Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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jueves, 13 de enero de 2022

Lo que entendemos por Salud Mental no es nada con la realidad de la Salud Mental

 

Lo que entendemos por Salud Mental

no es nada con la realidad de la Salud Mental

 

El Ser Humano  y la vida en general desde la visión de la  Naturaleza

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Normalmente se señala que un proceso o brote de miedo extremo (psicótico) iba cediendo en su proceso natural de evolución y  va cediendo en un máximo de 6 meses (si no media la persistencia del entorno en machacar a la víctima del miedo con más amenazas y temores con la finalidad de que no se restablezca nunca, ni tenga etapas de descanso para la reflexión, con lo que ello comporta de desgaste físico y psicológico).

Todos sabemos qué es el miedo, aunque por lo general consideremos e incluso afirmemos que nos sentimos relativamente seguros. El miedo y la prevención ante el miedo siempre se halla en los momentos en que las condiciones del entorno “se modifican” creando cierta incertidumbre en el presente que puede proyectarse hacia el futuro inminente (por ejemplo; se de personas que tienen miedo a salir solas a la calle; nadie lo diría, y sin embargo, años después cuando ya somos veteranos sesentones, en comentarios de las épocas de juventud se hablaba de personas que para salir a la calle llamaban a  otras de confianza que ya conocían esa vulnerabilidad que se le solucionaba fácilmente con la presencie de compañía, y sin embargo afrontar la necesidad de ir a comprar o hacer un recado inaplazable se le hacía imposible en solitario). También todos nos prevenimos según sea la calle por donde vamos y “oteamos” o “captamos” casi inconscientemente las personas que se hallan en nuestras inmediaciones, “valorando” si “pertenecen al paisaje familiar cotidiano y aburrido” o si por el contrario salta a la vista que algo destaca de la anodina “normalidad” callejera que tanta seguridad nos da a todos.

Si es una persona familiar y conocida quien destaca del color urbano cotidiano, o unos músicos dando un tono singular de colorido musical de manera inesperada, o si realmente, de repente  se presenta un riesgo real del que hay que prevenirse, y que por lo general, forman parte del paisaje nocturno de una ciudad, donde aparecen personas  que prefieren o se encuentran más cómodas en la noche contemplando la luna o una ciudad medio vacía o incluso de bullicio nocturno; o que así contemplan oportunidad para algún objetivo o actividad concreta, desde la detección de “potenciales  víctimas” a las que poder acercarse y “medir” si realmente existe oportunidad para robar algo de  dinero, o un móvil, o entablar una conversación de la que se pueda extraer “información” relevante – si posee dinero o bienes o fortuna, familiares ricos – y si es así, indagar más allá donde se pueda entrever alguna vulnerabilidad desde la cual poner en marcha un “estrategia” ya usada e incluso gastada – pero siempre desconocida para un novato de la “ociosidad de la noche” - desde la cual poder obtener algún tipo de beneficio personal de cualquier naturaleza insospechada (insospechada para cualquier persona que piense que ¿porqué no todo el mundo va a ser bueno? y qué podría obtener una persona de hacer o crear un “mal” a otra).

Todo ello  sale del aspecto que mostramos  cada uno de nosotros cuando caminamos a solas o acompañados, ya sea de día o más conveniente de noche (porque la falta de luz hace posible que una potencial víctima ingenua sea aún más vulnerable ante la indefinición de los rasgos, los gestos o cualquier otro movimiento de sorpresa que pudiera alertar a otros viandantes de que se estuviera produciendo un “mal encuentro” que ninguna persona quiere para sí ni para otros – porque resulta obvio que todos, por el mero de existir en sociedad, de alguna manera hemos padecido situaciones similares donde percibimos con intensidad el miedo y nuestro organismo se dispone a la defensa o el ataque o la huída, porque somos todos de la misma condición de vulnerabilidad que cualquier ser animal). 

Es de tal naturaleza esa intensa experiencia de miedo, por la cual concebimos que se  halla en juego nuestra vida, que es tan “mal trago”  que no lo deseamos a nadie, ni a ningún semejante e incluso a ningún animal de compañía que se cruce con otro y se reten, o midan, para mostrarse (por medio de ladridos, actitud desafiante, gestos amenazantes, e intentos de morderse y agredirse), precisamente, lo contrario de lo que ambos pudieran sentir con gran intensidad, el uno respecto del otro: Miedo.

