Los valores no cambian, siempre existen, son intemporales y se vinculan con las virtudes éticas y morales que nos distinguen del resto de las especies animales, pues actúan por encima de los impulsos biológicos ( primarios ) y de los intereses puramente egoístas, pues es el egoísmo, en términos generales, la definición esencial de la condición biológica más animal.
nota: Este artículo,
"visto/clicado" en varias ocasiones (incluso recientemente) me ha
llevado a releerlo en función de porqué llamaría la atención, pero descubriría
que los "enlaces" que dan crédito al propio artículo de este blog,
estaban fallidos en su totalidad (con independencia del pasaje del artículo al
que se hiciera referencia, incluso los que se referían al deporte, y he tenido
que intentar buscarlos nuevamente con poco éxito hasta el momento, pues hay
enlaces que "han desaparecido" o artículo que ya no
"existen", e incluso wikipedia en inglés "ha variado
alguna de sus definiciones" y estadísticas de manera significativa en este
periodo de tiempo. En la medida de lo posible "recupero" las
"fuentes empleadas" y a su vez en wikipedia en inglés establezco las
definiciones iniciales encontradas y las modificaciones aparecidas más
recientemente en párrafos prácticamente idénticos pero que incluyen dichas
modificaciones. En wikipedia existen debates constantes y actualizaciones (sin
embargo, la cadena completa de "caída de enlaces" no es tan fácil de
explicar aunque pudiera deberse a error propio es poco "aceptable"
dado que los artículos se suelen revisar precisamente en sus enlaces antes de
publicarse).
Confesaba un redactor de un periódico deportivo (Marca) en un programa de Movistar que abordaba el racismo en el fútbol español ( racismo es un rasgo agresivo que muestra el miedo - miedo socialmente aprendido - al diferente). En sí mismo hay muchos miedos propios de nuestra naturaleza biológica, a los que vamos poniendo nombres diferentes, como si de esa manera construyéramos un grupo de "conocimientos" específicos y concretos, de ámbito complejo, con los cuales podemos definir rasgos descriptivos y "definitorios "de las sociedades o de grupos sociales o personas concretas. Y sin embargo, de lo que hablamos en el fondo es de miedo que la propia sociedad nos ha enseñado a proyectar sobre distintos aspectos o rasgos de la propia vida social en la que hemos nacido. No es una cuestión en sí misma innata, sino producto de las sociedades en las que conviven (de manera transversal ) personajes que carecen de valores básicos y propios de lo que se consideraría una sociedad "ideal" (si alguna vez existieron esas sociedades ideales se
pueden concebir en núcleos poblacionales relativamente pequeños donde todos se
conocen y consecuentemente - conociendo las necesidades de cada cual - se
apoyan mutuamente en las situaciones de crisis y en las adversidades puntuales,
existiendo una "solidaridad" que nace de la convicción de ser todos
de una misma condición social que no compite sino que colabora y coopera
considerando que el bienestar no es el resultado del éxito personal y la propia
riqueza, sino de que el propio conjunto de la sociedad se apoye en cada una de
sus necesidades cuando estás aparecen (ya sean materiales o morales) pues con
gran certeza "conciben" - sin necesidad de complejos estudios
eruditos - que el bienestar de cada uno (por medio del apoyo mutuo) es lo que constituye
lo esencial que hace posible el bienestar de la sociedad. Todos somos iguales y
semejantes en necesidades básicas (necesidades básicas materiales, seguridad
material y emocional, y "apoyo" social en cualquier circunstancia).
El redactor de “Marca” recordaba el partido de fútbol entre el Real Zaragoza y el FC Barcelona (creo que en 2005 ) donde Eto´o había sido insultado gravemente por sus rasgos físicos. Llovía sobre mojado, pues un portero de futbol, también africano (Encono ) y otro del FC Barcelona recibían mismo trato , (Ver: “La
larga lucha del Futbol contra el racismo” – El País.)
llevaba
tiempo recibiendo insultos en cada partido de fútbol y siendo menos mediático
que Eto´o sufría la situación cada día de partido y entre ellos comentaban está
circunstancia que tan adversa y desmoralizante le resultaba en su trabajo y
profesión deportiva que realizaba en un país occidental y europeo. Sin embargo,
lo que ocurrió en la Romareda generaría un documento videográfico, que sumados
a otros recurrentes, permitiría que internacionalmente España fuera censurada
por su intolerable racismo en el fútbol. Eto´o estuvo a punto de abandonar el
partido y dejar a todos "colgados", con una penalización deportiva (según
el reglamento de fútbol) sobre su persona, como jugador que abandonaba el
terreno de juego "sin motivo justificado”, porque sencillamente se
consideraba que el racismo del público de las gradas "no había que
tomárselo a pecho" sino como parte del espectáculo donde el público, parte
del mismo, "es soberano". Así parecía considerarlo el propio árbitro,
el público e incluso los periodistas deportivos. La intolerancia de todos ante
las quejas de Eto´o, llevó a otros jugadores de "color" del Real
Zaragoza a solidarizarse y acabaron por amenazar con irse también del campo de
juego. Aquella amenaza cambiaría el cariz y tono de los reproches hacia Eto´o
del resto de jugadores del R. Zaragoza, ante una situación como esa podría
poner en peligro algo más que el resultado de un partido de fútbol. La rueda de
prensa posterior (que Movistar reproducía en parte en el programa) era
vergonzosa, pero esta vez protagonizada por los propios periodistas deportivos
que no parecían entender que Eto´o no le molestara que le llamarán
"Cabrón" o "hijo puta" en el terreno de juego – como
al resto de adversarios de los equipos rivales - pero sí que hicieran
alusión a su raza (o lo vincularan con monos). Similar situación se
diera con otros jugadores a los que tiraban plátanos al sacar un córner. Lo
lamentable era ver a los jóvenes de las plantillas inferiores (infantiles) del
real Zaragoza (que estaban de recoge pelotas en el campo) emulaban los
insultos de los adultos para luego acercarse a pedirle al propio Eto´o la
camiseta con la que había jugado el partido. Aprovecharía la prensa inglesa
para subrayar el racismo en España y aunque se empezarían a regular medidas más
severas, el programa de Movistar reproducía situaciones similares diez años más
tarde 2015 ó 2016.
Señalaba el
redactor de Marca que en los juegos Olímpicos habían sacado un par de titulares
"que pesaban" en la historia de Marca por su racismo claro, contundente
e inequívoco contra un atleta del norte de África que rivalizaba por las
medallas con corredores españoles. Para intentar explicarlo, parecía que
comenzaba la frase diciendo que los valores habían cambiado, pero el mismo se
rectificó (como si evocará una charla "orientativa" que pudiera
haber recibido toda la redacción, y todo el periodismo deportivo en general, a
causa de convertirse España en referente racista europeo): Los valores no
cambian, siempre existen y están presentes.
Resulta obvio
que se ignoran - bajo determinados contextos, en este caso de rivalidad
"deportiva" – valores propios de la condición humana, lo que
señalaría que no son valores asumidos sino "formales" e impuestos
desde un contexto político para rectificar una "imagen internacional"
de un Estado, que en ese momento pudieran dañar otro tipo de relaciones
internacionales (y desde luego negocios) e incluso la propia imagen de
Europa. El toque nos los dieron los ingleses en su prensa, en titulares, que es
lo que alarmaría al mundo político español (como suele suceder) y
quienes movieron ficha para intentar reconducir una situación que realmente
parecía, hasta entonces, importar poco, pues la mayoría de los políticos, iban
a los campos de fútbol y sabían lo que pasaba y pasa en las gradas de un campo
de futbol.
Se entiende
que en cuestiones de rivalidad (incluidas las deportivas) al adversario
nunca se le aplaudirá en una buena jugada (que subrayaría la naturaleza
deportiva del propio deporte y así ensalzando los valores que hacen posible
concebir esforzarse a un grupo, bajo reglas comunes, con el fin de ver las
cualidades de unos y otros sobre un terreno de juego, disfrutando de los
valores más positivos que harían del deporte una referencia noble donde se
expresa un esfuerzo personal - y de conjunto y equipo - donde medirse con otros (y
esos otros como rivales leales hacen posible nuestra experiencia y
desarrollo, y son los que realmente nos otorgan el éxito si,
honestamente, en un momento y día concreto, les superamos). Son situaciones
que sí se dan en otras aficiones (al menos imágenes de ello se daban, eso
sí, como si de una noticia se tratara).
Cultural y
políticamente hemos tenido de referencia al mundo animal; en especial aparece
en Europa los leones y águilas en los escudos de Estados, naciones e imperios
como un tipo de referente simbólico al que se apela para señalar el poder de
cada uno de esos Estados desde hace siglos hasta el presente.
No sé suele
reparar en la interpretación de esos símbolos y la vinculación con su “identidad”
en la Naturaleza salvaje; se suele hablar de la fuerza y majestuosidad del León
o la belleza y altura del vuelo del Águila, que desde gran altura es capaz de
detectar a un simple conejo – que se mueva – y capturarlo como
comida. Por muchos esfuerzos que hagan los biólogos para
racionalizar la conducta animal de esas fieras difícilmente se pudiera
equiparar al modelo de valores que el Ser Humano, los Seres Humanos, decimos
sostener o nos atribuimos como referentes que nos distinguen de ese mismo mundo
animal salvaje (probablemente esa referencia simbólica al mundo animal - en
especial a las especies más salvajes, violentas - que hacen los Estados en sus
símbolos nos hablaría, más bien, de su "capacidad" y permanente
"disposición" de hacer daño real y equiparable a la que pudiera hacer
esa fuerza animal concreta que aparece en sus escudos, sobre todo
aquel quién se oponga a su visión o se considere que amenace sus intereses o
existencia).
Para ver la
verdadera distancia (o analogía y similitud) que existe entre lo que
consideramos propio de valores Humanos y el comportamiento animal (que
sostenemos como símbolos en escudos desde hace siglos) podemos hacer un
simple y rápido visionado de la pate más animal, violenta y cruel de esos
mismos animales que aparecen como símbolos en escudos, por lo general,
imperiales.
Hace poco
pusieron en TV de pago una cuatrilogia sobre el mundo de los leones en la
sabana africana. No era un reportaje al estilo de otros episodios en los que se
reflejan distintos breves momentos con que la naturaleza animal se muestra como
ejemplo de unas pautas de comportamiento regidas bajo unas leyes biológicas
“naturales”, iguales para todos, en su condición de “depredador/presa” (aunque
las pautas nos sorprendan por su crueldad, los comentarios de la narración de
las escenas buscan que las aceptemos e incluso nos identifiquemos con cada uno
de los depredadores porque se hallan sujetos a unas reglas comunes propias de
la naturaleza más animal).
“Endulzando”
la crueldad, los comentarios buscaban "humanizar" el comportamiento
de cada animal que aparecía en escena buscando crear un vínculo “racional” en
el espectador. Si la familia es de leones les ponen nombres y describen
sus movimientos y relaciones entre ellos desde el punto de vista social humano.
Si son elefantes realizan el mismo procedimiento descriptivo y de
acompañamiento al espectador, buscando una misma identificación en la conducta
y explicando el porqué de ciertas actitudes sociales que nos diferencian con
ellos (siempre con el mismo objetivo de humanizarlos en vez de concebirlos
como comportamientos similares dentro del ámbito de los mamíferos). Así
proceden análogamente sean primates, o felinos, o plantígrados... Sin embargo
pocas veces se ve una situación similar de descripción de los animales que van
en manadas y suelen ser presas (y por lo general herbívoros).
La
cuatrilogia de episodios seguía la evolución de una manada de leones desde su
nacimiento hasta su declive, realizando un seguimiento de una camada de leones
en África, y su desarrollo hasta el fin de sus días, unos 12 años después; lo
que otorga una visión menos sesgada y permite observar más claramente cómo se
muestra la vida de los mamíferos dejada de la mano de las estrictos impulsos
biológicos en el ámbito natural.
El nacimiento
de los cachorros de león no está exento de los “filtros” que impone el entorno
social; primero el de la propia leona madre, pues se separa de la manada para
parir y alimentarlos durante unos tres meses antes de reintegrarse a la manada.
