Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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miércoles, 17 de octubre de 2012

La ética y la estética



Lo primero que me sorprendió al entrar en el concepto de ética (que en español no tiene diferencia con el de moral según la Real Academia de la Lengua) es que filosóficamente, de igual manera que se intuye, existe verdadera diferencia entre una y otra, como se reconoce en otra lenguas. Así, mientras la ética tiene que ver con la integridad corpórea y su preservación, adherida a una identificación espontánea del individuo por esos valores, la moral tiene más que ver con normas sociales de naturaleza coercitiva. Es decir, uno preserva su vida y su integridad, y en esa preservación protege, o tiende a proteger la vida de los demás como parte de la protección de su propia vida (incluyendo, aveces, la de otros mamíferos de distinta especie e incluso cualquier forma de vida). De esta manera la vida, en el pensamiento, alcanza un valor superior.

La moral tiene más que ver con las normas morales que la sociedad se impone para preservar la convivencia ordenada. Cuando una persona se identifica espontáneamente con el derecho a la vida de otro ser y su integridad decimos que sostiene valores éticos; pero cuando la sociedad impone normas para la protección de personas habrá individuos en los que no existe dificultad para cumplirla, pero para otros, que no se identifican con ese valor ético precisa de la sensación de coacción que tienen las normas sociales para observarla.

De esta manera, los derechos humanos se engloban, en gran medida, dentro de los valores éticos de las personas y conforman la esencia de los derechos civiles de las personas. Por el contrario, los derechos de los pueblos se pueden englobar en valores morales, que se respetan por coacción.
“Dicen que, antiguamente, los sabios observaban el mundo buscando lo previamente intuido e incluso algunos leían libros de otros sabios y comprobaban si lo descrito era cierto o no. No existía una regla para el saber que no fuera el camino individual, a veces promovido por un maestro. El saber así resultante solía chocar con los gobernantes pues eran de distinta naturaleza los unos y los otros. Mientras que el gobernante dedicó toda su vida a la contemplación de las debilidades de sus rivales para poder acceder al poder (y en ese objetivo vulneró toda norma moral y ética) los sabios, por su condición, observaban las leyes con que la naturaleza obraba en la vida y de ello extraían su sabiduría. Eran capaces de crear. Los gobernantes sólo eran capaces de mandar, coaccionar y matar y difícilmente conseguían que ningún sabio se pusiera a sus órdenes. Así que las disputas entre unos y otros eran frecuentes y casi siempre se saldaban con la muerte cruenta del sabio.

Así que se les ocurrió crear escuelas y ateneos, para que los sabios sólo fueran sabios si los gobernantes lo decidían (y eligieron para ser sabios a los más fieles)".

Considero que la ética, en sí misma, es estética; pero la estética por sí sola (como argumento del poderoso), da lugar a aberraciones.

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