Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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domingo, 5 de septiembre de 2021

Lavada de manos

 El mundo, en cierta manera acomodado, en el que vivimos, viene haciendo olvidar esos valores esenciales que giran entorno a lo esencial que resulta defender la visión de justicia (de verdad y honestidad) como medio ineludible para encauzar cualquier  situación que se dé en cualquier entorno próximo o lejano, incluso en los familiares. Nada se puede resolver sin un planteamiento que contemple esos requisitos que implican justicia (para el que lo está pasando mal) que permite señalar el camino para el restablecimiento de una normalidad aceptable en cualquier ámbito, salud, economía, estabilidad  y actitudes positivas permanentes para que nadie se preste a abusar nuevamente y volver a sembrar caos.

Eso implica un compromiso e incluso una lucha constante en la esperanza de que se vayan asentando la utilidad que los valores portan y el afectado (e incluso el tozudo entorno) vea la utilidad de los mismos.

 La fuente de toda violencia viene de dos vertientes (como se señalaba está mañana en RNE R5 donde participaban varios expertos): Una fuente es la injusticia y la otra fuente el deseo de dominancia. E incluso tenemos como  "aceptables" violencias en la educación o para el mantenimiento del orden social siempre que no sobrepasen ciertos límites.  Aquí y en este caso se sobrepasaron todos los límites desde la infancia y se pensó (o debió pensar) que nadie por eso se queda en el camino y que no tiene consecuencias. No hay nada menos empatico como el propio "ámbito de confort". (Siempre vengo criticando fieramente el mundo anglosajón por sus recursos a las estrategias de violencia pasiva que acaban expresándose en violencias "legítimas" con el aplauso general de los países aliados, atados de pies manos, acaban haciendo seguidismo. Pero resulta bien triste observar que ese mismo mundo anglosajón se reserva, en especial para las familias de blancos, la protección del amor intrafamiliar, empatico y atento con las necesidades emocionales de todos sus miembros como vanguardia y ejemplo del único paraíso posible en este mundo. En realidad no hace falta ser elite económica para saber de la importancia esencial que tiene el apoyo emocional a los cercanos en la familia, porque en realidad la única verdadera riqueza protectora, se sea de la condición que se sea, es el verdadero amor que se profesan entre sus miembros y que dan protección en toda situación pese a quien pese.

 Por aquí seguimos sendas bien diferentes propias de salvajes o simples egoístas, que, por lo general, no quieren problemas y siempre tienen a mano soluciones expeditivas y consiguientemente portadoras de violencia que es precisamente lo que nunca hay que usar como herramienta (probablemente es el resultado de que en España ganaran los "malos" y las lecciones de vida se siguieran transmitiendo con la ley del palo; pues hasta la izquierda alcanzaría el poder siguiendo la misma senda de imponer y poco razonar. Todos eran sabios. 

 Incluso hoy en día hay quien con buena palabras argumenta que hay que aceptar que el fin justifica los medios en todos los planos, por lo que se echa leña para conseguir un nuevo escenario polarizado del que ya algunos aseguran también que no hace falta ser coherente y que debemos aceptar, que según nos venga, podemos decir lo contrario de ayer sin ruborizarnos porque somos humanos. Vamos que el mundo político se puede frotar las manos ante un horizonte donde todo va a valer; pero ahora sin complejos y para todos. Como si un nuevo horizonte para la (no) democracia se tratara.

Recientemente señalaba el hijo la necesidad de alejarse de "todos" para obtener una mejor visión y poder reflexionar sobre todo. El argumento desde luego estaba muy bien construido y era contundente. Y la respuesta del entorno materno como siempre ambigua hacia el hijo y con censura hacia el padre a través del hermano. Desconocían que se había ido detrás de ellos y desde luego había que denunciar la desaparición. No importa saber que se sabe dónde está y que pide una dirección de un tío (que buscará el entorno materno como si tal vez fuera el último superviviente de aquellos que daban dinero a la ludopatía de la abuela y la madre se llevará al hijo a conocerlo hace tres años abriendo una puerta a la que el hijo quería volver a llamar, pero que no le dejarían). Así se explica su traslado a la ciudad cercana de Tarragona, pero la inevitable denuncia que lavará las manos si es preciso, ante la nueva iniciativa de la madre.

