Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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martes, 5 de octubre de 2021

II El Mundo (tiene sentido o no lo tiene): El Verbo, la Palabra, el Relato y la Credibilidad.

 

II El Mundo (tiene sentido o no lo tiene): El Verbo, la Palabra, el Relato y la Credibilidad.

Un sistema basado en polaridades en el ámbito espiritual: Amor/Odio con efectos en el plano material: Violencia/Propiedad-Poder.

 

Después del artículo anterior sobre la aproximación a las relaciones que sostienen las especies de mamíferos y las similitudes con el Ser Humano, que no he realizado por capricho sino porque en el mundo de nuestra sociedad se han buscado esas mismas comparaciones para poder defender legítimamente como producto de la conducta espontánea en el mundo animal, lo que se consideran avances sociales en las relaciones interpersonales de los seres humanos que se hallaban cuestionadas o en entre dicho, se pueden extraer algunas conclusiones que hasta la fecha se ponían en cuestión o establecían dudas sobre cuál de las posturas sostenidas sobre la bondad del ser humano al nacer. En principio parece indudable que el ser Humano, por su naturaleza, nace bueno:

Rousseau: "El hombre es bueno y la sociedad lo corrompe"

 lo que hace referencia a que el ser humano nace sin una estructura moral de comportamiento, la adquiere conforme vive en sociedad, por lo tanto pierde la pureza a medida que va creciendo. (cuando se describe las “dudas” de “conciencia” que los mamíferos “asesinos” tienen a la hora de ejecutar un asesinato ante una víctima indefensa podría señalar la existencia de una especie de “consciencia moral previa”, que por la propia naturaleza de la consciencia le vincula con “algo transcendental”, por la cual le entran dudas sobre la conveniencia de dar muerte a un semejante aunque sea de especie diferente, considerando si ello resulta conveniente o inconveniente o si existe un punto en común de especial relevancia “insospechada” y trascendental, entre él, como potencial asesino, y su víctima; que pudiera afectarle a su destino o existencia más allá del plano meramente material de la existencia. Lo que sugiere que existiera una consciencia transcendente en el mundo de los mamíferos que se muestra en ocasiones de manera evidente y que señalaría, en sí mismo, la existencia de un plano espiritual inmaterial o dicho de otra manera, la existencia de un alma propia y singular que es capaz de hacer posible esas “dudas” para segar una vida y que puede resultar tan visible en el mundo de los mamíferos). Aun con la evidencia de esta afirmación, aseguraba una abogada, que existen “almas negras” y “almas blancas”; en aquello entendí que hay personas que por mucho que sufran la violencia social su ánimo nunca la entenderá e incluso no se protegerá de ese entorno convenientemente por falta de perspicacia y por otro lado la existencia de personas que rápidamente optarán por la maldad en las relaciones y desarrollará una “inteligencia” acorde a esa visión vital e incluso pudieran llegar a constituirse rápidamente como abiertamente asesinos sin escrúpulos.

De alguna manera se observa que la empatía, como idea de todos participar del mismo phatos (la emoción (de allí deriva el término empatía) que apela a los valores, sentimientos y creencias más firmes, puede llevar a la construcción de un mundo solidario y que la antipatía (también de phatos) puede llevar a una visión de lucha y antagonismo ante un mismo phatos que a todos nos alcanzaría pero interpretado de manera diferente (como pudiera constituirse cuando unos apelan a que todos somos en esencia iguales y que por ello tenemos derechos a las mismas oportunidades efectivas y reales para desarrollarnos como personas en oposición a aquellos que aseguran que no somos iguales y que cada cual prospera en consonancia con sus aptitudes y capacidades; que podría ser origen de la división que afecta a la sociedad y da lugar a las teorías económicas de nuestras sociedades).

Sin embargo todo deriva del discurso, presentado aquí como Logos (aunque logos sea un concepto mucho más transcendente que se refiere al lugar donde se encontraría todo el conocimiento y sabiduría), pero que en un discurso solo se toma la parte con un fin y propósito concreto que alcanza en ocasiones la forma de relato y sabemos que el relato tiende a ser sesgado e interesado como señala el mundo de la política y la empresa de manera constante. Y sobre el Ehtos, credibilidad, sabemos que uno de los aspectos de la vida política y empresarial – concebidas como lucha y rivalidad – es desacreditar al adversario constantemente (http://redextensionrural.blogspot.com/2019/04/logos-ethos-y-phatos-como-construir.html) para ocupar o adquirir su espacio e integrarlo como propio; es decir para apropiarse de su ámbito mediante un relato persuasivo que resulte legítimo.

