Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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jueves, 30 de abril de 2020

La pareja "psicópata" fumigará con productos tóxicos en San Mateo de Gállego

Prosigue la tortura psicológica de la señora madre hacia su hijo. La consecución de acciones moralmente violentas contra el muchacho no cesa un solo día pese a ser conscientes, esta señora maltratadora y sus amigas,  de que en las redes sociales algunas de sus agresiones son narradas por el padre, con la finalidad de que se muestre, explícitamente, el comportamiento que esta señora ha ido teniendo con este muchacho en particular durante muchos años; pero ahora alcanzando el clímax propio de mentes perturbadas.
 Muchos años en los que actos similares a los descritos se han sucedido sobre el joven de manera opaca, siempre justificada y argumentada por la señora madre como desvaríos de su propio hijo. Ella, esta señora madre, ante la lucidez que estos días mostraba el muchacho fijándose en la frialdad con que la señora madre ejecuta una tras otras cada una de estas agresiones, le respondió con una vaguedad inquietante lanzada al aire en la soledad de esa casa, señalando que funcionan como una secta de esas como las que Iker Jiménez denunciaba en Cuarto Milenio. De esta manera se incremente día a día la morbosa atmósfera que la madre instauró con su desembarco en su propiedad hace algo más de un par de semanas (so pretexto de cuidar al muchacho), hoy va alcanzar otras nuevas cuotas de enfermiza morbosidad.
 Recordarán los lectores,  cuando esta señora madre apareció la primera vez en San Mateo y el muchacho le pidió que pusiera los productos químicos que había traído en el garaje y la madre contestara con esa “normailidad”  tan propiamente suya al grito de “Socorro Policía” “Socorro Policía” "no toques mis cosas"; tal vez escrito sobre estas líneas algún lector no crea el relato y sería preciso añadir un audio para los incrédulos de esa escena concreta; sobre todo para que los lectores pudieran visualizar con claridad la naturaleza del carácter con la que la señora madre se muestra ante el hijo, puesto que no es fácilmente creíble concebir ese comportamiento de la señora madre por cualquier lector.
No parece un comportamiento sano y tal vez por ellos hiciera falta un documento expreso, claro y meridiano que no permita concebir dudas al respecto de la tortura por la que el muchacho está pasando en estos días. Y es consciente el padre, que el hecho de denunciarlo en las redes sociales apenas produce el suficiente eco como para que los instrumentos del Estado, que tan rápida y ágilmente funcionan en otras situaciones de maltrato psicológico evidente, en esta, sin embargo, queden al margen o incluso no se hayan percibido de la misma.
El sistema jurídico español ante estos casos no está bien preparado, porque sólo es preventivo o protector cuando la situación de maltrato de esta naturaleza se expresa con mujeres pero no con varones. De ahí que la señora Gloria Labarta esté tan cómoda ante esta situación que su amiga la señora madre ejerce sobre su hijo. Gloria es de esas señoras que traslada los asuntos, una vez encauzados, a personas como Pablo Muñoz, ese abogado metido en política, de aspecto de listo incompetente (como se diría en prety woman) que lleva cualquier caso que le acerque de ese entorno al que pertenece la madre (al que esta misma madre le da semejanza de secta de Cuarto Milenio).
Al intentar desvelar la situación que padece el muchacho y buscar todos los medios para prevenirla, recordé a un letrado de mi juventud, Antonio Puertas, y le consulté su opinión. Él, además de ejercer la abogacía, pertenece un órgano de asesoramiento en temas psiquiátricos; cuando le presenté el asunto lo tuvo claro desde un primer momento: hasta que no suceda algo realmente grave no se puede intervenir. Así que se ha de entender que Gloria Labarta, letrada con experiencia y en la recta final ya de su carrera, estas cosas las sabe y las ha observado en multitud de ocasiones; pero dudo que Pablo Muñoz, se entere, realmente de qué tipo de casos le pasan en este ambiente sectario, que es como la madre se lo expresa a su propio hijo cuando éste, en momentos de meridiana claridad ante lo que está viviendo y padeciendo por parte de la madre, le pregunta. Y la madre complacida de estar avalada en todos sus actos jurídicamente por su amiga Gloria le hace ver que ella, ellos, son como una secta de Cuarto Milenio.
Hoy el padre publica este artículo porque lo que ya se va pareciendo a una pareja “psicópata” (como en la familia Adams) han decido fumigar el terreno de San Mateo, y el muchacho, nuevamente, se ve venir un día incómodo y con cierto peligro para la salud. (un accidente con productos tóxicos? …. desde luego si no tienen experiencia y conocimientos, no solo es probable sino posible) Desconozco si el novio tiene conocimientos ni cartnet para manipular estos tipos de productos (pero a la vista está que la pareja no está, ni parece estará, por respetar normas y leyes, a la vista de cómo se van saltando las normas y leyes vigentes durante esta pandemia, mientras las sanciones sean puramente Administrativas); ahí detrás, entre bambalinas se hallará, si es precisa, la mano mágica de Gloria Labarta y Pablo Muñoz, para resolver todo en los tribunales si es preciso.  Por lo que la madre dice al hijo sobre lo que sucederá en el día de hoy, un amigo de este novio le ha facilitado un paquete de tóxicos para fumigar y hoy el novio se traslada nuevamente de Zaragoza a San Mateo para llevar a cabo la tarea. Veremos cómo se desarrolla el día. Ni Hitchcock lo concibiera de mejor manera para uno de sus guiones.
  El abogado del padre está porque se denuncie ya (¡¡Eso es un cachondeo!! le dice al padre), pero el padre cree sintonizar con la pscoterapéuta del muchacho, con que se está ahora en posición para que él, el muchacho, use las herramientas que se le están dando para enfrentar la extrema situación morbosa que ha vivido durante muchos, muchos años en solitario, aislado y sin apoyo alguno.
Los lectores pueden leer, ahora, todo este proceso. 
(en el fondo de este asunto se halla, evidentemente, la naturaleza del carácter español cuando se muestra extremo, y con el que muchas personas creen que gestionan legítimamente sus asuntos, incluido los de sus hijos; y cómo consiguen colaboración exterior para llevar la situación a sus últimas consecuencias si es preciso). 





miércoles, 29 de abril de 2020

En 25 años, asegura la señora que nunca llamó al padre.