No hay que darle dinero!! Dice el hermano. Bien, pero tendrá que dormir y comer y no pasar la noche en la calle? Palo duro, es la solución.

Claro que el punto débil se hallaba en que la madre le invitara a que pudiera usar San mateo para estar unos días (desde el día 20) y el propio hermano sugiriera que le apoyaría en un alquiler de 300 euros. Y que le dijeran que estaban en Cambrils, después de machacarle con su derecho a tener vacaciones que el infame de su padre le regateaba. El reproche del padre es claro: jugáis A SER hoy familia y mañana no, y hoy te dejamos San mateo pero sí y no.

Así que el hijo en el trato con la madre concibe que esta acepta su viaje (aunque ponga tantas condiciones) incluso que le devolverá unas cintas de video para verlas con su padre, porque añora esa época, pero que al final la madre le dice que le dará otra cosa sin precisar el qué...las manipulaciones en el plano "si pero no" son constante en esta señora, hasta el punto que el hijo me dice que ella está deacuerdo conque le de dinero y todo el que haga falta para finalizar el trayecto suyo.  Parecía claro que la señora, a tenor del artículo anterior donde se señalaba las circunstancias del viaje del hijo y observarlas el padre, ante la adversidad, verla como oportunidad e implicarse lo que hiciera falta fuera tomado por la madre como oportunidad de manipular al hijo y echar al padre a los leones. No se contaba conque la madre siguiera comiéndole el tarro al hijo y diciéndole qué condiciones debe reunir el padre en todo momento incluso para hacerle llegar un apoyo económico para salir del trance.

El hermano, "no sabe nada", en conversación de hace tiempo, insiste en su visión literal del hermano para apoyarse en actitudes implícitamente violentas y expeditivas, pese a los artículos señalados al respecto del manejo de estas situaciones como elemento esencial para el devenir de la persona.

Estar apartado del resto para no recibir su influencia y poder determinar decisiones implica aceptar que "vomité" lo vivido de la manera que le venga en un momento de agobio. Pues las malas experiencias vividas deben ir saliendo de la persona y una vez rotas las posibilidades de psicólogos en por madre y anterior médica de Torrero, no queda más que "vomitar" y aunque os pongan en primera persona y nos haga responsables (pues en cierta manera todos lo fueron por permitir esas violencias en el hijo desde la infancia) aguantar el tirón pues el mismo rectifica al pasar el rato de agobio y ceder. Lo más difícil es reconocer, en el momento que llega, que no debemos tomárnoslo como algo personal, a pesar de las apariencias y razonamientos.

Necesitaban poner una denuncia de desaparición, aunque no fuera tan cierto  cierto que no supieran donde estaba. Es la única manera aque tenían de protegerse de la nueva acción de la madre, reiterada el año pasado.

Ante las dudas y el lenguaje ambiguo del entorno materno hacia el hijo sobre si le darían apoyo económico le dije: Es sencillo salir de dudas, pídeles que te hagan un Bizum. Ahí se desveló cualquier duda y el hijo venía a pedir disculpas. 

Le dije que ya no había más dinero y que valorará volver o reservarse dinero para volver, y me dijo que lo tenía en cuenta. No habrá más, cubiertas las necesidades de dormir y comer parece que la madre le diera un enlace de Reus para dormir en una casa de estudiantes durante un mes por 20O euros. El padre tragó como mal menor. Y ahora que el hijo se maneja gastando poco y haciendo buena gestión de dinero, se quejan de que le queda 150 euros y la madre le señala que se pida Canfranc a la tía, no para de manipular).

 Lo que quería era San Mateo, soledad, estar a su aire y recibir dinero para comer hasta empezar a conseguir ingresos, y a la vez derecho a vomitar. Pero eso no les iba, y podría generar derechos en el hijo que no deseaba la madre. 

Una vez que el hijo firmara ayer el documento policial, que le fueron a buscar a la cinco de la madrugada y le pusieron bien nervioso, la cosa sigue. Pero a diferencia el hijo había recibido hace un par de días una conversación por de wasat en donde su padre (mi persona) le advertía que esta familia y aledaños son capaces de verle morir de hambre o accidente cualquiera antes de darle un duro, y que recuerde que eso ya lo vivió. 

Le extraña al hijo que eso sea una familia pero el padre no se quiere recrear en recordarle otros momentos vividos por él donde pidiera ayuda por recibir palizas y "se mirara para otro lado". Sí, esto es una familia. 

