Definición Psicológica del Estado Español (aproximación) Sí, envenenaron
al hijo.
(Las cuatro mujeres del Apocalipsis (de un padre y
su hijo): La hermana (que nunca creyó que una madre pudiera ser así), la madre
(una mal nacida), la abogada, lamentablemente Lola y un psiquiatra: Dr. Día. Hospital
Universitario Miguel Servet
Cuando entré en la idead de definir el Estado,
aquellos que siguieran los artículos han podido ir construyendo una idea
aproximada de ese concepto. A estas alturas podríamos concebir que ya se poseen
(yo también pues reflexionar por medio de
estas líneas ayuda – y en eso tengo que dar las gracias a mi hijo, pues fue él
quien me introdujo en conceptos hasta ahora para mi desconocidos en el mundo de
la psicología, y es evidente que lo hizo porque el hecho de tener una madre de
la naturaleza que él tiene es una verdadera maldición, que el toma como reto; y
ahí estamos los dos) las ideas elementales para abordar este artículo con
alguna garantía de poder sacar algo en claro cualquier lector que se acerque,
simplemente, con cierta mente abierta; no hace falta abrirla mucho, solo
utilizar alguno de los conceptos que les lleva a seguir leyendo estos
artículos.
Sí que pienso que Estado somos todos – cada uno en un rol - aunque alguno no lo
deseara nunca, y pensara que él solo se bastara y sobrara para ser Estado en
todo lo que fuere menester. La realidad aparente demuestra otra cosa.
Precisamos todos de cierta coherencia social que emane del Estado y si no la
encontramos la construimos según nuestro parecer lógico que nos dé más
seguridad. De alguna manera así nos
definimos, pues el Estado y toda sociedad precisa de concebirse en una
coherencia positiva que le permita trazar un camino o un área de cierta
seguridad personal y libertad de movimientos para poder vivir en él, y
consiguientemente cualquiera que esté en un rol del Estado, ejerciendo
actividades en nombre del Estado, es rehén de esa necesidad social que habita
en la propia sociedad y que le exige criterio coherente; esta coherencia que se
exige acaba siendo, y viene a resultar, un problema serio de gestión para quien
se considera realmente Estado y lo representa de alguna manera en ámbitos
superiores, pues sabemos que el Estado fáctico precisa, en realidad, de tener
siempre las manos libres para hacer lo que le venga en gana respecto de una
situación social concreta. (Si recuerdan
la película “Don erre que erre”, con Paco Martínez Soria, hay una escena donde
el abogado de “Don erre que erre” es molestado por este cliente en medio de una
reunión donde está explicando a los presentes en su despacho la redacción de
unos estatutos que regirán una empresa o sociedad; y es interrumpido por la
presencia del protagonista de la peli, Paco Martínez Soria, cuando se dirigía a
los presentes diciéndoles: Este artículo es como el anterior, pero al revés, de
tal manera que Vds siempre tendrán la sartén por el mango). Pues el Estado es
lo mismo y tener la sartén por el mango es una prioridad que acaba, en muchas
ocasones, significando arbitrariedad, incoherencia y necesidad de apelar a la
manipulación para que quien es tratado así no se dé cuenta de los verdaderos
intereses que rigen y conducen cualquier tipo de asociación humana organizada,
como lo es también un Estado.
¿Realmente es así? El Estado se halla atado por sus
propias normas y procedimientos, pero la ineptitud, los intereses creados y la
naturaleza de algunos - sobre todo cuando
cometen errores innecesarios en algunos aspectos, o simplemente algo se les va
de la manos - les obliga a tener que usar de la licencia especial de
saltarse todas las normas para salir airoso de un envite inesperado (o propiciado por la ambición de algún
personaje que se arroja, sobre sí mismo, el estar en posesión de la verdad
respecto a cierto tipo de asuntos) y con ello acaba presionando al resto
para que se alineen, sí o sí (porque por
aquí siempre se hallará la ley del más fuerte; que es la ley que todo el mundo
tiende a mejor conocer e identificar; aunque no todos, porque siempre hay quien
piensa que lo mejor es razonar, pero viene a resultar que quien no precisa de
razones y solo se guían de intereses, las desprecian. Aquí es donde está el
problema: La sociedad está dividida entre quienes razonan honestamente y los
que temen perder algo si se persiste en razonar coherentemente. Ponerse en
medio del camino de estos personajes es una temeridad. Personajes que conciben
que con su posición social alcanzada en el Estado tienen derecho a usar del
propio Estado en su beneficio (es decir, a ser anarquistas y saltarse toda ley,
norma y sentido común para provecho propio sin más argumento real; y desde ese
argumento hacer daño a las personas o a la propia sociedad decidiendo cómo
manipular a la sociedad en un momento dado, – Massiel, cuando se dio cuenta, le pasó lo
mismo hace unos meses, cayó en el recuerdo de que durante muchos años no era
consciente del terreno donde se había movido durante el Franquismo y que
debería haber tenido mucho pero que mucho miedo; se dio cuenta muy tarde,
cuando amagara la extrema derecha con resucitar, entonces sí se dio cuenta de
que pudo haber sido temeraria en su vida, por el simple hecho de creer en las
libertades y el sentido común que luego se plasmaría en una Constitución;
probablemente al recordar lo que vivió en la etapa postrera del franquismo y
que relató en un espacio televisivo en razón de ese temor que los recuerdos del
pasado le hizo concebir, al ser ella, ahora, su propio y único testigo de lo
que le aconteció entonces, y desde la experiencia vital de los años vividos,
visualizar ahora que aquello fue realmente más grave de lo que pensó en aquél
momento, apareciendo los temores y miedos a tener que volver a una situación
similar).
