Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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sábado, 18 de julio de 2020

Salimos del Hospital, ayer por la mañana. Con lo puesto


Salimos del Hospital, ayer por la mañana (Con lo puesto).

Ya el día anterior, en control de enfermería, dejaron una nota en el sistema informático al respecto de que el padre estaría esperando la confirmación de la salida del hijo por la mañana, ya que el doctor no había dejado esa indicación de alta que al padre le dijo tener prevista en la entrevista del día anterior; y que suele ser, esa indicación de que el paciente será dado de alta al día siguiente una reseña que aparece para que el personal de la planta lo sepa. Tampoco se había producido una indicación de la hora de salida previsible para ese alta, ni los detalles del informe médico que deberían acompañarla. Así que el padre optó por presentarse allí sobre las 10h.
Llegó el padre y llamó en el timbre de la entrada; señaló que estaba prevista el alta del hijo y le dijeron que esperara. Al momento salió el Dr. que lleva a su hijo acompañado de otro Dr. en prácticas y le indicó que esperara una hora, pues había tareas que debía realizar y que entendió el padre que tenían que ver, unas con la rutina de la planta y otras previas al alta del hijo. Bajó a cafetería y allí desayunó, mientras hacía tiempo fumando algún cigarrillo en un espacio al aire libre al que se accedía por una de las puertas de la cafetería y que daba a un entorno cercano a maternidad. Allí se hallaba también algún personal  sanitario o fumando o realizando alguna llamada de teléfono; también alguna ambulancia aparcada con personal alrededor de ella, como quien última el estado de ese vehículo para una próxima salida.
Ya eran las 11h de la mañana y subió nuevamente a la planta; apenas tuvo que esperar ya, le invitaron a acceder al interior de la misma. Allí ya estaba su hijo y se abrazaron. Entraron juntos al despacho del doctor; este seguía acompañado del doctor en prácticas, posiblemente un MIR (un chico joven que probablemente habría sido advertido de la complejidad del caso: Un padre y un hijo, ambos enfermos mentales, y la otra parte de la familia materna desentendida y a la contra). El joven prácticamente nada habló, pero no se perdía detalle de lo que estaba aconteciendo en el despacho y también puso mucha atención cuando acompañó al Dr. Día previamente, cuando una hora antes le dijo al padre que habría que esperar una hora.
El joven DR. se sentó en la mesa que presidía el despacho del DR. Día mientras este, en un ordenador anejo, nos indicaba al hijo y a mí que estaba completando el informe médico que acompañaría el alta del hijo y que formaría, ya, parte de lo que debiera ser un voluminoso expediente del cual nada se decía de lo acontecido los cinco años previos a la entrada del joven en la Seguridad Social y cuando la madre actuara desde un seguro privado, donde al hijo se le señalaba que el problema era su madre. Él, el hijo, por entonces se hallaba aislado del resto de la familia y poco o nada podría hacer para seguir la ruta señalada por aquellos primeros médicos psiquiatras que señalaban la ruta que debería tomar para salir de aquella encrucijada vital que ya se veía venir en la vida del joven. Ahora, diez años más tarde, todo estaba mucho más enredado.
El Dr. Día prosiguió con la idea del día anterior en la que pedía colaboración familiar, para apoyar al hijo y su trayecto a su independencia. Parecía una declaración de la ONU en medio de una tregua entre dos contendientes que parecían tener de rehenes al hijo. El padre señaló al doctor que salían del hospital con lo puesto; la ropa se la había quedado la madre; toda la ropa que había comprado el padre y el hijo. Y el hijo, ya cansado de tanta lucha dijo, no te preocupes ya iré a casa de la mama; al doctor le bastó al Dr. le bastó esa manifestación para obviar un problema más y que traerá cola sin duda. No se puede apelar a la Asistente Social de la planta porque esta previamente le dijo al hijo que su caso era muy difícil y a continuación se tomó vacaciones.
