Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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domingo, 11 de octubre de 2020

Reflexiones “incómodas” ante la posibilidad de inminencia de un “Nuevo Orden Mundial”

 

Reflexiones “incómodas” ante la posibilidad de inminencia de un “Nuevo Orden Mundial”

Es difícil, y lo resulta, ponerse en la piel (o en los mocasines – así se dice que lo expresaban los indios Americanos en su trato con los hombres blancos) de las personas que nos precedieron en la experiencia de vivir en este mundo (que resulta ambivalente y a la vez contradictorio y sorpresivo) pues hay muchos elementos que nos son comunes, y paralelos, pero difíciles de poder comparar y acercarnos realmente a la experiencia que ellos tuvieron (pues los paradigmas y las prioridades parecen haber cambiando, aunque a mi juicio solo es apariencia engañosa). Establecer paralelismos “de fondo” de sus vidas con las nuestras es el objetivo de este artículo. Mirar hacia el pasado y a la historia con prudencia (pues la escriben los vencedores) resulta imprescindible (ver de dónde venimos realmente y cómo nos “engañaron” o sedujeron) dees una tarea necesaria si lo que esperamos es poder aproximarnos realmente a las experiencias vitales de quienes nos precedieron en la Historia y con ello acercarnos a sus pensamientos reales, a las motivaciones de los mismos y el porqué de sus convicciones y sus consecuentes actuaciones vitales que pudiéramos, o no, comprender lo suficientemente como para poder establecer si realmente, en la actualidad, nos hemos desencaminado de los objetivos esenciales que ellos percibían para la actividad política y social; si realmente nos dejándonos arrastrar, o seducir, por unas minorías populistas que reavivan un rencor o un odio o una legitimidad que tal vez ninguno de los implicados en aquella Guerra Civil (que fue toda una sociedad) avalaría en persistir hoy en día si conociéramos, también, cómo ellos mismos fueron engañados en su tiempo y seducidos por unas apariencias que se tornaron en gran decepción y frustración (generando gran terror y violencia que a la postre se antoja inútil e innecesaria).

Con ello, tal vez, conseguiríamos “capturar” elementos esenciales que nos permitirían descubrir el porqué pensaron de una manera determinada en el pasado y si se establecen diferencias claras con nuestro presente. Diferencias que parecen insalvables pero que responden a “elementos y situaciones” que - aunque las demos por supuestas y evidentes - no son suficientes elementos para comprenderlos lo más profundamente posible si no que  solo son aproximaciones someras y superficiales, y supongo que otras personas se han adentrado y han podido extraer conclusiones interesantes que transforman internamente a quienes realizan esa experiencia, pero que no suelen divulgarse, o resulta bien difícil hacerlo, para formar parte de un bagaje común (que a mi juicio es lo que debiera de hacer) sino que los historiadores suelen transmitirla con ideas y conceptos que resultan a las nuevas generaciones como una “visión alzada y sin profundidad real” que nos llega de nuestros antepasados – antepasados que quedarían delimitados, cercados e incluidos en una generación estereotipada marcada por la violencia y la guerra

Generación con signos comunes, como pasa en la actualidad cuando clasificamos las generaciones y las influencias que han recibido, marcando sobre ellas unas sensibilidades de las que otras generaciones carecen, o transforman en otros intereses u objetivos (porque sencillamente no pasaron esa experiencia vital y definitoria); y que son muy estudiadas (al parecer y lamentablemente solo las generaciones actuales) porque resulta esencial conocer “qué quieren o anhelan” las personas de una generación concreta, porque desde ahí “aparecen las oportunidades” para quienes se dedican a “vender” sueños o anhelos; o simplemente porque con esos conocimientos se puede “manipular” a una generación concreta (o varias de ellas) e incluso contraponerlas unas a otras – consiguiendo enfrentarlas - con el fin de seguir “dominando” el “mercado de los deseos y anhelos” que resulta ser el mercado donde “pescan” los grupos sociales que lideran y dirigen las sociedades en general y las sociedades particulares de cada Estado, Nación, federación o Unión de Estado, proponiendo objetivos sociales o políticos (por lo común “alternativos” a los deseos reales de quienes son estudiados concienzudamente, y más bien proponiendo “sucedáneos” con los que “distraernos” de lo que realmente queremos y deseamos - deseos que queda bien reflejado en los estudios; y sencillamente no nos hacen caso). Promocionan, con el estudio de nuestras personas y generaciones a las que pertenecemos, la transferencia e intercambio comerciales (que incluyen nuestras propias ideas y principios pero deformados y torcidos) potenciando un sistema económico y social que no ha aparecido “por arte de magia”, sino que es producto de la resistencia social  expresada por medio de tensiones, luchas, divergencias, antagonismos, y que son reconducidas con guerras, conflictos sociales, teorías económicas y sociales…etc. como bien muestra el reciente y afamado libro del paisano y catedrático de Historia Julián Casanova en esa violencia indómita del S XX.

