Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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lunes, 22 de agosto de 2022

Un Año de Miseria Vergonzosa (Cumpleaños incluido). Papá: “Pon Orden” – “en clase”

 

Un Año de Miseria Vergonzosa

 (Cumpleaños incluido).

Papá: “Pon Orden” – “en clase 

Así mandaba la Víctima un nuevo mensaje a su padre: “Pon Orden” – “en clase”.

El Orden, ir ordenando las cosas, permite ir verificando – no solo las cosas – sino si las personas se hallan en el “lugar” “debido”.

La experiencia demuestra que Ordenar las cosas – en cualquier ámbito – puede llegar a ser un acto que se pudiera considerar, a veces, “revolucionario”, o “revelador” (del que a la postre, se muestra necesario que fuera preciso que “alguien “avalara”) pues el verdadero ordenamiento, es el que es beneficioso para la gente común y parece que suele ser conveniente que se vaya construyendo desde las necesidades observadas desde “abajo hacia arriba”; cuando más se precisa que el orden vaya ascendiendo, más se va comprendiendo que la tarea de ordenar no está exenta de valor y cierto riesgo.

Al iniciar un proceso de ordenamiento “podemos percibir” “qué, o quién, ocupa cada lugar, e incluso “porqué” y qué consecuencias produce en cualquier ámbito.

Ordenar es por tanto una tarea que permite “esclarecer la realidad”; además, aumenta la “accesibilidad” – en un contexto de cualquier naturaleza - sin necesidad o precisar de complejos conocimientos o maneras o formas complejas de interpretación.

Es decir, un buen orden resulta sencillo y lógico de comprender – es lo que se llamaría “un orden intuitivo” que permite la “accesibilidad” facilmente (aunque detrás se hallare un “complejo” sistema técnico o tecnológico que el usuario no tiene porqué entender y comprender; puesto que el objetivo es facilitar acceso).

Es lo que llamaríamos, en el plano de ciudadano respecto del Estado, una “Administración Positivamente Previsible y por consiguiente “Fácilmente Accesible” – porque ha pensado en todos los ciudadanos y en sus circunstancias de manera “previsiblemente positiva”. 

El Orden implica una prelación (a veces basta con que sea una prelación temporal, reflejada en una escala de tiempo) y, en consecuencia, cuando se trata del destino de las personas, esa prelación temporal – como factor de orden – pudiera establecer, incluso, la veracidad, o no, de los “relatos” sostenidos en el tiempo, que “de facto” han determinado, o vienen determinando, el devenir de una persona – en este caso el devenir del hijo-Víctima – o el de varias personas o grupo de personas en lo que fuera “legitimas aspiraciones”.

Bastaría con percibir y constatar las primeras situaciones de “opacidad”, “oscuridad”, o “confusión”, (debidas a “mentiras”, “falsas o erróneas o perjudiciales indicaciones” e incluso abiertamente falsedades)  que no se pudieran atribuir a errores o momentos de especial sufrimiento – para localizar a la persona, o personas, que “han mentido” y con ello excluir o condicionar “en mucho” la credibilidad de sus relatos o la bondad de los mismos.

(Aún así, hay quien afirma que mentir no está prohibido por la Constitución y que la violencia extrema es útil, en la medida de que su ausencia puede beneficiar a una minoría que aprovecha la ausencia de violencia para manifestarse, expresarse y actuar).

 

Es sabido que la “verdad” la debe buscar cada cual pero también es sabido que en cuestiones que afectan a las personas se “construyen relatos” “ad hoc” según los intereses que se sostuvieran - por cada cual - con la intención de hacerlos prevalecer en busca de “un objetivo concreto a conseguir”.

Los relatos son la parte fundamental en cualquier “circunstancia social o humana” para inclinarnos sobre lo que consideramos un proceder justo o no.

Por lo general nadie está libre de errores – la vida es un aprendizaje cuya ley Natural es la de “prueba error” que determinar el proceder ante la exploración de cualquier “camino nuevo” para una persona e incluso en el desarrollo de la “Vida en nuestro propio Paneta” – por lo cual, el “sentido común” – cuando promueve y defiende los derechos fundamentales positivos en cada Ser Humano - ya suele prever cuando un trayecto, o proceder, se ve “errado o viciado” de partida.

La dificultad, común, es que “todo el mundo” se deba considerar “perfecto” en sus juicios – más a ciertos niveles de responsabilidades – por lo que “asumir errores”, por lo general, nadie lo acepta.

Constatar que se ha errado puede ser un  acto reservado a la intimidad; y persistir en los mismos procederes “suele ser habitual”, llevando a reincidencias. Ahí pueden aparecen los “relatos” para ocultar “errores”; pues con esos relatos se puede llegar a crear mucha confusión – a persona, personas o grupos sociales, que así se ven perjudicados.

Por ello pide “Orden” el hijo-Víctima, porque el ordenamiento muestra, o mostrarían, quien o quienes están creando confusión, oscuridad, opacidad…

Quien pide orden en una situación de penuria extrema - resultado de un maltrato extremo continuado, - busca la esperanza de un  trayecto hacia una “verdad” que le ponga en su verdadero lugar; que le restituya en su legitimidad - sostuvo la buena fe y la reflexión, que terminó siendo inconveniente para quien fuera que fuere. 

“Los hechos no poseen la propiedad conmutativa” y ello es una “realidad intuida” por aquellos que siempre - por una razón u otra - pretenden esa opacidad y oscuridad; y sus relatos suelen partir desde “el momento” donde les place

(hay, incluso, quien fabrica o promueven conflictos e incluso ponen los medios para “ser ofendidos” y de ello constituir un punto de partida desde el cual “crear artificialmente” una “legitimidad beligerante” – cargándose, así, de razones. Son argucias empleadas en todos los ámbitos que se deseen observar cuya finalidad no es abordar problemas sino generar conflictos artificiales que otorgan una posición de víctima al propio personaje conflictivo, que a la postre es el verdadero agresor).

En política internacional tenemos de ello abundantes ejemplos de “incidentes” “provocados” para iniciar una tragedia. Pero también de ello hay ejemplos en lo cotidiano del “día a día”.

Son las estrategias de confusión las que, por lo general, en alguna manera, realmente perjudica inocentes o víctimas; y suelen darse y ponerse en práctica porque de ello se obtiene ventaja y o dominio.

Por eso este blog tiene el encabezado de Ortega y Gasset al respecto de los “hechos” y la “necesidad de reflexionar a sola sobre ellos” – porque al reflexionar a solas entraríamos en el espacio del “logos” y el logos es como la ley que gobierna el Orden Universal que hace posible el conocimiento; siendo su allegado más cercano el “Sentido Común”.

(aún así, siendo que los relatos “ad hoc” están construidos para “ganarse” el beneficio del “sentido común” de los demás, siempre es preciso “quedarse a solas” – porque todo el el mundo parece jugar al mismo juego de mentir/engañar e ir de víctima). 

Una cuestión es “llevarse bien” con la sociedad y otra bien diferente amar la verdad o la justicia

(que es la frase que se atribuye a Ramón y Cajal – que recientemente le da nombre a una Avenida de esta ciudad – y que se dice que decía:

¿No tiene Vd. enemigos?

¿Es que nunca amó la justicia o la verdad?

(habría que recordar que el popular personaje, como otros muchos, para prosperar, hubo de traspasar la fronteras de Estados/Nación “llenos de perfección y personas perfectas”, como suele ser lo común, incluso hoy en día). 

Acercarse a la “Verdad” es iniciar un “Proceso de Ordenación y reflexión”; y en ese proceso se acaba mostrando quién o quienes bloquean el “acceso a la verdad” y, a la postre, cuáles son sus intereses o motivos para mantener “estados de confusión u oscuridad”

(en cada caso suele responder a una razón particular, que por lo general tiene que ver o con el honor, o con el dominio, o con el poder – pero que en el fondo tendría que ver con todo ello a la vez).

No hay que olvidar de que “en los estados de confusión” siempre hay víctimas inocentes. 

Suele ser común que las personas “conflictivas” les gusten crear confusión y en sus razones “legitimar la mentira, la falsedad y la violencia” porque en ese ambiente, y contexto, han aprendido a desenvolverse con éxito. Pero desde que existiera la capacidad de Ordenar, esas capacidades de oscurecer se hallan cada vez más comprometidas

(por eso se apela, o consiente, la violencia de toda naturaleza o signo, para evitar, sobre todo, que las víctimas puedan establecer su orden, u ordenamiento vital – que resultaría en esperanza para librarse de entornos conflictivos, o sencillamente señalar a los realmente conflictivos).

Como dijera Franco Battiato en una de sus canciones: “Detrás de cualquier violencia el Mal existe” (por mucho que se disfrace, quien la ejerce, la justifica o le resulta útil, es que algún Mal oculta o sostiene). 

El problema tal vez se halle en que apenas se “ama la verdad” y, o, por el contrario se odia, o se teme, por lo cual el ordenamiento de “hechos y circunstancias” es “aparente” y a veces se muestra complejo e inaccesible - e incluso, en ocasiones, se muestra un orden contrario a lo que se entiende por Ordenar las “cosas”,

(a veces, se justifica un orden sobre-venidamente creando más confusión; trasladando “la apariencia” de que para entenderlo hay que poseer complejos conocimientos al alcance de solo una “minoría selecta” – de lo confuso que se muestra o argumenta -, cuando en realidad “el orden y ordenamiento” es un concepto sencillo al alance de cualquiera con un mínimo de experiencia y valores).

 Cuando ordenar las cosas lleva implícito, o de manera expresa, violentar y castigar a un “inocente”, entonces, por mucho que se pretenda argumentar “haber seguido un orden”, solo se consigue manifestar “una inercia” que puede llegar al absurdo – si no fuera por las graves consecuencias que suelen recaer sobre inocentes Víctimas. Tal vez, en ello, hubiera que buscar “razones de Estado” para entender el porqué se asegura “estar dentro del Convenio de New York” cuando es manifiestamente visible que no se está dentro de los valores que hicieran posible esa norma suscrita por multitud de países. De alguna manera recuerda la “Prohibición del uso de las Guerras” que da razón de ser a la ONU y toda la gama de triquiñuelas, argucias y provocaciones – con relatos falseados - destinadas a “saltarse dicha norma” en cualquier ámbito. 

Probablemente son los espacio de confort los que sostienen la actividad cotidiana de multitud de personas - a las que solo parece interesar “el momento” particular de cada uno de ellos - para “navegar” ante una sociedad en la que ya se definiera, en el pasado reciente, como “multitud dispuesta a ser dictadores” (es decir: Personas dispuestas a “construir relatos ad hoc” para mantener o crear, su ámbito de influencia, de poder o espacio de confort e incluso ampliarlo).

 Lamentablemente, parece ser que: Conservar el propio espacio de confort es la postura más extendida o al menos constatable, donde los “valores” – que se dicen sostener - se diluyen y el “sentido común” acaba siendo un relato “bien construido” que apenas tiene que ver con los hechos y las verdaderas circunstancias – basta, para verificar estas circunstancias, con que, uno mismo, se toma la molestia de, sencillamente, establecer un orden temporal y luego quedarse a solas consigo mismo; que es lo que proponía Ortega como requisito para “ser científico”. 

Estamos en una sociedad de multitud de adultos dispuestos a la guerra o a la defensiva, cuasi permanente (ya sea por su propio espacio de confort o por la consecución de sus objetivos particulares); y sabemos que la primera víctima en “cualquier guerra” es la verdad

(la verdad es patrimonio del vencedor o vencedores de cualquier guerra – y los vencedores siempre lo son porque “siempre fueron perfectos”; muestra de ello son sus relatos de perfección y victoria.

Otra cuestión bien diferente resulta, cuando esos mismos relatos son Ordenados y se reflexiona sobre todo ello, como propuso Ortega y Gasset en su conferencia de 1934). 

Quien busca o crea conflictos es como el que decide ir a la guerra: Piensa que fácilmente los ganará – quien promueve un conflicto grave, donde una víctima y familiar inocente, puede morir, sabe que lo ganará, sencillamente porque si no, no iría a la guerra; poco o nada sabe de resolver problemas – aplica directamente sus propios criterios y normas, por lo general “sencillas” soluciones a complejos problemas – y que no son soluciones iguales para todos, eso también es sabido –  por lo general se apela a los prejuicios sociales establecidos, que para eso están – para cometer injusticias.

 

Contexto de la Víctima:

A los dos años, en la guardería recibiría un bofetón de la señorita. Al preguntarle a la propia señorita, el “por qué” le pegara, no respondió – un montón de madres a coro, respondería: “Al mío pégale lo que haga falta”. No recuerdo el nombre de la señorita pero el hijo-Víctima sí lo recuerda perfectamente, como así el nombre de casi todas las personas que con él se han relacionado desde la infancia.

(vaya memoria tiene, tal vez eso sea el motivo del “conflicto” que se ha establecido sobre su persona). Hace treinta años y más, ya estaba prohibido pegar en las aulas (1990), por lo que uno se pregunta por el destino y las maneras de esa señorita, y qué tipo de madres y profesores se han constituido en España, (porque no hace mucho me narraron cómo un profesional de la enseñanza pegaba a su hijo en público ante la sorpresa de otros compañeros y ni se ruborizó ni se justificara – en este caso era un varón (no parece que las leyes sean para todos igual y hay quien se las salta olímpicamente y sin problema alguno).

En cualquier caso, pegar a un niño, de dos años, no parece que tenga fundamento pedagógico alguno - (¿O sí? Sigo abierto a argumentos de toda clase, si se atreven a manifestarlos; porque tal vez hayamos “concluido ciclo” y debamos “volver a empezar” de la manera más bruta posible porque simplemente  “nada se ha aprendido realmente”).

A la salida de la figura paterna del hogar, se iniciaría y se llevaría a cabo, el sistema pedagógico de la figura parental materna a base de palizas, violencia extrema, gritos que se oirían por todo el edificio – como también se oirían los gritos y lloros de lamentos de los hijos – llevados a cabo “calculadamente” por esta “profesional de la enseñanza”; que se organizaría un argumentario para justificarse y trasladar la responsabilidad a la figura parental masculina.

Se iniciarían las palizas a los cinco años de edad del mayor, justo en la separación de los progenitores, y sería detectada por el padre cuando los niños tuvieran unos 11 años.

Probablemente la tardanza de los niños en bajar al coche del padre – cada fin de semana que le correspondían estar con el padre – tendría una finalidad admonitoria, pues bajaban de uno en uno y se prolongaban las esperas hasta en dos horas, que tardaba el mayor de los hijos, ahora hijo-víctima, en bajar al coche del padre; probablemente, ya todos los hijos “advertidos” (en especial, al parecer el mayor) de que no dijeran “ni pío” de lo que fuera que fuese que pudieran decir. 

El citado argumentario de la progenitora tendría éxito absoluto sobre los vecinos del edificio, pues otro profesor que vivía en el mismo edificio “se lo tragó” e incluso “hiciera amago” de buscar al padre e intentar agredirle mientras bailaba en la plaza - y otra profe del ámbito del baile “le para los pies” a dicho “descerebrado”, que el padre, en un primer momento, no reconoció.

Consta la denuncia de que los hijos sufrieran agresiones violentas cuando lo confesaran al padre – una vez fuera a bajar el sonido del programa de tv para niños y al pasar cerca del mayor, este se cubriera la cabeza como para protegerse. Ese acto que “parecía cotidiano y reflejo” llevaría al padre a interrogar a los hijos y precisamente quien inicia la actuación contra el hermano (ya, hoy en día, hijo-víctima sin paliativo alguno) confesara de plano: “la mama nos pega mucho”. Y el padre cogería el teléfono y llamaría a la madre inmediatamente y la recriminaría por ello, amenazándole con denunciarla – sin que la señora alentara nada en el interfono; cuestión que - después de consultar con una amiga y dos semanas después con el psicoterapeuta - le desaconsejarían poner denuncia; señalando, por un lado, que eso “rompería la relación familiar” y el psicoterapeuta objetaría en que “se pondría la atención” en la manera de cómo pegaría esa señora a los niños (si con la mano así, o asá) y demostrar esa violencia sería difícil. Aún así en la denuncia reflejó el hecho y la conversación con la madre. No hubo resultado encaminado a proteger a los hijos ni advertir o poner límites a la figura parental materna; ni siquiera un mínimo examen psicológico para evaluar someramente “impactos y consecuencias”. Repitieron todos curso posteriormente – síntoma reconocido convencionalmente, por sí mismo, de que “algo no anda bien” en el entorno familiar - pero ello solo es signo de “problemas en casa” dependiendo de quién sean los hijos, parece ser.

La figura parental materna, al conocer la denuncia y “esquivarla”, esperó unas dos semanas o tres para decirle al padre: “Los niños no quieren ir contigo” – mientras el que inicia la actividad recientemente contra su hermano se le oía decir: “Sí queremos ir con el papá”. Y a la vez se entrecortaba su voz con lamentos, como lamentos de “si pellizcos o algo similar” se tratara. Aún así, unos meses más tarde vinieran dos de los hermanos a visitar al padre a casa – tal vez al año siguiente de no verse con el padre, coincidiendo con la Cincomarzada en el parque junto al Ebro – y a penas estuvieron un poco de tiempo donde la figura parental paterna les preguntara por su hermano – “está con la mama” dijeron casi a la vez los dos – y les diera un libro muy completo sobre los sistemas de producción (forja, fundición, altos hornos, electricidad, realización de croquis y planos, herramientas…) con idea de motivarlos hacia los estudios de ingenierías.

Retornaría el mayor (hijo-víctima) a contactar con el padre cuando tuvo los 17 años, en proximidad a un Centro Deportivo cercano al barrio donde vivían los hijos con la madre; y durante unos días el hijo mayor – ahora víctima – y el padre se verían y le entregaría el padre una copia de su proyecto NBBC – Norma Básica sobre Bienes de Consumo – en un CD, y otro día comentaron sobre ello. Lo último fuera una llamada de este hijo diciendo que como iba bien en Matemáticas y Física quería estudiar ingeniería para pilotar aviones.