En el “juego” social podríamos considerar política todas las relaciones sociales, no solo las meramente concebidas por relaciones políticas para el ejercicio del poder (porque la finalidad de la política no solo es gobernar) sino hacerlo “conforme” a la sociedad, por lo cual esta es persuadida por el discurso (relato, verbo, palabra) político con la finalidad de que se acepte las decisiones tomadas y las avale en los momentos de elecciones de cargos públicos.  Y ello lleva consigo una lucha por el poder: valores, el relato y la credibilidad; No nace esta cuestión del relato del mundo de la lucha política – que sería posterior – sino tal vez de los juicios públicos donde el magistrado muestra en público la sabiduría con que rige su comunidad.

Ethos:  En el uso moderno, ethos denota la disposición, el carácter o los valores fundamentales peculiares de una persona, pueblo, corporación, cultura o movimiento específicos. Por ejemplo, el poeta y crítico TS Eliot escribió en 1940 que "el espíritu general de las personas a las que tienen que gobernar determina el comportamiento de los políticos". [4] En retórica , ethos (credibilidad del hablante) es una de las tres pruebas artísticas ( pistis , πίστις) o modos de persuasión (otros principios son logos y patetismo ) discutidos por Aristóteles en ' Retórica ' como un componente del argumento. Los oradores deben establecer un espíritu desde el principio. Esto puede involucrar sólo "competencia moral"; Aristóteles, sin embargo, amplía el concepto para incluir la experiencia y el conocimiento. [7] [8]Ethos está limitado, en su opinión, por lo que dice el hablante. Otros, sin embargo, sostienen que el ethos de un hablante se extiende y está conformado por el carácter moral general y la historia del hablante, es decir, lo que la gente piensa de su carácter incluso antes de que el discurso haya comenzado (cfr. Isócrates ). (En el enlace de la definición de Ethos pueden ver su conexión con la Tragedia Griega, que permitirá a los lectores menos formados verificar el porqué se enlaza Tragedia Griega, como representación teatral para el público que estudiara Nietzsche, con la teatralidad y referencia de Alfonso Guerra cuando establece el PSOE el marco de referencia de cómo será interpretada la democracia en España).

Phatos: En la Retórica de Aristóteles (libro 1, 1356a), el pathos es el uso de los sentimientos humanos para afectar el juicio de un jurado. Un uso típico sería intentar transmitir a la audiencia un sentimiento de rechazo hacia el sujeto de un juicio para influir en su sentencia; en este sentido, se puede decir que crear en la audiencia un sentimiento de rechazo hacia el sujeto juzgado, al margen del hecho que se está juzgando, es, en el sentido etimológico de la palabra, crear un argumento patético

/ p eɪ θ del ɒ s / , Estados Unidos : / p eɪ θ oʊ s / ; plural: pathea o Pathé ; griego : πάθος , por " sufrimiento " o " experiencia " o "algo que uno se somete a", o " algo que le sucede a uno ". [1] En medicina se refiere a un" fallo "," enfermedad "o" queja ". [2] En el estoicismo se refiere a" quejas del alma ".[3] En suforma adjetiva : patético de παθητικός ) apela a las emociones del público y provoca sentimientos que ya residen en ellos. [4] Pathos es una técnica de comunicación que se utiliza con mayor frecuencia en la retórica (en la que se considera uno de los tres modos de persuasión , junto con el ethos y el logos ), así como en la literatura, el cine y otras artes narrativas.