El primer punto de partida que debiéramos consensuar sería reconocer que cada generación ha se ha definido, en el pasado, por la influencia de hechos históricos determinantes que les han llevado a concebir diferentes “rutas” o posibilidades en razón de su condición y clase social, y a la vez en razón de sus creencias más íntimas

Esas creencias “míticas” o sobrenaturales” que no siempre se verbalizan (por pudor o por no someterlas a juicio exterior y quedarse sin soporte moral o emocional) y que forman parte de la explicación que cada cual (íntimamente) da a la propia existencia, a la existencia de la sociedad y a la propia naturaleza de que exista vida inteligente (que es enigma profundo que no se suele abordar políticamente, por resultar poco útil, pero es cuestión subyacente en cada persona aunque no la suela expresar) - que nadie sabe de dónde salió la inteligencia, ni qué motivo ni finalidad tiene en este Universo la existencia de vida inteligente en un planeta como el nuestro – porque resulta una contradicción que exista inteligencia viva sin un fin determinado, pues vemos como en la Naturaleza de la vida, tal y como la conocemos, ninguna evolución resulta al azar y todo tiene un motivo y un “porqué” que permite el desarrollo de los seres vivos, e incluso del propio Universo; por lo que por ello se consideró desde antiguo, desde muy antiguo, que las “leyes” que rigen la Naturaleza, sus constantes equilibrios y evolución responden a criterios de una “inteligencia” que no hemos podido determinar en su porqué y que sin embargo es precisa para establecer el orden de la Naturaleza que nos rodea, incluidos nosotros mismos - al menos científicamente difícilmente podremos definir de dónde viene o surge, porque la ciencia nunca lo podrá determinar por su esencial materialismo radical – pero inteligencia reconocida e indefinible en origen (que a todos los seres vivos nos alcanza siendo portadores de ella) que rige el Universo y la vida y que fue reconocida en el pasado, para posteriormente, ante la amenaza del advenimiento de ese materialismo científico y el aviso de su llegada, pretender “ser impuesta” impuesta a la fuerza una Fe religiosa, en un pasado reciente, y generando así una opresión en la sociedad que promovió un movimiento de péndulo – como movimiento emancipador y de vanguardia social - como elemento liberador de toda “opresión" religiosa, intangible, irracional, incoherente y portadora de incongruente violencia” por medio de una visión materialista-atea que nos libraba de un Dios tirano y traslada la idea de por fin ser libres, de que el Ser Humano es el Rey de de la Tierra y de que no existe más realidad que la visible, palpable, medible o constatable… en un medio terrenal de recursos limitados por los que hay que competir (desde el paradigma de que quien más tiene mejor vive); haciendo de la idea de la fuerza (entre otros elementos a disposición de nuestra condición humana) una herramienta esencial para vivir y sobrevivir mejor que otros; trasladando el concepto de que el Ser Humano, en esencia y por definición, pese a poseer una inteligencia superior, es esencialmente un animal dispuesto a emplear sus recursos de inteligencia – como el resto de animales – para sobrevivir e imponerse a otros Seres Humanos con múltiples recursos e instrumentos inteligentes a su alcance, incluida, si es preciso, el uso de la “fuerza inteligente”; pues mediante la inteligencia se puede ocultar, también, quienes son los que realmente impulsan el ejercicio de la fuerza y con qué finalidad real y de fondo (a diferencia del mundo animal, cuyas reglas de lucha y supervivencia son muy visibles y sencillas; el Ser Humano es mucho más complejo y no carece de doblez cuando de lo que se trata es de luchar por dominar y dirigir grandes grupos sociales y, con ello, situarse en la cúspide de la “cadena trófica” – es decir, poseer más bienes, dominar la economía, o simplemente asegurarse un bienestar si es posible perpetuo para sí y sus descendientes).

Vivimos en la Tierra y la Tierra es el pastel (así lo presenta el mundo capitalista desde sus inicios y apoyado por la Biblia: Ves y enseñoréate de todo lo que te rodea, todo a tu disposición) y la idea es la de luchar por “el pastel”, y todos sus bienes,

(incluido en el pastel  las “manadas” o "masa" o "rebaño" de Seres Humanos que trabajan y se esfuerzan diariamente por un sueño a menudo quimérico, en cualquier dirección que se sueñe - término de "manada" o "rebaño" que me parece mejor que el dado hace un siglo de “masa”, la masa, como conjunto de seres carentes de formación y conciencia crítica que se deja arrastrar mediante consignas para dar sentido a sus vidas) pastel que digieren día a día, buscando lo mejor para sí mismos y aún, así, en el último aliento, intentando burlar a la muerte – objetivo en última instancia en manos de millonarios dispuestos a matar niños o jóvenes para obtener órganos que prolonguen sus vidas a la espera de algo que la Ciencia invente y les haga inmortales para siempre gracias a su dinero – (y todo colaboramos en ello, engañados tras cual nueva zanahoria que nos dará la vida eterna).