Hará como unos 11 ó 12 años aparecerían, otra vez, dos de los tres hermanos, después de una llamada de uno de ellos para quedar el sábado o domingo siguiente. Estuvieron desde las 17 h hasta las 22 h y cenaron en casa del padre – se comieron la cena sin levantar casi la cabeza pegada a la comida del plato – al marcharse, el padre les preguntó por el hermano y estos contestarían con evasivas; pero ya no repetirían visita a pesar de que parecía haber intención en ello. Por entonces ya el mayor debiera haber manifestado las consecuencias del trato recibido durante años; y además fuera impulsado a salir con chicos mayores que él y dejar al margen a sus hermanos (hermanos que en compañía entre sí, de los dos, tal vez pudieran asumir mejor el tipo de educación violentaría recibida) y puede ser que animara la madre al mayor a ir con chicos mayores que él (separándose de sus hermanos) y fuera posible estrategia de la madre para que supliera lo que evidentemente ya hubiera de manifestación de carencia de la figura parental paterna.

Todo lo, así, tan mal concebido, suele traer consecuencias previsibles, como así viene sucediendo.

Hasta que retomara, hará unos siete años, la relación del mayor con el padre, no se pudo concebir la magnitud de la tragedia vivida por esos niños. El juez, en su día, no actuó pero el relato del mayor era, punto por punto, de la magnitud imaginada por el padre (tal vez más, porque hasta que no se puso a escribir el hijo en el blog, no empezaría a mostrarse lo que se supone parte de las vivencias y consecuencias de lo que fuera la desatención vivida; ya en un momento determinado, un ingreso forzado cuando escribiera sobre las charlas que un profe les diera en clase sobre pedofilia, y pidiera los números de móviles a él mismo y sus compañeros;  marcaría un punto y aparte; con tres semanas de ingreso forzado – a raíz de discusión con el hermano “actuante” que le retenía los enseres y ropas y le retaba a su vez a que le denunciara.

En mi “tierra imaginaria”, que debe de ser “el país de nunca jamás” o el “reino de la bruja blanca” o un “Camelot” imposible – porque la realidad muestra todo lo contrario a lo que se dice sostener en la Constitución y los Convenios Internacionales firmados por mi país - a esto, que vive el hijo Víctima, se le llamaría sin paliativo alguno, “coacciones de libro” (tanto de la figura parental materna como luego por parte del hermano, como ya un funcionario público); pero el argumentario del “mundo real” pasaría por “reclusión necesaria” – con cuatro horas de testimonio en Urgencias, y un caos que organizaría dicho funcionario/hermano y dicho juzgado con su decisión - y posteriormente, en off, se apelaría a la necesidad de un pretendido examen médico, sin tratamiento alguno y “comida de tarro” contra el padre. Que desembocaría en lo que desembocó (incluyendo narración falsa y falseada del hermano al respecto del incidente y que trasladaría al tribunal como un “acto de fe” – una falsedad más y por escrito, parece no tener ni consecuencias ni  ir a ninguna parte; ¡¡¡son ya tantas!!! incluso en documentos médicos para establecer un relato que permita un ingreso e incluso datos relevantes y erróneos en sentencias y autos… que suponen un “lucimiento” de todos los que están concursando en este asunto - que motivaría “tener que mentir” al juzgado correspondiente en la fecha del incidente ante la intervención del hermano (es que, esto, no hay por dónde cogerlo).  ¡¡¡Y todos son Universitarios y Funcionarios de Carrera!!! (tal vez, la nueva Ley de Educación pudiera remediar todo esto, aunque parece que no solo llega tarde, sino que tendrá que hacer frente a inercias que parecen bien difíciles de detener).

Tan afortunada ha sido la intervención de todos estas personas que, ahora se vive, lo que se vive, por la víctima.

(supongo que todo esto forma parte y es resultado de la pretendida excelencia de nuestro sistema Educativo/Universitario, que se manifiesta en los profesionales del sistema Educativo, Asisitencial y del entorno judicial; donde parece existir, o tolerarse de fondo, una sistema de “selección natural” a base de palizas, violencias y luego más violencias “orquestadas” por adultos muy bien formados; que seguro nos lleva a algún lugar positivo a Todos, aunque no lo percibamos porque somos, en el fondo, todos ignorantes y carentes de “propia luz”).

Seguro que se pudiera objetar que este razonamiento es “de parte”, de la figura parental paterna y que los hechos “no podrían, en ningún caso, respaldar tales despropósitos, tal y como los señala “este señor” así afectado por lo que se halla viviendo su hijo. (También hay gente buena, de buena fe, y de ello constancia también; pero parece ser que somos minoría, minoría y además tan prudente y reservada que apenas es visible).

Nada de esto sería posible si las familias atendieran a los roles que les definen como esenciales en toda cultura del orbe de esta Tierra, donde el apoyo a hijos y sus miembros, el acompañamiento emocional, la protección física y moral, la sintonía en sus anhelos y empatía en sus temores para superarlos ordenadamente, formaría parte del proyecto familiar; pero parece resultar que ese tipo de familias deben de ser, cada vez más, las menos porque no aparece con facilidad familias que responda a esos criterios (y el colmo suele ser que aparezcan favoritismos de una figura parental sobre uno de los hijos por encima de los otros hijos – ya desde niños – por si la vida ya no es difícil de por sí, una zancadilla temprana desde el propio hogar “nunca viene mal”. Y más si se establece “un chivo expiatorio que de razón y justificación de cualquier error propio “sin querer, cometido”. También hay un dicho al respecto de esto: «La mejor cuña es la de la misma madera» o dicho en Román Paladino: “Si alguien te ha de jorobar, de tu familia ha de ser”).

Dice un dicho que aparece en Internet que: “A los amigos se les conoce en las dificultades; a la esposa/marido/pareja se la conoce en la separación/divorcio; a los hermanos en las herencias y a los hijos en la vejez” (a veces, el sentido común es desbordante en sabiduría)

 

“Un  trayecto anunciado”

(ya se percibe como “objetivo” ajeno y adverso sobre él mismo,

vislumbrado por su propio protagonista: La Víctima)

la figura parental materna inicia el proceso de amenazas y advertencias

Se “irían agotando” las puertas de “salida” para la víctima. A obstáculo no superado un castigo, sin más; a cada iniciativa un nuevo “desalojo” en cualquier espacio, u objeciones hasta el punto de hallarse donde se halla; en cada trabajo encontrado, un nuevo obstáculo en casa (en cualquier manera que se conciba)

(el propósito de un objetivo ya estaría en marcha y manifestado abiertamente con “amiga” de figura parental materna en una playa en vacaciones – en presencia del hijo víctima - donde esa “nueva amiga” le mostraría el resultado final y exitoso al que quería llegar la figura parental materna: “un hijo babeante”, al que habían “dormido/dañado la mente” para que ya no moleste más y se le pueda sacar de paseo cuando apetezca.

Después de seguirse la situación de la víctima y sus relatos, paso a paso (y verificar, cada vez con mayor sorpresa, que “todo tomaba forma de certidumbre”, se iba – ya sin duda, en maneras y formas - en esa dirección que él mismo, como víctima, señalaba. Ya había referencias suficientes de que ello, “la pesadilla”, era posible. Desde Internet la víctima trasladaba casos paralelos, semejantes e incluso vídeos de letrados “quejándose” que resultaban increíbles en nuestra España; a la vista, solo quedaba al padre el único horizonte posible: defender a su hijo, la víctima, “lo que se pudiera” en el ámbito jurídico.

En el año 2020 decidió la figura parental materna – rota ya la relación con la última novia pareja del hijo víctima; tampoco la madre en ello fue ajena despreciando y faltando al respeto a su hijo delante de la novia - ir “a degüello” contra este hijo, sería el objetivo, desencadenando las acciones más determinantes contra su víctima.

Un informe de ingreso, que permite dar crédito a un relato de ingreso, sostuvo, como necesario para dar lugar a esa credibilidad, que uno de los hermanos, la víctima y la madre vivían juntos – hecho falso, porque el actuante contra el hermano/víctima ya hacía tiempo que vivía en otra casa (solo la víctima vivía con la madre). Lo que se escribe en un informe médico como circunstancias, son las que hacen referencia a acreditar el relato que llevará al ingreso forzado de la víctima.

Apenas diría la víctima nada de lo acontecido al padre hasta que saliera de dicho ingreso -  donde una de las premisas facultativas fuera prohibirle llorar a la Víctima y que motivaría la intervención paterna para cambio de facultativo. Nuevo facultativo que señalaría, ante la queja del padre de que el entorno materno, poco antes ya de alta fijada para próximos días, agobiaba nuevamente a la víctima para que inmediatamente buscara trabajo:

Lo que necesita es un ambiente tranquilo para recuperarse, diría dicho facultativo. Y respuesta del ambiente materno diametralmente opuesta.

El hijo marcha a un entorno rural – finca comprada por el padre para proyecto familiar que quedaría en el entorno materno – en el cual, en medio de la pandemia, a las tres semanas aparecería la figura materna para intentar expulsarlo por medio de intentar “sacarlo de quicio” a base de gritos, violencias, amenazas e invitar al último novio y por medio de excusas de faenas agrarias, saltarse el confinamiento y a su vez hiciera causa común con la figura materna y conseguir crear un conflicto que sirviera de pretexto para la expulsión.

Duraría meses ese tira y afloja, y al final lo expulsaría, aún en pandemia. Si el hijo se iba de la finca rural, la madre también. “El caso, no dejarlo a sol ni a sombra”. Así que le deja sin llaves de la finca rural, ni de casa urbana y ello sirve de pretexto para el segundo ingreso. Donde las llaves que porta el hijo/víctima (que son ya del padre y que coge unas del llavero de casa de la madre para retornar a dormir allí) desaparecen las llaves del padre durante el día del ingreso nuevamente forzado por el entorno materno, incluso la madre dice no saber dónde se hallan las llaves del padre que portaba la víctima el día del nuevo ingreso forzado; hasta que, ya no pudiendo ocultarlo más, la madre confiesa tenerlas y dice: “Se hará lo que se tenga que hacer con ello” y el hijo se las pide a la madre delante del padre y ella, la madre, después de decir y tratarlo como un enfermo: “Si tú no te acuerdas de nada”, da, de mala gana y humor las llaves de casa del padre al hijo y este al padre.

Fue prohibida a la madre en visitar al hijo, porque el hijo no prosperaba ni mejoraba en planta; y de ello fuera responsabilizada la víctima, por el hermano que luego actuaría decisivamente contra la víctima en un ámbito que conoce muy bien por ser profesional del mismo.

El entorno materno le afearía a la víctima vivir con el padre y, a su vez, le prohibiría vivir con ninguno de ellos.

 ¿A dónde ir?

 

El condicionamiento, a base de coacciones y amenazas sobre la víctima.

(decida el lector, si esta situación es legítima y puede ser avalada, en alguna manera,  por el ámbito judicial, terapéutico o asistencial)

Durante el tiempo que la víctima estuviera viviendo en la finca rural familiar y a las tres semanas – viendo que la víctima sobrevivía y empezaba a organizarse, se presentaría la figura parental materna; esta figura coaccionaría al hijo, en un contexto de violencias verbales y amenazas inaguantables para cualquier Ser Humano.

Se es figura parental materna, (se quiera o no se quiera ser, porque la “propiedad de serlo” la establece la persona que la toma y adquiere como tal referencia y no porque ello implique una aceptación positiva del rol materno por parte de esta señora, como se podría ver y convenir con evidencia palmaria).  

La Doctora que llevaba al hijo en ese momento, después de hablar con el padre - y este mostrarle la conveniencia de que permaneciera en ese espacio amplio y con casa, vallado, seguro y que le permitía estar consigo mismo y a la vez en comunicación diaria por medio de videoconferencia en medio de un toque de queda y enclaustramiento de la ciudadanía por el problema del Covid – conviniera la Dra. con el padre sobre lo conveniente o adecuado de ese lugar dadas las especiales circunstancias por las que pasaba la propia ciudadanía; y que un seguimiento por parte de ambos progenitores completaría la buena marcha de ese hijo, y ella misma le iría llamando de vez en cuando para ir comprobando la evolución.

Sin embargo, la figura parental materna pasó del interés del hijo y se presentaría para echarlo del lugar, una vez constatara por internet que el hijo hiciera un video y señalara que se hallaba a gusto, bien y se sentía dentro de una etapa feliz – tal vez por el solo hecho de estar alejado del ambiente conflictivo y carácter abrupto de la señora madre.

Una de esas amenazas que esta figura parental materna hizo al hijo víctima fuese: “No te cruces en mi camino”.

 

La segunda amenaza de la figura parental materna, a la vista de que el hijo/víctima seguía narrándole al padre lo vivido por él, fuera introducir el término sicario y posterior e inmediatamente establecer en el hijo/víctima la persuasión de que si seguía hablando con el padre – es decir: “Cruzándose en su camino”, el camino concebido por la figura parental materna y que las narraciones del hijo al padre parecían obstaculizar (¿?) – “al padre le pasaría algo”.

 Es una persuasión que causaría efecto fulminante y bloqueo en la víctima que a partir de entonces se hallaría en la disyuntiva ir teniendo que “digerir el solo” lo por él vivido, porque si lo cuenta “alguien” y en especial su padre, podría salir mal parado.

Otro elemento que es recurrente en la figura parental materna es que tiende, con facilidad, a establecer pensamientos mágicos, pero ante tal evidencia – que parece no pudiera controlar cuando piensa en voz alta cuando se presenta una situación de incertidumbre - estableciera la figura parental materna  siempre la misma estrategia de, primero, generalizar como actitud “normalizada”: Es común y mucha gente tiene pensamientos mágicos; por lo que si los pensamientos mágicos “los tienen muchas personas y es común”, ella se halla dentro de la normalidad que representa la multitud; y la segunda estrategia dimanante de la primera: Ante la evidencia de que es una manera enfermiza de encarar situaciones, la figura parental materna establecía un doble relato ante su víctima: El señalado de normalidad si es ella la que muestra los signos de esa manera de pensar y, a su vez, acusar de este proceso mental anómalo a quien “se cruce, o se pudiera cruzar en su camino” (por lo que al primero que acusara de poseer esta actividad fantasiosa fuera al padre y luego al hijo, pero nunca confesarlos en ella; estableciendo así un criterio para conducirse y darse seguridad en su propia conducta y vida. 

A partir de entonces, cada vez que fuera descubierta en una actitud o actividad mental anómala manifestaría que ello forma parte de la “normalidad” por existir muchas personas que así procedieran y, a su vez, acusar a la primera de cambio – y si es posible por detrás y por la espalda - a quien esa verdadera anormalidad descubriera en ella, acusándolo precisamente de padecer esa anormalidad a quien se da cuenta y lo pudiera contar.

Lamentablemente la lectura de la novela de Truman Capote “A sangre fría” otorgaría a la figura parental materna cierto respaldo de normalidad; pues cometer un crimen puede considerarse una “normalidad”, en base a que cualquiera pudiera llegar a cometerlo, como dedujo después de leer esa novela; y ello lo manifestara, a su todavía no marido, como cierto “alivio” personal – ¿quién sabe por qué?).

La psicóloga no creía posible la afirmación del hijo de que su madre era capaz de crear una enfermedad o u trastorno mental a una persona – “tendría que tener mucho poder” respondió la psicóloga al hijo - pues desde aquí decirle a esa señora psicóloga que, en su “buena intención”, revise sus conocimientos, agudice su intelecto y saque conclusiones; porque escribir un informe forense, más o menos profesional (sin dar cabida y reflejar las objeciones y observaciones de la víctima), y luego desentenderse de un caso resulta un trabajo ciertamente perfecto y cómodo (un ámbito de confort realmente estable y seguro) como demostraron otros “forenses” en sus estimaciones, que algunas resultarían extremadamente absurdas, que abiertamente mostraban una influencia inaceptable y determinante del ámbito familiar que iniciaba el proceso contra la víctima y que fue iniciado por ellos y por dejarse influenciar.

(difícilmente se puede hablar siempre de imparcialidad en este ámbito profesional, donde el prejuicio rutinario, guiado o “seducidos” por relatos falseados por partes interesadas – causando efectos tan devastadores, que se pudieran equiparar a la destrucción que pudiera causar la inercia de un barco a la deriva que desplazara cien mil Tn, chocando contra los muelles de un puerto arrasando todo a su paso - arruinando la vida de una persona, por carecer de criterio propio y dar por supuesto situaciones que no debieran darse sin comprobarlas con plena exactitud, y analizando detenidamente el contexto de las partes implicadas y queriendo resolver una situación que puede tener consecuencias nefastas - como las que estamos viendo en la actualidad en una víctima – todo ello concretado y resumido en una primera y única entrevista de media hora o tres cuartos, en medio vehicular de una pantalla de ordenador).

Aunque esta parte expuesta forma parte de un conjunto ínfimo del relato de la víctima, resulta, sin embargo, bien significativa por lo determinante que ha sido en el devenir del hijo/víctima y sus actuales circunstancias – a demás del reproche que le hace el hijo/víctima a la figura parental materna en el ambiente rural, (cuando desembarca la figura parental materna para echar a la víctima del último espacio de referente familiar desde su niñez, en medio de la pandemia de 2021) en el reproche del hijo/víctima, ante lo sucedido en ese ingreso de enero, este le reprocha a la figura parental materna su animadversión hacia él, siendo él su hijo, y despegándose su madre del rol que se le supone a cualquier figura parental materna: “Si me dijiste que no me tienes miedo porque no me conoces” frase que acompañaba a otra que fuera de las primeras frases dichas por esa figura parental materna en el primer “ingreso de castigo” en enero de 2020: “Quien a hierro mata a hierro muere”. Lo extraño es que en este contexto de acoso extremo se admita del entorno familiar este tipo de actitudes beligerantes y la influencia de sus relatos para determinar un ingreso forzoso vulnerando derechos fundamentales, porque sencillamente se halla la víctima en un proceso de acoso permanente, del cual, no sabemos donde debemos remontarnos para mostrar que esta actividad familiar es o dolosa o enfermiza o ambas cosas a la vez.

