágicos; por lo que si los pensamientos mágicos “los tienen muchas
personas y es común”, ella se halla dentro de la normalidad que representa la
multitud; y la segunda estrategia dimanante de la primera: Ante la evidencia de que es una manera
enfermiza de encarar situaciones, la figura parental materna establecía
un doble relato ante su víctima: El señalado de normalidad si es ella la que
muestra los signos de esa manera de pensar y, a su vez, acusar de este
proceso mental anómalo a quien “se cruce, o se pudiera cruzar en su camino”
(por lo que al primero que acusara de
poseer esta actividad fantasiosa fuera al padre y luego al hijo, pero nunca
confesarlos en ella; estableciendo así un criterio para conducirse y darse
seguridad en su propia conducta y vida.
A partir de entonces, cada vez que fuera descubierta en una actitud o
actividad mental anómala manifestaría que ello forma parte de la “normalidad”
por existir muchas personas que así procedieran y, a su vez, acusar a la
primera de cambio – y si es posible por
detrás y por la espalda - a quien esa verdadera anormalidad descubriera en
ella, acusándolo precisamente de padecer esa anormalidad a quien se da cuenta y
lo pudiera contar.
Lamentablemente la lectura
de la novela de Truman Capote “A sangre fría” otorgaría a la figura parental
materna cierto respaldo de normalidad; pues cometer un crimen puede
considerarse una “normalidad”, en base a que cualquiera pudiera llegar a cometerlo,
como dedujo después de leer esa novela; y ello lo manifestara, a su todavía no marido,
como cierto “alivio” personal – ¿quién sabe por qué?).
La psicóloga no creía posible la afirmación del hijo de que su madre
era capaz de crear una enfermedad o u trastorno mental a una persona – “tendría que tener mucho poder” respondió la
psicóloga al hijo - pues desde aquí decirle a esa señora psicóloga que, en
su “buena intención”, revise sus conocimientos, agudice su intelecto y saque
conclusiones; porque escribir un informe forense, más o menos profesional (sin dar cabida y reflejar las objeciones y
observaciones de la víctima), y luego desentenderse de un caso resulta un
trabajo ciertamente perfecto y cómodo (un
ámbito de confort realmente estable y seguro) como demostraron otros
“forenses” en sus estimaciones, que algunas resultarían extremadamente absurdas,
que abiertamente mostraban una influencia inaceptable y determinante del ámbito
familiar que iniciaba el proceso contra la víctima y que fue iniciado por ellos
y por dejarse influenciar.
(difícilmente se puede hablar siempre de imparcialidad en este ámbito
profesional, donde el prejuicio rutinario, guiado o “seducidos” por relatos falseados
por partes interesadas – causando efectos
tan devastadores, que se pudieran equiparar a la destrucción que pudiera causar
la inercia de un barco a la deriva que desplazara cien mil Tn, chocando contra
los muelles de un puerto arrasando todo a su paso - arruinando la vida de
una persona, por carecer de criterio propio y dar por supuesto situaciones que
no debieran darse sin comprobarlas con plena exactitud, y analizando
detenidamente el contexto de las partes implicadas y queriendo resolver una
situación que puede tener consecuencias nefastas - como las que estamos viendo en la actualidad en una víctima – todo
ello concretado y resumido en una primera y única entrevista de media hora o
tres cuartos, en medio vehicular de una pantalla de ordenador).
Aunque esta parte expuesta forma parte de un conjunto ínfimo del
relato de la víctima, resulta, sin embargo, bien significativa por lo determinante
que ha sido en el devenir del hijo/víctima y sus actuales circunstancias – a
demás del reproche que le hace el hijo/víctima a la figura parental materna en
el ambiente rural, (cuando desembarca la
figura parental materna para echar a la víctima del último espacio de referente
familiar desde su niñez, en medio de la pandemia de 2021) en el reproche
del hijo/víctima, ante lo sucedido en ese ingreso de enero, este le reprocha a
la figura parental materna su animadversión hacia él, siendo él su hijo, y
despegándose su madre del rol que se le supone a cualquier figura parental
materna: “Si me dijiste que no me tienes
miedo porque no me conoces” frase que acompañaba a otra que fuera de las
primeras frases dichas por esa figura parental materna en el primer “ingreso de
castigo” en enero de 2020: “Quien a
hierro mata a hierro muere”. Lo extraño es que en este contexto de acoso
extremo se admita del entorno familiar este tipo de actitudes beligerantes y la
influencia de sus relatos para determinar un ingreso forzoso vulnerando
derechos fundamentales, porque sencillamente se halla la víctima en un proceso
de acoso permanente, del cual, no sabemos donde debemos remontarnos para
mostrar que esta actividad familiar es o dolosa o enfermiza o ambas cosas a la
vez.
Pero simplemente es la
visión del hijo y su relato, que también siempre puede entenderse como “de
parte” y por tanto carente de valor aunque sea la víctima y se halle en las
circunstancias que ahora se halla.
¡¡¡Un Año ya !!!
(y
más confusión en el ambiente)
Resulta muy complejo “entender” cuales son o serían los parámetros por los cuales se han venido
“guiando” en este “asunto” que afecta a la víctima/hijo. Realmente resulta
“difícil concebir” que personas, que se supone poseen tanta preparación en sus
ramas profesionales no se hayan manifestado de manera “ordenada”,
“escrupulosa”… y se evidencie “falta de precisión”…
(cometiendo errores “de bulto”
que pueden señalar, simple y llanamente, precipitación o fiarse en extremo de
los argumentos de una parte interesada –
que va judicialmente contra las libertades básicas de una persona -, e
incluso se podría considerar falta de interés verdadero a la hora de reflejar
datos que debieran ser precisos - porque
que en esos datos concretos han querido “detenerse para señalarlos” en
documentos que son portadores de una gran gravedad trascendente para el devenir
de una persona concreta” - si los
han reflejado será porque de alguna
manera “serían relevantes” en ese momento concreto y fuera conveniente, por el
motivo que fuera el que fuere, se decidiera “entretenerse en manifestarlos en una sentencia o en un informe
forense e, inesperadamente, errando en ese cometido; pues de ser datos “superficiales e intranscendentes” - como
seguro ahora estarían tentados en así manifestarse - cabe preguntarse ¿para qué
“perderían el tiempo en reflejarlos” si acabarán o acabarían por señalarlos
irrelevantes? Y sin embargo, se puede conjeturar que al reflejarlos habrán
“cumplido un papel en ese momento determinado”
sobre el cual, se puede dudar, que nadie vuelva a entretenerse en revisarlos y
rectificarlos – a la postre, cabe señalar
que parecieron datos que son sustituidos modificados “a gusto” de lo que se
pretende o intuye como conveniente en un momento determinado – sugeridos por
“alguien” que no podemos determinar - y acaban reflejados en informes médicos,
forenses o en una sentencia que nadie pondrá en duda posteriormente a no ser
que una situación inesperada, o giro del destino, lleve a investigar y exponer
abiertamente lo que aquí se expone e incluso llegar a afirmar que existiera
“error judicial de libro” por una concatenación de errores consecutivos desde
otros ámbitos que participan y son permeables a la tesis de los demandantes sin
verificarla mínimamente.
(No sería la primera vez que
esto se da. La Historia está llena de documentos redactadas “ad hoc” e incluso “sobre
la marcha” para “salvar las apariencias” y posibles o evidentes “errores”; y
que podría ser consecuencia de “no permitir” entrar o exponer “a nadie” las evidencias
que saltaran a primera vista, y tampoco permitir llegar al origen y fondo del
asunto del asunto que afectara a la víctima. Todo se acaba embrollando según el
“trayecto” que se le quiera dar a un caso concreto “negando, obstaculizando y a
la definitiva prohibiendo exponer” las evidencias “evidentes” que hablarían de “delitos” cometidos sobre la víctima).
Se halla en juego “la vida de una persona maltratada, en extremo,
desde la infancia” en múltiples ámbitos que se quieran observar y que por un
motivo “indeterminado”, u otro, se halla permitido llegar hasta este momento – después de un año de penurias extremas e
incluso agresiones violentas con robos; para más inri, amenazas judiciales por
no acudir como testigo, cuando él era la víctima de la agresión y robo (que afortunadamente se pudieron salvar) porque,
sencillamente, “nadie se pone” en el lugar de la víctima;
(probablemente porque no es “víctima” de
“naturaleza mediática”, “digna” de asistencia proactiva, solidaridad, empatía y
actitud positivamente protectora y orientadora – que era precisamente lo que la víctima quisiera encontrar cuando
decidiera iniciar el viaje hace un año, cuando la figura materna, mediante
“engaños” le hiciera ir al terreno rural, del que le había echado unos meses
antes, para decirle que había gente “conocida” e ingenuamente pensara la
víctima en oportunidad para “ser feliz” el día de su cumpleaños, y por el
contrario se marcharan los que hubiera al llegar él y apareciera la madre y con
ella y la conversación que fuere que tuviere, e iniciar la marcha y el viaje la
víctima en busca de familia “famosa, relevante” que, sin duda, le “aconsejaría”
y encaminaría”; nada de ello que fuera sugerido fuera real ni cierto. Ni en
nada positivo se concretara en favor de esta víctima.
Nadie ha realizado un seguimiento positivo para interesarse por sus
circunstancias, con apoyo decidido y desinteresado – por el contrario, fuere todo lo contrario y en ello se apeló a los
que conocieran y trabajaran con ese ámbito social/racial para que mediaran;
porque en ese ámbito se conocen y hay relaciones y puntos de contacto en todo
el país para evitar que se “empeñaran en seguirle y robarle” una vez que
detectaron su vulnerabilidad y persistir en ello sin complejo alguno
aprovechando la “oportunidad” que se presentaba ante una persona en extremo
vulnerable: la víctima – lo que para nada habla bien de ese entorno racial que
para sí reclama respeto y consideración social. Por ello se apeló al
entorno denunciante y tolerante o avalador de la “Operación de Castigo” mediante “Denegación de Auxilio” porque ese mismo entorno siempre trabajó
con esa comunidad étnica y tuvo a gala “ser muy respetado” en su condición
profesional de docente.
(cuestión esencial para entender porqué la figura parental materna le
dice al hijo/víctima que la “figura parental paterna “no sabe mandar”; porque
no es cierto que ello se debiera al ejemplo que le puso al hijo la pretendida
madre sobre regar las plantas de la terraza del piso conyugal, que la madre,
por pura ratería, se negara a comprar una regadera y hubiera que hacer multitud
de viajes a la cocina con medios inadecuados para regar macetas; sino por el
contrario, siendo en el parque cercano a casa donde “la señora” viendo a unos
niños de unos 8 ó 9 ó 10 años de esa etnia señalada, pretendiera que su pareja
– aún no casados – se levantara y les
llamara la atención porque estaban en corro y arranando hierbas mientras
hablaban y el ahora padre le dijera que no estaba de servicio y que fuera
inconveniente llamarles la atención, e insistiría la madre y en ello, al fin se
levantara y les dijera que no arrancaran hierba, haciendo los niños caso omiso,
y juntándose gente que les reprochara también a los niños, sin éxito,
apareciera la ahora madre diciendo: “Conozco a vuestros padres, dejad de
arrancar la hierba” siendo ello frase fulminante que obedecieron sin rechistar.
Ahí se halla el origen de la afirmación de la madre ante el hijo, de que su
padre no sabe mandar aunque nunca viera la madre a su pareja y luego padre
trabajar en activo ni desarrollar su trabajo en horario profesional.
(pero esa afirmación ante el hijo de la figura parental materna
llevaría a la figura parental paterna a “atar cabos” y recordar los momentos de
“duda” que recayeran sobre la persona de la “aun no madre ni esposa” que así
“vendiera” a su compañero – pretendidamente
trasladando un documento privado y
reservado por entonces -, corriendo posteriormente “el riesgo” – ya con hijos – de cesar en su “graciosa”
“comisión de servicios” y ser mandada a “recorrer pueblos”, pues “alguien
hubiera revisado el asunto” o simplemente hubiera sido “pillada en mentiras o
contradicciones o renuncio” y se debatían en qué hacer con el personaje.
Todo lo que fuera prestar apoyo al hijo en estado de víctima, sería
propio de una Condición Humana Solidaria; pero no habiendo “recompensa
mediática” no parece “merecer la pena” un esfuerzo de esa naturaleza, que sin
duda pasaría desapercibido e incluso, en ocasiones, posiblemente censurado. No
hay que olvidar que el “desamparo” y el maltrato extremo vivido, acabaría por
transformarse en lo que parece una “técnica” “consensuada” de “Denegación de
Auxilio” – aparentemente
“avalado” por el entorno profesional y judicial, y también promovido y
provocado por el mismo entorno materno que inicia el proceso contra este
hijo/víctima.
(cabría recordar que,
recientemente, en un documental de tv, se señalaría que “los primeros médicos
psiquiatras del pasado” pondrían nombre de “trastorno mental” a la tendencia de
los esclavos norteamericanos de huir de las plantaciones donde trabajan
forzosamente de esclavos). Esto
de la psiquiatría como grupo profesional, no hay por donde cogerlo,
sencillamente porque “tienen la sartén por el mango” y, o se hacen como ellos
dicen, o simplemente “la lían” de tal manera y por medio de tales procederes y
técnicas, que llevan al sacrificio de inocentes, para “escarmiento y aviso”,
por intentar modificar sus métodos mediante una ley. (como siempre que aparece un grupo social con poderes especiales, apelan
a posiciones y acciones extremas, de un signo u otro, sobre pacientes, y nunca
términos medios, para conservar el poder adquirido frente a terceros que pueden
considerarlo excesivo y de métodos y medios extremos).
No han faltado en este caso ninguno de los “recursos más adversos” que
pueden utilizarse y argumentarse como “legítimos” contra una persona de la que “nadie
se ha molestado en saber, realmente, qué
ha vivido” junto a esa figura parental materna que tan feliz y satisfecha de sí
misma se presenta y muestra en las redes sociales, a pesar de las
circunstancias que está pasando su pretendido hijo.
Todo el mundo “se halla de vacaciones”, por lo que los asuntos se
quedan paralizados con independencia del punto donde se hallan quedado y fuera
lo que fuere que le afectara o pudiera
afectar de manera gravosa, en que le pudiera afectar a la víctima (porque no hablamos de una cuestión
sobrevenida, sino de una situación que se muestra “empantanada”).
Literalmente “empantanada”.
El término parece adecuado, a tenor de lo vivido.
