Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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miércoles, 6 de mayo de 2020

El Doctor le dijo: Sólo es “mala leche”


El Doctor le dijo: Sólo es “mala leche”, 
Desde los 23 años iba a la consulta privada del psicoterapeuta que le atendió por primera vez. Aquél hombre le había visto sobrellevar y remontar situaciones de las que estaba convencido que cuya inicial traba era la imagen de la mujer (que solía ser por entonces una de las causas más generalizadas por las cuales los jóvenes varones recibían ese shock, esa impresión, que si no se “digería bien” acababa por generar y producir efectos depresivos … una reacción cuyo itinerario estaba destinado a la “digestión” y “asimilación” de cómo son en realidad las personas, todas; pero en este caso concreto las mujeres; pero también era posible en caso contrario respecto de las chicas con la visión del hombres). 
Todos somos personas y como tales, en esta sociedad, hemos sido orientados hacia la idea de que vivir en pareja y formar familia, es la meta de toda persona; meta que permite la fácil integración y aceptación social; ahí, desde esa unión de pareja destinada a tener hijos, la sociedad visualiza los roles de cada uno y viene a comprender, al menos por encima, que todos nos enfrentamos con situaciones parecidas, con crisis similares a resolver, y los problemas en la educación de los hijos suelen pasar por etapas y fases similares con mayor o menor fortuna.   
La apertura y aceptación de nuevos roles en las personas, a partir de la entrada en democracia, ponía el acento en las libertades individuales de cada persona; así se venía a aceptar que cada persona ante las circunstancias concretas que le rodeaban en su entorno familiar y social (por ejemplo: cómo se relacionaban y solucionaban los problemas en el seno de las propias familias, cómo sus miembros gestionaban los problemas internos y externos a la familia, qué perfil era el dominante y si imponía o por el contrario persuadía para encaminar soluciones a cada miembro o en el orden diario de la propia casa; en la relación con los problemas procedentes del exterior social) podrían optar por opciones vitales que anteriormente podrán ser descritas de informales y en algunos casos recibir incluso cierto reproche social; (por ejemplo en el ejercicio de la libertad y experiencia sexual de manera más abierta se recibieron reproches en muchos entornos familiares y sociales; la generalización de la experiencia y ejercicio sexual - ya más abiertamente, con invitación a una persona a "practicar sexo", lo llevó a una visión más superficial en un juego de jugar a “nunca perder” y, a veces, de "siempre ganar", según sea el carácter de los participantes; no hacía falta pasar por esa experiencia para ya, desde joven, intuir que el juego de las relaciones se establecía a menudo desde esas perspectivas – la pregunta, para algunos más sensibles, era: ¿Qué sentido tenía?). 
Aquellas experiencias siempre habían existido, pero según se fuera hombre o mujer habían sido bendecidas, en el primer caso, y firmemente ocultadas en el segundo para proteger el honor y las íntegras posibilidades de desarrollar su propio futuro si se era mujer, ante los prejuicios sociales que señalaban en todo occidente que la mujer debería reunir unos requisitos irrenunciables para ser buena esposa  (pura, casta, leal, abnegada en las tareas, fiel….). Pero todos sabían que para construir una pareja que tuviera visos de durar con alguna garantía, era necesario primero "conocer",  conocer y acabar por medirse en el entorno de candidatos (y si se era mujer ello habría que hacerse con evidente discreción e incluso complicidad de amigas y compañeras, para poder comparar y elegir acertadamente y con inteligencia. Se podría pensar que la pasión, como consecuencia más satisfactoria, debería guiar la elección de manera determinante, pero también había otros aspectos que pudieran ser determinantes e incluso definitivos, como todo aquello que se relacionara y aportara la estabilidad; y otras personas optaban, sin embargo, por perfiles de pareja que les permitiera ejercer una total libertad, en cualquier plano, dentro de la pareja, sin mediar explicación alguna; creando relaciones desiguales y descompensadas que pudieran controlar, otorgándoles la seguridad de que el compromiso y la implicación no es total, ni mucho menos emocional; y si la relación en estos términos es desigual, se asume que una parte de la pareja sufre o pudiera sufrir, pero se ignora para seguir preservando eso que se ha concebido como libertad , y que para ser sostenida en el tiempo precisa de opacidad). Parejas formales pueden acabar, con el tiempo, por ser sostenidas desde el exterior con otras relaciones paralelas que canalizan las inquietudes o necesidades de uno de los miembros de la pareja; y depende de cómo sean esas necesidades - porque las personas y las parejas cambian - las parejas pueden acabar siendo sostenidas por múltiples relaciones exteriores o simplemente romperse cuando se evidencia esa desigualdad y se concibe o como deslealtad, o como engaño o simplemente porque acaba perjudicando enormemente a uno de los miembros de la pareja. 
Todos aquellos detalles de gestión diaria de la familia por parte de los padres, que podrían parecer a muchos padres y madres irrelevantes desde la perspectiva de sus hijos, podrían resultar, por el contrario, esenciales y podría llevar a determinar sus roles sociales para las propias vidas de los hijos. La necesidad de referentes, que mostraran la normalidad de las relaciones entre adultos permitieran racionalizar momentos y situaciones tensas o conflictivas, podría determinar respuestas en los hijos o roles en ellos no siempre esperados. La tolerancia era y se concibe como la mejor herramienta para gestionar esas situaciones y aceptar a las personas, pues no sólo son producto de sí mismas, sino también de sus circunstancias.
La respuesta ante el matrimonio de gestionar todo en común, como si otorgar confianza a la otra parte pudiera llevar a disolver cualquier temor o duda que le pudiera llevar a su pareja a replegarse y a actuar “paralelamente” al matrimonio generando una relación de pareja desigual puede ser una opción; sin embargo una cosa es cómo se prevé y otra cómo resulta. Porque en las relaciones de pareja también se dan luchas por el liderazgo, normalmente antes de formalizarse; y los resultados de esas luchas, la lealtad en la mismas, la sinceridad en ellas,  determinaran el futuro de la relación de pareja. O si la conformación de una pareja es concebida como un fin en sí misma, o como medio para otro fin o meta. 