Pero simplemente es la visión del hijo y su relato, que también siempre puede entenderse como “de parte” y por tanto carente de valor aunque sea la víctima y se halle en las circunstancias que ahora se halla. 

¡¡¡Un Año ya !!!

(y más confusión en el ambiente)

Resulta muy complejo “entender” cuales son o serían  los parámetros por los cuales se han venido “guiando” en este “asunto” que afecta a la víctima/hijo. Realmente resulta “difícil concebir” que personas, que se supone poseen tanta preparación en sus ramas profesionales no se hayan manifestado de manera “ordenada”, “escrupulosa”… y se evidencie “falta de precisión”…

 (cometiendo errores “de bulto” que pueden señalar, simple y llanamente, precipitación o fiarse en extremo de los argumentos de una parte interesada – que va judicialmente contra las libertades básicas de una persona -, e incluso se podría considerar falta de interés verdadero a la hora de reflejar datos que debieran ser precisos - porque que en esos datos concretos han querido “detenerse para señalarlos” en documentos que son portadores de una gran gravedad trascendente para el devenir de una persona concreta” -  si los han reflejado será porque de alguna manera “serían relevantes” en ese momento concreto y fuera conveniente, por el motivo que fuera el que fuere, se decidiera “entretenerse en manifestarlos en una sentencia o en un informe forense e, inesperadamente, errando en ese cometido; pues de ser datos “superficiales e intranscendentes” - como seguro ahora estarían tentados en así manifestarse - cabe preguntarse ¿para qué “perderían el tiempo en reflejarlos” si acabarán o acabarían por señalarlos irrelevantes? Y sin embargo, se puede conjeturar que al reflejarlos habrán “cumplido un papel en ese momento determinado” sobre el cual, se puede dudar, que nadie vuelva a entretenerse en revisarlos y rectificarlos – a la postre, cabe señalar que parecieron datos que son sustituidos modificados “a gusto” de lo que se pretende o intuye como conveniente en un momento determinado – sugeridos por “alguien” que no podemos determinar - y acaban reflejados en informes médicos, forenses o en una sentencia que nadie pondrá en duda posteriormente a no ser que una situación inesperada, o giro del destino, lleve a investigar y exponer abiertamente lo que aquí se expone e incluso llegar a afirmar que existiera “error judicial de libro” por una concatenación de errores consecutivos desde otros ámbitos que participan y son permeables a la tesis de los demandantes sin verificarla mínimamente.

(No sería la primera vez que esto se da. La Historia está llena de documentos redactadas “ad hoc” e incluso “sobre la marcha” para “salvar las apariencias” y posibles o evidentes “errores”; y que podría ser consecuencia de “no permitir” entrar o exponer “a nadie” las evidencias que saltaran a primera vista, y tampoco permitir llegar al origen y fondo del asunto del asunto que afectara a la víctima. Todo se acaba embrollando según el “trayecto” que se le quiera dar a un caso concreto “negando, obstaculizando y a la definitiva prohibiendo exponer” las evidencias “evidentesque hablarían de “delitoscometidos sobre la víctima).

Se halla en juego “la vida de una persona maltratada, en extremo, desde la infancia” en múltiples ámbitos que se quieran observar y que por un motivo “indeterminado”, u otro, se halla permitido llegar hasta este momento – después de un año de penurias extremas e incluso agresiones violentas con robos; para más inri, amenazas judiciales por no acudir como testigo, cuando él era la víctima de la agresión y robo (que afortunadamente se pudieron salvar) porque, sencillamente, “nadie se pone” en el lugar de la víctima;

(probablemente porque no es “víctima” de “naturaleza mediática”, “digna” de asistencia proactiva, solidaridad, empatía y actitud positivamente protectora y orientadora – que era precisamente lo que la víctima quisiera encontrar cuando decidiera iniciar el viaje hace un año, cuando la figura materna, mediante “engaños” le hiciera ir al terreno rural, del que le había echado unos meses antes, para decirle que había gente “conocida” e ingenuamente pensara la víctima en oportunidad para “ser feliz” el día de su cumpleaños, y por el contrario se marcharan los que hubiera al llegar él y apareciera la madre y con ella y la conversación que fuere que tuviere, e iniciar la marcha y el viaje la víctima en busca de familia “famosa, relevante” que, sin duda, le “aconsejaría” y encaminaría”; nada de ello que fuera sugerido fuera real ni cierto. Ni en nada positivo se concretara en favor de esta víctima.

Nadie ha realizado un seguimiento positivo para interesarse por sus circunstancias, con apoyo decidido y desinteresado – por el contrario, fuere todo lo contrario y en ello se apeló a los que conocieran y trabajaran con ese ámbito social/racial para que mediaran; porque en ese ámbito se conocen y hay relaciones y puntos de contacto en todo el país para evitar que se “empeñaran en seguirle y robarle” una vez que detectaron su vulnerabilidad y persistir en ello sin complejo alguno aprovechando la “oportunidad” que se presentaba ante una persona en extremo vulnerable: la víctima – lo que para nada habla bien de ese entorno racial que para sí reclama respeto y consideración social. Por ello se apeló al entorno denunciante y tolerante o avalador de la “Operación de Castigo” mediante “Denegación de Auxilio” porque ese mismo entorno siempre trabajó con esa comunidad étnica y tuvo a gala “ser muy respetado” en su condición profesional de docente.

(cuestión esencial para entender porqué la figura parental materna le dice al hijo/víctima que la “figura parental paterna “no sabe mandar”; porque no es cierto que ello se debiera al ejemplo que le puso al hijo la pretendida madre sobre regar las plantas de la terraza del piso conyugal, que la madre, por pura ratería, se negara a comprar una regadera y hubiera que hacer multitud de viajes a la cocina con medios inadecuados para regar macetas; sino por el contrario, siendo en el parque cercano a casa donde “la señora” viendo a unos niños de unos 8 ó 9 ó 10 años de esa etnia señalada, pretendiera que su pareja – aún no casados – se levantara y les llamara la atención porque estaban en corro y arranando hierbas mientras hablaban y el ahora padre le dijera que no estaba de servicio y que fuera inconveniente llamarles la atención, e insistiría la madre y en ello, al fin se levantara y les dijera que no arrancaran hierba, haciendo los niños caso omiso, y juntándose gente que les reprochara también a los niños, sin éxito, apareciera la ahora madre diciendo: “Conozco a vuestros padres, dejad de arrancar la hierba” siendo ello frase fulminante que obedecieron sin rechistar. Ahí se halla el origen de la afirmación de la madre ante el hijo, de que su padre no sabe mandar aunque nunca viera la madre a su pareja y luego padre trabajar en activo ni desarrollar su trabajo en horario profesional.

(pero esa afirmación ante el hijo de la figura parental materna llevaría a la figura parental paterna a “atar cabos” y recordar los momentos de “duda” que recayeran sobre la persona de la “aun no madre ni esposa” que así “vendiera” a su compañero – pretendidamente trasladando un documento privado y reservado por entonces -, corriendo posteriormente “el riesgo” – ya con hijos – de cesar en su “graciosa” “comisión de servicios” y ser mandada a “recorrer pueblos”, pues “alguien hubiera revisado el asunto” o simplemente hubiera sido “pillada en mentiras o contradicciones o renuncio” y se debatían en qué hacer con el personaje.

Todo lo que fuera prestar apoyo al hijo en estado de víctima, sería propio de una Condición Humana Solidaria; pero no habiendo “recompensa mediática” no parece “merecer la pena” un esfuerzo de esa naturaleza, que sin duda pasaría desapercibido e incluso, en ocasiones, posiblemente censurado. No hay que olvidar que el “desamparo” y el maltrato extremo vivido, acabaría por transformarse en lo que parece una “técnica” “consensuada” de “Denegación de Auxilio – aparentemente “avalado” por el entorno profesional y judicial, y también promovido y provocado por el mismo entorno materno que inicia el proceso contra este hijo/víctima.

(cabría recordar que, recientemente, en un documental de tv, se señalaría que “los primeros médicos psiquiatras del pasado” pondrían nombre de “trastorno mental” a la tendencia de los esclavos norteamericanos de huir de las plantaciones donde trabajan forzosamente de esclavos). Esto de la psiquiatría como grupo profesional, no hay por donde cogerlo, sencillamente porque “tienen la sartén por el mango” y, o se hacen como ellos dicen, o simplemente “la lían” de tal manera y por medio de tales procederes y técnicas, que llevan al sacrificio de inocentes, para “escarmiento y aviso”, por intentar modificar sus métodos mediante una ley.  (como siempre que aparece un grupo social con poderes especiales, apelan a posiciones y acciones extremas, de un signo u otro, sobre pacientes, y nunca términos medios, para conservar el poder adquirido frente a terceros que pueden considerarlo excesivo y de métodos y medios extremos).

No han faltado en este caso ninguno de los “recursos más adversos” que pueden utilizarse y argumentarse como “legítimos” contra una persona de la que “nadie se ha molestado  en saber, realmente, qué ha vivido” junto a esa figura parental materna que tan feliz y satisfecha de sí misma se presenta y muestra en las redes sociales, a pesar de las circunstancias que está pasando su pretendido hijo.

Todo el mundo “se halla de vacaciones”, por lo que los asuntos se quedan paralizados con independencia del punto donde se hallan quedado y fuera lo que fuere que le afectara  o pudiera afectar de manera gravosa, en que le pudiera afectar a la víctima (porque no hablamos de una cuestión sobrevenida, sino de una situación que se muestra “empantanada”). Literalmente “empantanada”.

El término parece adecuado, a tenor de lo vivido.

Basta imaginar un pantano o una ciénaga o un manglar – que parecen sinónimos de terreno laberíntico y empantanado de obstáculos que desorientan – en un día claro y luminoso, donde se ve el camino de la “salida” (Exit, de Éxito en español) al alcance del hijo víctima y, sin embargo, es como si se hubiese permitido que llegara no solo la tarde, sino ya la noche cerrada y sin Luna para que “nadie vea o atisbe” una salida clara y sin riesgos para la víctima, e incluso no se pudiera acceder al rescate, porque “el fango”, “la noche”, “la maleza” disuadieran a cualquiera ni siquiera intentarlo.

El empantanamiento no viene ni llega “porque sí”; pues si salvándose la dificultad de los primeros prejuicios - ya “con mejor visión” – “poder ver” y “verificar” en “qué escenario realmente ha vivido la víctima” se hubiera podido trazar el camino de “rescate/salida” y el “trayecto” para su recuperación” – sobre todo después de conocerse el “papel” que cada “protagonista” venía desarrollando sobre la víctima pudiendo despejar de maleza la “visión” y “ver” dónde se halla realmente la víctima, sus circunstancias y comprendiendo fácilmente “el porqué de su trayecto”.

Sin embargo, desde un primer momento, la “confusión” presidió el trayecto de todos los participantes – salvo los que pretendieran que fuere este trayecto el de la víctima y no otro – determinando el futuro inmediato de la víctima - estimulando las decisiones de las víctima desde el propio entorno materno que las venía sugiriendo (“nos vamos de vacaciones”; tu padre no se las puede permitir) aunque ya estuviera la víctima en otro ámbito de hogar por haber sido expulsado precisamente de su ámbito materno. Una gestión del entorno materno, “medida” entre coacción - al no devolverle sus cosas - y a su vez “hacerle ver” “lo que se pierde” al no estar cerca del entorno materno - porque ese mismo entorno lo ha expulsado. Alguien puede imaginar una situación tan retorcida y a su vez asumida como normalidad por el entorno que debiera esclarecer la situación, por el bien de un futuro normalizado para la propia víctima.

Hablamos de confusión; y la confusión, en principio, desde un punto de vista positivo, debiera concebirse como accidente propio de todo acercamiento a un caso nuevo; pero no se puede concebir como “itinerario” permanente o perpetuo.

Si la confusión se prolonga “estaríamos hablando” o  tal vez debiéramos concebir que existe, existiera, el deseo y/o propósito de que tal confusión  se “estableciera”. Si la confusión es propiciada, o en ella participa la Administración, estaríamos hablando – “de facto”- de un propósito de ocultar u obstaculizar (lo que quiera que fuere que fuese lo que se quisiera ocultar u obstaculizar); y en términos prácticos (de “estar por casa”) esa manera de actuar sería propia de “mentir”. Porque quien genera o promueve la confusión “sí que conoce y sabe” lo que quiere ocultar/tapar u obstaculizar. Para tapar, ocultar u obstaculizar, tarde o temprano se hace preciso mentir. Por ello, ocultar u obstaculizar o tapar tiende a ser sinónimo de mentir.

Nota 1:

Al venir de donde viene esa perspectiva, se podría entender que parte de la Administración – concebida como un engranaje formado por personas – pudiera asumir que la confusión es precisa o útil para ocultar, tapar u obstaculizar. En ese sentido estaríamos ante “una práctica habitual” en determinadas circunstancias e “incluso muy útil” para “un fin concreto y determinado”. Lo que a la postre implicaría “tener que mentir” para “seguir ocultando” lo que fuese que fuera preciso ocultar (generando así mayor confusión) pues si fuera o fuese la Administración quien “acabara mintiendo” – en esos escenarios de confusión – “en cualquiera de sus ramas” entonces podríamos preguntarnos: ¿Qué referencia sólida pudiera quedar a los ciudadanos ante cualquier atropello, violencia – de cualquier naturaleza – si quien “debiera dar fe” de sus propios actos y sus procedimientos – regulados por ley – “pueden mentir” en nombre o representación de la Administración?

En ese caso, “la Previsibilidad Positiva de la Administración” no existiría, o existiese, por lo cual no estaría al servicio de “todos” los ciudadanos – tal vez solo al servicio de unos pocos y de sus intereses particularesfueran, o fuesen, esos intereses, de la naturaleza que fuera que quisieran que fuesen, en todo lo transversal que pudieran llegar a ser o concebirse. Por lo que no podría considerarse la Administración imparcial – imparcial significa decantarse hacia lo justo como parte del bien común y la rectitud de conducta que posee valores a preservar y que son intemporales y no sujetos a moda o a tendencia o influencia o persuasión arbitraria o interesada; por lo que la imparcialidad actuaría como una virtud que porta valores y que requiere de valor, incluso personal, para ejercerla – por el contrario, en el caso de que la Administración fuese permeable a los intereses de unas minorías particulares – y ello le llevara a “mentir” o generar confusión - la cualidad de la Administración estaría dentro del concepto de “neutralidad” en vez de imparcialidad; porque la neutralidad implica temor y miedo, que tiende a la paralización y/o confusión, hasta que se resuelve en una dirección concreta acorde a unos intereses concretos.

En sí mismo la confusión es caos y tinieblas que suelen resolverse estableciendo un orden natural en base a objetivos legítimos por poseer valores reconocibles y reconocidos transversalmente por la propia sociedad a la que debe servir la propia Administración y también se pueden evaluar y reconocer internacionalmente – evaluándose rasgos de la Administración y determinando el grado de transparencia en su gestióntransparencia es un término antagónico al de confusión – y la percepción ciudadana de la corrupción existente en su propia Administración – corrupción que se entiende como falta o carencia de valores propios de una Administración para ser considerada imparcial y sujeta a sus propias normas y Constitución; así pues, el orden y la prelación de los valores en ese orden, por sí mismo “iría señalando” de donde viene o emana y quien promueve las tinieblas e incluso porqué.

Existe también un refrán popular al respecto de las ventajas que representan el des-orden y quienes de ello se benefician: “A río revuelto, ganancia de pescadores”.

Se supone que “quienes mejor se mueven” en el criterio de “escenario de confusión” son o “serían los que más peces pescan” y, a su vez, son los más conscientes de que esas prácticas dentro del ámbito de la Administración serían reprochables, pues la función de la Administración “no es pescar” (ni hallarse al servicio o ser instrumento de intereses particulares) sino servir a los ciudadanos y al bien común por medio de los valores que se reflejan en su actividad cotidiana y que se hallan reglada y regulada por Ley; no pudiendo contradecir su actividad los valores que sostiene la Constitución.

En caso contrario, estaríamos ante un escenario que seguro que tiene un nombre, pero no es objetivo de este artículo.

 

Nota 2:

La Administración como fuente y estrategia de confusión para la confusión.

(lo que van a leer en este apartado concreto es fiel reflejo que se halla documentado de esa “estrategia” que, en determinados momentos, sigue la Administración y en el caso concreto del hijo/víctima)

Vinieron a coincidir y convergen en esa “activación” del “procedimiento de confusión” tanto (y muy lamentablemente) la Administración de Justicia como la Autonómica; siendo esta última, solo la que ante una nueva queja - que evidencia y demostraba fehacientemente, señalando cómo se activaba el sistema que pone en marcha el “proceso de confusión” – remitiría una carta de disculpa desde el propio aparato Administrativo de gestión, y sin embargo, el aparato gestionado en el ámbito de Sanidad, persistiría en alguna medida en  dicha actividad de confusión, enviando una comunicación de aparente disculpa pero confundiendo nombres, apellidos y circunstancias del ingreso forzado del hijo/víctima, que por venir dicha comunicación firmada por un responsable de nivel – como también lo fuera la disculpa previa del Aparato Administrativo de gestión - y dada la naturaleza y abundancia de documentación que sostenía la queja y la aportación de técnicos avalando la misma, – ni siquiera se molestara en ubicar correctamente el nombre de quien efectuara la queja y en nombre y protección de por quién se efectuaba la misma: El hijo Víctima.

Lo que en sí mismo, dada la gravedad de los hechos señalados en la inicial queja, llevaría a persuadir de que, ese ámbito de Salud persistía, de alguna manera, en sostener activada dicha “actividad de confusión”.