La inteligencia señala que hay que dirigir y gobernar sin exponerse y mejor sin ser nunca visto. Desde esa visión de “gobernar en las sombras” a la Humanidad se puede concebir la sociedad, y las sociedades humanas como “manadas” de seres que se pueden “dirigir”, “gestionar”, y observarla también como  “un recurso más de la naturaleza” a disposición de la inteligente gestión de minorías (minorías que viven y seguirán viviendo del trabajo de las “manadas de Seres Humanos”, de su esfuerzo, de sus anhelos, de sus sueños…) pues parece que así se ha concebido nuestra economía y nuestra Ciencia: "Tus sueños se pueden hacer realidad si aceptas lo que te ofrecemos y colaboras (trabajando sí o sí, de buen grado – en caso contrario apenas se realizarán tus deseos y además no podrás escapar nunca de nosotros), y tu problema de salud, cuando llegue, te lo curaremos con una pastilla o una inyección, si es posible"

…hemos creado un sistema capaz de convertir todo: energía física, intelectual, sueños, anhelos, deseos, incluso el sufrimiento y los problemas de la gente… todo ello oportunidad de hacer DINERO y riqueza; y esos pocos que dirigen pueden decidir si reparten o expanden para generar bienestar a la inmensa mayoría o simplemente constreñir y reducir esa seguridad de cierta riqueza a una minoría que les proteja y mantengan, así como crear un sistema pendular – que tan pronto se extiende por décadas de bienestar como interrumpe un ciclo, “resetea” y cambia de paradigma y de objetivos - haciendo posible que la sociedad (y varias generaciones) pasen por situaciones diferentes, y con ellas pensamientos y sufrimientos o inseguridades diferentes, haciendo difícil la comunicación de experiencias entre ellas e incluso haciendo difícil extraer un denominador común que nos muestre a todos que realmente "Sí existe" un “trayecto” más o menos predeterminado que se podría no solo intuir sino incluso prever y determinar, haciendo posible el “milagro” de interconectar lo que pensaban y deseaban las generaciones que nos precedieron y si realmente también les engañaron en ese proceso – ya fueran o no vencedores de esa maldita guerra civil (o cualquier otra guerra) que les impusieron a nuestros precedentes parientes.

pues todo en la vida, que vivimos como Seres Humanos, está guiado por la inteligencia (la Inteligencia Natural busca el equilibrio y la estabilidad a la vez la adaptación al medio cambiante y con ello a evolución. Pero la inteligencia del Ser Humano, de esas élites que gestionan la economía y el bienestar de todos o de la inmensa mayoría de la Tierra, también está sujeta a inteligencia y, lamentablemente para ellos, también sujetos a la inteligencia de la Naturaleza; y digo lamentablemente porque es la Naturaleza la que define el marco definitorio y a la postre el marco final del devenir del Ser Humano – por ello están tan interesados en inventar y progresar en ambientes artificiales donde la voluntad humana rija, sin rival, las leyes de la vida). De esta manera podríamos concebir que la Inteligencia de ese “mundo rico” fuera guiada, por un lado, por el egoísmo de ser ricos en cualquier circunstancia y de manera indefinida en el tiempo a través de sus proles, por pura ley natural de preservarse a sí mismos y a los suyos. Por ello, ante la evidencia de las leyes de la Naturaleza que “regulan” la vida – dentro de unos límites físicos - y los equilibrios que deben mantenerse en nuestro planeta para seguir asegurando la vida, el “mundo rico” lo gestiona, buscando anticiparse a esas leyes y controlar los resultados para así seguir en la cúspide de la Humanidad. Y esa anticipación puede llevarles a provocar guerras y conflictos mediante los cuales gestionar el devenir de las sociedades, cambiando paradigmas y parámetros y definiendo el marco general o “Nuevo Orden” que deberán regir y definir la etapa posterior y siguiente de la Humanidad.