Una pareja joven, en la veintena, (en una franja de edad similar u oscilante, ella tres años y medio más que él, y con una experiencia previa matrimonial, ya no resultaba un escenario de pareja poco común) si además ambos tienen la vida encauzada, trabajando ambos de funcionarios, con la nueva casa de segunda mano pagada a “toca teja” (gracias a la lucha por rescatar los bienes y el efectivo del anterior matrimonio, en una maniobra adversa, de última hora, con la constitución de una sociedad cooperativa de la mujer con el anterior marido y otro socio, cuando el matrimonio ya estaba divorciado, cuya finalidad era la gestión empresarial de un PUB de moda en una de las zonas de más ambiente juvenil de la ciudad, y cuyos resultados económicos se pretendieron presentar con graves pérdidas) y ya, con ambos sueldos de ellos, cualquier pareja se sentiría en libertad para formar una familia con garantías y entrar de pleno en la clase media desahogada. Aunque uno de ellos confesara "que no sabía que había que hacer en la vida". Siempre alguno, por ejemplo él, señalaría un camino para construir un sueño a base de crear un entorno en donde, para él y su familia, tendría sentido la vida.
Las parejas solían convivir previamente un par de años o tres de alquiler, en un barrio obrero, con otros jóvenes de su edad, compartiendo piso, sin importarles de verdad que hubiera papeles que formalizaran su situación de pareja. El apoyo familiar, el propio esfuerzo o la resolución de una sociedad aportaría la liquidez precisa para comprar un piso con una gran terraza y vistas a prácticamente a toda la ciudad desde uno de los barrios que se situaban en unos altos que dominaban la ciudad, y aún más allá,

En los días claros de invierno se veían los pirineos con claridad, donde se podía distinguir con facilidad las “tres Sorores” – aunque su mujer no se lo creía, hasta que no se lo ratificara un compañero del colegio, montañero, pues siempre fue descreída de que nadie sin preparación Universitaria pudiera descubrir algo relevante con unos simples anteojos, un mapa y un simple razonamiento; para ella cualquier descubrimiento o dato relevante que debiera incorporar como cierto, tenía que pasar por haber estado escrito y descrito por persona de prestigio y reconocida; de ahí que personas como ella sean concebidas como Ignorantes Ilustradas, pues parecen creer que existe un monopolio de la Verdad, de cualquier verdad, y que fuera de ese monopolio no existe ni sabiduría ni experiencia aceptable. Hacia la derecha se veía “Monte oscuro” como parte de la sierra de Alcubierre, donde llegaron los frentes en la guerra civil; un poco más hacia el centro se podía ver con nitidez la papelera Montañanesa, cuyos olores orgánicos a veces invadían desagradablemente el ambiente de la ciudad, según fuera el viento dominante. Más allá se vislumbraba “Torrozuelos” un área de montes perteneciente ahora al término de Villamayor y sobre el cuál el Servicio de Montes de la ciudad desarrollaba uno de sus planes de repoblación forestal con el fin de construir un cinturón verde entorno a la ciudad (labor ingente, muy inteligente y nunca acabada) que permitiera, por un lado, atemperar las extremas temperaturas de la propia urbe y por otro absorber la contaminación de la misma.  Más hacia la izquierda se podía observar las instalaciones del Hospital de referencia Royo Villanova, y prosiguiendo a la izquierda las instalaciones de la Academia General Militar; Prosiguiendo en esa dirección se podía observar uno de los mayores campos de tiro y maniobras de la OTAN “San Gregorio” y un poco más a la izquierda se veía nítidamente Juslibol con esos conos de tierra sobre los que se alzaban los postes de luz (resultado de la operación de extracción de tierras para la construcción de la autopista, donde la compañía propietaria de los postes se negó a trasladarlos para facilitar la extracción de los áridos y el resultado fue ese, escavaron alrededor de los postes dejándolos al aire con un cono de tierra debajo).   Aún más allá a la izquierda, se intuían los acantilados que daban paso a las “Bardenas Reales”,  y que el Ebro habría modelado en siglos y siglos de erosión y cambios de cauce, haciendo posible la existencia de una tierra fértil propicia la agricultura y la obtención de productos de agrícolas y de huerta de gran calidad. Aquellos terrenos altos, similares a las "planas" de María de Huerva, y que se extendían hasta Navarra configurando ese inmenso campo de tiro y maniobras para el Ejército,  que se extendía hasta Navarra, había sido en tiempos fondo marino, sinuoso, donde se pueden encontrar fósiles marinos, al igual que mucho más allá, en la Sierra de Urbasa, ya en  Estella (desde donde dicen que en las noches se ve el resplandor de la ciudad capital del Ebro).   Y si se proseguía con la mirada aparecía la figura del gran Moncayo, a veces se podía ver con nitidez la nieve sobre sus laderas y otras veces se veía, con gran belleza, el recorte oscuro de su figura, destacando cuando el Sol se ponía, detrás de él, en el horizonte del atardecer. De la propia urbe se distinguían la mayoría de los edificios emblemáticos de la ciudad, El Pilar, Don 2000, la Romareda, La Casa Grande,….  Aquellas vistas le habían llevado al marido a comprar un prismático y conectarlo a la cámara de video, de los de entonces VHS, para visionar en directo (por medio de metros y metros de cable) desde el aparato de tv instalado en el salón, para ir constatando el territorio que les rodeara, fuera urbano o rural; era la manera que tenía de ubicarse en la nueva vivienda y en su nuevo trabajo de Guarda de Montes. Al separarse, la mujer se quedó, ente otras cosas, con todos los planos obtenidos por el marido en la Cartografía del Ejército, que pegó uno con otros hasta obtener sobre el papel todo el término municipal de la ciudad. Uno de los términos municipales más grandes de España.  

