La
cara, “dura” y desvergonzada, de Podemos
Mientras
ayer lunes presentaban un proyecto de ley orgánica contra el maltrato infantil,
no sólo se sigue permitiendo que el SAP (Síndrome
de Alienación Parental) se haya incorporado a la lista de síndromes de la
Academia de Medicina Española en 2019 (en
contra de los criterios internacionales que lo desechan como tal y cuya contraindicación
esencial es hacer posible que un menor,
o joven maltratado, sea ignorado o considerado falsa su vivencia por una
persona maltratadora) sino que además, si coexiste con la ley que proclama promover
PODEMOS, esta será papel mojado siempre que lo deseen y cuando lo deseen, en TODOS
los casos que se consideren “apropiado” ignorar los efectos del maltrato
sostenido en niños y jóvenes, con la única finalidad de salvar a sus
maltratadores (no sería la primera vez,
artículos al respecto y videos en situaciones jurídicas los hay de toda índole,
basados en la coacción terapéutica/judicial de aceptar a la persona maltratadora).
El
SAP no es solo un diagnóstico (que para
el resto del mundo no existe, solo lo es para España). Es una técnica de
coacción y violencia sobre el niño, o el joven (incluso adultos) que se puede emplear desde entornos teóricamente “terapéuticos”;
como se está haciendo con el muchacho.
La técnica se halla expresa en wikipedia, donde existe un ejemplo al
respecto que resulta relevante:
Tratamiento[editar]
Para Gardner se trata de «desprogramar» al niño66nota 2 y obligarlo a
aceptar al padre rechazado.
Gardner: - ¿Qué harías si el juez te dice que si no vas a pasar el fin
de semana con tu padre, él dejará de pasar la cuota de alimentos a tu madre
durante una semana?
Paciente: - Igual no iría a visitarlo, conseguiría un trabajo y le daría
yo el dinero a mi madre.
Gardner: - ¿Qué harías si el juez te dice que si no vas le dejaría de
pasar dinero a tu madre para siempre y ella se quedara sin nada de dinero?
Paciente: - Si es necesario yo y mis dos hermanos pequeños saldríamos a
trabajar para mantenernos pero no vería a mi padre.
Gardner: - ¿Qué harías si el juez te dice que si no vas este fin de
semana a ver a tu padre el juez llevaría a tu madre a la cárcel todo el fin de
semana?
Paciente: - Mi madre dice que, si yo no quiero ir y me siento incómoda
con él, ella soportaría ir a la cárcel antes que yo me vea obligada a hacer
algo que no quiero.
Gardner: - ¿Qué harías si el juez dice que la va a dejar en la cárcel el
tiempo que sea necesario hasta que tu vayas a ver a tu padre y te quedes con
él?
Paciente: - Iría a verlo.
Tal
vez no resultara acertado señalar la fama que atribuyeran los ingleses a los
hispanos en tiempos de Lepanto, pero pareciera obvio que hoy en día se persiste
en una bifurcación terapéutico/jurídica destinada a ese fin de proteger a una
persona maltratadora de menores, o de lo que los menores vieran del maltrato y
mal proceder en un adulto.
En
el caso del muchacho, la hipótesis (ya
confirmada) se hallaría en que se considera minimizar cualquier maltrato
que le realice la progenitora, teniéndola que aceptar en toda su dimensión,
aunque el hijo (acertadamente) considere
que debiera ser “tratada” de un padecimiento o daño del que no sabe muy bien a
quién responsabilizar.
La acción “terapéutica” sobre el
hijo, ninguneando las actitudes de la madre, es la aplicación expresa de un SAP (ya no quedan
dudas). Si la madre habla mal de los hombres, como hizo recientemente en el
confinamiento, será porque el padre le hiciera algo, (no?) O fuera su anterior marido?, o el propio padre de ésta? ¿Eso justificaría manifestaciones contra
todos los hombres? y las
descalificaciones que realiza la madre sobre el padre? – que pugna por darle un entorno más estable al hijo – es
interpretado por el hijo con gran confusión, y consiguientemente buscando un encuentro
entre ambos progenitores (parece obvia su
propuesta de solución) O es que alguien miente, presiona o coacciona a su
madre? para que sea así con él, con su propio hijo? (piensa el hijo) – no concibe
otra alternativa. Y todas ellas muy racionales, salvo que caigan en manos
de “profesionales” cuyo objetivo sea crear confusión en este caso concreto y
por cuestiones que debieran explicar (o
tal vez ya fueran explicadas en este mismo blog hace tiempo; sin que al autor
se le pudiera pasar por la mente que la malicia, el enrevesamiento y la mala fe
llegaran tan lejos) porque realmente esa decisión de incorporar el SAP como
síndrome por la Medicina española (en
2019) parece tener más de complacencia versátil, a disposición de persona o
grupo influyente de turno.
Al
retirarle la madre las llaves al hijo,
al bloquearle la tarjeta móvil (tampoco
puede consultar sus saldos de banco fácilmente), después del canturreo
en el baño sobre reventar cerraduras de casas – que la médico tuviera el atrevimiento de decirle al padre si no le
asusta eso a él (pues un poco sí,
el padre a contratado un sistema de alarmas) siendo que en el pasado la
madre le pidiera al anterior marido las llaves de la casa, después de
separarse, y se le llevara los muebles sin permiso, es para considerar a esta
señora capaz de todo – a pesar de lo que
diga la médica - (a la vista de lo
que se atreve con el hijo), sin despreciar la asesoría jurídica que le
apoya (ya consabidos y nombrados).
(Suena un poco a “corrupción” organizada,
no? – donde todos pudieran ganar algo, favor te hago, favor me haces… – al fin y al cabo qué importa la vida del
muchacho? ……o es una simple práctica cotidiana en España?) Se podría llevar el
caso a la Corte Internacional contra la tortura, el terrorismo de Estado? (Y….
PODEMOS detrás de todo esto?)
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