Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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martes, 25 de agosto de 2020

Covid 19 un virus que impacta social, económicamente, amenazando la convivencia, la estabilidad económica, la fe en las instituciones, y tensa la propia democracia.

Un virus que aparece en medio de un impulso populista con rasgos preocupantemente similares a los de hace casi un siglo, por lo que aún no se sabe si está situación podría llegar a constituirse como un elemento de desestabilidad en un futuro próximo que llegara a afectar a la configuración de las relaciones de equilibrio que hacen posible la relativa paz internacional e incluso dentro de los propios países.
Es muy difícil establecer una reflexion desapasionada y lucida en medio de una situación excepcional como la que estamos viviendo mundialmente. Por ello resulta más prudente vivir el día a día e ir salvando las dificultades a medida en que estas se van presentando o se van previendo; dejando el análisis que permita adquirir una visión global para más adelante, una vez que se halla superado está "incidencia" que trastoca  transversal y tangencialmente todas y cada una de las actividades propias de una sociedad y que son el pilar de su estabilidad y convivencia.

El virus se presenta como un potecial factor de desestabilización en cualquier ámbito que se desee analizar. Pone a prueba la fe en la Ciencia (y con la industria farmacéutica en un momento donde llegar primero puede suponer tanto  un éxito como un riesgo añadido), cuestiona la capacidad de adaptación y gestión a situaciones subitas por parte de la Administración que es y siempre es Estado (situaciones que no eran inesperadas del todo por dos razones: la  primera porque el ordenamiento jurídico preveía ya situaciones de pandemia y en segundo lugar porque ya manifestaron en nuestro propio país que instituciones tan veteranas y dedicadas a la seguridad y la previsión de factores de riesgo, como lo es el ejército, anticiparan una pandemia de esta naturaleza, que son cíclicas y pueden alcanzar el grado de devastadoras, estaba en inminencia de producirse - la declaración de un coronel sanitario se manifestó en ese sentido al principio de la pandemia y por otro lado también un mando con formación militar adquiría provisiones de material preventivo para proteger a las personas de su unidad y fue reprochado por el poder político, tal vez por alarmista). 
Parece cierto que el poder político, al menos en España, es obsesivo del control emocional de la población en cualquier situación y desde luego no permite  que ninguna situación este fuera de su control. El peso de la historia trágica de España, que aún nos persigue, parece que así lo recomienda y consecuentemente así se actúa. 
Tal vez por eso llama la atención que una situación potencialmente previsible no hubiera estado acompañada, al menos desde que entráramos en democracia, de una extensa documentación analítica,  transversal y rigurosa (regularmente puesta al día) que permitiera establecer la relación ordenada y detallada de todos los instrumentos (no solo jurídicos y coercitivos, que parecen ser los más recurrentes, que tambien en alguna medida, sino también materiales y humanos) desde los cuales el Estado pueda establecer una respuesta ordenada, proporcional, positivamente eficaz en todo su territorio. 
Da la impresión que eso no ha sucedido así en esta ocasión y que ello es una circunstancia que se comparte con otros países de nuestro entorno cercano y por lo tanto corremos el riesgo de justificarnos y seguir por el mismo modelo de actuar sobrevenidamente y siempre con el pretexto de no alarmar (y consiguientemente tal vez no prevenir situaciones adecuadamente a pesar de tener los medios que el propio Estado tiene a su alcance y que en teoría son todos). 
Suele ser este papel, el de los estudios de previsión organizada y bien estructurada, una tarea de las Universidades y de sus equipos de estudios e investigaciones, pues a su alcance se hallan los medios para su análisis (documentación histórica propia y de otros Estados, de datos fiables, y acceso a la información detallada de todos los recursos materiales y cómo coordinarlos con los recursos humanos ordenadamente para afrontar situaciones de esta naturaleza o en cualquier otra). Y sin embargo sigue pareciendo que este tipo de estudios en diferentes ámbitos no se realizaran (o tal vez solo se hicieran bajo petición anticipada que supusiera a la vez una dotación de medios, permisos y dinero). La impresión tal vez fuera que este tipo de trabajos "no interesara" o por considerarse que ello pudiera poner de relevancia carencias o debilidades en el propio Estado o porque ello derivara en una visión de coordinación y maximización de efectivos y recursos que pudieran generar una especie de ordenamiento u orden racional o racionalizado (que por la naturaleza del simple hecho de ordenar las cosas y las personas) no suele ser un trayecto que a nadie guste, al menos en este país ( y tal vez fuera esa la causa esencial por la cual parte de nuestras jóvenes mentes mejor dotadas se vayan ) . 
Carencias en estudios rigurosos y transversales parece haber, que permitieran señalar que tipo de unidades y de qué naturaleza deben existir siempre en nuestro Estado, desde las cual partir para crear criterios y estructuras eficientes para hacer frente a cualquier contingencia (tal vez pequeñas unidades o simples unidades polivalentes) desde las cuales edificar una respuesta rápida, eficaz y coordinada. En este sentido llama mucho la atención que, por ejemplo, el ejército (según declaraciones de un coronel médico)  ya viniera esperándose una situación de esta naturaleza desde hace años (según esas declaraciones así lo esperaron con el ébola u otros SAR) y sin embargo el poder político no concibiera una unidad de acción conjunta y transversal (abarcando a los partidos constitucionalistas) para definir una estrategia de actuación con estudios previos. Da la impresión que el solo hecho de entrar en el ámbito de previsiones de esta naturaleza pudiera generar incomodidades (no se sabe dónde) pero suficientemente sólidas como para desanimar cualquier iniciativa consistente en esa dirección. 
