¿Porqué
pretendiera la progenitora, nuevamente, llevar al hijo a Catalunya?: Porque allí
el relato de la progenitora triunfó.
Durante el ingreso del hijo en el Royo Villanova, la progenitora
realizaba todos los fines de semana viajes a Catalunya, lugar lo
suficientemente alejado donde no se pudiera contrarrestar su relato. Recordar que
en esta comunidad de Aragón se hubiera podido argumentar después de muchos años
de “no saber por dónde vinieran los tiros” al haber tanto personal “de nivel”
persuadido e implicado. Al menos, poder contestar, una vez establecida las “relaciones”
personales que esta progenitora pudiera haber asentado, para obtener tal solidez,
permitiría a algunos potenciales lectores extraer sus propias conclusiones y
establecer o reforzar sus propias convicciones, si antes no las hubiera
establecido.
Hay artículo que iba reflejando tal circunstancia y también, en
alguna medida, diario en el blog de dichos acontecimientos durante tal ingreso
en este verano.
A su vez, también se muestra el porqué la progenitora buscaría hacer en Catalunya lo que aquí se advirtiera que pretendiera hacer y se publicara en el blog con la idea de enfrentarlo e intentar evitarlo. La gama de oportunidades que se le presenta a la progenitora para conseguir cercenar la existencia de su hijo, no ha variado, pues parece existir procedimiento médico, en cualquier parte del país, que legalmente permitiera llevarlo a cabo, según señalara el abogado del padre/madre cuando la progenitora intentaba lo que pareciera “comprar” diagnósticos e incluso “comprar” o “persuadir” sobre resultados o estudios médicos que pretendiera realizar con facultativos, para conseguir el mismo objetivo y meter al hijo en un sistema de reclusión una vez dañado definitivamente su cerebro en un procedimiento que le detallara el letrado. Es decir, comprar o influir en la conveniencia de expresar daños cerebrales para desde ahí autorizar lo que parece a todas luces una semi-eutanasia, como procedimiento legal.
De ahí, que
cuando durante el ingreso a la progenitora “se le autorizara” (mirando para otro lado el personal de planta- aunque fuera obvio en alguna ocasión que la
progenitora entrara a la planta embarazada a los 66 años, de semejante paquete
de comidas a base de azúcar que llevara debajo del vestido, y que sin pudor
pasaba saludando al personal de planta ) a meter comida a base de azúcar y también botellines diarios de
agua (un botellín pequeño para ella, de
una marca diferente a otro botellín que se viera de aspecto re-usado de marca
diferente, mientras el de la progenitora tenía el agua congelada y el del hijo
no) y siendo que cuando se cortara el pelo al hijo, al mes y medio de estar
ingresado, la progenitora pugnara por localizar donde se hallara el pelo
cortado – que el padre/madre
guardara por así señalarlo el hijo en ocasión previa - y mirara en papeleras del parque adyacente, donde se
lo cortara el propio hijo, ante el tira y afloja de ir a la peluquería o cortárselo
él mismo, después de
frustrarse la intención de la
progenitora de arrastrar al hijo
a una peluquería. Si el lector considerara que esto no es como una peli de Alfred Hitchcock, será
probablemente porque ya considerara que la existencia, apenas, se despega de lo
que el director de cine relatara en sus pelis, y no lo considerara en absoluto
ficción alguna (desde la ventana indiscreta, pasando por luz de gas,…).