Basta imaginar un pantano o una ciénaga o un manglar – que parecen sinónimos de terreno laberíntico
y empantanado de obstáculos que desorientan – en un día claro y luminoso,
donde se ve el camino de la “salida” (Exit, de Éxito en español) al alcance del
hijo víctima y, sin embargo, es como si se hubiese permitido que llegara no
solo la tarde, sino ya la noche cerrada y sin Luna para que “nadie vea o
atisbe” una salida clara y sin riesgos para la víctima, e incluso no se pudiera
acceder al rescate, porque “el fango”, “la noche”, “la maleza” disuadieran a
cualquiera ni siquiera intentarlo.
El empantanamiento no viene ni llega “porque sí”; pues si salvándose la dificultad de los primeros
prejuicios - ya “con mejor visión” – “poder ver” y “verificar” en “qué
escenario realmente ha vivido la víctima” se hubiera podido trazar el camino de
“rescate/salida” y el “trayecto” para su recuperación” – sobre todo después de
conocerse el “papel” que cada “protagonista” venía desarrollando sobre la
víctima pudiendo despejar de maleza la “visión” y “ver” dónde se halla
realmente la víctima, sus circunstancias y comprendiendo fácilmente “el porqué
de su trayecto”.
Sin embargo, desde un primer momento, la “confusión” presidió el
trayecto de todos los participantes – salvo
los que pretendieran que fuere este trayecto el de la víctima y no otro – determinando
el futuro inmediato de la víctima - estimulando
las decisiones de las víctima desde el propio entorno materno que las venía
sugiriendo (“nos vamos de vacaciones”; tu padre no se las puede permitir)
aunque ya estuviera la víctima en otro ámbito de hogar por haber sido expulsado
precisamente de su ámbito materno. Una gestión del entorno materno,
“medida” entre coacción - al no
devolverle sus cosas - y a su vez “hacerle ver” “lo que se pierde” al no
estar cerca del entorno materno - porque
ese mismo entorno lo ha expulsado. Alguien puede imaginar una situación tan
retorcida y a su vez asumida como normalidad por el entorno que debiera
esclarecer la situación, por el bien de un futuro normalizado para la propia
víctima.
Hablamos de confusión; y la confusión, en principio, desde un punto de
vista positivo, debiera concebirse como accidente propio de todo acercamiento a
un caso nuevo; pero no se puede concebir como “itinerario” permanente o
perpetuo.
Si la confusión se prolonga “estaríamos hablando” o tal vez debiéramos concebir que existe,
existiera, el deseo y/o propósito de que tal confusión se “estableciera”. Si la confusión es
propiciada, o en ella participa la Administración, estaríamos hablando – “de
facto”- de un propósito de ocultar u obstaculizar (lo que quiera que fuere que fuese lo que se quisiera ocultar u
obstaculizar); y en términos prácticos (de
“estar por casa”) esa manera de actuar sería propia de “mentir”. Porque
quien genera o promueve la confusión “sí que conoce y sabe” lo que quiere
ocultar/tapar u obstaculizar. Para tapar, ocultar u obstaculizar, tarde o
temprano se hace preciso mentir. Por ello, ocultar u obstaculizar o tapar
tiende a ser sinónimo de mentir.
Nota 1:
Al venir de donde viene esa perspectiva, se podría entender que parte
de la Administración – concebida como un
engranaje formado por personas – pudiera asumir que la confusión es precisa
o útil para ocultar, tapar u obstaculizar. En ese sentido estaríamos ante “una
práctica habitual” en determinadas circunstancias e “incluso muy útil” para “un
fin concreto y determinado”. Lo que a la postre implicaría “tener que mentir”
para “seguir ocultando” lo que fuese que fuera preciso ocultar (generando así mayor confusión) pues si
fuera o fuese la Administración quien “acabara mintiendo” – en esos escenarios de confusión – “en
cualquiera de sus ramas” entonces podríamos preguntarnos: ¿Qué referencia
sólida pudiera quedar a los ciudadanos ante cualquier atropello, violencia – de cualquier naturaleza – si quien
“debiera dar fe” de sus propios actos y sus procedimientos – regulados por ley – “pueden mentir” en
nombre o representación de la Administración?
En ese caso, “la Previsibilidad Positiva de la Administración” no
existiría, o existiese, por lo cual no estaría al servicio de “todos” los
ciudadanos – tal vez solo al servicio de
unos pocos y de sus intereses particulares – fueran, o fuesen, esos intereses, de la naturaleza que fuera que
quisieran que fuesen, en todo lo transversal que pudieran llegar a ser o
concebirse. Por lo que no podría considerarse la Administración imparcial –
imparcial significa decantarse hacia lo
justo como parte del bien común y la rectitud de conducta que posee valores a
preservar y que son intemporales y no sujetos a moda o a tendencia o influencia
o persuasión arbitraria o interesada; por
lo que la imparcialidad actuaría como una virtud que porta valores y que
requiere de valor, incluso personal, para ejercerla – por el contrario, en
el caso de que la Administración fuese permeable a los intereses de unas
minorías particulares – y ello le llevara
a “mentir” o generar confusión - la cualidad de la Administración estaría dentro
del concepto de “neutralidad” en vez de imparcialidad; porque la neutralidad
implica temor y miedo, que tiende a la paralización y/o confusión, hasta que se
resuelve en una dirección concreta acorde a unos intereses concretos.
En sí mismo la confusión es caos y tinieblas que suelen resolverse
estableciendo un orden natural en base a objetivos legítimos por poseer valores
reconocibles y reconocidos transversalmente por la propia sociedad a la que
debe servir la propia Administración y también se pueden evaluar y reconocer internacionalmente
– evaluándose rasgos de la Administración
y determinando el grado de transparencia en su gestión – transparencia es un término antagónico al de
confusión – y la percepción ciudadana de la corrupción existente en su
propia Administración – corrupción que se
entiende como falta o carencia de valores propios de una Administración para
ser considerada imparcial y sujeta a sus propias normas y Constitución; así
pues, el orden y la prelación de los valores en ese orden, por sí mismo “iría
señalando” de donde viene o emana y quien promueve las tinieblas e incluso
porqué.
Existe también un refrán popular al respecto de las ventajas que
representan el des-orden y quienes de ello se benefician: “A río revuelto,
ganancia de pescadores”.
Se supone que “quienes mejor se mueven” en el criterio de “escenario
de confusión” son o “serían los que más peces pescan” y, a su vez, son los más
conscientes de que esas prácticas dentro del ámbito de la Administración serían
reprochables, pues la función de la Administración “no es pescar” (ni hallarse al servicio o ser instrumento de
intereses particulares) sino servir a los ciudadanos y al bien común por
medio de los valores que se reflejan en su actividad cotidiana y que se hallan
reglada y regulada por Ley; no pudiendo contradecir su actividad los valores que
sostiene la Constitución.
En caso contrario, estaríamos ante un escenario que seguro que tiene
un nombre, pero no es objetivo de este artículo.
Nota 2:
La Administración como fuente y estrategia de confusión para la
confusión.
(lo que van a leer en este apartado concreto es fiel reflejo que se
halla documentado de esa “estrategia” que, en determinados momentos, sigue la
Administración y en el caso concreto del hijo/víctima)
Vinieron a coincidir y convergen en esa “activación” del “procedimiento
de confusión” tanto (y muy
lamentablemente) la Administración de Justicia como la Autonómica; siendo
esta última, solo la que ante una nueva queja - que evidencia y demostraba fehacientemente, señalando cómo se activaba
el sistema que pone en marcha el “proceso de confusión” – remitiría una
carta de disculpa desde el propio aparato Administrativo de gestión, y sin
embargo, el aparato gestionado en el ámbito de Sanidad, persistiría en alguna
medida en dicha actividad de confusión,
enviando una comunicación de aparente disculpa pero confundiendo nombres,
apellidos y circunstancias del ingreso forzado del hijo/víctima, que por venir
dicha comunicación firmada por un responsable de nivel – como también lo fuera la disculpa previa del Aparato Administrativo de
gestión - y dada la naturaleza y
abundancia de documentación que sostenía la queja y la aportación de técnicos
avalando la misma, – ni siquiera se molestara en ubicar correctamente el
nombre de quien efectuara la queja y en nombre y protección de por quién se
efectuaba la misma: El hijo Víctima.
Lo que en sí mismo, dada la gravedad de los hechos señalados en la inicial
queja, llevaría a persuadir de que, ese ámbito de Salud persistía, de alguna
manera, en sostener activada dicha “actividad de confusión”.
Lo sorprendente y lamentable es que a ello, previamente, se sumara la
Administración de Justicia emitiendo casi muchos meses después de iniciarse el
procedimiento contra el hijo víctima, una nueva notificación del mismo
procedimiento ya iniciado; idéntica en todos sus extremos a la notificación
inicial que pone en marcha el procedimiento meses antes, y solo cambiando la
fecha. Y que por mucho que dicha circunstancia se advirtiera a dicha
notificadora del Decano, insistiese y persistiese en que fuere notificada,
causando cierta “aparente confusión” en el entorno de la defensa que incluso
llegaría a plantear si es que se hubiera abierto un nuevo procedimiento y no se
tratara de una duplicidad funcionarial – que un montón de meses después “se
pone o pusiera en marcha”. No es concebible como tal error y sí como
“estrategia de confusión” – a ver qué “pescaban” – pues la siembra de la
verdadera confusión provenía del entorno materno que era quien hacía dudar a
todo el mundo, incluido al mismísimo tribunal de 1ª Instancia, que implica en
todo este proceso de “pretendida verificación” al Juzgado Decano. (para
que luego diga la psicóloga al hijo víctima, que hubiera que tener mucho poder
la madre para poder generar un trastorno mental – pues vea la señora psicóloga
si lo tiene o no, pues “hace tontear” incluso a jueces y fiscales hasta el
punto señalado).
Todo ello cuando ya el mismo procedimiento que notificaba hubiera
determinado el juzgado ese ingreso innecesario y forzoso, muchos meses atrás,
sin síntomas, como señalaba el informe médico, y creado aparente confusión en
el equipo médico de urgencias hospitalarias que atendiera al hijo Víctima por
la orden forzosa del Juzgado referido. Vea señora psicóloga si tiene poder la madre o
no lo tiene y si es tan amable, complete dicho informe con las objeciones
sostenidas por el hijo víctima respecto de las capacidades de la madre, porque
este relato es prueba fehaciente y suficiente para acreditar dicho poder de la
figura parental materna (y de quien o
quienes desde donde fuera que fuere, sustentara o sustentaran y reforzara o
reforzaran dicho poder de convicción ante jueces, fiscales y letrados
participantes).
La “misión” (y papel) de la
Fiscalía
“La misión de la Fiscalía es la de ser protectores de las personas más
vulnerables , los menores y las víctimas" Y es obligación de la Fiscalía
que la víctima, dentro del procedimiento sufra lo menos posible". A veces
y a petición de la víctima la única forma de minimizar ese sufrimiento es salir
del proceso incluso cuando los agentes que intervienen en ese proceso realicen
su trabajo con todos los requisitos que se exigen en este ámbito y con empatía,
que, según inciden las fiscalías "no es perder objetividad sino evitar
situaciones muy dolorosas en el curso de un procedimiento”.
Aún que así se manifieste en la prensa, con dicha solemnidad, como se
señala en dicha noticia adjuntada, estaría plenamente seguro de que los
Fiscales, o el Ministerio Fiscal en este asunto del hijo Víctima, “alegaría” – ante la posible lectura de esta reseña; y
también seguramente negada dicha lectura si se les preguntara por ello
- que el caso “es diferente”.
Primero por no tratarse de “una mujer violada”, que
es asunto mediático donde la sociedad es extremadamente sensible.
En segundo lugar porque el hijo Víctima “no es persona
vulnerable ni víctima en su caso, de nadie” (aunque todo lo expuesto señalaría lo contrario) porque “es sabido”
es un “enfermo mental” porque así “lo dicen los Forenses e informes médicos” – aunque a todas luces, esas conclusiones
“certificadas en documentos médicos” son producto del relato parental materno,
reforzado con el de uno de los hermanos y acompañado por el otro hermano; ambos
comprados “legítimamente en su voluntad” por el regalo de sendas viviendas por
parte de la figura parental materna, aunque en ello procediera “también
legalmente” a echar de la casa de toda la vida al hermano de la madre y tío de
los hijos, haciendo posible en él un intento de suicidio que ya aparece en los
informes médicos del hijo como antecedentes.
Todo el relato que se ha venido sosteniendo sobre el hijo víctima ha
sido construido por la figura parental materna y asumido, sin verificación
alguna, por el entorno médico del momento. Por lo que es posible que se parta
de “Fallo en diagnóstico”, porque la figura parental materna lo da elaborado y
pre-digerido al entorno médico que solo parece dedicarse a matizar y respaldar
con una firma lo dicho a la vez que desacredita o desprecia o consideraría una
posición delirante y a la defensiva, cualquier observación que realice el hijo
víctima al respecto del trato recibido por la figura parental materna y su
propio hermano que tan activamente colabora al estar muy bien estimulado en
bienes materiales por la figura parental materna.
Una prueba más de ello sería que algún forense que otro, que ha
participado en este, de alguna manera, rocambolesco proceso, se ha dejado
llevar tanto por el relato del entorno materno y probablemente del profesional
que suele asistir a la Fiscalía en cuestiones Sociales, como lo es el Hermano
que lidera o hace visible y pone la cara en la denuncia sobre su hermano e hijo
Víctima, quien sin duda alguna, ya realizaría comentarios al respecto en el
ambiente laboral que probablemente hicieran permeable - a toda sugerencia que
realizara en el asunto de su hermano – a los oídos que a ello se prestaran en
los entornos de Fiscalía que a su vez – entre
unos y otros comentarios más o menos en off - hicieran permeables a su vez,
los oídos forenses, haciendo posible que estos profesionales aseguraran
incapacidades incompatibles con las recientes actividades laborales realizadas
por el hijo Víctima, por un lado, y otros por otro lado, capaces de anticipar
diagnostico a distancia, sin siquiera conocer a la víctima en razón de parte de
un texto o wasapt que aporta el hermano beligerante – que reta a su hermano
hijo víctima a que le denuncie; todo un ejemplo de empoderamiento funcionarial
cuyo resultado es el que vemos. Y los médicos forenses tragan todos y yerran
todos; sino acaban por contravenir las más elementales normas profesionales (y a distancia y sin conocer a la persona,
son capaces de incluso diagnosticar o sospechar incapacidad e incluso ordenar
ingreso forzoso).
En tercer lugar tampoco sería en su caso vulnerable
o víctima como lo fuera un menor.