Dice que él se preocupa por los demás y le contesta su padre que eso se ve como su propio problema que a nadie atañe y es más, se sabe que toda persona que sufriera de niño violencias o pesares o carencias graves tiende a ser solidario, por lo que tiene que tener cuidado ya que, si en el futuro le va bien, alguno se acercará otra vez a pedirle ayuda sabiendo que le puede conmover y sacará provecho aunque le arruine otra vez la vida. Su preocupación por los demás es una proyección del propio daño recibido y que teme que otros (ante la crueldad de la existencia y experiencia vivida) puedan sufrir también. 

El trato para salir de la situación es el de respeto, no sentirse afectado por sus vómitos y de empatía para que tome la decisión correcta. Lo digo porque su madre para hacerlo venir le amenaza con el mensaje de que es un inútil que no vale para nada, ni  encontrar trabajo (lo que en sí mismo por un lado le hunde y por otro le lleva a la rebeldía de no volver derrotado). Así que le tuve que recordar que el ha venido ganando hasta 1500 euros al mes hace bien poco, y que bien planteado puede volverlo a hacer desde aquí y salir luego a la independencia en solitario con sueldo e ingresos fijos, que es el camino correcto.

Otro fórmula que tiene la madre para ir contra el principio de apoyo emocional es cuestionarle su imagen, como si estuviera enfermo de comer mal. Lo que le lleva a mirarse en el espejo y analizarse la mirada (no se bajó qué parámetros) pero es sabido que si a un niño pequeño le dices que está malito todos los días acaba por enfermar y esa experiencia me la dijo la propia madre cuando aún convivimos (así que la señora no da puntada sin hilo). Así que le digo que supere miedos, coma, duerma bien y buena cagada.

Es de entender que esa visión hipocondriaca que ha instalado la madre en el hijo (con la insana intención de controlarle emocionalmente por medios enfermizos) la proyecta en cualquier aspecto que le sugiera el mundo conspirativo. Pero en realidad, no participa plenamente de ese mundo, y con un par de razonamientos se suele pegar a la realidad cotidiana. Eso sí, con sus períodos de vomitar, que la madre aprovecha para señalarle al hijo que culpe al padre (y últimamente me dice el hijo que a qué padre se refiere, pues le viene a la mente las figuras paternas que la madre le puso delante siendo todas ellas no siquiera suficientes para la propia madre, y no la aguantaban a ella).

Estoy persuadido que nadie observará las instrucciones convenientes y que llegara el momento en que el hijo, pida apoyo a la familia (tiene un montón de teléfonos) y que todos le darán la espalda. Tal vez un par de días o tres después llamé la guardia civil, o la policía o un hospital y el entorno materno se niegue a coger el teléfono (como hicieron la vez de ibiza o cualquier otra vez que hubiera un problema, como cuando operarán a uno de los gemelos por no vigilar el descenso de una gónada y haber posibilidad de cáncer. Dice la madre que nunca me llamo al trabajo después de separados, pues si llamó dos horas antes de la operación de urgencia y allí me presenté porque la señora no tenía pitera para asumir una noticia adversa que al final no se produjo, entre tanto se largó y cuando pensó que no salía bien, y se le veía mucho el plumero, regresó para decir como siempre: Esto culpa de tu familia, cuando debiera decir mejor que fuera uno de sus amantes de la familia, que era quien si padeciera algo similar como su propio padre de la madre.

Lo digo claramente, la solución o posibilidad de solución pasa por el bien trato y la persuasión positiva, pero estando ese entorno materno presente de la manera que está parece inviable.

Si al final se convoca actos social solemne para despedirse definitivamente de esta u otra persona cualquiera de la familia (pues hay quienes se hallan en trance o siempre puede aparecer cualquier circunstancia) este que escribe no aparecerá ante una congregación familiar que nunca hace nada (salvo echar leña al fuego y ser todos muy listos). Y ya tenemos de ello antecedentes. Que a nadie le coja desprevenido. 

Tal vez entonces las palabras de la conversación que tuve con el hijo no hagan otra cosa que reforzar la visión más animal del entorno.

Una nueva lavada de manos se avecina, que parece de ámbito general. Un dejavi digno de Buñuel que ojalá saliera bien el hijo de esta, para retratar a la sociedad con sus propias imágenes y secuencias de cine.

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