Y sin embargo, parece que hemos olvidado, que todos sentimos miedo y lo tenemos tan presente que se halla incorporado en nuestro ser como “sistema de alarma”; pues es de tal manera asumido e interiorizado desde niños, que convivimos con él e incluso, en ocasiones, del miedo surge la motivación para aprender sistemas muy complejos de defensa personal que se asumen como deportes por lo que requieren de entrenamiento, habilidad, disciplina metódica o precisión y equilibrio corporal; o a veces solo métodos e incluso maniobras sencillas y muy útiles para desviar o parar una agresión e incluso usar la energía que genera el agresor con intención de  hacernos daño para cambiarla  de dirección, de signo e incluso para desequilibrarle totalmente y poder o tomar la iniciativa de inmovilizarle a la espera de “auxilio” o directamente emprender  la huída a lugar más concurrido que pudieran socorrernos. Y nos socorren porque todos consideramos que agredir y violentar no son ni maneras ni formas convenientes para relacionarse; por el contrario  las consideramos formas y maneras destinadas a hacer daño y generar sumisión. 

Es claro que el miedo convive con nosotros de manera cotidiana desde que venimos a este mundo. A veces de manera irracional como presentimiento sin necesidad de que “aparentemente” exista una causa aparentemente objetiva. En un mismo contexto unas personas tienen miedo y otras no.

Llama la atención cómo por ejemplo, cuando en tv sacaron programas sobre cómo se realiza un aborto (imágenes duras donde  las haya) el comentarista señalara que el feto, aun siendo pequeño o muy, muy pequeño aún, “presiente el peligro” cuando el instrumento del cirujano entra en el líquido amniótico buscando el cuerpo del feto para trocearlo. Y señala que tiembla de miedo y las imágenes así parecen corroborarlo. Resulta ello extraño, porque siempre hemos concebido que para tener temor y miedo hemos de estar ante una situación o ambiente que nos evoca en la memoria una experiencia de temor absoluto; pavorosa situación que nos llevaría nuevamente al pánico  si no ponemos medios para prevenirnos o protegernos. Entendemos que el miedo aparece por algo ya conocido que infundiera ese terror y sin embargo podríamos decir que el miedo tal vez no sea eso (o al menos solo eso).

Volviendo al ejemplo del feto podríamos concebir que, en modo alguno, tiene el feto “experiencia de vida” y de miedo cuando el cirujano invade el líquido amniótico con sus instrumentos y, sin embargo, el feto “presiente” que “algo” no se halla “como debiera”. Probablemente cambia la temperatura del interior al rasgarse la bolsa amniótica e incluso el metal, en contacto con los fluidos que rodean al feto, lo modificarían su composición lo suficiente como para ser percibido por el feto. Temperatura, cambio de PH, tal vez sutil  cambio de la composición del liquido amniótico con el contacto de los instrumentos de metal (que ceden, sin duda, parte de su composición y aleaciones metálicas al liquido que rodea al feto…) y quién sabe qué más sucesos de cambios se suceden que son percibidos por el feto como “señal” de que  algo no “fuera bien” y de alguna manera, al temblar o agitarse lo hiciera por concebir de “alguna manera” que su existencia está en entre dicho, como realmente  lo está. Un video de una operación de aborto es una visión realmente espantosa, y sin embargo el proceso de fecundación, anidación y desarrollo del feto, por el contrario, evoca un misterio que parece que nunca podremos desvelar.  Prefiero mostrar el proceso y evolución desde la fecundación hasta el nacimiento que esas otras imágenes disponibles donde el proceso se corta, por lo muy duras y crueles que son.

(si nove el video pique en el enlace) 


Algunos podrían señalar que en el alumbramiento, el feto también pasa por una situación crítica donde se compromete su vida, por lo que el miedo y la muerte son parte de nuestra condición; señalándose así que la invasión por instrumentos quirúrgicos de la bolsa amniótica, donde el feto “presiente” un grave peligro para su existencia, es circunstancia propia de las “reglas” de la existencia, aunque en este caso sea para atender una decisión consciente y humana.

