Hace unas horas,
el muchacho, relataba dos cosas: su madre le decía que por su culpa había
perdido la honra y, al rato, sacaba fotos de su terreno en el Saso. Dos cosas
me vinieron a la mente, ambas preocupantes, la primera que cualquier mujer, viéndose
en entredicho su honra (u honor),
puede llegar más lejos, de lo que la razón aconseja como racional, con quien
fuera (marido, hermano e incluso hijo);
así lo mostraba un psicoterapeuta para que un paciente racionalizara la dura
infancia vivida (en medio de
descalificaciones y que fuera la causa real de malas notas en el colegio, la fama de vago y el bajo rendimiento tenido
en la infancia). Así que lo primero que pensé del muchacho es que no podía
recibir peor noticia de su madre que ésta le confesara que por su culpa estaba
deshonrada. Recibió el muchacho una respuesta por wasap para racionalizar
semejante acusación: Todos los padres, en algún momento, se sienten deshonrados
por su (sus ) vástagos (y en la esperanza
de que el muchacho así se lo reflejara a la madre, para que de ello no hiciera
un drama personal), prosiguió en el wasap diciendo: “ella se siente perfecta, por eso en ella esa sensación puede ser mayor.
Pero no es real del todo”.
Se podría
concebir que las consecuencias de sentirse deshonrada por el hijo venían de
lejos, de lustros, cuando esta señora comprendió, que ese hijo, no era como
ella; según el criterio de esa mujer, debería ser fuerte y duro, para poder ser
jefe y prosiguió, porque tu padre no es fuerte y duro y por eso no puede ser
jefe. En la conversación que diariamente tenía con el hijo todos los días,
viviendo bajo el mismo techo en esta pandemia, soltaba reiteradas andanadas
contra el padre afectando el ánimo del muchacho; desde la soledad de la pequeña
a casa, por mucho que ello ofendiera y lastimara a su propio hijo, ella
persistía inmisericorde en su perfecta idea de cómo han de ser las personas, y
exhibía su descalificación sin importarle ni daño, ni secuelas sobre su propio
hijo. Así parece que ella concibe la
autoridad, y consecuentemente la ejerce, sin piedad hacia su propio entorno
familiar más cercano. Y se podría entender que el hecho de no parecerse a
ella le bastó en su día para sentirse ofendida por la naturaleza del hijo; el
muchacho, a diferencia de ella, no podía poner por delante la voluntad propia
como ley, si esta le resulta injusta o impía o carente de compasión y piedad;
así se concibe, tal vez, porque tuvo tan
dura infancia y juventud); hacía ya diez años que las consecuencias
afloraron en el joven haciendo difícil su progreso personal, yendo de consulta
en consulta médica, sin resultados sactisfactorios para los deseos de la madre (pues el deseo de la madre no era trazar un
camino para que sanara y se resolviera el problema, sino que fuera como ella).
Se puede concebir así la naturaleza del
destino que la madre estuviera ejecutando sobre el muchacho en estos días y que
se ha expresado y relatado desde diferentes aspectos técnicos y jurídicos, como
plenamente injusto desde este blog.
Así que al
expresar el muchacho, de viva voz salida de la madre – como él relatara – que ésta le dijera: “Por tu culpa, me has deshonrado” no se pude concebir otro mayor
peligro para él – en base a lo ya razonado
– pues si en lavar esa deshonra de no ser como ella, en secreto, planeara tal
destino y también tejido para su hijo – dando
a todos razones de todas clases y todas muy bien argumentadas para convencerles
en la ingenuidad del sentido común de la gente de bien - que pudiera
achacar tal deriva, en la vida del muchacho, a cuestiones puramente ajenas a la
progenitora y que por ello, la tal progenitora, bien mereciera reconocimiento
por tal carga asumida desde la abnegación y la resignación desde hace años y
años. Sin embargo, ahora, se podrá concebir que tal declaración a su hijo, de
deshonra por culpa del muchacho, podría ser una
confesión ante el propio hijo, de un nuevo escenario, añadiendo una nueva causa
contra él; y en el momento en que esos planes se fueran concretando y cayendo
sobre el hijo, como estaba sucediéndose en estos días, concibiera en su mente
inexperta mayor desesperación posible al pensar en una culpa propia, de la que
desconoce causa honesta y racional, y ser él mismo la causas de su propia
desgracia tan advertida como traída de la mano de la madre que le advierte
previamente, pero sin expresarle el motivo real por el cual le fue procurando
una desgracia tras otras hasta este momento). Ahora se añadía al rencor de
la madre el ver truncados sus iniciales planes de involucrar al vecindario – involucrar al vecindario señalaba su
manera de proceder, que pudiera haber sido ejercido como requisito previo,
durante años, en su entorno laboral, precisamente en su propio barrio de ciudad
donde suele vivir, pudiendo así manejar la vida de su hijo (e incluso de sus alumnos,
de manera que involucrara a los servicios sociales si era preciso en casos
concretos) pudiéndole acaecer desgracias a jóvenes como su hijo, y a su propio
hijo, sin saber de dónde les vinieran, ni nunca poder pensar como origen de las
mismas en la intención de esta mujer.
