Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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sábado, 23 de octubre de 2021

Una nueva Ley de Salud Mental que no gusta: “Para tumbarla usan al hijo de conejillo de indias”.

 

Una nueva Ley de Salud Mental que no gusta:

“Para tumbarla usan al hijo de conejillo de indias”.

 

La situación se tensa, porque se asegura haber llegado a la perspectiva de que la Ley recientemente aprobada, no da soluciones a este caso concreto. La ciudad que fuera considerada vanguardia en los principios y estudios vinculados con el Derecho y referente de España no se siente capaz de solucionar una circunstancia que no es sobrevenida.

(Una circunstancia para nada sobrevenida, sino reiteradamente provocada por la parte que ya expresara en el pasado que solo concibe una solución para esta Víctima; reiteradamente expresada y concebida como única solución desde hace años; y que alegara ya al padre que escribe, que estaba en su derecho de condición de madre – derecho expresado en términos de argumentación jurídica y que desde luego está mostrado su eficacia en este asunto – y que en el literal dice que le provienen de la capacidad de ser madre, y por lo tanto Derecho literalmente Uterino que implica la propiedad sobre los hijos – e implícitamente sobre sus destinos – porque en la narración y exposición de este Derecho esgrimido en dichos términos, son una Propiedad de la poseyente del útero; tengan la edad que tengan los hijos. Y este argumento lo explicita siendo ya los hijos mayores de edad. Y ante la posibilidad de recibir o solicitársele enmienda en el trato que viene dando a uno de ellos en especial.

(se pretende que reconduzca la señora su argumento, a la vista del resultado que da sobre este hijo.  Un argumento que explicitara la señora hace unos 13 años, cuando llamara al padre por teléfono (aunque la señora venga afirmando en falso que nunca le llamara – y que previamente había apartado al padre de la vida de los hijos en razones de “enfermedad” del padre que alega, otra vez, aunque la primera que lo hiciera ante un juzgado le saliera “rana” el intento – y en razones de ello le espetara al padre sobre “qué tipo de mentiras hubiera el padre contado” para obtener ese resultado más favorable del que anticipara la “experiencia” en casos similares y de la cual estaba segura de obtener identidad en resultados que consistieran “dejarlo sin nada”; y esta vez ante un proceso donde la Víctima, su hijo, pasa por acusado del resultado y las consecuencias de la educación recibida (¿?) ante el estupor de cualquier mente que se diga de sí misma que fuera sana) y en dicha llamada de hace 13 años se atreviera la madre a preguntarle a padre, con los hijos ya de 20 años de edad, “qué hijo fuera su favorito”, por que el suyo era “Tal”. Pregunta que debiera dejar pasmado a cualquier persona medianamente de bien, e incluso aún más si perteneciera al mundo jurídico, porque de partida ya se podría sospechar que no todos los hijos hubieran, o fueran, a recibir ni el mismo trato ni la misma disposición ante cualquier circunstancia que tuviera que enfrentar si no tiene la condición de favorito. Un argumento que parece trasnochado pero que resulta evidente que pudiera subsistir – pues aún existe en esa dirección reproches que se manifiestan en películas de cine que reflejan, sin duda, aspectos de la realidad social no solo en este país sino en cualquiera a los que podemos referirnos - y en razones de ello, y de también argumentar derecho uterino de propiedad de todos los hijos, y tener la legitimidad de decidir quién de ellos prospera o no en razones de esa predilección de partida. Dentro de una afirmación como esa se pudiera entender también que el término eugenesia forme parte de ese entorno y a su vez todos los presentes en este caso concreto, se crucen de brazos, ante la evidencia de que si esa parte no cede “no hay futuro” ni posibilidad de él.