Y sin embargo, de alguna manera sabemos, que ese tipo de estudios y previsiones si se establecen en otros países dando así una respuesta ordenada que no parece llegar a generar situaciones tan lamentables e inexplicables como las que narran médicos sin fronteras ocurridas en nuestro país y que claman una acción clara y determinante de la justicia que no parece que se pudiera producir en ningún caso.
Si el ejército es capaz de prever estas situaciones tal vez no lo sea por la existencia de estudios o estudiosos de alto nivel a este respecto sino por el simple hecho de poseer una memoria documentada (y archivada) que le permite establecer la existencia de unos "ciclos" o de  unos contextos que determinan situaciones de riesgo. Y sin embargo el mundo civil y político parece se desarrollaría al margen de estas cuestiones de seguridad, sin utilizar los recursos propios a su alcance para preverlas y con miedo evidente, desde siempre, a cualquier situación que genere o se interprete en clave de alarma social.

lunes, 10 de agosto de 2020

Los devastadores efectos de la indefension aprendida


Los devastadores efectos de la indefension aprendida


La indefension aprendida se basa en una idea esencial que consiste en no dar toda la información exacta (e incluso darla errónea o parte errónea) a la persona o a personas determinadas o a un conjunto de personas incluso a una sociedad entera ( y que desde ahí resuelvan).
Es algo que observamos desde niños porque en todos los entornos de alguna manera no se da toda la información, ni tiene porqué tampoco darse, aunque es conveniente, en ese caso, sustituir esa información detallada y concreta por una idea general (y sincera) que nos servirá (se sea niño o adulto) en el futuro más o menos inmediato (si las circunstancias nos llevan a evocar esos recuerdos) para aproximarnos a la complejidad de una situación determinada o concreta, con lo cual, de esta manera, esa situación de indefension o de posible indefension no se consideraría como tal sino un simple acto de protección hacia esa persona.
Aún así, y sin embargo, cuando las personas vamos creciendo haciéndonos mayores - y con falta de información real - al enfrentar situaciones complejas con esa falta de información  real - se comienza a conjeturar de una manera u otra, relacionando vivencias y experiencias del pasado para determinar la realidad de una situación que no ha sido explicada, he incluso que en determinados momentos se ha recurrido a la confusión o la simple falsedad para ocultar una realidad o presentarla de manera totalmente diferente (se reconoce que los Estados, todos los Estados, tienen a su disposición estrategias para defenderse de la revelación de lo que ellos mismos consideran secretos de Estados, que de conocerse, suponen ellos mismos, atentaría contra su seguridad, no solo por hacerlos vulnerables a sistemas de protección de datos y procedimientos ante terceros Estados o empresas privadas o particulares que tuvieran acceso, si no también cuando piensan que socavarían la credibilidad ante sus propios ciudadanos. En especial cuando se resuelven o canalizan situaciones de violencia, como terrorismo, o de corrupcion, o de sumisión jerárquica a otros Estados que pudieran implicar  no solo recortes en los derechos civiles de los ciudadanos sino también el compromiso conspirar desde el propio Estado contra personas o ideologias o derechos avalados en su ejercicio por la propia Constitucion que los considera derecho fundamental, al menos hasta hoy en día).
Las estrategias que usan los Estados para protegerse de esas actividades (inconstitucionales según la visión de la ciudadanía, pero por el contrario, también recogidas en la Constitución aunque acaben por contradecirla o contrariar la en lo más esencial de los derechos civiles) se hallan reflejadas y enumeradas en la relación de instrumentos que tienen a su disposición para proteger secretos de Estado y que se concretan en Protocolos (protocolos conocidos y estudiados https://es.m.wikipedia.org/wiki/Informaci%C3%B3n_clasificada ) y que son protocolos que se siguen, si o si, en caso de que la información transcienda o se deduzca.

Estas estrategias que buscan crear una confusión o un engaño que puede llevar a las personas a desentenderse de persistir en saber, o a realizar una visión al alza de estas situaciones donde, por lo general, se vulneran derechos esenciales en personas concretas o colectivos que ejercen su derecho a estar informados y que en España no se concretan en documentos oficiales que señalen que una actuación política determinada, de esta naturaleza limitante o ilegal o que vulneran  o suspende derechos civiles, se halle expresada y motivada en su proceder y alcance detallado, con la finalidad de que en un futuro sean desclasificados y conocidas las consecuencias de las mismas, o con ello determinar si el proceder fue realmente necesario y proporcional; además de someterse así al juicio de la sociedad y la determinación de responsabilidades si las hubiere o de reparaciones en personas así afectadas, o simplemente al juicio de la propia sociedad para mejorar sus instituciones o en última instancia y resignadamente al juicio de la Historia.
