Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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martes, 7 de febrero de 2023

“Ser Humano”

 “Ser Humano”

Ninguna persona concibe que llega a este “mundo”, en su condición de persona, parar en tal condición de hallarse sin hogar.

La afamada estrella norteamericana entra en las redes sociales para contarnos su experiencia como “experimento social” en el formato de “las apariencias engañan”. Una situación similar realizó un afamado músico que hace unos pocos meses ocultaría su apariencia al trasladar su virtuosismo ( con el cual llenaba magníficos Auditorios de todo el mundo ) a un espacio de tránsito público donde no solo no fuera reconocido, sino aparentemente “no valorado” .

Así mostró esa experiencia social, podría deducirse, tal vez, que la inmensa mayoría de las personas evaluaran, por encima de cualquier otra circunstancia, el aspecto y contexto de las personas en un “juicio” previo ( pre-juicio ) que lleva a seleccionar y clasificación de personas/actitudes/ y opciones personales respecto de terceras personas.

Parece claro que escuchar música – una buena música – en un entorno de gente que pasea resultara agradable de por sí, si estamos dando un paseo sin más objetivo que contemplar un posible agradable día de asueto donde es diferente la predisposición a si se va “con prisas” a las tareas cotidianas.

De alguna manera, así aparecieron los kioscos de música del siglo pasado en parques o jardines donde las Bandas de música atraían la atención de personas que ya de por sí se hallaban en un entorno destinado a ser contemplado ( como son los jardines ) donde el ruido y el ajetreo urbano no llega

(de hecho una de las funciones de los parques y zonas ajardinadas dentro de las ciudades – o en sus proximidades – fuera dar tranquilidad al ánimo/espíritu en contraste con la actividad urbana; aunque más realmente se concibieran como “oportunidad” de usar espacios casi urbanos para “contrarrestar” la galopante contaminación generada por la fuente energética del momento, combustible universal de la época: El Carbón; tanto para mover máquinas de toda Fábrica incluso Industria Pesada (que daría lugar a la fabricación en masa de o Aluminio Acero como productos estrellas de la “enésima” Revolución Industrial) cuyos efectos sobre la contaminación de la ciudad   de Londres – pionera en la industrialización – y sobre sus habitantes  resultaron demoledores y conocidos bajo el concepto “ Smoke ”: Mezcla de partículas producto del resultado de la combustión del carbón combinado con la típica niebla vinculada con el río Támesis ( y conocido como parte del ocasional paisaje londinense ).

Aún así, nos alzamos sobre ese precio que como Humanidad pagamos en el desarrollo tecnológico/industrial, como se refleja en una bella película infantil: “ Mary Popis ” (con Julie Andrews y Dick Van Dyke (1964)

Donde unos padres – en familia de posición cómoda y desahogada: Los Banks - siempre ocupados en las cosas “prácticas” del mundo en que viven “olvidarían” la importancia de la imaginación y la atención que precisarían sus hijos para el desarrollo adecuado de su infancia y que una niñera – Mary Poppins: Julie Andrews – por medio de canciones y de la imaginación reconduciría, en compañía ocasional de Bert ( un deshollinador: profesión de extraer el hollín que se quedará entre las paredes de las chimeneas al salir el humo ) pero también vendedor pinturas, al parecer pintadas por él, – encarnado por Dick Van Dyke, que hace también el magnífico papel caracterizado deSr. Dawes Sr. (viejo banquero dueño, rico y tacaño) en la misma película – que fascina a los niños   con sus historias fantásticas en compañía de Mary Poppins,  que asumiría el rol de poner “ciertos límites” pero sin renunciar a la imaginación ; como si de padre/madre “alternativos” se tratara, pero con fecha de “caducidad”: “Cuando cambie el viento” ( La risa, sorprendentemente, les hizo, literalmente, volar ) una visión simbólica ( de sueños y fantasías en proporciones adecuadas ) que debía formar parte de sus vidas.

 También en la misma década de los 60 llegaría Chity Chity - Bang Bang ( 1968 – en España traducida en 1969 ) con el mismo Dick Van Dyke, ( con el nombre de Caractacus Potts - (para traducir el texto basta pulsar el botón dcho. del ratón y seleccione “traducir”) - en el papel de padre de una familia “desestructurada” representando el papel de “inventor desastroso” que se relaciona con sus hijos por medio de la fantasía y la imaginación.

La imaginación también resultaría el tema esencial, siendo afortunada la entrada en el argumento   de una joven mujer Sally Ann Howes que tendría “cierto orden” en la vida de esa familia, respetando con tolerancia positiva la imaginación del padre y del abuelo ( el actor Lionel Jeffries , un personaje excéntrico que rememora su juventud como militar al servicio de la Corona Británica.

