La idea fija: Que el hijo nunca tenga derechos .
Hace ya años que se viene denunciando en este blog la falta de "sensibilidad" que suele existir en la sociedad ante las situaciones que suelen definir como o trastornos mentales; ello ha generado una visión que tiende a chocar, reiteradamente, con las praxis y los prejuicios en nuestra sociedad, por mucho que la ONU, por medio de la OMS intente reconducir semejantes situaciones a favor de las “víctimas”. Resulta una tarea difícil por la inercia social en la que vivimos desde hace algún siglo que otro, y tal vez porque la vulnerabilidad de estas personas (cuando son asediadas sin contemplaciones por su entorno inmediato se genera, tarde o temprano, una reacción "proporcional" a la "agresión" que ven en ciernes) les deja inerme, tanto ante la mirada de “prejuicio paternalista” de la sociedad como ante el mundo profesional (que tiende a verse como “acomodado” en un carril de única dirección del que si se sale se pudiera perder el “espacio de confort ”). Un espacio donde están más por poner parches ( que suelen reiterarse haciendo posible un horizonte nefasto para el paciente así tratado) que por realizar la tarea concienzuda que, a veces consiguen, cuando el ambiente o entorno del enfermo realmente es positivo y busca la restauración de la normalidad que es tarea basada en la paciencia; por lo que convertir la profesión en una ‘rutina’ con pocos alicientes suele ser el resultado cuando el entorno inmediato, lo que busca es, sencillamente, cerrar puertas al familiar y “quitárselo de encima” como una molestia que ya le reiteran, incluso al mismo paciente, de que "a veces hay que ingresarlo para los demás descansen" ).
Este es el caso que se aborda en este blog. La diferencia se halla en que, mientras suele ser difícil señalar las causas objetivas por las cuales un paciente "padece" un determinado mal, para desde ahí trazar un plan de restitución; resulta mucho más difícil si el mundo familiar no reconoce su papel pro-salud (a diario ) y por el contrario es donde se hallara el origen pretendido del mal.
El hijo, la semana pasada, mandó (al parecer) varios mensajes solicitando que se retirara el cartel
de “Desaparecido” que habían hecho circular el entorno materno en lo que se
pudiera considerar una “lavada de manos” (para cubrirse legalmente) ante la nueva
acción de sacarlo del entorno seguro del padre, y con ello destruir cualquier alternativa del hijo a los planes preconcebidos
de la madre desde hace años (ver el último referente a ello: “Lavado
de manos General”) señalando el hijo su derecho a la intimidad e imagen
y al olvido en internet. (Ver:
Derecho al olvido) hecho que ya había señalado en twiter cuando al parecer
el mismo mundo del entorno materno le pudiera advertir, o el mismo paciente percibir, de que si intentara
oponerse a ese cartel las cosas podrían ir a peor, por lo que sencillamente pondría un escueto mensaje en twiter el día 7
de septiembre:
discúlpenme guardia civil, soy V. M.. Tuve
constancia de está alerta el día siguiente a su publicación en redes sociales.
Ya recibí una llamada de la policía Nacional en la cual acordamos ponerme en
contacto con mi hermano, autor de la denuncia
. Se enuncian que me encontraba bien
de salud física y mental. Por ello les pido que retiren la alerta de
desaparición, porque me encuentro buscando una fuente de ingresos y un
domicilio confortable al margen de mis familiares directos, ya que tengo 33
años y busco independencia.
Les agradezco su labor, muchas gracias.
