Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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martes, 25 de junio de 2019

Sistema de gestión social: La oportunidad del feminismo (III)



No pensaba volver a entrar en el terreno de la visión que parte del feminismo tiene sobre la gestión de la sociedad y cómo gestionar este nuevo terreno de la igualdad que se nos ha abierto no tan recientemente como creemos. Parece cierto que el primer impulso fue no otro que el de marcar el territorio de las líneas rojas que no han debieran sobrepasarse y hubiera temor de que ello sucediera por una cuestión de inercia histórica de hacer prevalecer al varón (transversal mente por estar compartida también por mujeres y globalmente que subsiste a nivel de las culturas de todo el mundo). Pero suele acontecer que, observándose la necesidad de mandar mensajes claros la entorno social para señalar que se va en serio (pues la cuestión ha sido históricamente grave y se ha de mantener el impulso para conseguir el objetivo de igualdad real) hay quien hubiera aprovechado otro tipo de intereses políticos (como los mencionados en los anteriores artículos  y que se refieren a posible evidente corrupción en sectores de Educación y Sindicalismo, sin obviar las co-lateralidades que pudieran haberse dado en Fiscalía, Juzgados y Policía por contaminación de formas de gestión inapropiadas), para intentar pasar el buen juicio por malo y, además, machista y salpicando también a hijo. En ello parece implicado gabinete de abogados vinculado con el feminismo de la ciudad y con IU y Podemos. Creo que llega el momento de ir poniendo punto y aparte e iniciar rectificaciones (ya hemos visto la poca capacidad de filtrar que tienen estos habientes dispuestos a echarse la foto con la primera asociación que se le cruce – y que ha terminado siendo un escándalo de proporciones Estatales). Toca “mirárselo” pero requeté bien.

En la película Los Descendientes Goorge Clooney  va descubriendo la trama que subsistía entorno a su mujer fallecida y cómo personas cercanas a ella decidieron hacerla vivir una vida que ni ellas mismas se hubieran atrevido a vivir (llevándola a la traición y haciendo daño a la familia).

Suele ser típico que las personas lancen a otras a realizar no le que ellas no se atrevieran en su entorno, para poder vivir riesgos, eso sí, en carnes ajenas y estar a salvo delas consecuencias, por peligrosas que fueran.

La tía es una des-talentada, al igual que la madre, del entorno de Podemos, que llegó a decir “Mandamos las Mujeres” como todo argumento para por fin satisfacerse y resarcirse de su vida ya mimada en la infancia (se dedicó a ser policía de su hermanos mayores, como si fueran los tiempos de los nazis, en los que los niños se chivaban de las conversaciones de sus padres o hermanos a las autoridades). La tía, como la madre, no observa cómo no solo es capaz de proporcionar tranquilidad ni bienestar al sobrino (y lo mantiene cuatro horas al límite de tensión, simplemente porque le parece bien y le estimula que hable mal de su padre). Ya hubo precedentes similares y muy trágicos en el pasado, cuando un Tío (ejemplo familiar del bien hacer y que no ve a su hija desde hace muchos años, de la que dijo: Seguro que acaba en la droga o peor, después de pegar a la madre de esta; y que le gusta ir pegando a la gente, sobre todo si es familia, y aunque haya niños de 4 años delante - incluso decirle a un muchacho de 14 años que su padre mató a su madre y quedarse tan ancho a ver venir lo bien que va sembrando discordias por aquí y por allá – y del que espero que pronto acabe rindiendo cuentas al Altísimo, que no es otra cosa que a su conciencia, de muchas de sus fechorías) que era la perfección, cerró todas las puertas y salidas a su hermana llevándola a la desesperación (ya tenía previsto el adecuado culpable – y los imbéciles tragaron). Siempre hay consejos para otros que el Perfecto y las Perfectas son incapaces de aplicarse para sí. Ahora, de las consecuencias que carguen otros, como en la peli señalada.