Aunque hubiere de recordarle a ese mismo Ministerio Fiscal que en su
día no opusiera objeción alguna a sobreseer o archivar la denuncia puesta por
la figura parental paterna ante la verificación y confesión de los hijos de que
“La mamá nos pega mucho”.
Porque es de suponer que el Juez pertinente – cuyo titular se deduciría del juzgado que consta y queda reflejado en
la denuncia que en su día interpusiera la figura parental paterna – no
actuaría como Juez archivando o sobreseyendo una causa de esta índole sobre
menores, sin la pertinente consulta con la Fiscalía, ante un caso de malos
tratos extremos a niños, que por definición son vulnerables; y tampoco la
Fiscalía le valiera de nada al hijo Víctima en ese momento concreto que pudiera
tal vez sido oportuno a la vista de lo acontecido hasta la fecha.
¿Dónde han estado los Fiscales y la Fiscalía? y toda la gama de principios y valores destinados a proteger a los vulnerables, los niños o la legalidad que impone criterios de Imparcialidad ante semejantes circunstancias sobrevenidas al hijo-Víctima.
Hay que hacerlo todo bien a la primera: Es
el mensaje de la figura parental materna (a
todo el mundo), por eso fue maestra y funcionaria (aunque
nunca aprobara una oposición al respecto)
Has
sido Vd. y sigue siendo, una “persona” que se mide así misma por sus posesiones
y en ello se pone de ejemplo ante otros (mutilando, como siempre, que fueron
otros quienes le sacarían de apuros porque siempre creyeron sus relatos de Vd.
que se presentara y presenta como víctima sin reparar que su rasero de Vd. no
es el mismo con el que mide a Vd. misma que el que usa para medir a los demás.
Nada ha
hecho Vd. en la vida por sí misma que señale mérito alguno: Nunca aprobó Vd.
una oposición, ni si quiera la de maestra; ni competió con otros para ello.
Hasta su
posterior y postrera carrera universitaria precisó de consejos – orientados por su primer marido de Vd. -
bajo la recomendación de crear el “efecto Pigmalión” para que Vd. consiguiera
sacarse ese título de Licenciatura en Filosofía y Letras y que, hasta la fecha
no le serviría de más, porque en nada le penetrara esa carrera en la mente, si
no fuera en pasar por conocimiento los datos que almacena su propia memoria. Aunque
sí le pudiera haber servido como currículo y aval y complemento a los cursos de
CAP para quedarse en ese puesto
funcionarial que resultaría tan influyente en determinar las vidas de muchas
personas y familias (al relacionarse sus
informes con los Servicios Sociales, Fiscalía y Policía para determinar si una
persona/familia tendría salida o no) por lo que es así fácilmente
comprensible que su narrativa y sus relatos hayan alcanzado tal “perfección”
que son capaces de arrastrar y persuadir a cualquiera, dada la experiencia de
más de treinta y tantos años determinando con sus relatos las vidas ajenas.
Ni
siquiera supo interpretar Vd. como licenciada en Filosofía y Letras en
especialidad de Arte (creo recordar)
un cuadro sencillo y popular de Goya donde se translucía la imagen del rostro
de una mujer en el cielo, frente a la figura principal, y lo atribuyera Vd. a
que Goya tuvo que utilizar el mismo lienzo mal tapando lo que hubiere antes
pintado.
(así se
puede formar en España a un Licenciado, demostrando que basta tener memoria
para obtener una licenciatura aunque se sea incapaz de aplicar transversalmente
los datos y transformarlos en conocimiento y el conocimiento en sabiduría – demostrando que bastaría con una
“escenificación sostenida y adecuada” durante la presencia en las aulas
universitarias para obtener un título
universitario – como quien se saca el carnet de conducir y que no
aprende a conducir, eso lo enseñaban en el pasado, “con malas artes”, y
“haciendo fauenas”, los profesionales de las calzadas urbanas y del asfalto en
carretera – y que como Vd. que se iría a
una acequia y otra a un campo – al menos las que se conocen, porque V d. no
comete errores y lo “hace todo bien” a la “primera”, como exige a cualquiera
que así debe de ser.
Miente
Vd. cuando dice que fuera una rebelde (presumía
Vd. de imponer orden en su casa si su hermano de Vd. contestaba a uno de sus
padres – dándole con la barra de pan en la boca).
Los
rebeldes miran hacia arriba y piden responsabilidades a los que desde sus
espacios de confort viven en sus rutinas, aunque con ellas sean injustos y
crueles, mientras Vd., por el contrario, les rindió pleitesía y acabo por
emularles hasta convertirse Vd. misma en uno de “esos mismos” que viven y
laboran en sus espacios de confort – aunque
por ello, en su inoperancia e incapacidad, causen sufrimiento y adversidades a
inocentes – siendo Vd. misma la máxima expresión de crueldad. Cuya señal más
clara es, o sería, el trato a dado a sus propios hijos y a uno de ellos en
especial. Les ha conducido por la senda del materialismo, la comodidad y del
interés particular, olvidando los valores realmente importantes que son de
naturaleza espiritual y se hallan en el fondo de toda ley y norma, hasta que
caen en manos de personas que como Vd. las interpreta en clave personal como
oportunidad para obtener sus propios objetivos, haciendo pasar a las personas
por lo que no son para así conseguir lo que Vd se proponga.
Hasta
para consolidarles esa percepción a sus hijos, de lo relevante que es el mundo
de la propiedad y la materia, que no dudaría en expulsar a su propio hermano de
Vd de su casa de toda la vida por medio de tratos y acuerdos engañosos hasta
llevarlo al intento de suicidio, para solamente quedarse con la casa y hacer
coparticipe de ese engañoso proceder a unos de sus hijos desatando una competición
por bienes materiales – lo que parece un pago a conformidad y silencio de un
pasado de maltratos extremos y violencias.
Es Vd.
una persona conflictiva, es la definición de su carácter y Vd. lo ha elegido
porque fue una elección y decisión suya y plenamente consciente de la misma (su
comentario sobre la novela “A sangre fría” no deja duda de ello.
Se le podría definir como cruel y calculadora
sin temor a equivocarse y para ello apenas basta ver cómo es capaz de tratar y
llegar hasta donde llega: Violencia física y psicológica sobre sus hijos, y a
su vez temor de recibir respuesta similar a la por Vd. administrada en maneras
y formas; y en esa representación teatral llega a manifestarse ante el tribunal
con el atrevimiento de casi pedir amparo (cuando
ya expulsó al hijo víctima de todos los entornos y hogares de su infancia)
creo sinceramente que sí tiene algo de miedo Vd., el que da lugar a que es
consciente plenamente de “vértigo” que le genera esta vez sacrificar a su
propio hijo y el riesgo remoto de que ello sea advertido plenamente por la
Justicia y hubiera un solo juez que “no tragara” y le señalara. No es en
absoluto probable que se de esa circunstancias, porque Vd. siempre se movió por
terrenos avalados; por lo que puede seguir con su crimen sin tanto vértigo;
nadie más que el progenitor paterno se cruzará en su camino de Vd. y como Vd.
bien dice, a la persona paterna Vd. se la “merienda” cómo y cuando quiere, como
ya ha venido demostrando durante años de relatos y los éxitos que estos
adquieren en el “mercado” de las “orejas expectantes y dispuestas a dimes y
diretes”.
No en
balde Vd. siempre acaba por recordar a la figura parental paterna la frase que
tanto le gusta: “Cuando lo cuento en mi entorno la gente se queda estupefacta”
– prueba inequívoca de que precisa
contarlo para verificar que “cuela”, como efectivamente así es. (Fiscales, Jueces - psiquiatras - y Servicios
Sociales han tragado reiteradamente con sus relatos de Vd. desde el ámbito
profesional de sus más de treinta años
en el sistema educativo de última oportunidad, hasta llegar al particular y
personal de su propia familia)
No puede
haber conducta más torticera y ruin que bien pudiera servir de ejemplo de rasgos
de personalidades enfermizas llenas de un rencor permanente que dan razón de
una vida tan vacía que Vd. enmascara a base de frases hechas y dichos
contradictorios entre sí.
Nunca
supo hacer nada de nada, ni siquiera una comida bien hecha, ni mucho menos un
asado (y lo que es peor, tampoco dejaría con facilidad que nadie entrara en su
cocina a hacer lo que Vd. no estaba dispuesta a hacer (para hacer comida sabrosa se precisa sensibilidad, afecto y amor)
para Vd. todo fue siempre espartano y carente de más norte que una pretendida
perfección de la que Vd. misma carece pues Vd. nunca hizo nada bien a la primera
(como exige a su entorno para considerarlo
a su altura de Vd. misma)
Vd.
vive en tal soledad, de naturaleza tan oscura, que precisa de generar,
construir y rodearse de acólitos (forzando
a sus hijos a seguir su camino de Vd. a base de hacer daño y engañar o mentir a
otros y en ello o tener la perspectiva de algo material a conseguir; en solo
ese objetivo material Vd. es capaz de llevarse una vida cercana por delante –
incluso la de su propio hijo).
Su estado
no es otro que el de la “oscuridad” y la “confusión”; y de facto, esparce oscuridad allá por donde
va. Su horizonte se presume como un perpetuo precipicio oscuro y profundo – por eso en ocasiones “tiene vértigo” y precisa,
sin duda, algún tipo de compañía ante ese desolador rumbo personal (por eso habla de lo que posee materialmente
porque nada otra cosa posee) con la finalidad de “ver si pican”.
Alega
como razón para estar con Vd. la relación de bienes que posee, pensando que
otros así serán permeables a hacerle compañía. Resulta lamentable imaginar esa
escena: Vd. “suplicando” a otros que sean su compañía o novio, en razón de que
posee cosas y bienes. Cuando yo le apoyé a Vd. precisamente “no tenía nada” y
todo se hallaría comprometido en un divorcio con su primer marido que consiguió
de Vd. estimular “su codicia” y financiar al completo un proyecto de Asociación
Cultural, cuyas cuentas reflejarían, insospechadamente, dar pérdidas y en
riesgo de perder lo que acabaría no perdiendo y sirviendo de pago para su
actual vivienda; lo del terreno rural y construcción con piscina pista de tenis
etc. nunca fuera proyecto suyo, ni en nada Vd. sobre ese terreno construyera ni
planeara, ni supiera de su finalidad como plan familiar para los hijos. Vd.
llegó allí y se puso a tomar el Sol, que es lo que más le gusta.
Nunca
encontró la compañía adecuada para Vd. misma, por eso arrastra a sus hijos por
el mismo sendero de Vd., porque Vd. no conoce otro y precisa sentirse
acompañada. Su vida ha consistido en memorizar lecciones que repetir como un
loro en clase o donde fuere que fuere preciso y desde luego le ha dado
resultado (la definición de que Vd.
“fuera un loro”, “lorito”, fue producto de la lucidez de los niños de clase, de
una población donde Vd. fuera destinada en sus comienzos como funcionaria que
nunca aprobara oposición alguna, a dar clase; es de tal naturaleza la intuición
infanto-juvenil que Vd. no la pudo tolerar en sus propios hijos, y en ello
tempranamente puso sus manos a la obra por medio de palizas y gritos, lo que
muestra su rigidez y poca capacidad de adaptación), pero ni aún así Vd. no
ha sido capaz de construir nada de nada, ni siquiera lo que dice que son sus
bienes ni pertenencias. Ni siquiera eso Vd. dice poseer concibió nunca poseer
algo parecido y mucho menos diseñó, ni se le ocurrió nunca un proyecto familiar
(ni similar siquiera, ni vislumbró nunca
cual era su finalidad). Vd. desde el primer día que se comprara, solo
estuviera allí para tomar el Sol (resulta
sorprendente que dependiendo Vd. tanto del mundo laboral para resolver
cualquier circunstancia en “sus propiedades” la tenga en tan baja estima como
le dijera al hijo que había ue tenerla).
Su vida
parece responder a una perpetua venganza, que fuera producto de un profundo
rencor nunca tratado y que pretende justificar en razones de “condición de sexo”,
pero dudo que sepa en concreto a qué atribuirlo con precisión y se conformaría
con que la venganza recayera con quien fuere que representara o representase la
condición sexual opuesta a la suya – dando
como resultado lo que Vd. misma confesara al hijo Víctima, “que su
autoritarismo pudo decantar la condición o inclinación de sus hermanos respecto
a las relaciones interpersonales – y desde luego es una percepción que
resulta viable, pues recientemente se duda – según se manifiesta en RNE R5 – de que los conceptos y axiomas que
han venido sosteniéndose durante multitud de años en el ambiente pedagógico, se
han venido mostrando, en estudio reciente, como falsos y que incluso la
creencia de que ciertas cuestiones esenciales en la condición humana
“establecerían como prematuramente fijadas e inamovibles” a los tres años de
edad, resultan falsas de pleno. Por lo que es muy probable que su afirmación de
Vd. ante el hijo víctima - que era convicción tradicional y desechada
por modas o corrientes relativamente recientes e “interesadas” – sea muy
cierta, porque a la postre las personas van “eligiendo” su trayecto personal – que implica a su vez todas sus inclinaciones
personales – en razones de encontrar el trayecto más cómodo y
menos complejo; por lo que la experiencia de vivir con Vd. y bajo su
autoritarismo violento en extremo, así como su carácter conflictivo de Vd.
hubiera determinado en la mayoría de “sus hijos de Vd.” no afrontar otra
experiencia vital que pudiera concebirse tan intensa y desequilibrante como la
vivida con Vd. misma como figura parental materna.
Puede
que Vd. piense que la venganza lo curará todo (como le diría el psicoterapéuta a Richard Gere en Prety Woman referente
al pretendido abandono familiar del padre – que resulta argumento similar al
Vd. esgrimido al menos ante uno de sus hijos – el que ahora es víctima)
pero hasta incluso una “pobre prostituta” de la calle – en este caso la espectacular Julia Roberts - sabe que la venganza
simplemente consiste en destruir; y tal vez le lleve esa venganza – como norte de su vida – a exclusivamente
valorar posesiones, como le ocurre a ese mismo Richard Gere, pero difícilmente le
dará felicidad, ni sentido trascendente a su propia vida. Como “de facto” acaba
concibiendo el propio protagonista de la afamada película.