 Sin embargo, ya con hijos, ella comunicó al entorno familiar que se iba a separar; sin embargo comprobó que todo el discurso sobre la “inutilidad” del marido (que era el discurso que sostenía como criterio esencial) no se sostenía cuando intentó llevar la familia ella sola. Para moverse diariamente con tres niños que no alcanzaba el mayor los tres años, le resultaba imposible. Le faltaban manos, y el coche furgoneta que había comprado el marido resultó ser esencial para los traslados en la ciudad; al menos la presencia del marido para ir a pasear garantizaba el control y la seguridad de tres niños aun casi bebés. Así que optó por aplazar un año la separación, pues podía haber considerado que con año más los niños serían gobernables por ella sola. Así que le dijo a la familia que al marido le iba a dar una oportunidad de un año, a ver si se enmendaba. En el Caracol, cuando ya era evidente que los planes de la Mater Nutricia se iban a concretar (sin haber consensuado nada con el marido ni nuca haber hablado nada de común acuerdo, más ese: Te doy un año para cambiar; pero sin decir en qué ni porqué) le dijo el marido; si quieres habrá sexo (pues tal era la relación entre ellos que la intimidad no existía, al menos como se concibe en las películas, con conversaciones y confidencias, sino que era un ejercicio de deberes rutinarios a los que la Mater Nutricia obligaba al marido e incluso pretendió poner horario unilateralmente, tal vez para asegurar que el marido no se pudiera quejar de nada, pero este renunció a horarios y a los ejercicios) y ella le contestó: “Ahora es tarde, tu familia me consideraría una bruja”.
Las insinuaciones y desprecios diarios hacia el marido se intensificaron y éste llamó a su psicoterapeuta por teléfono quien le dijo: Tomate una grajea, puedes tomar hasta seis. La abogada ya le había dicho que no podría salir de ese entorno sin sentencia judicial pues le acusarían de abandono de hogar, así que tocó resistir; aun así se trasladó  a la consulta y la dosis que se había tomado de grajeas, dentro de los límites médicos que le acababa de recomendar, le produjo una bajada de tensión súbita, desplomándose, justo al llegar; el médico, al reincorporarle le dijo: Sólo es mala leche, solo es eso; como intentando que racionalizara, desde la normalidad (intentando que la racionalización le protegiera de esa frialdad calculada).
Resulta sencillo comprender que una situación entre adultos que han formado pareja y se pretenda disolver unilateralmente por parte de uno de ellos, pueda enmarcarse en esos términos, parece obvio que la persona que toma la iniciativa de separarse elige el “terreno” donde se desarrollará ese escenario, las reglas que regirán y la escenificación que de ella realizará, ante el entorno social que ya está avisado (aviso que es preciso para que no se alarme ante una llamada de apoyo o ayuda del marido y acudan perturbando el desarrollo de los planes ya preconcebidos; es decir, el aviso, en este caso y ante estas personas familiares, aísla a la víctima); y que se mantuvo al margen, totalmente, luego confesando al varón que toda su atención se centraba en cómo y de qué manera llevaría a cabo esa separación (por si fuera causa de admiración o de reproche). Pero no se termina de concebir que semejantes términos y aun mayor extremo, que ya se pudiera concebir como crueldad, sea exhibida en Mater Nutricia ante su propio vástago. 
Algo de irracionalidad hay en todo ello, de contra natura; lo lamentable es que lo paguen los más ingenuos (será por eso, porque son ingenuos y se mueven desde la ingenuidad) mientras que otros se mueven más bajo criterios más puramente animales pero dotados de inteligencia social. Pero así somos los seres Humanos, tenemos una parte animal, también, que es determinante en nuestra conducta y actos; y una inteligencia práctica que permite jugar con las apariencias en el entorno social. Y hay quien se ha dedicado a jugar a todo eso, toda la vida, como para darle sentido a la propia vida. 



martes, 5 de mayo de 2020

El Culto por la Violencia como manifestación de Poder


El Culto por la Violencia como manifestación de Poder.

Una situación de violencia genera, inevitablemente, cambios súbitos e importantes en el organismo de cualquier ser vivo; pues la violencia es la respuesta común a una situación de peligro, de amenaza a la integridad corpórea o de las condiciones que permiten la vida de un ser (señala la posibilidad de daños importantes e incluso de la pérdida de la propia vida). La violencia es una forma de interrelación entre los seres vivos animales, por medio de la cual un animal o grupo de animales, intencionalmente causa daño o impone una situación, a otro u otros animales.
Así pues cuando un ser vivo muestra signos que manifiestan actitud violenta o agresiva (la violencia puede producirse a través de acciones y lenguajes, pero también de silencios e inacciones) puede estar señalando una actitud tanto agresiva (para imponer unas condiciones a otro ser) o como defensiva (preparándose para resistirse a ese dominio o imposición).
Vivir en senos de familia donde la violencia pudiera ser la forma preferente de interrelación entre sus miembros (con carácter dado a demostraciones de violencia por el Pater Familia), de manera cotidiana, puede acabar generando una atmósfera que generara rechazo en algunos miembros familiares o por el contrario admiración, al ser concebida esa violencia como una demostración de poder y de autoridad que muestra su eficacia diariamente y que en algunas personas puede ser concebida como actitud que seduce, como rasgo propio de un verdadero hombre y por tanto que aporta una idea de lo varonil a la que no se debe renunciar (y esto a veces ocurre si se es mujer e hija de un Páter Familia de esta naturaleza , con el que se ha convivido hasta los 18, 20 o 22 años, sobre todo si los hombres con los que quiere formar pareja no dan para ella esa "talla").
Vivir en una familia en una situación de posibilidad de violencia inminente o sobrevenida produce, de laguna manera, cambios fisiológicos en el propio organismo de los que así viven para acomodarse a una súbita respuesta defensiva (si es que es posible adoptarla) o de sumisión (si no queda más remedio que soportar la agresión) en ambos casos es de suponer que el organismo reciba altas dosis  de variedad de hormonas en el circuito sanguíneo para afrontar las diferentes fases con la que se va percibiendo la inminencia de esas posibles agresiones  y hasta dónde la agresión cada día o hasta dónde llegan a ser consumadas. El propio desembarco de tal coktel de hormonas y como la mente gestiona estas situaciones en cierta soledad (mientras el resto de la familia busca estrategias para huir o sobrellevar ese ambiente familiar cotidiano) puede llevar a una hija a considerar como excelente esa forma de ejercer el poder aunque ella misma como hija lo sufra sobre sí; es decir, puede acabar considerando que es un recurso no sólo válido, sino excelente, para el control de sus propios miembros familiares, cuando ella ya ha constituido su propia familia, por la eficacia que la violencia otorga para imponer su propio criterio una vez que lo tiene establecido.  
La violencia, así concebida como rasgo varonil y positivo para sobrevivir en la vida, se podrá llegar a considera un requisito que diferencia a la sociedad entre quienes son capaces de liderar y los que deben ser sumisos e incluso (esclavos), y que es la idea que viene a transferir la madre sobre el hijo.
La violencia fue asociada desde tiempos muy remotos a la idea de la fuerza física y del poder. Los romanos llamaban vīs a esa fuerza, al vigor que permite que la voluntad de uno se imponga sobre la de otro. Vis tempestatis se llama en latín a la "fuerza de una tempestad". En el Código de Justiniano se habla de una "fuerza mayor, que no se puede resistir" (vis magna cui resisti non potest), el concepto jurídico de fuerza mayor.
Vīs dio lugar al adjetivo violentus que, aplicado a cosas, se puede traducir como ‘violento, impetuoso, furioso, incontenible’ y, cuando se refiere a personas, se vincula con ‘fuerte, violento, irascible’. De violentus se derivaron violare (con el sentido de ‘agredir con violencia, maltratar, arruinar, dañar’) y violentia, que significó ‘impetuosidad’, ‘ardor (del sol)', ‘rigor’ (del invierno), así como ‘ferocidad’, ‘rudeza’ y ‘saña’.
Cabe agregar que vīs, el vocablo latino que dio lugar a esta familia de palabras, proviene de la raíz prehistórica indoeuropea wei-, ‘fuerza vital’.

