Tuve, para mí, la fortuna, así lo percibí entonces, de que Sánchez
Dragó (Nota 2), hace unos años contestara una carta de más de diez folios con un
tarjetón por las dos caras fechado el 31 de diciembre. Todo en ello fue
sugerente, pues para mí no existen los mitos de ninguna clase. Así que nunca consideré a ninguna persona en
particular ejemplo o meritorio de seguir su biografía en modo alguno; de las
personas sólo me atraen sus valores y esos los podemos cultivar todos. Pero su obra Gargoris y Habbidis, Una Historia Mágica de España y
Premio Nacional en 1977 me dejó "out"
cuando la leí a los 22 años y precisé otros 20 para poder entenderla - un
proyecto de economía medioambientalista que permitía la participación decisiva
de los ciudadanos en el devenir de la economía de mercado me remitió a la
Mitología que los hombres "siguen" para no desorientarse en su papel
social cuando se encuentran en posiciones relevantes para sus sociedades (Joung asegura que todo hombre sigue un mito aunque de ello no sea consciente). Y
ello motivó mi contacto con el erudito personaje que cultivó el estudio en la
Biblioteca Nacional para basar su obra.
Ahora que el programa de Ébole habla
del Colegio de El Pilar (y no del Pilar, como tendemos todos decir) me mueve el ánimo a expresarme para actualizar algunas ideas míticas que yo mismo construí en aquél tiempo y
que quedaban guardadas en el armario de las recónditas emociones que emergen
cuando descubrimos que todos podemos llegar a similares "visiones"
aún viniendo de "lugares" muy diferentes; tal vez porque la vida de
las personas, pese a las fantasías que nos creamos mientras vivimos, esconde un único camino a recorrer y ése camino es más común de lo que creemos (siempre
que no nos paremos en medio del mismo pensando que nada hay ya por descubrir).
Mi aportación mitológica, basada
en el rescate que Dragó realizó en su obra premiada, situaba a Jacob desembarcando en Finisterre y
recorriendo el Ebro hasta llegar a la ciudad de la Luz, que no era otra que la
prehistórica Zaragoza, llamada entonces la Ciudad de la Luz (tiene tantas horas
de Luz como Sevilla) y allí soñó Jacob su escalera hacia el Cielo y levantó el
Betilio que hoy en día es recordado por El Pilar a orillas del Ebro. (Obviamente, si Santiago nunca estuvo en España, el camino Jacobeo no hace referencia a Santiago - si no lo haría a Jacob, el patriarca hebreo -, y por ello escondería un mito que resultaba, por circunstancias, inconveniente expresar).
Se dice que los alumnos de El Pilar
han accedido a las mayores responsabilidades del Estado y se han considerado
así mismos generadores de un concepto de ciudadanía tan profundo que les ha
alejado del resto de los ciudadanos dando lugar a un sentimiento elitista y
solidario (todo un mito en sí mismo, y por ello mismo activa las propiedades propias de los mitos en las personas que a él se acercan a recibir educación y que les acompañarán toda la vida).
El conocimiento, por sí mismo nos
otorga cierta fortaleza, pero también la manera y forma en que estos conocimientos son recibidos determinarán su posterior uso. La educación no sólo prepara para la vida en sociedad sino que también orienta la vida más íntima de las personas. Los idearios de los centros educativos alcanza aquí gran relevancia, de ahí la pugna política entre las diferentes perspectivas.
Y aún con todo siempre habrá que distinguir entre memorizar - y
usar como truco un conocimiento - y el proceso de descubrir y sumergirse en el propio
conocimiento; puesto que siempre hay quien usa las palabras y los conocimientos
como quien juega con el entorno (y por ello difícilmente asimilan algo más que
victoria o derrota en cada uno de sus actos) y distinguirlos de quienes lo van asumiendo con lealtad y respeto al propio conocimiento. Y aunque haga esa distinción no por ello se puede hablar de mejores ni peores vidas esencialmente porque el final del devenir
de todos parece depender de un juicio subjetivo realizado por nuestra consciencia en el
momento más adverso de nuestra existencia terrena (y en ése momento parece que los trucos no valen de nada - de ahí que Osiris pese el corazón del muerto después de multitudes pruebas que el propio muerto ha podido trampear).
La vida es un misterio. Los
conocimientos que sustentamos como ciertos están basados en hipótesis y axiomas
cuya base real es sólo aparente - la Ciencia tiene esa doble virtud de construir a la vez aumentar las incertidumbres (pero de indudable utilidad). Ni siquiera la historia nos transmite certezas
que realmente sean útiles si sólo atendemos a los sucesos y no incorporamos a
ellos el componente humano - para lo cual, como dice Ortega, es preciso substraerse
de la realidad. Todo ello parece una paradoja.
De ahí que los mitos tengan tanta
importancia en las naciones porque influyen decisivamente en sus gobernantes y en sus ciudadanos.
Nota de 2019), por eso me pareció absurdo que Podemos, (UP) fuera en contra de los mitos instalados en el subconsciente más profundo de nuestras gentes, nuestra ciudad, de nuestro valle del Ebro. Incapaces de realizar una lectura simbólica de lo que se presenta desde el hecho religioso, intentando aportar luz, lucha contra un Nacionalismo para implantar un Estatalismo (que se antoja tan frío, oscuro y yermo, o más nefasto y sombría que lo que dicen pretender derribar).
Nota 2), el valor que le supuse al autor en su momento se ha trocado en decepción; parece que el desengaño que le pudo generar la pérdida de las creencias políticas que fueran motor e impulso del trabajo que realizó en el 77, se hubiera transformado, aun pasando por el hecho religioso en oscuridad (porque me temo que no interiorizó); me da la impresión que usó el hecho religioso y los conceptos espirituales que tuvo a su alcance no tanto para buscar dentro de sí, sus propias respuestas, sino para intentar debatir en un terreno de conceptos espirituales y religiosos con gentes, que en su mayoría, observan la vida como una mera experiencia materialista. Y sobre todo para justificarse él mismo y todos sus pecados (que parece práctica precipitada desde estos últimos años y qu eparece consecuencia de vislumbrar un retorno del franquismo). Y de echo, su giro personal, parece más destinado a sobrevivir en tiempos revueltos que a intentar seguir predicando - aunque sea en el actual desierto que se vislumbra como preámbulo a un mayor precipicio: el de la ignorancia barnizada de multitud de conceptos, ideas, razonamientos... tomados de otros prestados y repetidos como si fueran loros, porque nunca reflexionaron sobre ellos de verdad. Todo parece sean utilizado como instrumento o para ganar dinero, o fama o relevancia. Desde luego, no parce que su corazón pudiera pasar, hoy en día, la prueba de la pluma en presencia de Osiris,
La Sagrada Familia
(Una obra cuya contemplación genera resultados propios de un test psicológico
Test de Rochard a la antigua usanza)
(Cada persona ve algo diferente)