Construir
contiene un mérito que Vd. desconoce, pero que pretende hacer pasar por cierto
en su persona, cuando habla o enumera posesiones. Recuerde que Vd. no solo es
incapaz de construir nada – ni siquiera preparar
o cocinar variado y sabroso – porque si hubiera en esas tareas concebido la
importancia que las mismas poseen como conocimiento y plasmación de gusto,
compañía, compartir conociminetos y creatividad, el solo pretendido amor que
dice profesar a sus propios hijos le hubiera llevado a enseñarles a cocinar y
permitirles crear en la cocina (y de
paso, hacerles dar un paso en constituirse en lo básico de la independencia
personal). Cuestión inimaginable en su persona, a no ser que esa ocupación
que dice tener un par de días a la semana se encamine en esa dirección. Es
incapaz de arreglar nada, ningún aparato que tenga cerca – lo que habla por sí mismo de la carencia de haber experimentado el
placer de hacer volver a funcionar un aparato estropeado de cualquier
naturaleza – ni incluso parece capaz de pintarse su propia casa y estancia,
ni mucho menos tareas similares que, curiosamente, considera deber de su hijo y
víctima “saber hacer” so pena de considerarle un inútil o incapaz. Un doble
rasero que “cuela” como relato por donde Vd. vaya y que en nada tiene que ver
con la condición que Vd. misma dice defender en su condición de mujer plena y
realizada en términos de igualdad.
Vd. solo
sabe memorizar, también mal copiar o simplemente robar o apropiarse de lo de
otros e intentar hacerlo pasar por legítimamente suyo.
Por no
tener no tiene ni una mísera idea propia, porque nunca le enseñaron a pensar
para crear.
Vd. es un clon de un sistema creado para la “obediencia
y la sumisión”. Y ha formado parte muy activa del mismo, por eso es Vd. una verdadera farsante cuando habla
de que fuera Vd. rebelde en su día, (que
es lo que precisamente suelen decir los que nunca lo fueron, y en ello se
esfurzan contando batallitas para inducir a creer lo contrario); porque,
probablemente, confunde Vd. rencor y revancha con rebeldía. Porque sino nunca
le hubiera dicho a su hijo: “No te
cruces en mi camino”.
Si su “prioridad
de camino personal” no es resolver el problema que Vd. misma ha creado a su
hijo durante años (y habría que ver si no
arrastrarán esas consecuencias creadas por Vd. en su sistema de castigos
extremos, a otras situaciones similares al resto de sus hijos de Vd. en el
futuro… que está por venir y llegar) ¿Cuál sería su verdadero camino de Vd.
al amenazar a su propio hijo con que “no se cruce en su camino” de Vd.? ¿Cuál
es su prioridad de Vd. que no sea pasar por ir resolviendo y encaminar el
problema que Vd. misma ha ido creando sobre él? ¿Qué puede decir su hijo de Vd.
para Vd. amenazarle y atacarle de tales maneras y formas tan expeditivas que
solo enunciarlas dan pavor, que llegan a poner en peligro su propia existencia
como persona e hijo; un camino y prioridad propia de Vd. que no es, ni sería,
resolver el problema creado por Vd. en el propio hijo de Vd.? Y si por el
contrario amenazarle, incluso con consecuencias sobre su padre, si él siguiera
hablando (hasta el extremo de hacerle
vivir lo que ahora está viviendo esa criatura).
Si es
esa es su posición, se entiende que el hijo víctima quedara y quede bloqueado,
porque ni siquiera podría contarlo en un entorno terapéutico lo vivido con Vd.
como figura parental materna, con el fin de sanarse. ¿No es esa la posición que
Vd. ha venido sosteniendo en todos los ambientes médicos al respecto de su hijo
e incluso los psicoterapéuticos: Bloquear la versión del hijo víctima, y de
cualquiera que intentara asistirle en este grave trance que padece por su
“visión” de Vd. de la vida en sociedad?
Su
relato de Vd. hace aguas por inviable como solución al problema por Vd. misma
creado sobre el hijo víctima; por eso el hijo pide que ponga orden (en
clase), es decir, en el entorno de los adultos que rodean esta situación y
su situación personal (porque
efectivamente se ve con claridad esas interrelaciones como estériles, nefastas
e inmaduras).
Ese es
el objetivo de este artículo aunque haya tantas personas en este asunto que como
Vd. nunca construyeron nada ni crearon nada (todas yendo de jueces y dispuestas a juzgar y a aportar para constituir
“una condena social” que les permitiría satisfacer su tributo al propio rencor
personal de no haber conseguido, ni tener capacidad, para haber dado otro
sentido a sus propias vidas).
Muchas
personas se hallan en esta vida pensando que basta con disfrutarla lo que se
pueda (en el plano material y de los
sentidos) para entender lo que es vivir y que ello es la vida y así le dan
el sentido a la propia vida. En ello se conforman por incapacidad creadora y
creativa, que sin duda “envidian” en
otros que así, sencillamente, son felices. La miseria y el dolor que generan las
luchas de poder que se ve en los telediarios no lo entienden del todo los que
como Vd. son de esta guisa, y se alarman – aunque
de alguna forma se podría estar seguro que les produciría vértigo esas imágenes
de violencia, porque su propio proceder de personas que así conciben la
existencia, como Vd. misma, de materialismo y lucha por más cuotas, ven que el
resultado, a gran escala, de esos mismos principios, producen esas
consecuencias tarde o temprano - y se asombren de ello y les parezca un
futuro gris. Su cabeza no les da para más, porque gente como Vd. forman parte y
hacen posible ese devenir para todos.
Vd. es
la misma oscuridad, porque ni viajando ni haciendo excursiones es Vd. realmente
feliz. Basta ver como para Vd. la imagen lo es todo (imagen que acompañe un relato) y por ello se pudiera oír en audio, la
bronca - totalmente fuera desproporcionada y fuera de normalidad alguna, que le
dedica al hijo víctima a solo los efectos de hacerse una foto con ella para las
redes sociales. Para Vd. la víctima apenas le preocupa en nada (así se muestra en este año de miseria que
ha permitido y estimulado determinantemente para que así sea).
La víctima
para Vd. es un medio (un camino) para
un fin (la paradoja existe porque siendo
la víctima el camino de Vd. para un fin, sea el propio camino, es decir: La
víctima, quien pudiera tener la capacidad de cruzarse en su camino de Vd.
cruzándose y estropeara sus planes de Vd.).
Por
consiguiente la vida de la víctima no le importa, más allá de en la medida en
que “debe de seguir en su papel de enfermo mental” y no salirse del mismo, pues
si empezara a narrar situaciones y vivencias, el foco podría cambiar “el lugar
a iluminar” y probablemente cayera sobre su persona de Vd. y sus pretendidas
metas que aún no vislumbramos del todo.
Es Vd.,
a la vista está, una farsante y a la vez una dictadora incapaz de hacer nada
por sí misma.
Su vida esta presida por la insatisfacción personal y lo más lamentable de
todo: envidia la felicidad y el humilde bienestar de cualquiera, aunque no posea
todo lo que Vd. presume de poseer como bienes materiales y que tanto hace Vd. referencia
como logro personal.
Vd.
nunca encontró sentido a la vida dentro de Vd. misma, siempre envidia lo que
otros posean y trama para quedarse con cosas materiales de otros, como si con
ellos pudiera alcanzar felicidad que nunca alcanza (pero pienso, que así Vd. por lo menos piensa que “se venga” a solos
efectos de vengarse de su propio destino de Vd.). Así que es posible que
haya tenido que reconocerse así misma que su felicidad (incapaz de proporcionársela Vd. sola) consiste, o consistiría, en
quitar a otros esas cosas que parecen hacerles felices. Pero aun así es feliz.
Nunca Vd. consiguió nada por sus propios medios y nunca tendrá por ello la satisfacción
de haber hecho o construido nada por sí misma. Su meta sigue siendo apropiarse
de los sueños y proyectos de otros y pasarlos por propios. Su vida de Vd. estaría
tan vacía como siempre lo estuvo y siempre lo estará, pues su condición es que “alguien
se la llene”; si es posible solo con contemplarla a Vd. Pero viene a resultar
un gran coste y penalidad soportarla en toda la gama que su complejo y
conflictivo carácter es capaz de manifestarse – situaciones morbosas y actitudes mentales enfermizas aparte - ante
una frustración concreta, cuya venganza puede diferir e ir planeando durante
meses, años y décadas.
Nada
hay en Vd. aprovechable o ejemplar para nadie que no conciba la existencia en
los propios términos materiales que Vd. la concibiera para sí. Bien se podría
decir, tal vez, que su actitud temeraria contra sus propios sus propios hijos
solo sirviera de referente de venganza en una existencia que en modo alguno
tiene para Vd. sentido transcendental.
Lamentablemente
no es Vd. la única que tiene tal visión de la vida. No hace mucho me comentaron
que un maestro pegó a sus hijos delante de otros (en este caso era un varón, no una pretendida madre). Es decir:
parece que la ley no va con todos y que “hay bula” o quien se la toma (¿Quien sabe porqué?). Aunque al final
del articulo es probable que aparezca alguna nota aunque no agrade, porque para
este que escribe la víctima está por encima de todos estos personajes mediocres
que así conciben la vida a base de golpes y palizas y en ello se sienten complacidos
y en su derecho - como Vd. misma que afirmaría
que sus hijos son de su propiedad - y
puede maltratarlos lo que Vd. quiera.
El
resultado de su sistema pedagógico sin duda es dudoso y a pesar de ello Vd. “examina
a todos” asegurando que todo se debe hacer bien a la primera (sin duda esa norma exigente es para el resto
de los mortales y Vd. siempre tendrá, en todo, excusa para no cumplir su propia
regla; excusa que deben aceptarle a Vd. y que a otros no solo no acepta, sino
que promueve para que nunca le acepten).
Incluso
cuando por orden facultativa le prohibieron a Vd. visitar a la víctima, Vd.
mandaría al hermano a acusar a la victima de esa decisión médica y a amenazarle
con que perdería a toda su familia.
Vd. es
un caso perdido y sin embargo creo que el resto de los hermanos debieran pasar
por una "confesión psicológica" a fin de ver si puede hacer algo por
alguno de ellos o hay que darlos por perdidos, como a Vd., en esa oscuridad que
Vd. parece haber impuesto a sus vidas como condición “sine qua non” para evitar
verse esos hijos en un conflicto inmediato con Vd. misma. (es como si estuviéramos en un guión cinematográfico a lo Falcon Crest
pero de naturaleza tan cutre y burda, poniendo a los hijos en el disparadero,
en especial a uno de ellos, que se concibe que tal proceder solo pudiera
ocurrir y consentirse en esta sociedad provinciana – donde unos y otros se
debieran multitud de favores y acuden a taparse y justificarse mutuamente).
En cualquier
cado este escrito podría resultar en alguna medida esclarecedor, para aquellos
que piensen que es posible, a pesar de vivir entre tanta gente que extiende
tinieblas, confusión y caos, conservar la propia luz y hacerla llegar, tal vez,
en casos como este.
Otra
cuestión relevante fuera cuando Vd. descubriera que en los pueblos por los que al
principio le mandaron hará cuarenta años o más, "era Vd. tratada como
autoridad junto con al Alcalde" en cualquier acto del pueblo de destino
que le fueran destinando; y Vd. acabaría, como a otros, sacándoles “del
circuito” porque fuera imposible, por entonces, que su actividad fuera
considerada ejemplar por entonces. Una Comisión de Servicios le salvaría las
apariencias al ir construyendo un relato de abandono por parte de su primer
marido como toda excusa; otro relato de victima que también cuajaría.
Su visión
de Vd., sobre el mundo del trabajo se mostraría con claridad en la
conversación con su hijo, donde le responde que “A los trabajadores hay que
tenerlos domesticados” una visión elitista a la pregunta del hijo sobre
¿cómo piensa su figura parental materna en cómo han de tratarse a los
trabajadores? Desde luego Vd. misma no diera un palo al agua cuando el que
escribe la llevara de “temporera” unas vacaciones y lo primero que hiciera, ya
de mañana, fuera ponerse a la sombra del carro donde se iban a cargar las cajas
de fruta. Luego diría que se dedicaría a hacer la comida para el grupo de
jóvenes temporeros mientras trabajábamos, pero en realidad fuera un chico
gallego, que por “sensible”, ante un aparente mal trato de hacia un
discapacitado, en maneras y formas, en el bar del propio pueblo, se quejara de
ello y afeara la conducta de los presentes, quedando “marcado” para no ser
contratado por nadie; y fuera él quien realmente hiciera la comida para todo el
grupo.
Vd. viene demostrando que se “permitiría” decir que “se puede ser
progresista y a la vez elitista hacia el mundo del trabajo”; un galimatías que
seguro muchos de su propia condición seguro que entienden: “Una élite, bien
preparada, debe conducir al resto”.
Seguro que sí, y como muestra el botón que Vd. misma representa y
también escenifica en sus relatos y “actuaciones” dignas de ser representación
teatral (no en balde hizo en el pasado y
en el reciente, prácticas teatrales…. El trayecto lo tiene despejado, en breve,
aunque realmente no sepa, ni nunca supo hacer ni construir nada; Vd. se halla
en la élite que debe de dirigirnos a todos, porque aunque nada sepa construir
sí por el contrario sabe destruir, en especial vidas).
Para quien no entienda la
gravedad que pueden llegar a representar los pensamientos mágicos que Vd. dice
al hijo víctima que son comunes – y por
ello no hay que preocuparse - bastaría el ejemplo de cuando hubiera el
tío/hermano sufrido un accidente de atropello grave y al recibir la noticia
ello coincidiera con otro hecho familiar, creo recordar que el próximo nacimiento
de un sobrino, y Vd. estableciera una especie de “equilibrio cósmico” por el
cual “si se muriera tal de ellos, se salvaría cual otro de ellos”.
Afortunadamente todos salieron adelante; pero el
problema con su pensamiento mágico es que fuera muy probable que, en su
intimidad, sí se guíe en sus planes sobre otras personas sobre ese mismo
principio de equilibrio cósmico por el cual siempre debiera haber siempre una
´victima a disposición del destino que Vd. va fraguando para cualquiera que
esté a su alcance. En cuyo caso resultaría claro que la prelación y jerarquía
de preferencias sobre sus propios hijos – relatada
al padre en conversación telefónica hace años - podría establecer, a su
vez, el orden en que fueran u, o, debieran ser sacrificados llegado el momento,
si hubiere de darse tal momento.
Es decir, el pensamiento mágico nacería de tomar
consciencia de haber infringido mal y daños, tal vez irreparables, a personas
concretas; siendo “la mala conciencia” la que emerge pidiendo “justicia y
equilibrio” y consecuentemente culpa; en consecuencia lógica, para que la culpa
no la venciera a Vd., iniciaría una “carrera” de teóricos “sacrificios”
dispuestos a realizar con el fin de “satisfacer” el pretendido “malestar y
desequilibrio” que aparece señalándole como culpable y que a Vd. le viene a
reclamar obre sus propios actos. Como si de una religión primitiva se tratara,
la satisfacción de sus objetivos materiales por medio de forzar las cosas y las
personas, llevando a alguna al desastre, es propio del ejercicio del poder y
los logros con ese poder conseguido, acaba reclamando sacrificios en un
“extraño altar” imaginario con el cual s e pretendiera alejar la culpa todo lo posible de Vd. misma. Lo que remite a
la cultura del “Chivo Expiatorio” que permite “lavar los pecados” de una
sociedad mediocre y egoísta.