La llamada al padre de aquella ocasión, hace 13 años tenía una intención que ahora se ve con caridad, pero entonces no, porque el padre no concibe que pueda existir preferencia por uno de los hijos. La madre intentaba, con ese argumento de preferencia, que el padre se preocupara por el hijo, o hijos, que la madre expresaba como “no favoritos”, y descubriera el resultado chapucero de su sistema de educación. No fue así, porque el argumento de partida le pareció ridículo e incongruente y muy chocante, por lo que no fue más allá, ni intentó el padre buscar coherencia alguna a esa llamada tan esperpéntica que empezara diciéndole la madre que habían enterrado al abuelo hacía poco y que si “no te has enterado?; hubo mucha gente”; cuando en realidad en ese acto postrero se enterarían los hijos que el abuelo tenía otra familia "paralela" a la que no atendiera ni sustentara pero cuya madre de aquella familia llevara una corona fúnebre a ese mismo acto; y uno de los dos hijos de aquella familia paralela  había pasado por la cárcel y salido en la prensa su fotografía. Y cuando viéndolo en la prensa, la abuela expresara “cómo se parece al “nenín” – el tío carnal que acabara expulsado de su hogar para cederlo al que resultara que sí era el hijo preferido de esta madre.

 

Una situación similar se le dio al padre cuando una conocida le llamó por teléfono pidiéndole ir a su casa para hablar con él esa tarde; la conocida se presentaría con vestido muy corto de leopardo (de chica guerrera) pidiéndole que fuera su pareja para bailar al estilo milonguero. Aunque el padre le dijera que ese no era su estilo de baile ella insistiera una y otra vez y él declinara continuamente sin entender el empeño de esta mujer. Cuando ya viendo que la conversación se agotaba, y le reseñaba una y otra vez que no podía ser pareja para milonguear porque él no era un milonguero, le acompañó hacia la puerta de salida de la casa y entonces ella dijera entre agobiada y contrariada, con tono de angustia: “Algún día cumplirás tu también los 50 años. Él la contempló de arriba abajo, su figura y silueta con su vestido de minifalda por última vez y le abrió la puerta para que saliera. Todo un absurdo – había dejado su relación con un chico que bailaba con ella y en vez pedir apoyo moral había construido un argumento inabordable de partida. Así que el padre, bajo el principio de que “lo que mal empieza mal acabará” le abrió la puerta para que se marchara, aunque fuera protestando como lo hizo.

Se asegura que el hijo no puede ser traído porque la ley lo impide para no vulnerar sus derechos según el texto de esta nueva ley (lo sabía previamente el entorno materno que provoca esta situación y sigue en comunicación con el hijo; cabe pensar en qué base y motivo habrá para que ese mismo entorno facilite positivamente el retorno de este hijo, cuando lo que le beneficia para sus intereses jurídicos es lo contrario?). Y a la vista está que usa de medios "tradicionales" para tumbar la nueva Ley.

En primer lugar habría que señalar que quienes hacen posible señalar implícitamente esa circunstancia de carencia de recursos de la Ley, en su aplicación práctica y en los hechos que ellos mismos provocan, - haciendo que el hijo Víctima se vaya siguiendo “itinerarios” e “instrucciones” (muy inadecuadas en este momento: Busca trabajo, tienes derecho a vacaciones, un tío en una residencia en Reus que hay que conocer y que le da dinero en la primera visita; desde que estás con tu padre todo te va peor…) señaladas por el propio entorno materno directamente al hijo, - es el mismo entorno materno; quien aboca por “señalar” la carencia de la nueva ley, provocando la incidencia y para ello convirtiendo al hijo en “juguete experimental” de las posibles deficiencias de la nueva ley. El mismo hijo es la víctima de este experimento.

(¡¡¡Oye!! ¡¡¡Con un par!!). ¿Que no les gusta una ley que saca el gobierno siguiendo las directrices de la ONU? ¡¡No hay problema!! ¡¡¡Tenemos a los conejillos de indias delante, juguemos con ellos y con la justicia y sus profesionales!!! Y que la ONU se meta sus recomendaciones por donde les quepa, aunque sea un organismo concebido para la paz (y en esto tiene mucho que ver la salud mental que es donde se refleja el mundo que las víctimas han vivido). Así que legislen lo que legislen, y siendo que las palabras “se las lleva el viento” y quienes las pronuncian a las víctimas alegan nunca haber dicho, y si hay una grabadora se usará incluso en contra, por mucha aberración que se explicite en la conversación.