Es una lectura que ya hicieran los ecologistas en su día; pero eso importa poco porque, primero, esa minoría nunca permitió que se viera que su gestión del planeta y sus recursos estaba muy equivocada – usando la Tierra, el Mar y el Aire como verdaderos vertederos de sus desechos de todo tipo (radiactivos, nucleares, petrolíferos, subproductos…. haciéndonos a todos partícipes de su pésima, degradante, vergonzosa y obscena gestión de la Tierra mediante nuestras propias basuras – resultado de desechos por ellos producidos y que nosotros les debemos comprar sin poder objetar o quejarnos de cómo los producen (envases, cajas, detergentes….) y acabaron con el proyecto de la ONU de un Nuevo Orden para proteger la Naturaleza (en el que estaba Félix Rodríguez de la Fuente) para señalar, primero, que “ellos” consideran esencial mantener el Orden Político/Económico y evitar, en segundo plano que pareciera que prefieren su dinero a la buena gestión del planeta y de la Sociedad (pues a una mala con una gran guerra y con la sociedad a merced - mediante los medios de comunicación social - un planeta contaminado y sobre-poblado sería reducido en su densidad por enfermedades y luego guerras (el planeta así se sanearía reduciendo población y eliminando criterios e ideas que sostiene la manada de Humanos) y el Orden General de la Civilización seguiría su curso). Ese fue, pretendidamente el chantaje – o nosotros o el caos con guerras y hambrunas, tenemos los medios (dennos soluciones que nos convengan o cállense); todos cedieron, como siempre a los poderosos (Multinacionales que ya dominaban entonces el mundo anglosajón y con él el destino de la Humanidad); había asuntos políticos pendientes de resolver (Comunismo o Capitalismo, fortaleza de los Estados frente a la población civil; sumisión de los trabajadores a las tesis economicistas…)  - y esta es mi hipótesis: Que así percibieron el presente y futuro las generaciones que nos precedieron y que se dejaron arrastrar a la Guerra Civil (cuando ambos bandos eran, en esencia, anticapitalistas o deseaban moderar los excesos de esa visión económica sobre la sociedad).

Sí, realmente “somos manadas” y seríamos gestionados como tales. Producimos riqueza pero el bienestar que esa riqueza genera depende de las directrices de una pretendida minoría que gobierna el mundo bajo unos criterios a los que todos no tenemos acceso ni derecho a criticar – solo percibimos sus consecuencias (a veces positivas en épocas de prosperidad y otras épocas bien adversas, como la que ahora vivimos) pero que a diferencia de nuestros antepasados estamos ya tan inmersos en el sistema de “ilusiones y milagros” del sistema capitalista que difícilmente podemos ser críticos con él y con su manera de gestionar (a base de crear conflictos y guerras) la Humanidad entera; pues con la riqueza “premian” la dirección “correcta” de las sociedades o las escarmientan, o simplemente cambian el rumbo a la Humanidad tras una “etapa” cubierta, pero cuyo destino desconocemos y cuyo trayecto se halla dirigido o liderado por el mundo anglosajón por medio del uso de la fuerza, el engaño y la explotación de las debilidades e ingenuidades de la gente.

Siendo pues la ciudadanía sujeta a “constante manipulación e intento de seducción” se concibe que el primer problema para cada gobierno de cada Estado o Nación, o Unión de Naciones o Estados, es su propia población (su propia manada) y “qué hacer con ella” para que sea productiva, genere riqueza, defienda el territorio, muera por él, y se organice internamente para dar estabilidad social y progreso, y a la vez reconduzca a las “ovejas negras” e incluso las ovejas negras sean fuente de riqueza, advertencia e incluso oportunidad. Todos, totalmente divididos, ya desde el pasado - y así lo vieron con claridad nuestros abuelos - enfrentados unos contra otros en guerras y en conflictos aunque nuestros ancestros no lo quisieran.

Tengo un video en Facebook donde existe el relato de algunos analistas de la Segunda Guerra Mundial - y de un protagonista que bien lo avala con su experiencia en el frente a los 20 años de edad – donde señalan que unos ocho de cada diez soldados Norteamericanos no querían disparar al enemigo y que esa situación “difícil” para los mandos militares se acabó solucionando en la Guerra de Corea y se verificó el cambio de conducta en la Guerra del Vietnam, siendo ahora la mayoría de los ejércitos de occidentes profesionales (y ya asesinos en potencia, como señala ese mismo analista anglosajón, recurriendo a ese término concreto, al parecer con cierta conformidad). En la Guerra Civil española tampoco los reclutados querían disparar en el frente, lo que provocó situaciones graves al igual que en la Primera Guerra Mundial (que ya narré en artículo precedente. Allí se empezó a usar de la violencia contra soldados por pacifismo o deserción ante el horror de la guerra en las trincheras, usando de la justicia militar para administrar cárcel, ejecuciones por fusilamiento e incluso médicos psiquiatras para administrar electroshock a quienes presentaban síntomas somatizados del terror vivido. Todo un ejemplo de nuestra civilización occidental y de sus reales objetivos finales). Los ricos no van a la guerra y si los alistan lo hacen a resguardo conveniente o a simple ejemplo y testimonio (como cuando las familias españolas enviaban a niños de ocho años, o similar edad, a las batallas del siglo XVIII y XIX para salvar el honor de las familias, tocando el tambor en las primeras líneas de soldados)

