¿"Soborno"
desde antiguos funcionarios públicos para "torcer" el normal devenir
positivo de una persona?
Soborno es el ofrecimiento, entrega, recepción o solicitud de
cualquier artículo de valor para influir en las acciones de un funcionario, u
otra persona, a cargo de un deber público o legal e inclinarlo a
actuar en contra de su deber y de las reglas conocidas. de honestidad e
integridad . [1]
Con respecto a las operaciones gubernamentales,
esencialmente, el soborno es "solicitud, aceptación o transferencia,
corrupta, de valor a cambio de una acción oficial". [2]
Bung es la jerga británica para referirse a un soborno. [3]
Soborno es un obsequio, ilegal o poco ético o un
esfuerzo de cabildeo otorgado para influir en la conducta del destinatario. Puede
ser dinero, bienes, derechos de acción, propiedad, ascenso, privilegio,
emolumento, objetos de valor, ventaja o simplemente una promesa de inducir o
influir en la acción, voto o influencia de una persona en una capacidad oficial
o pública. [4]
Sin duda, el soborno es parte
de la "violencia" estructural dentro de una sociedad occidental, (que se considerara avanzada), y
que enturbia las relaciones de la sociedad (entre sus
miembros) haciendo posible
un grave deterioro del desarrollo de las capacidades de las personas y/o el
ejercicio de las libertades de cada una de ellas (siendo sometidas esas libertades y derechos a un fin corrupto que, a
su vez, se considera, en ocasiones, superior y mejor que respetar las normas
democráticas y la inspiración que las plasmaran en los principios enunciados,
como valores supremos del Ser Humano, esenciales para las personas, y que se
plasman en una Constitución Democrática, como la nuestra)
En ese sentido, Organizaciones Supranacionales
vienen a señalar en "El Objetivo de Desarrollo Sostenible 16 de
las Naciones Unidas el objetivo reducir sustancialmente la
corrupción y el soborno en todas sus formas como parte de un esfuerzo
internacional destinado a garantizar la paz, la justicia y unas instituciones
sólidas. [5]
Suele ser común (y la experiencia lo viene reiterando) que las voluntades positivas de responsables de la Administración Pública - (ya sea de naturaleza puramente política, como instituciones del Estado, como si fueran otras de Gestión también sometido a la terminología Administrativa - como los Estatutarios - e incluso organizaciones más paralelas como Deportivas...etc) pueden torcerse y distorsionarse en el tramo o sector "intermedio" que debe aplicar las decisiones de alto nivel - e incluso en caso de la Sanidad, distorsionarse las indicaciones del facultativo, y aplicarse de manera torticera o poco profesional en lo que cabría considerarse corrupción procedente de un concepto de "soborno" (ya fuere para conservar el propio puesto, para tapar corrupciones del pasado, para hacer favores a dirigentes políticos "corrompidos" e incluso, a veces, simplemente, por presentarse una "información" opaca y poco transparente a la cual, los afectados por la misma, no pudieran oponerse por desconocerla, pero que trasladara al así "sobornado" la idea de que realizando "irregularidades" en su actividad profesional podría perjudicar a un "tercero", resultando ello ser un "bien superior" que estuviera a su alcance realizar (si acepta como verdadera la propuesta de relato que el sobornador/a, corruptor/ra, manipulador/a... presenta como cierta).
Tenemos un caso reciente, de hoy mismo en la
prensa, por razones políticas de tapar un hecho corrupto que acaba en delito y
vemos con sorpresa que lo que menos importara a los afectados fuera el cometimiento
de tal delito y les importara más dejarlo en segundo plano, a sólo efectos de
sostener una pugna política, donde lo que pareciera menos importante fueren los
hechos delictivos y las personas "delincuentes" que viven, contactan
o conviven con altos cargos públicos en el ejercicio de sus funciones.
Ver:
Editorial de “El Pais” hoy:
https://elpais.com/opinion/2024-03-20/intolerable-acoso-de-la-comunidad-de-madrid-a-la-prensa.html
Ver “la Asociación de Prensa” hoy:
(ese tipo de experiencias no censuradas en activo, de personas que obtienen un poder legal, podría dar lugar, a que una vez abandonado el ejercicio de tal misión pública, pensaran que fuera posible seguir usando de dicha capacidad de influencia, persuasión y/o soborno, para hacer que funcionarios públicos o responsables de salud, o quien fuera que fuere, prevaricaran en sus responsabilidades e hicieran mal su trabajo a sabiendas que lo realizan mal (y a su vez sentirse cubiertos y a salvos aunque las consecuencias fueren de fallecimiento de un tercero inocente) .
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