Por entonces, en tiempos de Franco, había poderosos
personajes en todos los ámbitos sociales, incluso controlando familias y sus
destinos. Si alguno de ellos se sentía ofendido por la actuación de uno de los
miembros de la familia podría convocar una reunión familiar (por ejemplo solo de mujeres, para evitar que
los miembros masculinos pudieran exponer pensamientos y argumentos contrarios,
y atemorizarlas ante ese hecho cometido por el presunto ofendedor; ello no solo
buscaría el aislamiento social del que ofende a la familia, sino también su
declive y si fuera preciso su eliminación como obstáculo que ofende a la familia).
Por entonces era el honor lo que primaba según se exhibían los argumentos del
que se sintiera ofendido y saliera en defensa del honor familiar – tal vez por el solo hecho de que un
miembro casado tuviera otras relaciones (por ejemplo sexuales) con otras
personas y esto empañara la imagen perfecta que el así ofendido quisiera haber
mantenido en su entorno social del Estado perfecto de Franco al que pertenecía
(por ejemplo, podría pasar con militares
que consideraban al resto del clan familiar como subgrupo social y con derecho
a no saludarles si se los cruzaba por la calle, y a la vez se sentía con el
derecho de señalarles quienes entre ellos ofendieran su imagen perfecta en su
entorno castrense).
Ahora, hoy en día, las cuestiones se resuelven de
manera diferente, pero en el fondo de la misma manera. La Democracia, por mucho
que sea concebida como un sistema que procura las libertades personales, acaba
llegando - en una esfera social determinada que se considera a sí
misma realmente Estado - a concebirse sus miembros con el derecho a torcer
la verdad y la coherencia que rigen en las vidas de las personas (como si el resto de la sociedad la
consideraran a sus pies y con derecho de pernada sobre ella). No miran ante
las dificultades de una persona concreta en desarrollar sus legítimas
aspiraciones en igualdad de condiciones para todos, sino que “proyectan” sobre
ella si su progreso social, su realización como persona puede comprometer sus
intereses particulares y sobre todo si ello perjudicaría la estructura que han
creado para el Control Social. Y lo lamentable es que la estructura creada para
el control social está constituida bajo el signo de los favores, la corrupción
y la incapacidad de gestionar honestamente conflictos (donde las rivalidades se resuelven no en razón del más capaz y
capacitado o con mejores valores, sino por el contrario en razón de lo más leal
y capaz de torcer la verdad cuando sea preciso y sin ruborizarse). Es
decir, en la capacidad personal de ser sádico con cualquiera, sádico y cruel, y
ello viene a determinar el perfil de la propia estructura del Estado, donde
aquellos de perfil sádico (sin escrúpulos) acaban por ascender en la escala
social y en las estructuras del control social; así alimentan su ego, y con él su
narcisismo, dando lugar al perfil de sádico narcisista que es la definición de
psicópata (es decir, de mente enferma).
Y a este tipo de personas son a las que nos enfrentamos mi hijo y mi propia
persona en este momento. Y esta es la razón de ser de los artículos anteriores,
y de todo mi blog, que ahora con este artículo, viene a culminar el
procedimiento que en democracia se usa para acabar (y eliminar) a aquellos que
son molestos por ponerse en medio de los intereses de unos y otros. Básicamente,
por ponerse en el camino de estos o por no dar el perfil deseado, como la misma
madre malnacida le señalara a su propio hijo hace ya casi un año; y vamos
viendo las consecuencias de ello. Los hermanos imitarán de la madre en cómo
gestionar esta situación humana, de consecuencias terribles para un joven que
es su hermano, sin pestañear.
No es posible concebir que una actuación familiar de
esta naturaleza - que se va explicitando
en las redes sociales por el padre para evitar lo peor a su hijo y mostrar a la
sociedad que le circunda hasta dónde llega la crueldad del entorno – pase
desapercibida al entorno político y del Estado. Él sabe que tarde o temprano
deberían posicionarse, pero también sabe que no posicionarse es también una
posición; y si no se posicionan no tendrá pruebas de esa negligente gestión
sobre su hijo (desde el sector familiar,
educativo, laboral, social y médico). Pero “ete aquí” que se posicionan en
una reunión a la que hice referencia hace unos cuantos días en uno de estos
artículos.
Se reunieron 5 personas, las nombraré por relación
de importancia institucional – es decir,
por relevancia dentro de la estructura de nuestro Estado democrático: El
Presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán; el Vicepresidente del
Gobierno en Aragón, Ramón Tejedor (sé que no es vicepresidente, pero la trama que ha construído dentro del partido al apropiarse de la NBBC le otorga ese poder fáctico); el Consejero de Administración Pública del
Gobierno de Aragón, Carlos Pérez Anadón; el miembro de la Audiencia Provincial,
Alberto Belloch; y la portavoz en el ayuntamiento de Zaragoza Lola Ranera. Todos
ellos pertenecientes al partido socialista, salvo el juez que se desligó para
retomar su papel en la Audiencia.
El objetivo era decidir qué se hacía con el asunto
Ibáñez e hijo, que ya resultaba bien molesto, pues todos ellos, menos Lola
habían sido señalados por el padre y se debía tomar una decisión antes de que
esto trascendiera demasiado y desde Madrid tomaran cartas en el asunto. No se
puede permitir que desde Madrid se tome cartas en el asunto porque quedarían
todos como siempre que Madrid toma cartas en el asunto.
