¿Cuándo parará
esto? Es la pregunta que todos nos hacemos y de la que no hay certeza segura.
En China se baraja la hipótesis de que al menos habrá que hacer frente a tres
oleadas hasta que se tenga una vacuna segura; y aún así no sabemos con certeza
si el virus mutará a otro más agresivo o más adaptativo que conviva con
nosotros (ya para siempre, como las
gripes) y que permanezca latente con momentos de expansión.
Como toda
situación que conmociona a una sociedad, aparecen teorías de diversas naturaleza
que vienen a racionalizar estas tragedias que se viven periódicamente; y cada
una de ellas se adapta, de alguna manera, a la visión que cada grupo social
construyó en su juventud (o llegando a la
madurez) cuando empezara a sentir que la vida en sociedad no iba a ser ese
sueño de ilusiones que se impulsa desde la niñez o juventud para impulsar a las
personas a perseguir sus sueños e insistir en ellos (y desde ahí aceptar el papel o rol social que te va a tocar a vivir en
la sociedad). Los paraísos no están al alcance de todos, nunca lo
estuvieron, por lo que en nuestro afán de superar obstáculos e inconvenientes
en nuestros anhelos hemos buscado otras formas de contemplar la vida y la
existencia que también nos dan cierta felicidad y algunas satisfacciones (aunque no poseamos fortunas o bienes que nos
salven de las adversidades cotidianas) y funciona.
Estudiando
biología vegetal me admiré de cómo funcionaba la Naturaleza; no sólo había
células y organismos que no precisaban oxigeno para vivir o reproducirse, sino
que también había organismos que vivían en entornos inconcebibles para la vida
que vivimos como seres humanos (en medios
de ambientes muy adversos y casi antagónicos a los que hemos concebido como
normales para nosotros, los animales de nuestro entorno y las plantas).
Ése es el
escenario de la vida en nuestro planeta: Existen multitud de caminos y
bifurcaciones desde donde la vida puede reiniciarse plenamente. Y existen desde
hace millones de años de evolución del planeta. Desde hace algunos millones de
años vivimos en una de esas bifurcaciones donde apareció el dominio “relativo”
de los mamíferos y la evolución del Ser Humano dominara la Tierra junto con
insectos, bacterias, virus, plantas y hongos que han hecho posible la
existencia del Ser Humano y su desarrollo tecnológico y social.
La vida en el
Universo es un objetivo esencial, como tal vida (que no quiere decir que tenga que ser esa vida bajo los mismos rasgos y
condiciones que actualmente existen en la Tierra, es obvio, porque en la Tierra
ahora se vive en una determinada bifurcación de las múltiples posibilidades y
ramas de vida que pudieran existir en nuestro propio planeta o en el Universo),
pero esta se enmarca bajo unos parámetros estrictos, unos límites que la delimitan
y auto regulan, en un equilibrio "invisible" pero permanente.
Así podemos
concebir que la vida en nuestro planeta se mostrara, tal y cómo la conocemos (y con sus bifurcaciones latentes en el
propio planeta) en el momento en que la distancia al Sol (nuestra estrella) o la potencia de su
luz y calor fueran la adecuada para potenciar una de esas bifurcaciones que hace posible la vida; y en la medida
en que esa potencia decrece otras formas de vida (otras bifurcaciones) reemplazan a las vigentes (o las ponen a estambay) a la espera de
mejores condiciones. Así es de suponer que con un Sol, antiguo, más potente la
Tierra no tuviera vida, pero tal vez Júpiter o Saturno o Marte sí; y que
decreciendo esa potencia solar la Tierra tuviera las condiciones ya idóneas
para madurar y activar la vida que hubiera ya latente en ella (se cree que la potencialidad de vida en un
planeta se adquiere desde su formación como tal planeta, por medio de los impactos
recibidos de otros fragmentos de planetas o meteoritos; conformando una estructura
de diferentes oportunidades para establecer vida que quedarán latentes en ese
nuevo planeta, como así ocurriera en la Tierra hasta que esta agote su vida tal y como la conocemos – o por pérdida de potencia del Sol, o por la destrucción del
propio Sol - la destrucción del Sol convertiría los fragmentos de Tierra en potenciales elementos
para dispersar vida por el Universo durante millones y millones de años, sobre
otros planetas o en la formación de otros planetas).