Todos juntos vivirían una gran fantasía entorno al coche restaurado por el padre a petición de sus hijos (coche al que acuerdan llamar entre todos “Chitty Chitty- Bang Bang,” por el ruido que hacía el tubo de escape y que da origen al tema y canción principal de la película; Ver/oír en: https://www.youtube.com/watch?v=icTLtnaqY48 ) de cuya aventura nacería el afecto, el cariño y la aceptación de todos sus miembros; donde se unen dos polos - aparentemente diferentes – (Hombre y Mujer) – que se aceptan y complementan acogiendo a todos sus miembros.

 Ambas películas se basaron en sendas publicaciones previas ( Mary Popipins basado en la serie de novelas Mary Poppins escritas por Pamela Lyndon TraversChitty Chitty Bang Bang  adaptación de un libro de Ian Fleming y el estreno de ambas películas (en los años 60) coincidiría con la etapa conocida como “despegue económico/industrial” (Take Off, término popular en esa época) que se empezaba a vislumbrar como realidad accesible en multitud de países de la Europa Occidental, en Oriente y en Latinoamérica. Sin embargo, las películas estaban centradas en los años de inicio del siglo XX (la primera década y la segunda – años veinte) ambientadas en las épocas infantiles o de pubertad de ambos escritores (escritora en el entorno de 1910 y el escritor en el entorno de los años 1920) cuando se vislumbraba el resultado de los primeros grandes logros de la industria. 

De hecho el Ian Fleming hace referencia en el titulo de la novela a los “Chitty bang bang” Ver:   Chitty bang bang  recordar traducir con el botón dcho. del ratón):  nombre informal de una serie de célebres coches de carreras británicos, construidos y conducidos por el conde Louis Zborowski y su ingeniero Clive Gallop en la década de 1920, que inspiró el libro, la película y el musical teatral Chitty-Chitty-Bang-Bang popularmente llamados los “Chitty” construidos en Canterbury, cuya velocidad alcanzaba más de 200 Km/h (siempre viene a constituirse la velocidad como competición en la condición humana y signo de desarrollo).

 De alguna manera, estas películas representan el “enlace” del pasado (los años 20)  con el presente de entonces (los años sesenta)  y las “oportunidades” del futuro, pese a toda tragedia Humana que regular y cíclicamente afectaría a nuestra Condición Humana.

En los Estados Unidos esa etapa previa de los años 50 se trasladaría en la propia memoria como “felices o añorados” una vez superada la “Gran Depresión” a la que seguiría la horrible II Guerra Mundial.

 Ambas películas parecen buscar “orillar” – arrinconar – los prejuicios y mostrar que las soluciones se hallarían al alcance (alcance del sincero afecto y aceptación) superando los prejuicios.

 En este sentido, Richard Gere se hace pasar por un pobre sin hogar y recorre las calles. No determina el breve reflejo en las redes sociales cuánto tiempo duraría su experiencia y si se atrevería a dormir en la misma calle pasando por “desconocido” para la gente.

Sí dice que se apartaban de él y que diera 100 $ posteriormente a cada Sin Hogar que conoció y que estos llorarían de agradecimiento.

Parece experiencia “incompleta” pues es posible que si les diera un billete de 100$ a “sin hogar” a efectos de vulnerabilidad propia de su condición mere3ciera completar su “experiencia”, “experimento social” (como lo llaman) comprobando el resultado de su “gesto”. Es sabido que realmente apoyar a personas significaría “crear” las condiciones adecuadas para mejorar su supervivencia y crear un itinerario (personalizado a sus circunstancias y experiencias) que permita una transición con unas mínimas garantías de éxito.

Es triste, o se podría considerar de tal naturaleza, que a pesar de conocerse “desde siempre” estas circunstancias siempre aparezca alguien que “de buena fe” no las tenga presentes (ni si quiera su entorno).

Para nada es útil o provechoso, en modo alguno, desde “posiciones de vida confortables” o de cierta seguridad vital (con hogar y poseyendo techo y trabajo/sueldo/ingresos) dedicarse a las admoniciones sobre quienes se desconoce la naturaleza de las penurias/adversidades o malos tratos sufridos tal vez desde la infancia, y cree que con dos o tres frases – que el resto de la humanidad que vive en confort aceptable – considere ejemplares. Brindis a una “galería” que suele desconocer que su propio bienestar y seguridad (que suele atribuirse a sí mismos o a su buen hacer en la vida) fueron asentados por “otros” cercanos en su entorno que “sí” en momento adecuado/oportuno brindaron apoyo y comprensión. Y aun así, el confort e integración social que disfrutan tal vez no sea tan seguro y estable indefinidamente, como creyeran que se asienta en su presente.