Para nada se dieron por aludidos ni las fuerzas de seguridad ni todos los medios que se sumaron a divulgar una desaparición cuando se sabía donde se hallaba (y haber informe de los propios Mossos - policía en ese sentido de estar localizado y bien). Y de que por supuesto, la madre y el hermano sabían donde se hallaba porque permanecían en comunicación permanente y localizable, pues tenía el móvil a su disposición y resultaba fácil contactar (aunque uno de los hermanos se negara a coger sus llamadas, e incluso uno de sus tíos - que manifestaba ya en el pasado no querer contrariar a la madre en nada, pues según él: “Me mata” - si se han leído el artículo referido previamente - con el único deseo de establecerle al hijo más incertidumbre en posibles comentarios al “alza” de la Madre (que es pieza a parte a tratar, y de lo cual quiero dar muestra en siguiente artículo a ese propósito que sin duda no dejará duda de ello alguna; pues se trata de audio de hace un año para Pilares, y se puede ver la soltura de como la señora se viene acusando de lo que primero le viene a la cabeza a voz en grito y por la calle para comprometer a cualquier viandante que se deje llevar por sus representaciones teatrales - porque también va a cursos de teatro, no le falta de nada a la señora). Verán que resulta sencillo determinar la recurrente estrategia materna de sacar al hijo del entorno seguro para desestabilizarlo con ideas ofensivas o de traición (unas veces) y otras diciéndole que le iban a dar ropa u objetos que tenían secuestrados del hijo (que por cierto lo expulsaron del domicilio materno primero y luego del de San Mateo, que era el referente entonces más deseado por él - y digo entonces, porque ese entorno materno se dedica a ir quemando y bloqueando cualquier salida posible para el hijo, donde quiera que la busque, incluso si lo hace en casa del padre, al que sacan faltas contantemente y ponen de "Chupamedomine" para crear incertidumbre permanente en el hijo, y desde ahí sostener la inseguridad en el hijo para ofrecerse nuevamente, reiteradamente, como alternativa e ir agotando una posibilidad detrás de otra; contribuyendo a construir, constituir y reforzar el propio relato instituido hace años de que “No hay solución”). Este blog da referencias de ello abundantes en ese sentido. La falta de verdadera sensibilidad - y sobre todo creer y hacer creer a la victima causa de su propio mal - ante este tipo de situaciones, aunque sean tan claras y evidentes en origen - y sobre todo la existencia de una inmensa inercia que no “oye”, ni “comprende” cómo hacer posible seguir el rumbo orientativo de la ONU y la OMS como más positivo y beneficioso para el paciente, ni siquiera concebirle como víctima y por el contrario aceptar en ocasiones soluciones “violentarías” que ahondan en mayor daño emocional - sin haber previsto un itinerario de alternativa viable para el paciente - y comprometiendo más aun el proceso de recuperación del daño evidente sufrido y que hace posible la dimensión del mal que padece obstaculizando el proceso de su remisión.
Los hechos son que la semana pasada el hijo se “atreviera” a pedir la supresión del cartel se Busca Desaparecido, que difundía su imagen (y que era, probablemente, una de las causas que le avergonzaban en su regreso, pues parece ser tener constancia en alguna manera de que ello circulaba abiertamente por las redes sociales de gente que a él conocía ) sin embargo, las advertencias previas por él realizadas en las mismas redes sociales fueron desoídas (inoperancia de fuerzas de seguridad y asociaciones que se hacen eco pensando en una labor positiva ), por lo que en alguna forma y manera, pidió, indirectamente casi dos meses después, verse respaldado y amparado por su padre en esa acción e iniciativa legal que tomaba para preservar su imagen, su honor, y su derecho; todo ello recogido en las leyes y que vienen ignorando reiteradamente cuando de lo que se trata es de defender su derecho a ser tratado en igualdad. Y que su mundo materno se ha ido encargando en ir destruyendo particularmente, no dándole cobijo, ni amparo ni comprensión - recordar que fue echado una noche de casa por estar en el ordenador con 14 años ( pasando la noche entera fuera de casa ) y desde los 5 años sometido a maltratos, abusos físicos y morales contra su persona y su integridad de niño, con la ausente respuesta vecinal, escolar y judicial ( pues el padre interpuso denuncia cuando de ello se enterara y hubo omisión de socorro por parte del juez del momento sin ni siquiera evaluación al alza de los servicios sociales del juzgado al respecto). La madre quedó con el “derecho intacto a pegar en lo que conviniere” - y que fuera en exceso violentaría a la vista del resultado con este hijo - para la educación de los hijos.
Resulta difícil concebir en una “madre” actitud tan expeditiva dilatada en el tiempo y una vez crecido ya los hijos. Pero parecer tener consciencia plena de que el hijo mayor siempre echara en falta al padre y que este no se adhiriera a personaje o figura materna propuesta por la madre y ello siempre resultara una carencia que la madre nunca supiera suplir y mucho más objetar en mucho al respecto, señalando enfermedad y locura permanente en el padre que a su juicio inhabilitaba su presencia y cualquier testimonio suyo que pudiera realizar al respecto de los hijos, y mucho menos ante un juzgado denunciando malos tratos obvios - por lo que pudiera ser la razón esencial, pero no explicitada, por la que ese juez esgrimiera a fin de no mover ninguna actuación al respecto de verificar mínimamente el daño que se pudiera causar en los hijos (y tampoco una de las tías atendería la llamada de ayuda del hijo al respecto cuando señalara que “si de pequeña a ella también le pegaran tanto” teniendo entonces el hijo 10 años - sencillamente por por entonces no había ni costumbre, ni principios, ni valores ni derechos que asistieran las quejas de los niños).