Le contestaba a mi letrado, que me ponía ante la nueva ley y sus limitaciones, animándome a que encontrara yo la solución que él no encontraba – ni él ni los que han convenido que no hay solución y hay que derribar la ley - (¡¡¡Coñe!! ¿Sin ir a la universidad, donde solo van o progresan los eugenésicamente aceptables? ¡¡¿¿Yo tengo que dar la solución??!!!…):  Las leyes se emiten para decirnos a TODOS, una y otra vez, de mil maneras diferentes, QUE HAY QUE SER BUENAS PERSONAS PARA QUE LAS SOLUCIONES APAREZCAN Y SE HAGAN REALIDAD.  Y basta con echar un vistazo alrededor para observar, como ya he dicho a mi letrado, que aquí de buenas intenciones no ha habido nada en referencia a esta Víctima que todos consideran culpable de ser reflejo “integro” de la arbitrariedad y locura existencial de una persona que hace bandera de ello y que va comprando las voluntades de los cercanos a la Víctima para tapar la multitud de negligencias cometidas en base al uso de violencia en el hogar; por lo cual el testimonio y la argumentación esgrimida de los “comprados” hubiera de haber sido "cuestionada y escrutada inteligente y honestamente" de partida, desde una visión global que pudiera señalar el “verdadero trayecto” recorrido por la Víctima, para desde ahí establecer un plan de recuperación y luego habilitar el proceso de re-integración a un mundo mucho más razonable que el vivido y unas actividades terapéuticas destinadas a esos efectos.

Pero parece que un juzgado, los juzgados, estén diseñados para que pudiera mejor verse como lugar de batallas, donde ahora, por mala suerte, le tocara a este hijo ser conejillo de indias para que se convenzan “unos cuantos” de que la Ley nueva, en manos de personas “encontradas”, no lleva a ningún lugar y que hay que derribarla. Eso es. Y que es criterio muy extendido ya antes de publicarse esa ley porque parece que cambiaría el modelo de Salud Mental establecido en el Estado, y en ello podría haber mucha resistencia, donde convergen al parecer no solo criterios médicos sino también jurídicos y probablemente farmacológicos.

 

(Ni siquiera la secuencia lógica de restablecimiento de conductas de animales de compañía, donde el "primer factor a cambiar" es el de los amos de las mascotas – aquí sería la dueña del útero de la cual emanan todos los derechos -  y posteriormente la actividad terapéutica que hiciérase imprescindible; por aquí ni la lógica secuencia ordenada que se aplica en el mundo de las mascotas es llevada en los pacientes humanos, sino a la inversa; por lo que nos encontramos así en el origen de los fracasos dada la visión eugenésica que parece dominar a la sociedad española – al menos a la dueña del útero - y de la cual la madre solo sería pálido reflejo de esa realidad donde se escudaría, en el fondo, la argumentación que se opone a la nueva ley de Salud Mental y que requiere de SER TODOS BUENOS CHICOS para que tenga éxito la ley.

Si lo que hay que ser es buenos chicos para que una ley funcione… directamente el mundo jurídico la descarta, y el de Salud Mental, en sus esferas más inmovilistas parece que también se define en el mismo camino; y desde luego el mundo farmacológico, que ahora preside el primer factor de actuación, sin duda también pudiera sentirse en mermadas sus perspectivas; por lo cual, ¿Qué libertad tendría un juzgado o una comisión de jueces en oponerse al trayecto social cuando es respaldado por convergencias e interese que, aunque cuestionables, se hallan presentes haciendo inviable cualquier solución que no pase por su ya definida perspectiva?

Si D. no lo remedia: Ninguna. (Ni ONU, ni OMS, ni ejemplos de otros países e incluso experiencias propias, Nadie podrá oponerse al destino singular en España, que parece precisar de pocas “modernidades”).

 

No es una acidez (¿Cómo diría Felipe González, ya resucitado y plenas facultades?) no es acritud el decir que hay que SER BUENOS CHICOS (o si no penar y recibir reproche social) es la base de la justicia la reconocer la bondad y protegerla en los tribunales, ante los “buitres carroñeros” de todo signo y en todo lugar, cuando un caso cae en sus manos, con todos los medios a su alcance, porque es la única esperanza que nos queda en este sistema social diseñado por el más fuerte, en razones de argucias e intereses, y que recurren a las violencias o violentar las leyes cuando les fallan esas argucias.  

