Muy Sra.
No cabría duda alguna, de que Vd., en este momento, sabe donde se halla su hijo de Vd. Víctor Miguel, recibiendo de Vd. la recomendación de que no acepte el paquete que el padre disponía para mandarle a BCN – justo antes o inmediatamente después de haberse Víctor Miguel trasladado de lugar. Y cabe conjeturar que así mismo que Vd. sabría dónde pernoctaba – en razón de fotografías que el mismo Víctor Miguel remitiera al padre tomada por las personas que le acompañaban en ese piso, mientras Víctor Miguel dormía en el salón de ese domicilio; que parece sin duda, que Vd. conociera (porque nadie viene a tomar varias fotos de un transeúnte Sin-hogar sin una finalidad concreta e interesada, y que acabaran en las redes del mismo Víctor Miguel haciéndole a este concebir nuevos temores y desconfianzas sobre el lugar en que pensara que se hallaba acogido de manera “desinteresada y generosa” – sin duda también sugerida por Vd. misma - por jóvenes personas particulares; haciendo posible que concibiera Víctor Miguel, al ver esas fotografías que le sacaran mientras dormía, la necesidad de cambiarse de lugar y ciudad).
El hecho de que Vd. hiciera concebir a Víctor Miguel que no era buena idea de que aceptara el móvil que le mandaría el padre – cuando realmente fuera el mejor método al alcance para saber de él y trasladarle mayor seguridad – vendría a ratificar que Vd. persigue para él, no solo el mayor de los sufrimientos, aislamiento y soledad posibles, sin duda para intervenir Vd. misma de tal manera que viendo nuevamente Víctor Miguel que Vd. le volviera a traicionar, no pudiera usar del móvil para recibir apoyo, consuelo y esperanza del padre en un momento de grave angustia por lo que es admisible que incluso se plantearía Vd. la desaparición sin rastro de su propio hijo Víctor Miguel, en caso de que fuera menester, para los propios intereses de Vd. misma.
Es difícil concebir tanta crueldad en una progenitora aunque afortunadamente para el sentido común (y la ciencia, cuando es honesta) existen ejemplos precedentes de la misma naturaleza de crueldad y venganza existencial sobre los hijos, por la condición, en alguna manera, que Vd. misma percibiera de su propia condición de Vd. y consiguientemente dependencia de los varones para satisfacer sus propios instintos siempre y en todo momento que Vd. misma lo deseara; cuestión que quedara clara cuando Vd. delante de su propio hijo Víctor Miguel se quejara de la mala calidad de las relaciones que Vd. ha mantenido siempre con los varones.
Que su retorcida crueldad de Vd. le lleve incluso a rememorar a Víctor Miguel su pasado como niño – ahondando así en su dolor ante las circunstancias en que hoy se halla – solo es comparable con su perversidad al haber fomentado en Víctor Miguel la “obligatoriedad” de tener hijos y descendencia para ser persona plena en esta vida – requisito que, por el contrario, Vd. nunca ha planteado al resto de los hermanos de Víctor Miguel e hijos de Vd. misma.
Solo se pudiera concebir que una mente realmente enferma y retorcida pudiera dedicar tantos años de su vida para vengarse de su propia condición: “ser rehén permanente” del mundo de los varones, en aspectos que le resultan insalvables para ser plenamente independiente en todos los planos de su existencia y que suele ser el objetivo frustrado de quienes piensan que merecieran – dada su inteligencia y capacidad en manipular el mundo social que le rodea – tener la condición o de reina - donde todos rindiéranle pleitesía y su verbo fuera ley - o de diosa - que vendría a ser lo mismo; siendo solo posible ello en Egos desbordados de sí mismos.
Poner a Víctor Miguel como meta los retos que ningún ser humano hubiera conseguido traspasar y a su vez dejarlo en las mayores penurias y soledades del sufrimiento, solo sería una pobre manifestación de lo que Vd. misma sintiera (así como multitud de personajes que sin duda le hubieran rodeado a Vd. misma) y ven, ya en su final de la existencia, el horizonte donde la “plenipotencialidad” que Vd. cree poseer de sí misma, y que hubiera mostrado en esta existencia y vida, llega a su fin.