Es cierto, pero existe una diferencia esencial entre en estadio y otro. En el primer estadio el feto tiene un gran espacio a disposición dentro del útero que le permite  percibir todo lo que en ese fluido acontece como parte ampliada de su propio ser. El feto tiene  un hábitat que va más allá de su propio cuerpecito y que le es esencial  para su existencia aunque  ese hábitat no sea  él mismo. Y sin embargo, en el momento de  nacer ya  ha habido un largo proceso de reducción progresiva de ese hábitat fluido que le es esencial; su cuerpo ha expandido hasta ocupar la cavidad predestinada para él e incluso se percibe que las estrecheces son cada vez mayores y en ello parece existir también un compromiso de su propia existencia; y de hecho lo hay, porque el proceso del nacimiento será un momento de cambio de un ambiente a otro muy diferente que supondrá cierto riesgo de colapso, por lo que habrá que estimular, con cierta urgencia, al nuevo ser nacido, de manera muy activa lamiéndole todo su ser, para que con esos estímulos su sistema nervioso central reaccione al nuevo medio y hábitat. Incluso en ocasiones (tal vez más de las necesarias, porque en la Naturaleza ello no se observa) hay estímulos determinantes  que provocan el llanto asegurando la limpieza de las vías respiratorias, las expulsiones de flemas y la activación del sistema respiratorio.  Ese cambio no es un cambio sobrevenido e inesperado; en ese proceso hacia el nacimiento, se ha ido restringiendo el propio hábitat poco a poco hasta hacer imprescindible e  inevitable el hecho de nacer para seguir conservando la vida.

Decimos que hay sufrimiento si el proceso de nacer se prolonga en exceso, aunque en sí mismo el solo hecho de nacer es un trance muy estresante y comprometido donde no se sabe si el proceso acabará con éxito, en ese trance propio de la vida. Hay miedo, angustia, la vida se compromete; si se prolonga en exceso le damos ese mismo nombre de sufrimiento fetal porque puede traer consecuencias.

(si nove el video pique en el enlace)




También constatamos lo brutos que somos a veces los humanos cuando estructuramos científicamente nuestros conocimientos y los transformamos en actos para acompañar un nacimiento; y vemos en uno de los vídeos que realmente, algunos son bien brutos y bruscos en el trato al recién nacido). Por lo general, los conocimientos científicos suelen estructurarse para todo, y a la vez, en muchas ocasiones ello lleva a “distanciarse”  de nuestra propia condición humana  y aplicarlos, a veces, como vemos en estas imágenes que, al menos a mí, me dejan de piedra (pero no es ese el único ámbito donde la ciencia aparece, a veces, como una ciencia usada por algunos brutos)


https://www.youtube.com/watch?v=do6tsAnANa8

En el mundo animal el nacimiento se ve de manera más armónica, aunque no exenta de los propios riesgos que conlleva la vida en situaciones o momentos de vulnerabilidad como esos  (un predador podría aparecer y acabar con la vida naciente).


https://www.youtube.com/watch?v=A9hg7evwRwA

Incluso a veces, un macho puede atacar a una cría (incluso a varias)  para asegurarse satisfacer su deseo sexual con la madre. En este caso se nos muestra como el instinto de un elefante macho así actúa frente a la perplejidad del resto de la manada. Maltrata a una cría porque sigue teniendo una erección y concibe instintivamente que podrá seguir teniendo placer si la cria muere “accidentalmente”. Es decir, no la mata de un pisotón (que  sería algo que probablemente es muy inaceptable)  sino que le golpea constantemente a ver si de un golpe muere. En las imágenes vemos como la cría, que está siendo agredida, busca amparo que nadie se atreve a darle.


https://www.youtube.com/watch?v=QWEoSEMqbNA

Es cierto, y evidente, que la vida tiene cierto componente contradictorio, pues como vemos en las imágenes del video, la violencia contra las crías suele ser común ya sea en razones como la  señalada o a  veces por otros motivos también similares contra las  crías.

Las crías son el resultado de ese impulso natural – guiado por la actividad hormonal, que es un recurso impresionante de la Naturaleza que acontece en todo ser vivo, desde el mundo vegetal al animal y humano  - cuya consecución de su “mensaje” a veces se premia con extremo placer físico (como es el orgasmo) para dar lugar a la concepción de un nuevo ser; en este caso, las crías son el obstáculo para seguir teniendo el placer biológico más sublime de la existencia animal como es el que producen los orgasmos, y en consecuencia, en situaciones concretas, molestan la existencia de las propias crías para seguir experimentando ese intenso placer (y no es cuestión baladí, en la condición humana,  ser varón o hembra no evita similar conducta; la búsqueda de  ese placer intenso, como lo es el sexual, puede llevar a la violencia y el desamparo de las propias crías e incluso dejarlas en soledad; sobre todo si existen precedentes y se mantienen relaciones con personas que siguen ese mismo criterio preferencial, donde el sexo de los adultos siempre tiene prioridad sobre los hijos/hijas en cualquier ocasión).

 

Las Hormonas Gobiernan la Vida.

(¡¡¡y cómo la Gobiernan!!!)

 (sólo para aquellos que se sorprendan de cómo es posible acabar con criaturas indefensas por influencia hormonal, se incluye las definiciones de hormona y su funcionamiento y objetivos en la Naturaleza y en especial en los animales, especialmente en el Ser Humano, que también es capaz de estas barbaridades a pesar de concebirnos especie sabia y por lo tanto avanzada).