Existe pues un poder con que se determina el presente y futuro de la Humanidad (un poder que nunca tienen prisa – como pudiéramos tener los mortales en nuestros objetivos vitales, donde las semanas pueden ser esenciales para la resolución de un conflicto concreto o un problema determinado – para ellos el tiempo no suele ser un factor tan esencial, sino más bien parece que “todo lo van cociendo a fuego lento” con pasos unos tras otros ya predeterminados - casi invisibles para la mayoría de la Sociedad, sociedad que siempre va buscando, cuando "ve" o "intuye" el peligro de cambio de paradigma, la manera de “salvarse” o huir de la quema como fuere necesario,  cambiando, si es preciso, de ideas, de pensamientos o de zanahoria tras la cual ir).

Es la gestión de la sociedad el mayor problema no ya de los gobiernos de los Estados o Naciones o Uniones de Estados (que a estas alturas del desarrollo económico más bien parecen intermediarios que suelen gestionar cada etapa de cada Nuevo Orden Internacional que aparece en el horizonte – aunque la impresión sea que no paramos de hacer pruebas de ensayo “acierto/error” donde la pugna y lucha soterrada para la mayoría de las naciones y los Estados se halla en mantener cierta independencia de aquellas otras que las dominan). Cuando la gestión es con el viento de popa se gobierna sorteando las dificultades y obstáculos que presentan Estados rivales por medio del terrorismo, la propaganda, los malos entendidos o las zancadillas… muestran el inmutable “orden jerárquico” internacional que cada Nación-Estado ocupa y otros deben respetar para sobrevivir como tal; y cuando la situación es adversa los gobiernos se hallan ante lo “irremediable”, lo “que se viene encima”, lo que “se intuye negativo”, para hacerlo menos doloroso ante el cambio de paradigma internacional que se avecina (y del cual ya se dieron muchas muestras con claridad de su advenimiento; y por mucho que se haga para evitarlo y esperanzas halla en evitarse el “cambio, a veces violento, de modelo”  - porque suele ser sangriento y doloroso cuando los cambios de paradigma los lideran los anglosajones – este cambio se acabará produciendo “Sí o Sí”; así lo señala la Historia, aunque la resistencia pacífica y la inteligencia se oponga, se hará, aunque tenga que hacerse por fases consecutivas, como ocurriera en la primera y segunda guerra mundial y durante todo el siglo XX, dos fases de un mismo objetivo internacional señalado, curiosamente al General Dictador Franco, por el mundo anglosajón).

Desde esa visión del mundo anglosajón se pudiera entender que ceden el protagonismo a Stalin porque el modelo sería viable, pero lo difícil de hacerlo viable sería el propio pueblo (que es el verdadero problema en toda gestión que incluye objetivos políticos que se deducen inteligentemente y consideran un bien imponerlos, a veces en contra de mayorías esenciales que definen la opinión de la población en sus costumbres y creencias y que sería lo que llevaría a Stalin a considerarse “referente” y “alternativa” que, en ese momento no se podría expandir fuera de sus fronteras – que pudo ser el requisito impuesto en la Guerra Civil, internacional, rusa por el poder anglosajón, y que durante la Segunda Guerra Mundial se desbordara – y que llevaría al Estalinismo a la barbarie de eliminar físicamente primero a su propio pueblo y en consecuencia posterior, en adhesión a sus compromisos con el mundo anglosajón de constituirse como alternativa económica mundial, a ir contra sus discrepantes y a volverse el propio Stalin en un psicópata paranoico similar a otros ya conocidos que se situaron al frente de gobiernos en occidente).

Volviendo a una visión más espiritual, las personas no somos siempre como nos mostramos en determinadas situaciones (y en consecuencia las sociedades tampoco), todos dependemos de las circunstancias y si estas son favorables, o no, así será nuestro aparente “comportamiento” y opinión en sociedad; como lo son las sociedades que se comportan de una manera cuando hay malestar social y de otra bien diferente cuando hay bienestar social.

Podemos vislumbrar y evocar la memoria de nuestros antepasados en situaciones, o escenas, muy positivas y, en otras, por el contrario, muy adversas y “reconcentradas” e incluso rígidas donde concebimos que actúan injustamente, a veces de manera continuada, respecto de una situación concreta o respecto de una persona (aunque sea miembro de la familia, e incluso un niño), por el simple hecho de haberse sentido en “peligro” por ese miembro, aunque ese miembro sea inconsciente de ello; y se ponga en tela de juicio cuestiones que resultan “esenciales” para las convicciones morales, éticas o de imagen de esa persona que se siente “amenazada” y amenaza a su vez al integridad incluso de una persona vulnerable.