Con estas confusiones y carencias de documentos oficiales que motiven y avalen las decisiones políticas tomadas en un momento determinado (por ejemplo cuando se decide promulgar una ley y el motivo y objetivos de la misma debiera estar reflejado en el preámbulo de la ley, pero viene a resultar que tal es el caso y la falta de preparación de algunos, o el simple deseo de causar más confusión, que los tribunales tuvieron que optar por desvincular los preambulos de las leyes de los contenidos de sus propios artículos, porque simplemente decían lo contrario de lo que se aseguraba preservar en derecho en el preámbulo; y mira que esto es grave, porque hace opaca la promulgación y el entendimiento de una ley - y que es lo primero esencial: entender la ley y de qué va;  que es lo que trata el prambulo,  para que la sociedad pueda defenderse de los abusos de los poderosos y más si estos proceden del mundo político o de altos funcionarios) además siempre nos dijeron que el desconocimiento de una ley no implica el deber de cumplirla, y las leyes son públicas; pero nadie en la sociedad civil lanzara voz de alarma con suficiente potencia para reconducir al poder político, ni los jueces se atrevieron a plantarse para señalar que tales desvaríos podrian acabar con el edificio de una mínima coherencia jurídica; por el contrario optaron por seguir el sendero señalado por el mundo político y contribuir asi a hacer más opacas las leyes a la sociedad civil, y como institución y poder independiente del Estado someterse, una vez más,  al poder politico (que parece poseer más legitimidad soberana). De tal manera es así que  personas o ciudadanos pueden acabar por desinteresarse y alejarse del mundo político y su gestión, aunque sea un derecho y casi deber ciudadano (esa actitud de alejarse de la política es la definición que los griegos daban a ser idiota, el de no interesarse por la política en todos sus extremos).
Interesarse por la política (y sobretodo opinar contracorriente) puede causar problemas a los ciudadanos en sus vidas cotidianas (a pesar de tener una Constitucion) y acaban optando por la opción de "desinformacion" que del mismo Estado emana y que más tranquilidad les dé. La mayoría son emitidas o toleradas por el propio Estado que busca el aburrimiento y el olvido de la población, siendo una técnica que siempre funciona, incluso en situaciones muy graves - como lo han sido y son los últimos accidentes nucleares, de los que nadie ya se acuerda a pesar de que en Japón se siga peleando para proteger a población que sigue sufriendo las consecuencias de ello; o como lo son los grupos pacifistas cuando denuncia el rearme nuclear y la vuelta a estrategias de detección de líderes pacifistas, asesinatos de periodistas cuando defienden minorías o territorios naturales, o la persecución y acoso de libre pensadores para difamarlos y desacreditarlo desde el Estado y sustituirlos por personajes amaestrados o por organizaciones subvencionadas por él mismo).
Todo ello revela la  existencia de grupos de personas que tienen en sus manos las riendas para reconducir cualquier situación que amenace la "seguridad" del Estado según el criterio (opaco y nunca sometido a juicio) del propio Estado (estas personas, en última instancia, son políticos) y están sujetos a las advertencias que reciben desde otros cargos del Estado cuyo cometido original o esencial es detectar peligros y proteger al propio Estado; pero que por su naturaleza humana y de estar sometidos a condición humana, pueden obstentar, también, prejuicios ideológicos o intereses particulares que pueden acabar ocultando a esos mismos políticos a los que asesoran. Esto ya ocurrió en el final de la guerra fria, cuando en 1985 Reagan y Gorvachov iniciaron el proceso de desarme después de haber llegado al acuerdo de acabar con el antagonismo de la guerra fria y el cese de las actividades contra los grupos o personas que defendían activamente el pacifismo internacional para evitar esa tercera guerra mundial (entre los cuales se hallaban los objetores de conciencia que no fueran de origen religioso) y cuyas protestas y reflexiones incomodaron a los gobiernos occidentales y soviéticos, al señalar que no habría ganador en una confrontación de esa naturaleza (a estas posiciones se sumaron no solo personalidades de gran relevancia y prestigio internacional sino también estudios matemáticos que determinaban esa evidencia e incluso una peli, Juegos de Guerra, https://es.m.wikipedia.org/wiki/Juegos_de_guerra, que en 1983, señalaban la evidencia de proseguir por tal trayecto de temeridad y que fue película que plasmaba el cambio de rumbo que Reagan había seguido impulsado por sus asesores de seguridad temerariamente, generando muy graves tensiones en el ámbito internacional, él solito, por su incompetencia e ignorancia como presidente Norteamericano, que nos llevaron casi al extremo  de una inevitable confrontación masiva con Rusia. Hasta que milagrosamente apareciera Gorvachev  haciendo posible la total reducción de tensiones y el sincero acuerdo entre ambos para iniciar los pactos internacionales de desarme que ambos mandatarios firmaron y que a la postre supuso el final de la URSS. (esa peli señala el éxito que supuso que ambos mandatarios fueran capaces de mantener un diálogo, ellos solos, durante horas y que señalaron el fin de la guerra fria).