En ese sentido cabría
entender que el hijo víctima estuviera purgando sus pecados o culpas de Vd.
misma, (como señalaría la película
Gladiator cuando el Emperador Marco Aurelio se acerca a su hijo y le dice que “sus
defectos como hijo son producto de sus errores como padre”); en este caso
Vd. misma eligiera con evidente des-fortuna optar a un papel imposible: Ser padre y madre a la vez y no hacer
ninguno de los dos papeles para nada bien, en realidad ni siquiera
intentaría llevarlos a cabo; situación previsible porque quienes eligen el referente de figura parental son los hijos,
porque Vd. no tiene esa capacidad – aunque
en ese sentido “alguien” le pudiera haber dicho que si fuera posible. Sin
duda experimentó con Vd., con su persona y con las vidas de sus hijos; dado que
Vd. estaba y estuviera dispuesta a ello en razones siempre bien conocidas: Las de considerar que la vida es única,
y la preferencia de vivirla a tope corresponde al adulto y los hijos ya
se gestionarán como mejor se pueda. Aún así, Vd. ha venido demostrando que
nunca se engaña, al menos en estos aspectos – porque Vd. viene de la formación tradicional, esa que no pasa de modas,
aunque Vd. “se suba al carro” de cualquier moda “si el discurso” que trae la
nueva moda, cree que le reportaría alguna ventaja ante algún sector social y
obtener su respaldo -, por lo que se “cubriría las espaldas” creando ese
argumentario destinado a trasladar culpas a la figura paterna.
Le resultará siempre inaceptable de reconocer y
manifestar a su entorno social inmediato estas circunstancias, en ese papel de
intentar comprenderla y escucharla se hallaba el hijo víctima, probablemente
nadie más – lo que probaría esas
confesiones ante el hijo víctima es que Vd. misma no se engaña y así lo iba
reconociendo cuando la ocasión era propicia. No olvidemos que Vd. es
perfecta y defiende la perfección, por lo cual, fuera del ámbito de comprensión
del hijo víctima se queda “técnicamente” sin nadie que le escuche con sincero
afecto.
Por supuesto, que quien queda fuera de duda que
debiera prevalecer siempre será su persona de Vd. que para eso es la
protagonista de su propia “película” y todos los demás serían o somos actores
secundarios.
En el argumentario destinado a distraer las culpas
sobre “otro” – sobre la figura parental paterna –encontraría Vd.
“colaboración” familiar, o al menos “neutralidad” porque Vd. misma se hubiera
encargado de ir construyendo o esparciendo sentimientos de culpas – o traición - sobre ese entorno familiar
respecto al padre de sus hijos. Lo que le dejaría las “manos libres” para
actuar como ha vendió actuando sobre sus propios hijos y ser soberana de su
propia vida y de la de ellos.
El precio que pagaron los hijos fuera la “destrucción”
de la referencia parental paterna, en el caso de dos de ellos, cuyo resultado
ya se ha visto cual ha sido en sus vidas íntimas; y sobre el hijo víctima,
siempre amenazado y sin el referente anhelado, vemos las consecuencias por Vd.
llevadas al extremo con la colaboración de los hermanos. (se
oyen rumores de discusiones por causas de dinero; la pregunta versaría sobre qué
hecho puntual y en alguna manera previsto, fuera a ser motivo de reparto de más
bienes – porque ese camino de premio a cambio de lealtad y sumisión al
criterio parental materno ya diera sus frutos primeros en su momento, tanto
sacrificando a tío – y su casa de toda la vida – y luego hermano….)
Todo en la vida del Ser Humano tiende a mostrarse en dualidad para que los trayectos presenten múltiples oportunidades de elección, en especial tiende a ser fundamental para los hijos, y no se vean avasallados por una única y absolutista figura reinante, imposible de digerir y abordar, aunque solo fuera para dialogar.
Las familias perfectas no existen, y menos si se viene
de una contienda civil que impacta sobremanera en las vidas de cada persona de
manera diferente.
Por ello las pelis españolas empezarían a reproducir a
inicios de los años sesenta los modelos familiares a los que hubiera que emular
para ser considerados, al menos en apariencia social, familias ordenadas y
perfectas. (Había debates, votaciones a
mano alzada para que los padres sometieran una pretensión de los hijos a
consideración, e incluso argumentos en favor de una autoridad tolerante que
cede y con ello gana en autoridad moral – la peli se llamaba “La familia bien,
gracias” con Alberto Closas a la cabeza y figuras legendarias como Tony Gisber). Todo ello sería una imagen exportable que se
adaptaba a los tiempos de tolerancia y transversalidad, que llevarían a
transformar la rigidez aparente de las estructuras sociales entorno a la
concepción excluyente y rígida de autoridad. También se incluiría en otras pelis
la obligación de pasear los domingos de punta en blanco con la hermana
“acusicas” de la mano y la misma hermana de apenas tres o cuatro años reclamaba
ese papel una y otra vez hasta aborrecer a cualquier chica que tuviera el pelo
rubio y apreciar a las morenas pensando que sin duda serían “diferentes”
(hasta ese punto haría estragos las pelis de moda, donde los peinados de
las actrices norteamericanas – como Jane Fonda - eran imitados por las
españolas que se sentían en capacidad de ser tan atrevidas y espontaneas como
esa actriz en “Descalzos por el parque” junto a Robert Reford (el referente de hombre junto a Paul Newman
de hombres guapos del momento que “hacían soñar” a la europeas buscando
patrones similares imposibles de hallar; otras sin embargo se conformaría con
modelos más cercanos como Manolo Escobar – el anhelo al parecer secreto de
Conchita Velasco – o ser como una pareja Romina Power y Albano; o más
cercanamente como Sergio y Estíbaliz). O ser las pelis de esos años referencias
para amueblar los equipamientos modernos de las cocinas. En nada ha venido
cambiando lo que las pelis Norteamericanas portaban como mensaje adicional al
argumento de la peli, y que no era otra cosa que vestidos, trajes de baños,
esos peinados y cortes de pelo… todo ello señalaría el trayecto de la moda del
momento)
En España era modelo la
tolerancia que nunca terminaría de llegar; intolerancia que parece haber
subsistido y asentado en muchas familias a
la llegada de la Democracia - como la del hijo víctima - en contra de todo lo
previsible y esperado).
De niño - y
merece la pena relatarlo dado en qué hubiera derivado dicha curiosidad natural
y personal de este articulista – mi padre me subiera por primera vez en un
coche sobre los dos o tres años de edad. Era un Renault 4CV - muy parecido al wolskwagen antiguo y
famoso (como en la actualidad vuelve a
suceder). Pasé todo el breve trayecto por la ciudad con la cabeza fuera de
la ventanilla mirando cómo era posible que la rueda girara sobre el asfalto (y me parecía entre imposible y mágico, e
incluso incompresible que eso pudiera suceder). Así que desde entonces los
juguetes de coches serían mis preferidos, fueran grandes o pequeños y aun mejor
si se abrieran las puertas (cuestión que
tardará años en llegar o poder comprarlos). Mi entretenimiento no solo era
hacerlos rodar sino también desmontarlos, en especial las ruedas; más si
poseían las ruedas un aro de plástico, que imitaba la idea de neumático.
Desmontar y desmontar era un placer – aunque
a veces se perdía una pieza y el coche podría quedarse “cojo”.
Era tal mi afición por todo lo que girara, o fuera
rueda, que cuando llegaran las muñecas como juguetes de mi hermana pequeña, mi
interés se centraría en descubrir como giraban los brazos y las cabezas de esos
juguetes, para lo cual era preciso desmontarlos. (de igual manera me ocurriera en casa de mi abuela, donde al entrar en
la cocina viera una de las primeras lavadoras super-automáticas de carga
horizontal, que portaban una ruleta y como tal fascinación por todo lo que pareciera
porder girar o fuera similar a una rueda, intentaría descifrar el movimiento de
esa rueda de colores y números, buscando la manera de hacerla girar. Así que
días más tarde me llegaría el reproche de que la abuela se quejara de que la
dicha ruleta resultara ser un programador y que mi acción sobre la misma la
hubiera estropeado. Así entendí que durante años, esa abuela no permitiera mi
entrada en su casa por “ser un trasto”, fama que me acompañaría a perpetuidad,
durante muchos años. Aunque a los 15 la fuera a visitar por mi cuenta y
tuviéramos una tarde apacible jugando al ajedrez y con pastas al lado del
tablero. Solo le hice una pregunta entonces ¿Cuántos años tienes yaya? Y no
recuerdo la contestación, pero bien pudo decir cincuenta o cincuenta y seis o
algo parecido, realmente si eché la cuenta de cuando naciera ya no lo recuerdo
tal vez naciera en el año 16).
Pero esa afición mía traería peores consecuencias para el futuro, cuando ya de adultos, mi hermana hubiera iniciado un trayecto decisivo – desde el momento en que intentara hablar del porqué, al llegar mi persona del hospital a casa sobre los 12 años, después de pasar un mes y medio entre la vida y la muerte, y ya fallecida recientemente la madre, ella saliera a la puerta corriendo para echarme la culpa de ese fallecimiento; ya de adultos intentara recuperar en una conversación con ella y simplemente contestara que ella “era una niña”, pero que ya de adulta rolaría a establecer argumento en mi contra al señalar que yo le quitaba a sus muñecas la cabeza – y eso sin duda tenía, porque así lo pudo decir o alguien señalárselo, un significado de naturaleza o perversa o maligna que se dedicaría a extender esta ya mujer por donde fuera que quisiera que fuere, a la vez que me pedía enchufe para entrar de funcionaria en mi ámbito laboral – porque si no trabajaba se ponía mala y en casa de sus suegros decían que estaba loca (lo que motivaba que me llamara recurrentemente para conversar y que fuera traducido por el entorno como una relación “especial”). Entró de funcionaria sobre los 50 años, y empezaría a ponerse de ejemplo para todo el mundo (el único trabajo que tuvo en su vida se lo conseguiría su padre, y fallecido este sería despedida al mismo día siguiente del entierro), luego se dedicaría a pedir y a pedir y a presentarse a oposiciones y sumar puntos y puntos y quejarse de que esos puntos iban y venían con arbitrariedad hasta que con los años terminara por aprobar (con cerca de 50 años). También se sumaría a criticar la figura parental de padre ante el hijo víctima – y contribuiría a crear más confusión en el hijo víctima lo que llevaría romper relaciones. Incluso parece ser que llegaría a trasladar un informe médico al entorno materno sobre la figura parental paterna del hijo víctima – que el propio padre no poseyera – y hacerlo llegar al entorno judicial en razones obvias de alinearse con la figura parental materna y sus intenciones para este hijo víctima. Y a su vez, con mayor anterioridad, preguntarle a esta figura parental paterna si no iba a hacer testamento para evitar que la figura parental materna del hijo víctima, se quedara con todo. Aun así, esta señora se permitiría entrar, hará unos 12 años, en el domicilio de la figura parental paterna sin permiso y obteniendo las llaves con autorización facultativa para violar el domicilio del padre (se acabaría echando en falta fotos y otras cosas; parece que esta señora aprovechara para rebuscar en casa ajena una vez obtenida dudosa “licencia” para ello desde un hospital que fuera el mismo que posteriormente motivara quejas para proteger al hijo – desde el famoso ingreso forzado que durara tres semanas sin tratamiento porque no tenía ningún proceso que lo requiriera y donde se construyera un relato machacón para que el hijo cambiara de opinión sobe el padre – ello detallado incluso en conversación a tal fin – cuyas consecuencias fueron al final lo que ahora vive la criatura).
La Figura parental materna envía email a la figura
parental paterna
(el mes pasdo)
RE: Lo reenvío por si no leíste el anterior.
07/07/2022
Buenas tardes:
Ya sé que has tenido muchos cambios en correos y teléfonos pero
espero que este mensaje te llegue.
Por el bien de (el hijo) me parecería conveniente que tuviésemos
una entrevista personal en la que tratásemos el tema de la precaria situación
en que se encuentra y perspectivas de futuro.
Puede ser en el día, lugar, hora y con las personas que te
parezca oportuno (exceptuando las mañanas de martes y jueves que ya tengo
comprometidas).
Espero respuesta.
Un saludo.
Contestación de la figura parental paterna:
(se tardaría
en contestar porque se recibiera tanto por parte de Servicios Sociales como del
Juzgado de BCN que se procedería a archivar la causa en cinco días y era
conveniente articular una posibilidad de rescate de la víctima) Víctima que
por otro lado pediría a su entorno materno que le diera la dirección de una tía
con la finalidad de recuperarse de un dolor en la pierna, pero ese entorno
materno parece que dicha petición ignorara, abortando, en consecuencia
posibilidad de localización y rescate.
No sería la única vez que ese entorno materno
procede de tal manera similar, posibilitando y dilatando la estancia en penuria
de la víctima, ya que en última ocasión,
la víctima señalara en junio, intención de volver (la sexta intención al
respecto, si no cuento mal) señalando al padre que iría dos semanas a la casa
de la figura parental materna y luego a casa del padre, para darle tiempo a
tener la casa en orden. Cuestión que sorprende en la medida en que para llegar
a ese proceso se hiciera preciso conversación con el entorno materno y en
especial con la figura parental materna quien “propusiera” o “hiciera ver” la
necesidad de ese trayecto a la víctima – por
lo que el padre no opinó esperando acontecimientos, pero sí publicaría en su
facebook el estado de se casa en ese momento, para que constara que se casa
sigue estando siempre recogida y presentable – al contrario que le hacen
creer al hijo.
A la postre todo fuera una manipulación más de la
figura parental materna y su entorno, pues a la definitiva, si la víctima
estaba persuadida de su ropia vuelta, parece que el entorno parental materno la
condicionara el regreso de la propia víctima a entrevista previa entre padre y
madre; dejando otra vez en el aire, el regreso del hijo – y ya van varias ocasiones similares.
Por lo que el padre, ante personaje tan taimado y
siniestro procede a contestar – una vez
intentado el último impulso de rescate mediante juzgado de BCN en esos mismos
días, en conformidad con Asuntos Sociales de aquí.
RE: Lo reenvío por si no leíste el anterior.
