A veces el mundo
político miente, sabiendo que mienten
(y en ocasiones les cuela durante años y años)
Corría el año 2001, ya había creado la asociación de baile, le
había puesto nombre y había desarrollado su estructura divulgativa con éxito;
así que a su vez inicié el proyecto Conservacionista, que iba repartiendo por
los grupos municipales y secciones sindicales del Ayuntamiento de ZgZ. En esas
fechas se irían produciendo cambios políticos y del PP se pasaría a la gestión
por parte del PSOE, pero el trabajo que yo realizaba era transversal, así que
proseguí con el mismo. Había seguido la consigna que me diera una señora de
Madrid, que me dijera: Dale tus trabajos a todos – siempre a todos. Lo que esta
señora no se imaginaría nunca es lo que acabara sucediendo…
La documentación de registro de propiedad intelectual se
cuestionaría por parte de personajes (a
pesar de los títulos de dignidad de Ilmos. Excmos. que se dijeran poseer) en
razón de las fechas en que se realizaran el registro de la propiedad
intelectual. Cuando uno hace un trabajo lo último que piensa es en registrarlo
como propiedad intelectual – menos si trabajas para una Administración Pública,
de la que piensas que respetan las normas y la Constitución (tómese el lector cuentas al respecto de si
se hubiera de fiar o no de cualquier institución pública donde medie el interés
político; a solo de prevenirse).
Me dirigiría en Marzo de 2001 al entonces Alcalde de la Ciudad y al
Concejal de Medio Ambiente, de quien sí recibiría respuesta en septiembre; y en
diciembre de 2001 me dirijo a afamado
escritor D. Fernando Sánchez Dragó en busca de un “mito” pues parecería que los trabajos realizados
sobre economía Ambiental no llamaban interés alguno y decidí seguir la misma
senda que siguiera Sánchez Dragó para “motivar” la democracia en España por
medio de la divulgación de mitos – que es o fuere lo que recomendara Campbell o
Joung para estimular la actividad creativa, y que al parecer fuera con Gargoris
y Habidis, una Historia Mágica de España (Premio Nacional de literatura en
1977) como conseguiría Sánchez Dragó estimular la política desde nobles
principios y valores – hasta que la cosa
derivara en lo que fuera que fuese, y del que este artículo y este blog sólo
sería un pobre reflejo.
Al menos así se demuestra que los trabajos esenciales ya estuvieran realizados, en contra de lo que aseguran innobles personajes que pasan por nobleza que nunca tuvieran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario