Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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lunes, 12 de noviembre de 2012

14N Huelga General... en Europa?




           No hay una huelga general en Europa, no es cierto. Si los sindicatos hubieran conseguido aunar criterios en Europa el tono de la movilización sería otro (sin embargo así la presentan en las asambleas de los puestos de trabajo, donde suman cualquier movilización convocada en Europa como si se tratara de un acto conjunto y coordinado). Los sindicatos españoles se juegan su existencia tal y como se ha concebido hasta el momento, eso sí. Y se la juegan después de 35 años de democracia, en la que los sindicatos han entrado a formar parte decisiva en el devenir del sistema democrático. Se han involucrado en todos los aspectos de la sociedad, sin dejar de lado la economía.  Incluso, con la anterior etapa del Presidente Zapatero, se consideraba al Secretario General de la UGT como ministro de facto.

                En un primer momento esta crisis se consideró, por algunos, como muestra del fracaso de la socialdemocracia y del estado del bienestar. Pero no da muestras Alemania, vanguardia de la misma, de que esta corriente ideológica haya fracasado. Más bien asumieron su responsabilidad cuando vieron que el mercado se volvía más competitivo e introdujo contención en el gasto y salarios hasta conseguir un adecuado nivel de competitividad y la crisis le ha cogido con el riñón resguardado y con un alto nivel de credibilidad.

               Nada de ello tiene que ver con la situación en España, acostumbrada a ser secundona,  yendo siempre a remolque, imitando eslóganes pero olvidando su contenido, aprovechando el momento sin pensar en el futuro. Es difícil pensar que la idea de dar créditos por encima del valor de los inmuebles se haya generado de espalda al criterio de los gobiernos, es muy difícil pensar en ello. También es difícil pensar que los sindicatos no dieran su bendición a esta formula en un momento en que el dinero corría a raudales. Es difícil pensar que si hubo alguna voz crítica, tanto en gobiernos como en bancos y cajas de ahorros, esta no fuera acallada por los Consejos de Dirección. (Baste recordar la respuesta del desaparecido Ministro de Economía Solbes frente a Pizarro, cuando le llamó apocalíptico por anunciar la llegada de una crisis , mensaje que tampoco pareció creer el PP). Los sindicatos también estaban ahí y callaron ante los grandes sueldos y privilegios alcanzados.

Nadie ha pedido perdón (salvo el rey y un banco en la ruina). Nadie ha pedido perdón porque aquí ello se considera un síntoma de debilidad.

Los sindicatos siguen pasando por los puestos de trabajo sin haber reconocido sus errores; buena prueba de que piensan volver a hacer lo mismo cuando la situación mejore.

Ni bancos, ni sindicatos, ni partidos, ni el Banco de España han pedido perdón en una crisis en la que ellos han estado no sólo involucrados, sino que también han sido los protagonistas activos del descalabro social. Tal vez esperen a que la situación sea desesperada, tal vez. El PSOE, después de las elecciones catalanas, debería pedir perdón  por su participación en esta crisis y reorganizar el partido desde la honestidad y el sentido común, que es lo que todos esperamos de ése histórico partido. Y los sindicatos, después de la movilización del 14 N, deberían pedir perdón por sus debilidades, por su miopía, y por delegar responsabilidades pero asumiendo criterios.

Tal vez, así, tuviéramos algo de esperanza, tal vez así todos tuviéramos una nueva oportunidad.







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