Se puede seguir leyendo hasta su final sin precisar entender profundamente estos conceptos biológicos que son capaces de desatar violencia contra seres indefensos en cualquier ambiente de la Naturaleza Animal incluido el Ser Humano en sus aspectos Hembras/Machos.


En una definición sencilla: Las hormonas son sustancias segregadas por células especializadas, localizadas en glándulas endocrinas (carentes de conductos), o también por células epiteliales e intersticiales cuyo fin es el de influir en la función de otras células. Desde el punto de vista químico son moléculas de naturaleza orgánica, principalmente proteicas, y cumplen su función, es decir son activas en muy pequeña cantidad.1​ La especialidad médica encargada del estudio, prevención y tratamiento de las enfermedades que afectan a estas moléculas humanas es la endocrinología.

El término «hormona» fue utilizado por primera vez en 1905 por William Bayliss, es un término que deriva del verbo griego ὁρμἀω ('poner en movimiento, estimular'), aunque ya antes se habían descubierto dos funciones hormonales; la primera fundamentalmente del hígado, descubierta por Claude Bernard en 1851 y la segunda fue la función de la médula suprarrenal, descubierta por Alfred Vulpian en 1856. La primera hormona que se descubrió fue la adrenalina, descrita por el japonés Takamine Jōkichi en 1901. Posteriormente el estadounidense Edward Calvin Kendall aisló la tiroxina en 1914.

Las hormonas pueden ser estimuladas o inhibidas por:

·  Otras hormonas.

·  Concentración plasmática de iones o nutrientes.

·  Neuronas y actividad mental.

·  Cambios ambientales, por ejemplo luz, temperatura, presión atmosférica.

 

La definición más sencilla se encuentra en alemán:

Una hormona es una sustancia mensajera bioquímica que es producida por células especiales (en glándulas endocrinas o tejidos celulares ) y liberada en la circulación del cuerpo como un ingrediente activo endógeno. Esta sustancia de señal pone en marcha efectos específicos o funciones reguladoras en ciertas células de los órganos sucesores , especialmente en ciertos procesos metabólicos . El proceso biológico resultante representa un caso especial de transducción de señales Químicamente, las hormonas son compuestos de bajo peso molecular u ocasionalmente péptidos (los llamadoshormonas peptídicas ).

La ciencia del estudio de las hormonas se conoce como endocrinología . En consecuencia, un endocrinólogo es un científico o médico que investiga las hormonas, sus modos de acción y las enfermedades de los procesos hormonales. La palabra hormona , utilizada en 1906 para los ingredientes activos de las glándulas secretoras internas, se deriva del griego antiguo ὁρμᾶν hormān , 'impulsar, excitar'. [1]

La definición en español es más enrevesada para un neófito:

Una hormona (del participio griego ὁρμῶν , "puesta en movimiento") es cualquier miembro de una clase de moléculas de señalización en organismos multicelulares , que son transportadas por intrincados procesos biológicos a órganos distantes para regular la fisiología y el comportamiento . [1] Las hormonas son necesarias para el correcto desarrollo de animales , plantas y hongos.. La definición laxa de una hormona (como una molécula de señalización que actúa lejos de su sitio de producción) significa que muchas clases diferentes de moléculas pueden definirse como hormonas. Entre las sustancias que pueden considerarse hormonas, se encuentran los eicosanoides (p. ej., prostaglandinas y tromboxanos ), esteroides (p. ej., estrógenos y brasinoesteroides ), derivados de aminoácidos (p. ej., epinefrina y auxina ), proteínas /péptidos (p. ej., insulina y péptidos CLE ) y gases (p. ej., etileno yóxido nitroso ).

Y la definición en ingñllés mucho más técnica:

Las hormonas se utilizan para la comunicación entre órganos y tejidos . En los vertebrados , las hormonas son responsables de la regulación de muchos procesos fisiológicos y actividades conductuales como la digestión , el metabolismo , la respiración , la percepción sensorial , el sueño , la excreción , la lactancia , la inducción del estrés , el crecimiento y el desarrollo , el movimiento , la reproducción y la manipulación del estado de ánimo . [2] [3]En las plantas, las hormonas modulan casi todos los aspectos del desarrollo, desde la germinación hasta la senescencia . [4]