En el aire de estas reuniones, cuando se dan,
siempre flota la misma pregunta en todos los presentes ¿Cómo lo resolveremos,
bien o como siempre? (el chiste popular
siempre apunta a la misma solución desde hace cuarenta años: Manolo, no jodas, no
jodas Manolo, como siempre Manolo, como siempre). Pero antes se tenían que
ver todos ellos las caras, porque cuando se va a decidir “acabar” con la “vida”
de unas personas siempre han de verse las caras, para que no se echen atrás si
la tragedia alcanza cotas demasiado dolorosas incluso para alguno de ellos – pues alguno concibiera que el poder
democrático y político no debiera ser esto también, pero lo es – y tengan
conciencia plena que de traicionarse entre sí, seguirán los mismos pasos que
sus víctimas.
Al comenzar la reunión nadie hace una verdadera
introducción, todos ya saben lo que hay sobre la mesa y están al corriente de
todos los extremos del asunto. Son años ya, de una cuestión que sigue bailando,
de vez en cuando, sobre las mesas de unos y otros, y hay que buscar la manera
de ponerle punto y final otra vez; porque este Ibáñez resucita una vez y otra y
no hay manera de que se cierre la cuestión.
Las alternativas que hay sobre la mesa son pocas.
Ramón Tejedor se opone a que se reconozca la NBBC como lugar desde donde se
construyó esa trama político-económica que hace años presentaron como propia en
Madrid (¿Cómo quedaría él, como
emérito Presidente del Gobierno de Aragón, aunque ahora en un instituto Aragonés? Y
la propia Comunidad de Aragón y los aragoneses?) por el contrario todo este asunto es
una ofensa clara para él y su nombre ya ha salido varias veces en ese blog; es
insultante. Su voto es: Hay que dar carpetazo ya. El Presidente Javier Lambán,
asegura que el padre no es santo de su devoción pero que el muchacho es
inocente de lo que está ocurriéndole (El
presidente Lambán ya intentó mediar en el asunto del padre hace meses, pero el
padre detectó que la posición dominante en el partido era “déjale que se
aburrirá” y esa posición era tentadora para Javier, porque significaba que no
tendría apoyo del partido para encaminar un ruta que permitiera un mínimo
reconocimiento de la tarea realizada por el padre en la Administración y
particularmente con ese proyecto que ahora lideraba Ramón Tejedor). Su voto
era a favor de un cauce de solución aceptable para las partes, al menos en lo
referente al hijo. El Consejero de Administración Pública, Carlos Pérez Anadón
se calló; se calló de callarse, literalmente. Todos sabían que el movimiento de
Carlos fue de apoyar en las sombras a los Ibáñez, salió a la luz y se reveló desde
el entorno de Las Fuentes (los celos
dentro del partido siempre fueron situaciones feas que se suelen gestionar mal)
allí querían a los Ibáñez para ellos solos (cosas de reyezuelos de barrio, que son los que más mal dan al partido
– siempre pidiendo y pidiendo - pues de su gestión depende lo realmente
importante: Los votos del barrio) pero el Ibáñez no entraba al anzuelo de
volver por allí, ni aunque le pusieran el cebo de alguien con quien había
sintonizado en un principio: Royo Rospín, el verdadero valor del partido y cuya
carrera es prometedora y se antoja brillante. Ya el Ibáñez había pasado por la
experiencia de trabajar allí (y aquél
personaje apenas le dejaba cuatro horas de sueño al día; personaje poco
organizado y a salto de mata siempre, pero conseguía los mejores resultados en
las elecciones; ahora, casi jubilado, aún iba detrás del rastro del Ibáñez).
No dijo Carlos lo que realmente debía de la honradez de ese hombre sometido a
juicio político (de un Tribunal de Honor). Realmente poco importaba eso ante los presentes; la descripción
de la reunión les llevará a comprender el porqué.
Alberto Belloch toma la palabra. Siempre de aspecto
lúgubre, al que solo le faltaría un sombrero de copa para parecer un enterrador
de película del Oeste de Tarantino, sabía que poco tendría que decir; ya estaba
relatado en el blog del Ibáñez. Una especie de gesto o postura de suficiencia
le acompañaba, como diciendo a los presentes que todas sus decisiones al
respecto del Ibáñez eran, evidentemente, correctas. Él, ante sus compañeros, se
mostraba casi como una especie de mártir incomprendido por todos ellos, pero
ello no lo tendría en cuenta en el futuro; así sería de generoso, como siempre
lo fue. Su voto fue el de zanjar la situación y dar carpetazo; todos ya lo
sabían de antemano.
Tomaba la palabra Lola Ranera, y el argumento de
peso que se esgrimiría, era tomado de la madre: El Ibáñez había puesto en
cuestión la legitimidad biológica de sus hijos y eso no era cuestionable para
una mujer. Ella lo comprendía y aceptaba tal argumento. Sin embargo Cárlos
Pérez, que sabía la verdad y poseía los datos precisos que se explicitaron en
la Diputación General de Aragón y en el Defensor del Pueblo, no los exponía a
los presentes. La cuestión era porqué no decía a los presentes que la madre
había especulado con todo ello y había embaucado al entorno social y a
funcionarios también, desde una posición victimista? Y porqué no decía que el
Gabinete de Gloria Labarta, Pablo Muñoz, Carmen… y el resto estaban
cuestionados desde hace décadas en sus métodos y maneras de proceder sin
reparar en costes humanos? Incluso ellos se permitían el lujo de saltarse las
“normas y leyes “ de formalidad social que implican credibilidad y buen hacer.
