Prosigue la tortura psicológica de la señora madre hacia su hijo.
La consecución de acciones moralmente violentas contra el muchacho no cesa un
solo día pese a ser conscientes, esta señora maltratadora y sus
amigas, de que en las redes sociales algunas de sus agresiones son
narradas por el padre, con la finalidad de que se muestre, explícitamente, el
comportamiento que esta señora ha ido teniendo con este muchacho en particular
durante muchos años; pero ahora alcanzando el clímax propio de mentes
perturbadas.
Muchos años en los que actos similares a los descritos se
han sucedido sobre el joven de manera opaca, siempre justificada y argumentada
por la señora madre como desvaríos de su propio hijo. Ella, esta señora madre,
ante la lucidez que estos días mostraba el muchacho fijándose en la frialdad
con que la señora madre ejecuta una tras otras cada una de estas agresiones, le
respondió con una vaguedad inquietante lanzada al aire en la soledad de esa
casa, señalando que funcionan como una secta de esas como las que Iker Jiménez
denunciaba en Cuarto Milenio. De esta manera se incremente día a día la morbosa
atmósfera que la madre instauró con su desembarco en su propiedad hace algo más
de un par de semanas (so pretexto de cuidar
al muchacho), hoy va alcanzar otras nuevas cuotas de enfermiza morbosidad.
Recordarán los lectores, cuando esta señora madre
apareció la primera vez en San Mateo y el muchacho le pidió que pusiera los
productos químicos que había traído en el garaje y la madre contestara con esa
“normailidad” tan propiamente suya al grito de “Socorro Policía”
“Socorro Policía” "no toques mis cosas"; tal vez escrito sobre estas líneas algún lector no crea el
relato y sería preciso añadir un audio para los incrédulos de esa escena
concreta; sobre todo para que los lectores pudieran visualizar con claridad la
naturaleza del carácter con la que la señora madre se muestra ante el hijo,
puesto que no es fácilmente creíble concebir ese comportamiento de la señora
madre por cualquier lector.
No parece un comportamiento sano y tal vez por ellos hiciera falta
un documento expreso, claro y meridiano que no permita concebir dudas al
respecto de la tortura por la que el muchacho está pasando en estos días. Y es
consciente el padre, que el hecho de denunciarlo en las redes sociales apenas
produce el suficiente eco como para que los instrumentos del Estado, que tan
rápida y ágilmente funcionan en otras situaciones de maltrato psicológico evidente,
en esta, sin embargo, queden al margen o incluso no se hayan percibido de la
misma.
El sistema jurídico español ante estos casos no está bien
preparado, porque sólo es preventivo o protector cuando la situación de
maltrato de esta naturaleza se expresa con mujeres pero no con varones. De ahí
que la señora Gloria Labarta esté tan cómoda ante esta situación que su amiga
la señora madre ejerce sobre su hijo. Gloria es de esas señoras que traslada
los asuntos, una vez encauzados, a personas como Pablo Muñoz, ese abogado
metido en política, de aspecto de listo incompetente (como se diría en prety
woman) que lleva cualquier caso que le acerque de ese entorno al que pertenece
la madre (al que esta misma madre le da semejanza de secta de Cuarto Milenio).
Al intentar desvelar la situación que padece el muchacho y buscar
todos los medios para prevenirla, recordé a un letrado de mi juventud, Antonio
Puertas, y le consulté su opinión. Él, además de ejercer la abogacía, pertenece
un órgano de asesoramiento en temas psiquiátricos; cuando le presenté el asunto
lo tuvo claro desde un primer momento: hasta que no suceda
algo realmente grave no se puede intervenir. Así que se ha de entender que
Gloria Labarta, letrada con experiencia y en la recta final ya de su carrera,
estas cosas las sabe y las ha observado en multitud de ocasiones; pero dudo que
Pablo Muñoz, se entere, realmente de qué tipo de casos le pasan en este
ambiente sectario, que es como la madre se lo expresa a su propio hijo cuando
éste, en momentos de meridiana claridad ante lo que está viviendo y padeciendo
por parte de la madre, le pregunta. Y la madre complacida de estar avalada en
todos sus actos jurídicamente por su amiga Gloria le hace ver que ella, ellos,
son como una secta de Cuarto Milenio.
Hoy el padre publica este artículo porque lo que ya se va
pareciendo a una pareja “psicópata” (como en la familia Adams) han decido
fumigar el terreno de San Mateo, y el muchacho, nuevamente, se ve venir un día
incómodo y con cierto peligro para la salud. (un accidente con
productos tóxicos? …. desde luego si no tienen experiencia y conocimientos, no
solo es probable sino posible) Desconozco si el novio tiene conocimientos
ni cartnet para manipular estos tipos de productos (pero a la vista está que
la pareja no está, ni parece estará, por respetar normas y leyes, a la vista de
cómo se van saltando las normas y leyes vigentes durante esta pandemia,
mientras las sanciones sean puramente Administrativas); ahí detrás, entre bambalinas se
hallará, si es precisa, la mano mágica de Gloria Labarta y Pablo Muñoz, para
resolver todo en los tribunales si es preciso. Por lo que la madre dice al hijo sobre lo que sucederá en el día de hoy, un amigo de este novio le ha facilitado un paquete de tóxicos para fumigar y hoy el novio se traslada nuevamente de Zaragoza a San Mateo para llevar a cabo la tarea. Veremos cómo se desarrolla el día. Ni Hitchcock lo concibiera de mejor manera para uno de sus guiones.
El abogado del padre está porque se denuncie ya (¡¡Eso es un cachondeo!! le dice al padre), pero el
padre cree sintonizar con la pscoterapéuta del muchacho, con que se está ahora
en posición para que él, el muchacho, use las herramientas que se le están
dando para enfrentar la extrema situación morbosa que ha vivido durante muchos,
muchos años en solitario, aislado y sin apoyo alguno.
Los lectores pueden leer, ahora, todo este proceso.
(en el fondo de este asunto se halla, evidentemente, la
naturaleza del carácter español cuando se muestra extremo, y con el que muchas
personas creen que gestionan legítimamente sus asuntos, incluido los de sus
hijos; y cómo consiguen colaboración exterior para llevar la situación a sus
últimas consecuencias si es preciso).
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