Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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viernes, 21 de diciembre de 2018

Lo que nos traerán los Reyes Magos de 2019.


Lo que nos traerán los Reyes Magos de 2019.
De la misma manera que el año pasado realicé una simbología, contenida en la Navidad y la llegada de los Reyes Magos para adorar al niño Jesús y ofrecerle sus presentes (Oro, Incienso y Mirra), y además reflejar que la ubicación de esas festividades en cada uno de los días de la semana podría contemplarse con un significado especial – dependiendo de si fuera lunes o martes o miércoles… - dándole una característica singular a esa Navidad y Adoración al Niño; también quiero realizar, este año, el mismo ejercicio con la finalidad de observarlo, al finalizar el año que viene, si esa circunstancia porta algún tipo de “predisposición” al ánimo de las personas en atención al significado que tiene cada día de la Semana. Es sabido que cada día de nuestra semana es un homenaje – o descripción – a los planetas que conforman nuestro sistema Solar, al menos a los astros que, conocidos por entonces, más influyen en nuestra Tierra: El Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus  y Saturno. Cada uno de ellos tiene atribuidas cualidades que estimulan al Ser Humano, asegurándose que promueven en él el sentido de la belicosidad o la Guerra o lucha – por ejemplo con Marte, a del Amor cuando es Venus…etc. En ese artículo del pasado año (que he reactualizado en mi Face) ya vislumbraba cierta unidad de acción de la Humanidad como tal, pero por extensión de la vida como tal sobre el planeta. Y también vislumbré que el mismo Cosmos pudiera ser una Unidad de Vida, en la cual nada de lo que ocurre en su interior pasara sin generar influencia particular en cada ser vivo, o comunidad de seres vivos o, en consecuencia, de un planeta como el nuestro (por mucho que la Ciencia pretenda que “no existe” nada si ella misma no es capaz de verificar su existencia – y que recuerda a esa idea que existió y se desarrolló en el siglo XX, por la cual se afirmaba: Lo que no sale en la Televisión no ha sucedido; ahora sabemos que No, que lo que no sale en la Tv puede salir por las redes sociales – aunque estas, a veces, pretendan engañarnos – tal vez de la mano de aquellos que desean “destruirla” para que no exista una Verdad paralela y sólo la Oficial).
Los medios de comunicación de masas parecen responder a una “emulación” de las facultades que existen en la Naturaleza para establecer la comunicación entre los seres vivos. La preocupación por unificar la “dirección” que debe tomar nuestros pensamientos (tanto individualmente como sociedad) nos ha llevado, desde siempre, a intentar construir un sistema o códigos de signo o lenguaje que permita una “comunicación” que haga posible cierta unidad de pensamiento en la sociedad en la que se establece. Así podemos concebir que las pinturas rupestres – como primer tipo de lenguaje – pudiera intentar establecer una especie de “comunión” común entre los miembros de un clan (comunión que tendría como objetivo expresar con más fortaleza las emociones que les generaban realizar ciertas tareas destinadas para su supervivencia – como la caza o la observación de manadas de animales – en las cuales ponían sus propias vidas en juego, en peligro de muerte, y donde la muerte se convertía en un acto inevitable para la supervivencia). Así mismo esa circunstancia de observar que la muerte es un fenómeno aparentemente universal - que afecta a todo ser vivo durante su existencia en la Tierra – les pudo llevar a establecer un “vínculo vital”, de experiencia común en toda vida, entre los animales que cazaban, y que por lo tanto defendían sus propias vidas amenazando y poniendo en riesgo la vida de los cazadores, y los propios seres humanos que los mataban; vínculo que pudo ser el origen de ritos y, por lo tanto, el inicio de lo que hoy entendemos por religiones donde el hecho de la muerte, que a todos nos afecta – se revela como experiencia inevitable que nos lleva a una pregunta esencial a responder: ¿Por qué hemos de morir? Y desde ahí construimos multitud de respuestas según cada perspectiva cultural con el fin de dar un “sentido a nuestras vidas particulares, a las de nuestros