Vd. estaría haciendo de Víctor Miguel un mártir (de los que la iglesia reconoce el día 1 de Noviembre en el calendario católico) siendo a su vez Vd. el prototipo de verdugo (henchido de poder terrenal) que siempre hubieran reflejado las Sagradas Escrituras.
Como mente realmente enferma y retorcida, Vd. parece haber elegido las fechas de Semana Santa para el final del primer acto de su personal “Obra teatral” sobre Víctor Miguel.
No imagino al alcance de Vd. ni resurrección (de esas que le enseñaron en las clases budistas a la que Vd. fuera – religión propia y adecuada para ateos, como ya señalaría Schopenhauer) ni siquiera monumento ciudadano para Vd., meta que otros que como Vd. hubieran concebido para sí, (una vez que ya siendo conscientes de que sus propios actos – por muchas lavadas de tv que les hicieran en la imagen pública o ir con jóvenes ucranianos a enseñarles español que Vd. misma no supo enseñar a sus hijos, al menos a VM– tendrían tan manchada y/o negra el alma que solo pudieran aspirar a un reconocimiento en piedra para adquirir algo de inmortalidad, propia de toda alma noble).
Hay muchas personas que ha sido y son de la naturaleza de Víctor Miguel: Cristianos sin saberlo – por lo que nunca concibieran ni podrán concebir que los “lobos” de los que hubiera de protegerse se hallaran en su propia familia.
Es así posible concebir que nada hubiera aportado realmente Vd. al mundo y a su propia existencia de Vd. misma salvo profunda “oscuridad” y sentido de la injusticia – algo que en este mundo ya existiera en abundancia y que no precisara de mayores aportaciones personales de nadie y menos de Vd.
Su elección, de contribuir en estos aspectos tan adversos a la existencia de personas que le rodean solo mostraría su falta de valentía personal para mantener o adherirse a unos valores y principios que en la infancia le enseñaron en esta misma ciudad. Preferiría sumarse al carro de alinearse con poderosos (siempre corrompidos por la propia naturaleza del poder) y ser uno más de ellos; al parecer bebiendo también del cáliz de la sangre de inocentes solo a fin de poder sobrevivir a esta pequeña experiencia vital – no repararía Vd. hasta bien tarde, (probablemente cuando la belleza física de Vd., personaje tan narcisista, se fuera por el retrete) que realmente sí existiera “otro lado” al finalizar esta existencia.
Ningún bien material de ninguna naturaleza que Vd. llegara a poseer le puede causar satisfacción alguna – si no es capaz de producir envidia o ser bien esencial que precisaran otros. Tal vez solo sea el sufrimiento de inocentes lo único que le diera a Vd. vitalidad para seguir viviendo (como diría Silvio Rodríguez en su canción “El Mayor”: “Va cabalgando el Mayor con su herida, y mientras más mortal el tajo, más de vida”).
Sin duda estamos ante un crimen más; un crimen con la colaboración “ausente” del Estado.
Que Dios, en su infinita misericordia, se apiade de lo que pudiera quedar de su alma de Vd. (si es que algo queda) ante las fechas que Vd. misma hubiera elegido para el sacrificio final de su propio hijo de Vd. misma. (no lo matarían los “hombres”, lo “sacrifica” Vd. a emulación de Diosa con aspiraciones de inmortalidad - o de simplemente sobrevivir viendo cómo es este mundo).
(realmente pareciera que Vd. misma se hallara ante la escena final de la película. “Pactar con el diablo” - Resulta satánico. Lamentablemente para su Ego de Vd. no ha inventado Vd. nada nuevo; como siempre, Vd. solo se dedica a copiar. Lo que señalaría que su Alma siempre estuvo vacía al igual que su posición social- sin mérito alguno).
NOTA:
Como la Sra. expresaría a su propio hijo Víctor Miguel, su virtud, de existir, solo se concebirían en sus propios perversos relatos, que se hallarían reflejados en la frase que la misma Sra. le mencionaría: "No me tienes miedo porque no me conoces". en sí misma, la frase ya posee suficiente carga de frustración en cómo se concebiría la Sra. misma.
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