Habría que recordar las últimas declaraciones del exministro de interior del PP cuando estaba siendo investigado (y ahora ya imputado) en la trama policial que desde interior construyó para intentar evitar que se destapase todos los tenemajes de financiación ilegal y doble contabilidad del extesorero Bárcenas (ya condenado y en la cárcel) investigación que amenazaba con llegar mucho más lejos (con los sobresueldos a altos cargos para que se dediquen y sigan en politica, y con una caja B de contabilidad), pero que en la relación política del " si tú hablas yo también" amenazaba con un fuego cruzado contra CiU (que parecía querer sacar tajada del asunto) Aquella trama hizo posible la corrupción de parte de un cuerpo de policía a cuya cúspide se hallaba, al parecer, el comisario Villarejo (y cuya desviación legal que ocultaba, y por tanto amparaba la corrupción, se le dio por llamar policía patriótica, porque la última amenaza catalana señalaría al propio rey). Aquellas salpicaduras de corrupción para incentivar y sostener un partido conservador cuyos líderes cobraban más en sus trabajos particulares que dedicándose a la política acabo por amenazar a CiU (con las previas declaraciones de Margall en el Parlamento catalán sobre el 3 por ciento de Artur Mas) lo que parecía un señalamiento inequivoco cuya respuesta de Artur Mas estaria destinada a callar bocas y mantener los equilibrios politicos dentro de una corrupción (consensuada por inevitable) que ya parecía el pan nuestro de cada día.
Pero el derrumbe de la trama en el seno del PP iba a llegar si o si (era evidente que resultaba ya intolerable que la corrupción concebida para estimular vocaciones políticas en el PP financiara las campañas de los conservadores hasta el punto de falsear las reglas de juego entre partidos, algo mucho más esencial: La representación y número de cargos públicos durante elecciones dopadas. La víctima más dolorosa fue la líder valenciana Rita Barberá).
La trama de corrupción económica pasó de los sobresueldos a financiar campañas electorales y aquello se volvió en una amenaza intolerable para la alternancia y el juego democrático (un lugar de corrupcion en donde ya estaba instalada CiU desde hacía años).
Todo se venía abajo y el rey, a pesar de ya haber abdicado (en un esfuerzo de salvar la monarquía sacando a la luz lo de Botsuana) fue tocado, y con él la monarquía. De esta manera el pacto del 78 y su Constitución fue puesta en duda por Podemos, porque Podemos quería salvar a una parte y no al Todo (eso fue concebido como traición por los conservadores y con cierta sorpresa y estupor en el PSOE).
Conservadores, Catalanes independentistas y monarquía (todos ellos de derechas y donde acude al rescate de CiU la propia ERC con el reproche del PSOE que no se puede creer que un partido histórico de izquierda salve la cara a los conservadores corruptos catalanes - la única explicación es que estuvieran todos pringaos) puestos en tela de juicio y todos unos contra otros fueron derivando a posiciones más radicales.
Limpiar el país significaba acabar con la era Puyol y sus consecuencias, lo que llevaría a Artur Mas a señalar que Catalunya iniciaba (por enésima vez) el trayecto a la independencia que podría provocar una nueva guerra civil (como la última vez).
De ahí, que el exministro del interior del PP intentara cortar el asunto cercando a Bárcenas (con prácticas mafiosas de compra y venta de personas) en una operación con policías que llevarían prácticas ilegales a cabo pero desde una visión patriótica (de ahí el nombre de policía patriótica).
Una vez todo al traste, el exministro, ya derrotado y viéndose en el banquillo, habló del Mal, desde su visión religiosa, como diciéndonos que luchó contra él. Villarejo (ya puestos en el fregado) creó su propia trama policial mientras servía a unos y otros (generando una documentación con la cual podría chantajear a todo el mundo si fuera preciso).
En ese maremágnum aparece Vox dispuesta a un reseteo generalizado con clara alusión al general muerto (cuyo cadáver inició un paseo, de tumba a tumba, en contra de su postrera voluntad que amenaza con repetirse dependiendo del resultado de la moción de censura de la semana que entra y que puede ser la puntilla del PP).
Así que Pedro Sánchez se va a Vaticano para hablar con Francisco y mostrarle que no es él el Mal que señalara el exministro del Opus Dei. Que el PP solito se metió en semejante fregado por falta de vocaciones políticas honestas en el PP (pues era obvio que habría que estimularles con sobresueldos) y cuando alguna vocación había (como la de Soraya) la trama de corrupción interna iba contra ella hasta echarla de la política.
El PSOE no es el Mal, aunque tenga que lidiar con él a derecha e izquierda.
Un mensaje claro y meridiano para el Papa Francisco.
(¿Alguna sugerencia Santidad?)
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