Resulta obvio que nuestra sociedad ha sido, y tal vez siga siendo, tolerante con el maltrato físico y emocional a los hijos por parte de madres, lo que a su vez lleva implícito no responsabilizar al entorno materno de las consecuencias, cuando son visibles de esta manera clara y se podría considerar no solo excesos, sino tal vez, penalizables y reprochables socialmente, teniendo que asumir las consecuencias y debiendo poner los medios para restaurar - en lo que hiciera falta - la salud de las personas así tratadas por entornos familiares cuando se puede señalar con precisión (y se advirtieran malicia, mala fe y persistencia en el deseo de proseguir hasta conseguir el fin de hacer inviable toda libertad del hijo para encerrarlo a perpetuidad; cuestión ya señalada en este blog y en audio al efecto, donde la madre señala su propósito al mecánico de San Mateo, donde se posee el terreno familiar en urbanización el Saso, que el padre comprara y edificara, quedando posteriormente vendido al entorno materno).
Resulta también chocante que el procedimiento de asedio sea "para-legal" ( y tal vez ilegal ) por usar de medios del Estado para objetivos no plenamente legítimos que buscan cercenar y destruir derechos fundamentales de personas por medio de engaños.
Para entrar de pleno en esta cuestión habría que poner como ejemplo a la vivencia que se trasladara al padre, hace años, cuando saliera una señora con un marroquí al que se dice que conociera en una asociación de separados y divorciados; personaje que se hallaba separado o en proceso y en vías de aclarar si era receptivo de ser acusado de malos tratos a su mujer. Dicen que la señora que le conociera pusiera denuncia contra él de violación y que por ello fuera inmediatamente a la cárcel; y saliera de la cárcel después de que la señora retirara la denuncia y le hiciera hueco en su vida y en la de sus hijos. No quedando ahí la situación el marroquí pidiera a la señora que fuera al colegio de su hijo y le tomara unas fotos; cuestión en la que fuera pillada infraganti y puesta a disposición de autoridad (diciendo la psicóloga - que fuera su amiga - y en su favor, que fuera solo “tontería salvable”, argumento que le dijera al padre de los hijos de esta señora que se pone como “ejemplo” en el despacho del psicoterapeuta donde iba el padre, quien a la vista de la intromisión de tal psicóloga en uno de sus paciente - y lo considerara reiteración - decidiera interponer algún tipo de denuncia contra ella que perdiera y marchara a fuera de España a realizar un proyecto con jóvenes, del que podría haber retornado) pero debieron actuar los "servicios sociales" o fórmula similar para señalar la inconveniencia de dicha actividad de pareja a la vista de los sucesos (violación con cárcel, retirada de denuncia y luego fotografiar al hijo de él en el patio del colegio) por lo que la policía se pusiera en contacto con la señora y le pidiera convencer a su pareja marroquí para que fuera a comisaría a legalizar situación, siendo detenido y expulsado del país; yendo al señora en el periodo de vacaciones a dicho país en una visita de despedida. En aquella época se hablaba de “la invasión por el vientre de España” (tal vez lo recuerden, dada la capacidad de seducción que el mundo árabe tenia por entonces y que pudiera ser paralela una aquella otra que hiciera concebir al anterior Régimen de ser los españoles “machos hispánicos” ante el fluir de turismo femenino sueco).
Es en ese momento donde al parecer la señora establece y anida el
mayor rencor vital posible, tal vez por descubrir en esa persona algún tipo de "renacer personal" que parecer ser ya nunca volvería a encontrar en igual dimensión o
profundidad con nadie más; pero que hacia los hijos señalara al padre como
causante originario de cualquier mal que en su carácter se mostrara al respecto
del trato con personas y en la malicia de proceder en todos sus asuntos.