Aquí, en España, elementos antidemocráticos que se situaron en la cabeza del mando de unidades policiales para el control de la sociedad y en especial de la juventud. Después de la intentona del 23F consiguieron, en ciudades provincianas como la nuestra, Zaragoza, que políticos atemorizados por la reciente intentona golpista (y que parecían carentes de verdaderos valores éticos y morales acordes a la constitucion - o que los perdieron por miedo ante la intentona - miedo que tal vez les llevaria a la corrupción moral que da lugar y es origen de la aceptación de todas las demás corrupciones) cedieran ante ese tipo de argumentos (que cuestionaban los derechos civiles de una parte de la juventud, amenazándola, según instrucciones de la NATO, con ser detenidas y arrestadas; instrucciones que antes de 1985 y 1986 fueron invalidadas al firmarse ya los acuerdos de desarme) y que ya no estaban vigentes en el concierto político internacional; pero que estos políticos de proximidad al ciudadano (concejales y alcalde) ignoraban por ignorancia o sumisión al rol predeterminado (o porque su esencia siempre fue  y fuera de ser permeables a la realización de actos de "rectificación" de documentos  (delitos que no lo son si se hacen desde el Estado) (los ayuntamientos son Estado) y permitiéndose que pacifistas fueran declarados insumisos e incluso aceptando que fueran a las carceles. Sacrificio nunca explicado, hasta que hubiera un relevo en el gobierno de Madrid, y que paradójicamente, la llegada de un gobierno conservador, deshabilitó lo que entonces era el SMO (sacando a los jóvenes objetores de las cárceles) y con ello la posibilidad real de la presión en la sociedad de los elementos militares más opuestos a la democracia (veníamos de un ejército politizado que disponía de información de los jóvenes en su vida civil y actividad política; algo que aceptó Felipe González y cuya justificación le mantenía a contracorriente de la Europa avanzada de aquel momento y como si fuera una cesión más a aquel ambiente que desconfiaba de la democracia). Se liberaron a los presos en razón de conciencia que había en las cárceles y se aplicó la nueva visión internacional por la cual los pacifistas ya no eran objetivo del Estado (lo hicieron con años de retraso respecto de la Europa avanzada y se cuidaron de no revisar los desastres cometidos por sus predecesores en el gobierno y las consecuencias de los mismos).
Se pudiera cree que esas visiones retrógradas, (a las que fueran permeables políticos, al parecer por miedo y ese miedo fue premiado  prolongando sus carreras politicas mientras se segaban vidas y derechos civiles constitucionales) fueran base esencial para proteger el Estado en aquella epoca; y sin embargo no era así. Mismas élites funcionariales de seguridad implantaron sistemas electrónicos de detección de metales (probablemente de empresas a las que se debieran favores desde el Estado central) sin dotar al personal municipal del mínimo conocimiento para protegerse de esos mismos sistemas entonces ya radiactivos (como ya señalaban las recientes directrices de la UE) e imponerlos apoyándose en la poca formación y desconocimiento de los detalles, por los entonces concejales con poca capacidad en esas cuestiones y que de explicitarlas desde el primer momento supondrian en sí mismas alarma social; sin sensibilidad o por ignorancia, pusieron en riesgo real a ciudadanos y funcionarios al no poner las pegatinas de advertencia precisas y obligatorias (sobre embarazadas o gente con problemas de corazón o niños y bebes); y posteriormente, cuando fueran denunciadas estás prácticas en los juzgados, crear documentos con relatos de procedimientos (que no fueron realizados en su momento, antes de usarse al público) para evitar el reproche de la justicia y la alarma ciudadana.
Parece obvio que los errores políticos (y la ignorancia por exceso de confianza o por tener que acatar una orden de seguridad) se convierten también en secretos de Estado y quiénes los protegen no están dispuestos a trasladar ni hacer participe a nadie de esa realidad, donde las capacidades y herramientas del propio Estado llegan a influir en realidades familiares o de grupos sociales (como por ejemplo cuando se realizó de urgencia la red de antenas para teléfonos móviles y que precisaban la ocupación de terrazas y edificios particulares para esa gran operación tecnológica y de seguridad, cuando la tecnología aún no estaba plenamente desarrollada y los peligros para la salud de los ciudadanos, en especial de niños, circulaban en informes de científicos y universidades llegando a la esfera de los políticos de municipios que se vieron entre la espada y la pared, (o hacían caso a las directrices del Estado y las de sus partidos o hacían caso a las advertencias de los grupos sociales que les pedían precaución) la decisión resultó casi siempre reclinarse por la carrera política y aceptar un potencial sacrificio de inocentes; en esencia ese es el signo, parece ser, que señala la "madurez" de una persona para servir en política); personas que lucharon en esos ambientes para difundir el peligro potencial y la aún inmadura tecnología, se quejaron de que se intimidaran a personas, se pincharon ruedas y problemas con los frenos en vehículos particulares de esos activistas vecinales. Nada de ello salió a la luz ni la prensa se hizo eco de ello (es lo primero que controla el Estado para verse con las manos libres ante un impulso de nivel internacional que supondrá, entre otras cuestiones de seguridad, un gran negocio para multinacionales que ahora ya vivimos plenamente).