En una señora que tiene familia numerosa produce, en primer momento, una extrañeza que invita a esperar una explicación de la misma a continuación. En una conversación de calle, ligera, de esas de “hola me he encontrado contigo y pasaba por aquí”, soltar como si nada, y casi de corrido, a la primera de cambio una aseveración de ese calibre invita, al que la oye, al menos a preguntarse el porqué de la misma; y si no lo hace en ese mismo momento lo hará, sin duda, en la próxima ocasión que se produzca otra encuentro aparentemente casual. Así funcionan algunas relaciones de calle para algunas personas; la vida para ellas es una permanente estrategia de comunicación e imagen. Así, que si la pregunta no saltó de la boca del interlocutora o interlocutora en el mismo momento del primer encuentro, saltará al siguiente; sobre todo si la señora va acompañada de sus vástagos; y la respuesta que ella pudría dar, delante de sus propios hijos generaría, sin duda, una gran solidaridad para con la madre que así se muestra, viendo a los peques con ella, y dando lugar a un verdadero reproche hacia el padre, aunque no lo conozcan, o aún conociéndole y nunca haber sospechado del mismo tal actitud: ¿Que no se preocupa para nada de los niños? ¿Que no los ve? ¿Que no pasa el dinero necesario ni se preocupa de los gastos? Y la respuesta a continuación de la señora madre sería algo así como “no quiero decir nada, pero es que ese señor no está bien”. Genial respuesta que deja con otra interrogante para otra ocasión; interrogante que aunque no se satisfaga podría correr de boca en boca, en cualquier situación social casual o festiva, que todo el que hubiera oído sobre la solitaria situación de la madre con hijos, quería, desde luego, saber qué pasa con ese seños tan ingrato, insensible e irresponsable…. Pero todos a la vez entenderían el motivo que ya diera la señora madre en la primera ocasión en que, casualmente y como quien no quiere la cosa, respondía: “Es que no está bien”. Claro!!!  Así se entiende, ¡¡con niños tan hermosos!! Solo cabe esa explicación. ¡!Qué mujer tan valerosa y abnegada!!
Es de suponer que así sería la escena que permitiría que todo el que conociera a la madre fijara en su mente una fotografía clara y nítida del pérfido y malvado padre, aquejado de un tal “es que no está bien” que ahora, tras las razones de la madre, salta a la vista con otra pregunta: ¿Y cómo no le pides que pague los gastos de los niños? Y ella respondería como resignada: Para qué? Qué se le va a hacer!!! Ya tiene bastante desgracia!!!!   Y la gente pensaría, ¡¡¡¡demonios!!!! Si es una Santa y mártir!!!   A partir de ahí la señora madre estaría exculpada de cualquier situación poco aceptable en la que pudiera observársele y reprochársele a cualquiera otra persona (incluido si pegara salvajemente a los hijos???)   Sí, cuesta un poco entenderlo, pero sí, al final del todo exculpada. La vinculación entre madres e hijos es tan potente que difícilmente se puede considerar poner en cuestión; así que lo primero que viniera a la mete de quien observara a esa señora madre sería: Es una Santa y una Mártir.
,¿Creen que es posible que una madre con familia numerosa no llame al padre de sus hijos en ninguna situación? Pues sí, es posible; esa actitud la comprendí hace unos años, cuando una vecina mía, ya mayor y con hijos ya crecidos y luchando por la vida, como todos, señalaba que se separó, al final de múltiples sufrimientos matrimoniales con maltrato físico incluido, por consejo, casi mandato, de sus propios hijos. Y que en el deseo de perder de vista al padre de sus hijos prefirió salir perdiendo en todo, si con ello conseguía librarse de él.
Así que el argumento de fondo que exhibía esa señora madre estaba en la calle y era el pan nuestro de cada día en aquellos matrimonios que se unieron en las décadas del posfranquismo, cuando ser hombre equivalía a tener derecho a todo, por encima de todo e incluso a quitarle la vida legítimamente al cónyuge en determinadas situaciones gravosas para el honor del varón. Así que la señora madre, trabajando en el entorno de muchachos problemáticos de familias desestructuradas del barrio, solo tenía que adaptar lo suficiente su “discurso” público para que las “apariencias sociales” trabajaran a su favor (el resto lo harían los prejuicios constituidos por decenios de años de machismo). Sólo había que tener valor y determinación para llevar aquello hasta sus últimas consecuencias. Y en estas nos vemos ahora, cuando observamos el castigo moral extremo que sufre uno de los hijos, por el mero hecho de ser testigo de lo que fue en realidad y no de lo imaginado por un entorno social, (demasiado ocupado en sus problemas cotidianos como para pensar un poquito en si la historia casa de verdad o no casa de verdad); además siendo la señora funcionaria de tan determinante labor social, no cabía duda que la propia experiencia en sus carnes recibida por ese hombre que ya se empezaba a antojar despreciable, le haría mucho más sensible a una problemática familiar que hacía posible naufragar vidas de personas y familias enteras en su barrio. Y ella estaba allí, con los servicios sociales, mano a mano, cada día trabajando por amortiguar aquellas situaciones emanadas de la pobreza con falta de recursos, falta de formación y hombres egoístas incapaces de asumir sus responsabilidades ante sus actos y sus hijos, y que determinaban un muy mal ejemplo de figura paterna para los propios hijos, determinando así su lamentable destino vital lleno de detenciones, malos actos y rebeldías que llegaban al ámbito de la policía y de la fiscalía de menores; en un esfuerzo descomunal de coordinación para enmendar esas vidas y esas situaciones familiares con tan adverso pronostico. Toda una vida ejemplar, la de esta señora madre, ante los ojos de cualquier vecino del barrio.
 Pero viene a resultar que el padre que “parecía muerto” “y enterrado” a los ojos de la sociedad que circunda, viene a aparecer e intentar poner los puntos sobre las íes cuando ve lo que ocurre con uno de sus vástagos y se pone manos a la obra para evitar lo que ya parece una evidencia y consecuencia de una estrategia de imagen social llevada por la señora madre hasta sus últimas consecuencias: ¿Se quiere llevar al hijo por delante porque le afea el relato construido durante décadas? ¡¡¡Algo habrá que hacer!!! Aunque todo esté en contra, incluso la posiblemente propia fama del padre, convenientemente motivo de justificación de los actos de la señora madre. Y es cuando se propone el hombre seguir dando su propia versión, la que siempre dio y nadie parecía hacerle caso (ahora resultaba obvio y entendible). Pero el hombre insiste y tira de memoria, documentos y sobre todo del ánimo que le impulsa a defender a una buena persona, inteligente, que la madre no duda en sacrificar ante la vista y pasividad de una sociedad que estaba convencida de la legitimidad en las razones de madre y hermanos; aunque no se acabara de entender muy bien o algunas cosas no terminaran de casar del todo. Pero la vida es así, no siempre se entiende todo y hay que aceptarlo. Así es posible que un pretendido “crimen” se concrete a la vista de todos sobre un muchacho inocente, y la mayoría diga. Se veía venir, claro, por culpa del padre, pobre muchacho.
Así que el padre, ante afirmación tan categórica sale a la palestra a desmentir semejante “bola” de “patio de colegio” que la señora madre pudo construir, pues así el resto de hijos asegura, construyendo sobre el padre (y probablemente ahora sobre el hijo así maltratado) para salir indemne de sus propias negligencias. Y el padre se dispone a señalar algunas cuantas sólo a modo de ejemplo, pues ya se sabe que con esta señora madre si lo que se dice no se respalda, tiene una amiga Gloria Labarta dispuesta a poner las cosas en su sitio en los tribunales, para que el “aire”, mejor y más conveniente, les venga siempre a favor.  Incluso en este momento en que la señora madre y su novio se saltan cuarentenas casi a diario, parecer ser, pero el testigo está en poder de ambos y aislado. Y eso es lo que le lleva al padre a porfiar en la defensa de su integridad física y moral, y por ello salta a las redes sociales en defensa de una criatura, y persona ajena a estas especulaciones interesadas sobre su propia persona juvenil, que va siendo consciente poco a poco que su deseo de comprender preguntando puede llevarle a un encierro permanente y de por vida, a la vista de todos (que quedan de  brazos cruzados, preguntándose si las amenazas que se ciernen sobre el chico son galgos o podencos); y que ahora, el muchcacho,  se halla en manos de personajes poco a nada piadosos, al contrario de lo que habían hecho creer hasta el momento en su entorno social; personajes que sacrifican a cualquiera en aras de sus fines concretos y que produce a cualquiera que se haya apercibido de esta situación, penosa en el muchacho, prevenirse lo mejor posible y no salir a escena, para no convertirse en una “pieza más”, en un objetivo, en “una presa a batir” por personas expertas en “imagen y persuasión social” sobre cualquier persona que esté a su alcance y que se les cruce en el camino de sus intereses y objetivos.
No es cierto que el padre no se interesara por sus hijos, sin embargo, si lo es, que la madre, desde el primer momento de la separación obstaculizara cualquier posibilidad  de que el padre participara activamente en las experiencias vitales de los hijos. El primer y determinante gesto lo tuvo cuando se presentó el padre en el por entonces APA del Colegio Cesáreo Alierta (colegio bien distante del domicilio familiar real de la familia, pero que gracias  a sapiencias e intereses, pudo colocar cambiando de empadronamiento a los hijos; la letrada del padre consideró aquello era una situación que le beneficiaba al propio padre, pues las consecuencias de la separación podrían ser más gravosas económicamente para el padre - que tendría que rehacer su vida - que para la madre, pues esta podría optar por un colegio privado haciendo más penosa le resurrección del marido). La madre, que bien se preocupó de que uno de los hijos, en una vista quincenal, le dijera al padre que habría reunión de la APA al comenzar el curso, una vez acabada la reunión, la señora madre  expresara a la dirección o jefatura de estudios que no quería volver a ver al padre en esas reuniones escolares. Por entonces el derecho a asistir al APA solo asistía al progenitor que tuviera la guardia y custodia de los hijos y su criterio prevalecía en cualquier situación y circunstancia. El permiso para que el padre asistiera a las reuniones del APA dependía, exclusivamente, de la madre; y ésta tenía meridianamente claro que el padre no pasaría de cualquier línea que significara influir o modificar cualquier aspecto del plan de educación que tenía concebido para los hijos (incluidos los castigos físicos extremos, que aunque prohibidos, prevalecían como recurso educativo eficaz para ella).
Las llamadas por parte del padre existieron para recordar los horarios de entrega de los hijos quincenalmente en las visitas de fin de semana. Y también se recuerda cómo le hacía esperar en el coche al padre, cada mañana de sábado, una o dos horas, so pretexto de que los niños estaban desayunando y preparándose para salir. Los ritmos de la señora madre siempre fueron los mismos, todos tienen que adaptarse a ellos (lleva años obligando al hijo que vive con ella a comer a las cinco de la tarde, porque es la hora que a ella le apetece comer, trastocando los horarios de sueño y actividad del joven, al que no le dejaba acercarse a la cocina, so pena de griterío escandaloso); así que sus ritmos, si los imponía a sus hijos cómo no los iba a imponer  más un padre expulsado de la casa. Ver a los niños, para el padre, era una alegría que hacía sobrellevable esas continuas demostraciones de territorialidad de la señora madre; incluso ya no reparaba el padre, en la indumentaria que hacía llevar a los hijos la madre, y de la que la familia del padre se quejaba (siempre los mismos chándales viejos y desgastados comprados en el rastro y usados hasta la extenuación). Hasta el punto de que una tía, cansada de verlos en las frecuentes visitas que hacía el padre, para que los niños no perdieran el contacto con el resto de la familia, se hartó tanto de verlos así que decidió por su cuenta comprarles pantalones, camisas y jerséis a todos ellos, para que al menos  el padre les cambiara de ropa cuando se los entregara la madre. Así iban los hijos a todas partes a diario, con esa vestimenta, cómoda sí, pero perpetua en forma, colores monótonos, siempre parecían ir con la misma ropa; salvo evento familiar destacable y bien extraordinario, que en su familia, pequeña y reducida no cabía darse (bodas, comuniones). Y aún así, un día, al ir a visitar el padre a los hijos al colegio Cesareo Alierta, entre semana, mientras jugaban en el patio, uno de los hijos se cayó y se rasgó el desgastado chándal; se le conmovió el corazón y el ánimo, al ver como el niño lloraba de angustia al ver el pequeño roto, en la rodilla de esa ya desgastada prenda, previendo que su madre le pegaría. En principio pensó que sería una regañina lo que le dijera al pequeño (pues nunca, hasta entonces, en la mente del padre se concibiera que la señora madre pudiera llegar en modo alguno a ese extremo), pero la angustia que mostraba el niño le llenó de preocupación los días siguientes, y al fin de semana que le tocaron niños les preguntó abiertamente. La respuesta que les dio le llevó a coger inmediatamente el teléfono y llamar a la madre para advertirle que eso no lo podría hacer más y que él, estaba dispuesto a llevarle a los tribunales. La señora madre tuvo el mismo tono con el padre que siempre, ni afirmó ni desmintió, y le mantuvo a distancia con el siempre argumento de que no se preocupaba ni sabía nada de ellos.