Hay que señalar que existe documento audio donde el hijo le
reprocha a la madre: “Si me dijiste: “No
me tienes miedo porque no me conoces”” y donde se muestra parte de la
dimensión de la tortura psicológica a que fue y probablemente sigue siendo
sometiendo al hijo. En donde se le anticipa con perversidad que, haga lo que
haga, nada podrá contra la voluntad de ella; y al hijo le lleva a publicar y
compartir con su padre sobre la indefensión aprendida. Tal vez por ello se
aleje, como otros muchos que viven en la calle, de los servicios sociales, o de
tener tratos similares con personas dispuestas a usar de la ley según su propio
criterio y no el de preservar positivamente los derechos de las personas que
pudieran haber sido vulnerados.
Análogamente, en este momento se observan similitudes en procedimiento de usar el sistema del Estado con “perversidad” o a-legalidad o tal vez ilegalidad (si se tratara de una prevaricación planeada) de tal dimensión que bien merece la pena narrar detenidamente:
1)
El hijo afectado pide legalmente que se quite el cartel de “Se busca Desaparecido” y no parecen querer hacer caso instituciones que están divulgando su imagen, en este momento, sin derecho legal que les sustente y por lo tanto tal vez vulneraran derechos fundamentales de esa persona.
2) Reacciona el hermano que trabaja en servicios sociales poniendo escrito y haciendo intervenir en argumentos a un profesional psiquiatra que ni conoce ni ha tratado ni entrevistado al hijo nunca; pero tiene, aun así reconociéndolo - y sin pedir contraste al alcance por medio de acceso y charla con el padre - el atrevimiento de dirigirse al juzgado haciéndose eco de un relato sesgado y torticero del hermano asistente social de la DGA (hermano inicialmente y literalmente, comprado con dinero y bienes por la madre, y para ello echando de la casa de los abuelos ya fallecidos, al tío de sus hijos y llevándole a un intento de suicidio que achacará la madre a que es alcohólico - el tío es el mismo que alega que "la madre es capaz de matarle" - ya que se habla tanto de matar o morir en este caso que ocupa, cuando alguien se halle cerca o al alcance de esta señora madre; por lo tanto ya no hablamos en esos términos solo empleados por el hijo, sino del tío también). Posteriormente ante la petición de dinero por otro hermano en comprar una franquicia de restauración, convienen el hermano asistente social y la madre, que Alex es muy trabajador y que en el futuro conseguirá lo que quiera, y alternativamente le pagan o compran o reforman un piso para él; ya su vez la madre, que reiteradamente se queja de que este Alex no le llama ni va a verla, acaba yendo como cliente y haciendo que alguien compre una bici para un camarero de dicho local, al que se la roban al acabar la jornada laboral; y ello sale en la prensa como ejemplo destacado a seguir.
3)
Así pues el día 18 de los corrientes, el
hermano presenta ese documento al juzgado que el letrado me hace llegar hoy 21,
donde hace un relato lamentable se mire por donde se mire; pues ha bastado que
a ese hijo mío también le diga que andaba su hermano por la Sagrada familia
para que les faltara tiempo en amedrentarlo y hacerle cambiar de lugar (van a lo suyo y no les importa mentir; el
fin justifica los medios y estamos hablando de funcionarios públicos y de
autoridad regulada por las leyes y la constitución). Mientras mi persona se ponía en contacto con jefes de esa biblioteca de la Sagrada Familia para realizar un seguimiento más cercano de colaboración positiva, el entorno materno iba a degüello en busca de sus propias metas y no del bien del hermano. Con este hijo Asistente social intercambié comunicación para hacer ver la situación de su hermano y que no era adecuado dejarlo en esas condiciones. La alternativa fueron “mentiras” vaguedades y hacer perder el tiempo ante las penurias del hermano hasta que concluí con claridad que el método que se estaba llevando no era otra que el relatado en un artículo anterior en este blog: “ Procedimiento de omisión de socorro ” y “ Procedimiento de omisión de socorro, medidas calculadas y no sobrevenidas; delito ”
4)