Nos hallamos en épocas de grandes y profundos cambios que afectan a la Humanidad entera.

Difícilmente, nadie pudiera considerarse ejemplo de hallarse a salvo de un devenir incierto – tal vez tan proporcionalmente incierto como la interdependencia  que realmente hubiera en la existencia de todo “ser humano”.

Creerse “a salvo” “per se” y “por sí” no dejaría de contener una “gran dosis” de falsa percepción de la realidad social a la que todos pertenecemos.

Apenas más allá de concebir que todos somos un mismo “uno” en miles de millones de versiones diferentes, y desde ahí concebir la Compasión como la esencia común que pudiera unir a todos los Seres Humanos.

Las personas que son apoyadas en condiciones de gran dificultad suelen salir adelante con mucho éxito, y ser relevantes para el entorno social; como de ello hay multiples pruebas y ejemplos.


Ver:  Padres toxicos Te contamos por que hacen dano



 

jueves, 2 de febrero de 2023

Fools who dream: Tontos (locos) que sueñan. De la peli: Lalaland: Lalalandia/la Ciudad de las Estrellas.

 

Fools who dream: Tontos (locos) que sueñan
De la peli: Lalaland: Lalalandia/la Ciudad de las Estrellas.


    La letra del  tema central de la película “La Ciudad de las Estrellas” conmueve toda alma, a poco sensible que fuera.

    Uno de sus pasajes que repite la letra, en la traducción de tv, dice: 

And here's to the fools who dream 

Brindo por los insensatos que sueñas

Crazy as they may seem

Por locos que parezcan

Brindo por los corazones que sufren
Here's to the hearts that break
Por los desastres que causamos.
Here's to the mess we make

     Tal vez, habría que señalar que en el mundo anglosajón la derrota vital - con la que hay que convivir -  (y mejor superar) es concebida (según muestran las películas y series de tv que nos trasladan) como un "Valor" en la persona que se ha de reconocer (tal vez por eso, ante la última pieza de un sabroso pastel, concursen los invitados exponiendo la peor de sus experiencias - con las que conviven - como argumento que haga merecedor de esa postrera satisfacción)  

De ahí, tal vez,  que se traduzca algunas expresiones como Brindar, Alzar la copa, Reconocer el valor de esas personas. 

El título de la película en inglés LALALAND (que traducimos como Ciudad de las Estrellas) da una de las pistas posibles a la respuesta  dada por el cantante RAPHAEL después de haber concursado dos veces en el Festival de Eurovisión y que en aquél momento parecía una queja, pero que luego se mostraría como la respuesta en la que RAPHAEL daba la clave (llave) para ganar el Festival de Eurovisión; tan explícita, clara, precisa y concreta que pasaría “desapercibida” para los que no sabían el idioma inglés.

Hace unas poscas semanas (o ya meses) nuestro Raphael (que pasaría dos veces por el Festival de Eurovisión) diría al respecto algo así como: Para ganar este festival, la letra “solo” tendría que decir la, la, la, la”. Sonaba a queja que se antojaba “propia de derrota” del fantástico artista español, que extendería su carrera de éxitos no solo en España o Iberoamérica, sino también en la antigua URSS, a la que viajó (al menos  que dos veces, una de ellas en la época de la dictadura) y donde su fans le recibirían con emoción en las dos ocasiones.

Ese espacio de televisión, especialmente dedicado a la figura de nuestro cantante, señalaría algo así como que la vida allí, para las jóvenes rusas,  en la URSS, carecía de sueños propios de toda juventud y que las letras del cantante Raphael “les hacían ver” que era posible soñar. En ese programa dedicado a Raphael también se recogerían las manifestaciones de estas chicas rusas sosteniendo esas afirmaciones (reiteradas años después cuando la URSS desapareciera “formalmente”).

Lo que parecía un comentario irónico de nuestro exitoso cantante Raphael (“Para ganar el Festival de Eurovisión, la letra “solo” tendría que decir la, la, la,”) se mostraría como una percepción o consejo que sintetizaba la ruta para que España ganara el Festival de Eurovisión.

El tema “La, la, la” (que acabaría interpretado Massiel) ganaría el Festival en 1968.

(Si Lalalandia es el país de las Estrellas… reiterar lalala en una canción española haría referencia a un país de las estrellas, y parecía esa clave la “requerida” para ganar el Eurofestival – donde UK parecía influir, sí o sí, en el sentido del resultado).