Durante ese tiempo, la madre también “elige” si todos los cachorros deben
sobrevivir o no (parece ser que puede matar a alguno o simplemente dejarlo sin
comer hasta que muera; según narraba el cuidador de un parque que gestionaba
manadas en cautividad). Luego la leona los presenta a la manada y esta debe de
aceptar a los cachorros, lo que indica que en algunas ocasiones pueden no ser
aceptados y su tránsito vital acabará rápidamente.
La camada de
la manada (formada por ocho cachorros) que sobrevive al aprendizaje de la caza,
donde dos o tres cachorros hermanos "caerían" ante la respuesta de
una manda de ñus a un ataque fallido de las leonas a un ñu - que les
pareciera "accesible y vulnerable" - pues la manada de ñus
responderían, aunque lentamente, cuando vieran a su congénere ya inmovilizado y
acercándose otras cuatro leonas que habían participado en la estrategia de caza
para “aislar a la víctima”; los ocho cachorros de la manada que se hallaban muy
cerca - mirando para "aprender" – también accedían a
las inmediaciones para empezar a devorarlo diligentemente. Pero un ñu se
movería, desde la seguridad de la manada, hacia la leona que ya había
inmovilizado al ñu pretendiendo asfixiarlo. Pareciera un compañero ñu
con vínculos tales que no se resignaba a verlo morir sin hacer nada al respecto;
ese movimiento del ñu "amigo" no solo no fue valiente, al no huir,
sino casi temerario y desafiante ante la leona que tenía inmovizado a su
"amigo" ñu e hizo que la manada de ñus, en vez de alejarse y huir,
mirara también la escena. Ese simple hecho de mirar la escena les haría cambiar
el impulso de miedo y huida, que dominaba en un primer momento, y se
trocara en verse a sí mismos como fortaleza de grupo (y manada) capaz de
enfrentarse a los leones con garantías. Superado el instinto de miedo por el de
concebir superioridad de grupo, la manada de ñus empezará a caminar cada vez
más rápidamente y con más determinación hacia las dos leonas que intentaban
matar a su congénere.
Llegaban
una tercera y cuarta leona y todos los cachorros (algunos de los cachorros
más mayores también habían participado del "cerco" a ese ñu mientras
otros cachorros aún más pequeños, no se quedaron escondidos esperando ser
invitados a aquella gran comida, sino que siguieron a las leonas y hermanos
para no perderse nada de la cacería, mirando desde no muy lejos). Para
cuando se quisieron dar cuenta las leonas y cachorros (que ya estaban
centrados en la presa y buscando un espacio para iniciar el
"banquete") totalmente confiadas leonas y cachorros, se
encontraron prácticamente rodeados por la manada de ñus. Uno de los cachorros y
una de las leonas se les veía volar por los aires a causa de las embestidas que
realizaban los ñus usando los cuernos. Una leona muy mal herida y tres
cachorros muertos (pisoteados por la manda) fue el balance de ese ataque
repelido.
Después de
ese episodio crecerían los cinco cachorros restantes hasta convertirse machos
capaces de procrear junto con los dos leones que lideraban la manda de las
hembras madres. En un momento dado, uno de los cachorros ya adulto intentaría
derribar al líder y sustituirlo en una pelea que perdería, haciendo inevitable
su marcha junto al resto de hermanos abandonando la manada.
Se les veía
nómadas en busca de propio territorio y se les sumaría otro León macho (que
por ser aceptado parece que fuera un pariente cercano también en situación de
nómada que sumaría) creando una impresionante coalición de seis leones
que cazaban juntos y pronto entrarían en territorio de otra manada, ya buscando
hembras con las que procrear, haciendo huir a uno de los primeros machos que se
encontraron custodiando uno de los límites de su propio territorio, y matando
al otro con el cual se encontrarían más tarde, al adentrarse más en territorio
ajeno. Luego contactarían con las hembras que desistirían después de una
inicial resistencia para defender su prole de cachorros, teniendo que
resignarse ante el ritual de los machos buscando, matando y comiéndose todos
los cachorros para así perpetuar sus propios caracteres y genes. Tiempo más
tarde, dos leones de esa coalición de seis intentarían derrocar a quien se
hubiera posicionado como líder, pero fracasando se marcharon y conseguirían en
otro territorio hacerse con un par de leonas y procrear. Fueron extendiendo si
territorio mientras derrotaba y/o mataban a otros machos leones mientras se
quedaban con sus manadas. Al tiempo (unos pocos años más tarde) esta
pareja de machos se tendrían que enfrentar contra una coalición de cinco
jóvenes leones que matarían salvajemente a uno de los dos, que custodiaba el
acceso a una parte del territorio. La lucha sería desigual, cinco contra uno, y
despiadada. Lo primero que mordieron del león una vez caído fueron sus
testículos para asegurarse que no sería ya rival reproductor. Luego, aún herido
de muerte, resistiría varios envites durante horas; dando tiempo a que llegara
el otro hermano león, pero apenas podría hacer más que ver cómo era devorado y
huiría del lugar.
Se
trasladaría este león desterrado a la manada de sus hermanos, de la que saliera
en su día, y sería aceptado. Sin embargo, viendo que no era líder indiscutible,
mataría a todos los cachorros (siendo ellos sobrinos suyos) ante la
inoperancia del resto de machos y leonas y cuando las leonas entraron en celo y
un hermano copulaba con una de ellas, se presentaría matando a la leona y
devorándola, mostrándose así, su intención de ser único macho procreador.
Poco le duraría el cruel liderato, pues la coalición de cinco leones de la que
huyera se presentaría en ese territorio, y a él mismo le matarían tan cruelmente
como él hubiera matado (y devorado) a alguna leona (para asegurarse que la
descendencia era solo suya) y al resto de los cachorros (aunque fueran
sobrinos). Fue devorado por la coalición de machos jóvenes que ampliaba el
territorio y precisaba de más hembras; y perseguirían, y si pudieran, matarían
y eliminarían a cada uno de los machos hermanos reinantes, hasta quedarse con
la manada. Luego el ritual sería similar, buscando a cada uno de los cachorros
que se hubieran escondijo para matarlos y devorarlos, haciendo posible que las
hembras leonas (que no se resistieran, pues ante una coalición de cinco
leones jóvenes la organización de las leonas no podría oponer resistencia y si
lo hicieran fueran muertas y devoradas). Así acabaría el ciclo de unos 12
años de la vida de los machos leones en libertad.
Esa es la
verdadera naturaleza del león, de la cual el ser humano parece buscar
referencias de liderato en la naturaleza salvaje, hasta el punto de reflejarlos
en escudos y símbolos.
Tampoco
parecen mucho más inteligentes (como parece hacernos creer los comentarios
recientes y recurrentes) los pacíficos elefantes, que aunque poderosos en su
conjunto frente a las amenazas de los violentos y sanguinarios "reyes de
la selva"; sin embargo no esperarían a que una de las hembras elefanta
diera a luz y la dejarían en el camino sola, mientras iban hacia una charca
cercana de la cual ya olían el agua (el instinto de supervivencia resultó
una debilidad para la manada en vez de fortaleza). Aquella elefanta daría a
luz pero sería seguida por dos leonas durante el resto del día, mientras el
elefantito apenas podía seguir el ritmo de la madre, quién recurrentemente
tenía que esperar al ritmo del bebé elefante. Ni por un momento atacarían las
leonas durante el día, simplemente seguirían a la elefanta y su bebé hasta que
cayera la noche. Una vez de noche realizarían un ataque para sembrar el caos,
por medio del miedo y así dividir y separar a la elefanta de su bebé (bebé
que saldría corriendo y huyendo de terror, sabiéndose el objetivo de las leonas
y se escondería entre unos matojos, pero ya lejos de su madre, fuera de su
vista y por lo tanto perdido y sin protección). Los lamentos durante la
noche del bebé elefante pidiendo ayuda y amparo a su madre guiarían a las
leonas hasta el escondite y a la mañana solo quedaría de la memoria y
existencia de ese ser una patita. La madre alcanzaría a la manada ese mismo
día; ya estaban en la charca bebiendo pero sin su bebé. El instinto de
satisfacer la sed de la manada de elefantas estuvo (en aquella ocasión) por
encima de Esperar
los 15 minutos que suele tardar un parto de elefanta. y proteger al nuevo miembro (según el comentario
del narrador).
Contrasta
también la rivalidad entre hipopótamos y cocodrilos, sobre todo a la hora de
salvar a un mamífero que caiga en manos de estos últimos. Se presentaron dos
hipopótamos salvando, consecutivamente, a dos gacelas de la fauces de dos
cocodrilos cuando ya estaban ambas atrapadas. Una de las gacelas fue protegida
por un hipopótamo en todo el trayecto para cruzar el río y era azuzada y
empujada para que no se parara en el agua hasta llegar a la orilla. Otra de las
gacelas resultaría herida en una pata por la presa realizada por el cocodrilo
antes de soltarla ante la amenaza del hipopótamo presente. Es de suponer que la
acción benéfica del hipopótamo para proteger a un mamífero de ser devorado por
una especie diferente, resultaría, en este caso, una acción inútil, pues una
gacela coja tiene los días u horas de existencia contados, ya que la manada de
gacelas poco pudiera hacer por protegerla, pues su estrategia como grupo es la
invisibilidad del conjunto y la muestra de su agilidad individual para disuadir
al depredador.
A primera
vista parece que la condición de mamífero puede crear una “simpatía” de
protección del más fuerte al más débil aunque sea de otra especie. Por lo que
no respondería esa actitud, en principio, a una condición biológica “racional”.
Por el contrario, las especies de mamíferos tienden a matar a todos los
cachorros de depredadores que se encuentren, si tienen capacidad y oportunidad
para ello.
Los humanos,
por el contrario, “decimos” sostener valores que permiten “controlar”,
“encauzar” y “subordinar” los impulsos de los instintos biológicos y primarios,
y por ello nos consideramos una cultura capaz de organizarse, construir y
modelar el entorno. Y sin embargo, vemos también que somos capaces (en algunos
casos) de actuar de manera similar a las más burdas reglas de “selección”
arbitraria y erigirnos, como burdas bestias, para segar vidas humanas; a veces,
gracias a la inteligencia, realizar esas acciones degradantes de manera
racional y sosteniendo discursos sociales para ampararlas (aunque un simple
vistazo imparcial mostrara que no fuera una situación de ignorancia – por cuya
ignorancia, a falta de conocimiento, se reaccionaría con criterios excluyentes
propios de razonamientos biológicos en el mundo animal – sino que son
situaciones en realidad calculadas, porque como mamíferos sabemos qué
cuestiones son imprescindibles y por lo tanto inherentes a esa parte de nuestra
condición animal sin la cual es realmente difícil sobrevivir; incluso a veces
se va más allá y se busca la verdadera eliminación de la persona molesta,
porque de alguna manera representa un “peligro” que sobreviva. Un proceso de
desintegración, anulación y destrucción de una persona que resulta imposible
que pase desapercibido, pero que en ciertas circunstancias sociales siempre se
mira para otro lado. Incluso se podría señalar en este artículo las pautas a
seguir para truncar una vida desde la infancia (por la razón que fuere) sin que
la sociedad, en ningún caso, ponga objeción y acabe por culpar a la propia
víctima de su desgracia y fin. Podríamos decir que la inteligencia humana (aquí
concebida como ser listo/lista) adquiere así un grado de perversidad mucho
mayor del imaginable en el mundo animal ((el descrito) pues mientras ese mundo
animal responde y se muestra con claridad cómo responde a sus impulsos
biológicos primarios, la inteligencia humana es capaz de ocultar ese mismo
impulso primario y convertirlo en un discurso (incluso político, es decir,
socialmente aceptable) donde el entorno social no solo acaba aceptando la
“anulación o eliminación” de una persona, sino que acabaría contribuyendo a la
misma acción devastadora (por acción u omisión). Ello posible porque como
comunidad formamos parte de “un discurso social e histórico” compartido, que
hace posible que estas circunstancias se den (ello se mostrará al final de este
artículo).