En el estoicismo, el pathos se refiere a las "quejas del alma". Sucumbir al patetismo es un evento interno (es decir, en el alma) que consiste en una respuesta errónea a las impresiones externas a ella. Los estoicos relacionan esta visión del patetismo, y la visión que la acompaña de que todo patetismo debe ser extirpado (para alcanzar el estado de apatheia ) con una imagen específica de la naturaleza del alma, del funcionamiento psicológico y de la acción humana. . Una característica clave de esa imagen es que sucumbir al patetismo es un error de razón, un error intelectual. [5]

Logos (en griego λóγος -lógos- ) es una palabra griega que tiene varios matices de significado: Logos es la palabra en cuanto meditada, reflexionada o razonada. Puede traducirse de distintas formas: hablapalabrarazonamientoargumentacióndiscurso o instrucción. También puede ser entendido como: "inteligencia", "pensamiento", "sentido", la palabra griega λóγος -lôgos- ha sido y suele ser traducida en lenguas romances como Verbo (del latín : Verbum). 

Heráclito es el primero en teorizar utilizando esta palabra en el siglo V A.C. diciendo: "No a mí, sino habiendo escuchado al logos, es sabio decir junto a él que todo es uno". Tomando al logos como la gran unidad de la realidad, acaso Lo real, Heráclito pide que la escuchemos, es decir, que escuchemos el discurso de la realidad. En lugar de escuchar los discursos de los hombres que se basan en apariencias, escuchar el logos de la naturaleza.

El ser de Heráclito, entendido como logos, es la Inteligencia que dirige, ordena y da armonía al devenir de los cambios que se producen en la guerra que genera la existencia misma. Se trata de una inteligencia sustancial, presente en todas las cosas. Cuando un ente pierde el sentido de su existencia se aparta del Logos.

El Evangelio de Juan identifica al Logos cristiano , a través del cual todas las cosas son hechas, como divino ( theos ), [9] y además identifica a Jesucristo como el Logos encarnado

 El uso de la Biblia Vulgata de in principio erat verbum se vio obligado a usar el sustantivo (quizás inadecuado)verbum para "palabra", pero las traducciones en lenguas romances posteriores tuvieron la ventaja de nombres como le Verbe en francés. Los traductores de la reforma adoptaron otro enfoque. Martín Lutero rechazó Zeitwort (verbo) a favor de Wort (palabra), por ejemplo, aunque los comentaristas posteriores recurrieron repetidamente a un uso más dinámico que involucraba la palabra viva como la sentían Jerónimo y Agustín . [10] El término también se usa en el sufismo y en la psicología analítica de Carl Jung .

A pesar de la traducción convencional como "palabra", logos no se usa para una palabra en el sentido gramatical; para eso, se usó el término lexis ( λέξις , léxis ). [11] Sin embargo, tanto logos como lexis derivan del mismo verbo légō ( λέγω ), que significa "(Yo) cuento, digo, digo, hablo". [1] [11] [12]

Y sin embargo, existe también el termino Logos, en su vinculación gramatical con el término palabra la expresión Lexis y ambos deriban del verbo lego, que significa Yo Cuento o hablo y que participa del término Lex en latín Ley; y Magistrado de Magister Durante el período del Reino Romano , el Rey de Roma fue el principal magistrado ejecutivo. [1] Su poder, en la práctica, era absoluto. Era el sumo sacerdote , legislador , juez y el único comandante del ejército . [1] [2]

Y que también se vincula con magisterio (conjunto de valores morales y de fe en la iglesia) o  Diploma universitario francés de Magistrado, (expedido entre 1985 y 2002), sustituido desde la reforma de la LMD por un título universitario (DU) obtenido tras la docencia adicional en la L3 y el máster . o Escuela Universitaria para formar maestros de los primeros grados educativos en España.

Todos ellos participan de la condición del uso del Verbo/Palabra que debiera estar vinculado con el conocimiento/Logos – logos si se tuviera conocimiento completo de toda sabiduría, que no es el caso de nuestras sociedades, como señalaré - y que en su máxima expresión, pasando por el gobierno primero del rey, luego del Parlamento, da lugar a la Ley que a todos nos rige como expresión de la sabiduría para resolver situaciones mediante sentencias que se han de cumplir  

Por lo expuesto, el desarrollo de la Democracia debería contemplarse como un compendio de la sabiduría y conocimiento adquirido por la Humanidad desde hace siglos y milenios, capaz de expresarse en cada uno de sus actos públicos y sociales, más cuando modernamente participa en la Democracia el desarrollo de la Ciencia y el método científico.