En otras ocasiones el solo hecho de reflexionar sobre el mundo que nos rodea y su sociedad ha podido granjearnos enemigos acérrimos y poderosos que han amenazado realmente nuestro bienestar y nuestras vidas. Aunque no se sea plenamente consciente de esas circunstancias y hasta dónde pudieron llegar las tramas contra una persona determinada, por resultar molesta a alguien con poder familiar o social o político, esa acción de “amenazar” pasa plenamente desapercibida a la persona así tratada. Como señalaba una psicóloga en ese programa Norteamericano “Caso Cerrado” que puse en mi facebook hace poco, el mal trato de una madre a una hija que le “estorba” (y que como dice la juez, no tuvo el valor, la madre, de explicar honestamente al entorno social que deseaba proseguir con su vida con un nuevo novio y que estaba cansada después de diez años dedicados a la hija) y que acabará por hacer concebir en la hija pensamientos negativos contra si misma que pueden dar al traste con su salud mental; y que por ello esa falta de valor es una crueldad y monstruosidad que se concreta en el trato que da, la madre a la hija, por ese motivo que no se atrevía a confesar socialmente.

Existen estas situaciones, ya sean por egoísmo y desapego en los deberes filiales, o se concreten por acecho de los poderes de un Estado contra personas concretas por razones de pensamiento o expresión, que generan malestar social. Siendo la familia y el Estado (como organizaciones sociales que debe asumir un rol positivo en su seno) las fuentes de los problemas (cuando no actúan correctamente) y de las soluciones (cuando sí lo hacen correctamente) para las personas.

o por poseer rasgos peritados como problemáticos para el poder, ya sean por ideología o por padecimiento de tránsitos en procesos mentales que llevan a las personas a hablar y explicitar cuestiones que molestan al entorno social, o que contravienen políticas concretas de un gobierno determinado en el poder o a veces contrarían el ambiente inmediato familiar por revisar la propia historia familiar; o simplemente por adquirir un pensamiento pacifista y ser objetor de conciencia en un ámbito familiar mediatizado por el propio ejército; o por no entender el feminismo como igualdad que hay que compensar cuando se está en un ambiente familiar politizado y protegido por el propio feminismo….)  ,

en todos esos casos las personas se sienten “acosadas” por ser “ellas mismas” y, en alguna medida, avocadas hacia trastorno mental por intolerancia del entorno (que nunca confiesa ni confesará haber procedido deshonestamente y a veces ilegalmente contra ese miembro de la sociedad) pues esa manera que tiene la sociedad y las personas de "marcar territorio" a un personaje cercano que molesta es, sencillamente, considerado algo tan normal como lo que llamamos y definimos como “mala leche” y que obligaría, al así tratado (en situaciones de normalidad) a tomar medidas defensivas o a devolver el golpe en un momento oportuno para hacerse respetar. Pero si la relación es desigual (madre sobre hijo o Estado sobre  incluso "ingenuo librepensador") no cabe pensar en posibilidad de medidas defensivas en ningún caso y mucho menos en “devolver el golpe” a una madre o a un Estado – pues el hijo no comprende la agresión de la madre de la misma manera que el libre pensador no comprende que el ejercicio de la reflexión y libertad de pensamiento moleste al Estado en ninguno de sus Estamentos si se está bajo una Constitución democrática que se basa en los Derechos Humanos y las Libertades Civiles.

Así podríamos concebir que los objetores de conciencia fusilados, o encarcelados, o luego cuando llegara la paz, fueran discriminados y sin darles trabajo u oportunidades, difícilmente entendieran que la sociedad deseara de ellos que se convirtieran en criminales asesinos en los frentes de guerra. O que el hecho de pensar y trasladar los pensamientos al entorno social (fueran políticos o sociales o de conductas impropias familiares) fueran motivo, en vez de reflexión del entorno afectado, por el contrario, motivo de exclusión y acoso (donde vale todo contra ese miembro y nadie reconoce la parte que le toca de haber contribuido al problema).

Es decir: Las personas mostramos, por lo general, dos aspectos, dos caras. Una amable y otra preocupada dependiendo de cómo nos va en la vida en general o de una circunstancia particular. Así en el recuerdo con los antepasados recordamos la bondad y alegría de los que se fueron como verdadera voluntad innata que desearon plasmar en esta vida durante el tiempo que la vivieron (y que no siempre pudieron mostrar en todas las situaciones a pesar de que a los ojos de nuestro cariño les hiciéramos “grandes”, y por ello capaces de sobrellevar cualquier obstáculo con alegría y optimismo, pues siempre tendrían de su lado nuestro apoyo y credibilidad – viendo en su enojo debilidad y falibilidad indeseada que nos hace dudar o de su bien proceder, o simplemente falta de fe en sí mismos o en su sabiduría).