Para entender
esta capacidad del Ser Humano en destruir vidas bastaría, en principio, en
señalar los requisitos que prácticamente todo mamífero precisa para sobrevivir
desde sus comienzos hasta alcanzar la juventud y con ella la independencia. Al
ser requisitos resulta obvio entender que si no están presentes estos
requisitos no solo comprometen la vida del ser (que de hecho lo hace hasta
causar muertes definidas clínicamente como “súbitas”) sino que puede
dejarla inviable durante mucho tiempo e incluso algunas familias optan por
desterrarlos en instituciones, sobre todo si existe amenaza de que la situación
acabe por desvelarse, con claridad, llevando al mundo terapéutico (cuando
se posiciona en positivo y concibe como una situación tan explícita como
insostenible) a expresar una certeza generalizada, detrás de la cual se
entiende la naturaleza de las enfermedades en general (siendo esos conceptos
conocimientos conocidos desde hace tiempo, pero por otra parte incómodos o muy
difíciles de expresar con éxito, en entornos familiares realmente primarios y
obtusos – y ello no excluye a familias con progenitores que tienen títulos
Universitarios y desarrollan un status profesional de ese nivel, como muestra
la práctica jurídica, pues la carencia de “sensibilidad humana positiva” hace
posible concebir los conocimientos como meros instrumentos para un fin, que
puede ser bien adverso, y conseguirlo con éxito, pasando desapercibida al
entorno social, como este artículo pretende mostrar desde el plano particular
hasta el social, protagonizado y liderado por los Estados en los que vivimos).
Decía
Schopenhauer que este mundo es el peor de los mundos posible. El Filósofo fue
capaz de mostrarnos el camino para la identificación con la belleza en el
arte (podemos ser, casi cualquier cosa gracias a la versatilidad de
nuestro cerebro);
cerebro del
que recientemente se ha señalado en la prensa un experimento con células
cerebrales humanas cultivadas que se han desarrollado, ellas solas;
sorprendentemente, se muestra y actúa el propio cerebro como si se tratara de
“una semilla biológica” “pues
le han nacido ojos por sí mismo” ; y es
probable que dejado en condiciones adecuadas acabaría desarrollando oídos; y
quién sabe si poco a poco – con objeto de sobrevivir por sí mismo – un sistema
digestivo con olfato y gusto, paralelo a la ampliación del sistema nervioso con
el pequeño nacimiento de órganos internos y sistema sanguíneo para
después iniciar un proceso de locomoción. Sin embargo, si así ocurriera, en
nada avanzaría realmente la Ciencia en el saber el porqué del origen de la
vida, porque ya hemos visto en el mundo vegetal gérmenes (como las semillas) y
el conocimiento de su estructura y desarrollo solo ha servido para “mutilarlas”
y realzar procesos genéticos destinados al monopolio de ese ámbito vegetal con
la finalidad de que ese “regalo” milagroso de la naturaleza, con el tiempo, no
esté al alcance más que de una minoritaria élite que acabará decidiendo quien
tiene alimentos naturales y quién no. Antes de que se hiciera de dominio
público esto que la Ciencia considera un avance (el cultivo in vitro de
pequeños cerebros humanos - ¿?) ya podíamos ver en la Capilla Sixtina que el
Dios, que pintara con rostro humano Miguel Angel, tocando con el dedo índice al
primer Hombre tenía encriptado una perfecta figura de un cerebro humano, por lo
cual lo que la Ciencia dice haber descubierto, una vez más, solo es la
representación o la imagen de lo que ya sabían en el Renacimiento).
La capacidad
de nuestro cerebro nos permite identificarnos con todo lo que nos rodea (mirar
una flor y ser flor, por unos momentos) como de una experiencia
transcendente. La versatilidad de la mente humana - que se muestra en
el largo aprendizaje que precisa para adaptarse al nuevo mundo en el que nace -
muestra que está "abierta" a adaptarse a cualquier "mundo
posible", ser cualquier ser y a "navegar" en él; por lo que de
alguna manera nos pudiera señalar que "el mundo" al que venimos
"sería uno" de los muchos que pudieran existir (incluso viniendo a
esta Tierra, por semejanza y predisposición de los cerebros, pudiéramos ser
mono, perro, delfín..). Al nacer en este mundo debemos pasar la experiencia
de "ir viviéndolo" desde el primer momento para adaptarse (a
este mundo, como si fuera posible, de manera accidental, tener que adaptarse a
cualquier otro posible).
Algunos
afirman que nuestra estructura cerebral condensa el desarrollo de especies muy
anteriores a la nuestra, conservando las capacidades y maneras de actuar, pues
morfológicamente nuestro cerebro contiene morfología del reptil y, superpuesta
otra morfología que cerebral que se desarrolla y podemos ver en nuestros días
como si de una clara manifestación de la evolución biológica (que
conservaría los impulsos instintivos de todas las especies que permitirían
nuestra evolución a Humanos) se hallaría a nuestro alcance y se manifiesta
con evidencia. De alguna manera, un ser humano (macho o hembra) tiene
recursos (incluso asesinos) que le vinculan con respuestas biológicas
propias de reptiles que evolucionan, en la complejidad intelectual desarrollada
hasta nuestros días. Es decir, el Ser Humano como especie conserva (o
conservaría) una versatilidad de respuestas biológicas que abarcaría
multitud de comportamientos biológicos en razón de que su cerebro conserva (a
su vez) esa capacidad de transversalidad de comportamientos instintivos
biológicos y, además, adquiere el Ser Humano una complejidad intelectual que le
permite racionalizar cualquier comportamiento (incluso los aberrantes y
propios de lo que hoy definimos como asesinos/asesinas) para mostrarlos
como congruentes y racionales ante un fin concreto (como muestra de ello
sería crear una racionalización de que unas razas humanas son o serían
superiores a otras y en consecuencia, en beneficio de “principios
eugenésicos” y por el bien de la
humanidad habría que acabar con cualquier otra raza o sub-raza para alcanzar
una humanidad perfecta). El principio eugenésico vendría a ignorar que es
la biodiversidad, incluso entre los humanos, la que hace posible ir superando
los obstáculos que la naturaleza suele poner a las especies, que como la
nuestra, colonizan un planeta como el nuestro y lo “tensan” en sus equilibrios
biológicos que hacen posible nuestra propia existencia.
Si fuéramos
capaces de "cuestionar" la naturaleza de esta vida desde una visión
meramente ortodoxa de las necesidades básicas de un mamífero como nosotros,
humano (y no en clave exclusivamente social o política) (mientras
vivimos en este mundo) se podría interpretar que muchas personas, de
niño, en infancia, enfermarían gravemente hasta el punto de temerse por su vida
(incluso otros mueren en esas primeras etapas) sin que el entorno
inmediato pudiera dar una explicación concreta. Simplemente enfermarían
gravemente, se cuestionaría la posibilidad de supervivencia por los médicos
cercanos (señalando esa posibilidad de fallecimiento a los padres) y a
la postre saldrían o no adelante, considerándose una fortuna o milagro que se
superara esa situación crítica que tiende a olvidarse como una anécdota que
solo se recuerda puntualmente (y la persona que así recibiera la
información de una fragilidad vital, propia, inicial, la narra como si se
tratara de un "enigma" entre irrelevante, enigmático y transcendente,
no sabiendo definir si se trata de una casualidad o de algo relevante que nunca
entenderá pero que a la vez le "acompaña" como si de un
"mensaje" se tratara, parte "inseparable" que se alude al
tener que narrar o rememorar su "venida a este mundo" o los tránsitos
de los primeros años con enfermedades graves). Pareciera una circunstancia
olvidada - al menos por el resto de la familia o cercanos -
pero sin embargo pareciera contener un mensaje o digno o pista relevante que
sin embargo, a la vez, es tan persistente e indescifrable para la propia
persona (y sin embargo, sin duda, de alguna manera es un alivio de la
familia inmediata que el desenlace fuera positivo; como si se hubiera salvado
de una "censura" del destino que, por otro lado, era tan
frecuente en las familias de siglos pasados, cuando los cuidados a los niños se
basaban las en las supersticiones de cada familia – cuestión que en ocasiones,
lamentablemente llegan a tiempos recientes).
Sin embargo,
esa "huida o renuncia" del nuevo ser a estar o vivir en este mundo (en
una familia concreta) pudiera señalar que las condiciones que, de alguna
manera (inteligentemente intuitiva), “entiende” que existe en el entorno
y no son ni las “esperadas ni las convenientes” “no les puede hacer frente” (haciendo
posible el término de muerte súbita, que por lo general a nada se atribuye).
El "nuevo ser" "se va" y "abandona" este mundo,
al menos en una familia concreta por no reunir las mínimas condiciones
"exigibles" (como si no estuviera dispuesto a pasar por una
experiencia que ya intuyera "inaceptable" nada más empezar). Tal
vez esa sea la incógnita que "persigue" a las personas que
"recuerdan" la narración de su llegada a este mundo. De alguna
manera, esas mismas personas (al menos alguna de ellas) parecen mostrar
en sus vidas, que (una vez superada esa situación de crisis vital)
desarrollarían convicciones sólidas a las que no están dispuestas a renunciar y
que sostienen con "fuerza" y fortaleza, incluso en los momentos de
adversidad, sobre lo que para ellos representa lo esencial y "básico"
en la vida (al menos en la suya propia) convirtiéndolo en esencial
"norte" en la relación con sus seres más inmediatos. Es como un
amor propio que defenderá, como mejor sepa, ante sus allegados más cercanos
para proporcionarles lo que considera esencial y, de alguna manera, "protegerles"
del entorno social (y de sus peligros) de manera activa.
Resulta pues
sorprendente que un niño muy pequeño tenga consciencia de la necesidad de
protección, y de otras necesidades que parecen más propias de una mente más
desarrollada y experimentada; pues de alguna manera se pensaba que el nuevo ser
llega "sin saber" y "desarmado" a este mundo y, por el
contrario, sería capaz de "tomar decisiones" de gran calado (como
abandonar este mismo mundo si las condiciones no las considera mínimamente
aceptables y lo haría de manera intuitiva pero muy determinante en la
apreciación hasta el punto de conseguir “marcharse”).
Por otro
lado, la experiencia de una crianza adversa (con descuidos graves o
temeridades del cuidador/a, o negligencias o ser considerado mero objeto (a
veces de juego sexual) o malos tratos abiertamente violentos, también
marcaría una determinación para sobrevivir, desde lo que fuera eso que
conocemos como por “amor propio” (en su aspecto de decepción e
incapacidad de hacer frente a la dimensión de la adversidad) a veces
se encuentra una referencia de esperanza cercana (al obtener parte de
lo previsto al nacer) que le impulsaría a creer que puede encontrar
más adelante en su el desarrollo de su vida . Desde ahí, desde niño/a,
desarrollar estrategias de supervivencia (a veces fantásticas o míticas,
cuya base sería el recuerdo de haber obtenido, aunque puntualmente, lo que
realmente necesitaba e hizo que no se “marchara”) o desarrollar una
debilidad a superar o compensar o, alternativamente, si no encuentra salidas,
"enfermar" latentemente, ante un mundo, primero familiar y luego
social que se niega a aceptar una situación (y su parte de responsabilidad
en la misma) como quien pretende hacer amnesia de ser parte de una sociedad
capaz de "tolerar" y aceptar violencias y descuidos extremos físicos
o de lo que hoy llamaríamos soporte emocional o psicológico y que no es otra
cosa que la necesaria cuota de “amor” que precisa todo mamífero al nacer y
desarrollarse hasta la madurez sexual; toda esa carencia se debe compensar
– obtener o racionalizar - mostrándose como un proceso
adaptativo más de aprendizaje a superar. Cuando alguien llega al presente con
esas secuelas hace que los protagonistas se escabullan y señalen al así tratado
como responsable único de su padecer (y en ello porfían, seguros de que
otros males mayores ellos mismos padecieron, callaron y superaron).