Después de comentar la situación dada en los hijos, el padre, a su jefa de Servicio de su trabajo (Doctora en Derecho) y  luego, esperando a la cita con su psicoterapeuta, comentárselo a él también, ambos llegaban a la misma conclusión “no sería para tanto”, ninguno de los dos había visto el rostro de angustia del pequeño que yo vi en el patio del recreo, ni cómo tenían de asumido que “la mama nos pega mucho” como única respuesta a la pregunta del padre, mientras seguían viendo en la tv una de las cintas de video infantil que les solía poner cuando recién llegaban a casa del padre.  Así que unas semanas más tarde, después de solicitar las notas de los niños en el colegio y que le hicieran esperan dos horas y media en el hall de entrada hasta que el director le dijo que Sí, que como padre tenía derecho a saber de las notas de los hijos, dándole en ese momento las notas que hasta el momento habían sacado y el padre le pidió que se las mandara regularmente a casa, comprobado que no eran tan buenas como él suponía que debieran de ser. Con ellas en la mano, redactó una denuncia en el juzgado, y esperó la intervención de los equipos especializados en maltrato, que nunca llegaron, ni se supo de ellos, el juez había archivado la causa; y cuando esa situación la presentó a la abogada que le había tramitado la separación matrimonial, le dijo: Tú lo que tienes que hacer es trabajar mucho, mucho para tus hijos (no entendí aquella sugerencia en aquél momento, pues como funcionario mi salario era el que era, sin que cupiera prever milagros en su cuantía). Hoy compruebo que la madre del muchacho intenta hacerle ver que su destino va a ser trabajar como un negro, como su padre, y así lo expresa él, como quien le pone un futuro bien negro a la alternativa de ingreso perpetuo que se lleva entre manos; y la madre le pone como referencia al padre, porque según ella así le ocurre al padre. Y éste padre se lo desmiente al hijo así atemorizado, porque es evidente. El padre siempre busca como disfrutar o ser creativo en cualquier trabajo que realiza como funcionario. Pero ahora que recuerda los acontecimientos lejanos, a causa de defender al hijo nuevamente, le viene a la memoria que su propia abogada, entonces Azucena Lusilla, le planteó similar alternativa. Es curiosa la simetría en los planteamientos de ambas mujeres y es de preguntarse hasta dónde llegará, o cuán extendida esté similar opinión en la sociedad, cuando se pretende denunciar una violencia ejercida por una señora madre en cualquier tiempo pasado o lugar presente, como es el caso de ahora.
Y efectivamente, la madre una vez que supo que el padre hubo puesto denuncia, como le advirtiera a ella por teléfono previamente el día que constató aquella veracidad en las respuestas de sus hijos y sus efectos en las notas; pero esta denuncia entró en hibernación, la señora madre decidió no entregar más los hijos al padre; aunque estos, en las llamadas para ir a buscarlos, ellos cogieran el teléfono directamente y dijeran que sí al padre, ella, la señora tomaba el auricular para decirle al padre: Los niños no quieren estar contigo.
Muchos años más tarde, relatando estos recuerdos a un letrado, a causa de la cuestión que ahora le afecta a uno de los hijos ya mayor, este le reprochó no haber puesto la denuncia con un abogado (probablemente cierta la razón que expresaba, pero la letrada ya sabía de esa denuncia; y creo que los juzgados de la ciudad también, pues el juez se negó a recibir al padre cuando fue a preguntar por el estado de la misma y dada la insistencia del padre, ya en forma de desafío evidente, tuvieron un intercambio de reproches que acabó con una amenaza del juez en meter al padre en la cárcel y le consta, de alguna manera, que estuvo a punto de hacerlo, al mandar a un letrado (el padre se trataba en el trabajo con letrados que cuya actividad se hallaba en los tribuales) a, probablemente, evaluar el estado del padre y decidir si actuaba o no contra su persona); la visita con la letrada fue inmediatamente posterior; probablemente por ello su respuesta primera fuera: “Estamos todos bien remojados” y la segunda ya referida: “Tiene Vd que trabajar mucho por sus hijos”. Ahora piensa el padre que tal vez sí trabajó mucho por sus hijos, aunque no en el sentido que lo dijera aquella letrada, pero desde luego en la Administración tanto municipal como en la DGA saben a ciencia cierta que es bien cierto, pues entre sus proyectos hay uno estrella, si esta pandemia no lo trunca, saben quien lo ideó, redactó y divulgó hace ya 20 años, mientras los políticos de entonces pensaban sólo en campos de golf, mega construcciones, y super-centros de logística. Aquél trabajo hablaba ya entonces de sostenibilidad, calidad en los sistemas de producción, garantía de bienestar laboral y etiquetado sobre el producto, garantizando que se respetaban estándares respecto al medioambiente, transparencia económica de la empresa y calidad de vida en las condiciones laborales de los empleados y trabajadores. Precisamente todo lo que necesitaríamos ahora para salir de la crisis con productos que portan valores que ahora todos necesitamos, para no repetir los mismo errores del pasado.  
Cuando al padre le constaron que realmente a los hijos sí les habían maltratado como él creyó en su momento, pero nadie le creyó a él, empezó a entender que él no estaba loco, como habían pretendido, pero desde luego algún o varios si los están, permitiendo estas situaciones.
A parte de las llamadas que la señora madre le hizo al trabajo mientras estaban aún formando única familia, el padre no se hace eco en contenido ni formas, porque no es el caso, pero de las que sí se percatara el ambiente laboral en su momento.
Difícilmente el padre hubiera podido enterarse - ya separados ambos, y la señora madre haber bloqueado las visitas de los hijos al padre - de que a uno de los hijos le hubieran de realizar una operación cuyo resultado pudiera desvelar una situación bien grave, para el aún niño, por clara dejadez de la madre en los cuidados básicos señalados para este niño en concreto, desde su nacimiento. Así se deducía de las palabras que el doctor - cirujano pediátrico - le dedicaba a la señora madre con la puerta entreabierta de la habitación del niño, ya estando éste preparado para entrar en el quirófano de la clínica Montpelier, situada en vía Hispanidad.  A causa de este incidente sanitario que se resolviera positivamente, pero del cual, ella, se marchó en cuanto el doctor le habló de lo que parecía su responsabilidad, dejando al padre e hijo solos en la habitación, mientras el padre acompañaba al hijos hasta el momento de entrar al quirófano y éste, el hijo, le suplicaba que le acompañara, sin permitirlo los celadores (algo que hoy en día parece algo diferente en algunas ocasiones). A la salida del niño del quirófano solo estaba el padre en la habitación, posteriormente la madre llegó para reprocharle que la culpa de todo era del padre y de su familia (es decir de sus genes), para acto seguido llamar a la familia materna y decirle que fueran a ver al chico. Incluso llamó a su novio del momento; y donde viéndose des-hubicado el padre, así se lo hicieron sentir esa familia, se despidió de su hijo y se marchó. Años más tarde pensó el padre que le hubieron llamado para parar el golpe ante una posible adversidad y - como la madre anticipaba en la conversación previa - para hacerle responsable del percance médico del muchacho. Debiera saber el doctor pediatra Alejandro Acero, del Gabinete Médico Hernán Cortés, cuáles eras las circunstancias previas que hicieron posible esta intervención médica, pues previamente el padre le hubo solicitado informes de todos sus hijos y según ese médico todo estuviera correcto y el problema observado al nacer el hijo, no parece reflejado en esos informes; aunque ya resuelto afortunadamente, ni siquiera había alguna referencia al respecto en sus informes; pero el cirujano de la Clínica Montpelier parecía tenerlo bien claro. (la madre siempre gozó de esa autonomía y libertad que otorga tener un seguro privado – ella y sus hijos en aquél momento -, al garantizarle privacidad real y efectiva en cualquier padecimiento que pudieran haber tenido ella o sus hijos, sin que su historial médico se incluya en sistemas de redes sanitarias compartidas; lo que en sí mismo representa un alto grado de intimidad y auto gestión de su propia salud y la de sus hijos, pero también una gran responsabilidad, que era lo que parecía reclamarle el cirujano, pues parece que la señora madre no daba explicaciones de actos como este a nadie).
Afirma el padre, que las llamadas de la señora madre se producían, aunque no fueran frecuentes; y no siendo frecuentes siempre eran por alguna contrariedad severa que hacer recaer al padre, desde retrasos de pagos en material, libros o tratamientos que la madre le pedía se gestionara por el ayto y luego encorría al padre hasta acusarle de haberse quedado el dinero, sin reparar que los retrasos en esos pagos alcanzaban a veces los tres meses; hasta en otras ocasiones en que pedía aumentar unilateralmente la pensión de alimentos del padre por haber más gastos pero sin concretarlos, ni presentar facturas al respecto que pudieran determinar una cuantía concreta. La respuesta al ser preguntada concretamente siempre era  la misma: Sacar a los niños adelante cuesta mucho dinero. Pero luego con los años el padre se entera que cuando iban de viaje, al menos en esa ocasión, la señora madre, esperando un enlace de transporte en Madrid con otro destino más lejano, no tuvo reparo alguno en hacer pernoctar a sus hijos en un portal, cerca de una boca de Metro, haciéndoles ejercer turnos de vigilancia a sus hijos para vigilar las maletas, hasta que se hiciera de día (con niños de 15 y 16 años; incluso pudiera ser que la señora madre se sintiera orgullosa de ello; al haberse ahorrado el coste de un hostal, a pesar de que nunca tuviera carencia de efectivo, pues para la señora madre resulta ello un prioridad esencial; disponer siempre efectivo que garantice holgadamente su presente y futuro).   Así pues sí hubo llamadas telefónicas de la señora madre al padre, aunque de éste padre transmitiera una idea de inútil o innecesario; llamadas que no solo las recibiera de la señora madre sino que él también las realizara para saber de sus hijos, hasta que concibiera todo ello inútil y estéril ante persona, como la señora madre, dispuesta a ser un muro infranqueable que aprovecha la ocasión de cualquier motivo que fuere la llamada del padre, para ningunearle, orillarle, humillarle y despreciarle,  eso sí, con un tono displicente y a la vez paternal y abstractamente considerada, consecuente y paternalista, como quien sabe dominar plenamente una situación, controlando la conversación y llevándola siempre al mismo terreno y en las mismas manearas descritas hace un momento. Parecía bastarle apelar al discurso que había construido para dar razón y sentido vital a su propia vida.
Ahora que la señora madre se muestra rebelde, como ella misma dice de sí misma, saltándose la cuarentena y haciéndola saltar su propio novio, recrimina al hijo por hablar con su padre, le dice al hijo que el padre es el maltratador y que se busque el padre gente de su edad para entretenerse que va a ponerle una denuncia. Con lo relatado hasta ahora pueden hacerse idea de cómo ha estado entendiendo la vida suya y la de sus hijos esta señora madre.

