Militares “Retirados”: Una lacra Golpista” que permanentemente amenaza la libertad de las familias y con ello la “Democracia” es “a su Gusto”
NO creo necesario remontarse ni a la guerra civil, ni a la etapa franquista ni a la transición (con todos sus detalles: ya sabemos, por el juez que salió en “la noche 24h”, juez de Instrucción, que en los detalles son muy importantes para determinar la naturaleza de las cosas y si realmente se defiende el “Derecho” de las personas, pues detrás de esos Derechos se hallan los valores esenciales que nos hemos dado como sociedad para nuestra convivencia en un marco Democrático); es decir: Un marco que defiende los Derechos civiles, que es lo esencial para, desde ahí, constituir un sistema democrático.
Un aparte esencial de estos militares retirados – que tuvo alto mando y responsabilidad en el ejército español durante su vida “activa” – se formaron dentro de academias que sostenían la figura del General Franco como modelo de militar a imitar (esencialmente porque salió triunfante de la Guerra Civil) y ocupó la cúspide de la Jefatura del Estado Español durante 40 años.
Después de una vida profesional, militar, prácticamente al margen de la actividad política en España, y bajo el mando de los representantes civiles, elegidos democráticamente por el pueblo español para formar los sucesivos gobiernos de la Democracia, tuvieron que ser “sumisos” por primera vez en muchas décadas al mundo civil, pues existió la garantía de la Corona de España para vincularse con el modelo y estructuras democráticas que nos dimos en 1978 con nuestra Constitución.
Al pasar a la reserva, estos militares se liberaron del “deber de prudencia” que les marcan nuestras leyes democráticas para no “interferir con sus opiniones” y visiones en un mundo civil, cuya estructura está concebida para que las leyes que emanan de la Constitución sean realmente efectivas en el sentido de “configurar una camino” a toda persona, con independencia de su condición o sexo, para realizarse como tal y con ello aportar a nuestra sociedad sus capacidades por bien de todos.
Aburridos en lo que parece su jubilación, aun se hallan a caballo entre el mundo militar y el civil, pues tienen acceso a cuarteles y a la vez a libertad de expresión ya no limitada por la prudencia, por lo que muchos de ellos ven una oportunidad para mostrarse “óptimos gestores” (y calentar ambientes en los cuarteles) con soluciones eficaces para resolver las cosas civiles (por lo general de una vez para una larga temporada – siguiendo el modelo de desprecio al mundo político que realizara y instaurara ya hace un siglo “el cuadrilátero” – grupo de Generales que ante la chapuza que evidenciaba las actuaciones en Äfrica y que eran evidenciadas por el Informe Picasso, promoverían una dictadura – y casi no encuentran candidato – que llevaría al voluntarioso General Miguel Primo al poder, aunque ello fuera causa de la caída de la Corona - pero dando tiempo a que la joven “hornada” de Africanistas adquiriera experiencia, subieran en el escalafón, y dieran el Golpe de Estado más violento dado por militares en nuestra España, y que asombró por su violencia y desprecio por la vida a toda Europa).
Estos señores, que sus carreras evolucionaron en la transición y algunos ocuparon puesto de Jefes de Policía, y otros, de capitanes para abajo, se dedicaran a “controlar “ la sociedad circundante más cercana, y a sus propias familias (poniendo sobre la mesa los garbanzos negros familiares que les avergonzaban y que caían irremediablemente a los pocos años de enfermedad inesperada o arrinconados por la desesperación).
Viveron confortablemente, con derechos que otros no teníamos, especialmente para ganar dinero en actividades no militares, para que al menos estuvieran ocupados y no molestaran; de socorro a sus familias nada de nada, pues cada cual “debía de sacarse las castañas del fuego” pero a la hora de entrometerse y proponer soluciones expeditivas eso sí, ahí estaban los primeros para “señalar a los garbanzos negros”. Nunca dejaron de estar “al loro”, de unos y otros, y al llegar el momento, poder expresarse (obviando el deber de prudencia) consiguieron que los Servicios Sociales respondieran a sus criterios de seguridad en el mundo civil y con ellos el mundo de la Salud Mental, obstaculizando y bloqueando las posibilidades de los jóvenes en convertirse en alternativa real y positiva para nuestra sociedad. Detrás de cada caso había violencia extrema, maltrato… pero también una autoridad (del mundo militar de entonces) que avalaba esas conductas sobre personas haciendo imposible que estas pudieran aspirar a “contar qué había vivido en silencio” para deducir a los responsable y apartarlos eficazmente o llevarlos ante los tribunales.
Sus propuestas las conocimos hace poco: 26 millones de españoles deben morir, es su limpieza. Parece que el aspecto y la imagen de su sociedad no les gusta (ni en formas, ni en maneras ni en estética).
Estas soluciones también las hemos visto ya en algunas familias, en cuantos estos personajes hablan de “garbanzos negros”; pero suponer que hay 26 millones de garbanzos negros lleva a pensar que los garbanzos negros son ellos mismos.
Lo lamentable es que el mundo feminista radical se sume a esas maneras y esos procederes tan violentos y extremados, incluso sobre sus propios hijos, siguiendo las pautas de seduridad e instrucciones de estos mismos personajes militares, aburridos, sin sentido ya sus vidas, añorando el mundo perfecto en su imaginación, pero ya en un retiro que suele indicar: le agradecemos los servicios prestados, váyase a su casa; y el mensaje no parece terminales de gustar.
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