Como
mamíferos que somos tenemos dependencias biológicas, unas de sustento (y
protección, que debemos aprender con el ejemplo o consejo cercano, pero sobre
todo con la propia experimentación personal porque ninguno somos iguales y cada
cual tiene sus propias virtudes y capacidades en potencia que debe ir
constatando y modulando para ser él mismo) y otra, también biológica, de
naturaleza afectiva, tan propia de los mamíferos (y que puede determinar esa
decisión de muerte súbita o crisis en la infancia), que se torna en una
concepción y visión psicológica de las relaciones personales (y que nace en la
familia) donde la tentación de la "manipulación" desde la
infancia es y suele ser el signo de nuestras sociedades, mostrando una falta, a
veces, absoluta de respeto ante un nuevo ser. A veces se puede considerar este
proceder como un impulso familiar "aprendido" y cómo “emanado” del
propio Estado (Estado que históricamente no suele ser
"neutral" ante las singularidades de sus individuos y ciudadanos y
que usa del castigo y la violencia como método eficaz que parece destinado a
"uniformar" la sumisión y clasificar las "respuestas" ante
estas violencias según sea consideradas aceptables (adaptativas positivamente
para el Estado y la sociedad o por el contrario negativas por rebeldía llevando
incluso a la persona al límite de la frustración, la violencia, la enfermedad o
el trastorno mental). En este sentido, la familia es una
"emulación" de todos esos temores, pero dependiendo del estatus
social y sus capacidades puede adquirir o comprar o financiar recursos para
canalizar esas respuestas a la potencial violencia social o sucumbir ante ella.
(También en este ámbito el sentido común y a veces un poco de fortuna puede
hacer posible salidas muy airosas, en las cuales los individuos acaban por ser
capaces de generarse una alternativa o "formular" una tesis sobre la
propia existencia y el propio mundo social y desde ahí salir adelante desde la
confianza en sí mismos).
Son los
abuelos los que a veces expresan la evidencia de la existencia de esa
"presión social" (no siempre reconocida y explicitada, aunque sí
retóricamente o por medio de castigos mal argumentados o imposible de
argumentar a los hijos) que tuvieran y sintieran como padres (ante un
entorno social que sin duda "tolera" y a veces promueve la violencia
sobre los hijos, los niños y sobre jóvenes, ya maltratados al verse tener que
vivir en entornos cerrados cuando se habita en ciudades – como reconocen los
estudios al efecto - como mayor castigo ante lo que ya parece una rebeldía
nacida de la falta de lógica con que la propia familia se conduce e
incluso juzga a sus miembros; porque por lo general, en estos casos, la familia
se desborda en maneras y formas) presión que los abuelos no sienten ya con
los nietos y por ello suele ceder cuando se hallan ante ellos, siendo por ello,
por lo común, mucho más tolerantes (y ese mensaje que trasladan a los nietos
puede hacer que perdure como una bondad – e incluso se observe por los nietos
como “otro mundo mejor posible” que les da esperanzas y fe - que no siempre
tuvieran para con sus propios hijos, precisamente por la presión de una
responsabilidad social frente a peligros que no a veces no se sabe explicar
adecuadamente a los hijos sin causarles mayor problemas o temores
inabordables).
Cuando
fracasa la experiencia de completar el ciclo de niño a joven en el entorno
familiar para adaptarse a la sociedad aparece el trastorno mental detrás del
cual se haya la negligencia, el abuso, el descuidado, la violencia, el castigo
desproporcionado, la soledad y el desamparo físico y emocional generado por
personajes, que actuando de facto de progenitores, fracasan estrepitosamente en
un papel para el cual, si buscáramos en sus biografías personales, nunca
estuvieron preparados y mucho menos sensibilizados para ese objetivo que
resulta tan trascendente en la vida (o vidas) que traen a este mundo. Al
respecto hay abundante referencia de conducta negligente al respecto en este
blog, donde aun así se persiste y ante toda evidencia, en el “espejismo social”
(y tristemente aceptado) de culpar a la Víctima (solo posible desde
un entorno cercano tirano o de alguna manera psicopático que se
concibe así mismo como “perfecto” a pesar de las reiteradas y múltiples
evidencias) .
Cuando se
aborda las causas por las que un miembro familiar es diagnosticado con algún
tipo de trastorno mental (porque pese a que se diga que es enfermedad –
como se suele hacer, señalando cierta situación sobrevenida fortuita - siempre,
el sentido común, nos lleva a buscar una causa que, por lo general, el propio
entorno inmediato concibe pero que raramente se asume). Desde el
punto de vista de la Ciencia médica se habla de factores genéticos, como si
estos fueran esenciales (por lo cual aquellos que quieren
“distanciarse” de cualquier responsabilidad, enseguida señalan esa
circunstancia, aunque no fuera preciso ni conveniente para
la recuperación del paciente; pero resultan un buen “escudo social”
contra cualquier censura o reproche que pudiera aparecer o conjeturarse).
Señalan los
estudios estadísticos al efecto que los factores genéticos teniendo un familiar
en primer grado el riesgo es del 13% pero llega al 50% si los dos progenitores
están afectados de patología similar según las estadísticas. Sin embargo, el DSM-5 señala que la mayoría de las personas con
estos trastornos no tienen antecedentes familiares de psicosis. [7] Los Los resultados
estadísticos de los estudios de genes candidatos de la esquizofrenia generalmente no han
logrado encontrar asociaciones consistentes, [87] y los loci genéticos identificados por los estudios
de asociación de todo el genoma explican solo una pequeña fracción de la variación de la
enfermedad. [88].
Variación de esta parte del artículo consultado en wikipedia en inglés después
de la publicación de este mismo artículo (incluso enlaces directos como al DSM-5 han sido modificados en dicha revisión e incluso las citas, que a parecen con números entre paréntesis, también):
un familiar de primer grado con la enfermedad (el riesgo es
del 6,5 %); más del 40% de los
gemelos idénticos de
personas con esquizofrenia también se ven afectados. [84] Si
uno de los padres está afectado, el riesgo es de alrededor del 13 % y si ambos
están afectados, el riesgo es de casi el 50 %.[81] Sin
embargo, el DSM-5 indica que la mayoría de las personas
con esquizofrenia no tienen antecedentes familiares de psicosis. [7] Los
resultados de los
estudios de genes candidatos de la esquizofrenia generalmente no lograron encontrar
asociaciones consistentes, [85] y
los loci
genéticos identificados
por los estudios de asociación del
genoma completo explican
solo una pequeña fracción de la variación en la enfermedad. [86]
El
componente genético significa que antes del nacimiento el desarrollo del cerebro “se altera” y
la influencia ambiental afecta el desarrollo posnatal del cerebro. [82] La la evidencia sugiere que
los niños genéticamente susceptibles tienen más probabilidades de ser
vulnerables a los efectos de los factores de riesgo ambientales. [82]
Los
factores genéticos, por sí mismos, no explican ni determinan
la enfermedad por sí mismos, es preciso al parecer, que los factores
ambientales influyan para que esta se genere como transtorno.
Los
factores ambientales, cada uno asociado con un riesgo leve de desarrollar
esquizofrenia en la vejez , incluyen la falta de oxígeno ,
la infección, el estrés materno
prenatal y la desnutrición en la madre durante el desarrollo prenatal . [96] Un riesgo también se asocia
con la obesidad materna, con el aumento del estrés oxidativo y la desregulación de las vías de la
dopamina y la serotonina. [97] Se ha demostrado que tanto el
estrés materno como las infecciones alteran el desarrollo neurológico fetal mediante un aumento de citocinas proinflamatorias . [98] Existe un riesgo menor
asociado con nacer en invierno o primavera posiblemente debido adeficiencia de
vitamina D [99] o una infección viral prenatal . [86]
Otras
infecciones durante el embarazo o alrededor del momento del nacimiento que se
han relacionado con un mayor riesgo incluyen infecciones por Toxoplasma gondii y Chlamydia . [100] El aumento del riesgo es de
cinco a ocho por ciento. [101]
Las
infecciones virales del cerebro durante la infancia también están relacionadas
con el riesgo de esquizofrenia durante la edad adulta. [102]
Se
sugiere que el estrés temprano puede contribuir al desarrollo de esquizofrenia
a través de estas alteraciones en el sistema inmunológico. [106] La esquizofrenia fue el
último diagnóstico que se benefició del vínculo establecido entre las ECA y los
resultados de salud mental de los adultos. [107]
Las
experiencias adversas de la infancia (ACE), cuyas formas graves
se clasifican como trauma infantil ,
van desde el acoso o el abuso hasta la muerte de uno de los padres. [103] Muchas experiencias adversas
de la niñez pueden causar estrés tóxico y
aumentar el riesgo de psicosis. [103] [104] [105] El trauma crónico puede
promover una desregulación inflamatoria duradera en todo el sistema
nervioso. [106]
Vivir en
un entorno
urbano durante la infancia o en la edad adulta aumenta
constantemente el riesgo de esquizofrenia en un factor de dos, [28] [108] incluso después de tener en
cuenta el consumo de
drogas , el grupo étnico y
el tamaño del grupo social . [109] Se ha sugerido
que un posible vínculo entre el medio
ambiente urbano y la contaminación es la causa del elevado
riesgo de esquizofrenia. [110]
Otros
factores de riesgo de importancia incluyen el aislamiento social ,
la inmigración relacionada con la adversidad social y la discriminación racial,
la disfunción familiar, el desempleo y las malas condiciones de vivienda. [86] [111] Tener un padre mayor de 40
años o padres menores de 20 años también se relacionan con la
esquizofrenia. [5] [112] Se ha sugerido que, además de
las interacciones gen-ambiente, también se deben tener en cuenta las
interacciones ambiente-ambiente, ya que cada factor de riesgo ambiental por sí
solo no es suficiente. [96]
En 2002 en
Japón, el nombre se cambió a trastorno de integración , y en
2012 en Corea del Sur, el nombre se cambió a trastorno de sintonía . [28] [288] [289]
Básicamente
el resto de las modificaciones que se observan pueden muy bien deberse a
actualizaciones salvo que no se encuentra ya lo último referido a este último
párrafo donde se le da otro nombre en Japón y Corea – pasado ya tanto tiempo y
perdiéndose las referencias de los enlaces originales resulta difícil hacer el
seguimiento de las actualizaciones.
A pesar de
que esta breve aproximación a los trastornos de sintonía o de integración (mucho
mejor nombre y mucho más honesto que se han adquirido en Corea de Sur o Japón;
pues de alguna manera vinculan con la responsabilidad al entorno inmediato de
la persona afectada sin duda por los efectos ambientales en la infancia, en
especial los familiares, sin los cuales dichos trastornos difícilmente
prosperarían hasta convertirse en graves enfermedades), ante la cual
observamos implicaciones complejas de conceptos biológicos y químicos (más
aún se pueden observar esa complejidad si leemos desde el vinculo completo de
wikipedia: Ver: Esquizofrenia, Artículo
en inglés de wikipedia (fácilmente traducible) podríamos
señalar un rasgo de este trastorno que sin duda llamará en mucho la atención
del cualquier lector. La mayoría, por no decir la totalidad de las enfermedades
que padecemos los mamíferos humanos tienen su “espejo” en el resto del mundo
animal mamífero, del cual, en muchas ocasiones, saltan bacterias o virus de
especie en especie hasta adaptarse al Ser Humano (como observamos en la
actual pandemia). Sin embargo, el trastorno de integración o trastorno
de sintonía (llamado vulgarmente esquizofrenias) no tiene ni su espejo
ni referente en el mundo animal ni de nuestro ámbito mamífero. Tal vez la
exposición del siguiente artículo (y cómo es tratada esta peculiaridad
desde el mundo farmacéutico científico que redacta el artículo), pueda
sugerir cierta extrañeza, por lo cual, primero conviene señalar y reseñar la
procedencia del artículo del entorno e influencia farmacéutica; en segundo
lugar para entender la cierta visión sesgada de dicho artículo, al menos en su
exposición inicial y en lo que parece la conclusión incluida en su título, he
añadido comentarios que realizo sobre el propio texto “científico” (que más
parece proclive a una especie de anuncio comercial) donde parecen señalar
haber concluido el origen biológico de una enfermedad o trastorno, en contra de
la información científica que se acaba de exponer previamente, cuyo enlace se
encuentra disponible en el acceso en idioma inglés.