Si a la postre, gran parte de la actuación de la madre se viniera sosteniendo bajo la tesis de que su hijo ha de ser “Fuerte” y así se lo hace ver la madre (incluso induciéndole a pensar que el hecho de medicarse es síntoma de debilidad) y por otra parte que el hecho de que el hijo estuviera en una finca familiar y que concibiendo proyectos para esa finca, viendo las posibilidades de la misma, y considerándolo un lugar idóneo para vivir, y así se lo mostrara a su familia materna, ésta familia materna hubiera podido concebir que con ese uso por parte de ese hijo pudiera llevar a otorgarle algún tipo de derecho sobre dicha propiedad, con lo cual, parte de la presencia de la madre en esa finca, tuviera también el propósito de inmovilizar cualquier actividad del hijo sobre dicha finca (hacer un huerto, limpiar la piscina, e incluso su idea idílica de construir alrededor del garaje/aljibe la casa que en el pasado estaba proyectada sobre ese terreno… y residir en ese lugar para huir de la acción inmovilizadora materna que se estaba dando en toda circunstancia; y por ser, también, rechazado de plano por ese entorno familiar que el hijo viviera con el padre; y tampoco los hermanos le dieran cobijo para realizar un tránsito a la independencia del hogar materno – aunque ellos mismos, como hermanos sí hubieran recibido el apoyo para facilitar el tránsito a la independencia con el regalo de un piso y asumido el gasto de reformas en otro, para cada uno de sus hermano; a modo de bendición de la Mater Nutricia), fuera a ser concebida la idea de este hijo que se va a esa finca, como una amenaza al uso y propiedad de esa finca por parte del resto de la familia (posibilidad que sugería un familiar cercano, pero que en ese momento descarté como probable).
Desde la perspectiva de la salud humana, la OMS define la violencia como:
El uso intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad que tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte.
Organización Mundial de la Salud9

La violencia es valorada negativamente por la ética, la moral y el derecho, aún en casos en los que pueda considerarse legítima. La violencia puede ser de carácter ofensivo o defensivo (también se utilizan los conceptos de violencia proactiva y violencia reactiva), habilitando en este último caso figuras de justificación ética de la violencia, como la legítima defensa y el derecho de resistencia contra la opresión
En las sociedades humanas civilizadas, la violencia se caracteriza por la presencia del Estado como  único estamento legítimo para su uso y ejercicio institución monopolizadora de la violencia y se manifiesta como modalidad de una serie de conflictos sociales muy variados,45​ de signo diverso, como la guerra, el genocidio, el crimen, el terrorismo de Estado, el terrorismo, la legítima defensa, la violencia de género, la violencia intrafamiliar, el Maltrato infantilresistencia a la opresión, la esclavitud, las cárceles, los duelos y riñas, algunos deportes y artes marciales, la crueldad hacia los animales,
Puede producirse a través de acciones y lenguajes, pero también de silencios e inacciones, y es valorada negativamente por la ética, la moral y el derecho, aún en casos en los que pueda considerarse legítima. La violencia puede ser de carácter ofensivo o defensivo (también se utilizan los conceptos de violencia proactiva y violencia reactiva), habilitando en este último caso figuras de justificación ética de la violencia, como la legítima defensa y el derecho de resistencia contra la opresión.

La madre regresó ayer a la ciudad.

lunes, 4 de mayo de 2020

Hagamos memoria: Como concebimos la Autoridad, definimos el tipo de Educación; luego están las ideas de liderazgos, como fondo de problemas.



En el pasado, hasta hace unos 40 años, las familias se constituían según un modelo internacionalmente consensuado, incluso más allá de occidente, como el mejor modelo conocido para desde ahí traer hijos al mundo pudiendo tener una oportunidad real de adaptación a la sociedad en la que se hallan. Un padre, una madre (como figuras que se complementan) y los hijos que desde esa visión dual de padre y madre (es decir, dos personas diferentes en rasgos, caracteres e incluso percepción de la vida) sirven de contrapeso a cualquier dificultad que los hijos vayan percibiendo para ir comprendiendo la naturaleza del mundo que les rodea, ya sea desde la simple descripción del entorno físico que le rodea donde viven, como la descripción de las relaciones sociales que inevitablemente deben afrontar desde niños (desde la guardería, donde ya hay amiguitos y no tan amiguitos, respeto por sus cosas y su ser como quien no respeta sus cosas y su ser, y también aparece una figura que será autoridad por primera vez fuera de su entorno familiar). Siempre se consideró que era muy necesario para los hijos ambas figuras en su realidad cotidiana por lo que aportan de ese “contrapeso” esencial que es necesario que los hijos observen cuando los padres, en sus  tareas diarias, muestran las versatilidades de sus caracteres, sus posibles cambios de humor o sus sentimientos en determinados momentos que pueden llevar a los hijos a inquietarse, temer pos su seguridad, sentir inestabilidad.. ahí aparece el papel de compensación entre los adultos que con su proceder, sus explicaciones hacen posible racionalizar el temor que emerge en los hijos cuando ven a los padres preocupados por gestionar dificultades o momentos difíciles o emocionales y que suelen ser parte de la gestión diaria en las familias. Por ello nace el concepto de proteger a los menores y niños de las escenas de discusión, o de enfado, o conmovedoras que se pudieran dar en las familias, pero no en todas las familias se observaba una norma tan fundamental como esta; sobre todo porque aún existían familias que consideran que los niños no entienden, ni se enteran de nada y que si se afectan por una escena así es que son tontos; así hay quienes les han ido reprochando al manifestar su sensibilidad o sentirse afectados como una debilidad o defecto intolerable en cómo conciben la idea, su idea, de familia perfecta. Fueron entornos que no razonan ni hablan con los niños, ellos están de espectadores, a veces molestos, que deben rendir permanente tributo y agradecimiento por haber sido traídos al mundo, ser alimentados, vestidos, dados cobijo y suponer gastos, multitud de gastos que podrían haber sido destinados a otros fines.
Las familias que no poseían padre y madre, por cualquier causa, ya fuera una viudez prematura, o una separación matrimonial, o por soltería de la madre, entraban en el ámbito de las “familias raras” que habían recibido un castigo divino por algún motivo, a veces evidente, como la soltería, pero otras por enfermedad o accidente, que también era otra manera de recibir un castigo divino. Todo ello era evidente y no se cuestionaba. La gente perfecta no tenía desgracias pero cuando las tenían, y estaban el grupo de privilegiados, era también porque la divinidad probaba así los valores y virtudes de esa familia. Así que si eras pobre, familia numerosa y te acaecía una desgracia, o la hija quedaba embarazada, entrabas en el ámbito de las familias estigmatizadas por el pecado. (y no solo en España, en general en occidente; y descartando lo que viene ocurriendo en latitudes donde las religiones han sido más intransigentes y rígidas).
La llegada del derecho al divorcio, en España, se percibió como el inicio y oportunidad (más que en el varón para cambiar de pareja, que parecía que era lo que se percibía en las películas españolas de humor de la época) en la hembra, porque en ella resultó ser más determinante así el cambio de condición para entrar en un status de igualdad plena, pues la concepción de Autoridad masculina que venía del Estado y bajaba como tal hasta la esencia de la propia unidad familiar, había hecho inviable, en muchas familias, que la mujer hubiera tenido un mínimo de autonomía y libertad para sentirse realmente persona con derecho a desarrollar sus criterios y propia personalidad. Con casos extremos de sometimiento total al varón, y sumisión para recibir castigos físicos, morales, desprecios, insultos y agresión  psicológica si el varón consideraba que ello tenía una función educativa y de orden sobre su esposa. Y así era entendida por gran parte de la sociedad, ante las razones que esgrimía el marido para tener sometida a la esposa (y prueba de ello películas de la época donde los que intentaban mediar, preguntaban primero a la mujer si no le había faltado el respeto al marido y si cumplía con los deberes de hogar y matrimonio).  
El divorcio, la aparición de familias monoparentales, la multiplicidad de tipos de familia según sean los matrimonios desde las cuales se forman, no garantizan que la tolerancia que asumen las leyes por el imperativo de la sociedad hacia la tolerancia en cómo es cada persona y cada individuo para que tenga derecho a desarrollar su proyecto de vida y formar familias sin condicionante alguno (respecto a su sexo, ideas, concepción de la vida, religión…) no garantiza, en absoluto que el concepto de Autoridad en estas familias no siga por los mismos derroteros que hace más de 40 pero simplemente cambiando del rol que domina en la familia, aun siendo monoparental y femenina.
La idea de la Autoridad como expresión de razón y poder (cuando no explica, ni se razona) puede llevar a la identidad entre Autoridad y temor indeterminado sobre nuestras vidas, en entornos familiares. Y si a la expresión de esa Autoridad sigue la violencia, aparece no ya el temor, sino el miedo y hasta el pánico. Es un modelo de Autoridad que se aprende en la infancia, deja huella, y que si no se rechaza sinceramente, por mucho que el discurso formal de la persona sea rechazar esa forma de Autoridad violenta, ésta permanece real y explícita porque así se interiorizó como eficaz (aunque se oculte entre cuatro paredes) (o se justifique, como hacían los maridos de antaño, por el bien de la persona a sí maltratada, sea esposo, esposa o hijo). Y eso en los niños les puede llevar a fantasear con motivos de culpabilidad permanente y ante la dificultad de tener una vida normalizada.  
Así pes el sólo hecho de aceptar estas formas de violencia en la Autoridad familiar señalan, un problema de conducta aprendida en quien la porta y así la continua en su entorno. Un problema que por ello está prohibido en nuestra legislación ejercer en las familias, aunque las dificultades para probar los malos tratos sean tan evidentes como en casos como éste, cuando se observa cómo rebaten los indicios y argumentaran, como se argumentara en el pasado, como lo hicieran aquellos "Páter Familia" en el seno de sus familias ante las evidencias de maltrato, siendo respaldados por aquél Estado, con sus leyes.