seres queridos y a la propia Humanidad, y por extensión, nos preguntamos por el sentido de la propia vida y sobre ¿Qué es la vida? Más allá de la propia descripción – que no definición – que realiza la Ciencia actual. Las cuevas de Altamira podrían mostrar, en cada bisonte reflejado, no sólo la impresión que dejaban en nuestros prehistóricos antepasados la muerte y sacrificio de vidas para poder sostener las suyas propias, sino cuestiones como el “volumen” que ocupa la vida en nuestro planeta – es decir: La Materia, la sustancia, y con ello la singularidad y entidad del “sentir” y “experimentar” placer y dolor, vida y muerte. El bisonte y el ser humano primitivo tenían más cosas en común de las que hoy consideramos que tienen una vaca o un toro con nosotros (ya que las muertes de esos seres se realizan en mataderos, fuera de nuestra visión social; de ahí que vivamos en una especie de “limbo” social, al margen de esas “percepciones” que eran tan comunes y transcendentales para los prehistóricos); y tal vez, cuando percibimos esa “identidad” de lo que es la vida en todo ser vivo, sobre todo si es un mamífero, lo hacemos de manera muy intensa desde el ámbito de ciudadanos de ciudades, dando origen a un intento de aplicación de normas y leyes para preservar o sus vidas o minimizar el sufrimiento de todo ser vivo intentando homologar las normas y leyes que protegen la vida de todo ser humano al mundo de los animales que nos parecían irracionales (así los concebíamos por la acción de nuestra Ciencia) pero que los primitivos ya los podían considerar no irracionales y muy cercanos a nosotros en emociones y sentimientos. 
Esa comunicación que inician los Seres Humanos Primitivos por medios de sus pinturas se ha desarrollado hasta alcanzar, el siglo pasado, el espacio electromagnético por medio de la radio y la televisión, y ahora el mundo de la Red de Internet; pero el objetivo y el motivo es el mismo: Señalar las preocupaciones que a todos nos afectan en este devenir que es la vida como individuos y como especie. Y sin embargo, esta red no parece ser otra cosa que una emulación de otra ya pre-existente y que se vislumbró cuando unos científicos verificaron que enseñando habilidades a primates estas eran “aprendidas” por otros primates que se hallaban a cientos o miles de kilómetros y que carecían de contacto físico entre ellos. Es decir, parece existir una “conexión” mental entre los seres vivos de la misma especie destinada a propiciar la evolución o la auto-protección de la especie (ello parece llevarnos a aceptar como certeza el chiste del famoso cocinero Arguillano, cuando aseguraba que mientras la mujer se dedicaba a las cuestiones de la familia él como marido se dedicaba a los problemas internacionales de la sociedad: Guerras, política, hambre en el mundo…etc. Hoy, afortunadamente, de ser cierta esa comunicación de apariencia etérea todo ser humano, con independencia de sus roles sociales, estaría en situación y capacidad de influir en decisiones de ámbito internacional mediante la simple reflexión propia; y a la vez estaría en disposición, por el mero hecho de pensar en ese tipo de cuestiones, en recibir las soluciones propuestas por otros seres humanos que estuvieran situados a mucha distancia e incluso sin que se conocieran).
Desde este punto de vista se pudiera aceptar que el esfuerzo de la tecnología se realiza para materializar físicamente lo que ya existiera en un plano supra-material en la naturaleza de la vida y la existencia, pero con la ventaja de dar un plus a esa materialidad que representa el cine, la tv, la radio, el ordenador, el CD, el MP3…. mostrándola como  verdad o única verdad por ser palpable y tocable (aunque cada vez el avance tecnológico nos lleve por el camino de una tecnología casi inmaterial e imperceptible si no es con instrumentos adecuados - lo que señala que de la misma manera que se precisa conocimientos teóricos y adquirir habilidades tecnológicas para construir esas redes telemáticas, también se precisa de desarrollar, o retornar a, cierta sensibilidad para percibir esa otra red ya preexistente que une a todos los seres vivos por el mero hecho de existir y que parece que ya no percibimos por dar más veracidad al mundo de la materia que al mundo del espíritu).