martes, 28 de abril de 2020

Retomado el contacto

Retomado el contacto por el ordenador, el móvil carga mal todavía.

Todavía sin noticias del chico.

Se ha quedado el muchacho sin móvil; el conector del móvil que permite introducir el cable de carga no va bien. Dijo por mensaje de facebook (el ordenador sí le funciona) que lo intentará arreglar calentando las soldaduras. Ya hace unos días que no le iba bien y pidió por Internet la pieza que no le funciona para que se lo llevaran a San Mateo. El novio, que ha regresado otra vez, salió de la finca para llevarle un cable; pero el cable no es el problema (ya plenamente descartado) El problema es el que detectó con anterioridad. De momento no hay noticias de él, a través de mensajes en facebook, pues el ordenador le funcionaba bien, es nuevo, recién comprado, se lo llevó Amazón (creo) a San Mateo hace unos días.

Al muchacho el novio de la madre le parece bonachón, se siente más aliviado

Al muchacho el novio de la madre le parece bonachón, se siente más aliviado. El gesto de ir a buscar un cable para él e intentar solucionar el problema le parece un buen gesto.

El novio va sale a buscar un cable (pero el móvil sigue sin funcionar)

El novio va sale a buscar un cable (pero el móvil sigue sin funcionar)

El muchacho busca calentar las soldaduras para ver si así funciona.

Se queda sin móvil (el conector de carga del móvil no va)

Se queda sin móvil (el conector de carga del móvil no va)
Está intentando arreglarlo.

El novio de la madre vuelve al Saso, San Mateo,, otra vez hoy

El novio de la madre vuelve al Saso, San Mateo,otra vez hoy;   esta pareja   de madre que amedrenta a hijo y novio que va a apoyarla - saltándose cuarentena una y otra vez - están dando un gran ejemplo de cómo ambos respetan las leyes y las normas. Un ejemplo ejemplar. Como para que conste en acta. Las intenciones de ambos personajes parecen ser tomarse lo que queda de la cuarentena como a "pito del Sereno".  A sus años ya nada les importa, parecen anarquistas, pero sin sentido de lo ético ni moral. Es decir, sencillamente gamberros de más de 60 años.   

Malos tratos en el “Saso”. Una tragedia silenciada largamente.



El Saso es una gran urbanización de pequeños chalets unifamiliares, construidos sobre parcelas de entre 1.000 y 2.500 metros de terreno fértil, procedente, al parecer, de los tiempos de la concentración parcelaria, con la que se pretendía mejorar el rendimiento de los recursos agrarios destinados a la producción agrícola, haciendo posible que terrenos de secano pudieran convertirse en vergeles. Conseguir un gran acuerdo entre los numerosos y pequeños propietarios de esas tierras - que, por lo general, habían pasado de padres a hijos, y que en algunos casos, por ese motivo, esas mismas tierras contenían, en sí mismas, momentos de la  historia familiar de cada familia – era una tarea ingente y difícil a la que se le sumaba cuestiones técnicas como el hecho de que unas parcelas poseían más valor que otras por ser más fértiles. Valorar todas esas circunstancias resultaba esencial, tan esencial como difícil de aunar criterios entre los propietarios. Conseguir un gran acuerdo de todos los propietarios para reconcentrar tierras de labor y parcelarlas para aportarles a todas agua convenientemente y transformarlas en regadíos - partiendo de parcelas fragmentadas de diferentes tamaños y formas - suponía algo más que un simple acuerdo económico que no en todas las poblaciones aragonesas conseguía unanimidad.
Pasaron los años, y la proximidad del Saso - que así se denominaba aquella gran partida y extensión de tierras situadas entre las poblaciones de San Mateo y Zuera, en la margen izquierda del Ebro, en el curso del río Gállego (nombre de un río que sirvió probablemente de camino para migraciones galas procedentes de Francia y Europa central) – a unos 20 km de la capital, Zaragoza, se fue convirtiendo, desde hace ya unas décadas, en un lugar muy apropiado para una segunda residencia de aquellos zaragozanos que deseaban un lugar próximo a la gran capital (colmada de servicios esenciales – hospitales, colegios, universidad, cines, teatros…) para fijar incluso su residencia principal; lo suficientemente lejos de la contaminación que permanece siempre perenne sobre esa capital y que unos jóvenes Guardas de Montes del Ayuntamiento de Zaragoza (allá a mediados de 1986), recién entrados en el servicio a esas tareas de vigilancia de los montes, terrenos y propiedades rurales municipales, bautizaron  con el nombre que se ha hecho popular cuando dan las previsiones del tiempo en los medios de comunicación, y que hoy conocemos en toda España como “boina” - cuando observamos esa masa aplanada de aire sucio sobre las capitales de España y que ni el Cierzo, aire típico de nuestra región, es capaz de arrastrar plenamente para dejar limpio y claro el cielo sobre nuestra ciudad.
Allí en el Saso, ahora ya urbanizado, con farolas y caminos asfaltados, y bordeados de aceras, existen numerosas casitas con huertos donde las familias pasan el fin de semana (algunas ya decidieron que ese lugar fuera su residencia permanente), donde los padres alternan el bricolaje con la lectura placida de la prensa, los abuelos juegan con los nietos y no paran de dar instrucciones de cómo se han de cuidar el huerto, y los niños disfrutan de un entorno seguro y saludable, mientras las madres cuidan del bienestar de todos echando rápidas miradas a los miembros de sus familias y evaluando que todos se hallen bien y cómodos. Allí en el Saso, desde hace unas semanas se está culminando una tragedia sobre un joven muchacho; una tragedia de malos tratos morales y éticos que desde este artículo se quiere poner, de nuevo, sobre las conciencias de todos; tanto de los que lo están viendo y siguiendo desde mi blog, como de quienes lo ignoran de una manera u otra; e incluso sobre las conciencias de quienes piensan que sólo es un maltrato más, de los muchos que puede haber o ha habido sin que la sociedad, nuestra sociedad, haya movido, realmente, un dedo para solucionarlos. Uno más de los muchos que se pudieran creer que existen ocultos entre las paredes de un piso cualquiera, ante el silencio de los vecinos; silencios aunque oigan gritos de dolor y angustia a menudo; silencios aunque la impresión de volverlos a oír reiteradamente, días tras días, a unos les conmocione el alma de impotencia y a otros les resultara no solo indiferente sino conveniente castigo para que los niños “aprendan” que el “mundo”, nuestro “mundo” es, fue, y será siempre así; lección que hay que apresurarse a dar, por el bien de todos, para que nada cambie y todo siga igual, porque “la vida es así”, así la conocimos y así debe de seguir siendo. A fin de cuentas, la madre, funcionaria de la DGA, que ha estado tratando con muchachos problemáticos del barrio y con los Servicios Sociales diariamente, e incluso con la policía, para el seguimiento de familias problemáticas, SABE sin DUDA lo que hace y lo que se trae entre manos cuando trata así a sus propios vástagos. Así que el silencio, la ley del silencio, rodeó aquella violenta educación infantil y juvenil de dureza extrema que la madre consiguió imponer cuando dio con la puerta en las narices al padre (su marido) por ser demasiado blando – en esta vida, para prosperar hay que se jefe y ser duro, le dice la señora ahora a su hijo traumatizado y torturado con los pensamientos morbosos de la madre; desde la soledad su hijo vive en esta muy amarga pandemia para él, en el Saso, donde el padre compró terrenos, edificó casa, piscina, aljibe, pista de deportes, huerto… 5.000 metros que él concibió para la felicidad familar, creyendo que allí podría constituir, así, desde sus ideales de paz y ecologismo, combinado con conocimiento del cultivo de la tierra y el fomento del deporte y la salud, lo suficientemente lejos de la capital para procurar un ambiente saludable y sano; y lo suficientemente cerca de la misma por si un día hubiera que ir a un hospital rápidamente, por si hubiera algún percance de urgencia; una familia feliz, lo más feliz posible, así lo concibió.  Apenas puede llamar a su padre, ni siquiera puede imponerle  a la madre el criterio de que tiene treinta años y el derecho a relacionarse con quien quiera.
Esta, la madre, desembarcó hace un par de semanas en el Saso; su hijo ya estaba allí antes de iniciarse la pandemia y empezó a concebir que los sueños del padre eran, casi sin saberlo, sus mismos sueños. Y cuando expresó esos sueños a su entorno de madre y hermanos, cuando ya llevaba cuatro semanas organanizándose él solo, habiendo superado las consecuencias de la soledad inicial, y pudiendo instalar red móvil de internet; cuando empezaba a soñar y planificar su futuro, desembarcó la madre reclamando su derecho sobre esos terrenos paralizados desde que el padre fuera expulsado hace 25 años. Nada allí iba a cambiar y mucho menos su hijo iba a poder generarse una visión diferente de la vida tal y como ella la concebía.
Entró en la casa gritando, vociferando, dando órdenes continuas que aturdían al muchacho y el amenazó con ingresarle por loco y esta vez para siempre, en un centro permanente del Estado, de la DGA. No en balde el hermano  es Asistente social para tutelados en la propia DGA y tanto ella como este hijo saben y conocen los procedimientos adecuados para conseguir hacer posible ese camino para su hermano   y que además sea irreversible.
Ante los relatos que el padre realiza en las redes denunciando esta situación de violencia psicológica, la familia materna responde con más violencia mental sobre el joven. Lo último que hizo la madre, cuando el muchacho iba a San Mateo a hacer unas compras en la farmacia y preguntar por un cable para seguir pudiendo cargar el móvil, pues lo tiene dañado, la madre le dijo que se fuera a Zuera que allí seguro que habría una tienda de electrónica abierta; y casi cae en la trampa el muchacho, pues cuando se disponía a ir de camino le dio por llamar por móvil el padre y pudo reconducirle: Si vas allí te multará la Guardia Civil. A la vuelta el hijo le dijo a la madre: “Eres una Gitana” y la madre lo ignoró, ella ya tiene al menos una multa por cambiarse de domicilio en medio de la pandemia, pero su abogada y amiga, Gloria, le ha prometido quitarle todas las que le pongan; así que va y viene de San Mateo a Zaragoza cuando le viene en gana y como le viene en gana. A nadie teme, ni a la policía ni a la guardia civil, no en balde ha tratado a todos los cuerpos de seguridad del Estado y sabe cómo hay que hablarles para que voluntad, de ella, consiga siempre sus fines sobre quien sea; ya lo hizo con el padre hace años, porqué no continuar con el hijo? El hijo consciente cada vez más de que a su madre no le importa sacrificarle, a veces duele el Alma mucho, cuando comprueba que sus propósitos, su actitud para que le acepten tal y como es, falla una y otra vez . 
Dudo mucho que la vieja amiga de la madre, Raquel, perteneciente a una de las más nobles familias de la ciudad (los Busto), cuando le abriera la puerta y la impulsara dentro del proyecto “Casa del Canal”, pionero en España en adultos, salvándola del itinerario propio de cualquier maestro, de recorrer los pueblos de Aragón, concibiera que esta persona pudiera transcurrir por estos derroteros.