Leyó muy por encima el DR. el informe del hijo. Señaló que no se nombraría enfermedad alguna pero si descripción del estado del hijo. Lo consideré una “cesión” voluntariosa de ser conscientes de lo que ello suele significar para los pacientes.  Aun así ya se atrevió a preguntarme abiertamente por si yo en el pasado hubiera estado ingresado en esa misma planta. Le contesté que no, pero persistió en si hubiera tenido alguna situación psiquiátrica; en ello entreví la mano de la madre paseando informes médicos míos de hace cuarenta años y le contesté: Hace mucho tiempo y desde entonces sigo un tratamiento de por vida. Estoy seguro de que le hubiera gustado entrar en ello más a fondo, pero para ello debiera haber sido sincero y mostrarnos todo lo que la madre hubiera dicho del hijo y del padre desde que decidió obstaculizar la vida del hijo hace ya 5 años aprovechando que los informes previos del hijo eran privados, en consultas privadas, y la Seguridad Social no tenía acceso a ellos y donde se reflejaba a la madre como verdadera causante de los males del hijo. Mi hijo me hizo una relación de unos seis doctores previos que le atendieron (¿Puede considerarse ello una normalidad para tratar un paciente entonces sumiso y dispuesto a curarse?).
Aún no he leído el informe, solo lo que me ha remitido el hijo. El Dr. Día nos echa un cabo y a la vez otro obstáculo más.Parece que puede pasar de el médico de una actitud neutral a imparcial (es decir, de entrar en lo menos posible a posicionarse desde lo que considere realmente justo). 
Al despedirnos le di la mano al doctor y la aceptó, a pesar de la situación de cobi que él mismo advirtió después de un apretón largo que interpreté de reconocimiento mutuo. NO hay nada personal entre los dos, era y es obvio, solo una orden de “arriba” desde lo más alto, ordenando poner trabas y obstáculos. Así que ese papel de mediador de la ONU me parece todo un avance aunque las perspectivas aun sean poco halagüeñas.
Mandé un mensaje por facebook a Alex:
vie, 12:32 Alex, salimos del hospital, con el alta, pero con lo puesto. Toda la ropa de Victor, incluida la que le compré está en.casa de la mamá. Está en tu mano hacer algo al respecto? Es o sería posible?
 No hay respuesta.
El hijo llamó a la madre más tarde, ayer, para ir a su casa a coger la maquinilla de cortarse el pelo. La madre está en la playa y se niega a que ninguno de los hermanos acompañe a su hijo a recoger enseres. El hijo se deprime y piensa que esto no se ha acabado.
Es verdad no se ha acabado, pese a los mensajes de ánimo de parte de la familia, la que siempre apoyó al padre y le hacen ver al hijo que su padre “ha removido cielo y tierra”. El resto de la familia sigue en dudando entre prejuicios y temores por lo que han visto llegar a hacer al padre por el hijo. Algunos no recuerdan cómo s e pudieron cuando un familiar suyo, afectado de grave enfermedad, clamaban casi como histéricos por presionar como fuera para que se le habilitaran medios para su sanación y confort (y eso que ellos tienen carreras y vida resuelta).
Me dice el hijo que la planta ha quedado en cierta idea de corrupción. Se ve ahora comida y galletas por la planta entre los pacientes; y pienso. Vaya manera de afrontar situaciones.
 Él quiere un trayecto claro y definido, con apoyo; y no volver a retornar a esquemas ya conocidos de zancadillas y obstáculos por todas las partes. Le pido fe y que le enseñaré a sobre llevar los obstáculos, y que espere el milagro, seguro que habrá un milagro.
Nota: La orden de obstaculizar y ostentar prejuicios en este caso se dio desde arriba. Todo por un proyecto del padre, realizado en cuatro fases, que se queda el mundo político y que a continuación les doy los enlaces.  
9-      Conservacionismo y las diferencias con las normas vigentes : https://cateyes-loaparenteyloreal.blogspot.com/2016/07/el-conservacionismo-se-diferencia-de.html

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