No es el único ejemplo, las precipitaciones y "urgencias" suelen llevar al mundo de la política a ver "oportunidades" para un partido   concreto o para un momento determinado (y cuando eso ocurre las leyes se pasan por alto y con ellas la Constitución y los derechos ciudadanos de ser todos iguales ante la ley y ser respetados en sus derechos civiles elementales sin tener que acudir a los tribunales (que es lo que debiera protegerse desde el propio Estado por los propios políticos y funcionarios de alto nivel que sí conocen los derechos esenciales de los ciudadanos, como lo son el derecho a expresarse y criticar la actividad política o cuando esta pone en riesgo a los ciudadanos) - y este respeto es algo que solo suele observarse para las propias clases políticas y las clases medias altas, los demás deberemos defenderlos en tribunales si es que queremos y pudiéramos hacer que se defiendan (y tal y como es nuestra sociedad desde hace siglos, el adagio señala: Tengas juicios y los ganes, que es maldición gitana de acabar los días restantes de tu vida de pleito en pleito por mucho que ahora exista una constitución), siempre fue asi.
Así parece que ocurriera en nuestra ciudad ante una actuación urgente urbanística recién comenzada la democracia, dónde la adquisición de terrenos supondría el cese de algunas  actividades empresariales familiares y la contraprestación, al final, fuera ofrecerles puestos funcionariales a cambio. Y no parece que fuera la única operación urbanística de esa naturaleza, tensando las leyes y vulnerando la interpretación que los ciudadanos hacen de la Constitución.
En nombre del progreso y la seguridad (y posteriormente de los programas, los objetivos politicos o la voluntad de la autoridad política) se sacrifican, aquí como en otros Estados que se consideran democráticos, derechos civiles esenciales y con ellos la seguridad jurídica de los propios ciudadanos frente a la Administración y las Administraciones, que son la parte más visible del Estado.
Desde esta visión de "vulnerabilidad" que en condición de personas tienen los mismos políticos  (dónde se suelen ver en la tesitura de o defender valores o su propia carrera política) porque parece claro que conocer la esencia básica de los derechos civiles no es criterio cotidiano (se deja más bien a la acción en al ambito jurisdiccional de un particular) pues son siempre dados por garantizados desde el poder político y consecuentemente no hay interés práctico en conocerlos - y todo ello en medio de una campana de informacion, - campana a la que sólo tienen acceso una minoría de la cual suelen estar excluida los políticos que gestionan las cosas cotidianas de los ciudadanos, es decir la inmensa mayoría de municipios españoles - e incluso, en este juego (que a primera vista parece "sucio" , sobre todo si hacemos caso a las quejas del partido o partidos que se sitúa en la oposición cuando le toca) que es y suele ser la política, también se excluyen o se suelen excluir a los partidos y grupos en el Congreso de los Diputados, haciendo posible que impere el miedo a ser engañados y manipulados, y con ello aparece otras formas enfermizas que presiden las relaciones políticas y que se acercan a conceptos paranoicos y conspiratorios, dónde los ciudadanos nos vemos cómo jueces de una contienda (cuando votamos u opinamos) sin que nunca tengamos la información real y exata de lo que se halla en juego, convirtiéndose en la práctica, las votaciones a nivel nacional  en actos de fe o de un interés particular al observar que dentro de un entorno político determinado y siguiendo sus instrucciones o directrices (de manera expresa o intuitiva) nuestras vidas y las de los nuestros se hallarían más seguras o más resguardadas (resguardadas de esto que es la sociedad y que parece una jungla de intereses que si te cojen por medio te parten la vida).
No parece que eso se halle en ningún artículo de la Constitución, pero parece ser una consecuencia que nos pudiera acompañar de lo que es en realidad la vida social y su práctica diaria.
De esta manera las personas quedan y quedamos en una situación de indefension (indefension aprendida) y si es a nivel de Estado los ciudadanos quedan en una situación real de indefension ante las situaciones que se pueden presentar y por lo tanto a merced de las decisiones que se tomen por los representantes y confiando en su buena fe.

Esta situación de no dar toda la información o solamente parte de la misma o incluso confundirla es una práctica que, en ocasiones, recorre la sociedad de arriba o hacia abajo, cuando las evidencias señalan un proceder egoísta o doloso que acabó por hacer daño a personas próximas que debieran haberse respetado (y desde luego desde que fueran niños y adolescentes y luego universitarios; porque es un derecho estar informados con veracidad y más por la Administración y sus ramas educativas y universitarias desde el respeto real a la libertad de pensamiento y opinión - algo que por aquí se echó mucho en falta al menos desde la neutralidad e imparcialidad cuando se trata de formar personas).
Así pues, realizar campañas de desinformacion generalizada y de confusión para evitar que se sepa la verdad o al menos confundir en mucho el camino hacia verdad, o una aproximación a ella, suele ser una práctica común cuando el objetivo es preservar secretos en todos los ámbitos sociales; pero ello suele llevar aparejada  situaciones, en algunos casos, de sufrimiento extremo (cuando se trata de personas en ámbitos familiares) o como lo que estamos viviendo ahora mismo en España, dónde por un lado hay una generación de menos de 45 años que ha nacido bajo la idea y el concepto de unos valores individuales, en principio cierto tipo de valores (y no todos los valores en su conjunto, que es lo que debiera ser) donde la libertad individual, como libre albedrío, parece una cuestión esencial - incluso de más valor que el resto de valores civiles señalados en la propia Constitución (es decir, es como si se hubiera estado engañando a la gente diciéndole: eres libre de hacer lo que quieras y como quieras, y desde ahí se olvidan del resto de derechos  civiles y colectivos de nuestra sociedad) y se priorizan libertades individuales concretas (si se pertenece a un sector u otro social) que hacen posible tener una sensación de mayor libertad individual (pero con el tiempo se verificará que solo es sensación sensación de libertad).