lunes, 27 de abril de 2020

Ahora, se conjetura sobre el blog del padre



El contacto de la madre con otro de los hermanos vendría a señalar que la conversación girara sobre el blog en el que padre escribe durante años, ya unos cuantos. Y sobre que uno de los hermanos dice que “no sabe cómo funciona ese blog”. Tal vez se refiriera a cómo interactuar en ese instrumento de redes, tal vez para contrarestar la credibilidad de las narraciones o su legitimidad o neutralidad ( pues pudiera ser que molestaran hasta tal punto, que interfirieran en algún proyecto/plan ya preconcebido que no terminara de salir).
 Y ahora, parece ser que, ese fuera el centro de las preocupaciones entre madre y uno de los hermanos, y a causa de ello dijera que: “No sé cómo funciona ese blog” (porque para mandar un mensaje en ese blog está claro cómo hacerse, y cómo se hace en face, que no hay obstáculo para nadie; a no ser que quisieran hacer otro tipo de cosas); de ser así es lamentable también, que esperando que el padre cometiera fallos (pues en el pasado el padre, pensara que bastaba con narrar detalladamente para abortar tramas que se le cruzaron en el camino, de otra naturaleza) pero esta vez parece que no los comete, al menos hasta el punto de ser de tal naturaleza que se pudiera exhibir como obvia negligencia que permitiera suspender sus publicaciones en redes. Pero el fallo no se produce. La pregunta sería: ¿Están evaluando cómo bloquear, boicotear o haquear ese blog, para adjudicar al padre una ofensa no real, ni en maneras ni formas? facebook es más fácil haquear pero un blog parece bastante más difícil…
Lamentable que ese pudiera ser el objetivo de una persona que sirvió al Estado. Muy lamentable. Hasta tal punto que hasta que no lo vea no lo terminaré de creer. Cosas serias he escrito en el mismo blog   y nadie se atrevió ni a denunciarlo ni a atacar ese medio que difunde ideas, pensamientos y reflexiones del propio autor; es decir, un medio que representa la esencia de la democracia. (veremos si los tiros de esas personas van por ahí)

El novio se fue

Como vino.... se fue

El novio de la madre se presenta en el terreno de San Mateo (el Saso)


Hay para quienes no existe ni ley ni más orden que el que ama a de su propia voluntad. Dice el muchacho que al madre está poniendo nervioso al novio. Pero a juicio del chico es un buenazo. 

Al final la señora, tanto ir y venir, pudiera contagiarle algo al chico

       Ayer dijo el muchcacho que le duele la garganta; se le dijo que pudiera ser psicosomático, de no poder hablar lo que quiere, expresarse e incluso gritar ante la situación que está viviendo con la madre; porque imaginarse lo contrario, que el tanto ir y venir de la madre desde la ciudad al pueblo, haya podido al fin contagiarle lo que no debiera haberle contagiado.... da pavor. 
       Aquí todo el mundo pensando en cómo solucionar esto positivamente y ella, por sus cojones, como "dice abiertamente tener",  siempre actuando como le da la gana. Si al final el chico tuviera razón.....y  la madre es un peligro real y físico andante....  (¿se habrá traído de la ciudad  el cobi-19?)
   Sería la guinda 

¿Cómo expresar un profundo agradecimiento? (al pueblo de San Mateo de Gállego)



Hace unas horas, el muchacho, relataba dos cosas: su madre le decía que por su culpa había perdido la honra y, al rato, sacaba fotos de su terreno en el Saso. Dos cosas me vinieron a la mente, ambas preocupantes, la primera que cualquier mujer, viéndose en entredicho su honra (u honor), puede llegar más lejos, de lo que la razón aconseja como racional, con quien fuera (marido, hermano e incluso hijo); así lo mostraba un psicoterapeuta para que un paciente racionalizara la dura infancia vivida (en medio de descalificaciones y que fuera la causa real de malas notas en el colegio,  la fama de vago y el bajo rendimiento tenido en la infancia). Así que lo primero que pensé del muchacho es que no podía recibir peor noticia de su madre que ésta le confesara que por su culpa estaba deshonrada. Recibió el muchacho una respuesta por wasap para racionalizar semejante acusación: Todos los padres, en algún momento, se sienten deshonrados por su (sus ) vástagos (y en la esperanza de que el muchacho así se lo reflejara a la madre, para que de ello no hiciera un drama personal), prosiguió en el wasap diciendo: “ella se siente perfecta, por eso en ella esa sensación puede ser mayor. Pero no es real del todo”.
Se podría concebir que las consecuencias de sentirse deshonrada por el hijo venían de lejos, de lustros, cuando esta señora comprendió, que ese hijo, no era como ella; según el criterio de esa mujer, debería ser fuerte y duro, para poder ser jefe y prosiguió, porque tu padre no es fuerte y duro y por eso no puede ser jefe. En la conversación que diariamente tenía con el hijo todos los días, viviendo bajo el mismo techo en esta pandemia, soltaba reiteradas andanadas contra el padre afectando el ánimo del muchacho; desde la soledad de la pequeña a casa, por mucho que ello ofendiera y lastimara a su propio hijo, ella persistía inmisericorde en su perfecta idea de cómo han de ser las personas, y exhibía su descalificación sin importarle ni daño, ni secuelas sobre su propio hijo. Así parece que ella concibe la autoridad, y consecuentemente la ejerce, sin piedad hacia su propio entorno familiar más cercano. Y se podría entender que el hecho de no parecerse a ella le bastó en su día para sentirse ofendida por la naturaleza del hijo; el muchacho, a diferencia de ella, no podía poner por delante la voluntad propia como ley, si esta le resulta injusta o impía o carente de compasión y piedad; así se concibe, tal vez, porque tuvo tan dura infancia y juventud); hacía ya diez años que las consecuencias afloraron en el joven haciendo difícil su progreso personal, yendo de consulta en consulta médica, sin resultados sactisfactorios para los deseos de la madre (pues el deseo de la madre no era trazar un camino para que sanara y se resolviera el problema, sino que fuera como ella). Se puede  concebir así la naturaleza del destino que la madre estuviera ejecutando sobre el muchacho en estos días y que se ha expresado y relatado desde diferentes aspectos técnicos y jurídicos, como plenamente injusto desde este blog.  
Así que al expresar el muchacho, de viva voz salida de la madre – como él relatara – que ésta le dijera: “Por tu culpa, me has deshonrado” no se pude concebir otro mayor peligro para él – en base a lo ya razonado – pues si en lavar esa deshonra de no ser como ella, en secreto, planeara tal destino y también tejido para su hijo – dando a todos razones de todas clases y todas muy bien argumentadas para convencerles en la ingenuidad del sentido común de la gente de bien - que pudiera achacar tal deriva, en la vida del muchacho, a cuestiones puramente ajenas a la progenitora y que por ello, la tal progenitora, bien mereciera reconocimiento por tal carga asumida desde la abnegación y la resignación desde hace años y años. Sin embargo, ahora, se podrá concebir que tal declaración a su hijo, de deshonra por culpa del muchacho, podría ser una confesión ante el propio hijo, de un nuevo escenario, añadiendo una nueva causa contra él; y en el momento en que esos planes se fueran concretando y cayendo sobre el hijo, como estaba sucediéndose en estos días, concibiera en su mente inexperta mayor desesperación posible al  pensar en una culpa propia, de la que desconoce causa honesta y racional, y ser él mismo la causas de su propia desgracia tan advertida como traída de la mano de la madre que le advierte previamente, pero sin expresarle el motivo real por el cual le fue procurando una desgracia tras otras hasta este momento). Ahora se añadía al rencor de la madre el ver truncados sus iniciales planes de involucrar al vecindario – involucrar al vecindario señalaba su manera de proceder, que pudiera haber sido ejercido como requisito previo, durante años, en su entorno laboral, precisamente en su propio barrio de ciudad donde suele vivir, pudiendo así manejar la vida de su hijo (e incluso de sus alumnos, de manera que involucrara a los servicios sociales si era preciso en casos concretos) pudiéndole acaecer desgracias a jóvenes como su hijo, y a su propio hijo, sin saber de dónde les vinieran, ni nunca poder pensar como origen de las mismas en la intención de esta mujer.
De esta manera se pudiera concebir que siendo por primera vez sus planes trucados en un vecindario, - cuya opinión en cualquier asunto que ella se trajera entre manos resultaba esencial - y así de repente y súbitamente, se pudiera concebir que ella procedía realmente con exageraciones y falsedades sobre comportamientos de personas cercanas; y ello le llevaba a sentirse aún más ofendida por su propio hijo y, en consecuencia, le realizara abiertamente esa confesión que bien pudiera ser una nueva amenaza: Por tu culpa me has deshonrado.  
Así se podría concebir que pasara a hacer fotos a su propio terreno, donde pasaba con el así tratado hijo esa pandemia, y tal vez empezara a pensar en venderlo, pues así ella ya descubierta, tal vez, ya no podría seguir viviendo en esa población. Pero se consolaba diciéndose así misma que aún le quedaba su barrio, donde había sido reina y aun le quedaba suficientes relaciones personales para seguir ejerciendo ese poder sobre esa sociedad, y de la misma manera.
El muchacho, durante su estancia en ese terreno en esta crisis sanitaria de pandemia, había concebido hacer un huerto, construir la casa que debiera haber existido entorno al solitario garaje (que parecía aislado en medio de la nada) y bajo el cual había un aljibe para 75.000 litros de agua y darle a aquel lugar una nueva vida; vida en aquél lugar que cuando el padre, llevándole alimentos al hijo en un par de ocasiones, concibió como lugar casi muerto y sin vida, pues nada o casi nada había variado su aspecto, tal y como lo dejó 25 años atrás, cuando la madre, insatisfecha con la sentencia de separación que se lo otorgaba al marido (pues aún sigue casada con él y no desea separación, a diferencia de lo que ella hiciera con su primer marido) siguió usando el terreno otorgado por el juez al marido; y éste, por consejo de su abogada, un fin de semana que le tocaba niños, sus hijos, se anticipó en ocuparlo antes de que llegara la madre con los abuelos y ésta fue capaz de organizar una trifulca violenta de la que sacó réditos en los tribunales, haciendo concebir a al padre de sus hijos en que no cesaría en crear conflictos hasta que no cediera la propiedad de ese terreno, hecho que aquél hombre tuvo que ceder para por lo menos tener algo de paz ante semejante enajenada y temeraria en maneras y formas de proceder.
Así que el sueño familiar que supusiera dicho terreno cuando fue comprado, en los proyectos del padre para con su mujer e hijos, había quedado estancado; y los proyectos del hijo sobre ese terreno, que parecían que resucitaría las ideas de creatividad y conocimiento que podría otorgar el trabajar en ese espacio, retomando ideas similares a las del padre y combinándolas con teletrabajo, alertaron a la madre; de ahí el desembarco de ella precipitadamente, cuatro semanas después de que su hijo estuviera allí - y se hubiera acomodado el muchacho concibiendo esos proyectos que comunicaba al entorno de familiares y amigos con evidente ilusión - so pretexto de darle cuidados, para presentándose como conquistadores Americanos llegando a la Luna reclamando la propiedad de ese lugar con una bandera conformada a base de gritos y malas maneras, perturbando el bienestar del muchacho hasta llevarlo casi a la desesperación. De ahí que el hijo le confeccionara un documento de puño y letra a la madre señalándole que no quería esa propiedad sino solo trabajar en ella porque ello le devolvía esperanzas.
Así se pudiera concebir que las personas que caen entre las manos de esta señora acaben conduciéndose de manera algo “extraña” a los ojos de quienes observaran las respuestas que estas dan (confección de papeles, argumentaciones a veces complejas y extrañas…etc) y que esta señora presenta como conducta impropia y extraviada, generando en ellas una idea de tener todos los caminos cortados y sin poder ser entendidos por el entorno social que les rodea.
Así pues agradezco a esa localidad que sobre este caso que he presentado recientemente, hayan optado por la prudencia no dando por sentadas las apariencias, pues las apariencias son lo que más y mejor sabe manejar esta señora con evidente éxito.
Desde aquí mi más profundo y sincero agradecimiento.