Respuesta ante las evidencias de maltrato y la presunción de delito de la madre sobre el hijo



Algún familiar del entorno, que siempre había apoyado a la madre en todo lo que hacía sobre sus hijos, y que solía acudir como “Caballero Andante” a su rescate cuando esta reclamaba su presencia, recibió con alarma el audio/video sobre lo que parece a todas luces violencia extrema sobre uno de los hijos. La llamada telefónica duró unos minutos, no muchos, pues le argumento de la madre pareció girar sobre la idea de que a pesar de lo aparatoso que resulta oír ese documento que parece una prueba “evidente”, todo eso no es más que una manipulación (los audios son fragmentos sin contexto) y todo está sacado fuera de contexto. Además, la madre, argumenta la bondad de todas sus acciones, aunque parezcan aparatosas (pero que no lo son, porque ya se sabe lo difícil y rebelde que es su hijo) porque la finalidad de todo lo que ella hace lo hace por el bien de su hijo, que es lo que más quiere en el mundo; y eso ha quedado bien demostrado ante el sufrimiento que la misma ha padecido por esta causa.
Así que el familiar quedó bastante satisfecho con las razones de la mujer y se dirigió al joven, por teléfono con el mensaje de fondo de que sea permeable a la madre y será feliz. Este hombre, que acabó por alejarse de la ciudad donde trabajó, formó familia y tuvo una hija, que hace decenios de años que no ve, después de una separación donde la mujer se quejó a los familiares de este hombre que la pegaba y estos se limitaron a reseñar que “quien recibe una recibe cientos”, siendo toda ello la aportación que realizó ante la exposición de violencia que ella expresaba. Hombre sanguíneo, visceral, de muy malos “prontos”, ya separado de su ex, cuando se enteró  de la separación de esta madre de su marido (que resultaba ser sobrino de él mismo) se compró una gran furgoneta azul y apareció por el terreno de San Mateo como ese gran salvador que iba a sacrificarse el resto de su vida y sus bienes para una causa justa: la de esta mujer y sus hijo así “abandonados” a la desgracia por su sobrino. Aquello duró lo que Sabina canta en su canción. Así que ya sin objetivos “redentores” en la vida, se retiró a un pueblo de Teruel, desde donde reparte consejos atroche y mote, y con ellos su “sabiduría”, como en este caso; pero de vez en cuando, recibía alguna visita de los parientes, y estos narraban que su relación con las mujeres ocasionales que seguían desembarcando en su vida no había cambiado para nada.
Hay familias que conciben, por tradición, que la violencia sobre los hijos está justificada porque el fin es bueno. Así que no es de extrañar que si a esa violencia se suma a un carácter sanguíneo y violento de los propios personajes el resultado sea aterrador, pues la familia registra un alto índice de hijos traumatizados, y al final diagnosticados. Ellos, ven perfección en cómo consideran  que se comportan con los hijos (por lo que nunca establecieron relación causa efecto entre la violencia intrafamiliar, en la que parecen participaron también las mujeres, y los demoledores resultados de esa violencia sobre los hijos). Ellos, esa familia, cuando aparecen los resultados de esa educación que consideran perfecta lo llaman “eufemisticamente” la enfermedad,  como si sus personas fueran ajenas por completo a lo que ellos mismos han generado, producido y creado en sus propios hijos.
Se podría hablar del carácter del padre de la señora madre, también procedente del ambiente de posguerra. Narraba como si hubiera sido el primer gran susto de su vida, que a los 19 años, estando en casa de su tía entrara su tío, Guardia Civil y le pegara un tiro a ella en el pasillo y luego así mismo; y él saliera a la calle, en calzoncillos, pidiendo auxilio. Luego se marchó a la División Azul, y a su vuelta trabajó de camionero hasta que entró en una compañía de transportes urbanos. Fundó dos familias simultáneamente (sin formalizar matrimonio con ninguna de ellas y teniendo dos hijos con cada mujer) y pidió la señora madre a su entonces aún "novio" o "nueva pareja" que intercediera para que el padre se casara con la madre y no la dejara sin cobertura material si muriese antes que ella. Nadie se atrevía en esa familia a llevarle la contraria a ese hombre de carácter violento y lenguaje infantilizado, que alcanzaba su mejor escenario en las relaciones interpersonales desde los discursos de fuerza e intimidación. Así que el joven, viendo razonable la causa, le empezó a hablar a aquél hombre de más de 1:80 m. de altura, corpulento, fuerte, propenso a irritarse y a estallar (pues desde la soledad de su infancia y juventud, tuvo que basar toda su supervivencia en la intimidación), mientras percibía que le resto de la familia de aquél hombre (hijo, hija, esposa) hacían mutis apresuradamente desde el pequeño salón  hacia la cocina, cuando el inexperto recién llegado a esa familia se dirigía al Páter Familia para mostrarle los razonamientos que la hija le había expuesto el día anterior tan razonablemente. Aquél hombre de ya setenta años, que cuando paseaba por el monte sólo, de vez en cuando, se le veía levantar el brazo estirado a la vez que gritaba algo in-inteligible, como saludo nazi, como si el recuerdo en los campos de batalla de la URSS (Minsk, Smolensk…) volvieran a su mente con mayor plenitud; le miró como a un infame infecto insecto que evidentemente se metía donde no le llamaban, pisando un terreno muy peligroso; peor aún, se inmiscuía en su vida privada. Una vez concluido el razonamiento prudente y temeroso de aquél joven insensato que tenía delante (y que ya percibía de él que era inconscientemente intrépido ante él, Páter Familia) no respondió, mientras seguía evaluando al imprudente que tenía delante y cual fuera la mejor respuesta a darle que le pusiera en su sitio y marcara el territorio de una vez para siempre; y antes de que diera una respuesta, la familia, refugiada en la cocina y presumiblemente haciendo "oreja", reapareció en el salón como Séptimo de Caballería que pasaba por ahí, como si nada saber, y el hombre impelido a casarse a los 70 años, cambió de pensamiento, (aquél personajillo lo había visto por primera vez hacia unos meses, desde el otro lado de la avenida, cuando su hija se separaba de su primer marido y vio a este joven, con otros, cómo iban cargando los muebles de la hija en una furgoneta de Foskitos, producto de la división de bienes del matrimonio de su hija ,que se rompía, y que acabarían en un trastero). El mensaje había llegado al Páter Familia, y eran lo único que querían, el resto ya era trabajo de persuasión posterior que dio su fruto con una boda a los 70 años de aquella pareja (él madrileño y ella catalana, ambos niños de la guerra).
Más allá de las manipulaciones de la “nena”(que así le llamaban en casa) no estoy seguro de que el abuelo aprobara plenamente los métodos de educación de la madre con los hijos, no tengo duda, creo que ninguna, que el abuelo nunca aceptaría como razonable y como buen fin lo que se vive en estos días en San Mateo y las razones que se dan para ello, sobre todo porque él ya sabía lo que era vivir alejado de una familia, y metido en una Institución, desde niño, por no haber sido querido por nadie de su familia.





