DE LA CONDICIÓN DE SEPARADO
A INICIAR LA DE DIVORCIADO
Nota para el lector de este blog
(o quién sabe… a quien pudiera interesar por bien)
Por ese motivo, he de señalar brevemente, que el penúltimo artículo (de 16 de septiembre de año 2024) concebí que precisaba de una nota previa, al modo de “introducción” del cuerpo del manuscrito – manuscrito que era lo realmente relevante a destacar - pues el cuerpo de tal manuscrito señalaba un “obstáculo” a despejar – ya que nada en la vida, en la medida de lo posible, debemos, o se debe dejar a la “interpretación” - sobre todo cuando es de naturaleza tan disruptiva y se realiza en un contexto y momento tan relevante, como delicado…. que pareciera buscar - promoviendo tal distopía – algo más que una mera “confusión” que pudiera generarle circunstancias favorables a sus propios intereses – ya que fueren planes que pareciera tener muy anticipados, al decir de cómo fueran tejiéndose lo que pareciera toda un “red” que, posteriormente durante años, se extendiera llegando a nuestros días y afectando a terceros (algunos muy inocentes) que en nada merecieran pasar por donde estuvieran pasando, desde entonces, al principio de estos sucesos, hasta nuestros días.
Tal evidencia de la capacidad de “torcer verdad” y afectar “a otros”, probablemente llevaría a concebir la existencia, en la sociedad, de quienes se conducirían de tales maneras “adversas y torcidas”, probablemente llevando a aceptar a la inmensa mayoría (incluso a estos que así se conducirían) que, tal vez, fuere el factor más relevante y determinante en la sociedad, frente al que se tuviere que hallarse prevenido, en todo momento
- pese a que se actuara, siempre, lo más prudente y/u honestamente posible - lo que, en sí mismo, ya no es que fuere un “logro personal” - que se debiera de aprender lo más pronto posible - sino, al parecer: Un requisito fundamental, a sólo los efectos de poder sobrevivir en estas sociedades - como así fuere, al parecer, en las precedentes que antes existieran, y pareciere que así serían también las futuras - pues pareciera tónica común y general; aunque ya hoy en día se le pusiere a estas conductas un nombre “semi-técnico”, que se intentara describir con precisión, por algunas corrientes de psicólogos como “Personas Tóxicas”, aunque ello no aportara nada en realidad, para solucionar tales visiones personales de la vida y la existencia, pues tal definición fuere la misma que antes se describiera comúnmente como “mala leche”, aunque en el caso de definición de “personas tóxicas”, esa pretendida “mala leche” - con las que se definieran estos rasgos para momentos puntuales en algunos tipos de personas, por su carácter explosivo o de mala intención con deseo de hacer daño - sería, en estas, un estado permanente e incluso “oportunista” (que poco o en nada tuviera que ver con tener "mala leche", e incluso con el otro término, a veces empleado como "casca rabias", que estuviera destinado a un malestar evidente y reconocido, pero que no buscaría, por sí, el mal de nadie y para nadie)
Es decir, nuestras propias vidas y existencias no dependerían de “nosotros”, ni siquiera de nuestros actos y trabajo personal, dependería de “relatos” de “terceros” y, en algunos casos, de esos “terceros” no se tuviera en cuenta ni su “mala leche”, ni si son “tóxicos” o si sencillamente se debiera prescindir de cualquier relato que procediera de éstos, si no hubiere soporte documental honestamente confeccionado que se sustentare por hechos reales y no por sus propios relatos o induciendo con estos, terceros relatos documentados. Por lo que el “factor social” (sustentado en el prejuicio que pudiera ser constituido por “relatos”, que sobre nuestras personas se realizaran y desconociéramos) resultara muy relevantemente dañinos para el devenir de nuestro “presente” (proyectos personales e ideas a realizar) y que sin duda, tales relatos se hicieran para “determinar adversamente” nuestros “futuros” personales.
…y por lo tanto, en el caso concreto que ocupa,
fueran “relatos” planeados y ya iniciados en los propios entornos sociales y laborales; e
incluso, antes del inicio de la ruptura-separación, al parecer, anunciada al entorno, menos al
interesado (como es común en esta persona concreta y supongo que en otras de
naturaleza similar), luego aplazado un año (por ser evidente que fuere incapaz de
manejarse tal persona, sola, con niños tan pequeños) aunque en principio no le
saliere como pretendiere o hubiere
concebido o le hubieren asegurado
que así podría y debiera de concebir (siendo
ello, cuestión afortunada para mi persona, pues de haberse dado aquella su voluntad,
tal cual pareciere que la planeara, probablemente el lector nada hubiere sabido
de este blog, ni hubiere optado a su contenido en modo alguno; e incluso
probablemente, la llamativa introducción de naturaleza periodística del
artículo de 16 de septiembre tampoco hubiere existido, porque probable y
literalmente hubiere conseguido este personaje, realmente, arruinar la vida de
quien lo escribe, hasta ese punto hubiera llegado - como ahora lleva intentando conseguir con la del primogénito) - de ello ya no cabrían dudas personales, con las perspectivas de que dan
los años - y por ello, a su vez, igual que a mi persona, persona de manera
desinteresada, pero que concibiera con un fuerte sentido de imparcialidad o tal
vez de injusticia al verme trabajar todos los días cerca de ella y bajo sus
órdenes (por lo que tal persona, en nada tuviera que ver con neutralidad, y si con imparcialidad que invita a enfrentarse a la evidente injusticia, como
reiteradamente señalara en este blog, y apelara a tal termino reiteradamente,
una vez concibiera el relevante matiz que señalara tal diferencia en el
vocabulario anglosajón y que se vincula con el recto proceder, en especial del
ámbito de la justicia) y le llevara a concebir, brindarme un apoyo que nunca le
pidiera, ni esperara, y sin embargo, estuviera sobre las circunstancias de la
mejor manera que supo y “le dejaran”, y diera tal resultado positivo para mi
persona; y por tanto, ¿Quién pudiera pensar que respecto a mi primogénito no
debiera hacer mi persona tanto o más?