domingo, 26 de abril de 2020

San Mateo de Gállego - Zaragoza ¿quiere opinar sobre un muchacho maltratado?


Cuando las personas dominantes hacen exhibición de Poder, haciéndose pasar por el rol social de Víctimas, entonces su crueldad queda en libertad para llevarla al extremo; nadie le pedirá cuentas hasta que sea demasiado tarde para la verdadera víctima (el muchacho). Los roles madre/hijo están muy definidos en nuestra sociedad, desde hace muchos siglos, de ahí la dificultad para concebir la posibilidad de la existencia de una “mala madre”; resulta increíble e inconcebible; nadie puede pensar, en su sano juicio que una madre actué con crueldad sobre un hijo suyo para destruirle la vida. Personas así de crueles usan de esa imagen para ocultar la crueldad que llevan en su interior ante una vida que, íntimamente, consideran frustrada y que nunca le permitió alcanzar las expectativas que ella misma concibió para sí en su juventud, cuando se consideraba la más bella, la más inteligente, la más lista, y con derecho a los mayores honores y reconocimientos hacia ella. Así se pudiera concebir que personas así se refugian en el placer de exhibir su poder (de convicción y manipulación) sobre personas más sencillas o ingenuas (que se conforman con vivir la vida que les ha tocado vivir y que nunca pensarían que una persona que se presenta como sufridora y abnegada madre, pudiera ocultar tanta crueldad para con uno de sus hijos). Así se ve, como una señora, que antaño se consideró todo poderosa en el barrio en que vivía, ahora es capaz de involucrar al pueblo de San Mateo de Gállego en intentar posicionarlo en contra de uno de sus hijos. 

El mecánico de ese pueblo de San Mateo de Gállego fue capaz de seguir la “corriente a la madre”  creando un ambiente morboso en la atmósfera agresiva que está genrando la madre en contra del hijo, sacando el tema, muy oportuno para arreglar un cortacesped, de las residencias de enfermos mentales privadas que él conoce (suciedad, dejadez,….) participando de una trama tejida por la madre contra el hijo (en la intención evidente de generarle malestar y finalmente ingresarlo de por vida en una residencia de enfermos mentales por su cuenta y riesgo, saltándose el criterio medico y terapéutico que pudiera esgrimir su psicoterapeuta). Todo contra el hijo, antes de aceptar que su padre puede ser mejor solución. Se marchó el hijo a San Mateo de Gallego para estar tanquilo una semana antes de la pandemia. Se organizó, salió adelante y a las cuatro semanas de estar allí la madre se salta todas las reglas (por “amor” al hijo) perturbando su tranquilidad e iniciando papeles para ingresarlo en una residencia despaldas a cualquier otro criterio. Y el pueblo de San Mateo va a respaldarla?  
No siempre lo roles maternos son lo que parce, deberían saberlo antes de tomar partido San Mateo y seguir amargándole la vida a un muchacho inteligente. Inteligente, bueno, generoso, pero que ha sufrido en silencio, desde hace 25 años, a una persona insoportable y cruel. Creo que la posición debería ser otra. Al menos haberla reflexionado antes de participar en esta tragedia, las personas del pueblo de San Mateo; se cierne sobre un muchacho una tragedia desde que recibió palizas a partir de que su padre fue expulsado de la casa por su madre hace 25 años.  
Ayer la madre, a base de ser tolerante, consiguió hacerse una foto con el hijo para colgarla en las redes sociales (la hace siempre de un ingreso forzado e involuntario, con lo que todo ello significa de violencia gratuita y sufrimiento para el hijo) Pero ella sabe, de siempre, que una imagen idílica de familia feliz prevalece en la retina de la gente que le rodea (Quien pensaría que en todo ello podría existir cálculo y frialdad mental premeditada?)  Aún así, la madre, deseosa de que esa imagen circulara cuanto antes por las redes sociales y entre su familia lejana en Madrid y Tarragona, apremiaba al muchacho y le conminaba a poner buena cara, a base de gritos y malas maneras. Eso el pueblo de San Mateo de Gállego no lo ve, como nadie en su sano juicio podría pensar que una madre pudiera actuar así con su hijo. Pero si recuerdan imágenes y vídeos en las redes sociales, hubo una madre que a un muchacho, esta vez sí discapacitado, le pegaba un motón de tortas salvajes ante la cámara de vídeo que la grababa (como si fuera cosa natural y necesaria) para que el chico pusiera buena cara en la foto.
Todo esto no se puede concebir sin el concurso de los hermanos y sin concebir que la especialización de uno de ellos como asistente social de la DGA no está participando de esta trama sobre su hermano ya sea pasivamente o por el contrario activamente, aligerando rápidamente papeles.
Que lo sepa el pueblo de San Mateo antes de opinar sobre algo que no conoce (en especial su mecánico que arregla cortacesped). Cobrar un trabajo para arreglar una máquina no tiene porqué suponer congraciarse y potenciar un plan de alguien del que no se conoce de veras. 

sábado, 25 de abril de 2020

Cuidando la imagen (es muy importante) para obtener credibilidad

Paralelismos entre un Golpe de Estado y la Suspensión de Derechos en una víctima a la vista de todos. (simetrías)

Las suspensiones de Derechos Constitucionales en una persona inocente es tan similar a un Golpe de Estado – de toda la vida. Tanto que los puntos en común asombrarían si se estudiaran; seguro que hay gabinetes jurídicos que así lo hacen: Lo estudian.

Inmovilizar su actividad normal o normalizada poniéndole obstáculos graves; boicotear a la persona; difundir que es culpa de su impericia; cuando la persona intenta decir lo que está pasándole y empieza a sospechar de que la realidad no es lo que esperaba y muestra su asombro e indignación decir de ella que está frustrada y luego, si persiste en indagar en cómo le están boicoteando decir que delira y presentarla como trastornada; una vez establecido el descrédito ir aislándola de amistades dejarla sola y realmente aislada para luego decirle que no sabe hacer nada y que todo lo hace mal y así tener base para ir anulando sus derechos, por medio de criterios psiquiátricos a temporadas usar los ingresos como forma de castigo realizar provocaciones para ver si emplea violencia física que pueda usarse en su contra sino la emplea empezar a acusarle de violencia psicológica contra el entorno familiar y si ello no basta del todo porque recibe apoyo exterior para intentarle ayudar a salir de ese ambiente (crear vínculos emocionales sobre él que le hagan sentirse culpable y responsable del sufrimiento familiar que él mismo provoca y si aun así persiste en frecuentar personas que le apoyan honestamente (porgue de alguna manera visualizan la situación real) por remate llegar si es necesario a la auto lesión del propio agresor y jugar emocionalmente con la victima desde ese indicio que podría llevar a una denuncia falsa que pasara por verdadera. Se guarda y luego se busca un escenario apropiado para una segunda agresión ficticia (incluso en presencia de la victima para así más amedrentarlo) y si viendo esa situación de convivencia insostenible la victima se va a un lugar de apoyo aparece el colofón final una verdadera autolesion o auto-agresión de la persona maltratadora que le permita decir que la verdadera víctima se marchó después de agredirla.
Lo lamentable es que este tipo de personas agresoras en potencia tienen una visión de ellas mismas tan superior y tan perfecta (creen que sus argumentos son tan inexpugnables y sólidos; sobre todo desde roles de madres o hermanas abnegadas) que pueden llegar a expresar sus crueles objetivos finales sobre una persona concreta con franqueza en un acto de soberbia egocéntrica y plenipotenciaria (sabiendo que siempre puede decir que no le entendieron bien; o a otros más ajenos que se acercan a lla puede hacerlo para demostrarles su poder real: Sus objetivos se cumplen porque tiene a su disposición siempre las herramientas que precisa: Asesoramiento jurídico, infomacion sabre cualquier persona por medio del boca a boca y además conoce el el funcionamiento satandar del Estado y que este Estado funciona sobre las personas con estereotipos tasados para ahorrarse el tiempo de reflexionar sobre cada caso concreto. Sí así es las apariencias juegan a su favor y sabe manejarlas). A este tipo de personas les molesta mucho que graben lo que dicen, por ello mismo, porque ellos juegan a retorcer y mentir y presentar lo que no es como lo que es.