domingo, 3 de mayo de 2020

Hoy se suma una persona más a vivir en el Saso, San Mateo


El novio, sobre las 13h de ayer, sábado 2 de mayo, se marchó a su casa en Zaragoza, donde comparte piso con un compañero del que dice la madre al hijo que el compañero de su novio le denunció (o viceversa, porque a pregunta aclaratoria del hijo la madre se evade). Dejó ropas y cosas en la casa de San Mateo porque dijo que hoy sí se quedaría adormir y que él, el hijo se tendría que ir a dormir al sofá. (La casa que allí construyó el padre sólo tiene 25metros cuadrados y estaba destinada a casa para las visitas, pues estaba planeada y diseñada una casa más grande que se adosaría al garaje construido sobre un aljibe de 75 mil litros de agua de capacidad; así pues el espacio es muy reducido aunque la disposición de terreno sea de 5000 metros alrededor). El padre, cuando fue expulsado de la casa de la madre, ya habían construido esos tres elementos, la piscina, la pista de balonmano y la estructura  que une el desnivel de las dos piezas de terrenos que compró y unió, con unas escaleras, así como el vallado completo de la misma – todo ello se ven el video que realiza el hijo cuando después de unas semanas ya se empieza encontrar a gusto en aquél lugar (los costes de urbanización, aceras y farolas, vinieron después a cargo de la madre, porque el padre le vendió su parte y cedió el uso que le hubo otorgado el juez en su día de separación).
El hecho de que le digan al hijo que se vaya a dormir al sofá, ha planteado algunas cuestiones al propio hijo, pero en esencia pregunta al padre si debe defender su derecho a usar la cama grande por el simple hecho de que él no se saltar ninguna, norma ni ley y ellos, ambos dos, madre y novio, sí. La respuesta del padre – teniendo en la mente que la interpretación que hacen tanto la madre y el novio del derecho, de las leyes vigentes que rigen el confinamiento que vivimos en la actualidad, serán argumentadas en una clave jurídica que la madre tiene bien clara, pero que sólo trasluce a su entorno de confianza que es quien avalará su conducta social una vez finalizada esta nueva etapa de conflictos agudos con el hijo. Y es de suponer que el novio ha venido acudiendo a ese espacio violando las normas y ley de confinamiento en base a un “amparo” y cobertura legal que le proporciona la madre, pero cuyos términos concretos y exactos no conocemos por ahora, aunque los podemos imaginar en relación al hijo y sus circunstancias particulares; aunque el entorno social de la madre seguro que ha recibido los argumentos adecuados que servirán también de soporte legal ante cualquier situación posterior que tuvieran que acreditar, si lo fueran por los tribunales. Argumento, basado en un sentido común con que ella expresa, a su entorno social, los motivos urgentes o ineludibles que le llevaron a violar el confinamiento y a cambiar de domicilio, tanto ella como ahora su novio. Parece obvio que tales transgresiones difícilmente se puedan llevar a cabo sin el soporte legal que indique a la madre bajo qué criterios y limites ha de contemplar a la hora de expresar esos razonamientos de sentido común que le llevan a tales violaciones legales y cómo debe circunscribirse a ellos.
Así que el padre le señala al hijo la conveniencia de adoptar un perfil bajo, lo más bajo posible como señalan las técnicas para evitar conflictos, cuanto más bajo mejor. Realmente él teme que la madre lleve al novio para generar un conflicto, (parece que le avalan la idea los amigos del entorno en las redes sociales).
Desde ese deseo de mayor intimidad que expresan la madre y el novio señalándole al hijo que hoy dormirá en el sofá, y que sería muy entendible en situaciones y condiciones de normalidad, pero que en estos días, por las circunstancias que la sociedad viene padeciendo a causa de la pandemia, muchas parejas informales y personas solas, e incluso titulares de familias monoparentales, aceptan la continencia como parte de esas mismas condiciones que a todos nos vienen impuestas. Ellos han conseguido ir argumentando a su entorno social el devenir de esta situación de encuentro y lo que parece ya el inicio de una convivencia expresa y que parece que será duradera, pues al hijo, la madre le señala que  su novio debe de ser su nueva referencia de adulto, porque precisa un líder y un guía (y el hijo dice ya estar harto de que le impongan modelos que fracasan a los ojos de la madre desde niño y que en cuanto pueda se va lo más lejos posible de esta España que no entiende para nada, ni en nada le resulta coherente, para ir con un amigo a Bélgica a iniciar otra vida, si le  dejan de una vez).
Este nuevo escenario que le plantean al muchacho, la madre y el novio de desear intimidad, choca al menos con el criterio de sensibilidad que la madre argumentaba como prioritario para tratar a su hijo (sobre todo ante la evidencia de audios y videos), y sobre todo llama la atención que ese discurso de doble moral, pueda seguir sosteniéndose ante el hecho de que la evidencia en el mal trato que recibía y recibe el muchacho, desde niño, resulte ya difícil de rebatir. Sin embargo la tesis esgrimida por la madre en su rol, declarada y desarrollada en la conversación telefónica con el padre, le otorga cierta inmunidad real, si no termina por excederse y desbordarse sobre le hijo, como viene siendo su costumbre, pero ahora mostrada más evidente.
La foto que incluyo en este artículo muestra que podrían dormir los tres, en último extremo, en dicha habitación, al existir una cama grande y una litera de dos camas, pero la pareja descarta esa posibilidad de comodidad para todos e imponen su criterio de precisar su intimidad (las rigurosas condiciones de la  pandemia parece que se les hubiera hecho larga e insoportables desde un principio y la excusa del hijo les hubiera ido viniendo bien a los intereses particulares de la madre respecto de lo que considera apropiado sobre el hijo y ahora la madre ha conseguido sumar a ese criterio la presencia del novio – a pesar de que parece que ambos hubieran sido sancionados por saltarse estos hechos a petición de vecinos y compañero de piso en cada caso).
La impresión de amenazas, coacciones, intimidaciones e impactos emocionales sostenidos en el tiempo, ahora tienen una pequeña pausa que parece de recapitulación, pero los objetivos en la madre son siempre el mismo, desestabilizar al muchacho y hacerlo cada día más cercano al objetivo final. En eso nadie le hará cambiar de opinión porque sencillamente, para sí misma, ella tiene siempre la razón y consiguientemente  la lleva a su término.
Les incluyo no solo la foto del único dormitorio de la casa sino también el video que el hijo hizo cuando ya estaba bien y a gusto en San Mateo, antes de que llegara esa invasión “protectora” que desembarcó para bien del propio hijo hace ya unas semanas.

Video: Sólo estaba mejor: https://www.youtube.com/watch?v=h2m6nCkgQlc

Pique en estos enlaces para tener información al respecto

https://www.youtube.com/watch?v=Df8qAxgTeuQ&t=414s



sábado, 2 de mayo de 2020

Carta de despedida



Los medios de comunicación nos han acostumbrado a que contemplemos la violencia como un fenómeno que está alejado de nosotros, por lo general y desde los recuerdos de niños, hablarnos de Biafra del hambre que pasaban nos hacía entender a todos que pasar hambre era de las cosas más tristes que le podían pasar a las personas, y si las imágenes eran de niños aún más triste era la visión de la soledad en el sufrimiento de algo tan esencial como la necesidad de comer para tener un mínimo bienestar, porque no comer o comer mal era demás fuente de otros problemas propios de la desnutrición que acaban por manifestarse en enfermedades, padecimientos y muerte. Así lo entendíamos con sólo ver las imágenes de tv; no precisábamos ser especialistas médicos ni grandes expertos para que la visión del hambre nos trasladara emociones de tristeza, solidaridad y empatía por ese sufrimiento que representaban las imágenes de niños llorando o desnutridos, rodeados de moscas y con una desnudez que hablaba a las claras de desamparo, desprotección y vulnerabilidad.
En aquellos años sesenta, donde la prosperidad de las familias se concebía como un itinerario posible para todos, familias salidas de las penurias propias que les dejó ser hijos de quienes vivieron guerras en nuestro propio territorio, aquellas imágenes de tv de la penuria en otras latitudes del mundo, nos recordaba a todos que la solidaridad era la mejor manera de mostrar y reconocer que nadie está libre de una situación de penuria (penuria significa pena) porque sabe que ya la pudo vivir o ver en sus familias en el pasado y porque ninguna situación económica presente o futura nos garantizará que la penuria no esté esperándonos, sorpresivamente, a la vuelta de la esquina y nos acabe por alcanzar de manea imprevista cuando menos lo esperemos. De ahí nace el sentido de la solidaridad, de reconocer ese lugar común que representa para todos la pena de vivir en un mundo que no es perfecto; y aunque estemos en situación económica más o menos desahogada, aunque hayamos conseguido cierta estabilidad material (aunque no sea mucha) que nos permita disfrutar de algunos de los bienes y oportunidades que nos rodean en nuestra sociedad, siempre puede existir o un punto de retorno a esas penalidades o cierto temor a ese retorno cuando recordamos la condición humana y como esta se muestra en las imágenes de tv. Por eso el hecho de que nos impresionen esas penalidades, de alguna manera, representan la humildad que en nosotros queda; porque esa humildad es la que nos invita a la solidaridad (palabra, hoy en día, sustituida por otra más técnica y que conocemos como empatía).
Así que cuando se emite el video y los audios de ayer, se busca que las personas se miren hacia adentro y piensen en la penalidad como hecho objetivo y singular que a todos nos ha llegado, o hemos vivido, o nos puede llegar en algún momento a nuestras vidas. La penalidad es el hecho común a la humanidad. Y la respuesta que tenemos hacia ella es también la respuesta que damos a la vida después de haber conocido la penalidad en nosotros mismos. Hay personas que ante la penalidad ajena responden con dureza, o indiferencia, o minimizándola, o relativizándola, o justificándola. Ellos también han vivido penalidades y las han superado. Y posiblemente piensen que sus penalidades fueran mucho mayores que las de otros o las de cualquiera que se manifiesten en los medios de comunicación, en las redes o en la tv. Y tal vez se digan así mismos: Cada cual tiene su destino y tiene que sacarse las castañas del fuego, a mí nadie me las sacó, me he hecho a mí mismo y por eso soy como soy y he encontrado mi espacio de confort (con la manera de pensar que hoy es mi guía y con la cual me he salvado y me salvo de cualquier situación); la dureza es en realidad el signo de esta vida; y soy capaz de mostrarme frío y distante para que las penalidades de otros no me alcancen y me perturben en ánimo (recordándome las mías propias); mis penalidades me las he gestionado yo y sólo en momentos íntimos sé que puedo expresarlas porque esos momentos  me permiten mostrarme con cierta vulnerabilidad que hace atractiva mi persona a alguien. Pero el resto del tiempo soy el que soy, y así ven los cercanos a mí, que mi capa de dureza es en realidad la coraza que he construido (incluso contra mi voluntad) para sobrevivir en este mundo común mente ingrato para todos y que por lo tanto, mi coraza, cuanto más dura y es pesa sea más muestra a los míos que soy sensible y vulnerable, mucho más que quienes nos rodean y que por eso me protejo con mi coraza (coraza, palabra que significa proteger al corazón).
El video que circuló ayer, más allá de los audios (que son la parte más llamativa del mismo), muestra una imagen que tal vez por lo llamativo de esos audios haya pasado desapercibida; comienzan con la imagen de nuestro planeta, desde el espacio, a cierta altura, Y luego muestran a un joven chateando con su padre a escondidas de la madre. Lleva los cascos puestos para que nos e oiga la voz del padre, y ambos se ven mediante la video llamada. La madre, junto a esa misma cama duerme vigilante. Por eso la conversación entre el padre y el hijo es semi muda, solo puede hablar el padre, el hijo solo puedo llorar y escribir. Y es una imagen real y de nuestros días y en un mundo real y de nuestro entorno inmediato. Y se transmite al mundo casi a tiempo real.