Las hormonas afectan a las células distantes al unirse a proteínas receptoras específicas en la célula diana, lo que provoca un cambio en la función celular. Cuando una hormona se une al receptor, da como resultado la activación de una vía de transducción de señales que normalmente activa la transcripción de genes , lo que da como resultado una mayor expresión de las proteínas diana. Las hormonas también pueden actuar en vías rápidas no genómicas que pueden ser sinérgicas con los efectos genómicos. [5] Las hormonas solubles en agua (como los péptidos y las aminas) generalmente actúan sobre la superficie de las células diana a través de segundos mensajeros . Las hormonas solubles en lípidos (como los esteroides) generalmente pasan a través de las membranas plasmáticas de las células diana (tantocitoplasmático y nuclear ) para actuar dentro de sus núcleos . Una notable excepción a esto son los brasinoesteroides en las plantas, que a pesar de ser solubles en lípidos, todavía se unen a su receptor en la superficie celular. [6]

En los vertebrados, las glándulas endocrinas son órganos especializados que secretan hormonas en el sistema de señalización endocrino . La secreción de hormonas se produce en respuesta a señales bioquímicas específicas y, a menudo, está sujeta a una regulación por retroalimentación negativa . Por ejemplo, un alto nivel de azúcar en la sangre (concentración de glucosa en suero) promueve la síntesis de insulina . Luego, la insulina actúa para reducir los niveles de glucosa y mantener la homeostasis , lo que lleva a niveles reducidos de insulina. Tras la secreción, las hormonas solubles en agua se transportan fácilmente a través del sistema circulatorio. Las hormonas solubles en lípidos deben unirse a las glicoproteínas plasmáticas portadoras (p. ej., globulina transportadora de tiroxina).(TBG)) para formar complejos ligando- proteína. Las hormonas completamente activas pueden liberarse en el torrente sanguíneo (como se ve en la insulina y las hormonas del crecimiento), pero algunas viajan como prohormonas que deben activarse en células específicas a través de una serie de pasos de activación que comúnmente están altamente regulados. [7] El sistema endocrino secreta hormonas directamente en el torrente sanguíneo , generalmente a través de capilares fenestrados , mientras que el sistema exocrino secreta sus hormonas indirectamente a través de conductos . Las hormonas con función paracrina se difunden a través de los espacios intersticiales. al tejido diana cercano.

Las plantas carecen de órganos especializados para la secreción de hormonas, aunque existe una distribución espacial de la producción de hormonas. Por ejemplo, la hormona auxina se produce principalmente en las puntas de las hojas jóvenes y en el meristemo apical del brote . La falta de glándulas especializadas significa que el sitio principal de producción de hormonas puede cambiar a lo largo de la vida de una planta, y el sitio de producción depende de la edad y el ambiente de la planta. [8]

La señalización hormonal implica los siguientes pasos: [9]

1.Biosíntesis de una hormona particular en un tejido particular.

2.Almacenamiento y secreción de la hormona.

3.Transporte de la hormona a la(s) célula(s) diana.

4.Reconocimiento de la hormona por una membrana celular asociada o una proteína receptora intracelular .

5.Retransmisión y amplificación de la señal hormonal recibida a través de un proceso de transducción de señales : esto conduce a una respuesta celular. La reacción de las células objetivo puede entonces ser reconocida por las células productoras de hormonas originales, lo que conduce a una regulación a la baja en la producción de hormonas. Este es un ejemplo de un ciclo de retroalimentación negativa homeostática .

6.Desglose de la hormona.

Las células productoras de hormonas se encuentran en las glándulas endocrinas , como la tiroides , los ovarios y los testículos . [10] La exocitosis y otros métodos de transporte de membrana se utilizan para secretar hormonas cuando las glándulas endocrinas reciben señales. El modelo jerárquico es una simplificación excesiva del proceso de señalización hormonal. Los receptores celulares de una señal hormonal particular pueden ser uno de varios tipos de células que residen dentro de varios tejidos diferentes, como es el caso de la insulina , que desencadena una amplia gama de efectos fisiológicos sistémicos. Diferentes tipos de tejidos también pueden responder de manera diferente a la misma señal hormonal.

Efectos en el Ser Humano:

Las hormonas tienen los siguientes efectos en el cuerpo: [28]

·  estimulación o inhibición del crecimiento

·  ciclo de vigilia-sueño y otros ritmos circadianos

·  cambios de humor

·  inducción o supresión de la apoptosis (muerte celular programada)

·  activación o inhibición del sistema inmunológico

·  regulación del metabolismo

·  preparación del cuerpo para aparearse , pelear , huir y otras actividades

·  preparación del cuerpo para una nueva fase de la vida, como la pubertad , la paternidad y la menopausia

·  control del ciclo reproductivo

·  antojos de hambre

Una hormona también puede regular la producción y liberación de otras hormonas. Las señales hormonales controlan el ambiente interno del cuerpo a través de la homeostasis .

