Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

Atribución-No Comercial (CC BY-NC) Cc-by new.svg Cc-nc.svg

Translate

Translate

viernes, 21 de junio de 2019

Un recuerdo siempre permanente, para un hombre muy honesto.



Uno de los recuerdos que me impresionó cuando estuve trabajando de “Guarda Jurado” en los Montes de mi término municipal, al entrar en el Ayuntamiento y acceder a la carrera de Funcionario, fue una recomendación que me trasladaba el más veterano de ellos, que me adscribieron como compañero y con el cual realizaba las tareas de vigilancia y las rondas por los parajes naturales de mi municipio. “No entres en bares, nunca; y si lo tienes que hacer por necesidad, no te dejes invitar por ninguno; pues son agricultores, y algún día te verás en el compromiso de tenerlos que denunciar; y si llega ese día te recordarán la invitación y te sentirás en un compromiso entre cumplir con tu deber o atender a la conciencia que te reclaman”. 
Tal vez son cosas y precauciones demasiado antiguas, pero que bien nos vendrían que estos saberes de gentes sencillas, se mantuvieran, al menos, en las mentes de las gentes de las que dependen nuestros destino social (y a veces cotidiano); tendrían más margen para reclamar honestidad a los poderosos que siempre están dispuestos a recordarnos favores que nos ofrecieron y aceptamos.
Si alguno de quienes nos dirigen no se hubieran dejado homenajear, algunos de los padecimientos no serían tan necesarios; y desde luego, si ninguno de quien nos dirige se dejara nunca y en ninguna circunstancia, tal vez habría más esperanza para nuestra sociedad de la que hoy tenemos.



No hay comentarios: