¡A Borges hay que descubrirlo en BsAs! Y empezar por “Fervor de Bs As” – cualquiera de ellos al azar – y alternado con “Luna de enfrente”; saltar a “Evaristo Carriego” y su ”Historia Universal de la Infamia”. El resto lo he dejado sobre un estante de mi biblioteca, a veces lo reojo pero me digo: Para seguir leyendo a Borges tendría que volver a Bs As.
Borges era un eco en las noticias culturales en algunos telediarios o programas culturales que para nada me llamaba la atención. Fue en la revista “Coraje” (órgano de difusión cultural del GaraGe) donde decidimos ponerlo en primera página, con una fotografía del “ciego” escritor. Apenas sabía nada de él, cuando sorpresivamente me abordó una pareja “asimétrica” escandalizada por semejante primera página: ¡Cómo es posible que se ponga a Borges en nuestra revista! ¡Cómo es posible, si quiera que su nombre se escriba en la misma! - y me pregunté sobre tipo de sacrílego crimen habíamos cometido el grupo de tangueros, que con ilusión, esfuerzo y trabajo, realizábamos una revista periódica que parece haber pasado al olvido (como otras muchas “hazañas” de los primeros años del GaraGe que fueron “socializadas” – algunas – y otras, simplemente modificadas para crear héroes donde nunca los hubo – incluso al pérfido intentarlo subir a los altares de la más pura inocencia.
Si algo pecó Borges fue de vivir el momento (deteniéndolo) y expresar abiertamente su opinión (sin cadenas y sin muchos compromisos, más halla del contraído con su propia tierra – que los hombres somos fruto, también, de la tierra); que si la izquierda se inclina hacia el desheredado no por ello es incorrompible, ni deja de “violar” la “manera” y la “forma”, olvidando que el camino es más importante que el propio fin (o al menos lo define a cada instante). Y que el poder corrompe a todos por igual y que quien no se corrompe, no lo hace se encuentre en derecha, izquierda o centro; y al final no queda más que confiar en una “sintonía” etérea del hacer lo correcto y poner las cosas en su punto medio.
¡Hay mi Argentina!, resumen de un continente hispano, donde el español se encuentra con su historia y los resultados de la misma.
No hay uniformidad en Argentina, salvo la que se encuentra en los hombres de hace un par de siglos. Gauchos individualistas, héroes de la tierra, y del cielo, que han forjado el carácter y los anhelos de un pueblo a caballo entre la libertad (engrillada) y la sumisión al poderoso vecino del norte (que avoca a la revolución de antemano perdida). Porque dejarlos vivir en Paz…, lo que se dice en Paz, no hay manera de que los dejen (ni siquiera nosotros).
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