Si el audio es llamativo, no lo es porque la señora madre grite violentamente al hijo, o grite histéricamente socorro policía reiteradamente, o se invente la posibilidad de una agresión inmediata por parte del hijo; no, ni siquiera porque cuando llama al mecánico de san mateo para arreglar el corta césped, y la madre guie la conversación sobre qué residencias son mejores para enfermos mentales (si públicas o privadas) e invite/obligue al hijo a participar de esa conversación muy propia para arreglar un corta césped. Ni siquiera que al acabar la conversación le diga a su hijo que ya visitarán residencias de esas para que las vea. Tal vez ello les haya pasado desapercibido en el audio ante los gritos inicales de la madre y el reproche del hijo con el que comienza el audio en el que le recuerda que su madre le dijo: No me tiene miedo porque no me conoces.
El objetivo del video, conocer la doblez de un discurso publico y privado; porque para simplemente hacerse unas fotos con su hijo le agrede le insulta y le chantajea, como se puede oír claramente. Porque se supone que no es una persona inculta, presume abiertamente y con posterioridad ante una llamada telefónica de sus múltiples conocimientos en todo tipo de facetas, incluidas las psicológicas, determinando que el hijo es muy sensible; consecuentemente deberíamos concluir, que las técnicas de gritos, insultos y violencia emocional al hijo son producto y consecuencia de que aplica esos conocimientos al problema que tiene delante, pero lo que parece más obvio es que ella misma, esa persona los ha creado y crea constantemente el problema sobre su propio hijo. Y lo ha hecho hasta ahora y durante decenios, con un discurso a los médicos como el mismo que muestra al padre. En la intimidad ocurre lo contrario de lo que dice. De esa manera aísla cada día más al hijo y lo hace más dependiente de ella, en contra del discurso público que sostiene en sus entornos sociales y con los médicos. Hace creer que el hijo es dependiente por la dureza exterior del mundo que le rodea, pero oculta a esos mismos médicos que es ella quien proporciona y suministra esa dureza que le intimida, paraliza y cuando quiere escapar le persigue.
Así que desde estas líneas hago público, ante la inminencia de la amenaza de la madre que el próximo lunes lo expulsará de San Mateo para crearle un grave problema con la autoridad que poder explotar en beneficio del plan maternal de meterlo en una residencia para siempre, que, hijo mío, haz y escribe ahora una carta, como puedas y como te salga; una carta que es conveniente que leas en voz alta a tu madre; que la grabes, como tuviste que empezar a grabar para superar el miedo que su sola presencia te produce. Háblale porque serán una de las pocas palabras que se oirán de ti ante ella; léesela con serenidad porque será un gran testimonio.
Te quiero y ahí estoy. Como dijo tu madre, si hace falta, detrás de ti voy yo e iré yo.
Les pido que vuelvan a ver el video, https://www.youtube.com/watch?v=Df8qAxgTeuQ&t=414s  pero ahora sin audio y díganme o piensen en qué ven. 
Debido a las dificultades en difundir el vídeo públicamente se ofrece la posibilidad de ofrecer las imágenes en privado mediante el enlace siguiente.

https://www.youtube.com/watch?v=Df8qAxgTeuQ&t=414s

viernes, 1 de mayo de 2020

invisible sufrimiento extremo (de un muchacho)

Este vídeo puede herir su sensibilidad:  ver La tragedia de al lado.  
https://www.youtube.com/watch?v=Df8qAxgTeuQ&t=414s


Ante la amenaza que el muchacho recibió ayer por parte de su madre, de ser expulsado del Saso – San Mateo de Gállego, Zaragoza – inminentemente, y en fecha ya por ella señalada para el próximo lunes 4 de mayo del mes en curso, con la finalidad de crearle un verdadero conflicto que pudiera avalar y argumentar ante las autoridades, en medio de este confinamiento forzado por Ley, y previendo, consecuentemente, generarle conflicto grave en cualquiera de las opciones que se le ofrecieran al muchacho (ir a recogerle en vehículo, mandar un taxi a recogerle e incluso si él mismo intentara tomar el autobús de línea) para volverse con su padre. En tal situación ya extremada, y con la única finalidad de defender la integridad moral y física de su hijo, el padre ha confeccionado esta noche el siguiente video, conformado con documentos sonoros y videográficos , tanto de la madre y del hijo, acaecidos recientemente en ese mismo domicilio donde ahora están conviviendo la señora madre y el hijo en la urbanización el Saso – San Mateo de Gállego- Zaragoza.
Obligándole la situación al padre, por fuerza mayor, y en estos momentos único medio a su alcance, hace público y difunde dicho documento por todas las redes sociales a su alcance con la única finalidad de intentar obstaculizar, en alguna medida, la feroz y despiadada actividad de la madre contra su hijo.
Siendo el padre consciente de las adversidades que por ello pudieran derivarse para él mismo.