¿Pensaría Carlos Pérez que ello debería hacerlo el propio Ibáñez? ¿Todo eso
tendría que hacerlo el Ibáñez, incluso deducir que se producía esa misma reunión
y cómo se desarrollaría? Tal vez sí, porque la primera vez que vio el Ibáñez a
Javier Lambán como candidato a la DGA el Ibañez hizo un retrato de su
personalidad que descolocó a todos. Y sobre todo porque Carlos Pérez tenía, tal
vez, una herida que no le perdonaba al Ibáñez: En los escritos que este le
remitió durante un par de años, le hizo ver, tal vez con frialdad para él, pero
con mucho respeto, que muchas cosas de las que él pudiera haber creído durante
muchas décadas, cosas que formaban parte de sus creencias y que daban sentido a
su vida política, se desmoronaban. Eso le permitiría llegar a su posición
actual, pero el precio fue, como siempre, demasiado duro y tal vez estuviera
dispuesto a devolverle el “favor” de alguna manera. Por eso callaba, porque no
se lo iba a poner fácil tampoco. Según él veía el ambiente de aquella reunión, quedaba
cierta sospecha de que el Ibáñez no cayera en la tentación de hacer trampas,
aunque dijera desde el principio que no quería estar en política. Todos
parecían pensar que si le daban la razón le damos el carisma; siempre es así,
lo creían, no podría ser de otra manera. Darle la razón sería casi demasiado,
casi provocar una salida a escena de un Ibáñez; mucho riesgo aunque supieran
que él se comprometiera a declinar esa vía. Así que calló; aunque votara en
favor de una solución aceptable para los Ibáñez.
Lola votó en contra de tapar la situación, aunque
hubiera que pasarle factura al Ibáñez por cuestionar la naturaleza legítima de
sus hijos; eso ya sería suficiente fuente de recursos como para tenerlo
“controlado” si entraba en política al tenerle que dar la razón en cuanto a lo
que acontecía a su hijo, y los trabajos realizados para el Ayto y los de la DGA
que se apropiaba Ramón. Le parecía justo a Lola. Muy justa una solución así.
Se impuso, la minoría, los argumentos de Ramón
Tejedor y Alberto Belloch. Se daría carpetazo y Lola Ranera debería ser quien
asumiera la tarea de darlo a conocer. Lola se disgustó mucho por esa tarea
encomendada, pero estaba en política, aceptó la reunión al aceptar el cargo
después de que Pilar Alegría se marchara a la Delegación del Gobierno, una vez
que el actual Alcalde Jorge Azcón, pusiera en evidencia que Pilar Alegría no tenía
la capacidad de asumir la fortaleza de carácter que implicaba el cargo de
Portavoz de la Oposición en e Ayto. (tal
vez una actuación provocada por el propio Lambán, pues a nadie les gustó que
Pilar impusiera sus listas al Ayto. pidiendo ayuda a Madrid).
Así que Lola mandó un wasap al Ibáñez una vez
terminada esa reunión. Y el Ibáñez le contestó que se alejara y no molestara;
sabía que querían dar carpetazo. Basta la literalidad del texto. No Lola, tú
no. No te puedes manchar las manos así por una “mal nacida” y sacrificar a un
inocente.
Javier que había puesto atención e intención en “demostrar”
interés por el chico, previendo el resultado final, manifestaría que “hizo todo
lo que pudo” por el hijo, tendría
preparado un “así son las cosas” y un “qué se le va a hacer”. Ramón se quedaría
con el trabajo del Ibáñez. Carlos dejaría de temer (e incluso de delirar con cierta esperanza sobre ese tándem Royo/ Ibáñez
que parecía establecerse sin nadie mediar – y que yo hubiera completado,
puestos a delirar, con un Royo/Ibáñez/Ibáñez) de una experiencia política
de un Ibáñez en el partido (qué tipo de
política haría un pacifista? Peligrosa,
estaba claro; la historia así lo habría demostrado en el pasado) él,
Carlos, ya, de alguna manera, lo hubiera sabido, por los informes que realizó
desde la concejalía de un pequeño pueblo cerca de Belchite; y no era la
política de guerra que algunos esperaban de él, del Ibáñez, por lo que se le
concibió como un verdadero “rival” a aplastar cuanto antes. Alberto salvaría su
honor, siempre al servicio de España (y
quién sabe, igual conseguiría su estatua). Y Lola maduraría mucho más,
haciéndose una pieza fuerte y clave en el Ayto. de Zaragoza.
Ahora tocaba dar las versiones. Siempre hay que dar
versiones variadas y para todos los gustos, porque así se controlan las
perplejidades de los espectadores y los ciudadanos que siguieran el asunto.
1-
La cuestión de fondo sería que hubiera deshonrado
a la madre. Eso era esencial de sostener para apoyar la causa feminista en
cualquier ámbito.
2-
La DGA no copia proyectos de nadie, solo fueron
coincidencias; todos pensábamos ya en la misma línea de actuaciones.
3-
No se puede ser político y entrar en política
como lo hace le Ibáñez. Sería un gran peligro que pudiera contagiar a mucha
gente.
4-
Hay evidencias de que toda la documentación
Administrativa movida (y reordenada convenientemente), se hico con criterio y fue
una necesidad para preservar el verdadero Derecho y la verdadera Justicia, que
no siempre puede entender el pueblo; por eso velamos por él, por el pueblo,
para que sea feliz.
5-
Ha puesto en duda a los sindicatos
reiteradamente y ello trastoca la estructura de control sobre los trabajadores
municipales y desestabiliza la credibilidad en la democracia.