Otorgar derechos y libertades específicas, reales, en la práctica diaria, a unos sectores sobre otros no permite acceder a la idea de pertenecer a una sociedad e implicarse decididamente en ella (pues sociedad significaría no solo reparto de papeles o roles en el sistema de servicios del propio Estado o de producción que genera riqueza y su posterior reinversión sobre la sociedad para generar bienestar; sino el reconocimiento de que cada persona que se halla en nuestra sociedad o nuestras familias se halla en potencia de ser desarrollada y ser plena; y si tiene obstáculos para ello todos como sociedad somos responsables de ellos, porque en algún punto les estamos fallando o les fallamos. Ya hace más de un siglo así lo manifestaba la novela Los Miserables, de Víctor Hugo, cuyo mensaje esencial es que "no hay malas personas sino malos pastores" (si de lo que se tratara es de tener pastores, porque de lo que se trata es de ensañar el camino hacia la libertad y no el de ser oveja o cordero).
Porque si no se defiende la libertad (que no es otra cosa que el acceso a ella - porque ello es un recorrido que precisa de apoyo para encontrar nuestro deber para con nosotros mismos y con la sociedad y así sentirnos libres) y concibiendo así nuestra libertad procurar la de los de todos, removiendo todas las trabas e incluso la de los que creeriamos  adversarios y también la libertad de los que piensan diferentes; porque si no hay egoismo y elitismo y el trayecto de nuestra sociedad seria hacia la soledad de una verdad sesgada (de los que se creen perfectos y nada ha de tocarse o moverse) y no hacia la idea de sociedad compleja donde la diversidad, también política e ideologica, forma parte de todos nosotros y representan oportunidades y/o recursos reales que a todos nos pertenecen y que otorgan la visión de ser comunidad. Como tal comunidad tenemos unos valores comunes que si defendemos, entre todos, tendríamos un mayor territorio de libertad compartida.
Para la mayoría de nosotros las versiones que nos dieron nuestros padres o las que percibimos de nuestros abuelos de épocas pasadas dónde dónde unos piensan que se resolvieron de manera de preservar el orden y otros por el contrario piensan que se actuó contra derecho, en contraste con los adversarios y sus pensamientos adversos, ha podido generar una situación por la que se comprende la situación actual desde una perspectiva histórica a la que le faltan muchos datos, esencialmente los más importantes (los que hablan de violencia civil, sufrimiento y traiciones), porque, de conocerlos, todos nos sentiríamos realmente mucho más intimidados e impresionados de hasta donde puede llegar nuestra sociedad cuando sobre todo el miedo (y también el rencor, la envidia y la revancha) guía sus actos.
Así pues la solución se presenta en este sentido como una especie de derecho a opinar que en este momento emerge en la sociedad española - al ser imposible ocultar un dato concreto, de una autoridad muy relevante y esencial, que en otras circunstancias hubiera sido secreto de Estado.
Resulta molesto y frustrante que aquellos que en su día no se atrevieron a ir contracorriente ahora puedan estimular a la sociedad desde los medios de comunicación como si se tratara de una venganza personal que quisieran acaudillar (curioso ello también, somos un país en el que se hallan millones de reyes y reinas) En el pasado todo este tipo de asuntos se han ido gestionando como rumores y con desinformacion. 
Las opciones que tenemos en ese punto concreto para tomar una decisión adecuada son pocas y normalmente giran en torno a los afectos y a los vínculos afectivos de los entornos familiares o de los entornos de amistades que han hecho posible que nuestra vida cómo ciudadano haya sido más o menos estable o más o menos confortable o más o menos coherente (cada cual eligiera su opción). Para la mayoría de los ciudadanos, según las encuestas, desean no mirar para otro lado, y que se sepa la verdad y que la justicia de pronuncie (70%) y para el 20 % el miedo les lleva a pedir que se mire para otro lado (ese miedo señalaria la existencia real de conocimiento, de que esto pudiera ser la punta de un iceberg que es mejor no explorar. Como parece que ocurre con esa noticia que salta en el Heraldo de Aragon: https://www.heraldo.es/noticias/aragon/zaragoza/2020/08/09/robo-botellas-jefatura-superior-policia-aragon-juez-levanta-secreto-investigacion-sin-informe-asuntos-internos-1390030.html?utm_source=facebook.com&utm_medium=socialshare&utm_campaign=mobile_web Asuntos internos se desentiende del problema.
Lo que parece señalar el juzgado es que por nimio que pueda parecer el hurto de unas cuantas botellas y perfumes frente a investigaciones de mayor calado y trascendencia, lo que se dirime aquí es algo serio: la credibilidad y confianza en el sistema policial."
La magistrada intentaba evitar que los encargados de aclarar dónde fue a parar el material sustraído fueran compañeros directos o incluso amigos de los encartados. Pero de poco le ha servido tanta pulcritud, porque cinco meses después sigue esperando recibir el primer informe.
El alijo de 2.061 botellas fue depositado en los calabozos de la Jefatura Superior de Aragón, que se utilizan como almacén.