Sin embargo, venimos observando que la mentira se considera parte aceptable del discurso social y político, ya sea usada indirectamente negando evidencias e incluso directamente señalando falsedades. Mentira que se expresa por medio del verbo, la palabra que nacieron vinculados con el propósito del conocimiento y saber, que es el que otorga legítimamente el Poder social (primero divino, por medio de las monarquías, y luego democrático por medio de la participación del pueblo y luego los ciudadanos). “Mentiras”, haciéndonos concebir falsedades, que observamos en relatos y discursos, como recientemente hemos comprobado en el caso de Iván Redondo o recientemente discurso que se entiende falseado en Carmona respecto a Iberdrola, según señala en ambos caso la prensa especializada.

Cuando un Estado democrático precisa del crimen (y) siendo un acto inmoral, consecuentemente precisa de la mentira y la colaboración de estructuras del Estado para ocultarlo (como ocurriera cuando la presidencia de Mitterrand el Estado Francés atentara contra Green Peace).  En ese sentido siempre que ocurre un crimen opaco en una democracia se precisa de una colaboración de parte de la estructura del estado para opacarlo mediante un relato creíble, donde será más creíble si procede de un profesional que del político o autoridad que lo ordenara.  Sin embargo existen crímenes que son legales pero que ni son conocidos por la sociedad ni comprendidos por esta en toda su dimensión. Por ejemplo cuando se narra en un artículo precedente, el procedimiento de un internamiento a perpetuidad de una persona, donde se le aísla durante tres o cuatro días sometiéndole a un tratamiento bioquímico que anula su cerebro y lo hace sumiso para siempre; y que señalé hace unos meses, pues mi abogado así me lo relató para que luchara en defensa de mi hijo (de ahí, y no de otra manera, señalo que existe violencia vicaria femenina que debiera acreditarse como u trayecto premeditado para destruir las posibilidades de una persona – acreditadas facultativamente – con la única finalidad de hacer daño al padre en múltiples planos: Sociales y morales; por lo que debe existir posibilidad legal de demostrarlo jurídicamente y constituir un argumento penal, que si demuestra una planificación de lustros debe constituir una premeditación destinada a destruir moralmente y prácticamente la vida de un inocente con secuelas muchos más graves de las que puede constituir una violación en grupo de una joven o mujer, y que si se demuestra asistencia jurídica al respecto de ese fin debería sin duda aparejar penas similares sino mayores, porque se usa del conocimiento de la justicia no para el bien común sino perversamente contra las personas). Otra cuestión aparte sería considerar hasta que punto sería refrendado por la población el uso de esos métodos médicos para anular plenamente y definitivamente la capacidad de una persona que no cometiera crimen alguno para anularla a perpetuidad bioquímicamente y sobre todo qué tipo de sabiduría puede haber detrás de quien tomara una decisión como esa desde el punto de vista judicial y sobre todo, si la medicina ha sido concebida por la sociedad para ese fin en contra de la viabilidad de un joven en un sistema democrático.  

    El entorno materno puso excusas durante un año antes de devolver la ropa y algunas pertenencias del hijo cuando lo expulsaron del entorno materno y fue a recaer en casa paterna. Excusas inaceptables, sin ropa, sin sus propiedades esenciales que concebimos como parte de nuestra personalidad y que expresan quienes somos.

Desde las restricciones horarias de la pandemia, con toque de queda, he observado varias acciones del entorno materno destinadas a sacarlo del entorno más seguro paterno, mediante promesas de devolverle cosas, con el propósito de buscar que fuera sancionado por no volver a casa antes de la hora de toque de queda (uno de esos episodios dado en una quedada con ese propósito en el Parque Roma, y que siendo en media hora del toque de queda ni le dieron ropa ni le acompañaron a la parada del bus para que regresara a casa del padre; también en San Mateo, en plena restricciones incluso de comercio solo esencial, invitaba la madre a que fuera el hijo de San Mateo a Zuera en busca de una tienda electrónica para reponer una pieza, pues en la estrategia de siempre de aislarlo, de una manera u otra, no le cargaba el móvil y no se podía comunicar con el padre).