De esta manera podríamos
concebir la contradicción, no resuelta, de cómo es posible que la vida del Ser
Humano le permita tener no solo conciencia de vida, sino la suficiente
capacidad intelectual como para concebir el Universo completo y aplicar sus
conocimientos al medio desarrollando una tecnología material, científica y
social que ha dado lugar a esta Cultura Global en la que vivimos todos
interconectados y a la vez su propia vida esté limitada por la muerte, poniendo
punto y final a una existencia. (Absurdo
del todo). Pero también absurda la vida de animales, como mamíferos, de los
que les sabemos con sentimientos y emociones similares a las nuestras y que
viven y mueren (absurdamente) o son
sacrificados para nuestro consumo. (parece
una contradicción irracional). La vida, en sí misma, su existencia es una contradicción "ilógica"; no satisfacen las respuestas que se dan desde el punto de vista exclusivamente materialista (como dice el tango: La vida es una herida absurda). https://www.youtube.com/watch?v=XABnNOZY74o
A la vez la
vida contiene un impulso básico, que es estimulado en las familias, para
fomentar el instinto de supervivencia y de vivir salvando cualquier obstáculo
que se presente. Ese instinto de supervivencia permite, ante los obstáculos,
generar alternativas (e incluso
bifurcaciones) en nuestra mente que hagan posible seguir adelante a base de
esperanza e ilusión (ambos son términos
abstractos, que no tienen más sustento material que la fortaleza del espíritu
personal por sobrevivir) y que da resultados bien positivos. Ante lo
absurdo de la vida también hemos construido una idea etérea (religiosa) que hace posible “entender”
la vida y la existencia en manos de una inteligencia superior que hizo posible
la existencia de toda vida y del propio Universo (al menos así lo vemos en esta etapa científica que pone al conocimiento
materialista por encima de cualquier otra percepción humana, en la actualidad).
Y sin embargo, aunque el mundo material tiene efectos materiales sobre nuestra
parte de ser material (y si solo creemos
en la parte material de la existencia, nuestra parte espiritual sufrirá en
exceso por creer que la vida solo es materia) el mundo espiritual, nuestra
mente y sus efectos son más decisivos que el propio mundo de la materia, pues
es nuestra mente quien ha determinado el rumbo de la organización humana (la que concibió el dinero, la ingeniería,
las ciencias, la medicina, la propia religión, la política, el mercado, … y la
que analiza los efectos del amor, la empatía, la solidaridad, la
estigmatización, el aislamiento,… la guerra, la violencia,……etc) y es la
mente quien decide utilizar esas herramientas para un fin determinado. Así pues las ideas son la
base inicial, junto con los pensamientos y emociones que producen, las que
determinarán el devenir de una persona o de una sociedad (por lo que es obvio que es el mundo de las ideas quien gobierna la
humanidad).
Parece obvio
que por ese motivo de supervivencia propio de cualquier ser (incluidos los virus pues así se comportan,
como si tuvieran inteligencia) buscamos nuestra mejor posición personal y
en ello utilizamos los recursos a nuestro alcance; y que los excesos de
utilización de esos recursos, cuando perjudican al resto tienden a una “compensación”
a un re-equilibrio (desde ahí podemos
concebir la evolución de la política y las formas de gobierno; ello no evita
los excesos, pero los limita).
En la
Naturaleza ocurre lo mismo, cuando abunda una especie y aumenta su densidad
aparecen las plagas y las enfermedades. Lo saben los agricultores desde hace
siglos y siglos cuando empezaron a cultivar cereales o a tener huertos e
introdujeron la rotación de cultivos y la selección de plantas más resistentes
y productivas (luego vendría la Ciencia
con métodos más expeditivos y contundentes: los abonos y pesticidas para “facilitar”
“mágicamente” resultados óptimos y luego llegaría el negocio con los
transgénicos y las modificaciones genéticas, intentando prescindir del propio
substrato básico: prescindir de la propia tierra donde cultivarlos; y luego la
creación de ambientes artificiales: Invernaderos). Lo mismo ha venido
ocurriendo con las especies animales que usamos para nuestra alimentación y se
ha seguido el mismo proceso – idéntico)
Toda esa experiencia se ha traspolado al Ser Humano (prueba de ello es que el mejor epidemiólogo español y el más
contundente en esta crisis y en otras es un patólogo animal).
De las muchas
tesis conspirativas que pululan me quedo con la evidencia de las reglas de la
vida que expuso recientemente un militar médico: La regla básica es que cuando
aumenta en exceso o la densidad aparecen factores correctores que reducen esa
densidad. Se pensaba que lo haría el ébola, pero se le controló; y sin embargo las
leyes naturales son inmutables y hay que replantearse nuevas maneras de gestión
– lo mismo que pasa en la agricultura y ganadería (hemos contaminado ríos, acuíferos, mares… hemos sacrificado el
potencial biológico de nuestros nutrientes en favor de la superproducción –
haciéndonos más vulnerables en algunos aspectos – y habrá quien se replantee la
orientación de la propia medicina) (es posible que las advertencias y prohibiciones que realiza la biblia soble los alimentos que se pueden tomar vayan en una dirección "similar"donde la huamidad pasara una situación parecida que la diezmó en el pasado); pero lo más seguro es que volvamos a
los mismos parámetros de siempre y que la competitividad y la visión del
Capitalismo – como competición - esté ahí para siempre, por ser la forma de
gestionar la economía que más mimetiza con el rasgo más animal del ser humano.
El más fuerte gana; así que no es de extrañar que el mundo anglosajón se apunte
a la teoría de Darwin de selección de especies e individuos (y de preferencia a proteger su estructura económico financiera; y lamentablemente piense en el sacrificio de personas para salvar la potencialidad de su liderazgo en el mundo de le economía).
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