"Yo solo ordené cambiar de sitio las botellas", declara ante la juez el jefe superior de Policía
Y semejante tardanza parece haber cansado a la instructora, que al haber obtenido la callada por respuesta ha decidido levantar el secreto de la pieza separada. Sin embargo, después de una orden expresa de investigar y cuatro prórrogas consecutivas del secreto, cabría al menos preguntarse por qué Asuntos Internos se ha despreocupado de esta manera del asunto de Zaragoza. (lo peor del asunto sería descubrir que se hiciera por temor a que tirándose de un hilo saliera un ovillo inesperado y que también suele suceder).
Es decir, de alguna manera es común en cualquier sociedad, que no se pierda y se busque no perder la coherencia y optar por la solución más cómoda, que suele ser la solución que se vincula con un sentimiento primario de justicia, y que en este caso sería "el que roba paga" o el que la hace la paga, porque sencillamente así nos lo han enseñado a todos nosotros.
Cuando hablamos de entornos profesionales y sus secretos empresariales o de empresa, la situación es diferente, ahí existe lo que se llaman campanas de información es decir la información solamente funciona en determinados lugares y ámbitos, determinandos por la naturaleza de las responsabilidades que se tienen en el desempeño de una función determinada y qué tipo de información tenemos acceso o no vamos a tener acceso nunca. Las campañas de información, en la medida que se asciende a mayores responsabilidades, son cada vez más reducidas al igual que a medida que se asciende en autoridad para dirigir una empresa o incluso en momentos determinados, pues, por ejemplo, en un consejo de administración cada miembro del consejo de administración en un determinado momento puede reservarse cierto tipo de información, sin compartirla con el resto de los miembros, e incluso el presidente es aún más legítimo en ese consejo para reservarse mayor información que el resto de los demás con el fin de preservar el proyecto en el desarrollo de la propia empresa. Es decir protege el futuro de la propia empresa y en principio es una empresa regulada por leyes económicas y administrativas y sujeta vinculaciones de deber con el propio Estado dónde está inserta. Es de entender y es de saber que precisan de asesorías legales para determinar qué información puede o no o debe o se puede sustraer a un consejo de administración o incluso al propio Estado para poder desarrollar el proyecto empresarial y con ello no saltarse ni franquear ninguna ley ni ninguna norma que pudiera acarrear responsabilidades y poner en riesgo el propio futuro empresarial.
Cuándo entramos en los ámbitos familiares la situación puede ser bastante similar a la actuación de un Estado, pero cón la diferencia de que existen vínculos emocionales y en ese sentido, sentir un desamparo, una vulneración real y efectiva de derechos esenciales, o/y haber sido engañado o traicionado en la más profunda confianza emocional, no resulta equiparable cuando la relación es de sanguinidad directa que con un personaje que sale de tu vida como entró ( con mentiras).
Hay bazas que faltan por jugar. Por ejemplo cuando se pretende implicar al MOC para que se pronuncie sobre el acceso de un objetor a una guardería de Montes (un MOC controlado por jóvenes anarquistas y la CNT en aquel momento). La hipótesis es fiable, porque vendría a resultar que desde aquella posición ideológica se fuera permeable a ser influida por porturas cercanas al propio PCE ( que también desembarcará en el PSOE en su día) para aceptar la tesis de entonces de esta señora que amarga al hijo y con esa proposición comunista se abriera la puerta a que miembros de la entonces CNT entraran a trabajar como personal municipal. Si realmente fue así (Ramón) vendisteis vuestra ideología por un plato de lentejas, eso sí, diario (y con esa actitud hicisteis posible el posterior sufrimiento de un inocente). Además, si reflexionáis un poco, la entrada vuestra en el Ayto solo respondiera a una estrategia de controlar y limitar a una persona en sus derechos (los comunistas siempre organizados y calculando, nunca fueron de dar puntada sin hilo) y de alguna manera se utilizó vuestra posición para ese fin. Eso lo llevaréis siempre como una deuda, no conmigo, sino con gente inocente y que como prueba de cambio de ideología se hace posible vuestro giro y voto a Podemos. Así es. Y así lo entiende cualquiera que tenga algo de sentido común (en política no se da nada por nada y el comunismo en España nunca fue una ideología propia sino impuesta desde Londres). No hicisteis un cambio desde la libertad, sino desde el interés y eso siempre tiene un precio (que demuestra que no tenías valores solidos sino una postura de rebeldía que se podía comprar).
La ideología natural en España, una vez se ve que la deriva democrática precisa de saltarse las leyes ( y todo lo que fuera preciso para proteger cierto sentido de justicia con los ciudadanos) llevaba al anarquismo (nunca al comunismo). Es decir, al pacto entre las fuerzas que buscan libertad, justicia y derechos social.
Ese fue el verdadero temor de Londres que socialistas y anarquistas impusieran un Estado/no plenamente Estado. (Es mi hipótesis) y pudiendo ser un ejemplo internacional a seguir se optara por traer a los comunistas y a Stalin como mal menor para España y Europa. De esa manera el límite de la democracia, cuando la currupcion es evidente e inevitable (porque favores o acceso a reparación de injusticias es inevitable en conciencia humana), no sería la dictadura (de derechas que anula todo derecho civil, o comunista que también lo anula diciendo que todos tienen el mismo derecho) sino la convergencia mixta del progreso en libertades y su defensa ante el Estado (libertades que fueron señaladas por los anarquistas en su día y que la sociedad va haciendo realidad aunque no se quiera conocer, pese a las zancadillas de los nuevos comunistas, siempre impuestos desde el mundo anglosajón para aprender y escarmentar  en cabeza ajena) y desde el ámbito parlamentario con cobertura de socialdemócratas (y no de procomunistas capaces de sacrificar e incluso ordenar la eliminación de personas / obstáculos en nombre de la seguridad del Estado).  Y terminar por aceptar, precisamente, la ideas libertarias y sus aspiraciones como legítimas por medios pacificos, pues un ente intangible como es el Estado y menos en su nombre, o en nombre de un Orden que solo protege a los de siempre, no se puede seguir sacrificando personas y vidas ( y a la vez tapar todo repartiendo puestos de trabajo en la administración y haciendo posible que se vaya consolidando una sociedad sin valores sinceros, egoísta y rehenes de sus propios pecados).
Pero es la naturaleza del ser Humano y la pasada guerra civil daría muestras bien alarmantes y decepcionantes; tal vez, en este sentido, si nos atrevieramos a revelar todos los archivos que se poseen empezando por los propios y jugando la baza que falta por jugar para poner punto y final al pasado y respondiendo a todas las preguntas con sinceridad: quienes fueron cada uno y qué papel hicieron en la guerra civil, para que está fuera posible; y qué hizo cada familia o cómo se comportaron entre sí  y con sus vecinos. Es lo que deberíamos saber. Ponernos el espejo delante y descubrirnos unos a otros. Y es lo que hizo Alemania para desengañarse y desengañar a su juventud. La violencia es el arma del poderoso y la usó desde siempre. La solidaridad es el arma de los humildes y del pueblo frente a los abusos del poder.
Por eso, precisamente por eso, organizaría Londres una guerra civil en España, tal vez solo por eso.

sábado, 8 de agosto de 2020

No podemos mirar hacia otro lado

Estoy de acuerdo con la mayoría de españoles: "No se debe mirar hacia otro lado" (pese a que JCI haya sido la pieza clave y parece que imprescindible para hacer posible el regreso del formato democrático a España y convertirse, como aquellos que fueron esenciales para esa transformación, en objetivo de terroristas o del propio Estado profundo que siempre quiso mantener una puerta bien abierta para el regreso a un nuevo régimen autoritariamente violento - y muchos de ellos pagaron con sus vidas esa fe y esa creencia con el impacto de balas o bombas - algo que la generación nueva apenas conoce).
Se puede pensar que la democracia es un edificio sólido, como si se tratara de una construcción hecha a base de hormigón de gran calidad. Nada más lejano de la realidad. Este edificio democrático precisa estar habitado por personas que lo cuiden, que le den vida cada día; que enciendan las luces cuando es de noche; que tenga calefacción en invierno y buena ventilación;  que lo limpien diariamente y pinten cuando haga falta. Que esté habitado y sea confortable. Que sean muchos los que quieren vivir en él (al menos la inmensa e inmensa mayoría). Y que haya siempre terreno adyacente para ir ampliando a medida de las necesidades y que todo el que quiera vivir en él tenga un espacio y valores para "sufragar los gastos de mantenimiento". Y tal vez con unos jardínes y unos huertos donde cultivar la fe (en la tolerancia, y la humildad y la fuerza personal ante las incertidumbres de no saber si el trabajo en él dedicado nos dará los frutos merecidos cuando más los necesitemos. Pues por encima de nosotros siempre habrá quien tenga fuerza bruta o abundante dinero o simple malicia - o todo ello a la vez - que le resultará útil para sembrar el desconcierto y la desconfianza).
No podemos mirar para otro lado pero sí la casi obligación de mirar de frente el problema descubierto (y siempre presentido, no nos engañemos) (hacer de él un chivo expiatorio, a JCI, sería un error grave). Al fin y al cabo - aunque esta comparación ahora no agrade, en el momento que estamos - el coste, en alguna medida, mereció la pena (plantear la situación como un coste de oportunidad para la población es realmente engañarse; los problemas también nos vienen desde afuera y delimitan las oportunidades de todo el país).
 El objetivo en España no debe de ser la "revancha" ante la propia frustración vital (se exprese como se exprese) otro es siempre el objetivo y será localizar a aquellos que se prestan a infundir temor a quienes sostienen el deber de preservar los valores democráticos para que sean permeables al uso de procedimientos vioentos (la legitimidad del uso de la violencia del Estado debiera ser una legitimidad a extiguir, si consideramos a la violencia un instrumento nefasto en una democracia, y que es síntoma evidente de incompetencia de quien la ejerce, la promueve o la autoriza).

Periódico el Español, encuesta


La sociedad española tiene claro que, a pesar de los servicios de Juan Carlos I al Estado democrático, no se debe mirar hacia otro lado ni perdonar los presuntos delitos delictivos y los actos reprobables que a lo largo de su vida haya cometido el rey. Así lo contesta el 70,1% de los encuestados. Solo uno de cada cinco (el 22,4%) es más benévolo y apuesta porque la sociedad española mire hacia otro lado o perdone los presuntos delitos y actos reprobables del rey sin que deban actuar los tribunales.