 

-  Cuando el hijo muestra capacidad para resistir ante tanta adversidad e incluso, hundido resurge, muestra una tenacidad y valentía frente a la adversidad y deseos de luchar para vivir que deja en muy mala posición a la misma sociedad cuando permite la acción de descarte que la madre iniciara (a base de falsedades, exageraciones, coacciones, amenazas y obstaculizar cualquier posibilidad de apoyo) hace ya bastantes años. Quienes consideran que una madre tiene legitimidad de usar medios violentos para prevenir y/o mostrar a los hijos “de qué va la vida” (según su punto de vista) y que ello es garantía de amor maternal, hierran mucho al considerar que la violencia continua y diaria materna es inocua e intranscendente y sin consecuencias – así lo pensaba una letrada abogada asegurando, ante la evidencia de malos tratos a unos niños por parte de su madre, que los niños son esponjan y todo lo filtran - así lo manifestaba esa letrada, ante la queja denuncia del padre en el juzgado, pero que desde luego, esa afirmación le permitiría evadirse del problema mucho más grave que se hallaba ya sobre los hijos y en especial sobre uno de ellos, y que siendo una profesional del derecho debió asumir la responsabilidad de realizar un seguimiento “in tempore” que le permitiera una visión más global y precisa, ya no en interés del padre sino de los hijos;  “hacen lo que pueden” – para cuando las consecuencias se muestran han pasado tantos años que no queda más que acudir a los dichos populares: reclamar al maestro armero o echarse al monte; los dichos y refranes muestran que estas ligerezas vienen de lejos hasta el punto de que el saber popular configura estos dichos y la gente, llegado el momento, los comprende a la perfección, por lo que la triste historia de nuestras comunidades siempre encontró similares problemas por mucho que pase el tiempo o los siglos.

   Se piensa por lo común y desde la ingenuidad que la justicia resolverá problemas que se plantean de manera positivamente eficaz, en consonancia con los derechos que toda persona posee por el hecho de ser persona (incluidas preservar sus potencialidades y desarrollo en las mejores condiciones posible) e incluso determinar y alejar de su entorno a quienes pudieran truncar un proyecto de vida bajo cualquier principio ideológico o prejuicio, pues toda persona tiene derecho al desarrollo de su propia personalidad y de sus capacidades para bien propio y de la sociedad. En ese sentido se consideraría que la justicia llega para enseñarnos a todos el camino correcto de la tolerancia, la moderación y la actitud más positiva en favor de un perjudicado o víctima. La realidad es que encontrarse con que ello es posible encontrarlo en los juzgados de manera cotidiana, como norma transversal y proactiva que remueve obstáculos para el bien de víctimas suele ser, si se da, noticia en los telediarios y medios de comunicación, pero sobre todo si se consigue salvar los prejuicios de partida que hicieran pasar a la víctima por potencial verdugo, dejando el futuro de esa persona en manos de quienes realmente fueron sus verdugos. La realidad parece transcurrir por lugares bien distintos donde el mundo se ve y se le tolera violento en maneras o formas inteligentes (con el verbo y el relato a disposición de la mentira y la falsedad).

La violencia forma parte consustancial de la naturaleza de este mundo en que vivimos con todo el reino animal (al que como seres humanos pertenecemos) así lo muestra la Naturaleza, sin distinción de géneros, como se señalaba en el artículo precedente, y las nuevas generaciones, ni los que aun siguen en responsabilidades parecen encontrar un camino para cambiar esa inercia. Lo peor de todo es que hay quien vincula corrección de conducta con castigo violento y extremo, desde que tuvieran 5 años; cabe pensar qué sentido tendría, o qué corregiría un castigo de quitar la plena consciencia de manera bioquímica y para siempre a una persona.

Como sociedad deberíamos estar más atentos. Y si la democracia es que del pueblo emanan todos los poderes, tal vez este debiera opinar sobre que pudiera acabar con las vidas de manera “real” (muerte social que algunos de izquierda proclamaban aplicar no hace muchos años como postura legitima) que salgan al ruedo y den la cara par que les conozcamos públicamente y sepamos de sus argumentos y relatos.

 

 

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