De esta manera
se pudiera concebir que siendo por primera vez sus planes trucados en un
vecindario, - cuya opinión en cualquier
asunto que ella se trajera entre manos resultaba esencial - y así de
repente y súbitamente, se pudiera concebir que ella procedía realmente con exageraciones
y falsedades sobre comportamientos de personas cercanas; y ello le llevaba a
sentirse aún más ofendida por su propio hijo y, en consecuencia, le realizara
abiertamente esa confesión que bien pudiera ser una nueva amenaza: Por tu culpa
me has deshonrado.
Así se podría concebir que pasara a hacer fotos a su propio terreno, donde pasaba con el así
tratado hijo esa pandemia, y tal vez empezara a pensar en venderlo, pues así ella
ya descubierta, tal vez, ya no podría seguir viviendo en esa población. Pero se
consolaba diciéndose así misma que aún le quedaba su barrio, donde había sido
reina y aun le quedaba suficientes relaciones personales para seguir ejerciendo
ese poder sobre esa sociedad, y de la misma manera.
El muchacho, durante su estancia en ese terreno en esta crisis sanitaria de pandemia, había concebido
hacer un huerto, construir la casa que debiera haber existido entorno al
solitario garaje (que parecía aislado en medio de la nada) y bajo el cual había un aljibe para 75.000 litros de
agua y darle a aquel lugar una nueva vida; vida en aquél lugar que cuando el
padre, llevándole alimentos al hijo en un par de ocasiones, concibió como lugar
casi muerto y sin vida, pues nada o casi nada había variado su aspecto, tal y
como lo dejó 25 años atrás, cuando la madre, insatisfecha con la sentencia de
separación que se lo otorgaba al marido (pues
aún sigue casada con él y no desea separación, a diferencia de lo que ella
hiciera con su primer marido) siguió usando el terreno otorgado por el juez
al marido; y éste, por consejo de su abogada, un fin de semana que le tocaba
niños, sus hijos, se anticipó en ocuparlo antes de que llegara la madre con los
abuelos y ésta fue capaz de organizar una trifulca violenta de la que sacó réditos
en los tribunales, haciendo concebir a al padre de sus hijos en que no cesaría
en crear conflictos hasta que no cediera la propiedad de ese terreno, hecho que
aquél hombre tuvo que ceder para por lo menos tener algo de paz ante semejante
enajenada y temeraria en maneras y formas de proceder.
Así que el
sueño familiar que supusiera dicho terreno cuando fue comprado, en los
proyectos del padre para con su mujer e hijos, había quedado estancado; y los
proyectos del hijo sobre ese terreno, que parecían que resucitaría las ideas de
creatividad y conocimiento que podría otorgar el trabajar en ese espacio, retomando
ideas similares a las del padre y combinándolas con teletrabajo, alertaron a la
madre; de ahí el desembarco de ella precipitadamente, cuatro semanas después de
que su hijo estuviera allí - y se hubiera acomodado el muchacho concibiendo esos proyectos
que comunicaba al entorno de familiares y amigos con evidente ilusión - so pretexto
de darle cuidados, para presentándose como conquistadores Americanos llegando a
la Luna reclamando la propiedad de ese lugar con una bandera conformada a base
de gritos y malas maneras, perturbando el bienestar del muchacho hasta llevarlo
casi a la desesperación. De ahí que el hijo le confeccionara un documento de
puño y letra a la madre señalándole que no quería esa propiedad sino solo
trabajar en ella porque ello le devolvía esperanzas.
Así se pudiera concebir que las personas que caen entre las manos de esta señora acaben
conduciéndose de manera algo “extraña” a los ojos de quienes observaran las
respuestas que estas dan (confección de
papeles, argumentaciones a veces complejas y extrañas…etc) y que esta
señora presenta como conducta impropia y extraviada, generando en ellas una
idea de tener todos los caminos cortados y sin poder ser entendidos por el
entorno social que les rodea.
Así pues
agradezco a esa localidad que sobre este caso que he presentado recientemente,
hayan optado por la prudencia no dando por sentadas las apariencias, pues las
apariencias son lo que más y mejor sabe manejar esta señora con evidente éxito.
Desde aquí mi más
profundo y sincero agradecimiento.
1 comentario:
Triste visión de la vida tienes.
Un par de apuntes a tus razonamientos por parte de uno de tus hijos biológicos que no conoces:
*hace años que se está plantenado la venta del terreno (cuya venta proporcionaría liquidez para la compra de un piso a aquel que llamas 'muchacho')
*la separación está (hay papeles del juzgado que lo demuestran, no lo olvides), lo que no está es el divorcio, si tanto trauma te genera, pídelo y costealo tú. Que lo hiciera para el primer marido es simplemente para poder casarse con otro.
*de esa trifulca en el terreno, te recuerdo como a una anciana (madre de mi madre, mi abuela), le arrancaste la cadena y le propinaste un golpe dando como resultado hematomas, de las cuales hay hasta fotos. Y de como entraste en la finca rompiendo el candado.
*te recuerdo que se te pagó por la parte de la finca que te correspondía.
*y la finca, aunque no lo quieras reconocer, ha habido cambios e inversiones en él. Quizá tu realidas te impida verlo.
Sigues modificando la realidad a tu antojo, aún sigo sin entender el motivo...
Publicar un comentario