Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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viernes, 14 de mayo de 2021

El Papel de la Salud Mental es que la Sociedad mire para otro lado y se despreocupe.

 

El Papel de la Salud Mental es que la Sociedad mire para otro lado y se despreocupe.

Tal vez les resulte chocante el título de este artículo, pero tal vez lo consideren acertado una vez leído, al menos esa es la esperanza.

Llama la atención tener que concebir sutilezas, o tenerlas que aceptar, cuando vienen de ese entorno de la Salud Mental  cuando tienes que racionalizar cómo se están portando en este caso concreto; pero pronto te das cuenta que en realidad es la propia racionalización personal – propia de las personas de bien - quien realiza ese esfuerzo y comprendes que, si quieres que esta situación avance, debes quedarte con los hechos y no especular aunque alguien  lo sugiera, porque la sugerencia en esa dirección solo lleva, a la postre, a “protegernos” de las evidencias del comportamiento, no solo inadecuado, sino temerario de todo un Sistema de salud Mental (del que a la postre vas concibiendo, poco a poco, que realmente su papel fue concebido para que la sociedad se despreocupe y no avance socialmente; es decir, su papel es el de aliado del poder y de los poderosos, por lo que hablamos que su objetivo esencial es reforzar la visión de inmovilidad del Estado y de quienes lo sostiene, para garantizar, a la postre, que nada cambie socialmente, y justificar las víctimas que se generen (3600 suicidios al año, directamente achacados a ese ámbito, sin contar otro tipo de sufrimiento y muertes propias atribuibles directamente al ejercicio del papel atribuido a Salud Mental).

Llama la atención que para justificar la opacidad en la decisión médica de bloquear el primer juicio señalado para abril, se tuviera que concebir que la decisión libre del hijo al salir del hospital fuera ir a casa de su padre (señalándose a sí, de alguna manera, que a pesar de lo que le dijeran en el hospital referente a que concebían como perjudicial que conviviera con el padre – sugerido por el entorno materno y su influencia en el ámbito de salud mental y en el propio juzgado y périto del mismo, que hiciera  un análisis previo del hijo, tan absurdo y fuera de la realidad, que parece propio de un “sub-normal”  - vamos que hizo un documento que resulta más peligroso que si le hubieran dado un revolver cargado a un mono para que “experimente” con él. Tú, cacho carne, que te ganas el sueldo tan fácilmente: ¿el hijo no puede trabajar con nadie y debe hacerlo solo? Pedazo de” m...” que estuvo trabajando de teleoperador 10 mese y revalidando mes a mes su puesto de trabajo en un ambiente de rivalidad extrema!!! Y dices que conserva sus habilildades profesionales ¡¡¡Claro es que eso te aconsejaron los “informes” suministrados por los mismos maltratadores de que no lo cuestionaras porque hay vídeos!!! Pero no ves "tarado" que hasta en los antecedentes de todos los informes médicos han colado mentiras el entorno materno maltratador???? Pero el juzgado no está para eso!!! Aunque los informes acaben circulando por los sistemas informáticos del sistema sanitario) mostraba esa decisión del hijo qué era lo que realmente quería y a quién “se pegaba” instintivamente para intentar salir delante de semejante trayectoria vital construida a base de palizas, silencios del entorno vecinal, complicidad del entorno educativo, y ahora la “teatralización” llevada a cabo en el entorno judicial – que también está siendo partícipe, como actor temerario y activo, de esta tragedia – sencillamente porque no les da la gana de mirar hacia el momento donde se fuera construyendo esta tragedia y más bien buscar, como se suele hacer, a quién señalar como culpable y así, como siempre, “lavarse las manos y las conciencias” para afrontar, otra vez, al día siguiente, el mismo papel que les atribuyó el Estado para que nunca cambie nada en la sociedad. La observación del comportamiento espontáneo de una persona que así ha sido tratada desde niño (para vergüenza de nuestra sociedad que así misma se concibe perfecta y democrática – con el silencio de todos los señalados: vecinos que oían los gritos de los niños, el negligente entorno educativo que respondería corporativamente al problema y no dieron parte a las autoridades, un instituto donde había algún profe  obsesionado por la pederastria – y desde luego si los alumnos oían esos discursos del profe también lo sabría la dirección del colegio y las APAs, pero no dirían “ni mu” aunque el hijo señalara que ese profe les pidiera los móviles a él y a sus amigos y el de sus hermanos; para ir rematando la situación con un entorno de Salud Mental que en vez de mirar “A ver” qué estaba pasando y qué pasó en la vida de este chico, acaba siendo sumiso al entorno materno, como lo fue el périto del tribunal y antes el propio tribunal permitiendo un ingreso forzoso en enero de 2020, en el que la jueza no estuvo “observando” qué pasaba realmente, sino que se dejaría dirigir por el mismo entorno materno llegando a amenazar al hijo; sin mirar nada más. ¡¡Qué talento!! Dios mío.  ¡¡Qué talento!! Ni aun recordándoles que es la víctima, observando su comportamiento y quien influye en él para que modifique su inicial intención, en este caso, quien señala claramente quien le pone trabas y con quien hubiese encontrado mejor solución para sí desde el principio – porque de esa manera se le respeta, ya que no se le ha creido y se le ha dado palizas para que “no hable” ni señale – cuando todo esto comenzara – a sus verdaderos verdugos que por entonces, contrariando la ley y dando palizas evidentes, se pudiera haber controlado la situación mucho más eficazmente. ¡¡¡Pues no!! La madre era “colega” estaba con adultos y  gestionando con la fiscalía y servicios sociales y por lo tanto – a la pobre – había que apoyarla en lo que dijera (la tesis entonces era que los hijos eran permeables y ya se harían mayores; pero las cámaras de seguridad del Clínico solo estaban, y están concebidas, para proteger al propio Sistema de Salud Mental y no para determinar lo que el hijo pidiera que se determinara: Que se despertó cuando la madre intentara introducirle una pastilla en la boca y que le dijera que “quien a hierro mata a hierro muere". Para determinar la veracidad de ese relato, para eso no están las cámaras. Ni hablar del peluquín. Y eso que el mundo de los psicoterapeutas, cuando en los años 70 echaban la culpa del mal funcionamiento de la Salud Mental era debido a la dictadura, señalaban sin pudor y bien indignado las consecuencias evidentes de que había personas sanas institucionalizadas por cuestiones económicas familiares o rivalidades internas. Hemos normalizado lo que en principio la democracia viniera a combatir. Tal vez se pregunten por qué y lamentablemente la respuesta se encontraría en que enfocada Salud Mental de esta manera, resulta un gran negocio para todos (recomendable para quien busque una salida profesional en estos tiempos:  no existe la incompetencia profesional, se cobra bien en la mayoría de las ocasiones del Estado y a la vez de la consulta privada, y para finiquitar es un gran negocio de la industria farmacéutica). Obstaculizar las vidas de las personas es, como siempre que se producen problemas en la sociedad, un negocio claro para alguien y que por mucho que se señale que el objeto de este negocio son las personas vulnerables (ancianos y vulnerables) seguimos pagando ese precio – porque los demás alegan, como en el caso de las personas mayores, derecho a la libertad de quitarse las molestias de en medio para vivir a gusto sus vidas, aunque sepamos que esa actitud, generalizada en occidente,  es puro egoísmo que se ha potenciado  constantemente. ¡¡Pero qué potente es el mensaje de la Libertad!!! A la vista está que así también se pueden ganar elecciones políticas –y  por lo tanto también así quitarse a las personas molestas de encima y transferirlas, si puede ser al Estado. Así se concebiría, antes de la pandemia, el gran porvenir de este nuevo sector que era alentado desde todos los ámbitos.