viernes, 24 de abril de 2020

Narrando cómo se gestiona una suspensón de derechos constitucionales en una persona concreta (II) (la médica se va de permiso.estos días, no se podrá hablar con ella hasta el lunes)



Ya comenté en redes que el objetivo, después de que la madre se fuera, después de 9 días de machaque al hijo bajo el mismo techo, era hablar con la médica. La difusión de este problema en las redes ha sido limitado, pero dándose la circunstancia de que al hacerse eco en un entorno de conocidos muy cercanos con vínculos con la madre, ésta se enteró, probablemente de dicha difusión (las redes sociales hacen pequeñas las distancias, y más en ciudades no tan grandes como la nuestra). Así que la madre le recomienda ahora al hijo, según este, que se vaya a casa del padre, pero él por el momento prefiere quedarse allí dónde estaba desde antes del inicio de la pandemia, confiando en que habiéndose marchado la madre ya le dejarán tranquilo hasta finalizar la cuarentena que todos sufrimos.
La madre ya, cuando se iba, le dijo que volvería (volvió ayer mismo) (suponemos que se fue a realizar los papeles de ingreso forzoso o a gestionar algún tipo de prueba contra el hijo) para volver con ellos ya firmados  realizar un ingreso desde el lugar donde se encuentra ahora el muchacho, pero advirtiéndole a él de ese ingreso para aumentar su sufrimiento, su desesperación y así la permeabilidad al ingreso forzoso (este tipo de violencias psíquicas cuando se dan se pudieran catalogar de crueldad mental, pero hacen falta pruebas fehacientes); pero una vez descubierta la posible estrategia y siendo pública, es probable que se busquen otras maneras más opacas de realizarlos mismos objetivos, pero de tal forma que el padre no esté tan al corriente, pues radiarlo por las redes siempre acaba siendo una “incomodidad” para este sistema de ingresos forzosos; pues parece que gusta de realizarse por sorpresa, sobrevenidamente, pero no radiado por las redes en directo. De esta manera, con cierta opacidad en la actuación, las explicaciones de los hechos que pudieran acabar por darse, por muy violentos o conmocionadores que sean, estarían controlados por los propios razonamientos médicos, atenuando así el impacto  que pudiera darse en el entorno social inmediato que lo observara. Hay que recordar que Anular los derechos constitucionales de una persona sin que esta haya cometido ningún delito, siempre representa una escena cargada de violencia y dramatismo. Y eso, por mucho razonamiento que se dé, siempre resulta difícil de explicar si se ve en directo o en diferido, una vez que se "cae" en la plena inocencia de la victima; porque se actúa así sobre esa persona a partir de un testimonio sin garantías (o con pruebas indiciarias falsas) de quien promueve quitarles sus derechos (de ahí que se sospeche en este caso que la madre haya estado gestionando pruebas indiciarias - partes médicos previos, cuando retornó a la ciudad por unos días - de la misma manera que lo hizo en su día con el padre del hijo para culparle de acciones delictivas, pero sin sacarlas a la luz de los juzgados, como hizo con su padre - porque las pruebas constituidas así, desde la falsedad, no se pueden someter a evaluación de los juzgados para que determinen su veracidad o falsedad a la luz pública, pero resultan un instrumento muy eficaz de chantaje y coacción si se divulgan ante gente profana que se tiene a creer todo bajo ciertas circunstancias). La doctora se cogió fiesta el viernes teniendo puente, puede ser una circunstancia que gestionar el lunes para preguntar si ha firmado ya la orden de ingreso forzoso sin recabar la opinión del padre.  Lo iremos viendo el lunes. El chico no puede retornar a la ciudad, con su padre, porque su madre, probablemente, se autolesionaría trasladando la culpa al hijo (o tuviera otra situación prepara de similar naturaleza gravosa para él), como le ha advertido al muchacho uno de sus hermanos ayer mismo. Y que fuera de la misma naturaleza que empleó contra el padre. Ya se sabe que los mondus operandi apenas varían en las personas de esta naturaleza).

Tratadas como criminales en potencia



Nadie, si no lo ve, podría concebir que a una persona se le pudiera detener violentamente contra su voluntad sin haber cometido ningún delito, ni atisbo ni evidencia de que pudiera cometerlo (por el contrario, sabiéndose de ella incapaz de hacer daño a nadie).
 Además ser recluido contra su voluntad, sin juicio alguno, sin público, ni vista pública que vea cómo se está tratando a esa persona, ni con qué argumentos, ni de lo que se le acusa para privarle de libertad.  Y aún siendo conscientes de ello las autoridades asegurarán que están actuando conforme a Derecho. No habrá un abogado presente que pueda esgrimir algún artículo legal que pudiera evitar ese padecimiento y pena. Ni siquiera se podrá apelar a la Convención de Ginebra o a la preservación de los Derecho Humanos para reclamar por la violencia física y moral ejercida sobre esa persona y los daños morales causados (en ocasiones físicos también). Esa Convención de Ginebra prohíbe, expresamente, el trato que se da a las personas que así son tratadas por nuestro Estado (al margen de cualquier garantía; ya se vio hace unos meses fallecimientos en hospitales psiquiátricos de personas atadas durante dos o tres días; para más INRI luego se demostró que sus padecimientos no eran psicológicos y no se trataron, fueron errores médicos y la prensa se hizo eco de la violencia oculta en eso hospitales. Los abogados del hospital tacharon el asunto de muerte súbita; sólo se perdió la vida de una paciente; y las opiniones de otros profesionales señalaban que esos excesos y violencias suelen ser comunes y a veces aplicados en exceso, convirtiéndose en inhumanos). Ni aunque se reclame por ese trato recibido, el hospital suele guardar las grabaciones de las cámaras de seguridad el tiempo suficiente para que el paciente pueda pedir su revisión.
Para estas personas sus vidas pueden acabar por ser un permanente Estado de Excepción (de alerta y vigilancia), sobre todo dependiendo del tipo de familiares que le rodean y la perspectiva que posean sobre este tipo de asuntos, donde las libertades esenciales (y digo esenciales) de una persona están en juego.

Coincidiendo con la lectura de esta noticia, donde ataron a una joven durante 74 h hasta que murió (en 2019) el caso de prácticas como esta que causan la muerte se repiten por todoel mundo en este año 2023.

 Andreas murió de meningitis tras 75 horas atada en la unidad psiquiátrica del Hospital Central de Asturias


El buhonero Trump, llega con su pócima milagrosa para el coronavirus

Ahora con esta enfermedad generalizada que afecta a la humanidad, también, como otros lideres mesiánicos Americanos (lo hemos visto ya en América Latina) él, Trump, nos muestra su faceta de buhonero charlatán con remedios mágicos para todo (era uno de los personajes típicos de pelis del oeste que le faltaba por interpretar) no le hace falta estar en cima de una carreta vendiendo su frasco milagroso, lo hace desde la tribuna reservada al presidente de los EEUU.
Trump parece pertenecer a ese grupo de personas que siempre tienen la solución infalible a mano, incluso si se trata de determinar el tratamiento ideal contra el coronavirus. Desde que resultó fácil imaginarlo como vaquero desafiante y fanfarrón en la barra de un bar del Oeste americano retando, solo con su presencia, a un duelo al sol a cualquiera de los presentes, se percibió como un personaje conflictivo situado en la cima del pais más poderoso del mundo. Como bravucón no tiene precio, de ahí su utilidad para el mundo de la política, cuando en algún momento se concibiera que habría que cambiar el orden mundial - acabado o agotado un modelo internacional - romper todas las relaciones y equilibrios internacionales. Seguro que el nombre de Trump apareció en las mentes de esos guías que suelen estar en las sombras que manejan el poder.
Se pega con cualquiera, rivaliza con cualquiera y no precisa de coherencia (de ahí que lo primero que hiciera fuera cargar contra la prensa), su palabra, sus emociones, sus deseos son la Ley. Tienen que darle la razón sin rechistar (los demás no son adversarios, son enemigos).

https://www.lavanguardia.com/internacional/20200424/48691995298/donald-trump-desinfectante-luz-enfermos-covid-19-coronavirus.html?fbclid=IwAR1zThgzi08hP3Btm5dBwUUQBNuqAMwsNDcxs68XJnTSB0Xri2d0lt7gy1Q

jueves, 23 de abril de 2020

No existen abogados especializados en defensa de personas maltratadas estigmatizadas psiquitricamente (pero abogados a la inversa sí)