(a pesar de lo que pudiera pensar un lector acostumbrado a competir, rivalizar o pensar que en la vida “todo es ganar” y/o “estar por encima de cualquiera” – como dice ese dicho: “pretender ser como el aceite”. Se equivoca, y además le anticipo que tal pretensión suele llevar a causar daños colaterales y, en ocasiones, cadenas de tragedias – como las descritas en este blog - en personas que, en alguna medida estuvieran “destinadas” (debido a sus potenciales capacidades) a traer bien y bienes en general, por lo general a la propia sociedad, (y acabaran abortadas en manos de personajes con tan pocos escrúpulos como los descritos en este blog).
En tales pensamientos me hallara al ir terminando el tal manuscrito, que pensé, al releerlo someramente, que nunca podría llegar a transmitir la profunda negrura de esa oscura malicia y perversidad que pudiera haber llevado a realizar tales planes sin rubor alguno, o con tal falta, siquiera, de la mínima “conciencia” para hacer daño a niños inocentes a sólo salirse “cuatro poderosos” “con la suya”.
Era tanta la mediocridad, estupidez, insensatez, prepotencia y falta de todo rasgo de humanidad que observara en tales personajes (probablemente tan vulnerables a sus propios egos o soberbia o a sus propias codicias o lo que fuera que fuere que les llevara a actuar así) que fuera cuando me viniera a la mente la idea de hacer una introducción de tipo “periodístico”, como si de una revista de cotilleos (como “HOLA”) se tratara (todas sus versiones en inglés o francés) que se usaran en las peluquerías para esperar el turno, o en cualquier “sala de espera” de un profesional liberal cualquiera.
Más bien me viniera directamente el concepto de, dada la capacidad de realizar "relatos" de esa persona sobre cualquiera que le "estorbara", intenté cambiar la perspectiva de manera diferente, e intentar “visualizar” a “varones” cayendo en su “relato” y acabaran por aceptarlo. Así concibiera “el lío de faldas” como introducción para narrar una tragedia evidente, propiciada por personajes sin escrúpulos sobre inocentes.
Es por ello que se tuvo que hacer tal esfuerzo como introducción del artículo manuscrito del pasado día 16 de septiembre. Fue una abstracción que realmente considero descriptiva y la lamentablemente acertada (leer tal síntesis a modo de titular del propio caso, resultara duro, pero a su vez, describía a parte de la propia sociedad y realmente eso sí resultara tan preocupante como concebir la multitud de casos previos que pudieran haber antecedido durante años, y para los cuales tales planes oscuros sí salieran triunfantes, tal y como los planearan quienes fueren que los planeasen; pero de similares procedimientos y formas).
Pensé que fuera la única manera de “acercarme” – mínimamente – al rasgo tan superficial que probablemente poseyeran los participantes en tal “affer” y pudieran tener en común, siendo que además, así se describirían así mismos (además de tal superficialidad, propia de personajes que teniendo todo resuelto en sus vidas, sólo ya les preocupara las cosas de las “vanidades” terrenales, al ir concibiendo la propia existencia con tanta mediocridad como capacidad de poder, ostentaran en obrar) aunque acabara pensando que, en realidad, se dejaran embaucar y si fuere así en realidad, (siendo así de crédulos en los relatos de esta personaje), se acabaran por ver ellos mismos “pillados” (y con ellos quienes les siguieran o dependieran de ellos en desarrollar tal “affer”). De ahí la verdadera gravedad del asunto; y de ahí, señalar la inocencia de los que así le acontecieran males y lo fueran por causa de estos “prepotentes”; por ello ¿Qué mejor que presentarlos como realmente fuera que fuese?
Por ello lo
prioritario fuere entrar en la “ruta” que condujera a enfrentar la condición de
legalmente matrimonio “separado” por un nuevo estado mucho más realista y
conveniente de “divorciados” y poder defender al primogénito con la suficiente
amplitud de maniobra, en caso de que la señora volviera a realizar relatos
falseados o `persistiera sobre los ya realizados contra uno de sus propios hijos (maldita sea por ello y por el daño que hiciere también a sus hermanos - sólo en manos del Cielo en mi parte alícuota, cupiera esperanzas, que las tengo, de enmendar tales des-a-guisados que sembrara sobre los hijos) frenar y reconducir los perversos relatos aun existentes sobre el primogénito (y cualquier otro hijo), y poder, frenar cualquier maniobra de tal progenitora (y sobre quienes así se dejaran seducir por sus relatos, haciendo daño a este hijo) y a su vez,
recuperar objetos personales, propios y del hijo, que la progenitora requisara
como si a ello tuviera algún derecho (como si con esas requisas, apelara por algún débito, que probablemente naciera de relatos que ella
misma esparciera, sin dar oportunidad de conocerlos para de ellos defenderse, los así injuriados)
Esa es la prioridad, y creo que se entenderá.
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