Lo sorprendente y lamentable es que a ello, previamente, se sumara la Administración de Justicia emitiendo casi muchos meses después de iniciarse el procedimiento contra el hijo víctima, una nueva notificación del mismo procedimiento ya iniciado; idéntica en todos sus extremos a la notificación inicial que pone en marcha el procedimiento meses antes, y solo cambiando la fecha. Y que por mucho que dicha circunstancia se advirtiera a dicha notificadora del Decano, insistiese y persistiese en que fuere notificada, causando cierta “aparente confusión” en el entorno de la defensa que incluso llegaría a plantear si es que se hubiera abierto un nuevo procedimiento y no se tratara de una duplicidad funcionarial – que un montón de meses después “se pone o pusiera en marcha”. No es concebible como tal error y sí como “estrategia de confusión” – a ver qué “pescaban” – pues la siembra de la verdadera confusión provenía del entorno materno que era quien hacía dudar a todo el mundo, incluido al mismísimo tribunal de 1ª Instancia, que implica en todo este proceso de “pretendida verificación” al Juzgado Decano.  (para que luego diga la psicóloga al hijo víctima, que hubiera que tener mucho poder la madre para poder generar un trastorno mental – pues vea la señora psicóloga si lo tiene o no, pues “hace tontear” incluso a jueces y fiscales hasta el punto señalado).

Todo ello cuando ya el mismo procedimiento que notificaba hubiera determinado el juzgado ese ingreso innecesario y forzoso, muchos meses atrás, sin síntomas, como señalaba el informe médico, y creado aparente confusión en el equipo médico de urgencias hospitalarias que atendiera al hijo Víctima por la orden forzosa del Juzgado referido.  Vea señora psicóloga si tiene poder la madre o no lo tiene y si es tan amable, complete dicho informe con las objeciones sostenidas por el hijo víctima respecto de las capacidades de la madre, porque este relato es prueba fehaciente y suficiente para acreditar dicho poder de la figura parental materna (y de quien o quienes desde donde fuera que fuere, sustentara o sustentaran y reforzara o reforzaran dicho poder de convicción ante jueces, fiscales y letrados participantes).

 

La “misión” (y papel) de la Fiscalía

“La misión de la Fiscalía es la de ser protectores de las personas más vulnerables , los menores y las víctimas" Y es obligación de la Fiscalía que la víctima, dentro del procedimiento sufra lo menos posible". A veces y a petición de la víctima la única forma de minimizar ese sufrimiento es salir del proceso incluso cuando los agentes que intervienen en ese proceso realicen su trabajo con todos los requisitos que se exigen en este ámbito y con empatía, que, según inciden las fiscalías "no es perder objetividad sino evitar situaciones muy dolorosas en el curso de un procedimiento”.

Aún que así se manifieste en la prensa, con dicha solemnidad, como se señala en dicha noticia adjuntada, estaría plenamente seguro de que los Fiscales, o el Ministerio Fiscal en este asunto del hijo Víctima, “alegaría” – ante la posible lectura de esta reseña; y también seguramente negada dicha lectura si se les preguntara por ello -  que el caso “es diferente”.

Primero por no tratarse de “una mujer violada”, que es asunto mediático donde la sociedad es extremadamente sensible.

En segundo lugar porque el hijo Víctima “no es persona vulnerable ni víctima en su caso, de nadie” (aunque todo lo expuesto señalaría lo contrario) porque “es sabido” es un “enfermo mental” porque así “lo dicen los Forenses e informes médicos” – aunque a todas luces, esas conclusiones “certificadas en documentos médicos” son producto del relato parental materno, reforzado con el de uno de los hermanos y acompañado por el otro hermano; ambos comprados “legítimamente en su voluntad” por el regalo de sendas viviendas por parte de la figura parental materna, aunque en ello procediera “también legalmente” a echar de la casa de toda la vida al hermano de la madre y tío de los hijos, haciendo posible en él un intento de suicidio que ya aparece en los informes médicos del hijo como antecedentes.

Todo el relato que se ha venido sosteniendo sobre el hijo víctima ha sido construido por la figura parental materna y asumido, sin verificación alguna, por el entorno médico del momento. Por lo que es posible que se parta de “Fallo en diagnóstico”, porque la figura parental materna lo da elaborado y pre-digerido al entorno médico que solo parece dedicarse a matizar y respaldar con una firma lo dicho a la vez que desacredita o desprecia o consideraría una posición delirante y a la defensiva, cualquier observación que realice el hijo víctima al respecto del trato recibido por la figura parental materna y su propio hermano que tan activamente colabora al estar muy bien estimulado en bienes materiales por la figura parental materna.

Una prueba más de ello sería que algún forense que otro, que ha participado en este, de alguna manera, rocambolesco proceso, se ha dejado llevar tanto por el relato del entorno materno y probablemente del profesional que suele asistir a la Fiscalía en cuestiones Sociales, como lo es el Hermano que lidera o hace visible y pone la cara en la denuncia sobre su hermano e hijo Víctima, quien sin duda alguna, ya realizaría comentarios al respecto en el ambiente laboral que probablemente hicieran permeable - a toda sugerencia que realizara en el asunto de su hermano – a los oídos que a ello se prestaran en los entornos de Fiscalía que a su vez – entre unos y otros comentarios más o menos en off - hicieran permeables a su vez, los oídos forenses, haciendo posible que estos profesionales aseguraran incapacidades incompatibles con las recientes actividades laborales realizadas por el hijo Víctima, por un lado, y otros por otro lado, capaces de anticipar diagnostico a distancia, sin siquiera conocer a la víctima en razón de parte de un texto o wasapt que aporta el hermano beligerante – que reta a su hermano hijo víctima a que le denuncie; todo un ejemplo de empoderamiento funcionarial cuyo resultado es el que vemos. Y los médicos forenses tragan todos y yerran todos; sino acaban por contravenir las más elementales normas profesionales (y a distancia y sin conocer a la persona, son capaces de incluso diagnosticar o sospechar incapacidad e incluso ordenar ingreso forzoso).

En tercer lugar tampoco sería en su caso vulnerable o víctima como lo fuera un menor.

Aunque hubiere de recordarle a ese mismo Ministerio Fiscal que en su día no opusiera objeción alguna a sobreseer o archivar la denuncia puesta por la figura parental paterna ante la verificación y confesión de los hijos de que “La mamá nos pega mucho”.

Porque es de suponer que el Juez pertinente – cuyo titular se deduciría del juzgado que consta y queda reflejado en la denuncia que en su día interpusiera la figura parental paterna – no actuaría como Juez archivando o sobreseyendo una causa de esta índole sobre menores, sin la pertinente consulta con la Fiscalía, ante un caso de malos tratos extremos a niños, que por definición son vulnerables; y tampoco la Fiscalía le valiera de nada al hijo Víctima en ese momento concreto que pudiera tal vez sido oportuno a la vista de lo acontecido hasta la fecha.

¿Dónde han estado los Fiscales y la Fiscalía? y toda la gama de principios y valores destinados a proteger a los vulnerables, los niños o la legalidad que impone criterios de Imparcialidad ante semejantes circunstancias sobrevenidas al hijo-Víctima.

 

Hay que hacerlo todo bien a la primera: Es el mensaje de la figura parental materna (a todo el mundo), por eso fue maestra y funcionaria (aunque nunca aprobara una oposición al respecto)

Has sido Vd. y sigue siendo, una “persona” que se mide así misma por sus posesiones y en ello se pone de ejemplo ante otros (mutilando, como siempre, que fueron otros quienes le sacarían de apuros porque siempre creyeron sus relatos de Vd. que se presentara y presenta como víctima sin reparar que su rasero de Vd. no es el mismo con el que mide a Vd. misma que el que usa para medir a los demás.

Nada ha hecho Vd. en la vida por sí misma que señale mérito alguno: Nunca aprobó Vd. una oposición, ni si quiera la de maestra; ni competió con otros para ello.

Hasta su posterior y postrera carrera universitaria precisó de consejos – orientados por su primer marido de Vd. - bajo la recomendación de crear el “efecto Pigmalión” para que Vd. consiguiera sacarse ese título de Licenciatura en Filosofía y Letras y que, hasta la fecha no le serviría de más, porque en nada le penetrara esa carrera en la mente, si no fuera en pasar por conocimiento los datos que almacena su propia memoria. Aunque sí le pudiera haber servido como currículo y aval y complemento a los cursos de CAP  para quedarse en ese puesto funcionarial que resultaría tan influyente en determinar las vidas de muchas personas y familias (al relacionarse sus informes con los Servicios Sociales, Fiscalía y Policía para determinar si una persona/familia tendría salida o no) por lo que es así fácilmente comprensible que su narrativa y sus relatos hayan alcanzado tal “perfección” que son capaces de arrastrar y persuadir a cualquiera, dada la experiencia de más de treinta y tantos años determinando con sus relatos las vidas ajenas.

Ni siquiera supo interpretar Vd. como licenciada en Filosofía y Letras en especialidad de Arte (creo recordar) un cuadro sencillo y popular de Goya donde se translucía la imagen del rostro de una mujer en el cielo, frente a la figura principal, y lo atribuyera Vd. a que Goya tuvo que utilizar el mismo lienzo mal tapando lo que hubiere antes pintado.

(así se puede formar en España a un Licenciado, demostrando que basta tener memoria para obtener una licenciatura aunque se sea incapaz de aplicar transversalmente los datos y transformarlos en conocimiento y el conocimiento en sabiduría – demostrando que bastaría con una “escenificación sostenida y adecuada” durante la presencia en las aulas universitarias para obtener un título  universitario – como quien se saca el carnet de conducir y que no aprende a conducir, eso lo enseñaban en el pasado, “con malas artes”, y “haciendo fauenas”, los profesionales de las calzadas urbanas y del asfalto en carretera – y que como Vd. que se iría a una acequia y otra a un campo – al menos las que se conocen, porque V d. no comete errores y lo “hace todo bien” a la “primera”, como exige a cualquiera que así debe de ser.

Miente Vd. cuando dice que fuera una rebelde (presumía Vd. de imponer orden en su casa si su hermano de Vd. contestaba a uno de sus padres – dándole con la barra de pan en la boca).

Los rebeldes miran hacia arriba y piden responsabilidades a los que desde sus espacios de confort viven en sus rutinas, aunque con ellas sean injustos y crueles, mientras Vd., por el contrario, les rindió pleitesía y acabo por emularles hasta convertirse Vd. misma en uno de “esos mismos” que viven y laboran en sus espacios de confort – aunque por ello, en su inoperancia e incapacidad, causen sufrimiento y adversidades a inocentes – siendo Vd. misma la máxima expresión de crueldad. Cuya señal más clara es, o sería, el trato a dado a sus propios hijos y a uno de ellos en especial. Les ha conducido por la senda del materialismo, la comodidad y del interés particular, olvidando los valores realmente importantes que son de naturaleza espiritual y se hallan en el fondo de toda ley y norma, hasta que caen en manos de personas que como Vd. las interpreta en clave personal como oportunidad para obtener sus propios objetivos, haciendo pasar a las personas por lo que no son para así conseguir lo que Vd se proponga.

Hasta para consolidarles esa percepción a sus hijos, de lo relevante que es el mundo de la propiedad y la materia, que no dudaría en expulsar a su propio hermano de Vd de su casa de toda la vida por medio de tratos y acuerdos engañosos hasta llevarlo al intento de suicidio, para solamente quedarse con la casa y hacer coparticipe de ese engañoso proceder a unos de sus hijos desatando una competición por bienes materiales – lo que parece un pago a conformidad y silencio de un pasado de maltratos extremos y violencias.

Es Vd. una persona conflictiva, es la definición de su carácter y Vd. lo ha elegido porque fue una elección y decisión suya y plenamente consciente de la misma (su comentario sobre la novela “A sangre fría” no deja duda de ello.

 Se le podría definir como cruel y calculadora sin temor a equivocarse y para ello apenas basta ver cómo es capaz de tratar y llegar hasta donde llega: Violencia física y psicológica sobre sus hijos, y a su vez temor de recibir respuesta similar a la por Vd. administrada en maneras y formas; y en esa representación teatral llega a manifestarse ante el tribunal con el atrevimiento de casi pedir amparo (cuando ya expulsó al hijo víctima de todos los entornos y hogares de su infancia) creo sinceramente que sí tiene algo de miedo Vd., el que da lugar a que es consciente plenamente de “vértigo” que le genera esta vez sacrificar a su propio hijo y el riesgo remoto de que ello sea advertido plenamente por la Justicia y hubiera un solo juez que “no tragara” y le señalara. No es en absoluto probable que se de esa circunstancias, porque Vd. siempre se movió por terrenos avalados; por lo que puede seguir con su crimen sin tanto vértigo; nadie más que el progenitor paterno se cruzará en su camino de Vd. y como Vd. bien dice, a la persona paterna Vd. se la “merienda” cómo y cuando quiere, como ya ha venido demostrando durante años de relatos y los éxitos que estos adquieren en el “mercado” de las “orejas expectantes y dispuestas a dimes y diretes”.

No en balde Vd. siempre acaba por recordar a la figura parental paterna la frase que tanto le gusta: “Cuando lo cuento en mi entorno la gente se queda estupefacta” – prueba inequívoca de que precisa contarlo para verificar que “cuela”, como efectivamente así es. (Fiscales, Jueces - psiquiatras - y Servicios Sociales han tragado reiteradamente con sus relatos de Vd. desde el ámbito profesional  de sus más de treinta años en el sistema educativo de última oportunidad, hasta llegar al particular y personal de su propia familia)

No puede haber conducta más torticera y ruin que bien pudiera servir de ejemplo de rasgos de personalidades enfermizas llenas de un rencor permanente que dan razón de una vida tan vacía que Vd. enmascara a base de frases hechas y dichos contradictorios entre sí.

Nunca supo hacer nada de nada, ni siquiera una comida bien hecha, ni mucho menos un asado (y lo que es peor, tampoco dejaría con facilidad que nadie entrara en su cocina a hacer lo que Vd. no estaba dispuesta a hacer (para hacer comida sabrosa se precisa sensibilidad, afecto y amor) para Vd. todo fue siempre espartano y carente de más norte que una pretendida perfección de la que Vd. misma carece pues Vd. nunca hizo nada bien a la primera (como exige a su entorno para considerarlo a su altura de Vd. misma)

Vd. vive en tal soledad, de naturaleza tan oscura, que precisa de generar, construir y rodearse de acólitos (forzando a sus hijos a seguir su camino de Vd. a base de hacer daño y engañar o mentir a otros y en ello o tener la perspectiva de algo material a conseguir; en solo ese objetivo material Vd. es capaz de llevarse una vida cercana por delante – incluso la de su propio hijo).

Su estado no es otro que el de la “oscuridad” y la “confusión”;  y de facto, esparce oscuridad allá por donde va. Su horizonte se presume como un perpetuo precipicio oscuro y profundo – por eso en ocasiones “tiene vértigo” y precisa, sin duda, algún tipo de compañía ante ese desolador rumbo personal (por eso habla de lo que posee materialmente porque nada otra cosa posee) con la finalidad de “ver si pican”.

Alega como razón para estar con Vd. la relación de bienes que posee, pensando que otros así serán permeables a hacerle compañía. Resulta lamentable imaginar esa escena: Vd. “suplicando” a otros que sean su compañía o novio, en razón de que posee cosas y bienes. Cuando yo le apoyé a Vd. precisamente “no tenía nada” y todo se hallaría comprometido en un divorcio con su primer marido que consiguió de Vd. estimular “su codicia” y financiar al completo un proyecto de Asociación Cultural, cuyas cuentas reflejarían, insospechadamente, dar pérdidas y en riesgo de perder lo que acabaría no perdiendo y sirviendo de pago para su actual vivienda; lo del terreno rural y construcción con piscina pista de tenis etc. nunca fuera proyecto suyo, ni en nada Vd. sobre ese terreno construyera ni planeara, ni supiera de su finalidad como plan familiar para los hijos. Vd. llegó allí y se puso a tomar el Sol, que es lo que más le gusta.

Nunca encontró la compañía adecuada para Vd. misma, por eso arrastra a sus hijos por el mismo sendero de Vd., porque Vd. no conoce otro y precisa sentirse acompañada. Su vida ha consistido en memorizar lecciones que repetir como un loro en clase o donde fuere que fuere preciso y desde luego le ha dado resultado (la definición de que Vd. “fuera un loro”, “lorito”, fue producto de la lucidez de los niños de clase, de una población donde Vd. fuera destinada en sus comienzos como funcionaria que nunca aprobara oposición alguna, a dar clase; es de tal naturaleza la intuición infanto-juvenil que Vd. no la pudo tolerar en sus propios hijos, y en ello tempranamente puso sus manos a la obra por medio de palizas y gritos, lo que muestra su rigidez y poca capacidad de adaptación), pero ni aún así Vd. no ha sido capaz de construir nada de nada, ni siquiera lo que dice que son sus bienes ni pertenencias. Ni siquiera eso Vd. dice poseer concibió nunca poseer algo parecido y mucho menos diseñó, ni se le ocurrió nunca un proyecto familiar (ni similar siquiera, ni vislumbró nunca cual era su finalidad). Vd. desde el primer día que se comprara, solo estuviera allí para tomar el Sol (resulta sorprendente que dependiendo Vd. tanto del mundo laboral para resolver cualquier circunstancia en “sus propiedades” la tenga en tan baja estima como le dijera al hijo que había ue tenerla).

Su vida parece responder a una perpetua venganza, que fuera producto de un profundo rencor nunca tratado y que pretende justificar en razones de “condición de sexo”, pero dudo que sepa en concreto a qué atribuirlo con precisión y se conformaría con que la venganza recayera con quien fuere que representara o representase la condición sexual opuesta a la suya – dando como resultado lo que Vd. misma confesara al hijo Víctima, “que su autoritarismo pudo decantar la condición o inclinación de sus hermanos respecto a las relaciones interpersonales – y desde luego es una percepción que resulta viable, pues recientemente se duda – según se manifiesta en RNE R5 – de que los conceptos y axiomas que han venido sosteniéndose durante multitud de años en el ambiente pedagógico, se han venido mostrando, en estudio reciente, como falsos y que incluso la creencia de que ciertas cuestiones esenciales en la condición humana “establecerían como prematuramente fijadas e inamovibles” a los tres años de edad, resultan falsas de pleno. Por lo que es muy probable que su afirmación de Vd. ante el hijo víctima - que era convicción tradicional y desechada por modas o corrientes relativamente recientes e “interesadas” – sea muy cierta, porque a la postre las personas van “eligiendo” su trayecto personal – que implica a su vez todas sus inclinaciones personales – en razones de encontrar el trayecto más cómodo y menos complejo; por lo que la experiencia de vivir con Vd. y bajo su autoritarismo violento en extremo, así como su carácter conflictivo de Vd. hubiera determinado en la mayoría de “sus hijos de Vd.” no afrontar otra experiencia vital que pudiera concebirse tan intensa y desequilibrante como la vivida con Vd. misma como figura parental materna.

