Desde
la “Impresión” (por lo que es la vida) hacia la Aceptación
pero también de lucidez e ideas alternativas… que sorprenden y pueden ser causa de celos, envidias, miedos, temores, desconfianzas y duras situaciones personales)
La Sociedad no deja de ser como un paradigma que hablara de la naturaleza competitiva entorno a la cual se ha pre-configurado; competitividad que pareciera afectar a cualquier rasgo de la naturaleza humana ya desde niños y entre iguales – y de la cual nacería las situaciones de acoso en todas sus formas, que no sería otra cosa que “cerrar” salidas (cerrar el derecho al éxito de la expresión del propio “mensaje personal” que todos portamos por el mismo hecho de nacer); cerrando esas puertas a las personas se refuerza un mensaje de “superioridad” del acosador y el “destino” que este “reserva a sus víctimas.
Así pues el papel familiar se hallaría en la línea de mostrar los caminos y estrategias para que cada uno de sus individuos, en cualquier circunstancia, encuentre las mejores “salidas” y desde ellas el itinerario para sentir y comprender qué es la libertad y permanecer en ese entorno de libertad durante toda la vida que le permitirá no solo desarrollarse como persona sino también “comprender y entender” la naturaleza del ser humano en sociedad. El papel familiar prioritario es también remover los obstáculos que puedan entorpecer es trayecto y defender a su miembro en cualquier circunstancia que pretenda obturar y segar su trayecto hacia libertad así entendida como un desarrollo personal donde se encuentra el “lugar propio” donde “descubre” sus capacidades y con ellas “su deber” para consigo y su propia sociedad (un ejemplo de muchos que se pueden hallar que expresan esta búcqueda se muestran en letras de canciones como las de el dúo Amaral cuando en sus inicios en una de sus letras señalaba: “Quiero encontrar mi sitio”, señalando que es una circunstancia común propia del proceso de comprensión del entorno social donde nos hallamos y de nuestra propia sociedad). Así pues, Buling, mobing, acoso… que en definitiva no es más que formas de acoso destinado a bloquear las capacidades de las personas y con ello el acceso a sus libertades para realizarse como tales personas.
Estas formas de acoso son un condicionante social aceptado como existente, con el cual se suele ir lidiando desde distintos puntos de vista para posibilitar que cada persona pueda realizar un trayecto personal en el que se vaya sintiendo realizada y a la vez constate que su propia vida “adquiere sentido” a la vez que asume y acepta (lo más positivamente posible) la naturaleza de la sociedad humana que le circunda; viendo también cómo su propia vida sí le da opciones para seguir adelante, y considerar que tiene un papel en la misma.
En este sentido cabe mencionar a modo de ejemplo la noticia que
aparece en la Vanguardia de Barcelona sobre una niña de 16 años que ha
desarrollado un bot contra formas de acoso apoyado por su entorno familiar que
ha venido estimulando la visión científica en la adolescente ante la “impresión”
que pudiera haber causado en ella el negativo “comportamiento social” que se
observa entre iguales en las escuelas e institutos (ver: “La
Joven de 16 años que combate el bulling con un bot” Las cifras son elocuentes. Según datos de la
Asociación NACE (No al Acoso Escolar), uno de cada cinco niños escolarizados
sufre bullying en España y solo el 15% de las víctimas se atreven a contarlo a
familiares o profesores.
La dificultad en contarlo estriba en que “Si le dices
a alguien que sufres 'bullying', aunque no lo muestre, quizás te esté juzgando
de alguna manera".
El acoso entre iguales consiste en la persecución
física y/o psicológica que se hace contra un niño u adolescente, al que se
elige como víctima de repetidos ataques, y por lo general no es una acción
individual, sino que a menudo participa todo un grupo.
(Si la única
respuesta que recibes del entorno familiar es: “Hay que ser fuerte” u otra como
“Hay que ser listos”, son respuestas “vacías de contenidos prácticos” (e
incluso que tienden a hacer concebir una visión de malicia y fuerza que poco
puede aportar al conjunto social en su devenir hacia una sociedad mejor; pues “hay
que ser fuertes” o “hay que ser listos”
no aporta en sí mismo ninguna solución que no señale, en último extremo, una
idea vinculada a la violencia o a la falsedad en las relaciones).
Por el contrario, el artículo señalado mostraría una
alternativa transversal de mejores perspectivas, pues la joven no solo “ve el
daño en el entorno” sino que aplica un sistema a su alcance para intentar “apoya”
a quienes se ven afectados por estas lacras y con ello, ella misma, adquiere
mayor conocimiento del entorno social en que vive; y además en ello encuentra
el apoyo/refuerzo de sus propio padres.
No se puede concebir mejores perspectivas para esta joven, y tampoco concebirlas sin el apoyo decidido de su entorno inmediato.
Sin duda hemos visto cómo en la etapa adulta se emplea del acoso y la violencia (a pesar de que nos consideramos Seres Humanos privilegiados en nuestra condición de tales por nuestra inteligencia y capacidad de conocer, comprender e interpretar el Universo que nos rodea).
En la etapa adulta también se usa del recurso a formas de acoso/violencia que parecen formar parte de las relaciones sociales en ámbitos de nuestras sociedades (e incluso en las relaciones internacionales), a pesar de concebir que “como adultos” debiera mediar siempre el diálogo honesto y sincero para evitar estos escenarios y facilitar trayectos positivos. Se pudiera concebir que, a pesar de nuestras capacidades privilegiadas, propias de ser “Seres Humanos” dotados de condición superior para entender y comprender el mundo y la Naturaleza de la vida que nos rodea existiera siempre un “recurso abierto” a la expresión de nuestra condición más animal, la que nos vincula incluso con las fieras que existen en los aún existentes espacios salvajes y en función a esa tendencia animal poner, incluso nuestros conocimientos y capacidades al servicio de esa condición más animal que se fundara en la violencia y acoso - en vez de la aceptación de la “condición de diferente”, o del ingenuo en proceso de aprendizaje, y con ello fomentar la tolerancia, la empatía y la aceptación y valoración de la diferencia como un rasgo más que aporta a nuestra sociedad, y con ello aceptar que como personas todos somos iguales en derechos (y capacidad en condiciones de igualdad para aportar) aunque singularmente seamos diferentes.
Por tomar un ejemplo reciente contra el uso de la violencia/acoso en las recientes celebraciones del 25 N (Día Internacional contra la violencia de género) la prensa mostraba experiencias de acoso/violencia donde las personas mostraban que no “habían sido creídas” cuando intentaron mostrar la “realidad” en la que vivían.
Vemos pues como persiste esa condición de expresar superioridad por medio de la fuerza que se emplea en razón de la condición de género sobre media humanidad.
Concebir a una persona, a incluso a un “género humano femenino” en razones de inferioridad por su condición natural no parece una senda ni positiva ni digna de nuestra condición humana (y por ello se apela desde los artículos de este blog a la existencia aún de esa visión de condición animal que en el fondo siguiera persistiendo y que se vincula con una visión darwinista de la fuerza y que, lamentablemente, se extendiera no solo en razones de fuerza – el más fuerte vence al más débil e impone sus condiciones – sino que se ampliaría a principios del siglo XX a visiones eugenésicas que afectarían ya también a razones de razas concebidas como inferiores, creencias religiosas tenidas como inferiores, inclinaciones o condición sexual a exterminar, e incluso cualificar por los Estados qué vidas son dignas de ser vividas y cuáles no (determinando también con ello su exterminación por considerarlo gasto superfluo; y por consiguiente todo quien se opusiera a esta visión también debiera ser exterminado por esos Estados).
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