La tía estuvo años y años pidiéndole al hermano, que ahora tanto critica, que la metiera a trabajar en el Ayuntamiento de Funcionaria; diera la causalidad de que entrara temporal, pero suele acontecer, que por encima de todo, esa casa es capaz de evaluar correctamente a las personas que le sirven (aunque a veces existan condicionantes tan catastróficos, como el señalado en el anterior artículo, que ocupan puestos que distorsionan la convivencia y la visión social; pero eso no quiere decir que no se percaten y no se observen los excesos que a veces se cometen en nombre de un interés general que no resulta tal. Aquél quedó señalado, y la pretendiente también, por ello solo pudo optar a acceder, a base de puntos conseguidos, según ella misma, en listas de suplencia que no le parecían de muy rigurosa gestión. Las mentiras pueden llevar muy lejos, el problema, luego, es volver, como le está pasando a la madre).

Esta manera de gestionar, que se asienta, según mi parecer en los impulsos, a veces desmedidos de los primeros momentos de lucha feminista, donde el objetivo era marcar territorio aunque hubieran víctimas colaterales (que en toda guerra hay) es inapropiado, por el propio concepto de guerrear, pues lo que se persigue no es una guerra, como parecen sostener estas personas en su gestión diaria familiar, sino un Estado de Paz, de las que pueden acabar por estar excluidas de seguir por ese camino y modelo.

Motivo para ello, para esta actitud, hay que buscarlo en gabinetes de abogados que dejaron de lado y sacrificaron lo que es de justicia para todos (que ampara a los menores también, por el hecho de ser justicia verdadera) por objetivos políticos a corto plazo, diseñando planes personalizados jurídicamente, de gran envergadura en el tiempo, para tener “controlados” a quien quisiera señalar excesos, sobre todo porque con ello conseguían visualizar a la Víctima perfecta y modelo ejemplar de madre, Tía o Hermana.

Emulando maneras y formas machistas no vamos a la igualdad real entre varones y hembras, sino, de proseguir por este camino, a una guerra innecesaria y con sufrimiento de personas inocentes para conseguir garantía de inmunidad y el bienestar de uno de los géneros. Gloria y paz es lo que debemos buscar y no resarcirse de lo que pudiera haber ocurrido en el entorno familiar durante la infancia de abogadas, letradas, juezas, fiscales, clientas.... buscando en un hombre ocasionalmente casado que pague por todos las malas experiencias vividas por ellas. Resuelvan primero esas experiencias y luego se dediquen al mundo de la justicia. Porque el “ahora mandamos nosotras”, como acto en sí mismo de poder, puede resultar un slogan gracioso, pero el Poder como Poder así concebido, también comporta, como en este caso señalado un componente de despecho, que no puede distraerse de la idea sexual (si no es para mi, para ninguna otra – y ello alcanzara a madre y tía– y que era precisamente lo que deseábamos erradicar en los hombres: Ejercer el poder para resarcirse, entre otras cuestiones, de otras de naturaleza sexual. Y no ampararlo bajo una idea de gestión femenina que ampare estas prácticas también. Gloria y Paz, para todos (reparen en que reitero la palabra Gloria, porque hace años, unos 20, haya quien diseñó una estrategia jurídica que seguiría la madre al pie de la letra, aunque su mentora permaneciera detrás - siguiendo dando instrucciones - con el fin de que cualquier letrado o letrada entreviera el “guion judicial establecido” y siguiera por el “mismo itinerario”, haciendo creer a las Salas y Tribunales que tantos leguleyos no podrían estar todos equivocados ante la misma cuestión (Podemos e IU tal vez no sepan gobernar una ciudad o un Estado - al tender a la tiranía - pero en los juzgados, a base de slogans - les suele ir de maravilla presentando la apariencia por verdad; por ello están también en política)

Le dicen al muchacho que escribir en un blog de nada sirve y nada mueve; así intentan persuadir a quien en esto pone esperanzas (incluso a muchachos que por medio de esto pudieran ver un atisbo de luz) Vds. lectores, deciden si sí o si no sirve. Yo creo que sí. (No quiero que esta línea siguiente se observe como pretenciosa, pero reitero la palabra gloria para quien entienda, realmente, a qué me refiero: Incluso cabría concebir la esperanza de que todo lo expuesto nos lleve hasta cierta Gloria). 




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