6-
Y la tesis fundamental: Está Loco; ambos, padre
e hijo. Es la tesis definitiva. Resulta obvia para cualquiera y él mismo la
explicó en su blog. Ponerse en el camino de alguien poderoso, como nosotros (y como la propia madre le decía al hijo
respecto de ponerse en el camino de sus planes respecto a su padre) es una
temeridad que todos pueden entender y volverán a entender con claridad una vez
vean que nada pueden contra nosotros. El padre e hijo al manicomio, que se
vuelva a llamar a la hermana para que actúe en consecuencia.
Sin embargo, también hay que dar razones al Ibáñez
para que estas apelen a su ego y se acabe rindiendo, y ahí aparece una chica afiliada
a UGT que viene a señalarle que el problema fue que él realizara tareas de
grupo y nivel A1 durante demasiados años y en un Área demasiado relevante (la de
Alcaldía). Se empezaban a edificar cada cual su teoría. De ahí tantas mentiras
construidas. La muerte de su jefa de Servicio, a la que quisieron pasar factura
por ser hija de jefe de Falange en Zaragoza, y le vino bien, sin esperarlo, que
el Ibáñez estuviera llevándole las partidas presupuestarias, que hiciera bases
de datos y cosas semejantes. Porque intentaron que su Servicio decayera pero no
lo hizo; al final se lo disputarían entre todos, a su muerte; y quien sobraba
era el Ibáñez. La respuesta del Ibáñez fue informatizar el Servicio de verdad (empezaría a sobrar personal de oficina – a
eso lleva la informatización verdadera) y cuando al final se marchó todos
vieron que detrás de los inconvenientes habría causas políticas (de prejuicios o rivalidades). Los
sindicatos no pueden ser ajeno a ello y deben tomar partido; efectivamente la
posición sindical será la que les señale Lola, ahora en ese cometido.
Todos guardarán sus sillones, sus despachos, sus
garitos sindicales… si mantienen silencio…. el precio es la vida de un muchacho
ignorante de todo esto, para salvar a una malnacida que siempre nos dará la
razón.
De hecho, ésta mal nacida no fue al Servicio de
Correos, en San Mateo, y pedir que le entregaran el paquete destinado al hijo,
sin tener el resguardo, para hacerle un favor al hijo. El hijo pretendió
asegurarse de que la madre no tuviera acceso a la pieza de repuesto de su móvil
y por eso guardó en su poder el resguardo cuando ese día se fue a pasar unas
horas desde San Mateo a casa del padre en Zaragoza. La madre aprovechó para
presentarse en Correos de San mateo y realizar la escena de madre afligida, que
tan bien se le da, y quedarse con la pieza de repuesto, que luego el hijo
pudiera comprobar que no funcionaría bien si intentaba arreglar su móvil; por
ello la madre pregunta recurrentemente al hijo por el móvil viejo, donde supone
que existen pruebas esenciales del maltrato sufrido por el hijo, desde que ella
misma borrara en el anterior ingreso en el Clínico las grabaciones anteriores
que poseía el hijo, y que acusarían a ella de ser la causante de dichos males.
Por ello la madre pretendiera, presumiblemente, negociar quedándose el móvil
que el padre regalara al hijo cuando lo ingresara en el Miguel Servet y
consecuentemente, se mostraría todo ello planificado, cuando al quitarle las
llaves al hijo este las recupera y teme que acaben en poder del padre si este
le ingresara; por ello precipita el ingreso de hijo y en la acción fuerza a los
hermanos a ello; dejando a todos salpicados e implicados contra el hermano. Por
ello mi persona se apresuró a comprar otra pieza de repuesto para ese viejo
móvil del que todos temen que se hallen pruebas de su maltrato hacia el hijo. Y
olvidan que el hijo les dijera que les perdonaba y se borrara todo, pero la
malnacida teme porque ella nunca hubiera borrado todo lo necesario. La
falsificación de la nota de correos por la cuestión del SEPE y cobrar la
mensualidad del hijo sirvió para estimular en el hijo mala leche e indignación
que pagó, por escrito contra la cartera, Cartera que probablemente hiciera todo
bien y todo estuviera en orden respecto a los avisos o entregas, pero
probablemente falsificadas por la madre, tal vez (la pregunta sería ¿Si la
madre falsifica las firmas del hijo, no pudiera haber falsificado igualmente
los avisos de la cartera cuando hubiera querido? y encima ponerle una nota en
nombre del hijo para causarle a la cartera mayor transtoque? – lo firma la
madre, con la firma del hijo y luego la madre hace una nota falseando al
identidad del hijo y luego el hijo otra nota disparando contra la cartera? Qué
funcionario se metiera por medio? Bastaría que la madre dijera “está loco este
hijo mío” y muestra el diagnóstico para que esa funcionaria tuviera una
respuesta con la que ya no precisara detenerse a pensar en más líos. La madre
siempre tiene la razón.
Ya cambió el ambiente en la planta de psiquiatría
del hospital Miguel Servet. Ahora el Dr. Día, conminado por el padre a hacer
pruebas toxicológicas al hijo, se destapa sobre el hijo, sin decirle al padre
que ya sabía que hubiera intoxicación, haciendo al hijo responsable de su
intoxicación (no habrá investigación).
Recordarán que el hijo le dijera a la madre que sacara los productos tóxicos de
la cocina cuando llegó a San Mateo, y esta respondió pidiendo socorro policía.
Pues bien, la madre malnacida consiguió su objetivo. Allí no hay agua
corriente, es de acequia. Y por lo tanto todo el agua es embotellada y se
agota. La madre dejó un vaso de cristal con producto toxico en la cocina, a ver
si picaba el hijo cuando tuviera sed, y picó. Se tapa la historia diciendo que
es culpa del hijo. El padre le había dio al hijo que confiara plenamente en el
Sr. Día, que le hablara como a un amigo, y este va y le traiciona; una nueva
traición sobre el hijo, y una probable reacción, nueva reacción de rebeldía en
el hijo, que es lo que desea el entorno materno para acabar definitivamente con
su libertad.
Ahora han puesto personal más profesional en la
planta de psiquiatría; en principio ello es positivo, han decidido cambiarles la
medicación a inyectables; a todos los pacientes. Al padre le empezaron a abrir
la puerta sin que haya una enfermera detrás, como es costumbre. El hijo, al
llegar tarde ayer, justo a las 20h, olvidó devolverle la cartera y el móvil y
el padre regresó por ello, recordando las instrucciones del tríptico que esa
planta reparte. Le dicen que no hacía falta regresar y que en las taquillas,
aunque estén todas abiertas, no entra ningún paciente sólo. EL padre les dice
que sólo siguen las instrucciones del tríptico y, al ir a salir el padre busca
molestar lo menos posible y pasar desapercibido sin molestar el ambiente de la
planta; son las 20:15h y no hay nadie en los pasillos, me dicen que están ya
cenando al decirles que me hubiera gustado ver otra vez al chico; busco la
peculiar puerta de salida y al no hallarla me dicen, no te preocupes saldrás; y
él contesta díganle a mi hijo que me llevé la cartera y el móvil (no quiero más
juegos psicológicos contra él, aunque los inicien contra mi). Y sin embargo hoy
me dice el hijo que no le dijeron nada y ello le afecta desconfiando de mí. Más
inseguridad, más tendencia a la rebeldía.
Todos locos, padre e hijo. Así que por ello me veo
en la obligación de adelantar el viernes, a una compañera, que el lunes sacaría
este artículo, al menos para darme tiempo y no nos monten más movidas. Pudiera
ser que lo que ocurriera estos días en esa planta respecto a ese latino, que
parece abandonado de su familia, fuera algo trágico a los ojos de los pacientes
y se aseguraran que todos tengan medicación preventiva. Por mi parte seguí las
instrucciones de mi hijo, y le dimos una radio para que el chico se distrajera
un poco, porque en cuanto le bajan la medicación y recuerda lo que le hiciera
la policía (que es la tesis que domina,
porque el lugar es bien opaco y solo hablan los pacientes entre sí) no estaba
recibiendo apoyo del resto sino más vejaciones. Hoy me dice el hijo que lo
tratan mejor y que la enfermera más guapa le atiende.
Hasta hace unos días en el Miguel Servet, en la
Planta de Psiquiatría un chico latino era maltratado, a los ojos de mi hijo,
por puro racismo, iniciado por la policía. Lo digo porque mi hijo lo pide. Y
así lo hago. Y parece que ello es motivo del cambio para el chico y de medicación
para todos los pacientes, pues aquella planta se estaba convirtiendo en un “cada cual hace lo que le
da la gana” (empezar a fumar, sugerir sexo…).
Os recuerdo con esto, amigos del partido, que esos
twiter en los que habláis de ir en contra del racismo se debieran explicitar no
con palabras, sino con hechos en casos como este de la planta 3ª de psiquiatría
del Hospital Miguel Servet; que ahí tenéis un caso serio (el chico latino, ante lo vivido, s e muestra rebelde, y eso es lo que
peor le pudiera pasar; la madre no va, porque el chico le dice que es la
culpable). No le deis la espalda y mostrar que hay coherencia y conciencia más
allá de los discursos en redes.
Así que sabiendo que el Dr. Día aún
ignora el video del día/noche del ingreso del hijo por la madre – no lo ha oído
- lo ignora y resulta una negligencia que le evita tenerse que poner en
contacto con la fiscalía o los juzgados y se sigue dejando llevar por
prejuicios e inseguridades que le causa la madre, aunque a esta le haya
prohibido las visitas; el objetivo es hacerle ver ese vídeo para que sepa qué
papel está jugando y si desea llevarlo hasta el final. Para que luego no diga
que le engañaron o simplemente que se quitara el “muerto” de encima. Si juega
ese papel que lo haga conscientemente y asumiendo el cambio de rumbo que ello
significaría para su vida profesional. Y desde ese punto de vista resulta, al
menos, contradictorio y hasta cínico, decirle a los pacientes que existe una
aplicación de Google que se admite en prueba judicial ante el maltrato verbal y
que lo usen, cuando él Dr. Día, a quien así es mal tratado y “envenenado” o
intoxicado por al menos negligencia prevista (y constatada), le señala a al
propio paciente como culpable por indicación y explicación de quien así le
trata a él, la madre (es decir, le aplica una técnica SAP – ya descrita en este
blog). Ignora que la anterior vez se mostrara en el Clínico hepatitis, y que la
madre borrara de su móvil, del hijo entonces, las grabaciones prueba de ese
maltrato; y que ahora pretendiera hacer lo mismo con cualquier móvil que posea
el hijo.
Llegado este momento, cabe señalar que debido a la
exposición de datos que se pudieran considerar “sensibles” para nuestro Estado
(en realidad personas), en mi blog, la vulnerabilidad de mi hijo ante una nueva
posible agresión por parte de “elementos incontrolados” que estimulen su
rebeldía; (recordar que existe amenaza al
hijo de usar sicarios y mafias por parte de la malnacida) y el chico Latino, en
soledad de acompañamiento familiar que le hacen extremadamente vulnerable,
rebelde, y consecuentemente la “terapia” que observaban sería destinada a que asuma en sí mismo el racismo
que va a soportar en este país y que fueran los sistemas de seguridad los que
iniciaron esta “terapia”, según percibe mi hijo; y al fin una enfermera guapa
le atiende y eso parece mejor solución; así son las cosas de la planta, así
como se sienten los pacientes dentro de ella y así de vulnerables y que pudieran convenir o no, al poder político;
porque la madre ya habló en su día, recién llegada a San Mateo, de esos sicarios
y mafias, al hijo, y eso ya es un terreno que dejaría muy vulnerable al
poder político de nuestra Comunidad Autónoma.
Por ello no descarto, llegado el momento y si visualizara
peligro para mi hijo, ingresarme en dicha planta para proteger su vida (ya puesta en peligro por el envenenamiento
que promovió la madre en San Mateo y negado por el médico, atribuyendo ello a voluntad
del hijo – es decir le aplica el médico una técnica SAP: Te tragas la verdad
que nos interesa a nosotros) y las consiguientes amenazas de la misma malnacida
en cuanto a conocer sicarios y mafias que actuaría para beneficio de ella y sus
intereses, como así se lo señaló al hijo el día de su desembarco en San Mateo.
Ayer se nos hizo tarde para volver al hospital, eran
las ocho y se nos pasó la tarde en casa rápidamente. Le dije, se ha hecho tarde
hay que salir ya y él salió de mi casa rápidamente sin darme tiempo a ponerme
la camisa. Llamé al hospital y la enfermera se asustó porque le había perdido
de vista; le llamé al móvil porque lo primero que hice fue seguir las
instrucciones de mi hijo y llamar al Hospital porque llegábamos tarde. Y él me
dijo que ya estaba llegando al hospital. Pregunté si le castigarían al día siguiente,
que tenía permiso para salir a las 10h y me dijeron que creían que no, y les
dije que si iba con su hermano a las 10h, que ayer le coaccionó y amenazó con
perder no solo a la madre si no a sus hermanos también – y este hijo entra a todas las coacciones y amenazas para buscar
acuerdos y su hermano David lo sabe, por eso lo hace; ahora a sacar información
para la malnacida – esa mañana podrá dejar a su hermano tirado, por enfado
con él (consecuentemente él aprovecharía
para causarle otro nuevo problema; porque si algo teme el hermano es al poder
de la madre) y así lo digo en planta, pero no me resulta fiable aunque la
señora que me atiende parece ponerse en mi lugar y lo entienda con claridad,
porque la enfermera, con la que hablo después sintoniza en prejuicios con los
profesionales (y ello es aprovechado por
la madre, quien dice al hijo que los médicos están locos y este hijo acaba
constatándolo cuando ve a los psiquiatras inducidos a error por la propia
madre; madre que mueve los prejuicios de unos y otros; y todos tragan con la
malnacida en convenir que el hijo hiciera a posta envenenarse así miso; la mal
nacida va viento en popa y a toda vela en este ambiente psedopsicótico lleno de
prejuicios del que participan algunos profesionales de la propia planta, como
lo hacen también algunos políticos). También les dije que le dijeran al
hijo, que con las prisas se había llevado cartera y móvil y dejado en la
taquilla, que le dijeran que lo recogía su padre y ni caso; así que está el
hijo que desconfía otra vez de todos. Gracias, entorno terapéutico (que lo
sería, realmente, si no hubiera prejuicios dentro de ese mismo ambiente).
Así que de lo que habla este blog es de
falsificaciones de documentos, de injurias lanzadas desde el poder del Estado
contra personas honestas, de poner palabras y conceptos en los oídos de los
jueces, aconsejando cómo debieran enfocar situaciones concretas a la hora de
juzgar; hablamos de torcer el Derecho de las personas comunes que es lo que ha
estado haciendo este Estado en esta ciudad al respecto de estas personas (y otras que debieran hablar) y, por el
contrario, los terapeutas se fijan en la temeridad de desvelar estas
situaciones y considerar ello una verdadera locura. ¿A quién sirve la
psiquiatría en España? sería la pregunta consecuente ahora (volver a recordar el proyecto de ley de
Gallardón resulta ya cansino), es la misma pregunta que me hice cuando me
pregunté: Si ETA no apuesta por la independencia agotando el recurso Ibarreche
– y que hubiera sido una real amenaza al
Estado, desde la propia tribuna parlamentaria, en el propio Congreso de los
Diputados, porque detrás de cada palabra de Ibarreche estaría la sombra de ETA y
todos sus muertos en la mente de los diputados a la hora de votar, sin saber si
ellos fueran los siguientes; resulta terrorífico sólo pensarlo – ¿A quién servía
ETA? por ahí van los tiros si no nos ponemos de acuerdo, entre todos, en
pararlo. Porque si la psiquiatría no sirve realmente para la Salud Mental a
quién sirve? Si llega la derecha pura y dura o el propio comunismo puro y duro,
que ataca a hijo y padre, llegan al poder por voluntad popular, sus postulados
serán la verdad y el bien social a proteger; y quien se oponga estará loco
(obvio quela psiquiatría sería el primer
instrumento a usar) como dice el propio borrador del proyecto de ley de
Gallardón.