Puede que Vd. piense que la venganza lo curará todo (como le diría el psicoterapéuta a Richard Gere en Prety Woman referente al pretendido abandono familiar del padre – que resulta argumento similar al Vd. esgrimido al menos ante uno de sus hijos – el que ahora es víctima) pero hasta incluso una “pobre prostituta” de la calle – en este caso la espectacular Julia Roberts - sabe que la venganza simplemente consiste en destruir; y tal vez le lleve esa venganza – como norte de su vida – a exclusivamente valorar posesiones, como le ocurre a ese mismo Richard Gere, pero difícilmente le dará felicidad, ni sentido trascendente a su propia vida. Como “de facto” acaba concibiendo el propio protagonista de la afamada película.

Construir contiene un mérito que Vd. desconoce, pero que pretende hacer pasar por cierto en su persona, cuando habla o enumera posesiones. Recuerde que Vd. no solo es incapaz de construir nada – ni siquiera preparar o cocinar variado y sabroso – porque si hubiera en esas tareas concebido la importancia que las mismas poseen como conocimiento y plasmación de gusto, compañía, compartir conociminetos y creatividad, el solo pretendido amor que dice profesar a sus propios hijos le hubiera llevado a enseñarles a cocinar y permitirles crear en la cocina (y de paso, hacerles dar un paso en constituirse en lo básico de la independencia personal). Cuestión inimaginable en su persona, a no ser que esa ocupación que dice tener un par de días a la semana se encamine en esa dirección. Es incapaz de arreglar nada, ningún aparato que tenga cerca – lo que habla por sí mismo de la carencia de haber experimentado el placer de hacer volver a funcionar un aparato estropeado de cualquier naturaleza – ni incluso parece capaz de pintarse su propia casa y estancia, ni mucho menos tareas similares que, curiosamente, considera deber de su hijo y víctima “saber hacer” so pena de considerarle un inútil o incapaz. Un doble rasero que “cuela” como relato por donde Vd. vaya y que en nada tiene que ver con la condición que Vd. misma dice defender en su condición de mujer plena y realizada en términos de igualdad.

Vd. solo sabe memorizar, también mal copiar o simplemente robar o apropiarse de lo de otros e intentar hacerlo pasar por legítimamente suyo.

Por no tener no tiene ni una mísera idea propia, porque nunca le enseñaron a pensar para crear.

Vd. es un clon de un sistema creado para la “obediencia y la sumisión”. Y ha formado parte muy activa del mismo, por  eso es Vd. una verdadera farsante cuando habla de que fuera Vd. rebelde en su día, (que es lo que precisamente suelen decir los que nunca lo fueron, y en ello se esfurzan contando batallitas para inducir a creer lo contrario); porque, probablemente, confunde Vd. rencor y revancha con rebeldía. Porque sino nunca le hubiera dicho a su hijo: “No te cruces en mi camino”.   

Si su “prioridad de camino personal” no es resolver el problema que Vd. misma ha creado a su hijo durante años (y habría que ver si no arrastrarán esas consecuencias creadas por Vd. en su sistema de castigos extremos, a otras situaciones similares al resto de sus hijos de Vd. en el futuro… que está por venir y llegar) ¿Cuál sería su verdadero camino de Vd. al amenazar a su propio hijo con que “no se cruce en su camino” de Vd.? ¿Cuál es su prioridad de Vd. que no sea pasar por ir resolviendo y encaminar el problema que Vd. misma ha ido creando sobre él? ¿Qué puede decir su hijo de Vd. para Vd. amenazarle y atacarle de tales maneras y formas tan expeditivas que solo enunciarlas dan pavor, que llegan a poner en peligro su propia existencia como persona e hijo; un camino y prioridad propia de Vd. que no es, ni sería, resolver el problema creado por Vd. en el propio hijo de Vd.? Y si por el contrario amenazarle, incluso con consecuencias sobre su padre, si él siguiera hablando (hasta el extremo de hacerle vivir lo que ahora está viviendo esa criatura).

Si es esa es su posición, se entiende que el hijo víctima quedara y quede bloqueado, porque ni siquiera podría contarlo en un entorno terapéutico lo vivido con Vd. como figura parental materna, con el fin de sanarse. ¿No es esa la posición que Vd. ha venido sosteniendo en todos los ambientes médicos al respecto de su hijo e incluso los psicoterapéuticos: Bloquear la versión del hijo víctima, y de cualquiera que intentara asistirle en este grave trance que padece por su “visión” de Vd. de la vida en sociedad?

Su relato de Vd. hace aguas por inviable como solución al problema por Vd. misma creado sobre el hijo víctima; por eso el hijo pide que ponga orden (en clase), es decir, en el entorno de los adultos que rodean esta situación y su situación personal (porque efectivamente se ve con claridad esas interrelaciones como estériles, nefastas e inmaduras).

Ese es el objetivo de este artículo aunque haya tantas personas en este asunto que como Vd. nunca construyeron nada ni crearon nada (todas yendo de jueces y dispuestas a juzgar y a aportar para constituir “una condena social” que les permitiría satisfacer su tributo al propio rencor personal de no haber conseguido, ni tener capacidad, para haber dado otro sentido a sus propias vidas).

Muchas personas se hallan en esta vida pensando que basta con disfrutarla lo que se pueda (en el plano material y de los sentidos) para entender lo que es vivir y que ello es la vida y así le dan el sentido a la propia vida. En ello se conforman por incapacidad creadora y creativa,  que sin duda “envidian” en otros que así, sencillamente, son felices. La miseria y el dolor que generan las luchas de poder que se ve en los telediarios no lo entienden del todo los que como Vd. son de esta guisa, y se alarman – aunque de alguna forma se podría estar seguro que les produciría vértigo esas imágenes de violencia, porque su propio proceder de personas que así conciben la existencia, como Vd. misma, de materialismo y lucha por más cuotas, ven que el resultado, a gran escala, de esos mismos principios, producen esas consecuencias tarde o temprano - y se asombren de ello y les parezca un futuro gris. Su cabeza no les da para más, porque gente como Vd. forman parte y hacen posible ese devenir para todos.

Vd. es la misma oscuridad, porque ni viajando ni haciendo excursiones es Vd. realmente feliz. Basta ver como para Vd. la imagen lo es todo (imagen que acompañe un relato) y por ello se pudiera oír en audio, la bronca - totalmente fuera desproporcionada y fuera de normalidad alguna, que le dedica al hijo víctima a solo los efectos de hacerse una foto con ella para las redes sociales. Para Vd. la víctima apenas le preocupa en nada (así se muestra en este año de miseria que ha permitido y estimulado determinantemente para que así sea).

La víctima para Vd. es un medio (un camino) para un fin (la paradoja existe porque siendo la víctima el camino de Vd. para un fin, sea el propio camino, es decir: La víctima, quien pudiera tener la capacidad de cruzarse en su camino de Vd. cruzándose y estropeara sus planes de Vd.).

Por consiguiente la vida de la víctima no le importa, más allá de en la medida en que “debe de seguir en su papel de enfermo mental” y no salirse del mismo, pues si empezara a narrar situaciones y vivencias, el foco podría cambiar “el lugar a iluminar” y probablemente cayera sobre su persona de Vd. y sus pretendidas metas que aún no vislumbramos del todo.

Es Vd., a la vista está, una farsante y a la vez una dictadora incapaz de hacer nada por sí misma.
Su vida esta presida por la insatisfacción personal y lo más lamentable de todo: envidia la felicidad y el humilde bienestar de cualquiera, aunque no posea todo lo que Vd. presume de poseer como bienes materiales y que tanto hace Vd. referencia como logro personal.

Vd. nunca encontró sentido a la vida dentro de Vd. misma, siempre envidia lo que otros posean y trama para quedarse con cosas materiales de otros, como si con ellos pudiera alcanzar felicidad que nunca alcanza (pero pienso, que así Vd. por lo menos piensa que “se venga” a solos efectos de vengarse de su propio destino de Vd.). Así que es posible que haya tenido que reconocerse así misma que su felicidad (incapaz de proporcionársela Vd. sola) consiste, o consistiría, en quitar a otros esas cosas que parecen hacerles felices. Pero aun así es feliz. Nunca Vd. consiguió nada por sus propios medios y nunca tendrá por ello la satisfacción de haber hecho o construido nada por sí misma. Su meta sigue siendo apropiarse de los sueños y proyectos de otros y pasarlos por propios. Su vida de Vd. estaría tan vacía como siempre lo estuvo y siempre lo estará, pues su condición es que “alguien se la llene”; si es posible solo con contemplarla a Vd. Pero viene a resultar un gran coste y penalidad soportarla en toda la gama que su complejo y conflictivo carácter es capaz de manifestarse – situaciones morbosas y actitudes mentales enfermizas aparte - ante una frustración concreta, cuya venganza puede diferir e ir planeando durante meses, años y décadas.

Nada hay en Vd. aprovechable o ejemplar para nadie que no conciba la existencia en los propios términos materiales que Vd. la concibiera para sí. Bien se podría decir, tal vez, que su actitud temeraria contra sus propios sus propios hijos solo sirviera de referente de venganza en una existencia que en modo alguno tiene para Vd. sentido transcendental.

Lamentablemente no es Vd. la única que tiene tal visión de la vida. No hace mucho me comentaron que un maestro pegó a sus hijos delante de otros (en este caso era un varón, no una pretendida madre). Es decir: parece que la ley no va con todos y que “hay bula” o quien se la toma (¿Quien sabe porqué?). Aunque al final del articulo es probable que aparezca alguna nota aunque no agrade, porque para este que escribe la víctima está por encima de todos estos personajes mediocres que así conciben la vida a base de golpes y palizas y en ello se sienten complacidos y en su derecho - como Vd. misma que afirmaría que sus hijos son de su propiedad - y puede maltratarlos lo que Vd. quiera.

El resultado de su sistema pedagógico sin duda es dudoso y a pesar de ello Vd. “examina a todos” asegurando que todo se debe hacer bien a la primera (sin duda esa norma exigente es para el resto de los mortales y Vd. siempre tendrá, en todo, excusa para no cumplir su propia regla; excusa que deben aceptarle a Vd. y que a otros no solo no acepta, sino que promueve para que nunca le acepten).

Incluso cuando por orden facultativa le prohibieron a Vd. visitar a la víctima, Vd. mandaría al hermano a acusar a la victima de esa decisión médica y a amenazarle con que perdería a toda su familia.

Vd. es un caso perdido y sin embargo creo que el resto de los hermanos debieran pasar por una "confesión psicológica" a fin de ver si puede hacer algo por alguno de ellos o hay que darlos por perdidos, como a Vd., en esa oscuridad que Vd. parece haber impuesto a sus vidas como condición “sine qua non” para evitar verse esos hijos en un conflicto inmediato con Vd. misma. (es como si estuviéramos en un guión cinematográfico a lo Falcon Crest pero de naturaleza tan cutre y burda, poniendo a los hijos en el disparadero, en especial a uno de ellos, que se concibe que tal proceder solo pudiera ocurrir y consentirse en esta sociedad provinciana – donde unos y otros se debieran multitud de favores y acuden a taparse y justificarse mutuamente).

En cualquier cado este escrito podría resultar en alguna medida esclarecedor, para aquellos que piensen que es posible, a pesar de vivir entre tanta gente que extiende tinieblas, confusión y caos, conservar la propia luz y hacerla llegar, tal vez, en casos como este.

Otra cuestión relevante fuera cuando Vd. descubriera que en los pueblos por los que al principio le mandaron hará cuarenta años o más, "era Vd. tratada como autoridad junto con al Alcalde" en cualquier acto del pueblo de destino que le fueran destinando; y Vd. acabaría, como a otros, sacándoles “del circuito” porque fuera imposible, por entonces, que su actividad fuera considerada ejemplar por entonces. Una Comisión de Servicios le salvaría las apariencias al ir construyendo un relato de abandono por parte de su primer marido como toda excusa; otro relato de victima que también cuajaría.

Su visión de Vd., sobre el mundo del trabajo se mostraría con claridad en la conversación con su hijo, donde le responde que “A los trabajadores hay que tenerlos domesticados” una visión elitista a la pregunta del hijo sobre ¿cómo piensa su figura parental materna en cómo han de tratarse a los trabajadores? Desde luego Vd. misma no diera un palo al agua cuando el que escribe la llevara de “temporera” unas vacaciones y lo primero que hiciera, ya de mañana, fuera ponerse a la sombra del carro donde se iban a cargar las cajas de fruta. Luego diría que se dedicaría a hacer la comida para el grupo de jóvenes temporeros mientras trabajábamos, pero en realidad fuera un chico gallego, que por “sensible”, ante un aparente mal trato de hacia un discapacitado, en maneras y formas, en el bar del propio pueblo, se quejara de ello y afeara la conducta de los presentes, quedando “marcado” para no ser contratado por nadie; y fuera él quien realmente hiciera la comida para todo el grupo.

Vd. viene demostrando que se “permitiría” decir que “se puede ser progresista y a la vez elitista hacia el mundo del trabajo”; un galimatías que seguro muchos de su propia condición seguro que entienden: “Una élite, bien preparada, debe conducir al resto”.

Seguro que sí, y como muestra el botón que Vd. misma representa y también escenifica en sus relatos y “actuaciones” dignas de ser representación teatral (no en balde hizo en el pasado y en el reciente, prácticas teatrales…. El trayecto lo tiene despejado, en breve, aunque realmente no sepa, ni nunca supo hacer ni construir nada; Vd. se halla en la élite que debe de dirigirnos a todos, porque aunque nada sepa construir sí por el contrario sabe destruir, en especial vidas).

Para quien no entienda la gravedad que pueden llegar a representar los pensamientos mágicos que Vd. dice al hijo víctima que son comunes – y por ello no hay que preocuparse - bastaría el ejemplo de cuando hubiera el tío/hermano sufrido un accidente de atropello grave y al recibir la noticia ello coincidiera con otro hecho familiar, creo recordar que el próximo nacimiento de un sobrino, y Vd. estableciera una especie de “equilibrio cósmico” por el cual “si se muriera tal de ellos, se salvaría cual otro de ellos”.

Afortunadamente todos salieron adelante; pero el problema con su pensamiento mágico es que fuera muy probable que, en su intimidad, sí se guíe en sus planes sobre otras personas sobre ese mismo principio de equilibrio cósmico por el cual siempre debiera haber siempre una ´victima a disposición del destino que Vd. va fraguando para cualquiera que esté a su alcance. En cuyo caso resultaría claro que la prelación y jerarquía de preferencias sobre sus propios hijos – relatada al padre en conversación telefónica hace años - podría establecer, a su vez, el orden en que fueran u, o, debieran ser sacrificados llegado el momento, si hubiere de darse tal momento.

Es decir, el pensamiento mágico nacería de tomar consciencia de haber infringido mal y daños, tal vez irreparables, a personas concretas; siendo “la mala conciencia” la que emerge pidiendo “justicia y equilibrio” y consecuentemente culpa; en consecuencia lógica, para que la culpa no la venciera a Vd., iniciaría una “carrera” de teóricos “sacrificios” dispuestos a realizar con el fin de “satisfacer” el pretendido “malestar y desequilibrio” que aparece señalándole como culpable y que a Vd. le viene a reclamar obre sus propios actos. Como si de una religión primitiva se tratara, la satisfacción de sus objetivos materiales por medio de forzar las cosas y las personas, llevando a alguna al desastre, es propio del ejercicio del poder y los logros con ese poder conseguido, acaba reclamando sacrificios en un “extraño altar” imaginario con el cual s e pretendiera alejar la culpa  todo lo posible de Vd. misma. Lo que remite a la cultura del “Chivo Expiatorio” que permite “lavar los pecados” de una sociedad mediocre y egoísta.

En ese sentido cabría entender que el hijo víctima estuviera purgando sus pecados o culpas de Vd. misma, (como señalaría la película Gladiator cuando el Emperador Marco Aurelio se acerca a su hijo y le dice que “sus defectos como hijo son producto de sus errores como padre”); en este caso Vd. misma eligiera con evidente des-fortuna optar a un papel imposible: Ser padre y madre a la vez y no hacer ninguno de los dos papeles para nada bien, en realidad ni siquiera intentaría llevarlos a cabo; situación previsible porque quienes eligen el referente de figura parental son los hijos, porque Vd. no tiene esa capacidad – aunque en ese sentido “alguien” le pudiera haber dicho que si fuera posible. Sin duda experimentó con Vd., con su persona y con las vidas de sus hijos; dado que Vd. estaba y estuviera dispuesta a ello en razones siempre bien conocidas: Las de considerar que la vida es única, y la preferencia de vivirla a tope corresponde al adulto y los hijos ya se gestionarán como mejor se pueda. Aún así, Vd. ha venido demostrando que nunca se engaña, al menos en estos aspectos – porque Vd. viene de la formación tradicional, esa que no pasa de modas, aunque Vd. “se suba al carro” de cualquier moda “si el discurso” que trae la nueva moda, cree que le reportaría alguna ventaja ante algún sector social y obtener su respaldo -, por lo que se “cubriría las espaldas” creando ese argumentario destinado a trasladar culpas a la figura paterna. 

Le resultará siempre inaceptable de reconocer y manifestar a su entorno social inmediato estas circunstancias, en ese papel de intentar comprenderla y escucharla se hallaba el hijo víctima, probablemente nadie más – lo que probaría esas confesiones ante el hijo víctima es que Vd. misma no se engaña y así lo iba reconociendo cuando la ocasión era propicia. No olvidemos que Vd. es perfecta y defiende la perfección, por lo cual, fuera del ámbito de comprensión del hijo víctima se queda “técnicamente” sin nadie que le escuche con sincero afecto.