Esta cuestión
ha venido siendo observada por un grupo de científicos que se han puesto a
“estudiar” dicha “extraña” circunstancia en los siguientes términos:
La ausencia de esquizofrenia en animales da claves acerca de
la genética de la enfermedad
La especie animal no es ajena a las enfermedades mentales. La
ciencia en las últimas décadas ha demostrado que también los animales
pueden sufrir diferentes tipos de trastornos psiquiátricos como las
aves, que se vuelven obsesivas, los perros o los caballos que tienen patologías
compulsivas, o los delfines y ballenas, que tienden a auto-mutilarse cuando se
encuentran en cautividad. El desarrollo del sistema nervioso humano es
cualitativamente diferente al del resto de los mamíferos pero desde el
punto de vista comportamental, la evidencia muestra conductas extrañas en
animales como agresividad, miedos, destrucción, lo que usualmente indica
ansiedad o estrés. Se conocen animales que padecen fobias o se ponen muy
ansiosos ante la separación. Incluso algunos se muestran tristes y dejan de
comer por periodos. Ello parece indicar que, en efecto, el sistema nervioso se
ve afectado por diferentes razones y esto se expresa en el proceder.
En
esta primera parte donde el mundo farmacéutico habla de que las enfermedades
mentales o trastornos mentales se hallan también en el ámbito de los animales,
incluso de especies no mamíferas – al nombrar a aves –
“olvida” (y “desconozco el motivo” (¿?)) señalar un rasgo esencial
que se refiere a animales en cautividad y bajo el trato y manejo de seres
humanos que los someten o encarcelan para disfrute o negocio personal. Así,
cuando un delfín se mutila en cautividad parecen obviar las farmacéuticas que la
cautividad no está hecha ni concebida para ser vivo alguno (ni siquiera para
el Ser Humano – aunque culturalmente lo hayamos aceptado) y que lo que
señala el pretendido trastorno no es otra cosa que una reacción de “rebeldía e
insumisión” que se produce en algunos de los ejemplares cautivos y prisioneros
que muestran su malestar insoportable, con sentimiento de cercenarse su vida
por medio de semejantes manifestaciones. Por si el lector tiene en ello duda se
reproduce íntegramente:
Desde un
punto de vista médico podemos definir las conductas compulsivas como
aquellas conductas anormales que se realizan de forma repetitiva, invariable y
sin función aparente. Mason establece una clasificación funcional,
diferenciando dos tipos de conductas compulsivas: aquellas que surgen como un
mecanismo para afrontar condiciones ambientales adversas y aquellas que son
consecuencia de alteraciones a nivel estructural o funcional del cerebro.
Surgen a
partir de patrones de comportamiento normales (acicalamiento, locomoción, alimentación,
caza, agresividad) pero se manifiestan de forma exagerada, fuera de contexto e
interfiriendo con la vida normal del animal.
Este
trastorno comparte similitudes con los trastornos obsesivo compulsivos
de medicina humana, si bien en medicina veterinaria no está claro que los
animales puedan tener pensamientos, impulsos o imágenes repetitivos (obsesión),
por lo que se prefiere el término trastorno compulsivo, al menos en base a los
datos actuales.
Cuando
hablamos de trastornos obsesivo compulsivos es posible que a la mayor parte de
la gente le vengan a la cabeza conductas del tipo morderse la uñas, pero dentro
de los TOC se describen multitud de presentaciones. Así, podemos hablar de
obsesiones como el miedo excesivo a los microbios o la necesidad de orden, o
bien comportamientos repetitivos tales como verificar una y otra vez las
acciones (por ejemplo cerrar puertas o encender interruptores), lavar las manos
de forma repetitiva o repetir palabras en silencio.
Esta
misma situación la vemos a diario en nuestras consultas en diversas
formas. Estos trastornos son procesos que, aunque se trate de animales,
requieren siempre un tratamiento médico y/o conductual y determinar la causa
del origen con objeto de evitarla o modificarla.
En la
aparición de los trastornos compulsivos existe un fuerte componente genético,
siendo frecuente diagnosticar casos en miembros de la misma familia (tanto en
humanos como animales). En ocasiones, estar sometido a estrés durante largos
periodos de tiempo (estrés crónico) puede actuar como desencadenante, incluso
en animales sin antecedentes familiares; así pues, un mal manejo de los
animales (largos periodos de inactividad física, falta de espacio, mala
alimentación, falta de contacto con otros animales y/o humanos, falta de juego
o juego inapropiado) puede actuar como desencadenante o facilitar la aparición
o empeoramiento de estos problemas conductuales.
Están
descritos múltiples TC en distintas especies animales. En perros
los más habituales son la persecución de la cola, dar vueltas en círculo, el
lamido repetitivo de uan zona corporal (dermatitis acral), cazar moscas
imaginarias, perseguir luces y sombra, la succión del flanco, el pica o el
lamido de objetos o del aire. En gatos la alopecia psicógena, morder las uñas o
la ingestión de lana entre otras. En aves destaca el feather plucking o
arrancamiento de plumas, mientras que en équidos podemos encontrar conductas de
pica, tragar aire, morder objetos, apoyar la cabeza sobre objetos, balanceo o
movimientos estereotipados.
Los trastornos
compulsivos deben diagnosticarse y tratarse lo antes posible, ya que en raras
ocasiones remiten sin terapia, pudiendo aumentar en frecuencia e intensidad,
llegando en muchos casos a provocar lesiones de gravedad o ser un problema
suficientemente grave como para que algunos propietarios se planteen la
eutanasia del animal.
En
el diagnóstico debe descartarse la presencia de problemas
médicos tales como procesos de tipo ortopédico, dermatológico o neurológico
entre otros, lo cual puede requerir la realización de diversas pruebas médicas
(radiografías, TAC o citologías entre muchas otras) antes de llegar a un
diagnóstico definitivo. No obstante, la existencia de un problema médico no
excluye que se trate únicamente de un problema etológico y, en muchos casos,
deberán tratarse ambos procesos para conseguir una mejoría en el cuadro
clínico.
El tratamiento de
los pacientes con trastornos compulsivos se centra en varios puntos:
· Tratamiento
farmacológico: busca reducir la frecuencia e intensidad de la conducta
problema y alterar el estado emocional del animal, consiguiendo una mejoría en
el cuadro clínico pero no curar el problema.
· Corregir
y evitar las malas prácticas de manejo: aumentar las horas de ejercicio y
de juego, mejorar la relación con los propietarios (comunicación), aumentar el
espacio…
· Modificación
de conducta:
o Evitar
SIEMPRE el castigo (físico o verbal) ya que es una fuente de estrés adicional,
lo que empeorará siempre el problema. El empleo de collares de castigo,
vendajes eléctricos o sustancias aversivas son siempre desaconsejables,
pudiendo constituir en sí mismas una mala práctica y maltrato animal.
o Evitar
calmar al animal o reírse de estas situaciones. Premiar/reforzar la realización
de estas conductas, aunque puedan parecer graciosas puede devenir en el
empeoramiento del mismo o la realización de las mismas como una forma de
conseguir la atención del propietario.
o El
especialista en modificación de conducta (veterinario etólogo o educador
especialista en modificación de conducta) empleará técnicas de
desensibilización y contracondicionamiento, enfocadas a permitir que el animal
realice conductas alternativas a la conducta problema.
Parece claro
que el primer objetivo de cualquier farmacéutica “es vender” y en este caso,
primero vende el producto, advirtiendo que ello, en sí mismo, no resuelve el
problema, porque hay que cambiar algunos aspectos esenciales para que el
animalito no se vuelva loco: Las malas prácticas de manejo hay que corregirlas
(es decir: lo básicoen cualquier ser mamífero y social) y luego evitar el
castigo físico (por ser una fuente de estrés adicional) que siempre empeora el
problema, y cualquier método que implique un maltrato animal . y contratar un
profesional para canalizar la conducta. (proseguimos con el artículo original):
Pero hay al menos una enfermedad mental que aunque es relativamente
común en los seres humanos -más de un 1% de la población adulta- no
aparece en los animales: la esquizofrenia. Aunque pueden existir
animales psicóticos,
Tal
vez podríamos asegurar que un animal psicótico, en análoga similitud, lo será
en función de haber convivido con un “ser humano” “jodido de la cabeza” y que
hubiera tratado al animal de tan mala manera que lo volviera psicótico, porque
en la naturaleza, en situaciones de conflicto, los animales mal tratados se
distancian para que cese una lucha o antagonismo, cosa que ni pueden hacer los
animales domésticos ni los seres humanos cuando son niños y obligados a una
familia con miembros progenitores o entornos sociales que llamaríamos tóxicos.
la esquizofrenia nunca se ha observado fuera de nuestra propia especie
a diferencia de otros trastornos como la depresión o la ansiedad que
sí se han encontrado en animales. Partiendo de este hecho, un estudio dirigido
por el investigador Dr. Joel Dudley del Hospital Monte Sinaí, proporciona
pistas sobre cómo la esquizofrenia surge en el cerebro humano y no en los
animales.
Los científicos se centraron en estudiar las HAR (human
accelerated regions o regiones aceleradas humanas) que son 49 regiones del genoma
humano en el que el ritmo de la evolución se ha acelerado de forma
extraordinaria en comparación con los chimpancés y otros animales. Los datos
del estudio concluyen que estas regiones juegan un papel importante en
la regulación de genes que contribuyen a la esquizofrenia.
Estos genes causantes de la enfermedad están implicados en diversas
funciones neurológicas humanas esenciales, incluyendo el funcionamiento
del neurotransmisor GABA. GABA sirve como un inhibidor o regulador
de la actividad neuronal y está demostrado que los defectos en este
neurotransmisor provocan esquizofrenia. Con un mal funcionamiento
de GABA se producen alucinaciones, delirios y otros pensamientos desordenados comunes
en la psicosis. «El objetivo final del estudio era conocer nuevos
datos sobre la arquitectura genética de la esquizofrenia para que podamos
entender y diagnosticar mejor la enfermedad», dice Dudley. Identificar qué
genes están más implicados en la esquizofrenia y cómo se expresaron podría
conducir a terapias más eficaces, como, por ejemplo, los que influyen en la
función del GABA.
Este descubrimiento del grupo dirigido por Dodley explica también la
aparición de la enfermedad. La aparición del lenguaje humano tiene una
relación con la genética de la esquizofrenia, y de paso también el autismo.
De hecho, la disfunción del lenguaje es una característica de la esquizofrenia
y el GABA es fundamental para el habla, el lenguaje y muchos otros
aspectos de orden superior de la inteligencia de los seres humanos. Se puede decir
por tanto que el riesgo de esquizofrenia que sufrimos únicamente los humanos
está muy ligada a nuestra inteligencia como especie. El investigador
aclara sin embargo que aún se encuentran lejos de conocer la genética
compleja de la esquizofrenia. «El análisis genético evolutivo puede
ayudarnos a identificar los genes más relevantes y mecanismos patológicos que
están en juego en la esquizofrenia, y posiblemente otras enfermedades mentales
que afectan preferentemente en seres humanos como son los trastornos del neurodesarrollo
relacionadas con la cognición superior y la actividad de GABA, incluyendo
el autismo y el TDAH«, concluye el experto.
Tal
vez que estos “científicos” vinculen los neurotransmisores GABA con la
esquizofrenia tenga un recorrido muy corto desde el sentido común, pero que
precise, por el contrario, otro mucho más largo para que se convierta en un
negocio que dé dinero (perdone el lector, pero es que llegado a este punto
de la redacción de este artículo, no solo esto da grima, sino que más bien
parece que estamos en manos de una colección de “oportunistas” bien organizados
entorno al objetivo estrictamente económico que nació de la idea de : Con una
pastilla todo resuelto).