20/07/2022
No conozco ningún rasgo de su
persona de Vd. que haya estado dispuesta a hablar de nada de lo que
considere su propiedad o parte de su soberanía.
Lo ha explicitado con claridad
e incluso se ha permitido así explicitarlo abiertamente en reiteradas
ocasiones.
(hace
poco en la rueda de la fortuna se presentaba un dicho que desconocía y que
parece formar parte de nuestra cultura popular y que desde luego, a mi juicio,
le define a Vd. con plenitud desde que la conociera – ni incluso apartándome,
como así hiciera Vd. del entorno familiar, ha cesado Vd. nunca en el mismo
criterio: "La culpa es mía y se la echo a quien me da la gana").
No tengo intención alguna de
encontrarme con Vd. o en su presencia; persona de características
extremadamente conflictivas y violentarias, en especial con personas
vulnerables (incluso sus propios hijos).
Cuando vi como Vd. se conducía
(la primera cuando los niños dijeron hace años que Vd. les pegaba mucho y ya
más recientemente ante la situación que ha generado sus métodos, hablé con Vd.
(por supuesto por teléfono) y dejó claro que los hijos son suyos por tener Vd.
útero.
(he
tenido ocasión de comentar esas afirmaciones de Vd. y parecen ser ciertas, al
menos en nuestra cultura actual en España, por encima de cualquier derecho
humano que se pudiera intentar reclamar para un tercero).
Supongo que así lo concibió Vd.
desde el primer momento (y con ello justificara Vd. cualquier
actuación propia).
No veo ningún objeto a quedar con
Vd. en lugar alguno y menos en tener delante de mi persona de tal naturaleza, (estando,
como señala la sentencia, la situación en manos de la voluntad de la DGA) una
vez ha venido Vd. misma a “dinamitar” cualquier alternativa viable para la
víctima y argumentar, en todo sitio y lugar en favor del criterio de Vd.
que viene siguiendo desde hace décadas con quienes considera propiedad suya (como
en este caso los hijos y la propia víctima). Pues Vd. se concede para sí
esa licencia de agresividad y formas de violencia (de todas las maneras y
formas que se pudieran conocer y concebir). No puedo imaginar el grado de
sufrimiento que ha podido llegado a causar a quien se le haya cruzado en el
camino (también así se lo dijo Vd. a víctima, según me trasladó en su día).
Es imposible concebir que con
Vd. se pudiera llegar a ningún tipo de acuerdo porque
sencillamente, como lo demostró en el pasado, no los respeta (y
siempre encuentra, genera o artificia, un argumento para acabar por no
respetarlos). Por lo que he podido conocer de Vd. siempre lo tiene
todo claro y no acepta "de facto" nada que no sea la voluntad, ya
preconcebida y planificada con mucha antelación, de Vd. misma.
Bien pudo antes de iniciar todo
esta acción contra la víctima, pedir otra opinión o visión (a mi persona)
y resulta obvio que no la precisaba y por el contrario ya se previno en crear
las circunstancias más apropiadas a ese concreto objetivo de ir persuadiendo al
entorno social de esa convicción de Vd.
(Vd.
ya lo tenía todo decidido y calculado, y parece ser que estuvo informándose
detalladamente con otras señoras que como rol de madrastras ya actuaron
previamente y con éxito, como Vd. ha venido actuando frente a la víctima en las
últimas décadas).
Lamentablemente ha hecho cargar
al hermano con la responsabilidad de actuar de la manera mostrada (y tampoco
parece que le fuera preciso otra visión diferente a la que ya Vd. concibió).
Desconozco el motivo por el
cual Vd., en este momento, se dirige a mi persona
(incluso previamente en la
antesala a la entrada de la Sala de la Audiencia llegó a afirmar que mi persona
no le cogía el teléfono (sin dirigirme mi persona hacia Vd. para nada, ni en
ese momento ni después) No es la primera vez que se conduce Vd.
de esta manera, y estoy persuadido que Vd. nunca se ha conducido de manera
diferente: Lanza al "aire" sus argumentos y acusaciones en busca de
público que los escuche y crea (es su "representación teatral" de
las cuales consta que ya hiciera cursillos de teatro en la universidad y los
retomara hace unos pocos años, según señalara la víctima.).
Poco puedo aportar a la visión
que Vd. ha mostrado hasta la fecha, por lo que considero esta iniciativa suya (a
estas alturas) parte de su propio argumentario, escenografía y relato
destinado a seguir las pautas que el refrán señala más arriba.
Espero que quienes tienen la
competencia actúen correctamente y encuentren solución aceptable y acorde
con las potencialidades previas que ya mostrara la víctima y por el bien de la
víctima.
(cuestión
también dudosa que en ello hubiera éxito, pues como demuestra la experiencia en
casos similares, a efectos prácticos – y de los que empiezo a tener
asombrosa constancia de hasta dónde pueden llegar figuras parentales que, como
Vd. se determinan de la misma manera y bajo los mismos principios -,
nada evitará que su objetivo de Vd. se cumpla sobre la víctima; por lo que
considero este acto de Vd. hacia mi persona, una escenografía más, propia de
una representación teatral, una de las muchas ya puestas por Vd. en escena, ya
por Vd. concebida, destinada a prolongar el sufrimiento extremo de la víctima (acabando
con todas sus esperanzas y fe en sí misma –a base de procurarle o llevarle a
los entornos y contextos donde pudiera padecer las mayores calamidades y
contrariedades posibles) y con ello arrastrar, si le es posible, a todo
aquél que hubieran concebido las mismas esperanzas y fe en esas capacidades que
toda persona posee en condición de persona (incluso aunque sean señaladas en
informes médicos) y llevarlas, según sea el caso, a la desmoralización e
inoperancia de facto, si son profesionales de cualquier ámbito, o a la
desesperación (y si es posible a la destrucción moral y/o espiritual) si
son personas que sostuvieran vinculaciones afectivas sinceras con la víctima (haciendo
ver a quien pudiera observar el caso, que los principios y valores que venía
sosteniendo la sociedad, en nada pueden ante la capacidad que Vd. ha aprendido,
o ya tuviera predisposición innata, para sabotear cualquier posibilidad
alternativa, que se desvíe de sus objetivos e intereses particulares – incluso
en ese objetivo, proseguir desorientando/confundiendo a la misma víctima aunque
ello prosiga poniéndole en riesgo vital).
Le ruego no se dirija en modo
alguno a mi persona y menos generando ningún tipo de expectativas a
no ser que tenga algo concreto que decir o transmitir, menos cuando ya lo tiene
todo concebido y planeado, como le fuera señalando a la Victima en su día
y que le lleva a vivir lo que en la actualidad desgraciadamente está viviendo.
Cuando Vd. ha querido transmitir una situación concreta le ha bastado llamar
por teléfono para desentenderse de cualquier situación que Vd. misma no
quisiera asumir, incluso de sus propios hijos, y llevarme a realizar peticiones
urgentes de permiso laboral para atender cuestiones que a Vd. le resultaran
enojosas o preocupantes en su pronóstico inicial – y estoy hablando de
hace alguna decena de años que otra, cuando ya Vd. hubiera señalado
que en nada y para nada quería que mi persona estuviera ni si quiera
en contacto con los hijos (que por cierto viene negando que nunca me
llamara para cuestión alguna; Vd. siempre fue así).
Por otro lado, todos "sus"
hijos (porque así manifiestan Vd. que son de su propiedad)
tienen y han tenido mi número de tlfno.
Aún así entiendo que esto,
incluso estos dos email que me manda, forma parte de esa
"representación" (teatral) que Vd. ha concebido para Vd. misma y para
quienes les rodean
(incapaz
de asumir nada en primera persona, su papel sigue siendo involucrar a terceros
siempre que le sea posible (y que sean estos quien les haga a Vd. el trabajo
"sucio" y asuman su criterio por el cual, graves errores de Vd.,
tiene derecho a echárselos a quien Vd. le diera la gana. A la vez
que da lecciones de cómo se debiera hacer todo lo contrario a lo que Vd. misma
ha venido haciendo).
Espero al menos, que el
destino, un día, le ponga a Vd en el lugar que realmente le corresponde así
como a aquellos que "han estimulado o consentido" de manera tan
obscena en esta actuación contra la víctima.
La víctima un día la definió a
Vd. de manera tan certera (en un intercambio de wasatp con su hermano)
que me sorprendió tanta precisión y acierto. Conservo ello como reliquia de su
lucidez y luz que Vd., al parecer, lleva decenios intentando apagar. La
resistencia que opone la víctima y su persistencia en “hacerlo él solo y por él
solo” (único camino y única alternativa que Vd. parece permitirle, aún a
sabiendas de imposible y que le lleva al padecimiento extremo de este último
año y otros errores precedentes), solo muestra lo que le va quedando a la
víctima de su voluntad y fe en sí misma en querer seguir viviendo, como
manifestación de su Luz interior que Vd. parece ser, en todo momento
ha deseado apagar como fuere, en la simple razón de que esa Luz no fuera de la
condición que Vd. considera conveniente según su criterio.
Vd.
según narra la víctima, le hiciera pasar a los 14 años toda la noche fuera de
casa por seguir usando el ordenador, y la pasara solo y expuesto en un parque
cercano. Vd. en ese caso, iniciaría un proceso sobre la víctima de soledad y
exposición al abandono como alternativa única y lógica a falta de otros
recursos y al parecer multitud de carencias que son propias de una familia
amparar y procurar, determinando así poco a poco el “destino” de esta persona
que como dice y le acepta esta sociedad: Es de su propiedad.
Tampoco la odio a Vd. (porque
si odiarla a Vd. sirviera para solucionar el problema que Vd. misma ha creado,
bien que lo haría).
Sin duda espero que el día que
fuere que corresponda que a todos nos ha de llegar, sea su alma verdaderamente
juzgada (como a mi juicio se merece) ya sea por Osiris, Cristo o Buda o
cualquier otra figuración de esa justicia Universal que no se pudiera torcer y
sea esa Justicia la quien en Vd. y por Vd. misma se le muestre; en
la esperanza de que su espíritu nunca vuelva a aparecer en este mundo, ante la
crueldad y frialdad que ha sido capaz de mostrar; nada puede haber más torcido
a las Leyes Naturales que rigen o lo debieran, a las familias. Y responda Vd.
ante quien no se puede ni deje engañar (es decir ante Vd. misma, que es
quien mejor se conoce).
Siempre supo Vd. donde era y
fue feliz la víctima, y tampoco le pareció a Vd. bien. Un proyecto en el campo
destinado a transmitir conocimientos sobre las leyes naturales que rigen la
existencia de vida en nuestra planeta (y que están vinculadas con las leyes
de la vida y el Derecho Natural que rige o lo debiera a las familias), con
el cual construir vínculos y conocimientos entre los hijos que siempre les
hubieran sido útiles como “orientación” para distinguir el bien hacer del mal
hacer - optaran por la profesión que optaran y que Vd. (después de la escena
que también organizara después de la separación, consideró que ese proyecto que
tomaba cuerpo debiera ser para Vd. ¿Recuerda el insulto que me
dedicara en cuando el juez me otorgara su uso? y el que
le dedicara a mi padre ya enfermo?) a la postre ese proyecto familiar
se convertiría en “espejo” de cómo concibe Vd. la vida: Un lugar adecuado para
que Vd. tomara el Sol. Eso fuera todo o que Vd. hiciera (además de que la
Víctima se quejara que uno de sus hermanos cortara con la motosierra el árbol
que iba creciendo y que el mismo sembró, por el solo hecho de recuperar el
contacto con su padre y su padre advertirle de que una motosierra si nunca la
había usado viera sus peligros en Internet y los medios de protección a tener.
Vd. en queja, no usó, ni arriesgó para esa tarea a su hermano David, sino a su
hermano Alejandro. .
No sé para qué Vd. puede
precisar mi presencia en nada ni para nada (concibo como nuevo rasgo de
crueldad que Vd. se dirija a la propia víctima para reclamarle que me presente
ante Vd. y a su vez tanto persistir en tenerlo coaccionado, angustiado y amedrentado
y a la vez darle recados que traslade a su padre para que contacte con Vd. como
si Vd. no hubiera contactado durante estos últimos 30 años cuando le hubiere
placido o interesado con mi persona, sin precisar de terceros y menos en esta
ocasión usar de la propia víctima nuevamente para sus fines de Vd.) (como
si a la postre, sin duda en mi pensamiento, le quisiera trasladar a la única
víctima en este caso, y al entorno, el mensaje de que "Vd. hizo lo que
pudo" y su padre es el responsable de su situación de víctima" cuando
la realidad es Vd. quien ha iniciado todo esto)
Que salga ahora Vd. a escena
solo se puede concebir como el último acto de este sainete y tragedia que
concibiera Vd. ya hace años (aunque jure y perjure que ya hará unos 13
años, Vd. misma me llamara a mi trabajo para anunciarme que "habían
enterrado al padre de Vd. y preguntarme si no me había enterado?" y
posteriormente, de manera sorprendente hablarme de sus favoritismos personales
de unos hijos respectos de otros).
Vd. crea conflictos y
problemas; Vd. crea los relatos (como si Vd. nunca hubiera levantado una
mano contra nadie y menos contra sus propios hijos) y Vd. por último ha
estado intentando crear compasión hacia su persona cuando en realidad su papel
ha sido de cruel frio e insensible verdugo – tal vez amparándose en la
idea de que siendo así como concibiera la vida para Vd. misma, sea la manera de
educación más adecuada y clara de transmitir a sus propios hijos.
Nunca dio Vd. puntada sin hilo,
hasta el punto de que en su crueldad aún persiste en aumentar el sufrimiento
espiritual de la víctima pidiéndole que realice una tarea de mediadora que se
concibe ya postrera y punto final para él de este argumentario suyo (que
tantas veces parece haber realizado en su vida profesional con otras personas y
familias).
No se concibe que se hayan
tomado tan malas y nefastas decisiones e iniciativas para el devenir de una
víctima. No se puede concebir tan malas decisiones tomadas e incluso la
inacción y excusas de Servicios Sociales (aún no nos han trasladado sus
planes para la Victima) sin en ello introducir elementos de
"inercia" (al parecer tan conocidos por Vd. en su vida profesional)
que han traído a esta situación a la víctima (tan seguramente premeditado
como otras víctimas y familias hubieran podido concebir una vez este aparato
violentario se ha puesto en funcionamiento).
Concibo, conociendo ya su
extrema frialdad, cálculo y crueldad de Vd. que precisa esos email que manda
para algún tipo de excusa final (que sin duda tiene premeditada acepte o no
una entrevista cuyo final ya conoce; por lo cual solo es mero trámite para
proseguir con lo ya planeado por Vd. y desde luego en concurso con otras
personas que ya salieran o saldrán a escena) la situación no me engaña, al
menos a mí.