Sabemos reconocer el miedo en otros y sabemos cómo se produce y que no es gratuito. Se establece por algo y si la persona va lidiando se podrá ir resolviendo, incluso si se ha configurado desde los malos tratos desde la infancia, basta con dejarla hablar sin juzgar y escucharla para que el milagro del restablecimiento de la confianza aparezca y las cosas se enderecen desde las propias opciones que elige la persona que así ha sido tratada. Y le podemos llamar como queramos a las manifestaciones del maltrato (esquizoafectivo, esquizofrenia,…etc) pero es originado por maltrato y si escuchamos a la víctima sabemos de dónde viene y porqué.  Lo lamentable es que con el proceder del juzgado, de sus peritos, de su fiscal, de la permeabilidad de la Dra Calvo en firmar P10 como si de churros se tratara, y de animarse la jueza desde el primer momento, en amenazar a la víctima con lo que ahora está viviendo… los verdugos reales salen indemnes y buscan señalar a otro culpable (prometiéndose así, todos ellos, salir indemnes de esta situación de irresponsabilidades evidentes, claras y compartidas por pura y simple negligencia profesional. Aunque a quien le toque ver, y pasar por ver, este comportamiento institucional tan manipulado y manipulable se pregunte si a estos “luceros”  también les regalarían, de alguna manera, los títulos a todos y cada uno de ellos).

Señores, no solo van contra el sentido común, (el normal y de pueblo de toda la vida que ya señalara que el problema del marido fuera casarse con mujer de cuatro años mayor que él, recién divorciada y demasiado joven aún para tomar esa decisión – en el pueblo, cuando murió un tío del padre, la madre en agradecimiento a ese personaje que contrariara esa opinión del propio pueblo, llegándole a decir al padre que “no creía que la madre hubiera estado antes casada con nadie”, obligó al hijo a ser parte de los porteadores de ese ataúd) ¿¿¿Donde tienen  Vds el sentido común para situar correctamente la ubicación de la mente morbosa??? Estoy seguro de que en el Cielo no existe la Ley del “ojo por ojo”, pero ojalá existiera (porque su negligencia me traen palabrotas a la mente como “serán  ….” pero no, solo es negligencia y obsesión por conservar el espacio de confort… solo eso; aunque de los otros, haberlos, también los hay, no tengo duda y seguro que pronto se muestran con más claridad).

La victima os ha puesto las pruebas al alcance de la mano y debierais protegerla en sus peticiones (quiere cosas normales, un lugar donde no le molesten y que ya señaló que era donde se sintió más feliz y que le dejen encontrar su trabajo). Concedérselo es proteger a la víctima y ese era y es el deber del juzgado (y no era su deber como juzgado creer a los maltratadores y amenazar a la víctima nuevamente. ¡¡Que si no sois más tontos es porque no practicáis)

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