Análogamente, las sociedades son similares a las personas en su comportamiento, pues resulta obvio que las sociedades se componen de personas.  Así pues, cuando en general la sociedad prospera y va viento en popa para la gran mayoría todos los problemas parecen resolubles y propios de circunstancias particulares que se pueden salvar y enfrentar con solidaridad y apoyo social. Sin embargo en momentos adversos, de recesión donde una gran parte de la sociedad se ve comprometida en su futuro o con  gran incertidumbre la visión social puede girar y volverse hacia posiciones más rígidas, más reconcentradas, más limitadas y sin márgenes de maniobra, pensando que la solidaridad y el apoyo social no les llega o nos les llegará. Siendo entonces el pesimismo quien desembarca en la sociedad, mirando las cosas a las que antes no daba tanta importancia, pensando si se hacen bien o mal y volviéndose más crítica con las decisiones y la gestión de los recursos e incluso con las instituciones.

Visionar las películas de los años 60 que se produjeron en España (tal vez la época dorada similar a la de los 50 en EEUU, por su capacidad de trasladar esperanza a los ciudadanos españoles que nacidos en las inmediaciones de la Guerra Civil tuvieron esperanza de que por medio del trabajo diario y el esfuerzo saldrían de la miseria vivida en la infancia, incluida hambre, penurias, golpes y malos tratos) es uno de los “enlaces” que disponemos para “entablar” una “conversación” (un enlace) de cómo nuestros padres y abuelos pudieron haber concebido aquellos tiempos (tiempos en los que a mi parecer todos perdieron y muchos se traicionaron en el plano de las ideas, de las convicciones personales – también los vencedores que aunque vieran su vida asegurada y algunos enriquecidos por las relaciones de adhesión al régimen; nada sería como pensaron que debiera ser – y también fue la derrota de la convivencia y la creatividad (ya vista como peligrosa o simple locura) reservada y admitida solo para una minoría (la miseria de la guerras trajo una generaciones inculta y con difícil acceso a la informacion y al conocimiento crítico, en el sentido de no reconocer y censurar la creatividad de sus hijos y considerar ello enfermedad – todos conviviendo desde cierta sensación de derrota – donde solo poder rescatarse por medio de satisfacerse en el "mal del vecino, rival o envidiado" – y eso tiene poco de ideología política edificante - como arrastrados por el destino aun desierto de la nada, donde difícilmente se puede opinar abiertamente – ni derrotados ni vencedores, ni unos ni otros - y donde el devenir económico y de supervivencia viene marcado y tasado desde fuera del país y además con condiciones).

Más allá de aquellas cuestiones sociales que nos parecen superadas y mejoradas en la actualidad (en roles sociales, ascensor social, estudios, etc) se vio una sociedad donde una nueva generación tiene fe en el futuro y es crítica con un gobierno, fuera el que fuere, bajo una autoridad militar y en un  mundo donde la violencia internacional se mostraba a diario en la Tv, como quien señalara que esa sociedad era mucho mejor cualquier otra, mostrando las debilidades de los sistemas democráticos extranjeros donde expresarse “libremente” podría traer el antagonismo y la violencia a la sociedad.

Por entonces la protección del trabajador parecía más sólida (si no se estaba marcado por el régimen) y las empresas y servicios respondían ante las quejas de los consumidores con rápidos detalles que despejaban cualquier duda sobre la lealtad del sistema capitalista para con el trabajador (es un parecer desde la visión de la infancia). Ahora la sensación se halla en que la empresa siempre tiene razón, porque sus sistemas de eficiencia comercial parecen tasados y en permanente evaluación, por lo que viniera a considerarse que cualquier error en el desarrollo del contrato recayera sobre el comprador o tomador cliente y sus errores o malicia. Ahora las empresas son como multinacionales que son muy conscientes de su poder e influencia sobre el propio Estado en el que se ubican y al que dan riqueza y soporte de servicios.