En este sentido, de todos los lenguajes que existen considero al de la imagen (cine y tv) el más determinante en nuestra sociedad, por ser el que nuestro cerebro toma por real y realidad aunque no sean tan reales como nos parecen (sobre todo porque suelen estar tratadas con efectos o con estrategia informativa o de mensaje intencionado); y a la vez me parece el más eficaz para desarrollar las facultades que parece que tenemos dormidas el lenguaje de la lectura o de las artes plásticas e incluso abstractas porque estimulan la capacidad de activar nuestro entendimiento y no nos sitúan en una posición estrictamente pasiva (y sin embargo lo dicho, nada hay mejor que de todo en su punto medio y moderado – según nos indique y nos proponga nuestro propio “entendimiento” de lo que mejor nos conviene a cada uno en cada momento; hacernos caso a nosotros mismos y respetarnos es el primer paso para conocernos y desarrollarnos, dentro de nuestras limitaciones – ya sean sociales o personales).
 Así pues, volviendo al tema principal de este artículo, considero que todo lo que existe en todo el Universo se halla relacionado en cierta forma de unidad (de tal modo que la explosión de una supernova produce efecto en el conjunto en el mismo momento de producirse, aunque otros efectos más materiales se generen en siglos y mileños posteriores. De esa idea se puede concebir que existe cierta previsión y determinación de la propia existencia y que esa determinación podría ser previa a la propia existencia de la vida en el propio Universo; de igual manera que en el mundo de la materia la desaparición o desintegración de la Tierra por un potencial cometa destructor alteraría, en alguna manera, las órbitas de los planetas del propio sistema solar en el que nos hayamos y, en consecuencia, de estar habitados o contener vida alguno de ellos, esta vida sería influida en su devenir o desarrollo) y por ese motivo existe la predicción (aceptada en la ciencia en el mundo científico en determinadas disciplinas, como la meteorología, por ejemplo; aunque a veces no acierten). 
Todo lo expuesto hasta aquí, como experiencia de la vida, no le pasa desapercibido al cerebro del Ser Humano individual – por mucha aparente confusión que pudiera reinar en torno a este tipo de ideas – y se puede observar que lo que conoce nuestro cerebro lo puede expresar cuando entra en el terreno de la expresión espontánea o simbólica (pues los convencionalismos sociales nos obligan a  todos a aceptar, o rechazar, (rechazar desde de nuestra racionalidad que nos hace conscientes de la sociedad en la que vivimos y las normas y convencionalismos que nos limitan), algunas certezas o intuiciones personales, teniéndolas que reservar para nuestra intimidad personal y a salvo de “juicios” temerarios de otros que ignoran estas posibilidades que pueden estar al alcance del Ser Humano. De esta manera protegemos nuestra “Luz interior” y nos hacemos dueño de nuestro destino (de nuestro devenir). De alguna forma, cuando estamos liberados – en el sentido de que sabemos encauzar las limitaciones de nuestro entorno social para que no sean un factor muy limitante del desarrollo de nuestras capacidades personales - percibimos que el Ser Humano “habla constantemente” de lo que “realmente sabe” y lo muestra en sus actos o en sus obras; es decir: Describe constantemente el mundo y el Universo que le rodea (e incluso inconscientemente cuando se organiza, por ejemplo, para bailar – la línea de Danza es una representación del movimiento del Universo).
Además nuestro cerebro está conformado, físicamente, por fases de desarrollo (como bien explica la teoría de Darwin) y en el mismo podemos observar que poseemos los humanos el cerebro primitivo de los reptiles hasta desarrollarse superando a los primates; y también por células que una vez, hace millones de años, se desarrollaron desde la unicelularidad (y por la fuerza vital, que Schopenhauer llamaría Voluntad) desarrollaron cilios para moverse en busca de luz y luego se unieron hasta formar cuerpos y órganos en seres superiores (sin que en todo ese devenir existiera órgano cerebral como el que ahora se considera indispensable para albergar intención de supervivencia –instinto – y sin embargo esta cualidad ya parece existir en los órganos unicelulares);  por lo cual seríamos capaces de “entender”, como Seres Humanos,  a todo ser vivo (desde una célula, pasando por todo el desarrollo animal y vegetal) y, en consecuencia, asumir que sí somos, realmente, los Reyes de esta enigmática “Creación”.
