Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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viernes, 30 de octubre de 2015

¿Rajoy pone por encima sus intereses de partido en el problema catalán?

Desvela Pedro Sánchez en el programa de "El Intermedio" de "El Gran Wyoming", para mi pasmo (Alfonso Guerra, en sus mejores momentos hubiera dicho: Me ha dejado pasmao"), que ha sido el propio Jefe de la Oposición quien ha tenido que interesar al Presidente y motivarle para que éste se reuniera con él y con el resto de líderes de la cámara, con el fin de comunicar, al menos, lo más esencial del plan de contención y canalización del independentismo desafiante e intolerante que se viene emergiendo al alza en Catalunya.

El pasmo es generalizado. Pensar que el Presidente de Gobierno decidiera hacer frente a esta situación sin contar con los más significativos líderes del Parlamento español es uno de los más graves errores que un Presidente de cualquier Estado democrático - ante los graves hechos anunciados desde hace más de un año, y que amenazan de pleno la democracia española - pudiera ocurrírsele. Y es lamentable pensar que esta ocurrencia no tuviera otro soporte que rentabilizar el problema catalán en beneficio propio durante las elecciones generales al Congreso. El desatino es mayúsculo. (Ello es estrategia propia de los "Buhs y Reagan" americanos para subir su popularidad en las encuestas mediante la creación o agudización de conflictos - pero en el exterior del país).

Parece obvio que las mentes pre-claras del Estado hayan estado poniendo al servicio de su propio Estado todo tipo de visiones, expectativas, estudios, estrategias y análisis para salvar esta delicadísima situación. Y estas mismas mentes lo hacen, y probablemente lo siguen haciendo, básicamente porque tienen un sentimiento de llamada ante los acontecimientos para apoyar al Estado, mantenerlo íntegro y restablecer la normalidad democrática. Y en ello no cabe pensar que el trabajo, más o menos afortunado que se está poniendo a disposición de las representaciones del Estado, se base en partidismo alguno ni en ideología, pues de lo que estamos hablando es de una cuestión esencial y básica en la que nos jugamos las libertades de todos. Y ante ello, y ante este esfuerzo colectivo, nos encontramos con que nuestro Presidente de Gobierno juega a apuntarse un tanto en medio del peligro. Ello, en sí mismo, es verdaderamente sorprendente.

No nos merecemos más Rajoy.

Pero dicho esto, el deber de ciudadanos es apoyar firmemente al Gobierno de España, de manera diligente y firme para resolver este primer embate soberanista-independentista. Y después de las elecciones, con otro escenario diferente, será el momento de encarar estas cuestiones de Estado que se puedan presentar en el presente y futuro con una sentido de la responsabilidad mucho más diferente de la que ha mostrado nuestro actual Presidente del Gobierno. Esto que ha pasado no se debe de olvidar. Ya lo advertía un prestigioso periódico norteamericano: El mejor candidato del PP es Soraya Saenz de Santamaría; pero Rajoy, como los malos políticos, ha preferido arrastrar a su partido con su, más que probable, propia caída. Desmoralizante.


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