     Existe necesidad de que los abogados se especialicen en cuestiones de maltrato específico, cuando la persona activa y conscientemente maltratadora orienta a su víctima hacia las instituciones psiquiatricas, pues estas víctimas quedan desprotegidas y desamparadas en derechos básicos, aunque exista presencia de juez@s en el ingreso (sin defensa profesional adecuada la presencia del juez se torna formalismo que también puede jugar en contra de la víctima).
      Abogados que deberían estar presentes cuando el juez debe avalar las decisiones extremas de los psicoterapéutas, impulsadas por personas maltratadoras; porque por lo general aunque observaran que en muchas ocasiones es la persona maltratadora la que busca el ingreso forzado de su víctima, muy difícilmente actuarán en la defensa de la víctima ante el juez (pues previamente otro profesional más cercano ya dio la orden de ingreso forzado de la víctima). Difícilmente se atreverán. La ley dice que debe estar presente un abogado en esas situaciones de ingreso forzado. Pero el abogado, para ser eficaz, debe conocer las situaciones de las víctimas, y las circunstancias personales para poderle traducir al juez lo que la víctima declara como increíble o incoherente (aunque su estado psicológico llegara a ser lamentable en ese momento, posiblemente a consecuencia del impacto emocional del ingreso), el abogado puede hacer posible la visualización del maltrato ante el juez, y si existe maltrato es su deber. demostrarlo para proteger a esa vícitima
      La presencia del abogado rara vez se produce en España y ello permite a la persona maltratadora imponer su visión, haciendo posible la total indefensión de la víctima (por lo general ya previamente estigmatizada; estigmatizada porque en su día, normalmente en la niñez o juventud, nadie quiso ver ese maltrato para denunciarlo).
     Los gabinetes de abogados se especializan en crear "rutas" para proteger esta actividad que desprotege a inocentes maltratados (se apoyan en la ignorancia y los prejuicios de la sociedad que les circunda). Lo hacen presentándose como valedores de un valor "superior" que gusta mucho al entorno del Estado, el de la idea de preservar la autoridad coercitiva sobre la víctima. Así se usa del Estado y sus instituciones para conseguir sus objetivos (por encima de las circunstancias personales de la víctima..) Así se "distorsiona" el papel de las instituciones que fueron pensadas para recuperar el bienestar de la sociedad. No deja de ser un sigo de deslealtad moral evidente hacia una víctima que sufrió alguna forma de violencia extrema.
       Dolorosa visión de una sociedad que vive despaldas a estas tragedias, mientras no les toque a ellos (y eso no es probable, al menos hasta que no les llegue la vejez y vuelvan a ser vulnerables y algún maltratador los tate como niños sin derechos).

Dias de desgracia para un joven inteligente, al que su entorno le corta los caminos


         Existe la intención de hablar con la médica que lleva al muchacho porque la madre, parece ser, ya ha iniciado el procedimiento de ingreso forzoso sobre su persona (además su madre se lo va a decir al muchacho, probablemente, previamente, para crearle más dolor y montar una buena movida vistosa para la gente que lo presencie; siendo suficientemente dolorosa para el muchacho con la finalidad de alterarlo lo suficiente como para que los médicos no opongan objeción alguna a su ingreso ); Incluso le ha dicho al muchacho que se ponga un jersey fosforescente ( para buscarlo si huye por el campo que rodea la finca y  que es en principio el lugar donde pretende montar su circo) o por si se va a casa del padre y así montar el circo en su vencindario. Desembarcó ella a 20km de la ciudad hace 9 días (saltándose el confinamiento e incluso siendo sancionada por cambiar de residencia; pero no le importa, cree que incluso ello demostrará interés por su hijo hasta ese punto y conseguir el objetivo de ingresarlo rápidamente ) y se ha marchado a gestionar los papeles convencida de que su presencia le ha desequilibrado lo suficiente como obtener el ingreso que desea sobre él nuevamente (cuando llevaba el muchacho desde una semana antes del confinamiento gestionándose él solo en un entorno de 5000 metros cuadrados de terreno y casa ). No parece probable que la conversación con la medico cambie sustancialmente el rumbo que su madre ha concebido para él (si no es en esta buscará otra ) e incluso es posible que se inicie pronto un proceso de in habilitación hacia su persona, aunque cuando se sacara el tema delante del padre, la psicoterapeuta, se desmintiera o se considerara una cuestión colateral, que no fue bien entendida, ya tener en cuenta en situaciones muy determinadas y concretas, como queriéndole hacer ver al muchacho que él quedaría excluido de esa circunstancia. 
         Legalmente las alternativas más rápidas pasarían porque haya una declaración de situaciones vividas del muchacho con su entorno, y que se dieran crédito para profundizar en sus palabras, pero han pasado 10 años en que nunca se le dieron crédito y no puede hacerlo más abiertamente el muchacho que con suaves insinuaciones porque nunca hablará abiertamente a su entorno materno ante un juez en medio de un ingreso forzado (cuestión pues que nunca se producirá, por el sentido de lealtad que él tiene hacia toda su familia y el deber de apoyo mutuo que representa para él esa institución que es la familia y que para él está muy presente siempre; y que le resulta requisito indispensable de respetar en su conciencia, hasta el punto de sufrir lo que viene sufriendo - y más cuando el miedo que en esta ocasión sentirá, (y la indignación de verse nuevamente traicionado por los que más quiere) lo primero que le llevará, muy probablemente, sea a pensar que no quiere perjudicar para nada a su familia ante personas poderosas y / o extrañas - y callará ante el médico y el juez que vaya a visitarle en el hospital para ratificar el ingreso; Lealtad de hecho que en su caso no recibe de manera bondadosa o positiva, al menos hasta el punto de poder haber recibido una atención médica que hubiera profundizado en las causas que han sido capaces de producir esta situación sobre su persona; para salir, así, de una vez, de esta situación que sigue padeciendo) o que ocurra alguna circunstancia que permita obtener alguna prueba concreta con que poder defenderle en el papel de víctima, que como tal es en potencia. Por ello, parece increíble ver cómo se van desarrollando los hechos, que van desembocando en esta situación, y permanecer de brazos cruzados me llevan a sentir lentitud e inoperancia por no poder conseguir parar ese sufrimiento que vive el muchacho en manos de ese ambiente que bien parece toxico. De ahí que realce este escrito.
        

miércoles, 22 de abril de 2020

(Un gran cero “patatero” para las organizaciones concebidas para proteger a este tipo de personas de sus agresores potenciales)


Muchas deficiencias en la protección psicológica de los vulnerables en esta pandemia.


Las medidas que se empiezan a tomar por el Gobierno de España para la desescalada de la pandemia han generado mucha decepción en propios y extraños. Sólo el primer paso dado para sacar a los niños a la calle ha dejado “pasmados” a todo el mundo (obviamente me refiero en el interior del país). En razón de las mismas, de cómo se han concebido, parece que estamos en manos de verdaderos “ilustrados incompetentes” que nunca se hubieran enfrentado a un verdadero problema práctico y serio que resolver, como que sus vidas hubieran transcurrido por senderos que siempre hubieran sido allanados, de una manera u otra (a base de peloteo y sumisión, o de agresividad militante que despierta simpatías por ese fanatismo que es capaz de ver lo negro que se presenta como verdadero blanco esperanzador), facilitándoles un progreso personal pese a las evidentes “negligencias obvias” que algunos poseen, incluso en sus propias biografías – también las académicas.
Sin embargo, el interés ocasional o puntual del momento les hizo alcanzar la cima de su más evidente incompetencia; ya fuera en interés de un partido; de unos militantes que querían rebelarse contra un establisman ya decadente e ineficientemente previsible; o de una población que no tiene manera ni medios de hacer llegar sus quejas y malestar a los sucesivos Gobiernos de Estado, porque el Estado  es “sordo” y “perfecto” (precisamente por eso es sordo, porque es perfecto), y que se basta de encuestas con preguntas “convenientes” (que en conjunto hacen que la encuesta vayan hacia donde les interesa y no a ninguna otra parte) para saber qué necesita realmente la población a la que gobierna (mejor dicho, qué es lo que necesita saber el Gobierno de turno de la población para seguir gobernando; porque los gobiernos nunca suelen estar en la calle, ni a pie de calle) y, desde luego, con encuestas dirigir el pensamiento de los ciudadanos a lo que les interesa como Gobierno, no a lo que les interesa a la población como población; desanimando así cualquier esperanza de verdaderos cambios sociales que se vean a pie de calle y en el día a día (porque la población, por definición, siempre es y será masa, y como cualidad de ser masa es ignorante, obtusa, borregil, e inepta en cuestiones de qué es lo que realmente le conviene; eso solo lo sabe el Estado y quienes a él se arriman y a su sombra se cobijan); organizaciones sociales que nacieron para proteger a las personas pero que cuando llegaron a su espacio de confort, ya siendo bien vistos y admirados en su labor, adquiriendo consideración personal y pública, se dedicaron a actuar con el propio Gobierno, exclusivamente a seguir procedimientos estándar de cada caso que le llegaba y, sobre todo, a cuidar su imagen para seguir recibiendo magníficas subvenciones; es decir: se acabaron convirtiendo en simples empresas subvencionadas, cuyo papel reside en decirle al Gobierno qué debe de hacer según su parecer para proteger a sectores vulnerables y victimas de maltrato – que de paso sea dicho, con esta pandemia su actividad, cuya verdadera manifestación se mostraría por su vocación (vocación que les debería llevar a no quedarse de brazos cruzados en la presente situación de crisis, vocación que debiera existir para ser plasmada en cualquier situación adversa y que ahora “canta a gritos por su ausencia”), si eso ocurriera, tener vocación positiva, demostraría que el dinero empleados sobre estas organizaciones no era una generosa paga con la que agradecer al Gobierno de turno su existencia y sus doctos consejos y caros dosieres, pues parece que lo único que han hecho es crear una profesión para vivir de los problemas de los demás y no tanto en razón de una vocación de servicio que precisa un cauce contínuo para expresarse y cumplir su compromiso social.
Ahora, un muchacho que se fue antes del confinamiento a estar en una finca familiar recibe, hace una semana y dos días, la vista de su madre, so pretexto de cuidarle, su madre se saltó el confinamiento, so pretesto de cuidarle, hace una semana y lo está machacando psicologicamente porque quiere estar con su padre y mantener su relación su padre e incluso vivir con su padre cuando le apetezaca.... así están las cosas....) sé que hay maltrato en muchos hogares y las organizaciones Inútiles y sin verdadera vocación, se están comiendo esos maltratos (de hijos, mujeres o personas vulnerables) con patatas. Ante esta pasividad se ven como si cobrar subvenciones y vivir de los problemas de los demás SI saben. Pero no veo la vocación por expresarse por ningún sitio