Acabamos
de leer como los trastornos de conducta que pretenden tratar las mismas
farmacéuticas a los animales de compañía cuando presentan Trastornos de
conducta y nos señalan que la medicación no resuelve el problema y que hay que
cambiar manejo, conductas y usar de un entrenador para modificar hábitos, ahora
vemos que lúcidamente, estos señores que parecen trabajar para farmacéuticas, a
su vez, en vez de mostrarnos la raíz del motivo por el cual observan ese grupo
de genes concreto y hablan del mal funcionamiento del GABA, nos lían a
cualquier lector para no señalar la evidencia de que el mal manejo, el maltrato
en los seres vivos (cuando no pueden escapar de él) genera problemas que
llamamos “arbitrariamente” psicológicos (parece que para despistar al
personal) o psiquiátricos. El daño físico y el maltrato es percibido por
cualquier animal, pero aun es más complejo el maltrato verbal en los seres
humanos y en especial en los niños y en su etapa de desarrollo hasta la
pubertad (cuando no pueden escapar de sus maltratadores porque estos sean
sus progenitores o se halle en su ambiente social y no sean protegidos del
mismo).
La
palabra y el lenguaje es una habilidad desarrollada de manera muy compleja en
el ser humano, hasta el punto de que existan zonas en el cerebros que se han
desarrollado para interpretar el lenguaje verbal y transformarlo en
conocimientos, imágenes, ideas o evocación de sonidos u olores; como tal
lenguaje se puede emplear como un arma dañina contra las personas (más si estas
son niños o adolescentes y vienen las agresiones de un/a progenitor/a sin que
halle a nadie que de ellas le defienda o modere) si al lenguaje, en la
versatilidad del mismo, se añade la amenaza, la violencia, la proyección de un
futuro adverso y amenazante como profecía, sin duda todos los órganos o áreas
del cerebro humano se activaran para intentar prevenirse (porque esa es
su función) anticipándose a todas esas tragedias inhumanas que se viven
cada día y se preveen vivir cada día futuro; buscando el cerebro soluciones a
las mismas que no están a su alcance y por ello entrando en un estado de estrés
permanente y alarma intentando prever otra amenaza inminente como las ya
vividas. En ese sentido las alucinaciones sean olfativas, de imágenes e incluso
de sabores o recuerdos confundidos o extrapolados, señalan que el cerebro, ante
el estrés sostenido y permanente, intenta modificaciones en las
interpretaciones del entorno, en busca permanente de un peligro o amenaza que
se concreta violenta o adversamente desde la infancia, e incluso empieza a
actuar la imaginación intentando racionalizar algo tan contra natura en el
mundo animal como que un progenitor (o progenitora) sea capaz de arruinarle la
vida de esa manera, y en ello construye unas fábulas que justifiquen de manera
absurda todo ello; producto de una imaginación construida a base de extender
redes neuronales mal conectadas o tan absurdamente conectadas como las
vivencias familiares y sociales que vive la persona a si tratada desde niño (en
consecuencia es un verdadero reflejo de lo realmente vivido).
Estos
científicos al servicio de farmacéuticas (que pagan bien, dirigen el
objetivo de las investigaciones y planifican la venta), en vez de
señalarnos las evidencias que todos pudiéramos comprender, parecen dedicarse a
buscar los daños materiales, orgánicos o disfunciones que pudieran ser
constatables, y presentarlos como síntomas físicos de una enfermedad en vez de
como consecuencia y resultado de un maltrato sostenido que la ha
provocado. Desde ese punto de vista se ponen parches o se pueden
buscar parches químicos, bioquímicos e incluso de cirugía, pero si no se va a
la raíz (como porel contrario sí se señala en el caso de los animales
domésticos) el mal persistirá porque el maltratador/a siempre estará cerca
o porque la sociedad (en su versión más animal de despreciar y seguir
haciendo abuso y daño al débil) siempre se resarcirá y volcará su
frustración vital (en una idea de competición social permanente) sobre
personas así tratadas.
Conseguir
que ese funcionamiento del cerebro en “busca de peligros o amenazas” se vaya
desactivando y reconstruyendo adecuadamente las redes neuronales correctas,
precisa, además del cese de cualquier tipo de agresión, espacios en los que se
sienta seguro, relaciones sociales con personas que entiendan por lo que ha
pasado ese persona y que está en proceso de mejora, apoyo social, comprensión y
una visión positiva y realista acorde a sus capacidades para que proyecte su
futuro y esas conexiones neuronales se configuren para conseguir unas
relaciones interpersonales normalizadas.
No se descubre nada nuevo, todo esto ya se sabía desde hace mucho tiempo.
La aparente
manipulación “comercial” que suelen realizar a la hora de vender las compañías
(en este caso farmacéuticas) se podría comprender más fácilmente a
medida en que se avance en la lectura del presente artículo, aunque ya se
abordaría en un primer acercamiento en el artículo: De
donde vienen las palabras? Una manera de confundir o excluir al resto donde es el lenguaje quien construye barreras ante una sociedad que suele
renunciar a una visión y evaluación global de la Ciencia, pues la
especialización, de la que todos dependemos, con lenguajes que tienden a ser
crípticos hacen renunciar a una visión sencilla portadora de sentido común y
por el contrario se cree inaccesible- se llegue a su finalización (resulta
obvio para quien siga este blog, que esta reflexión viene en auxilio de
personas (como el propio hijo) que en entornos cercanos, sigue sosteniendo “un
lio emocional” (en este caso concreto, a base de un muy deficiente “manejo”
basado en el permanente chantaje emocional, profecías adversas, generación de
falsas esperanzas súbitas y metas inalcanzables que le proponen, a la vez de
frustrarle constantemente sobre cualquier persona cercana que realmente brinde
apoyo y esperanza realista, en contra de las conclusiones ya establecidas por
un entorno que ni concibe esperanzas y si estas se hacen visibles actúa para
crear y sostener dudas y así cerrarlas). Se sigue usando del prejuicio
social para asegurarse que el futuro que han proyectado sobre ese miembro
familiar se cumpla sin otra alternativa de libertad posible, por medio de ese
maltrato que desde los cinco años sufre ante una vecindad y sociedad que no se
inmuta, y que por el contrario, parece haberse compadecido de la persona
agresora (sin duda “un misterio social de la vida” sobre los cuales tal vez
arroje algo de luz, para algunos, este otro enésimo artículo).
Fracasada
la integración (como se describe en los nuevos nombres dados a estos
trastorno en Japón y Corea) dos de cada cien personas desarrollan una
psicosis esquizofrénica a lo largo de su vida. Aunque una parte de los
afectados experimenta una sola fase, la mayoría debe aprender a manejarse con
los episodios psicóticos recurrentes. El
tratamiento temprano de la psicosis puede mitigar el desarrollo de un trastorno
psicótico. Una terapia apropiada también puede prevenir las recaídas.
"Comprender la psicosis y la esquizofrenia"
es una obra editada por el Colegio de Psicólogos Británico y elaborada por
investigadores y clínicos de prestigio mundial en el campo de la psicosis,
además de personas que habían sido diagnosticadas de psicosis. A pesar de que
fue publicada a finales del 2014, ya se ha convertido en un referente en el
campo de la psicosis, un trastorno caracterizado por alucinaciones y delirios.
La obra
está teniendo un gran impacto entre los distintos profesionales de la Salud
Mental. Y un grupo de profesionales se ha encargado en España de
traducirla al castellano, con el objetivo de acercar esta guía a un público
mayor. Uno de estos “traductores” es Mikel Valverde, psicólogo clínico de la
Unidad de Internamiento Psiquiátrico en el Complejo Hospitalario de Navarra , quien
la ha presentado el pasado 27 de enero a las 19,30 en CIVICAN, en un acto
organizado por el Colegio de Psicología de Navarra. Antes charlamos un
momento con él.
Sobre todo
una serie de ideas y sugerencias que pueden resonar novedosas en este campo,
aunque se han ido fraguando en las dos últimas décadas. Destaca que ha sido
elaborado por un grupo de investigadores de primera línea en la investigación
de la psicosis (Bentall, Morrison, Boyle, etc), clínicos, y también personas
que han padecido psicosis (más del 25% de los participantes) del Reino Unido.
Además proporciona una visión científicamente actual, trayendo una alternativa
al modelo médico actual de las psicosis, a la vez que suministra una concepción
comprensible de la psicosis: las dificultades de tipo psicótico son también
dificultades de la vida y tan comprensibles como otras.
La
recuperación resulta posible para muchas de las personas y puede haber una vida
plena incluso sin una recuperación total o continuada. La publicación muestra
lo que resulta de ayuda, tanto lo mostrado por la investigación clínica como la
recogida de las opiniones de los pacientes. Estas formas de ayuda superan la
forma habitual en la que se presta la asistencia, y sugieren otros métodos
mas eficaces, y no necesariamente más caros que los actuales.
La
intervención clínica propuesta cambia desde el paternalismo asistencial
habitual a la ayuda colaborativa. Se propone un trabajo colaborativo con
la persona en dificultades, que se sustente en las necesidades de esta, y en
que se le reconozca la capacidad de elegir. Considera que a cada persona le
resultan útiles actuaciones muy diferentes, dependiendo de diversos factores
que incluyen las preferencias y los valores de las personas, y que estas deben
respetarse.
No todas
las personas que tienen experiencias psicóticas (oír o ver cosas que otros no
pueden, tener creencias que otros consideran extrañas o parecer estar
desconectado de la realidad) experimentan dificultades por ellas. Las que
experimentan fuertes dificultades no tienen un origen común en su malestar.
Aunque se puede decir que la investigación indica que padecer experiencias
biográficas muy dolorosas, en momentos en que la persona se está haciéndose
(infancia y adolescencia), como exclusión, humillación, aislamiento, privación,
pobreza, desestructuración familiar, pérdidas de personas relevantes en
momentos críticos, abuso y maltrato, etc. suelen estar en el origen de las
dificultades muchas veces.
La
persona que padece esas dificultades suele necesitar apoyo, un lugar
en el que se sienta seguro, y una ayuda muy respetuosa de alguien que pueda
ganarse su confianza, sean profesionales o allegados o ambos. Necesita esto más
que ser ingresado y medicado en contra de su voluntad. Hoy en día
hay servicios en el mundo que proporcionan justo ese tipo de asistencia, que
además tienen muy buenos resultados para muchos y un buen nivel de
recuperación.
El sistema
actual predominante se basa en la idea de que el paciente no tiene conciencia
de su enfermedad, ni del origen de su dolencia, ni de lo que «en realidad» le
pasa, y se proporciona un tratamiento farmacológico para todos, muchas veces en
contra de su voluntad, y esto puede crear una brecha entre el mundo profesional
y las personas tratadas, y a veces este tipo de asistencia puede resulta
literalmente traumática, tal como se pone de manifiesto en los estudios que
consideran la experiencia de los pacientes.
Otra
asistencia es posible –que de hecho se ensaya en algunos lugares del mundo- es
una de las ideas que nos trasmite la guía. Se necesita reaprender de una
tradición asistencial respetuosa, que viene de antiguo, que consiguió y
consigue buenos resultados y proporciona una ayuda que valoran los pacientes.
La perspectiva de medicar a todos y a largo plazo conlleva muy malos resultados
a medio y largo plazo para muchos pacientes, que acaban incapacitados buena
parte de las veces, y esto es atestiguado por los estudios a largo plazo.
La guía e
informe es una traducción de la obra realizada desde la División Clínica
del Colegio de Psicólogos Británico. Fue creada pensando en los profesionales,
pero también en los pacientes y allegados, gestores de servicios asistenciales,
periodistas, mundo judicial, etc. Quiere dar a conocer en un lenguaje directo y
sencillo todo lo relacionado con los problemas psicóticos, lo que resulta de
ayuda, y alienta una mejora en la organización y prestación de servicios. Las
personas que hemos intervenido en la traducción al castellano hemos añadido
también un apartado de recursos en español, un comentario sobre el tratamiento
involuntario en España, y comentarios de profesionales y pacientes a la lectura
de esta obra. Es una obra en descarga gratuita, y accesible en las páginas web
de algunos colegios profesionales, y en las de algunas asociaciones de salud
mental, en páginas de pacientes.