Si algo quisiera Vd. decir
dígalo directamente y por los medios que bien conoce y ha usado anteriormente
sin tanta ceremonia – Vd. nunca precisó ceremonia alguna para dar
palizas a los hijos, pedir permiso a nadie, aunque sí parece que prosiguiera
con el tradicional refrán mencionado al principio.
Se entiende que Vd no
actúa para resolver nada en favor de la víctima sino que lo hace como actriz
que sigue un papel y una representación para no solo salir impune (como
suele suceder y sin duda sucediera como en otros muchos casos similares a este
que en nuestra sociedad son tolerados) sino a su vez blanquear no solo a
Vd. sino a todos los que han intervenido en esto que parece una espantosa obra
de teatro propia de Dickens.
El último Auto de la Audiencia ya
señaló que su decisión se debe aplicar sea cual fuere la posibilidad de recurso
(aunque creo que es coletilla que aparece por doquier). Espero que ello
se atengan los que llevan poniendo escusas nueve meses, y al parecer hacen como
Vd, (que si el de BCN no hace, no quiere o no dice (porque parece al
final que solo es formulismo y dilatación como ya señalara en su momento el
padre de la Víctima: Ausencia de Auxilio a la víctima; una ausencia que fue sin
duda premeditada, reglada y buscada y recomendada por Vd. o a Vd.
misma).
Muy distinto hubiera sido el
tono de este email si su persona hubiera actuado de manera bien distinta a lo
largo de los años, en especial hacia sus hijos; pero conociendo como se ha
venido Vd. expresando y sus sorprendentes argumentos en cualquier situación
pasada y reciente es realmente difícil concebir que detrás de estas
comunicaciones no persista sino la misma voluntad de siempre – ya que
suena a esa nota que su gabinete de letrados me remitiera cuando fracasando en
presentar una situación de facto que le facilitara una actuación judicial de
separación matrimonial sin mi presencia – usando un pretendido conflicto en
vacaciones que la presencia de mi padre, entonces aun en vida – le frustrara.
La carta de entonces es casi
calcada, en términos absolutos, a su email de estos días. El consejo de mi
letrada, entonces, fue que no se me ocurriera presentarme en ese despacho de
letrados yo solo y que ni siquiera la atendiera y que ella se encargaría de la
cuestión. Como así fuera.
Si quiere cualquier cosa de mi
persona sabe mi número de móvil, úselo (aunque concibo que decir que lo
desconoce también forma parte del cruel sainete lleno de mentiras en que
convierte todo lo que Vd. toca) y en algún momento sabremos por qué
esto también lo niega.
Estoy a disposición de recibir su llamada y en atención de que no moleste más a la víctima.
Contestación de la figura parental materna:
Tratando de
resolver conflictos
27 de julio
de 2022 12:42
Buenas tardes ¿Cómo estás?
Me he quedado anonadada al leer tu email
de la semana pasada.
Disculpa si alguna vez te molesté en el
pasado (siglo anterior) con mis hechos o palabras. Nunca fue mi intención y
creo que esto no viene ya al caso.
Mi propuesta ahora era la de llegar a un
acuerdo, aunar esfuerzos con un criterio positivo y eficaz, para mejorar la
situación, precaria en extremo, de Víctor.
Insisto en el objetivo: hacer que Víctor
tenga una vida lo más digna posible dadas sus circunstancias que habrían de
valorarse adecuadamente.
El hecho de solicitar una entrevista
personal ante quien tú desearas como mediador/a, responde a mi esperanza de que
realmente desearas ayudarle.
El tiempo pasa rápido así que lo que no
hagas ahora, ya no tendrá posibilidad de realizarse.
A tu decisión queda.
Contestación de la figura parental paterna:
Re:Tratando
de resolver conflictos
27 de julio de 2022 12:42
La objeción quedó clara.
Presencialmente con Vd. nada de nada, por teléfono ( ) lo que crea al respecto.
Contestación de la figura parental materna:
Re:Tratando
de resolver conflictos
03/08/2022
17:03.
¡Feliz cumpleaños (creo)!
Hablaremos por teléfono.
Como ya no va el asunto de un día u otro,
mira a ver si te cuadra como fecha el martes 9 de agosto sobre las 20 horas.
El único tema a tratar es: cómo vemos el
futuro de Víctor y de qué forma podríamos ambos actuar para mejorar su
situación.
Un saludo.
Contestación de la figura parental paterna:
Re:Tratando
de resolver conflictos
03/08/2022 17:03.
Te confirmaré la fecha sugerida en
breve, Saludos.
Contestación de la figura parental paterna:
Tratando de
resolver problemas
05/08/2022 10:12
Buenos días,
El día que podría mantener la
conversación señalada podría ser el 18 ó 19 de agosto, pues la semana anterior
la jornada laboral es de lunes a domingo y desearía prepararla lo más
convenientente posible.
Saludos.
Contestación de la figura parental materna:
RE:
Tratando de resolver problemas
08/08/2022 12:32
No creo que haya que preparar nada. Al
menos, por mi parte.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Yo propuse el 9 porque he estado de
vacaciones hasta hoy y volveré a marcharme.
Me da lo mismo cualquier lugar, día y hora con tal haya cobertura...
Contestación de la figura parental materna:
Habrá que
concretar algo más la fecha y hora de la comunicación y quién llama a quién.
15/08/2022 12:58
¿Cómo vais ahora que han bajado algo las
temperaturas?
Tengo compromisos para esos días 18 y 19
de agosto del 22 así que si te parece oportuno que hablemos sería necesario
marcar día y hora exacta así como especificar quién hará la supuesta llamada.
Trataría de amoldarme a lo que te pareciera mejor y, si no, llegar a un
acuerdo.
Recuerda:
·
Día
· Hora
· Quién marca el número
Si cuadra bien, te lo haré saber.
Última Contestación de la figura parental
materna:
No se produjo llamada telefónica para
hablar de Víctor el 18 ni el 19 de agosto.
20/08/22 16:48
¿Cómo va todo?
Creí que el 18 ó el 19 de agosto habría
alguna comunicación telefónica sobre el tema de Víctor como dijiste, pero no se
ha producido.
Perdona por haberte entretenido.
Consideraciones ante
estos email (fantasmas) de esta señora
Lo primero que llama la atención en los email de esta
señora es que vienen a coincidir con el deseo de la víctima de retornar – señalando dos semana en el ámbito materno y
luego ir a casa del padre una vez arregle este su casa (¿?) - por lo que no cupiera duda de ser el propio
entorno materno quien retrasa y sigue dilatando las oportunidades de regreso de
este hijo Víctima.
Incluso los email que manda la progenitora parecen
estar escritos despalda a la actividad de Servicios Sociales que en esos días
se pone en contacto con el padre para intentar retornar al hijo por medio del
Juzgado de BCN que da un plazo de 5 días para cerrar el asunto; y ese plazo se
cumple sin éxito alguno y tampoco previamente la madre ni el entorno materno
diera la dirección de la pretendida tía para que este hijo fuera atendido como
él mismo pidiera serlo.
La emisión de emails, como se pueden ver, no son otra
cosa que una dilatación en lo que parece “espera de acontecimientos”, mientras
a su vez, bloquearía el deseo de retorno del hijo so pretexto ahora de “una
supuesta negociación con el padre”.
A la vista se halla las primeras excusas que evidencia
por supuestos cambios de número telefónico del padre, cuando los hijos conocen
el número desde hace tiempo y por ello estaría al alcance de la pretendida
madre. Y a su vez propone en fecha el 9 de agosto que ella misma condicionaría
con el email del día anterior 8 señalando y condicionando la conversación a que
haya cobertura telefónica (lo que en sí mismo, conociendo a esta señora, ya se
podía dar cualquier comunicación que se estableciera como bloqueada en el
momento en que ella quisiera apelando a pretendida y ya avisada cuestión de la
cobertura).
Ya era visible que la prioridad de la señora no era el estado de la víctima, en ningún caso o perspectiva que ella misma pudiera señalar o decir en sus propios mensajes; sino al parecer una excusa al que aún no conocemos el motivo de tal entretenimiento, porque al proponerle los días 18 y 19 ella misma dice que se hallará de vacaciones y se ha de entender que los deshecha para posteriormente señalar lo contrario que los esperaba, concluyendo con disculpas.
No obstante, el mismo día 15 de agosto, en los cuales alude a que tiene esos compromisos para los días señalados por el padre, 18 y 19 de agosto, señala un aparente complejo procedimiento a seguir para llegar a un acuerdo sobre el día y la hora: llegar a un acuerdo.
Recuerda:
·
Día
· Hora
· Quién marca el número
Si cuadra bien, te lo haré saber.
Nunca ha habido intención real de una conversación si
no fuera como ella misma indicara inicialmente, de manera presencial que es el
ámbito donde más cómoda y mejor se siente para poder promover un conflicto
(como otros que de manera sobrevenida montara en la calle pidiendo socorro y
gritando Auxilio Policía en las fiestas del Pilar del año 2021 y que, ante la evidencia de querer
montar follón de manera unilateral, en esa ocasión no le saliera a cuenta. Pero
la naturaleza del personaje no se olvida y las sutilezas que aparecen en sus
email, como “intentando resolver conflictos”, cuando la idea prioritaria sería
trae al hijo y proporcionarle cuidados y ámbito de recuperación; y a mi
rectificación del título “Intentando resolver problemas” acaba por proponer un
complejo sistema para acordar la fecha y hora, e incluso a ver si le viene bien
quien llama a quién.
Señalaría esta señora que “no hay nada que preparar”
para esa conversación, por el contrario el Tema es cómo vemos el futuro del
hijo y cómo podríamos actuar para mejorar su situación (¿?)
Parece obvio que el primer paso es atender sus
reclamaciones para volver o ser asistido y ambas han sido rechazadas y/o
aplazadas por el mismo entorno materno, la última en este último mes de junio.
Aún así, parte del título del Tema que impone la madre
en el email, tampoco es de despreciar, porque señala una cuestión que de
partida sería secundaria: Como Vemos el futuro del hijo; el término ya
induce a que “cada cual vería las cosas de una manera diferente”; pero sin
duda, si ese entorno materno sigue actuando de la forma y manera, seguro que
cada vez la situación será peor y más grave. Porque sencillamente no se
responde a las solicitudes de ayuda de la víctima para retornar o ser asistido
y se aplazan por el mismo entorno “sin e die”, apelando a esta pretendida conversación con el padre en la
que implica al hijo, para que medie, y a su vez esté pendiente de un resultado
que aplaza su intención de regresar o ser asistido ya manifestada en emails de
mayo y junio.
La “bomba” de la comunicación es cuando ya la señora
señala que “lo breve y bueno dos veces bueno” refiriéndose a la
comunicación que debiéramos mantener y de la cual el hijo, en extrema penuria,
se halla a expensas para poder retornar. Es el colmo esta señora que remata las
comunicaciones por email primero señalando que esos días propuestos no puede y
luego señalando que los esperaba para comunicarse y se despide pidiendo
disculpas ¿Qué le va a decir al hijo que se halla esperando resultados al
respecto?
Un rasgo muy determinante en estas comunicaciones ha
sido que la señora no ha remitido los email adjuntando la respuesta anterior y
las ha ido fragmentando, por lo cual el hilo de las conversaciones se hallan
sesgado y a expensas de presentarlo en la manera que le fuera conveniente para
construir un relato convincente si fuera el caso que lo precisara.
También merece la pena hacer
observar la frase final de uno de los primeros emails emitidos por la figura
parental materna al padre, en razones de convenir un pretendido acuerdo
respecto a la situación del hijo Víctima, donde la madre se expresa en su frase
final de la siguiente manera literal:
El tiempo pasa rápido así que lo que no
hagas ahora, ya no tendrá posibilidad de realizarse.
A tu decisión queda
Lo cual resulta inquietante
y podría tal vez dar motivación los tribunales sobre a qué se referiría esta
señora con lo que paceré una advertencia para iniciar el contacto rápidamente
que luego difiere y dilata en el tiempo de la manera ya expresada
anteriormente; sobre todo porque el resto de emails no “concordarían” con lo
que parece una advertencia y por otro lado, dilate y haga compleja y llena
probables y manifiestas condiciones la
misma pretendida comunicación a establecer.
En cualquier caso la señora sigue mostrándose caótica en tanto en cuanto no se transite por donde ella desee como conveniente a sus propios intereses y consecuentemente dispuesta a seguir sembrando el caos y la confusión hasta que se llegue o se den las circunstancias que más le convengan y pueda señalar como siempre que “Hizo lo que pudo” y que a tenor del este lenguaje sorprendente por su pretendida y excesiva e incluso inapropiada por exagerada amabilidad, seguro que responde a una cuestión de estrategia calculada y premeditada.
Fiabilidad
en el pasado de los acuerdos con la madre.
Solo recordar a título de
muestra, que en el pasado, facturas sobre los niños que remitiera la madre al
padre – entono muy diferente al de estos
emails y de su puño y letra - se señalaría que las condiciones asistenciales
para los hijos en el trabajo del padre parecían mejorar en mucho las condiciones
de la empresa aseguradora privada y los convenios para resarcir gastos de hijos
en las familias, igualmente eran mejores los del ámbito laboral del padre - hace casi treinta años - y en ese
comentario, la madre traslada al padre libro de familia, para que el padre
concrete ese tipo de prestaciones.
A la vez, al poco tiempo señala el entorno parental
materno que el padre se queda el dinero
de esas prestaciones (que se originan
bajo las prescripciones médicas sobre los hijos que la madre traslada al padre
y cuya facturación se traslada según convenio vigente.) Señala el padre que
tardan tres meses o más en que esas prestaciones se paguen, pero la madre
insiste en que el padre se queda el dinero. Es en esas consultas es cuando se
señala al padre que solo puede estar los niños bajo una sola cobertura de las
prestaciones Sanitarias: o de la empresa del padre o de la entidad privada
aseguradora de la madre; y es en ese momento cuando se descubre que la madre
prefiere su propia aseguradora privada porque no le gusta la entidad que presta
asistencia Sanitaria que rigen en el ámbito laboral del padre; aunque parezca
que haya mejores prestaciones asistenciales en términos económicos. Ella era
grupo A y por ello con mucha mayor información disponible al respecto de
cualquier circunstancia administrativa y legal que el padre, que era del grupo
D. Coincidiendo que desde ese momento ya no traslada la madre gastos al padre
sobre los hijos (señalando que el padre
se queda con el dinero y punto).