Por supuesto, que quien queda fuera de duda que debiera prevalecer siempre será su persona de Vd. que para eso es la protagonista de su propia “película” y todos los demás serían o somos actores secundarios.

En el argumentario destinado a distraer las culpas sobre “otro” – sobre la figura parental paterna –encontraría Vd. “colaboración” familiar, o al menos “neutralidad” porque Vd. misma se hubiera encargado de ir construyendo o esparciendo sentimientos de culpas – o traición - sobre ese entorno familiar respecto al padre de sus hijos. Lo que le dejaría las “manos libres” para actuar como ha vendió actuando sobre sus propios hijos y ser soberana de su propia vida y de la de ellos.

El precio que pagaron los hijos fuera la “destrucción” de la referencia parental paterna, en el caso de dos de ellos, cuyo resultado ya se ha visto cual ha sido en sus vidas íntimas; y sobre el hijo víctima, siempre amenazado y sin el referente anhelado, vemos las consecuencias por Vd. llevadas al extremo con la colaboración de los hermanos.  (se oyen rumores de discusiones por causas de dinero; la pregunta versaría sobre qué hecho puntual y en alguna manera previsto, fuera a ser motivo de reparto de más bienes – porque ese camino de premio a cambio de lealtad y sumisión al criterio parental materno ya diera sus frutos primeros en su momento, tanto sacrificando a tío – y su casa de toda la vida – y luego hermano….)

Todo en la vida del Ser Humano tiende a mostrarse en dualidad para que los trayectos presenten múltiples oportunidades de elección, en especial tiende a ser fundamental para los hijos, y no se vean avasallados por una única y absolutista figura reinante, imposible de digerir y abordar, aunque solo fuera para dialogar. 

Las familias perfectas no existen, y menos si se viene de una contienda civil que impacta sobremanera en las vidas de cada persona de manera diferente.

Por ello las pelis españolas empezarían a reproducir a inicios de los años sesenta los modelos familiares a los que hubiera que emular para ser considerados, al menos en apariencia social, familias ordenadas y perfectas. (Había debates, votaciones a mano alzada para que los padres sometieran una pretensión de los hijos a consideración, e incluso argumentos en favor de una autoridad tolerante que cede y con ello gana en autoridad moral – la peli se llamaba “La familia bien, gracias” con Alberto Closas a la cabeza y figuras legendarias como Tony Gisber).  Todo ello sería una imagen exportable que se adaptaba a los tiempos de tolerancia y transversalidad, que llevarían a transformar la rigidez aparente de las estructuras sociales entorno a la concepción excluyente y rígida de autoridad. También se incluiría en otras pelis la obligación de pasear los domingos de punta en blanco con la hermana “acusicas” de la mano y la misma hermana de apenas tres o cuatro años reclamaba ese papel una y otra vez hasta aborrecer a cualquier chica que tuviera el pelo rubio y apreciar a las morenas pensando que sin duda serían “diferentes”

(hasta ese punto haría estragos las pelis de moda, donde los peinados de las actrices norteamericanas – como Jane Fonda - eran imitados por las españolas que se sentían en capacidad de ser tan atrevidas y espontaneas como esa actriz en “Descalzos por el parque” junto a Robert Reford (el referente de hombre junto a Paul Newman de hombres guapos del momento que “hacían soñar” a la europeas buscando patrones similares imposibles de hallar; otras sin embargo se conformaría con modelos más cercanos como Manolo Escobar – el anhelo al parecer secreto de Conchita Velasco – o ser como una pareja Romina Power y Albano; o más cercanamente como Sergio y Estíbaliz). O ser las pelis de esos años referencias para amueblar los equipamientos modernos de las cocinas. En nada ha venido cambiando lo que las pelis Norteamericanas portaban como mensaje adicional al argumento de la peli, y que no era otra cosa que vestidos, trajes de baños, esos peinados y cortes de pelo… todo ello señalaría el trayecto de la moda del momento)

En España era modelo la tolerancia que nunca terminaría de llegar; intolerancia que parece haber subsistido y asentado en muchas familias a la llegada de la Democracia - como la del hijo víctima - en contra de todo lo previsible y esperado).

De niño - y merece la pena relatarlo dado en qué hubiera derivado dicha curiosidad natural y personal de este articulista – mi padre me subiera por primera vez en un coche sobre los dos o tres años de edad. Era un Renault 4CV - muy parecido al wolskwagen antiguo y famoso (como en la actualidad vuelve  a suceder). Pasé todo el breve trayecto por la ciudad con la cabeza fuera de la ventanilla mirando cómo era posible que la rueda girara sobre el asfalto (y me parecía entre imposible y mágico, e incluso incompresible que eso pudiera suceder). Así que desde entonces los juguetes de coches serían mis preferidos, fueran grandes o pequeños y aun mejor si se abrieran las puertas (cuestión que tardará años en llegar o poder comprarlos). Mi entretenimiento no solo era hacerlos rodar sino también desmontarlos, en especial las ruedas; más si poseían las ruedas un aro de plástico, que imitaba la idea de neumático. Desmontar y desmontar era un placer – aunque a veces se perdía una pieza y el coche podría quedarse “cojo”.

Era tal mi afición por todo lo que girara, o fuera rueda, que cuando llegaran las muñecas como juguetes de mi hermana pequeña, mi interés se centraría en descubrir como giraban los brazos y las cabezas de esos juguetes, para lo cual era preciso desmontarlos. (de igual manera me ocurriera en casa de mi abuela, donde al entrar en la cocina viera una de las primeras lavadoras super-automáticas de carga horizontal, que portaban una ruleta y como tal fascinación por todo lo que pareciera porder girar o fuera similar a una rueda, intentaría descifrar el movimiento de esa rueda de colores y números, buscando la manera de hacerla girar. Así que días más tarde me llegaría el reproche de que la abuela se quejara de que la dicha ruleta resultara ser un programador y que mi acción sobre la misma la hubiera estropeado. Así entendí que durante años, esa abuela no permitiera mi entrada en su casa por “ser un trasto”, fama que me acompañaría a perpetuidad, durante muchos años. Aunque a los 15 la fuera a visitar por mi cuenta y tuviéramos una tarde apacible jugando al ajedrez y con pastas al lado del tablero. Solo le hice una pregunta entonces ¿Cuántos años tienes yaya? Y no recuerdo la contestación, pero bien pudo decir cincuenta o cincuenta y seis o algo parecido, realmente si eché la cuenta de cuando naciera ya no lo recuerdo tal vez naciera en el año 16).  

Pero esa afición mía traería peores consecuencias para el futuro, cuando ya de adultos, mi hermana hubiera iniciado un trayecto decisivo – desde el momento en que intentara hablar del porqué, al llegar mi persona del hospital a casa sobre los 12 años, después de pasar un mes y medio entre la vida y la muerte, y ya fallecida recientemente la madre, ella saliera a la puerta corriendo para echarme la culpa de ese fallecimiento; ya de adultos intentara recuperar en una conversación con ella y simplemente contestara que ella “era una niña”, pero que ya de adulta rolaría a establecer argumento en mi contra al señalar que yo le quitaba a sus muñecas la cabeza – y eso sin duda tenía, porque así lo pudo decir o alguien señalárselo, un significado de naturaleza o perversa o maligna que se dedicaría a extender esta ya mujer por donde fuera que quisiera que fuere, a la vez que me pedía enchufe para entrar de funcionaria en mi ámbito laboral porque si no trabajaba se ponía mala y en casa de sus suegros decían que estaba loca (lo que motivaba que me llamara recurrentemente para conversar y que fuera traducido por el entorno como una relación “especial”). Entró de funcionaria sobre los 50 años, y empezaría a ponerse de ejemplo para todo el mundo (el único trabajo que tuvo en su vida se lo conseguiría su padre, y fallecido este sería despedida al mismo día siguiente del entierro), luego se dedicaría a pedir y a pedir y a presentarse a oposiciones y sumar puntos y puntos y quejarse de que esos puntos iban y venían con arbitrariedad hasta que con los años terminara por aprobar (con cerca de 50 años). También se sumaría a criticar la figura parental de padre ante el hijo víctima – y contribuiría a crear más confusión en el hijo víctima lo que llevaría romper relaciones. Incluso parece ser que llegaría a trasladar un informe médico al entorno materno sobre la figura parental paterna del hijo víctima – que el propio padre no poseyera – y hacerlo llegar al entorno judicial en razones obvias de alinearse con la figura parental materna y sus intenciones para este hijo víctima. Y a su vez, con mayor anterioridad, preguntarle a esta figura parental paterna si no iba  a hacer testamento para evitar que la figura parental materna del hijo víctima, se quedara con todo. Aun así, esta señora se permitiría entrar, hará unos 12 años, en el domicilio de la figura parental paterna sin permiso y obteniendo las llaves con autorización facultativa para violar el domicilio del padre (se acabaría echando en falta fotos y otras cosas; parece que esta señora aprovechara para rebuscar en casa ajena una vez obtenida dudosa “licencia” para ello desde un hospital que fuera el mismo que posteriormente motivara quejas para proteger al hijo – desde el famoso ingreso forzado que durara tres semanas sin tratamiento porque no tenía ningún proceso que lo requiriera y donde se construyera un relato machacón para que el hijo cambiara de opinión sobe el padre – ello detallado incluso en conversación a tal fin – cuyas consecuencias fueron al final lo que ahora vive la criatura). 

La Figura parental materna envía email a la figura parental paterna

(el mes pasdo)

RE: Lo reenvío por si no leíste el anterior.

07/07/2022

Buenas tardes:

Ya sé que has tenido muchos cambios en correos y teléfonos pero espero que este mensaje te llegue.

Por el bien de (el hijo) me parecería conveniente que tuviésemos una entrevista personal en la que tratásemos el tema de la precaria situación en que se encuentra y perspectivas de futuro.

Puede ser en el día, lugar, hora y con las personas que te parezca oportuno (exceptuando las mañanas de martes y jueves que ya tengo comprometidas).

Espero respuesta.

Un saludo. 

Contestación de la figura parental paterna:

(se tardaría en contestar porque se recibiera tanto por parte de Servicios Sociales como del Juzgado de BCN que se procedería a archivar la causa en cinco días y era conveniente articular una posibilidad de rescate de la víctima) Víctima que por otro lado pediría a su entorno materno que le diera la dirección de una tía con la finalidad de recuperarse de un dolor en la pierna, pero ese entorno materno parece que dicha petición ignorara, abortando, en consecuencia posibilidad de localización y rescate.

No sería la única vez que ese entorno materno procede de tal manera similar, posibilitando y dilatando la estancia en penuria de  la víctima, ya que en última ocasión, la víctima señalara en junio, intención de volver (la sexta intención al respecto, si no cuento mal) señalando al padre que iría dos semanas a la casa de la figura parental materna y luego a casa del padre, para darle tiempo a tener la casa en orden. Cuestión que sorprende en la medida en que para llegar a ese proceso se hiciera preciso conversación con el entorno materno y en especial con la figura parental materna quien “propusiera” o “hiciera ver” la necesidad de ese trayecto a la víctima – por lo que el padre no opinó esperando acontecimientos, pero sí publicaría en su facebook el estado de se casa en ese momento, para que constara que se casa sigue estando siempre recogida y presentable – al contrario que le hacen creer al hijo.

A la postre todo fuera una manipulación más de la figura parental materna y su entorno, pues a la definitiva, si la víctima estaba persuadida de su ropia vuelta, parece que el entorno parental materno la condicionara el regreso de la propia víctima a entrevista previa entre padre y madre; dejando otra vez en el aire, el regreso del hijo – y ya van varias ocasiones similares.

Por lo que el padre, ante personaje tan taimado y siniestro procede a contestar – una vez intentado el último impulso de rescate mediante juzgado de BCN en esos mismos días, en conformidad con Asuntos Sociales de aquí.

RE: Lo reenvío por si no leíste el anterior.

20/07/2022

No conozco ningún rasgo de su persona de Vd. que  haya estado dispuesta a hablar de nada de lo que considere su propiedad o parte de su soberanía. 

Lo ha explicitado con claridad e incluso se ha permitido así explicitarlo abiertamente en reiteradas ocasiones.  

(hace poco en la rueda de la fortuna se presentaba un dicho que desconocía y que parece formar parte de nuestra cultura popular y que desde luego, a mi juicio, le define a Vd. con plenitud desde que la conociera – ni incluso apartándome, como así hiciera Vd. del entorno familiar, ha cesado Vd. nunca en el mismo criterio: "La culpa es mía y se la echo a quien me da la gana"). 

No tengo intención alguna de encontrarme con Vd. o en su presencia; persona de características extremadamente conflictivas y violentarias, en especial con personas vulnerables (incluso sus propios hijos). 

Cuando vi como Vd. se conducía (la primera cuando los niños dijeron hace años que Vd. les pegaba mucho y ya más recientemente ante la situación que ha generado sus métodos, hablé con Vd. (por supuesto por teléfono) y dejó claro que los hijos son suyos por tener Vd. útero.  

(he tenido ocasión de comentar esas afirmaciones de Vd. y parecen ser ciertas, al menos en nuestra cultura actual en España, por encima de cualquier derecho humano que se pudiera intentar reclamar para un tercero). 

Supongo que así lo concibió Vd. desde el primer momento (y con ello justificara Vd.  cualquier actuación propia). 

No veo ningún objeto a quedar con Vd. en lugar alguno y menos en tener delante de mi persona de tal naturaleza, (estando, como señala la sentencia, la situación en manos de la voluntad de la DGA) una vez ha venido Vd. misma a “dinamitar” cualquier alternativa viable para la víctima y argumentar, en todo sitio y lugar en favor del criterio de Vd. que viene siguiendo desde hace décadas con quienes considera propiedad suya (como en este caso los hijos y la propia víctima). Pues Vd. se concede para sí esa licencia de agresividad y formas de violencia (de todas las maneras y formas que se pudieran conocer y concebir). No puedo imaginar el grado de sufrimiento que ha podido llegado a causar a quien se le haya cruzado en el camino (también así se lo dijo Vd. a víctima, según me trasladó en su día). 

Es imposible concebir que con Vd. se pudiera llegar a ningún tipo de acuerdo porque sencillamente, como lo demostró en el pasado, no los respeta (y siempre encuentra, genera o artificia, un argumento para acabar por no respetarlos). Por lo que he podido conocer de Vd. siempre lo tiene todo claro y no acepta "de facto" nada que no sea la voluntad, ya preconcebida y planificada con mucha antelación, de Vd. misma

Bien pudo antes de iniciar todo esta acción contra la víctima, pedir otra opinión o visión (a mi persona) y resulta obvio que no la precisaba y por el contrario ya se previno en crear las circunstancias más apropiadas a ese concreto objetivo de ir persuadiendo al entorno social de esa convicción de Vd.   

(Vd. ya lo tenía todo decidido y calculado, y parece ser que estuvo informándose detalladamente con otras señoras que como rol de madrastras ya actuaron previamente y con éxito, como Vd. ha venido actuando frente a la víctima en las últimas décadas). 

Lamentablemente ha hecho cargar al hermano con la responsabilidad de actuar de la manera mostrada (y tampoco parece que le fuera preciso otra visión diferente a la que ya Vd. concibió). 

Desconozco el motivo por el cual Vd., en este momento, se dirige a mi persona  

(incluso previamente en la antesala a la entrada de la Sala de la Audiencia llegó a afirmar que mi persona no le cogía el teléfono (sin dirigirme mi persona hacia Vd. para nada, ni en ese momento ni después) No es la primera vez que se conduce Vd. de esta manera, y estoy persuadido que Vd. nunca se ha conducido de manera diferente: Lanza al "aire" sus argumentos y acusaciones en busca de público que los escuche y crea (es su "representación teatral" de las cuales consta que ya hiciera cursillos de teatro en la universidad y los retomara hace unos pocos años, según señalara la víctima.). 

Poco puedo aportar a la visión que Vd. ha mostrado hasta la fecha, por lo que considero esta iniciativa suya (a estas alturas) parte de su propio argumentario, escenografía y relato destinado a seguir las pautas que el refrán señala más arriba. 

Espero que quienes tienen la competencia  actúen correctamente y encuentren solución aceptable y acorde con las potencialidades previas que ya mostrara la víctima y por el bien de la víctima.  

(cuestión también dudosa que en ello hubiera éxito, pues como demuestra la experiencia en casos similares, a efectos prácticos – y de los que empiezo a tener asombrosa constancia de hasta dónde pueden llegar figuras parentales que, como Vd. se determinan de la misma manera y bajo los mismos principios -, nada evitará que su objetivo de Vd. se cumpla sobre la víctima; por lo que considero este acto de Vd. hacia mi persona, una escenografía más, propia de una representación teatral, una de las muchas ya puestas por Vd. en escena, ya por Vd. concebida, destinada a prolongar el sufrimiento extremo de la víctima (acabando con todas sus esperanzas y fe en sí misma –a base de procurarle o llevarle a los entornos y contextos donde pudiera padecer las mayores calamidades y contrariedades posibles) y con ello arrastrar, si le es posible, a todo aquél que hubieran concebido las mismas esperanzas y fe en esas capacidades que toda persona posee en condición de persona (incluso aunque sean señaladas en informes médicos) y llevarlas, según sea el caso, a la desmoralización e inoperancia de facto, si son profesionales de cualquier ámbito, o a la desesperación (y si es posible a la destrucción moral y/o espiritual) si son personas que sostuvieran vinculaciones afectivas sinceras con la víctima (haciendo ver a quien pudiera observar el caso, que los principios y valores que venía sosteniendo la sociedad, en nada pueden ante la capacidad que Vd. ha aprendido, o ya tuviera predisposición innata, para sabotear cualquier posibilidad alternativa, que se desvíe de sus objetivos e intereses particulares – incluso en ese objetivo, proseguir desorientando/confundiendo a la misma víctima aunque ello prosiga poniéndole en riesgo vital).  

Le ruego no se dirija en modo alguno a mi persona y menos generando ningún tipo  de expectativas a no ser que tenga algo concreto que decir o transmitir, menos cuando ya lo tiene todo  concebido y planeado, como le fuera señalando a la Victima en su día y que le lleva a vivir lo que en la actualidad desgraciadamente está viviendo. Cuando Vd. ha querido transmitir una situación concreta le ha bastado llamar por teléfono para desentenderse de cualquier situación que Vd. misma no quisiera asumir, incluso de sus propios hijos, y llevarme a realizar peticiones urgentes de permiso laboral para atender cuestiones que a Vd. le resultaran enojosas o preocupantes en su pronóstico inicial – y estoy hablando de hace alguna decena de años que otra, cuando ya Vd. hubiera señalado que  en nada y para nada quería que mi persona estuviera ni si quiera en contacto con los hijos (que por cierto viene negando que nunca me llamara para cuestión alguna; Vd. siempre fue así). 

Por otro lado, todos "sus" hijos (porque así manifiestan Vd. que son de su propiedad) tienen y han tenido mi número de tlfno.  

Aún así entiendo que esto, incluso estos dos email que me manda, forma parte de esa "representación" (teatral) que Vd. ha concebido para Vd. misma y para quienes les rodean 

 (incapaz de asumir nada en primera persona, su papel sigue siendo involucrar a terceros siempre que le sea posible (y que sean estos quien les haga a Vd. el trabajo "sucio" y asuman su criterio por el cual, graves errores de Vd., tiene derecho a echárselos a quien Vd. le diera la gana.  A la vez que da lecciones de cómo se debiera hacer todo lo contrario a lo que Vd. misma ha venido haciendo). 

Espero al menos, que el destino, un día, le ponga a Vd en el lugar que realmente le corresponde así como a aquellos que "han estimulado o consentido" de manera tan obscena en esta actuación contra la víctima. 

La víctima un día la definió a Vd. de manera tan certera  (en un intercambio de wasatp con su hermano) que me sorprendió tanta precisión y acierto. Conservo ello como reliquia de su lucidez y luz que Vd., al parecer, lleva decenios intentando apagar. La resistencia que opone la víctima y su persistencia en “hacerlo él solo y por él solo” (único camino y única alternativa que Vd. parece permitirle, aún a sabiendas de imposible y que le lleva al padecimiento extremo de este último año y otros errores precedentes), solo muestra lo que le va quedando a la víctima de su voluntad y fe en sí misma en querer seguir viviendo, como manifestación de su Luz interior que Vd. parece ser, en todo  momento ha deseado apagar como fuere, en la simple razón de que esa Luz no fuera de la condición que Vd. considera conveniente según su criterio.  

                Vd. según narra la víctima, le hiciera pasar a los 14 años toda la noche fuera de casa por seguir usando el ordenador, y la pasara solo y expuesto en un parque cercano. Vd. en ese caso, iniciaría un proceso sobre la víctima de soledad y exposición al abandono como alternativa única y lógica a falta de otros recursos y al parecer multitud de carencias que son propias de una familia amparar y procurar, determinando así poco a poco el “destino” de esta persona que como dice y le acepta esta sociedad: Es de su propiedad.   

Tampoco la odio a Vd. (porque si odiarla a Vd. sirviera para solucionar el problema que Vd. misma ha creado, bien que lo haría). 

Sin duda espero que el día que fuere que corresponda que a todos nos ha de llegar, sea su alma verdaderamente juzgada (como a mi juicio se merece) ya sea por Osiris, Cristo o Buda o cualquier otra figuración de esa justicia Universal que no se pudiera torcer y sea esa Justicia  la quien en Vd. y por Vd. misma se le muestre; en la esperanza de que su espíritu nunca vuelva a aparecer en este mundo, ante la crueldad y frialdad que ha sido capaz de mostrar; nada puede haber más torcido a las Leyes Naturales que rigen o lo debieran, a las familias. Y responda Vd. ante quien no se puede ni deje engañar (es decir ante Vd. misma, que es quien mejor se conoce)

Siempre supo Vd. donde era y fue feliz la víctima, y tampoco le pareció a Vd. bien. Un proyecto en el campo destinado a transmitir conocimientos sobre las leyes naturales que rigen la existencia de vida en nuestra planeta (y que están vinculadas con las leyes de la vida y el Derecho Natural que rige o lo debiera a las familias), con el cual construir vínculos y conocimientos entre los hijos que siempre les hubieran sido útiles como “orientación” para distinguir el bien hacer del mal hacer - optaran por la profesión que optaran y que Vd. (después de la escena que también organizara después de la separación, consideró que ese proyecto que tomaba cuerpo debiera ser para Vd. ¿Recuerda el insulto que me dedicara  en  cuando el juez me otorgara su uso? y el que le dedicara a mi padre ya enfermo?) a la postre ese proyecto familiar se convertiría en “espejo” de cómo concibe Vd. la vida: Un lugar adecuado para que Vd. tomara el Sol. Eso fuera todo o que Vd. hiciera (además de que la Víctima se quejara que uno de sus hermanos cortara con la motosierra el árbol que iba creciendo y que el mismo sembró, por el solo hecho de recuperar el contacto con su padre y su padre advertirle de que una motosierra si nunca la había usado viera sus peligros en Internet y los medios de protección a tener. Vd. en queja, no usó, ni arriesgó para esa tarea a su hermano David, sino a su hermano Alejandro. . 

No sé para qué Vd. puede precisar mi presencia en nada ni para nada (concibo como nuevo rasgo de crueldad que Vd. se dirija a la propia víctima para reclamarle que me presente ante Vd. y a su vez tanto persistir en tenerlo coaccionado, angustiado y amedrentado y a la vez darle recados que traslade a su padre para que contacte con Vd. como si Vd. no hubiera contactado durante estos últimos 30 años cuando le hubiere placido o interesado con mi persona, sin precisar de terceros y menos en esta ocasión usar de la propia víctima nuevamente para sus fines de Vd.) (como si a la postre, sin duda en mi pensamiento, le quisiera trasladar a la única víctima en este caso, y al entorno, el mensaje de que "Vd. hizo lo que pudo" y su padre es el responsable de su situación de víctima" cuando la realidad es Vd. quien ha iniciado todo esto

Que salga ahora Vd. a escena solo se puede concebir como el último acto de este sainete y tragedia que concibiera Vd. ya hace años  (aunque jure y perjure que ya hará unos 13 años, Vd. misma me llamara a mi trabajo para anunciarme que "habían enterrado al padre de Vd. y preguntarme si no me había enterado?" y posteriormente, de manera sorprendente hablarme de sus favoritismos personales de unos hijos respectos de otros).  

Vd. crea conflictos y problemas; Vd. crea los relatos (como si Vd. nunca hubiera levantado una mano contra nadie y menos contra sus propios hijos) y Vd. por último ha estado intentando crear compasión hacia su persona cuando en realidad su papel ha sido de cruel frio e insensible verdugo – tal vez amparándose en la idea de que siendo así como concibiera la vida para Vd. misma, sea la manera de educación más adecuada y clara de transmitir a sus propios hijos.  

Nunca dio Vd. puntada sin hilo, hasta el punto de que en su crueldad aún persiste en aumentar el sufrimiento espiritual de la víctima pidiéndole que realice una tarea de mediadora que se concibe ya postrera y punto final para él de este argumentario suyo (que tantas veces parece haber realizado en su vida profesional con otras personas y familias). 

No se concibe que se hayan tomado tan malas y nefastas decisiones e iniciativas para el devenir de una víctima.  No se puede concebir tan malas decisiones tomadas e incluso la inacción y excusas de Servicios Sociales (aún no nos han trasladado sus planes para la Victima) sin en ello introducir elementos de "inercia" (al parecer tan conocidos por Vd. en su vida profesional) que han traído a esta situación a la víctima (tan seguramente premeditado como otras víctimas y familias hubieran podido concebir una vez este aparato violentario se ha puesto en funcionamiento). 

Concibo, conociendo ya su extrema frialdad, cálculo y crueldad de Vd. que precisa esos email que manda para algún tipo de excusa final (que sin duda tiene premeditada acepte o no una entrevista cuyo final ya conoce; por lo cual solo es mero trámite para proseguir con lo ya planeado por Vd. y desde luego en concurso con otras personas que ya salieran o saldrán a escena) la situación no me engaña, al menos a mí.   

Si algo quisiera Vd. decir dígalo directamente y por los medios que bien conoce y ha usado anteriormente sin tanta ceremonia – Vd. nunca precisó ceremonia alguna para dar palizas a los hijos, pedir permiso a nadie, aunque sí parece que prosiguiera con el tradicional refrán mencionado al principio.  

 Se entiende que Vd no actúa para resolver nada en favor de la víctima sino que lo hace como actriz que sigue un papel y una representación para no solo salir impune (como suele suceder y sin duda sucediera como en otros muchos casos similares a este que en nuestra sociedad son tolerados) sino a su vez blanquear no solo a Vd. sino a todos los que han intervenido en esto que parece una espantosa obra de teatro propia de Dickens. 

El último Auto de la Audiencia ya señaló que su decisión se debe aplicar sea cual fuere la posibilidad de recurso (aunque creo que es coletilla que aparece por doquier). Espero que ello se atengan los que llevan poniendo escusas nueve meses, y al parecer hacen como Vd, (que si el de BCN no hace, no quiere o no dice (porque parece al final que solo es formulismo y dilatación como ya señalara en su momento el padre de la Víctima: Ausencia de Auxilio a la víctima; una ausencia que fue sin duda  premeditada, reglada y buscada y recomendada por Vd. o a Vd. misma).  

Muy distinto hubiera sido el tono de este email si su persona hubiera actuado de manera bien distinta a lo largo de los años, en especial hacia sus hijos; pero conociendo como se ha venido Vd. expresando y sus sorprendentes argumentos en cualquier situación pasada y reciente es realmente difícil concebir que detrás de estas comunicaciones no persista sino la misma voluntad de siempre – ya que suena a esa nota que su gabinete de letrados me remitiera cuando fracasando en presentar una situación de facto que le facilitara una actuación judicial de separación matrimonial sin mi presencia – usando un pretendido conflicto en vacaciones que la presencia de mi padre, entonces aun en vida – le frustrara.  

La carta de entonces es casi calcada, en términos absolutos, a su email de estos días. El consejo de mi letrada, entonces, fue que no se me ocurriera presentarme en ese despacho de letrados yo solo y que ni siquiera la atendiera y que ella se encargaría de la cuestión. Como así fuera.  

Si quiere cualquier cosa de mi persona sabe mi número de móvil, úselo (aunque concibo que decir que lo desconoce también forma parte del cruel sainete lleno de mentiras en que convierte todo lo que Vd. toca) y en algún momento sabremos por qué esto también lo niega.  

Estoy a disposición de recibir su llamada y en atención de que no moleste más a la víctima.  

Contestación de la figura parental materna:

Tratando de resolver conflictos

27 de julio de 2022 12:42
Buenas tardes ¿Cómo estás?

Me he quedado anonadada al leer tu email de la semana pasada.

Disculpa si alguna vez te molesté en el pasado (siglo anterior) con mis hechos o palabras. Nunca fue mi intención y creo que esto no viene ya al caso.

Mi propuesta ahora era la de llegar a un acuerdo, aunar esfuerzos con un criterio positivo y eficaz, para mejorar la situación, precaria en extremo, de Víctor.

Insisto en el objetivo: hacer que Víctor tenga una vida lo más digna posible dadas sus circunstancias que habrían de valorarse adecuadamente.

El hecho de solicitar una entrevista personal ante quien tú desearas como mediador/a, responde a mi esperanza de que realmente desearas ayudarle.

El tiempo pasa rápido así que lo que no hagas ahora, ya no tendrá posibilidad de realizarse.

A tu decisión queda.

Contestación de la figura parental paterna:

Re:Tratando de resolver conflictos

27 de julio de 2022 12:42

La objeción quedó clara. Presencialmente con Vd. nada de nada, por teléfono (     ) lo que crea al respecto.

Contestación de la figura parental materna:

Re:Tratando de resolver conflictos

03/08/2022 17:03.

¡Feliz cumpleaños (creo)!

Hablaremos por teléfono. 

Como ya no va el asunto de un día u otro, mira a ver si te cuadra como fecha el martes 9 de agosto sobre las 20 horas.

El único tema a tratar es: cómo vemos el futuro de Víctor y de qué forma podríamos ambos actuar para mejorar su situación.

Un saludo.

Contestación de la figura parental paterna:

Re:Tratando de resolver conflictos

03/08/2022 17:03.

Te confirmaré la fecha sugerida en breve, Saludos.

Contestación de la figura parental paterna:

Tratando de resolver problemas

05/08/2022 10:12

Buenos días,

El día que podría mantener la conversación señalada podría ser el 18 ó 19 de agosto, pues la semana anterior la jornada laboral es de lunes a domingo y desearía prepararla lo más convenientente posible.

Saludos. 

Contestación de la figura parental materna:

RE: Tratando de resolver problemas

08/08/2022 12:32

No creo que haya que preparar nada. Al menos, por mi parte.

Lo bueno, si breve, dos veces bueno.

Yo propuse el 9 porque he estado de vacaciones hasta hoy y volveré a marcharme.

Me da lo mismo cualquier lugar, día y hora  con tal haya cobertura... 

Contestación de la figura parental materna:

Habrá que concretar algo más la fecha y hora de la comunicación y quién llama a quién.    

 15/08/2022 12:58

¿Cómo vais ahora que han bajado algo las temperaturas?

Tengo compromisos para esos días 18 y 19 de agosto del 22 así que si te parece oportuno que hablemos sería necesario marcar día y hora exacta así como especificar quién hará la supuesta llamada. Trataría de amoldarme a lo que te pareciera mejor y, si no, llegar a un acuerdo.

      Recuerda:

·                     Día

·                     Hora

·                     Quién marca el número

Si cuadra bien, te lo haré saber.      

Última Contestación de la figura parental materna:

No se produjo llamada telefónica para hablar de Víctor el 18 ni el 19 de agosto.

20/08/22 16:48

¿Cómo va todo?

Creí que el 18 ó el 19 de agosto habría alguna comunicación telefónica sobre el tema de Víctor como dijiste, pero no se ha producido.

Perdona por haberte entretenido.

 

Consideraciones ante estos email (fantasmas) de esta señora

Lo primero que llama la atención en los email de esta señora es que vienen a coincidir con el deseo de la víctima de retornar – señalando dos semana en el ámbito materno y luego ir a casa del padre una vez arregle este su casa (¿?) -  por lo que no cupiera duda de ser el propio entorno materno quien retrasa y sigue dilatando las oportunidades de regreso de este hijo Víctima.

Incluso los email que manda la progenitora parecen estar escritos despalda a la actividad de Servicios Sociales que en esos días se pone en contacto con el padre para intentar retornar al hijo por medio del Juzgado de BCN que da un plazo de 5 días para cerrar el asunto; y ese plazo se cumple sin éxito alguno y tampoco previamente la madre ni el entorno materno diera la dirección de la pretendida tía para que este hijo fuera atendido como él mismo pidiera serlo.

La emisión de emails, como se pueden ver, no son otra cosa que una dilatación en lo que parece “espera de acontecimientos”, mientras a su vez, bloquearía el deseo de retorno del hijo so pretexto ahora de “una supuesta negociación con el padre”.

A la vista se halla las primeras excusas que evidencia por supuestos cambios de número telefónico del padre, cuando los hijos conocen el número desde hace tiempo y por ello estaría al alcance de la pretendida madre. Y a su vez propone en fecha el 9 de agosto que ella misma condicionaría con el email del día anterior 8 señalando y condicionando la conversación a que haya cobertura telefónica (lo que en sí mismo, conociendo a esta señora, ya se podía dar cualquier comunicación que se estableciera como bloqueada en el momento en que ella quisiera apelando a pretendida y ya avisada cuestión de la cobertura).

Ya era visible que la prioridad de la señora no era el estado de la víctima, en ningún caso o perspectiva que ella misma pudiera señalar o decir en sus propios mensajes; sino al parecer una excusa al que aún no conocemos el motivo de tal entretenimiento, porque al proponerle los días 18 y 19 ella misma dice que se hallará de vacaciones y se ha de entender que los deshecha para posteriormente señalar lo contrario que los esperaba, concluyendo con disculpas.

No obstante, el mismo día 15 de agosto, en los cuales alude a que tiene esos compromisos para los días señalados por el padre, 18 y 19 de agosto, señala un  aparente complejo procedimiento a seguir para llegar a un acuerdo sobre el día y la hora: llegar a un acuerdo.

      Recuerda:

·                     Día

·                     Hora

·                     Quién marca el número

Si cuadra bien, te lo haré saber.      

Nunca ha habido intención real de una conversación si no fuera como ella misma indicara inicialmente, de manera presencial que es el ámbito donde más cómoda y mejor se siente para poder promover un conflicto (como otros que de manera sobrevenida montara en la calle pidiendo socorro y gritando Auxilio Policía en las fiestas del Pilar del  año 2021 y que, ante la evidencia de querer montar follón de manera unilateral, en esa ocasión no le saliera a cuenta. Pero la naturaleza del personaje no se olvida y las sutilezas que aparecen en sus email, como “intentando resolver conflictos”, cuando la idea prioritaria sería trae al hijo y proporcionarle cuidados y ámbito de recuperación; y a mi rectificación del título “Intentando resolver problemas” acaba por proponer un complejo sistema para acordar la fecha y hora, e incluso a ver si le viene bien quien llama  a quién.

Señalaría esta señora que “no hay nada que preparar” para esa conversación, por el contrario el Tema es cómo vemos el futuro del hijo y cómo podríamos actuar para mejorar su situación (¿?)

Parece obvio que el primer paso es atender sus reclamaciones para volver o ser asistido y ambas han sido rechazadas y/o aplazadas por el mismo entorno materno, la última en este último mes de junio.

Aún así, parte del título del Tema que impone la madre en el email, tampoco es de despreciar, porque señala una cuestión que de partida sería secundaria: Como Vemos el futuro del hijo; el término ya induce a que “cada cual vería las cosas de una manera diferente”; pero sin duda, si ese entorno materno sigue actuando de la forma y manera, seguro que cada vez la situación será peor y más grave. Porque sencillamente no se responde a las solicitudes de ayuda de la víctima para retornar o ser asistido y se aplazan por el mismo entorno “sin e die”, apelando a esta  pretendida conversación con el padre en la que implica al hijo, para que medie, y a su vez esté pendiente de un resultado que aplaza su intención de regresar o ser asistido ya manifestada en emails de mayo y junio.

