La figura del Guapo ha quedado impresa en la Historia del
Tango. El Guapo – denominación que aún se
usa en Latinoamérica para designar a una persona que se pone chula – era quien
defendía el honor del barrio y quien peleaba, arriesgando su vida por sus
vecinos.
Tal vez hubiera muchos tipos de Guapos, pero este prototipo
que les presento era singular. No amaba a ninguna mujer, y por ello no temía
morir en una pelea, pues en todo lo demás era valiente. A la única mujer que amó fue a su madre, pues careciendo de
padre conocido fue la única figura que le dio afecto y cariño; y sin embargo,
esa mujer tuvo que hacer de todo para sacar a sus hijos adelante.
Sin embargo, un día se enamoró de una mujer muy similar a su
madre. Aquello fue demoledor para él. Se dio cuenta de ello en medio de una
pelea. Le apareció un temor desconocido que antes nunca existió, ni había
sentido. Se sobrepuso y acabó con su rival. Pero meditando se dio cuenta de que
se había enamorado y ello le hacía débil. No tenía miedo a morir, si no que en
medio de una pelea le asaltaba la idea asociada con un sentimiento de temor, temor de no volver a verla otra vez.
Todos se burlaron de él, incluso su amada.
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