Como Mamíferos que somos, basta mirar al
mundo animal (que tanto aparece en los programas de Naturaleza desde hace
muchas décadas, desde que los naturalistas entraran en los medios de difusión
de grandes masas, como la televisión) para verificar que incluso las más
terribles, despiadadas y crueles bestias que habitan nuestro planeta en estado
salvaje (como los leones y leonas), precisan (cuando son
mamíferos) de unos cuidados muy especiales que otras muchas especies
parecen obviar. La protección, el cuidado continuo, el roce (como
manifestación de afecto incondicional), defenderlos ante propios y
extraños, acercarles poco a poco a las experiencias que le serán
imprescindibles para sobrevivir por sí mismos, permitirles jugar y desarrollar
sus potencialidades… todo ello resulta esencial y básico para el desarrollo con
éxito de los vástagos, camadas, o bebés que tienen que madurar en cualquier
ámbito o clan social de los mamíferos en libertad. Más aún en los seres humanos
cuyo desarrollo hasta la plena madurez y adaptación es muy largo y precisa de
un constante apoyo emocional, seguridad y acompañamiento en las experiencias
para lograr alcanzar su identidad plena y con ella el desarrollo de sus
capacidades e independencia.
Si bien nos
podemos identificar (en los programas de Naturaleza) con el mundo de los
primates por nuestro parecido físico y cercanía (como especie cercana
con rasgos físicos similares) con estos grupos y vemos las continuas
necesidades de protección que a los bebes de primates ofrecen las madres y tías
de una comunidad, también conseguimos similar adhesión emocional cuando son
camadas de leones, o de osos o bebes elefantes de manera similar aunque exista
una distancia mayor en la semejanza entre esas especies. Se debe principalmente
a que son mamíferos y como tales dependen de la nutrición inicial de las madres
(por medio del alimento básico de la leche, lo que implica para el bebé
que su madre también asume la protección constante de sus ser corpóreo y de sus
necesidades de soporte de seguridad en todos los planos que precise en su
desarrollo): la protección que estas otorgan (cercanía constante de
madres o tías) para que puedan no solo aprender el comportamiento de su
manada o clan sino básicamente tener la protección del grupo porque en la vida
del mamífero (en general) el alejamiento del grupo y la
soledad (aunque sea breve) es motivo y señal inequívoca de alamar y
riesgo vital fundado y fundamentado, pues todas las especies predadoras (en
especial si son también son mamíferos) “conocen” y “saben” instintivamente,
que un momento de aislamiento, alejamiento y soledad de un cachorro o un joven
inexperto e incluso un ejemplar adulto (como un ñu) aislado de su
manada se convierte en “presa” y consiguientemente en ocasión y oportunidad
“adecuada” y “estandarizada” (en la propia Naturaleza con sus leyes de la
vida/muerte) a no desperdiciar el “momento” (ya sea por descuido o
por abandono, pues si abandonan “por algo será”, pues nada en la Naturaleza es
totalmente accidental) por lo que cualquier especie que tenga el papel
de predador en cualquier ámbito social o medio de la Naturaleza, sabe que hay
un momento propicio para satisfacer su instinto biológico más terrenal sobre
una “presa o víctima”.
Desde este
punto de referencia en la propia Naturaleza podremos comprender que los
cuidados, seguimiento y supervisión que precisa un bebé, un niño o un
adolescente (de su entorno inmediato) son esenciales (y
requieren de amor verdadero) si queremos que sobreviva física y
emocionalmente a un entorno social (humano) que, a pesar de decir poseer
amplios conocimientos para que todos los individuos de su sociedad salgan
adelante, sigue manteniendo o fomentando el alejamiento del mundo natural,
propio de los ambientes rurales donde un niño, creciendo, puede ir verificando
una realidad mucho más acorde con sus propias necesidades biológicas en la
conducta de los animales y percibir a la vez los ciclos de la naturaleza en
toda su extensión, de manera cotidiana, como una verdadera alternativa realista
a un mundo familiar cuando este se muestra rígido, intolerante o
abusivo en extremo; en el entorno de la Naturaleza aparecen “espacios” donde la
imaginación puede ser guiada por las reglas de una naturaleza rural asequible y
segura, generando verdaderas alternativas viables para un ser humano castigado
por su vulnerabilidad. Aún así, en el mundo urbano, donde existen pocas
alternativas que no se hallen delimitadas por la “civilización urbana” llena de
mensajes y consignas teóricas y poco contrastables con la realidad del mundo
natural y sus ritmos, prevalecen esos mensajes como única realidad mental,
siendo fácil llegar a creer que no existe alternativa a la propia vida fuera de
esos permanentes mensajes basados en la competición, la continua prueba, el
liderazgo para el éxito y un continuo estrés que ya forma parte de una conducta
cotidiana.
El desarrollo
de la sociedad ha venido alejando a sus miembros de la propia naturaleza con la
que estamos vinculados hasta el punto de que los instintos básicos de la
condición de mamíferos y de los cuidados que se deben dar a la prole ha sido
puesto, en gran parte de nuestra Historia como Humanidad, en segundo plano. Hay
y sigue habiendo adultos (incluidas progenitoras) que pueden seguir
considerando que los hijos “no se enteran de nada” o que “su opinión no
importa” y que siendo de un rango “inferior” deben soportar mentiras,
manipulación, excesos y violencia emocional y física si es preciso para que
sean sumisos plenamente a la autoridad de los progenitores (sin caer en la
cuenta, o desvalorar los efectos y consecuencias que ello puede llegar a
producir en un niño). Incluso algunos progenitoras (desvinculadas
del momento del parto, donde los mamíferos lamen al nuevo ser para quitarle los
restos de placenta y en ese acto “reconocen” la singularidad e identidad propia
de cada nuevo ser nacido) en la carencia de ese acto los han podido creer
(y concebir) como seres en propiedad e incluso parte de su propio cuerpo, y en
consecuencia usarlos o tratarlos como extensión propia del suyo propio llegando
a concebirlos primero como “juguetes” (para cualquier fin) y
posteriormente, siendo parte de ellas que no obedecen o cumplen expectativas
lanzar sobre ellos todas sus frustraciones personales e incluso cualquier
adulto cercano –como señala la peli “qué bello es vivir” (no confundir con "La Vida es Bella" donde el
protagonista (James Stewart) queda sordo de un oído por la bofetada de un tendero para el que trabaja haciendo recados - y que debiera "ser manera" de tratar por entonces - y que para más "INRI" se había equivocado el tendero de píldoras de medicamento, pudiendo haber causado la muerte de una persona. (Ver escena: Donde le pegan la bofetada
en qué bello es vivir) – muestra el derecho que
“se toman” los adultos de una sociedad sobre niños o adolescentes, como
práctica generalizada, en las sociedades occidentales cuando se les hace
culpables de cualquier adversidad, como señala esa película mencionada.
Desde una
visión de estrategia general, algunos mamíferos dan a luz muchas crías escasamente desarrolladas en cada
estación reproductiva. A pesar de este estado relativamente subdesarrollado,
los jóvenes tienden a alcanzar la relativamente pronto Madurez, pudiendo
reproducirse sin haber alcanzado el tamaño o el aspecto de individuos maduros.
Normalmente esto va relacionado con altos índices de mortalidad y baja esperanza de vida como ocurre con los roedores o los
antiguos insectívoros. Por otro extremo del espectro de la historia
de la vida, otras especies dan a luz un escaso número de individuos en cada parto. Estas especies tienden a vivir en ambientes
estables donde la competición por los recursos es el único obstáculo para la
supervivencia y el éxito reproductivo. La estrategia de estas especies es
invertir energía y algunos recursos en conseguir descendientes altamente
desarrollados que consigan ser buenos competidores. Los cetáceos, los primates y
los artiodáctilos son ejemplos de las órdenes que siguen
este patrón general.
Sin embargo,
cuando las culturas humanas se han alejado de los entornos rurales y del
contacto con “las reglas y ritmos” de la naturaleza (y ello se muestra que
afecta determinantemente en algunos aspectos medibles; en estadísticas sobre
partos, pues se verifica que ya no hay efecto de la luna llena ante el desapego
que hace posible el mundo urbano y científico en sus reiterados mensajes de
descreerse influencia alguna aunque esta se viera reflejada en esas
estadísticas; por lo que los mensajes, si los creemos, sí pueden llegar
modificar el ritmo de nuestra propia naturaleza biológica), han permitido
que algunas generaciones hayan crecido plenamente despaldas a las posibilidades
y oportunidades de experiencias y aprendizaje que ofrece el mundo rural (como
poblaciones pequeñas muy conectadas con el entorno natural “seguro”) que
nos rodea, e incluso las personas acostumbradas a vivir en el mundo urbano
pueden acabar concibiendo como una molestia llena de ciertas incomodidades e
incluso de falta de los estímulos acostumbrados a recibir (estímulos llenos
de ruido, sirenas que causan cierto sobresalto recurrente, pues para ello están
concebidas, y un bullicio casi constante de vehículos y gente “desconocida” que
parecen tener siempre prisa, a veces solo para sentarse frente a un televisor
para seguir teniendo estímulos a los que se hallan acostumbrados como si de una
droga se tratara, o ver actividades deportivas o culturales donde se concibe la
idea de ser parte de una cultura urbana donde siempre se ha de “hacer algo”
para llenar de contenidos que van y vienen como si de una moda o continuo
devenir, en constante cambio, no hubiera de perderse, para hacer concebir al
entorno que se está integrado y a la última).
La cierta
versatilidad del mundo urbano puede hacer efímera la consistencia de los
valores y sus contenidos, que parecen mudar, cuando sabemos que los valores son
permanentes e inmutables, siempre se hallan vigentes, siendo el “foco” político
el que entra en debate y hace posible destacar algunos que pasaban
desapercibidos pero, a veces, a costa de sacrificar otros que también siempre
estarán vigentes por ser también valores, pero que acabaran permaneciendo en
estambay hasta que a alguien se le ocurra recordarlos o las circunstancias
lleven a intentar rescatarlos (como es el caso de justificar el racismo en
el futbol por considerarlo un elemento más cuando de lo que se trata
de desmoralizar al adversario con humillaciones y ofensas, para que baje en su
rendimiento o cometa fallos; lo que en sí mismo señala la falta de convicción
en vencer al rival dentro de las reglas de juego convenidas como igualdad de
oportunidades para todos).
Esa ruptura
con una realidad natural y rural (donde las personas transforman parte
de la naturaleza siguiendo sus reglas – y por lo tanto asumiéndolas en cierta
manera como reglas universales para la vida y la existencia
- generan sustentos para todos) de la que todos dependemos
como seres biológicos que somos, ha traído otra ruptura que pudiéramos concebir
como más determinante, pues hemos ido modificado lo que siempre se podía
concebir como el “sentido común” del mundo de los agricultores y hemos venido
aceptando todos y cada uno de los mensajes que nos llegan del artificial mundo
urbano (mensajes científicos, técnicos, económicos, tecnológicos, de cómo
entender y obtener el bienestar: las nuevas tecnologías, las oportunidades de
prosperar, vender una imagen personal desde el cálculo científico, la
promoción, la oportunidad de negocio, la transcendencia de las decisiones o
rivalidades políticas, los problemas del mundo y su globalización…. Suelen,
a la postre, sobrepasarnos o hacernos rehenes de una lógica, que
aunque se presente como cierta por sus efectos en el plano material por medio
de conflictos y violencias que se plasman en el mundo de los que los noticieros
dan imágenes, no nos permiten concebir alternativa sino es dentro de la propia
lógica que nos ofrece ese mismo mundo artificial con sus objetivos particulares
de los cuales nunca nos pidieron verdadera opinión, sino era dentro de un
estrecho margen de posibilidades en el cual se definen parámetros que tampoco
son objetables). Apenas se puede interpretar correctamente todo lo que nos
llega, por lo cual, la mayoría de las personas escuchan las noticias según el
“tono y los adjetivos que se emplean” al darlas y, sobre todo, están atentos a
si el final de las mismas portan solución, esperanza o se han producido lo
suficientemente lejanas como para sentir, a pesar de un posible sobresalto (uno
más a los cuales ya se suman técnicas de narración, por las cuales el tono de
del comentarista nos indica si debemos poner un plus de atención, como si de un
subrayado o letra negrita en un texto leído se tratara) al final de la
noticia podemos sentir cierta seguridad. Damos siempre por cierto lo
que nos dicen y con ello construimos una realidad cotidiana lógica a partir de
una idea al alza de lo que sucede en el mundo y en el entorno que nos permite
seguir con nuestras vidas.