Ese mismo día 18 recibo dos comunicaciones: Una de la policía del Arrabal. Llamaba la atención que el día 7 de octubre se pudiera en contacto conmigo la misma persona en razón de que mi hijo estando en Barcelona debiera ir a señalar la narración de la agresión sufrida donde le quitaron el móvil y le llevaron al hospital para curar las heridas y al salir se diera cuenta del móvil robado. Yo como padre había hablado con los Mossos y me dijeron que había denuncia del día 4 de octubre, día de los hechos. Previamente, al dormir los primeros días en la playa este hijo sufriría un intento de robo de móvil por un marroquí; y al darse cuenta se lo evitó pero el marroquí salió corriendo al grito de “ Policía, Policía”…. Y en día posterior otro intento de robo frustrado, en la misma playa, pero en donde una pareja fuera despojada de todos sus bienes en la playa, por lo que les acompañaría a denunciar y se prestaría a ser testigo. En la primera llamada del policía de Arrabal, me decía que el juzgado instancia 14 de Barcelona ( creo recordar porque esas llamadas que hace no se graban en el móvil; y el resto sí; por lo que dispone de dispositivo al efecto y además no recibe llamada a ese número concreto de la comisaría de Arrabal, sino que la devuelven y entonces no graba la conversación ) precisaba testimonio del hijo; y llamara al móvil robado el día 4 de octubre, del hijo (dándose la circunstancia de que previendo su regreso al carecer de móvil, mi persona fuera de un movistar a realizado duplicado y rescatar un móvil viejo para él; recibiendo esa llamada en el móvil de hijo; ¿De dónde obtendría Arrabal el número de móvil del hijo, porque los juzgados no se comunican así?). En la segunda llamada de ese mismo policía de Arrabal efectuada ayer 20 de octubre, el policía (que nunca se identifica en placa) me pregunta sobre la necesidad de que el hijo vaya a ese juzgado de Barcelona a decir la evolución de las heridas ( ¿?) Y que si ha vuelto a Zaragoza y prosigue el interrogatorio con que si me comunico con él, con mi hijo. Este hombre no conoce “fronteras” y por ello, ya con la mosca en la oreja, busco el número en internet para verificar que es de Comisaría Arrabal (porque en la web buscando Comisaría Arrabal no sale ese número) y mira por donde aparece como número "peligroso" perteneciente a la Comisaría Arrabal y hay un par de reseñas, pero el número sigue estando clasificado de Peligroso por esa web. La primera que dice que le llamaron para decirle que encontraron su coche (¿?) - habría que ver el relato que pudiera hacer este señor en "off" para buscar ese número y dejar ese mensaje "aséptico"; pero la segunda referencia es de un padre que hace ver que ese número molesta a su hijo llamándole ya dos veces y teniendo que hacerlo constar en dicha web.
5)
Si tenemos en cuenta que un requisito alegado por los Mossos para poder detener a mi hijo ( y reflejado con mucho "morro" por el hermano en la carta al juzgado en la que involucra a un psiquiatra "que pasaba por ahí" - que puede creer que hace un favor, o simplemente se presta a ello ) - es que tiene que haber una pelea grave o algo similar; deberíamos delante de la consecución de búsqueda de esas circunstancias desde el primer momento que mi hijo llegara a Barcelona, hasta que lo consiguieran. Es más, la prestarse a acompañar a los que les robaron todo en la playa, llegó hace unos días una comunicación del juzgado de lo penal de Barcelona para llamarle de testigo a mi hijo. Así que el circulo trazado al igual que la denegación u omisión de auxilio calculado al que hizo referencia en artículos anteriores ) está cerrado, por si sale del entuerto de este trance de violencia; y ahora denuncia del hermano al Instancia 22 la situación para forzar, siempre forzar y debería, además si sale de todo, el año que viene ir a Barcelona a acudir de testigo al Juzgado de lo Penal? ( la pregunta es: La trama / trampa hasta dónde llegaría?); con lo que el círculo se cierra.
6)
Parece
obvio a cualquier lector (y de ello se
deriva, de esa experiencia de que a una señora le quitaran el sueño de su
felicidad deportándolo a Marruecos por medio de una acción combinada probablemente
de Servicios Sociales/Policía y que pidiera a dos de sus hijos estudiar – sí o
sí – para hacerse de Servicios Sociales, pero solo lo consiguiera de uno de
ellos y el otro le censurara que con su padre hubiera estudiado ingeniería).
El resto en comprender esta situación pertenece al lector.
P.D. Además de tener la crueldad de hacer creer al hijo que el padre pudiera está de acuerdo o en la iniciativa de esta acción contra el hijo de naturaleza judicial, para aumentarle el dolor y el sentimiento de traición ( no hay manera de que tengan idea buena esta gente) .
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