El cliente ya no tiene la razón y cualquier queja que exponga, no solo en servicios telefónicos (donde hay sablazos dignos de mención, porque siempre dicen que eres “libre” y luego resulta que no, que si te vas te sablean porque vendiste tu libertad por comprar un móvil o vincularte a una oferta puntual cuya concepción empresarial era cortarte las alas, precisamente,). Y también observas como en determinados servicios que incluyen todos los impuestos, Telefónica va y les aplica un 20% de IVA aunque el resto de empresas telefónicas no lo hagan y nunca te dan una explicación. Realmente son todopoderosas las multinacionales y tu sueldo y tu vida es una migaja por la que están dispuestos a pelear, porque en conjunto, los ciudadanos/manada suponen la verdadera tarta de un pastel a repartir, y desde luego las multinacionales lo tienen tan claro que a veces se dice que los gobiernos (democráticos) permiten que sean ellas mismas las que confeccionen las leyes que han de regular su relación con los clientes y los derechos que los clientes podrán usar ante ellas para quejarse. Una de estas situaciones se ha dado con un Seguro del Hogar. Se les llama para ver si hay cobertura en un viaje y dicen que la cobertura de viaje está excluida. Les pagas trescientos euros al año por el seguro y la cobertura de viaje (que cuesta 3 euros al año) está excluida? Les dices que ello es un fallo de la empresa y de asesoramiento de ellos mismos (porque es la única cuestión excluida) y te dicen que “te pongas en contacto con tu asesor” ¿Qué asesor? Les preguntas. Llevas 20 años con ellos y nunca te llamó nadie de allí diciendo que era tu asesor y que te fuera a mejorar la póliza o a incluir una prestación porque nunca das partes. Nada de eso y cuando lo necesitas te suenan a prepotentes. Increíble; a este paso y con el tiempo será obligatorio obedecerles en todo y asumir que te quieran tratar bien o no, dependiendo si eres poderosos caballero o simple villano a su juicio (experiencia con una compañía muy famosa y de prestigio) que no asumen la responsabilidad de asesorar bien a sus clientes veteranos; es evidente que las nuevas generaciones que para esas empresas trabajan van de prepotentes perdonavidas parece ser; por si alguien duda de que Trump acabará teniendo éxito y seguidores en las multinacionales españolas). Así nos usan a unos contra otros; somos los mismos ciudadanos pero encuadrados en bandos según la empresa que nos da de comer y así tratamos al resto de ciudadanos, como nos dice la empresa multinacional que ha de tratarse.

Y sin embargo sigue habiendo quien sale en tu apoyo, como tu banco, y está allí, parecen los únicos en creer en ti.

Es lo que vieron venir las generaciones de mi abuelo, al inicio del siglo pasado y Chaplin describió en Tiempo Modernos – película destinada a hacer de la desgracia risa y así no echarse a llorar por el mundo que se te viene encima; análoga la visión de la Guerra del propio Chaplin ¿Alguien se querría reír con esa peli ahora? Resulta preocupante ver esa peli de la que se sabe que al censura Norteamericana actuó para evitar ver a Charlotte sacado de su casa, a la fuerza, casado y con niños, para ir al frente; o la de “El Gordo y el Flaco”, que se escondían de la policía cuando esta reclutaba forzosamente mendigos por los parques para ir al frente de guerra, porque lo primero que hicieron fue reclutar pobres e indigentes (luego los anglosajones hablaron de la Gripe española porque aquí se destapó lo que los gobiernos metidos en la guerra de Europa quisieron tapar – unos 50 millones de muertos, tal vez más que los muertos que causó la propia guerra).

Son tan burdos estos anglosajones, pero todo en general parece un absurdo, que resulta increíble (los argumentos anglosajones se los “traga” la Masa, el Rebaño, el Ganado que representamos ser todos nosotros en nuestra maliciosa ingenuidad – rasgo muy bien relatado en la peli “Juan Sin Nombre” película Norteamericana que presentía el futuro que se nos avecina, probablemente una vez más); precisamente por eso, por ser burdos y desconsiderados (en cualquier guerra que montan los anglosajones acaban por tener numerosos muertos por “fuego amigo”), porque no pueden ser más burdos no lo podemos creer (aunque tengan toda la tecnología avanzada del momento) y les imaginamos inteligencia que no poseen (solo parecen seguir un esquema sencillo, que parece cuasi matemático (como en aquella otra peli “Una Mente Maravillosa”) donde los algoritmos definen y prevén la conducta de la masa de ganado Humano.

Así que ver a gran parte políticos enfrascados, en medio de la pandemia, en cuestiones como “fuera la Monarquía, venga la República”, o los independentistas catalanes resurgidos después de pillados con las manos en la pasta (unos y otros), o a otros añorando generales, o a otros diciendo “en mi Comunidad mando yo” ….  no deja de ser un fiel reflejo de cómo somos por aquí y lo fácil que resulta, y resultaría nuevamente, a los anglosajones manipularnos una vez más, (si no es que ya lo están haciendo) y llevarnos a un nuevo conflicto civil.

Desde estas líneas señalo a los anglosajones, pero somos nosotros los propietarios de nuestros propios defectos que nos hacen tan vulnerables (vulnerables una vez y otra,.. y otra,.. y otra..) a veces solo les basta con usar dinero, como suelen hacer.

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