Así que cuando nuestro cerebro tiene que ordenar alguna materia (como crear un calendario para determinar el tiempo y el año, con el fin de hacer previsibles las tareas agrícolas y las etapas de escasez) lo hace siendo transversal (genera días dedicados a planetas que simbolizan fuerzas o virtudes, y determina el movimiento de la Tierra entorno al Sol, e incluye en él festividades simbólicas de sus creencias adjudicándoles épocas y días) dando lugar a una complejidad que refleja nuestro propio universo vital (el de nuestro planeta Tierra) pero, a su vez, es una representación bastante fidedigna del propio Universo en el que existimos (porque cuando nos ponemos a reflexionar profundamente, difícilmente podemos sustraernos al “conocimiento” que hemos adquirido – ya sea este adquirido de manera consciente o inconsciente – y por lo tanto lo reflejamos, o tendemos a hacerlo, de manera constante); y por lo tanto se podría “leer” en dicho calendario las “consecuencias” o “devenir” que ese ingenio del Ser Humano ha creado para determinar los días y las estaciones sobre la Tierra (y que se convierte en un compendio de conocimientos) y que pudiera encerrar, sin haber intención en ello, un “pronóstico” de lo que pudiera acontecer en el futuro (no en forma de detalles concretos, sino de relación de “fuerzas” Amor, Lucha, Reflexión, Uso de la Inteligencia, abandono a los Sentidos materiales o pérdida del sentido de la realidad, Fortaleza,  o la manifestación del Poder de la Creación….todo ello sujeto a interpretación – al igual que en la meteorología se tienen en cuenta para hacer pronósticos del tiempo atmosférico que hará: la dirección de los vientos, la aparición de bajas o altas presiones, las temperaturas, la naturaleza de los frentes cálidos o fríos, la cercanía de mares o ríos, y de manera más general: la rotación de la Tierra, su posición respecto al Sol, los anticiclones polares, las corrientes marinas y su naturaleza fría o cálida, la contaminación industrial o de movilidad, … etc. y a pesar de ello existe un microclima que suele matizar toda previsión, o incluso modificarla sustancialmente).
El mundo de la materia no se conforma con describir el mundo que nos rodea y utiliza lo que se descubre para provecho común, puede empeñarse en utilizar esos conocimientos para hacer creer que no existe más mundo real que el suyo, el materialista, y con ello intentar acabar con la Fe en el Ser Humano (estas posiciones podrían ser mantenidas por aquellos que vislumbran la sociedad humana como mera Especie Animal que se ha de gestionar al margen de las individualidades - y en ese concepto salvan y preservan sus propias vidas de toda contrariedad o penuria, erigiéndose como guías de la Humanidad); y la Fe es la Virtud más esencial del Ser Humano. La Fe, concebida como un Papa la expresó: Que cada cual con su Fe se salve; admitiendo, implícitamente, que la Fe es una Virtud transversal a las sociedades Humana y a sus condiciones particulares, que alcanza a los individuos proporcionándoles una fuerza transformadora, capaz de mutar las condiciones de adversidad en propicias oportunidades, el materialismo científico en oportunidades para la Humanidad, los problemas graves y difíciles de resolver en oportunidades para progresar en saber y conocimiento… etc  lo demás, todo lo demás que ha generado el materialismo es tan pobre en comparación con “los tesoros que se pueden descubrir” – pasaje del Rey León - que  se puede comprar con dinero, y además es perecedero, o sujeto a obsolescencia y sólo alcanza a poseer un cierto valor especial si le lo conferimos con nuestro corazón. Así están las cosas, según las veo.