Decirle a un
paciente que Vd se envenena, en las
circunstancias expuestas, que pueden ver en este blog, y echarle al paciente el
lunes siguiente (eso parecen haberle dicho en esta situación opaca) sin decirle
nada al padre, resulta como digno de película y trama de Hitchcock o de la KGB.
Si realmente hacen Vds., a través de mí, un juicio a
mí y a mi hijo, en reunión particular y privada y dictáis sentencia, al menos
que fuera todo ello público y me pudiera defender ante vosotros y ante los
ciudadanos. Porque si un cretino ignorante, pedante y pretencioso puede cagarse
en la Virgen de El Pilar en honor a la libertad de expresión, ni a mi hijo ni a
mí me podréis, en justicia, juzgarnos por lo que decimos en donde queramos (y menos si de ello tenemos algunas pruebas
fehacientes como las que se van mostrando) y si nos juzgáis por algo que
hemos hecho tenéis obligación de hacer un juicio público, a la luz del día. Y
si nos juzgáis por haberle faltado en el honor a alguien, a alguno de Vds. (Excelencias y Señorías) debéis decir en
qué y cómo. Y si el juicio es en razón de Estado díganlo también.
Porque de
otra manera solo se comportan Vds. y representarían a una mafia más, de las
muchas que habría, y con esa manera de
proceder legitimarían que la sociedad se organice de la misma manera que Vds.
Tal vez por ello la madre se atreva a hablar de mafias y sicarios al hijo,
porque ya les conoce a Vds. y a sus procedimientos; o simplemente ella ya los
usara en su barrio de torrero (y le
molesta que el hijo pudiera dar razón de todo ello; tal vez por ello le
envenenaría ¿No les parece? O eso es secundario para el caso que les ocupa?).
O tal vez por eso, despachos como el Gloria Labarta y Pablo Muñoz usaran
métodos mafiosos para llevar sus asuntos judiciales. Tal vez en realidad
estemos en ese contexto, realmente, de presión y luchas de mafias? Y apelan a
Vds. para que pongan punto y final. En ese caso, esas mafias podrían exigirles
a Vds. una resolución definitiva, sólo sí solo, si todos Vds. estuvieran “pillados”
por esas mismas mafias internas que les piden “justicia para ellos” (en razón de qué podrían pedirles justicia?)
tal vez porque simplemente, desde el principio, solo hicieran obedecerles a Vds.
o a otros que como Vds., en el pasado, les dieran esas órdenes para arruinar
vidas como la de mi hijo y la mía? Tal vez hablamos de eso? Tal vez por eso
hubiera un concejal socialista retirado en la cumbre de ese despacho? Tengo el
membrete de las cartas que enviaban.
Y esto que digo es de menor gravedad para mí parecer
que “cagarse” en la Virgen de El Pilar, como Vds. y la justicia autorizan ahora
(porque parece claro que ni la justicia
da un paso sin consentimiento de Vds. pues Vds. a lo visto, tienen poder real
sobre las vidas de cualquiera, parece ser, incluso las de los jueces, médicos,
maestros,….de esta ciudad y tal vez comunidad autónoma al completo).
Queda expuesta así, mi queja ante Vds.
(como en la película: “Algunos hombres buenos”;
donde la abogada se queja ante el hecho de que el testigo, médico militar, no es
un experto y se pretende pasar por que lo sea; y lo reitera: Me quejo
enérgicamente. De nada sirve. Esto es un código rojo, como en la peli y en toda
regla y el Dr. (perdón) Psiquiatra Sr. Día – en el papel de Cabo Donson y su acompañante de personalidad límite –
haciendo de ejecutor. A todo esto, porque el hijo empezaría a cuestionar el feminismo
radical en sus videos de youtube, sin haber reiniciado el reencuentro con el
padre aún (después de haber defendido en
el instituto la igualdad entre hombres y mujeres poniendo como ejemplo que su
madre no precisó ayuda, ni palanca de nadie, para estar en la élite
funcionarial; allí empezaron realmente sus problemas que llevan al final, y
después de años de tortura al muchacho, a este envenenamiento real con un
tóxico llevado por la madre y puesto en un vaso de cristal en la cocina).
Gloria Labarta y Pablo Muñoz se encargan de la estrategia legal de todo este
asunto. (esto es el resumen). Y sí tuvo ayuda la madre desde el PCE por parte
de Raquel del Busto – de la familia del Busto, abogados de mi ciudad (hijo ahí te equivocaste y por eso lo pagas
con tu vida); tu madre siempre hizo trampas (desde la Universidad hasta para tener un puesto de alto nivel
funcionarial en el barrio de Torrero). Todo lo demás ha sido una
representación teatral de las que ella es experta, tu madre, en poner en marcha,
involucrando al mundo político y haciéndoles ver una oportunidad para sí mismos;
(eso también lo sabías hijo, que la mama
es una teatrera histérica) haciendo posible todo lo expuesto aquí, por mí (y todo lo que no te han dejado decir a ti).
Como en el peli de Amenabar “regresión” donde se muestra hasta dónde puede
llegar el histerismo de una mujer (son sucesos reales) pero que en la peli
tiene final feliz gracias a dos factores: El primero porque las pelis
americanas buscan tener final feliz y el segundo porque no estaba el gabinete
de Gloria Labarta ni Pablo Muñoz asesorando a la chica. Lo sabían desde el
principio en el mundo político; lo sabía en el Ayto de Zaragoza, pero quisieron
desde el Gobierno de Aragón montarse la escenita política de todos estos meses.
Si tuvieran un mínimo de honestidad e integridad personal dimitirían todos
ellos, mañana mismo. Pero eso sería un final de cine.
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