La palabra clave de este proceso natural es la “estimulación”, a la que volveremos más adelante tal vez en otros artículos, por su importancia no solo en la Naturaleza sino en el mundo animal y en la Sociedad Humana allá donde se halle, pues tiene implicaciones familiares (además de sociales y políticas vinculadas, también, con la seguridad  del propio Estado, como veremos tal vez en próximos artículos, ya que es noticia reciente este aspecto en nuestras sociedad).

Así pues, al igual que ese elefantito, que nunca ha tenido previamente experiencia de violencia por un adulto  (ya que es prácticamente recién nacido) a los niños les ocurre lo mismo y les es impensable  que solo  por sexo o sexualidad o cuestiones similares, sean agredidos y violentados cotidianamente, dejándoles una “huella” que sin duda les acompañará casi toda subida, si no son “protegidos” de esa experiencia y “compensados” con un “amor” y “amparo” que les haga superar esa experiencia previa; y aún así, cualquier escenario similar les recordará sin duda aquella experiencia propia; desatando manifestaciones de miedo o terror que si son persistentes por haber tenido que vivir en soledad con ello, le llamarán los expertos “Psicósis” y desde ahí sumarán otra vida al gran negocio que supone hoy en día Salud Mental en todo el mundo que llamamos civilizado.

 

Cómo tratamos la Vida los Humanos

(realmente increíblemente mal)

Hay que preguntarse el motivo por el cual los adultos (sin distinción de sexos, sean padres o madres) son capaces de ningunear así una vida de una criatura o de varias de ellas, sin desinhibir racionalmente sus impulsos hormonales y ponerlos por delante de vidas inocentes.

Si bien hemos aceptado el aborto como medio e instrumento para hacer más viable una vida de una mujer (sin duda porque al feto no lo vemos y se halla oculto a nuestra vista) no cabe entender que personas a las que les ha asistido ese derecho de prevalecer sobre otras que en potencia nacen, puedan llegar a atribuirse con posterioridad el derecho de ya una vez nacidas esas vidas, elegir de ellas quien prospera o no, como si tuvieran derecho a un segundo “aborto” sobrevenido en razones o de honor o de capricho o de resarcimiento contra otros por  medio de una víctima inocente; haciendo imposibles esas vidas, trastocándolas, tramando constantemente contra ellas y poniéndolas en dificultades e incluso, cuando ya el trastorno se presenta por ese mal trato, persistir para que del mismo nunca ya salga estimulando una y otra vez temores infundados o señalando culpables (a una mente que busca discernir “qué mal hice al nacer, que en naciendo me encierran y buscan mi muerte”) para señalar culpables de su encierro a quienes precisamente se quejan del mal proceder que justicia y Salud Mental ejercen de manera tan arbitraria en razón de derecho que asiste a toda mujer de decidir sobre  la vida de sus hijos incluso ya nacidos y en edad de despegarse plenamente e incluso en contra de criterio médico que sale a la luz.

Cuando un ser es así tratado como el elefantito pero por una madre, de manera constante y en un acoso perpetuo, podemos entender la inseguridad que aparece, porque es manifestación de que no solo no le enseñaron sino que no se le permitió aprender en las relaciones sociales porque no tienen “espejo” donde mirarse. Y si un informe médico señala la falta de figura paterna se debe preguntar si los malos tratos extremos tienen que ver o no, o si una mujer cuando se separa no tiene el deber de atender a esa necesidad de los hijos (como señala la parte final de la peli. “Un pequeño cambiodonde da cabida al padre como figura referente deseada y añorada por el hijo, siendo consciente de  su responsabilidad como madre.

Pero hay quienes se separan o divorcian por libertad personal (una vez adquirido el rango de verdadera Señora/Señor, a los ojos de la sociedad al adquirir el rango de Madre, sobre todo en nuestra sociedad mediterránea) para dar rienda  suelta a sus hormonas  y si en ello tienen dificultades con los hijos parecen poner en marcha la idea de un segundo aborto. Lamentablemente en esto parece haber tolerancia social, porque la manifestación de las psicosis son expresión del miedo que ya se interioriza y preside la  vida de los que así han sido tratados sino cesa de una vez el maltrato persistirá indefinidamente truncando, abortando, una vida en vida.  

Imaginemos un informe médico que sea benevolente y diga:


Y que el contexto de análisis psiquiátrico diga:



Contradiciendo el informe que aceptaría Fiscal y Juez para ingreso forzoso invadiendo un hogar sin consentimiento ni aviso al dueño de ese hogar.

Y lo lamentable es la distancia que se muestra desde los medios jurídicos y judiciales ante ingresos forzados injustificados y cómo lo justifican luego en auto o sentencia en “base a que hubo ingreso efectivo y no se opusieron” aunque se pudiera estar horas en la sala de urgencia para determinar “qué hacían” e incluso preguntar a un potencial paciente  si es periodista (por miedo a un reportaje desde dentro) y tener que apelar al testimonios de familiares por teléfonos  que daba el potencial paciente,  para entender de qué va un ingreso forzoso judicial  sin documento aportado al respecto, y en última instancia, a veces una decisión como esta – que quita todo derecho a la libertad – se puede llegar a tomar bajo el principio jurídico de “si hay mandamiento judicial, aunque no lo tengamos en la mano, y no sepamos de qué va, habrá que internarlo”(¿?).

Se muestra como en un documento judicial (“sección” del mismo) se justifica dicha afirmación en términos complejos redactada (más complejo que este que escribe en un blog, con la intención de que sea críptico el lenguaje y entendimiento de la errónea decisión tomada en ese momento, que no en otros pudiera haberse dado circunstancia)


Una persona en esta vivencia de miedo continuo (que llaman psicosis y que cualquier lector entenderá como cercana a su propia experiencia vital) para ellas no existen momentos especiales donde mejor prevenirse y tomar decisiones desde otro punto de vista más práctico porque sus vidas están siendo presididas por un estado de “emergencia permanente” y tienen que vivir y decidir bajo esas condiciones que un observador no entendería y por eso le llaman locos, porque, por no entender, no entienden ni la manera de quejarse (“dame un vehículo sin averías” cuando se  refieren a que tienen ampollas en los pies y desearía en vez de andar ir en coche porque no tienen ni sitio donde dormir) ni la manera de expresarse ni sus preocupaciones por la violencia social y personal; aunque incluso la puedan ejercer por el mero hecho de tener miedo casi insuperable (lo que en términos jurídicos se concibe como eximente).

Y aún hay gente aborregada en el entorno social diciendo que asiste derecho a los adultos de realizar esos maltratos a los hijos cuando les apetece follar por ahí (dejarlos solos horas o algún día, pegarles porque se quejen o lloren…) y a veces lo “hacen” con gente poderosa que les importa un bledo como traten a sus hijos si ellos se echan un polvo inesperado fuera del ámbito de su propio matrimonio. Esta “coherencia” deja a cualquiera pasmado.

El miedo es expresión de algo conocido o de un cambio de ambiente que lleva a un gran temor (porque no tocaba, como señala el temor del feto cuando un instrumento rompe la bolsa amniótica buscando su cuerpecito para trocearlo). No es gratuito lo que dicen las personas bajo ese estado – que debiera ser transitorio. Hay desencadenantes y provocaciones para que estos brotes se produzcan, por “estimulación”, al igual que las propiedades de las hormonas son capaces a distancia de provocar reacciones a distancia con bajas dosis de “sustancia activa”. Para ello basta conocer a la personas, más si son cercanos, como una madre o pareja,  y tocar  sus “miedos suevamente o simplemente insinuarlos”.

El miedo que se presenta y no podemos o no tenemos medios para controlar la adversidad que se nos muestra, nos puede llevar a un estado de psicosis.(facturas que no s e pueden pagar, una crisis que arruina nuestro negocio, ser acusados de algo inesperado,…  nuestra vida sin alguien a quién amábamos… ) Afortunadamente todos tenemos (la mayoría) personas cercanas que nos apoyan y amigos que se pondrán de nuestro lado y nos amortiguarán el golpe y lo frenarán o nos darán recursos  para salir indemne.

Sin embargo, aquellos que han sido señalados con el nombre de Psicosis nadie les amparará (aunque ellos también tengan miedo o hayan padecido momentos de psicosis que superaran porque alguien les ayudó). Para estos queda la soledad, la medicación a veces abusiva y el encierro a veces perpetuo si nadie sale  a su encuentro a apoyarlos y defenderlos.

El miedo no viene “porque sí”, para nada, ni para nadie; y quien se sienta sin miedo puede esperar acontecimientos, dado lo revuelto que se halla el mundo.  