Para estas Navidades 2018-2019 tenemos el advenimiento de un Jesús, de un Cristo, de un Mesías marcado, como siempre por la Noche Buena; Noche Buena que viene en lunes (día de la Luna) por lo tanto día “complejo” propicio para comunicarse con el “otro mundo” pero a la vez día de “interferencias” del “lado oscuro” de la espiritualidad (es la versión más materialista de lo espiritual y que representa a los que piden ayuda o apoyo para el mundo material y sus problemas y preocupaciones y a los que son capaces de “todo”, en cualquier “plano”, para conseguir sus fines y por lo tanto van contra el devenir de la bondad divina y la alteran, si pueden, para provecho propio, por lo general mediante el deseo de hacer daño o que se haga daño a los que ellos odian. De alguna manera se puede concebir como El Lunático al que no se entiende y se percibe como loco, ya sea una persona que expresa y actúa para bien de todos y no se le comprende, ya sea persona que actúa llevada por una locura que busca hacer daño y hace pasar sus actos por legítimos….). El Martes es el día de Navidad, el día del reconocimiento del destino del Héroe por los más humildes (los pastorcillos) que esperarán de él  que guíe a la Humanidad este 2019; será un Héroe, un Cristo, un Jesús  luchador y beligerante (es adorado el día dedicado al planeta de la Guerra); afortunadamente la Noche buena se concibe a las doce de la noche, en tránsito, este año, entre lunes y martes, por lo que se podría decir que la lucha de este guerrero espiritual resultará, para algunos, una locura en el mundo actual; sin embargo para una gran mayoría es una lucha anhelada que les desvelará y mostrará, con nitidez, a aquellos que frenan el desarrollo espiritual de la humanidad - ya sea en su ciudad, en su pueblo, en su comunidad, en su país, en su Estado o en el mundo - y tomarán buena nota de todo lo que este Cristo nos traiga y muestre; y ello y se aprovechará para “hacer ver” a los “ciegos” y “oír” a los “sordos” y “hablar” a los “mudos” y “dar manos” a los “mancos” y piernas” a los “cojos” y “entender” a los que no “entienden” y “cordura” a los “locos” y “fe” a los “incrédulos” y “consuelo” a los “oprimidos”….
También la Noche vieja tiene el mismo rasgo, como todos los años, del Cristo que reinará este 2019, y bajo los mismos parámetros de transición entre la Luna y Marte. Y el Año Nuevo será un año (este 2019) de abierta lucha entre Bien y Mal; una lucha por la sobrevivencia y prevalencia y reinado de uno de ellos – como si se tratara de la lucha final por el poder. (A demás, los números del año 2019 suman doce – final de ciclo e inicio de otro nuevo en el que se ha de determinar los Valores y Virtudes que reinarán por medio de esa lucha de bien contra mal, de materialismo contra espiritualismo, de Fe contra destino irremediablemente adverso….). Y el día 6 de enero, Domingo, y la llegada de los Reyes, por la noche, del sábado al domingo, uniendo el último día de la semana con el primero; generando un nuevo ciclo en el que Cronos (que domina a los Dioses y los devora, es vencido, al fin, por el gran Zeus, poniendo fin a un bucle y dando lugar a una nueva etapa (el gran Saturno ya no volverá a devorar a sus hijos, ha sido derrotado) comienza  la nueva esperanza gracias al Sol, principio y fin de toda vida y maravilla. Será reconocido ese destino del Cristo en pos de la Nueva Ley (el Amor) por los Reyes Magos: la Sabiduría Universal representada por los Tres Reyes del Viejo Mundo (Europa, Asía Y África); reconocimiento del Jesús que sirve a los pobres, del Redentor mostrando el camino mediante la lucha abierta contra el decaimiento de una sociedad que debe de recuperar las Virtudes y los Valores por encima de cualquier otro objetivo (El camino lo es Todo). Y peleará en sus objetivos de mostrar ese camino a la sociedad para afrontar los retos mediante la Fe, el Esfuerzo, el Trabajo, la Esperanza, la Solidaridad, el Valor ante la causa justa,…. Los Reyes Magos premiarían aquellos Cristos que sigan el camino de este Jesús de 2019. Que todo sea para Bien.
Esta es mi interpretación de estas Navidades que marcarán el 2019.
Felices Fiestas y Próspero Año Nuevo 2019.

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