Aun así - y
dadas las extrañas circunstancias que se dieran a tenor de este asunto, que
incluyeran esas acusaciones y ya conociendo que esta señora solía acusar de lo
que ella misma hiciera - el padre consigue las normas que rigen las prestaciones
de funcionarios de la Comunidad en términos económico que pudiera solicitar la
madre en ayuda a libros escolares, y acaba en la duda si fuera la madre quien
llegara “a hacer trampas” al pasarle las facturas de libros al padre sin
descontar la parte proporcional de los posibles ayudas recibidas por la madre
en esos ámbitos; pero dadas las circunstancias declina ir más allá.
Siempre fuera práctica habitual de esta señora acusar
a otros – en especial padre – de lo que
posiblemente ella misma hiciera – como
venía ocurriendo al respecto de sus propios trastornos mentales y atribuirlos
al padre o al hijo Víctima, como si, “para por si acaso”, colaba, y que a
la postre resultara que así sucediera.
Tampoco le dejara el juzgado - durante el proceso de separación del marido - al entorno materno el ámbito rural donde se construyera casa y piscina y campo de tenis para proyecto familiar, pero la señora se las ingenió para meterse en ese territorio sin permiso y hacer uso de él hasta generar un conflicto – porque lo quería para ella.
Tampoco es el padre quien saca cosas de hace del siglo
pasado
y mucho menos de hace 50 años
En informes médicos, a parte de las falsedades
señaladas para hacer viable un relato de ingreso forzoso sobre el hijo víctima,
el entorno materno incluye unos antecedentes en el que busca antecedentes del
ámbito paterno en la figura de la abuela materna de los hijos; señora que nunca
pudieron conocer porque falleciera hace 50 años
fuera con embarazo o no. Pero ya no se puede dudar que la búsqueda de
antecedentes en cualquier sitio o, lugar, solo respondería a una estrategia
destinada a fortalecer su propio relato y a su vez distraer el foco de su
propia persona – que es lo que ha conseguido hasta el momento.
Es una
referencia que hace el entorno materno "actualizando" situaciones del
pasado que desconoce de facto porque nunca se conocieron abuela paterna y esa
señora que hace las funciones de figura parental materna; pero sale a colación
en base a la relación estrecha (calificada
de amistad de hace muchos años, como viejo amigo) a un tío carnal del padre
de sus hijos, cuando en realidad lo conoce porque es el propio padre, en su
relación familiar quien les presenta como tío y padrino del padre de sus hijos.
Y el citado personaje, que ya hará cincuenta años se presentara ese tío carnal
en la Universidad Laboral de Huesca -donde estudiaba con 14 años uno de los
hijos de su hermana fallecida – para decirle que “su padre había matado a su
madre” y luego, después de la chapuza (una más de las muchas acaecidas en esta
familia) ofrecerse como figura parental
a los hijos de su apadrinado – una vez se separara el matrimonio y frecuentara
a la madre en cuanto esta lo requiriera. Siendo rival y enemigo de la familia
en disputa por el relato de ese fallecimiento – cuestiones que parecen estar a
punto de repetirse cíclicamente casi con los mismo personajes en activo
(mientras jueces, fiscales y servicios sociales se hallarían de vacaciones) o se
hallaran a la espera - a ver con qué otro
relato o proposición “amanece” la señora que tan mal e inadecuadamente ostenta
la responsabilidad de figura parental materna.
También señalar que el alcoholismo de un tío del
propio entorno, hermano de la madre (en
este caso sin incluir situaciones creadas por la propia madre en condición de
hermana, desalojando de su entorno a ese tío carnal con una maniobra, que
incluye cierto evidente "engaño", al heredar el piso de la abuela al
fallecimiento de esta y tener derechos constituidos ese tío por siempre haber
vivido en esa casa como su único hogar). Al ser desalojado bajo compra de
“su parte” y en promesa de no desalojarle – pero
sí hacerlo en favor del hermano que luego actuaría contra el hijo víctima –
el tío intenta un suicidio que resulta fallido pero que se atribuye a
alcoholismo en los informes médicos que figuran como antecedentes ahora del
hijo víctima.
La madre, desde luego, resulta, en apariencia, una “maestra”
en manipular circunstancias y con ellas a profesionales que por ella se dejan
guiar como ya se ha señalado e incluso demostrado en la parte anterior de este
artículo.
Normalizar
ciertas situaciones de abuso sobre el hijo víctima, señalando la misma víctima que
en la guardería hubiera sufrido abusos el hijo víctima (pero señalando la figura parental materna que siendo de un menor, que
sobre la víctima le chupa los genitales) y como solución propone que a ese
niño que así se portó con él, también se lo harían, y con ello construye una
solución aceptable (como ella dice: lo
breve y bueno dos veces bueno); dada la trayectoria seguida por la víctima,
en consejo parental materno, pues esta señora parece variar de criterio de
gravedad según se refiera a cuestiones de gestión se den bajo la responsabilidad
de la figura parental materna o poderla trasladar a otra figura, como la
paterna, variando para ello el criterio de evaluación y gravedad según esas
condiciones; aunque todo ello acabe siendo contradictorio.
Tampoco
parece que se interesara porque sufriera el hijo acoso en el colegio – conociendo a la madre y su profesión, y cómo
ha venido respondiendo el ámbito educativo desde hace unos años al hecho de
acoso - culpabilizando a l@s niñ@s
víctimas por sufrirlo - nada se puede añadir.
Como
tampoco nada que decir que por una discusión por el uso del ordenador, la madre
lo echara a la calle a pasar la noche entera en soledad en un parque cercano,
con 14 años de edad. Lo que podría explicar que el hijo acabara por aceptar
irse en soledad a este viaje a lo desconocido y sin compañía, que es lo que
suele hacer toda persona, buscarse compañía siempre para no estar solo y
siempre poder pensar dos personas en
cualquier situación que se dé o sobrevenga.
Corolario
Es posible que el tribunal vaya tolerando las coacciones de la madre
sobre el hijo, pero hay límites en ello, al menos quedaría claro en Europa – a tenor de sentencia resolutoria recaída
sobre el Presidente de la Comisión Europea de Justicia y Bienestar, el español
Fernando López Aguilar que redactara la legislación sobre los derechos de la
mujer, y que fuera denunciado por su propia ex_mujer ya desempeñando Alto cargo
en la Unión Europea –
creo recordar que era Presidente de la Comisión de Justicia y
Bienestar en la UE – y que él mismo
señalaría que esa ex_mujer padeciera trastorno derivado en su ámbito familiar
precedente; llevando esa declaración a ser contrastada y verificada,
considerándose falsa denuncia y, aunque fuera apartado de todos sus cargos e
incluso de su militancia en el PSOE, luego fuera restablecido en todos ellos.
Por lo que se pudiera deducir que si bien en el caso de este hijo
víctima, se toleraría por el ámbito judicial las coacciones ejercidas en el
ámbito materno – tanto por parte de madre
y hermanos – e incluso llegar a consentir el ámbito judicial y de Salud
Mental, la violencia del maltrato extremo sobre el hijo víctima,
pero siendo de tal naturaleza absolutoria la Sentencia del Tribunal
Supremo en el caso del Sr. Aguilar, no se debería permitir que la actividad de personas que proyectan sus
trastornos mentales sobre terceros - causando
estos daños y perjuicios, como fuera en ese caso concreto y en el del hijo
Víctima – fueran tolerados y así evitar caer en la actividad caprichosa de
la voluntad de personas así afectadas mentalmente – y las múltiples evidencias que al respecto existen en este caso, del
que este artículo solo es pálido reflejo, - aunque no estén diagnosticadas
pero que resultan evidentes, como en este caso lo es.
No es concebible que los entornos judiciales conciban que este ámbito
de circunstancias que rodea al entorno materno siga actuando “con plena
comprensión y legitimidad” sobre este hijo víctima y su padre, y mucho menos
que pudiera contemplar que se pudiera llegar a cualquier tipo de acuerdo con
una persona así afectada como lo es la figura parental materna, sin correr el
riesgo de verse nuevamente bajo la presión coactiva de nuevos relatos
construidos “ad hoc” que permitan retornar a situaciones cíclicas ya conocidas
y al bloqueo permanente de soluciones viables para la recuperación psicológica
del trato sufrido por hijo víctima, que parece el objetivo de fondo de esta
señora que porta la figura parental materna.
Por ello cabría preguntarse si alguien de los que ha venido actuando
en este caso del hijo víctima se hallaría en disposición, si llegar el caso, a
tener que acordar - en cualquier ámbito
de su vida personal - con personas así afectadas por circunstancias
mentales aquí señaladas y si ello supondría una visión halagüeña para
cualquiera que fuera la cuestión a pactar o poner en vías de solución. Y en ese
sentido, si van a dejar en manos de esta señora – así trastornada – el destino de hijo víctima y padre que lo
defiende.
Cabe aún señalar para más abundancia, que se posee grabación realizada
por el hijo - en su inicial estancia en
el terreno rural construido por el padre y usado por el entorno materno –
durante el periodo de 2020, donde al llegar la figura parental materna, un par
de días más tarde le grita al hijo: “Ya te he oído!!! ¡¡¡Que hace un momento me
has dicho que me ibas a arrancar la cabeza!!!! Y siendo la grabación del hijo
continua y sin cortes, se puede constatar que nada de ello dijera el hijo, por
mucho que se retroceda en la grabación que creo que es, en ese tramo, de tal
vez una hora o más.
Podría deducirse de esa circunstancia que la figura parental materna
es plenamente consciente de que estaría actuando en contra de los valores
aprendidos de niña y que por ello su actitud y mal proceder sobre el hijo sigue
reclamando a su conciencia hasta el punto de que ella misma – probablemente de manera inconsciente –
“se reprochara” así misma, construyendo en su mente estas frases amenazantes
contra sí misma y a su vez optara, también inconscientemente, por atribuirlas
al hijo – porque de hacerlo conscientemente
creo que podríamos entrar en el terreno ya de crueldad manifiestamente
inaceptable, ingestionable e intratable.
Estas circunstancias ya fueran advertidas por el padre sobre el
comportamiento así enfermizo de la madre, cuando verificara cómo fuera
construyendo lazos – muy inadecuados
– con el entorno familiar cercano y ya en la separación advirtiera a ese
entorno que el comportamiento de la madre correspondía al de una persona
enferma, pero ante las “perspectivas inesperadas y extraordinarias” que
representaba esta señora para este entorno, no le creyeron y se ha llegado
hasta este momento ya crítico para el hijo víctima.
Coste de
oportunidad para la víctima
Las manifestaciones de una
víctima, cuando reiteradamente se le bloquean toda iniciativa o no se aporta
para canalizarlas y/o reorientarlas (teniendo
que construirse en soledad por falta de apoyo/empatía/o sintonía
emocional/espiritual) mostrando anhelos o deseos a los que le falta
"la ruta" pueden ser muy bien reflejo de los "costes de oportunidad"
de los que es, en alguna manera y desde luego, consciente la víctima.
Dependiendo de la potencialidad
y las capacidades de una víctima se acaba manifestando, en ocasiones
simbólicamente (incluso mediante
decisiones), que en alguna manera es muy consciente de esos coste de
oportunidad si se hubieran discurrido los acontecimientos por senderos bien
diferentes y no destinados a bloquear todas sus salidas.
Salidas y metas que permanecen
en su ser. Y que pueden muy bien ser motivo de manifestaciones o síntomas de
queja o esfuerzos por recuperar un sendero y un camino que sin apoyo
difícilmente encontrará (menos aún de la
mano de quienes tienen por objetivo seguir bloqueándole, porque bloqueos de
esta naturaleza sobre personas inteligentes, difícilmente se realizan sin que
exista un motivo concreto para ello).
Tal vez sea más fácil entender el
término cuando en el mundo del comercio una decisión bloquea posibilidades de
desarrollo de una empresa o comercio, con la diferencia de que en esas
situaciones las condiciones derivan más de la competitividad o rivalidad;
cuestiones impropias, o debieran ser impropias, en el ámbito familiar donde los
valores comunes y la integridad y acompañamiento emocional debieran ser signos
distintivos y la competitividad o rivalidad comparativa una actitud impropia
que tiende a segar caminos y olvidar las singularidades y capacidades de cada
uno de sus miembros, haciendo posible los costes de oportunidad en un ámbito
que debiera ser todo lo contrario.
Como padre de Víctor Miguel he intentado oponerme
al trayecto hacia un internamiento permanente anunciado
ya y explicitado claramente en 2020 (en
una conversación con el mecánico de San Mateo llevada a cabo por la figura
parental materna) anunciada por el entorno familiar inmediato, dado que el
padre observaba en Víctor Miguel inteligencia,
capacidad de razonamiento muy inteligente y asimilación positiva
de ideas; capacidad
y calidad de análisis y síntesis (como señala el hijo víctima en los vídeos que sube a la redes de
Youtube, donde analiza con datos obtenidos en sus propias investigaciones y
narra lo que en referencia a maltratos sobre hijos por parte de figuras
parentales maternas no se divulga por los medios periodísticos habituales ni
siquiera en las redes sociales); y también capaz de realizar tareas propias
de sus conocimientos adquiridos tanto sobre electrónica como video en la formación inconclusa en la Universidad - por falta de habilidades organizativas y/o
de aprendizaje de tareas propias para la independencia, que no se entrenaron ni
aprendieron en casa, ante el monopolio de la madre destinado a no enseñar ni
los fundamentos básicos para preparar alimentos y cocinar, generando así – de
facto – una dependencia de los hijos hacia su persona (que cada uno iría supliendo y adquiriendo como bien pudiera).
Así mismo, mantenía una buena administración de su dinero pero con
exceso de confianza sobre terceras personas que consideraba amigos y que en algún
momento abusaron de él
de manera extrema, porque simplemente nunca tuvo un seguimiento y
asesoramiento en ese sentido – como no lo
tuviera en el plano emocional – y tuvo que ir aprendiendo sin referencia
ni consejo alguno.
Este fue el proyecto educacional de la figura parental materna que se sustenta bajo el principio de “Tú solo y te tiene que salir bien a la primera” Un reto que ni ella misma pudo enfrentar bajo sus propias premisas nunca en su vida JAMÁS y que, difícilmente, nadie puede afrontar con las carencias básicas de partida, o sin referencias de apoyo, (incluso la madre confiesa al padre telefónicamente que ella sí recibiera apoyo - y lo siguiera recibiendo - en razón gracias a la naturaleza de su carácter; cuestión que dice que le diferencia del hijo, y a la vista está cual es la naturaleza del carácter de esta señora y sus consecuencias)
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