 

En una peli que vi hace poco ("La Hoguera de las Vanidades"), el juez, de tez negra, era llamado racista por el público de la sala al dictar y verbalizar su veredicto ante un caso politizado en torno al atropello y muerte de un presunto delincuente - visto así por dos amantes que engañaban al entorno y que en una noche se perdieran al regresar en coche y se tropezaran con dos personas de color que les dieran miedo, y arrancado uno de ellos el vehículo se llevara por delante la vida de uno de los jóvenes, y luego se entrara en un juego de traiciones, mentiras, falsos testimonios, intereses políticos raciales de una comunidad liderados por un clérigo, e incluso electorales de un fiscal para salir reelegido… en todo un escenario que mostraba el bajo nivel moral de la sociedad en ese momento.  

Morgan Freedman (seguro que no he puesto bien el nombre del famoso actor de color) haciendo el papel de juez se levantara de su estrado y se dirigiera al público para exclamarles en admonición a los presentes, como última frase de la película: La justicia es el débil esfuerzo que realiza la humanidad en favor de la decencia; y la decencia es lo que les enseñaran sus abuelas – refiriéndose a su propias experiencia, que le llevaría a ser juez, eso parece claro; porque abuelas las hay de todo signo.

 Está claro que el proyecto de ley que salía en julio hizo variar la posición del Fiscal y la interpretación de la petición de tutela realizada por el hijo Asistente Social sobre su hermano Víctima acusado, en el proceso. Y en consecuencia, la acción materna iba a ir en la dirección ya explicitada de “hacer inviable una ley” con la que no se está de acuerdo desde otras muchas instancias y que fuera acelerada cuando el político saliera al estrado del Congreso a señalar que no se comprende que “para vivir en esta sociedad haya que tirar de pastillas”. Espontáneamente, en la visión eugenésica de un diputado, reflejo de nuestra sociedad, que “no se había enterado” de qué iba el Hemiciclo ese día, espetaría un obvio “vete al médico” (porque es consecuente que de buenísmo no se puede ir al Congreso de los Diputados; y prueba de ello es que la ley resulta inaplicable en el caso del hijo, según los letrados que lo llevan, para sacarle positivamente de esta situación). Cuestión ya prevista por el entorno materno que viene a implicar a un psiquiatra que no conoce de nada a la víctima, pero que se hace eco del relato del hermano asistente social en el cual asegura haber hecho el esfuerzo de haberle pagado una noche de hostal que el hermano dice no haber disfrutado cuando le preguntara el padre por ello – y que sin duda el hermano asistente social indicará a ese respecto si sale al caso que tiene la factura y el mensaje enviado al hermano, por lo cual mayores males para el hermano. Cuestión siempre reiterada en ese ambiente materno.

Con ese relato ya construido (y parece que consensuado hace tiempo en el entorno de letrados) me señalaría hace unas semanas mi letrado que el hijo, la víctima, se halla en muy mal estado mental en una llamada que no supo explicarme en razones en las cuales basara tal afirmación, pero que explicitaba dando a entender una intensa convivencia con la parte contraria; ello después de indicarme previamente que no fuera a buscar al hijo porque siendo la parte materna opuesta a mi visión entrábamos en un “círculo vicioso”. El derribo de la ley es una evidencia en la que sin duda se desea medie el caso de este hijo para “muestra y señal” de la condición de mala Ley.

 Desde luego no se puede entender que una señora propietaria de útero del cual emana un derecho de propiedad sobre hijos, como ella muy bien señala (y que es corroborado por una compañera del padre que se halla en esos ambientes trabajando desde hace años) pueda todos los días sentarse a comer y llevarse un bocado de comida sin acordarse del hijo, ni siquiera dormir a gusto pensando en la situación del hijo; pero a la vista está que ni un euro, ni ir a verle, ni que se compre ropa. Imagino la declaración postrera ya preparada en borrador de la madre, dispuesta a explicitarse en cualquier momento (se anticipa en todo y todo lo tiene previsto reiterar si es preciso las veces que sea hasta conseguir el objetivo). Estamos en situación de protocolo de Omisión de Socorro, eso que quede claro.

Las dos llamadas recibidas de la comisaría del Arrabal también salieron a colación en la conversación con el letrado, porque en nada vienen a cuento y recuerdan al pasaje que narraron, vivido por una señora con marroquí que intentara actuar inducida por la policía en favorecer a su hombre y acabara perjudicándolo y en posición de ser extraditado finalmente.

