Posiblemente
nunca se sabrá, ya, la visión completa del Presidente Suárez.
Posiblemente existirán secretos de Estado que nunca se desvelarán,
algunos ignorados por el propio Presidente. Es probable que , dada la
naturaleza de los enemigos que se granjeó, con el fin de hacer
posible el marco necesario para crear una verdadera democracia, su
intento de persistir en optar al gobierno de la nación nuevamente,
estuviera muy obstaculizado – deliberadamente obstaculizada,
incluso con un consenso que sólo está al alcance de las
responsabilidades más elevadas y que pudiera haber tenido efectos
colaterales muy indeseables para algunas personas, con el objetivo de
crear una democracia alejada de mitos vivientes; muy posiblemente por
que sus enemigos eran feroces y sus adversarios políticos temían
que su nuevo advenimiento pudiera derivar en la resurrección de los
fantasmas ancestrales de nuestra patria.
Posiblemente
la percepción de Suárez de que le aplaudían pero que no le
votaban, era una visión “coja”... deliberadamente coja.... y tal
vez por el “interés general” de aquella época.
Durante mucho tiempo, establecí paralelismos entre Gorvachov y Suárez - incluso en la falta de apoyos para ir más allá. Con el tiempo he pensado que, en realidad, el problema estribase en un posible protocolo impuesto o aceptado, que viniera de EEUU y que apostara por un modelo democrático bipartidista - es decir: la polarización como instrumento al servicio de la democracia y en oposición a la profundización de la democracia por un partido fuerte que ocupara el centro (probablemente un sistema desdeñado después de la segunda guerra mundial y cuyo requisito - el bi-partidismo - pudiera haber sido la existencia del modelo bipartidista Norteamericano. El sistema que parecía desenvolverse Adolfo Suarez era la profundización de la democracia y, de triunfar, le hubiera llevado a convertirse en una especie de Perón Hispano, que al parecer a nadie convenía y que hubiera sido el destino del propio Gorvachov de haber sido apoyado por Europa.
Durante mucho tiempo, establecí paralelismos entre Gorvachov y Suárez - incluso en la falta de apoyos para ir más allá. Con el tiempo he pensado que, en realidad, el problema estribase en un posible protocolo impuesto o aceptado, que viniera de EEUU y que apostara por un modelo democrático bipartidista - es decir: la polarización como instrumento al servicio de la democracia y en oposición a la profundización de la democracia por un partido fuerte que ocupara el centro (probablemente un sistema desdeñado después de la segunda guerra mundial y cuyo requisito - el bi-partidismo - pudiera haber sido la existencia del modelo bipartidista Norteamericano. El sistema que parecía desenvolverse Adolfo Suarez era la profundización de la democracia y, de triunfar, le hubiera llevado a convertirse en una especie de Perón Hispano, que al parecer a nadie convenía y que hubiera sido el destino del propio Gorvachov de haber sido apoyado por Europa.
Ahora,
desde “el otro lado” tal vez lo vea con claridad; si es que fue
así.