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Estimados amigo Antonio (y Felipe),

Estoy ya de regreso en Zaragoza (ayer salí aprovechando uno de los precios baratos de AVE en uno de los billetes y coincidiendo que me cambiaban de turno de trabajo el martes – mi turno natural esta semana hubiera sido de tarde, de siete días, pero las bajas por Covid están siendo numerosas y el lunes y martes estuve de turno de mañana  y el miércoles entraba de turno de tarde, quedándome casi 24h libres, entre las 14h del martes y hoy las 14h para entrar a trabajar en turno de tarde); a veces me lo pide el ánimo, pues siento que no he de dejar al hijo a mucha distancia por mucho tiempo y que de alguna manera debo de “estar cerca”; no lo puedo explicar bien; además había motivo concreto pues el domingo pasado cuando iba a retornar de Barcelona después de haber estado con el hijo – y sorpresivamente como nunca antes, me pedía distancia física cuando le llevé el móvil y ropa de abrigo que había comprado en una de las tiendas del barrio que vende ropa especial de trabajo; siendo esa ropa más robusta, “sufrida” y más apropiada para el abrigo ante la situación de que se quedaba ya en la calle a dormir - y por ello lance un par de artículos a ver si la “conciencia familiar” y social se “movilizaba” y les entraba algo de “humanidad” para hacer frente a los prejuicios  tan arraigados y que parecen formar parte de una nuestra cultura que parece dar por “amortizadas” las vidas de quienes conciben no “encuentran el camino” para “entender”  esta sociedad  - que sigue considerando imprescindible el uso de la coacción y la violencia expresa como parte del sistema de educación familiar para la adaptación al mundo que hemos creado y en cuyas consecuencias “sigue” la sociedad sin establecer “causa/efecto”, permitiendo, como en este caso, que el sufrimiento de las personas se acreciente desde el impulso (o la grave omisión) del propio entorno familiar hasta el punto de crear en él una constante preocupación sobre el mundo que le rodea, la búsqueda de respuesta sobre el comportamiento que considera “animal” o “arbitrario” o “desentendido” o “simplemente bruto” de adultos que le han rodeado desde niño,  intentando aportar soluciones desde un enfoque, y por medio de un lenguaje, en el que “nadie se para a meditar”; y sobre todo, desde un dolor interior espiritual, que no termina de cesar, y se hace presente en él como si realmente fuera la “literalidad” de la existencia; cuestión tan preocupante que es el centro de su pensamiento y su  ser, sin atender a otras referencias vitales y comunes en la gente para distraerse, entretenerse, y construir una vida en cierta manera más alegre y divertida porque en su caso se compromete su libertad a la fuerza de manera reiterada. (hay que recordar que cualquier referencia “diferente” la apartaron de su camino como si se tratara de una “aberración” intolerable, de la cual, ni merecía emplear el mínimo tiempo necesario para explicarla, o explicarse, como técnicos en salud mental, o jueces, o fiscales (al menos nada llegó de esos criterios al padre).

Antonio,  incluso la última vez que fui a estar cerca de él, pasé la  noche en la estación con otros sin techo, a solo los efectos de acompañar moralmente al hijo y saber qué realmente está viviendo; y encontrarle sentido, algún sentido que expreso en este blog.

Ojalá mi hijo, todos ellos, y los que se encuentran en situación similar, algún día puedan disfrutar, desde su verdadera libertad (entendida en su aspecto honesto y verdadero: “No se puede ir a  comprar al mercado sino sabes las cuatro reglas”, porque si no las sabes no eres libre, ni lo seréis  con esa carencia). Dependeréis de la Buena Fe de una España Tirana, de Camisa Blanca, de Machete al cinto, de Asesinos a sueldo entre calles y callejones que se esconcen tras una Capa con la que se tapan el rostro, mercenarios de gente poderosa (como en la muerte de Cyrano) y que deambulan en la oscuridad noche (y hoy en cualquier lugar inesperado sea de día o noche); de Alas Tristes que se venden tanto para ir a la guerra como para servir al Estado (que no deja de ser una falsedad ese personaje, porque nadie que posea la integridad que manifiesta, puede con una mano matar a sueldo y con la otra ser tan peligroso por su concepción del honor íntegro, que se le pida por favor “Se haga matar fuera de España” porque su muerte pondría a demasiada gente en sospecha). Una España que por su violencia fratricida se le dijo que no es Europa (África empieza en los Pirineos), pero que llueve sobre mojado cuando España es acusada desde el S. XVI de violar, como costumbre, a sus propios hijos e hijas  para mantenerlos en la sumisión y sean conscientes de que son despreciados mientras no sean fuertes y con capacidad de intimidar.

Algo debe cambiar. Y mientas me asista el derecho a hablar, hablaré.

Un abrazo y Gracias por estar ahí.


El miedo no viene “porque sí”, ni por nada, ni para nadie; y quien se sienta sin miedo puede esperar acontecimientos, dado lo revuelto que se halla el mundo.  

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