Es tan similar la situación actual, que también le señalo que se halla ese número en internet como peligroso. La experiencia mía es que si te llama ese número la conversación no se graba, y si llamas tú se puede grabar pero no lo cogen. Las interrogaciones desde ese número resultan inapropiadas porque dicen representar a un juzgado de Barcelona que si quisiera realmente tiene los medios para directamente ponerse en contacto conmigo, por lo que podemos concebir una “investigación policial” sin que parezca que hay juez que la respalde; y que pudiera responder a otras iniciativas “paralelas” de obtener información por medios a-legales sin saber su finalidad (como pareciera indicar un padre que se quejaba en esa página de números peligrosos en la que señalaban que a su hijo le llamaron dos veces – rasgo de molestia, que se ignora en juzgados y demás fiscales que no hacen acto de servicio a título de iniciativa de defender la legalidad  y transparencia vigente).

Si señoras mayores “sí entienden qué está bien y qué mal”, en qué criterios se juega con la vida de este chico; porque viene a resultar que él mismo hijo, tal vez de manera intuitiva, porque nunca hablamos de ello en respecto de la ley, se queje del mundo político que me rodea y de que no le pida explicaciones ante lo que está viviendo. No hablamos de un tonto que no sabe si no de un ser humano extremadamente maltratado sobre el que giran ya intereses que nos superan ambos, padre e hijo, y que se hallarían ubicados tan cerca como lejos, y siempre fuera de nuestro alcance de influencia.

 Todo este proceso viene a señalar la existencia de varios protocolos premeditados que observan varias perspectivas y realizados y llevados a cabo, ambos, por funcionarios e incluso tolerados por el sistema judicial. Desde la Omisión de socorro hasta la pretendida investigación Oficiosa o Paralela en llamadas del Arrabal.

¡Estamos como para escribir sobre leyes, Constitución, o Derechos Humanos!….

Tantos señores Excelentes y (tantos universitarios en carreras de éxito) no saben cómo afrontar una situación que cualquier mujer madre veterana y experimentada, incluso de ochenta años, sí supiera con mucha mano izquierda reconducir positivamente.

Claro, para eso hace falta SER BUENAS PERSONAS, y no parece ser este el caso donde puedan mostrarse, por el motivo que sea.

Quien ha provocado el error del hijo sería quien debiera poner los medios para solucionarlo siguiendo los principios de la nueva Ley. Pero viene a resultar que los principios de la madre no coinciden ni en el presente ni en el pasado en nada con los de la nueva Ley (y cuyo artículo primero “dice”, como en toda ley que se precie de digna y decente: Hay que ser buenas personas).


Nueva P. D.: Realizaré un artículo al respecto de lo que se consideran comúnmente "ataques informáticos" a este blog en particular, puesto que viene siendo recurrente (desde que esta página web muestra "espontáneamente" desde hace ya meses, todos sus accesos a la misma en inglés en vez de en español como era habitual (y teniendo que traducir el acceso a español, algo que antes no sucediera) que aparezcan "espontáneamente" modificaciones de palabras en inglés, aparición de mayúsculas, supresión o corte de párrafos....y otras incomodidades que lo diferencia del texto "original" de cada artículo (que previamente se escribe en word y luego se "copia pega" en este blog). Resulta lamentable que haya quien se entretenga, tenga afición o simplemente reciba algún tipo de compensación por realizar este tipo de tareas de sabotaje que para nada contribuye en mejorar el mundo en que vivimos y por el contrario parecen servir al principio de que "nada cambie" en favor de los de siempre. Allá vaya con su conciencia y responda ante ella cuando le pida cuentas, sin duda, su propio corazón ante el destino y trayecto que le ha hecho o hiciera vivir en este existencia a la que tan mal destino estuviera dando. 
El miedo a la expresión de experiencias de esta naturaleza solo puede venir o promoverse de ámbitos que siempre consideraran que "todo ya está bien como está" en esta vida. Y eso solo puede concebirse en los acomodados y en los que viven en sus espacios de confort, aunque aún así la vida, a la postre, y postreramente, pueda resultarles "estéril" y sin valor más allá de estas cuatro dimensiones que muchos creen única realidad posible. Que D. les guarde y se apiade de ellos y de su postrero destino. 


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