Me indigné y decidí que las prestaciones que me daba Facebook no compensaban su decisión de acusar a Femen de pornográficas y cerrar su ventana en la herramienta internacional; empresa cuyos beneficios alcanzan los 3700 millones de dólares, con unos 1000 millones de usuarios y que parecen ser unos niños mimados incapaces de valorar el esfuerzo y riesgo que están tomado este grupo de activistas contra la corrupción moral que significa aceptar que la mujer árabe no es un ser humano con derechos.
Espero que algún día, cuando los usuarios occidentales vuelvan a recuperar el sentido de la dignidad, pidan a Facebook cuentas de estas sobre estas decisiones y ojalá abandonen masivamente esta herramienta de comunicación y reconozcan que existen valores que son esenciales defender; por encima de la utilidad o fascinación de ciertas tecnologías.
Espero que algún día, cuando los usuarios occidentales vuelvan a recuperar el sentido de la dignidad, pidan a Facebook cuentas de estas sobre estas decisiones y ojalá abandonen masivamente esta herramienta de comunicación y reconozcan que existen valores que son esenciales defender; por encima de la utilidad o fascinación de ciertas tecnologías.