La “bomba” de la comunicación es cuando ya la señora señala que “lo breve y bueno dos veces bueno” refiriéndose a la comunicación que debiéramos mantener y de la cual el hijo, en extrema penuria, se halla a expensas para poder retornar. Es el colmo esta señora que remata las comunicaciones por email primero señalando que esos días propuestos no puede y luego señalando que los esperaba para comunicarse y se despide pidiendo disculpas ¿Qué le va a decir al hijo que se halla esperando resultados al respecto?

Un rasgo muy determinante en estas comunicaciones ha sido que la señora no ha remitido los email adjuntando la respuesta anterior y las ha ido fragmentando, por lo cual el hilo de las conversaciones se hallan sesgado y a expensas de presentarlo en la manera que le fuera conveniente para construir un relato convincente si fuera el caso que lo precisara.

También merece la pena hacer observar la frase final de uno de los primeros emails emitidos por la figura parental materna al padre, en razones de convenir un pretendido acuerdo respecto a la situación del hijo Víctima, donde la madre se expresa en su frase final de la siguiente manera literal:

El tiempo pasa rápido así que lo que no hagas ahora, ya no tendrá posibilidad de realizarse.

A tu decisión queda

Lo cual resulta inquietante y podría tal vez dar motivación los tribunales sobre a qué se referiría esta señora con lo que paceré una advertencia para iniciar el contacto rápidamente que luego difiere y dilata en el tiempo de la manera ya expresada anteriormente; sobre todo porque el resto de emails no “concordarían” con lo que parece una advertencia y por otro lado, dilate y haga compleja y llena probables y manifiestas condiciones  la misma pretendida comunicación a establecer.

En cualquier caso la señora sigue mostrándose caótica en tanto en cuanto no se transite por donde ella desee como conveniente a sus propios intereses y consecuentemente dispuesta a seguir sembrando el caos y la confusión hasta que se llegue o se den las circunstancias que más le convengan y pueda señalar como siempre que “Hizo lo que pudo” y que a tenor del este lenguaje sorprendente por su pretendida y excesiva e incluso inapropiada por exagerada amabilidad, seguro que responde a una cuestión de estrategia calculada y premeditada.

 

Fiabilidad en el pasado de los acuerdos con la madre.

Solo recordar a título de muestra, que en el pasado, facturas sobre los niños que remitiera la madre al padre – entono muy diferente al de estos emails y de su puño y letra - se señalaría que las condiciones asistenciales para los hijos en el trabajo del padre parecían mejorar en mucho las condiciones de la empresa aseguradora privada y los convenios para resarcir gastos de hijos en las familias, igualmente eran mejores los del ámbito laboral del padre - hace casi treinta años - y en ese comentario, la madre traslada al padre libro de familia, para que el padre concrete ese tipo de prestaciones.

A la vez, al poco tiempo señala el entorno parental materno que el padre se queda el dinero de esas prestaciones (que se originan bajo las prescripciones médicas sobre los hijos que la madre traslada al padre y cuya facturación se traslada según convenio vigente.) Señala el padre que tardan tres meses o más en que esas prestaciones se paguen, pero la madre insiste en que el padre se queda el dinero. Es en esas consultas es cuando se señala al padre que solo puede estar los niños bajo una sola cobertura de las prestaciones Sanitarias: o de la empresa del padre o de la entidad privada aseguradora de la madre; y es en ese momento cuando se descubre que la madre prefiere su propia aseguradora privada porque no le gusta la entidad que presta asistencia Sanitaria que rigen en el ámbito laboral del padre; aunque parezca que haya mejores prestaciones asistenciales en términos económicos. Ella era grupo A y por ello con mucha mayor información disponible al respecto de cualquier circunstancia administrativa y legal que el padre, que era del grupo D. Coincidiendo que desde ese momento ya no traslada la madre gastos al padre sobre los hijos (señalando que el padre se queda con el dinero y punto).

Aun así - y dadas las extrañas circunstancias que se dieran a tenor de este asunto, que incluyeran esas acusaciones y ya conociendo que esta señora solía acusar de lo que ella misma hiciera - el padre consigue las normas que rigen las prestaciones de funcionarios de la Comunidad en términos económico que pudiera solicitar la madre en ayuda a libros escolares, y acaba en la duda si fuera la madre quien llegara “a hacer trampas” al pasarle las facturas de libros al padre sin descontar la parte proporcional de los posibles ayudas recibidas por la madre en esos ámbitos; pero dadas las circunstancias declina ir más allá.

Siempre fuera práctica habitual de esta señora acusar a otros – en especial padre – de lo que posiblemente ella misma hiciera – como venía ocurriendo al respecto de sus propios trastornos mentales y atribuirlos al padre o al hijo Víctima, como si, “para por si acaso”, colaba, y que a la postre resultara que así sucediera.

Tampoco le dejara el juzgado - durante el proceso de separación del marido - al entorno materno el ámbito rural donde se construyera casa y piscina y campo de tenis para proyecto familiar, pero la señora se las ingenió para meterse en ese territorio sin permiso y hacer uso de él hasta generar un conflicto – porque lo quería para ella.

 

Tampoco es el padre quien saca cosas de hace del siglo pasado

y mucho menos de hace 50 años

En informes médicos, a parte de las falsedades señaladas para hacer viable un relato de ingreso forzoso sobre el hijo víctima, el entorno materno incluye unos antecedentes en el que busca antecedentes del ámbito paterno en la figura de la abuela materna de los hijos; señora que nunca pudieron conocer porque falleciera hace 50 años  fuera con embarazo o no. Pero ya no se puede dudar que la búsqueda de antecedentes en cualquier sitio o, lugar, solo respondería a una estrategia destinada a fortalecer su propio relato y a su vez distraer el foco de su propia persona – que es lo que ha conseguido hasta el momento.

Es una referencia que hace el entorno materno "actualizando" situaciones del pasado que desconoce de facto porque nunca se conocieron abuela paterna y esa señora que hace las funciones de figura parental materna; pero sale a colación en base a la relación estrecha (calificada de amistad de hace muchos años, como viejo amigo) a un tío carnal del padre de sus hijos, cuando en realidad lo conoce porque es el propio padre, en su relación familiar quien les presenta como tío y padrino del padre de sus hijos. Y el citado personaje, que ya hará cincuenta años se presentara ese tío carnal en la Universidad Laboral de Huesca -donde estudiaba con 14 años uno de los hijos de su hermana fallecida – para decirle que “su padre había matado a su madre” y luego, después de la chapuza (una más de las muchas acaecidas en esta familia)  ofrecerse como figura parental a los hijos de su apadrinado – una vez se separara el matrimonio y frecuentara a la madre en cuanto esta lo requiriera. Siendo rival y enemigo de la familia en disputa por el relato de ese fallecimiento – cuestiones que parecen estar a punto de repetirse cíclicamente casi con los mismo personajes en activo (mientras jueces, fiscales y servicios sociales se hallarían de vacaciones) o se hallaran a la espera - a ver con qué otro relato o proposición “amanece” la señora que tan mal e inadecuadamente ostenta la responsabilidad de figura parental materna.

También señalar que el alcoholismo de un tío del propio entorno, hermano de la madre (en este caso sin incluir situaciones creadas por la propia madre en condición de hermana, desalojando de su entorno a ese tío carnal con una maniobra, que incluye cierto evidente "engaño", al heredar el piso de la abuela al fallecimiento de esta y tener derechos constituidos ese tío por siempre haber vivido en esa casa como su único hogar). Al ser desalojado bajo compra de “su parte” y en promesa de no desalojarle – pero sí hacerlo en favor del hermano que luego actuaría contra el hijo víctima – el tío intenta un suicidio que resulta fallido pero que se atribuye a alcoholismo en los informes médicos que figuran como antecedentes ahora del hijo víctima.

La madre, desde luego, resulta, en apariencia, una “maestra” en manipular circunstancias y con ellas a profesionales que por ella se dejan guiar como ya se ha señalado e incluso demostrado en la parte anterior de este artículo.

Normalizar ciertas situaciones de abuso sobre el hijo víctima, señalando la misma víctima que en la guardería hubiera sufrido abusos el hijo víctima (pero señalando la figura parental materna que siendo de un menor, que sobre la víctima le chupa los genitales) y como solución propone que a ese niño que así se portó con él, también se lo harían, y con ello construye una solución aceptable (como ella dice: lo breve y bueno dos veces bueno); dada la trayectoria seguida por la víctima, en consejo parental materno, pues esta señora parece variar de criterio de gravedad según se refiera a cuestiones de gestión se den bajo la responsabilidad de la figura parental materna o poderla trasladar a otra figura, como la paterna, variando para ello el criterio de evaluación y gravedad según esas condiciones; aunque todo ello acabe siendo contradictorio.

Tampoco parece que se interesara porque sufriera el hijo acoso en el colegio – conociendo a la madre y su profesión, y cómo ha venido respondiendo el ámbito educativo desde hace unos años al hecho de acoso -  culpabilizando a l@s niñ@s víctimas por sufrirlo - nada se puede añadir.

Como tampoco nada que decir que por una discusión por el uso del ordenador, la madre lo echara a la calle a pasar la noche entera en soledad en un parque cercano, con 14 años de edad. Lo que podría explicar que el hijo acabara por aceptar irse en soledad a este viaje a lo desconocido y sin compañía, que es lo que suele hacer toda persona, buscarse compañía siempre para no estar solo y siempre poder pensar dos  personas en cualquier situación que se dé o sobrevenga.

Corolario

Es posible que el tribunal vaya tolerando las coacciones de la madre sobre el hijo, pero hay límites en ello, al menos quedaría claro en Europa – a tenor de sentencia resolutoria recaída sobre el Presidente de la Comisión Europea de Justicia y Bienestar, el español Fernando López Aguilar que redactara la legislación sobre los derechos de la mujer, y que fuera denunciado por su propia ex_mujer ya desempeñando Alto cargo en la Unión Europea

creo recordar que era Presidente de la Comisión de Justicia y Bienestar en la UE – y que él mismo señalaría que esa ex_mujer padeciera trastorno derivado en su ámbito familiar precedente; llevando esa declaración a ser contrastada y verificada, considerándose falsa denuncia y, aunque fuera apartado de todos sus cargos e incluso de su militancia en el PSOE, luego fuera restablecido en todos ellos.

Por lo que se pudiera deducir que si bien en el caso de este hijo víctima, se toleraría por el ámbito judicial las coacciones ejercidas en el ámbito materno – tanto por parte de madre y hermanos – e incluso llegar a consentir el ámbito judicial y de Salud Mental, la violencia del maltrato extremo sobre el hijo víctima,

pero siendo de tal naturaleza absolutoria la Sentencia del Tribunal Supremo en el caso del Sr. Aguilar, no se debería permitir que la actividad de personas que proyectan sus trastornos mentales sobre terceros - causando estos daños y perjuicios, como fuera en ese caso concreto y en el del hijo Víctima – fueran tolerados y así evitar caer en la actividad caprichosa de la voluntad de personas así afectadas mentalmente – y las múltiples evidencias que al respecto existen en este caso, del que este artículo solo es pálido reflejo, - aunque no estén diagnosticadas pero que resultan evidentes, como en este caso lo es.

No es concebible que los entornos judiciales conciban que este ámbito de circunstancias que rodea al entorno materno siga actuando “con plena comprensión y legitimidad” sobre este hijo víctima y su padre, y mucho menos que pudiera contemplar que se pudiera llegar a cualquier tipo de acuerdo con una persona así afectada como lo es la figura parental materna, sin correr el riesgo de verse nuevamente bajo la presión coactiva de nuevos relatos construidos “ad hoc” que permitan retornar a situaciones cíclicas ya conocidas y al bloqueo permanente de soluciones viables para la recuperación psicológica del trato sufrido por hijo víctima, que parece el objetivo de fondo de esta señora que porta la figura parental materna.

Por ello cabría preguntarse si alguien de los que ha venido actuando en este caso del hijo víctima se hallaría en disposición, si llegar el caso, a tener que acordar - en cualquier ámbito de su vida personal - con personas así afectadas por circunstancias mentales aquí señaladas y si ello supondría una visión halagüeña para cualquiera que fuera la cuestión a pactar o poner en vías de solución. Y en ese sentido, si van a dejar en manos de esta señora – así trastornada – el destino de hijo víctima y padre que lo defiende.

Cabe aún señalar para más abundancia, que se posee grabación realizada por el hijo - en su inicial estancia en el terreno rural construido por el padre y usado por el entorno materno – durante el periodo de 2020, donde al llegar la figura parental materna, un par de días más tarde le grita al hijo: “Ya te he oído!!! ¡¡¡Que hace un momento me has dicho que me ibas a arrancar la cabeza!!!! Y siendo la grabación del hijo continua y sin cortes, se puede constatar que nada de ello dijera el hijo, por mucho que se retroceda en la grabación que creo que es, en ese tramo, de tal vez una hora o más.

Podría deducirse de esa circunstancia que la figura parental materna es plenamente consciente de que estaría actuando en contra de los valores aprendidos de niña y que por ello su actitud y mal proceder sobre el hijo sigue reclamando a su conciencia hasta el punto de que ella misma – probablemente de manera inconsciente – “se reprochara” así misma, construyendo en su mente estas frases amenazantes contra sí misma y a su vez optara, también inconscientemente, por atribuirlas al hijo – porque de hacerlo conscientemente creo que podríamos entrar en el terreno ya de crueldad manifiestamente inaceptable, ingestionable e intratable.

Estas circunstancias ya fueran advertidas por el padre sobre el comportamiento así enfermizo de la madre, cuando verificara cómo fuera construyendo lazos – muy inadecuados – con el entorno familiar cercano y ya en la separación advirtiera a ese entorno que el comportamiento de la madre correspondía al de una persona enferma, pero ante las “perspectivas inesperadas y extraordinarias” que representaba esta señora para este entorno, no le creyeron y se ha llegado hasta este momento ya crítico para el hijo víctima.

 

Coste de oportunidad para la víctima

Las manifestaciones de una víctima, cuando reiteradamente se le bloquean toda iniciativa o no se aporta para canalizarlas y/o reorientarlas (teniendo que construirse en soledad por falta de apoyo/empatía/o sintonía emocional/espiritual) mostrando anhelos o deseos a los que le falta "la ruta" pueden ser muy bien reflejo de los "costes de oportunidad" de los que es, en alguna manera y desde luego, consciente la víctima.

Dependiendo de la potencialidad y las capacidades de una víctima se acaba manifestando, en ocasiones simbólicamente (incluso mediante decisiones), que en alguna manera es muy consciente de esos coste de oportunidad si se hubieran discurrido los acontecimientos por senderos bien diferentes y no destinados a bloquear todas sus salidas.

Salidas y metas que permanecen en su ser. Y que pueden muy bien ser motivo de manifestaciones o síntomas de queja o esfuerzos por recuperar un sendero y un camino que sin apoyo difícilmente encontrará (menos aún de la mano de quienes tienen por objetivo seguir bloqueándole, porque bloqueos de esta naturaleza sobre personas inteligentes, difícilmente se realizan sin que exista un motivo concreto para ello).

Tal vez sea más fácil entender el término cuando en el mundo del comercio una decisión bloquea posibilidades de desarrollo de una empresa o comercio, con la diferencia de que en esas situaciones las condiciones derivan más de la competitividad o rivalidad; cuestiones impropias, o debieran ser impropias, en el ámbito familiar donde los valores comunes y la integridad y acompañamiento emocional debieran ser signos distintivos y la competitividad o rivalidad comparativa una actitud impropia que tiende a segar caminos y olvidar las singularidades y capacidades de cada uno de sus miembros, haciendo posible los costes de oportunidad en un ámbito que debiera ser todo lo contrario.

Como padre de Víctor Miguel he intentado oponerme al trayecto hacia un internamiento permanente anunciado ya y explicitado claramente en 2020 (en una conversación con el mecánico de San Mateo llevada a cabo por la figura parental materna) anunciada por el entorno familiar inmediato, dado que el padre observaba en Víctor Miguel inteligencia, capacidad de razonamiento muy inteligente y asimilación positiva de ideas; capacidad y calidad de análisis y síntesis (como señala el hijo víctima en los vídeos que sube a la redes de Youtube, donde analiza con datos obtenidos en sus propias investigaciones y narra lo que en referencia a maltratos sobre hijos por parte de figuras parentales maternas no se divulga por los medios periodísticos habituales ni siquiera en las redes sociales); y también capaz de realizar tareas propias de sus conocimientos adquiridos tanto sobre electrónica como video en la formación inconclusa en la Universidad  - por falta de habilidades organizativas y/o de aprendizaje de tareas propias para la independencia, que no se entrenaron ni aprendieron en casa, ante el monopolio de la madre destinado a no enseñar ni los fundamentos básicos para preparar alimentos y cocinar, generando así – de facto – una dependencia de los hijos hacia su persona (que cada uno iría supliendo y adquiriendo como bien pudiera).

Así mismo, mantenía una buena administración de su dinero pero con exceso de confianza sobre terceras personas que consideraba amigos y que en algún momento abusaron de él de manera extrema, porque simplemente nunca tuvo un seguimiento y asesoramiento en ese sentido – como no lo tuviera en el plano emocional – y tuvo que ir aprendiendo sin referencia ni  consejo alguno.

 

Este fue el proyecto educacional de la figura parental materna que se sustenta bajo el principio de “Tú solo y te tiene que salir bien a la primera” Un reto que ni ella misma pudo enfrentar bajo sus propias premisas nunca en su vida JAMÁS y que, difícilmente, nadie puede afrontar con las carencias básicas de partida, o sin referencias de apoyo, (incluso la madre confiesa al padre telefónicamente que ella sí recibiera apoyo - y lo siguiera recibiendo - en razón gracias a la naturaleza de su carácter; cuestión que dice que le diferencia del hijo, y a la vista está cual es la naturaleza del carácter de esta señora y sus consecuencias) 

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