Todo ello es
posible porque nuestro cerebro (con nuestra mente) es lo suficientemente
“plástico” (y adaptativo) para sobrevivir o sobrellevar circunstancias adversas
y acabar por aceptarlas e integrarlas de manera que nos afecten lo menos
posible en nuestras vidas cotidianas. Es por ello que siempre estaremos
dispuestos a aceptar la narración más simple y aceptable que nos haga sentir
distantes, singulares y a salvo.
Por encima de
las estructuras de los tejidos que conforman nuestro cerebro (como soporte
puramente material de nuestra existencia) se halla la “mente” como si de un
“halo” que se manifiesta o sobre vuela” en el propio cerebro y que hace posible
la singularidad de cada ser humano o cada mamífero, o tal vez cada ser
viviente. Mientras que las respuestas biológicas primarias tiene el objetivo
esencial de la supervivencia del individuo, grupo o especie, la mente puede ir
mucho más allá y “especular” con el entorno de la Naturaleza y la propia
existencia en busca de respuestas más transcendentales o simplemente
experimentar el placer de la existencia y los estímulos que esta genera en
nuestros sentidos con plena satisfacción y consciencia; por lo que es la
“mente” la que realmente porta las cualidades que llamaríamos “alma” (y como
tal alma la podríamos concebir realmente inmortal, semejante al D. descrito en
la biblia, que no posee color ni raza, que es todo poderosa en fuerza,
voluntad, esperanza y fe, y cuya limitación temporal se halla en la existencia
sobre un cuerpo – ya sea humano o animal o tal vez vegetal también – que vive
en esa limitación – que parece ciertamente insalvable y real - que siempre
podría transcender contra todo pronóstico que esgrimiera una visión meramente
materialista).
En alguna
manera la representación de la Capilla Sixtina de la creación
de Adán se podría referir a esa convicción, donde el cerebro es el soporte de
la mente (mente que se manifestaría a través del cerebro, por lo que nunca,
pese a las apariencias, resulta realmente dañad, si la concebimos como Alma);
y la igualdad y semejanza del Ser Humano con D. que señalaría
la Biblia se referiría más bien no a un aspecto físico sino a la propia mente
en cuanto a Alma se refiere y de ahí su capacidad de unirse a D. Por
ello sería capaz de transcender, incluso, los intereses materialistas que se
manifiestan en las sociedades humanas, cuando estos intereses responden a
impulsos biológicos primarios destinados a hacernos sobrevivir, pues la visión
de la mente sería la visión espiritual que transciende la propia condición
puramente biológica humana. El hecho de encontrar tejido cerebral (neuronas)
tanto en el corazón como en zonas del aparato digestivo, señalaría que la mente
también “opera” desde esos sistemas orgánicos (haciendo posible concebir que
cuando se habla de corazón y amor – en el pasado – se esté en una certeza plena
ya intuida sin precisar verificaciones científicas; y cuando se habla de
“tripas corazón” estemos en un conocimiento similar no imaginado por la ciencia
hasta que no lo verificaran sobre tejidos neuronales – siguiendo la Ciencia el
principio de “ver para creer”, que evoca al de Santo Tomas).
Como todo, al
parecer, en este Universo de vida, existe un opuesto representado por el
materialismo – que en sí mismo es definido como visión extrema y
radical (tal vez también reflejado en la misma Biblia bajo cuando habla de un
principio de justicia basado en el “Ojo por ojo”) que negaría la
espiritualidad del Alma y la reduce a fenómenos físicos, químicos y biológicos,
para desde ahí intentar constituirse, sus miembros, en el vértice superior de
la cadena trófica del mundo de los seres animales inteligentes, alegando
conocimientos científicos veraces y completos, e intentando sumir al resto de
la Humanidad a la fe de una Ciencia que siempre y en todo tiempo prometió saber
“todo” y tener autoridad en ello y en el devenir del futuro (que a veces
describe como idílico y prácticamente un paraíso).
Sin embargo,
cuando más se parece el Ser Humano a las bestias salvajes es cuando entra en
conflicto (sobre todo a nivel de Estados) como ya me he referido al
verificarse la existencia en los escudos de armas o en edificios relevantes que
representan Instituciones sólidas de un Estado; el símbolo, por ejemplo, del
León, como manifestación (en principio de virtudes como la fortaleza,
que es como se suele interpretar y mostrar, pero que a la postre, cuando el
antagonismo con otras naciones lleva al conflicto bélico, vemos en realidad
manifestaciones extremadamente violentas, crueles o sanguinarias, que incluso
superan, en algunos aspectos, lo que pareciera irracionalidad biológica animal
León)
Sin duda, el
ser humano no se ha despegado de su vertiente violenta a la hora de afrontar
conflictos y, como mucho, describiría una formula de violencia aparentemente
pacífica, descrita como Pasiva/Agresiva, que puede pasar inadvertida ante los
inexpertos, y que requiere verdadero conocimiento de la naturaleza “espiritual”
que rige en las personas (sus anhelos, convicciones y metas) para ejercer un
verdadero daño sobre las mismas, que pase desapercibido al entorno social,
cuando no reforzado por el mismo según el relato que se imponga en cada caso
concreto.
Suele
sorprender que detrás de una narrativa épica de un conflicto que causa gran
convulsión social, si se profundiza, se observaría la certeza del dicho “En la
guerra vale todo”. AL principio se puede pensar que ello se debiera al hecho de
que la pasión desatada (como vertiente animal) domina a los seres humanos en
una especie de “orgía de sangre y fuego” y, sin embargo, cuando se va más allá
parece vislumbrarse, con cierta evidencia, la ambición y la determinación de
obtener o preservar el poder. Siendo ello parte de la condición humana que nos
alcanza hasta nuestros días, sin duda, bastó profundizar más allá de la épica
de nuestra Guerra Civil para vislumbrar que parece existir un conjunto de
requisitos y procedimientos, que suelen ser reiterados (en la historia) para desencadenar
un conflicto en un lugar concreto, donde suelen intervenir intereses de otros
Estados para decantar la balanza de uno u otro lado de los contendientes. (bastaría para ello recordar el artículo: “El empeño de Londres en cambiar el
Anarquismo en España por el comunismo controlable y controlador”
A la
definitiva, se muestra que la violencia llega a extremos poco concebibles en
una sociedad pacífica (atribuible en ese caso a una “pérdida del sentido común”
por lo que todo se pudiera resolver de manera aceptable). Y sin embargo, desde
la antigüedad, equiparar fuerza con divinidad parece requerir que quien ostenta
esa autoridad fuera capaz de transgredir “todo sentido común” para mostrar su
lado más salvaje y así mostrar al resto que no teme a ninguna ley considerada
divina que pudiera juzgarle o que tal persona no teme de facto sufrir o padecer
lo que hiciera sufrir o padecer a otras para instaurarse en el poder y luego
conservarlo. Es como si de una “violación” de los principios y valores básicos,
que s e vinculan con el Ser Humano se tratara, y paradójicamente ello se
conciba como fortaleza y rasgos de no temer “el juicio divino” de quien hiciera
posible nuestras capacidades humanas en eso que parece una Ley que rige el
Universo, y que luego nuestra propia conciencia nos pidiera cuentas, en el
momento de abandonar este mundo.
Parece
observarse que las relaciones internacionales se rigen, al menos en occidente,
desde la visión del imperio anglosajón (EEUU/UK/ Commonwealth. Y en esa relación entre
naciones lideres y subordinadas, la historia se desenvolviera de manera
encriptada a los ojos de la inmensa mayoría de las sociedades, por mucho que la
prensa o los medios de comunicación dieran noticias o presentaran argumentos para
el lector, el radioyente u hoy en día la TV o Internet. (ya señalaría en un
artículo, que basta que un locutor lea una narración de un hecho extremo
grabado en video, para que a pesar de la evidencia de las imágenes, la inmensa
mayoría de los ciudadanos que las visionan en un noticiero, den más valor a las
palabras del narrador periodista de una cadena de TV que a sus propios ojos; y
esto ya representa un hecho relevante y aceptado e incluso no objetado por la
inmensa mayoría de ciudadanos a los que les basta saber “cómo se traduce por
los gobierno y sus medios de comunicación” un hecho concreto).
Es así de tal manera, que los
gobiernos, como señalaría la cuestión de la Semana Trágica (1909) en España
(Barcelona) actuarían con una visión legitima para controlar a la propia
población que acabaría siendo cuestionada fuera de nuestras fronteras (con
la ejecución de un personaje dedicado a la pedagogía que hoy aceptamos como
viable y positiva, pero que en aquellos momentos se vería de manera bien
diferente). Y todo ello acabara con la caída de un gobierno y un reproche a
los que criticaron desde fuera señalándoles otra situación vergonzante de
similar magnitud a la que nos reprochan.
Es decir, hay un criterio
(existiría un criterio) de gestión interna de la sociedad y otro
bien diferente en las relaciones de rivalidad, competición o
alianza, entre Estados que no suelen ser explicitados, en lo que
parece una compleja trama buscando controlar (o escaparse del control) del
imperio dominante (o de los Estados por conservar un margen real de
independencia ante el imperio que domina) de manera que si se destapara esa
trama fuera poco creíble por la ciudadanía (por ejemplo de que el régimen de
Franco apoyara a la cuba de Fidel o permitiera pasearse por Madrid al Che Guevara,
o apoyara a Allende en Chile; todo ello sería desmentido con facilidad por el
propio régimen si hubiera sido desvelado por EEUU; y análogamente sistemas de
control sobre el Franquismo con medios también violentos o inasumibles si no
fuera por las declaración de miembros de agencias de inteligencia que en ello
trabajaran). Todo tipo de estrategias humanas para conservar un poder desde arriba (frente a terceros piases o frente a la propia población) nacen del ser humano y s e podría constatar también, en ocasiones, como estrategias comunes de miembros de en algunas o muchas familias - familias comunes de estar por casa - con la misma finalidad de dominio).
(por ejemplo, si una potencia
anglosajona (como EEUU) usa, otra vez en la Historia a un país vecino como
Marruecos para dar un tipo de “toque” que resulta alarmante – porque
cuando se dan se suelen desencadenar situaciones muy adversas – resultaría
lógico entender que si te encuentras al líder que desencadena (por la
espalda) dicha acción y resulta que es la nación imperio (y no quiere
hablar contigo, para que tengas más miedo del “toque dado”) aunque no
quiera hablar le dirás “Y esto a qué viene? Porqué no habla con nosotros
claramente y nos dice qué espera de nosotros? Hay algún problema?. Sin embargo
una situación tan sencilla de entender se podría intentar mostrar, para
despistar a cualquier ciudadano, diciendo que qué vergüenza!!! Cuando lo
realmente duro es la amenaza de fondo que por otro lado también le ocurriera al
JC I en 1974 (con Franco en la cama y viéndose en trace que pareciera final)
y el entonces príncipe temiera que el “toque” de EEUU le obligara a tomar la
decisión de inaugurar su etapa como monarca, teniendo que volver a declarar un
escenario de guerra en Marruecos – lo que llevaría, sin duda, a cuestionar que
en España los planes de los EEUU fuera permitir una democracia; que parece ser
que fuera lo que JCI tuviera que exponer y para ello ceder en cuestiones frente
a Marruecos que llegan a nuestros días y que históricamente suponen, de no
solucionarlas, un desencadenante de conflictos muy graves en la península (Es
decir, nuestro punto débil).
Esta aparente doble moral
entre el discurso político formal parece seguir las normas que otros señalaran
como parte del mundo de la política: Las guerras sirven para destruir hombres,
la política para engañarlos. Y no parece que haya solución histórica a estos procederes.
Mientras tanto, el único refugio de las personas de bien siempre será no ir por la senda de imitar lo que desde arriba parecen hacer, sino sostener valores con determinación y nunca ceder ante ellos; porque quienes lean y entiendan (como señalaba Ortega y Gasset) que hay que leer y entender la Historia, verán y entenderán.