El caso fuere que la progenitora, que solo fuera una
vez o dos al año a la playa; en cuanto ingresan al hijo va todos los fines de
semana y le dijera al hijo que fuera a la playa; e incluso cuando el
hijo ya de alta, siguiera diciendo que fuera a la playa. Al parecer todo ello
giraba en la idea de que “habiendo montado ella y el hermano” lío jurídico en
Barcelona, para traer al hijo (que ellos mismos lanzaron a tal aventura de
buscar familia lejana, al cerrarle las puerta aquí – de la indigna, perversa en maneras y formas señalada en artículo anterior) la progenitora pareciera que tal interés se centrara en construir y asentar
el relato que aquí, en esta ciudad, hubiera conseguido construir durante años,
pero teniendo que abreviar en tiempo para asentarlo (de ahí la multitud de
viajes a BCN, donde atenderían al hijo en primera instancia en el hospital
Clinic y desde donde llamaran al padre/madre preguntando, lo primero, si estaba
casado o en pareja (y que pareciera cuestión esencial evaluar previamente,
probablemente para considerar cómo enfrentarse con el relato: o sólo del padre, o
de una pareja; y que fuera estimulada la pregunta por la propia progenitora,
que desde aquí con el hermano, urdieron tal historia para hacer posible la
vuelta forzosa del hijo en vez de la persuasión que ahora exigieran cuando se
halla aquí. Y que no solo fuera vergonzoso el cuestionario telefónico realizado por la
médica de guardia del Clinic, antes de decirle al padre/madre cuál era el estado
del hijo, que se reservara decir al final. Aun fuera más inaceptable la
conversación llevada a cabo con la médica que dijera llevarlo en planta en el
Clinic, que llegara a burlarse del padre, asegurando que poseyera información
clara y precisa de que el padre/madre no sabía llevar su propia casa y ni siquiera
hacer una comida (lo que dejaba a las
claras el tipo de influencia realizada por la progenitora y hermano en dicho
hospital Clinic de BCN) pues así usaba “el ojo clínico” tal psiquiatra con
el padre/madre sin conocerle – para que evalúe el lector el grado de prejuicios
que es capaz de estimular la progenitora ayudado del hermano, hasta el punto de
que la psiquiatra no precisa ni conocer al padre para saber lo esencial de él, desde su punto de vista médico, y extrapolar conductas y rutinas que ni conoce –
Este sería el nivel de ciertas
especialidades en España (antes de coger el teléfono, de una llamad del padre/madre, a
más de 300 km y sin haberlo visto nunca, una médica psiquiatra del Clinic de
BCN ya sabe todo de él; por lo que vean Vds, la facilidad que tuviera la progenitora
para conseguir sus objetivos con sólo conseguir que el hijo ponga el pie en
Catalunya).
Así que asentando de tal manera el relato de la
progenitora, bastaba ir reiterándolo en visitas "a la pretendida playa" para asentarlo y, a su vez, por
medio de relatos infumables sobre el propio hijo, convencer de que la mejor
solución, que ya tuviera preconcebida, sobre lo que pensara como conveniente
hacer al hijo. De tal guisa que consiguiera, según parece, contactar con
personajes que pensaran como ella, y arbitrar la misma solución que tuviera
pensada aplicar aquí, por medio de la misma idea de influir o “comprar” informes
profesionales que le permitieran acreditar tal solución para el hijo como
conveniente (reiteradamente se ha señalado en los medios de comunicación que
ello de comprar se prestara cualquier profesión, en razón de avalar lo que fuera
menester, como señalara en RNE-R5 recientemente) siendo además que la
progenitora ya lo señalara en San Mateo, que ese fuera su propósito respecto
del hijo, al mecánico de dicho pueblo, que tan eruditamente le diera la razón
en ocasión grabada por el hijo y pasada al padre – cuando se trata de de hablar
por hablar aquí se apunta cualquiera y la suelta como quien "hace una gracia".
Si, según explicara letrado, se mete a la persona 4 días
sedado y sin comunicación y a base de barbitúricos se le rompe la mente. ¿Qué
les parece? Procedimiento reglado y consentido legalmente en España y que a
todas luces parece no otra cosa que Eutanasia.
¿Algún partido político
en contra? En absoluto, es reglamentario y se practica por prescripción
facultativa con revisión de juez – que en España dice sí, porque previamente hay
informe médico que acredita tal conveniencia.
¿Alguien se espanta de lo que se ve aconteciendo? Para
nada, al revés, como se señalara en artículo anterior, ni siquiera reproche
social a progenitora o hermano – se pasaron al bando del poder y en ese bando,
como se señalara, parecen acogidos y dispuestos a prosperar, si hiciera falta
políticamente. Así que ya sabría el lector el tipo de valores transversales que
se hallarían en ciertas esferas de la política que de tal guisa amparan a tales
personajes. Tal vez algún día tengan ocasión de votarlos en una lista de
cualquier partido político. Por lo que no se engañen, ya saben qué tipo de
personaje(s) votarían.
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