Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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lunes, 13 de abril de 2020

La España diferente que siempre hace lo mismo.

China cierra fronteras con Rusia. Los últimos vuelos procedentes de allí contienen otra vez el coronavirus. Pero Putin juega a la normalidad y el control, sabiendo que su oposicion política y periodística está amordazada (bajo pena de lo que "haga falta y como haga falta').Es el secreto de los buenos resultados sobre el control de la pandemia en Rusia (y tal vez en China...)
El mundo anglosajón, especialmente Inglaterra en cualquier escenario histórico (así lo va mostrando su historia) defiende su sistema democrático ante cualquier envite que se le presente (incluso acepta a los  populistas en sus gobiernos) De alguna manera tienen consciencia de saber y tener medios democráticos para reconducir todo dentro de una normalidad democrática.
A diferencia de los regímenes dictatoriales (sea cual sea su formato, China o Rusia) no precisa saltarse su sistema para afrontar cualquier situación.
Análogamente, Alemania y otros países del Norte se esfuerza en la misma visión. Por ello, probablemente, ambos gobiernos hablaron claro a su población (y sin remilgos) cuando asumieron la naturaleza de la pandemia y que esta desbordaria cualquier control médico (sin vacuna conocida y sin tratamiento realmente eficaz) contagió de hasta el 80% de la población (nadie está preparado) y una tragedia en muertes se iba a avecinar. Nadie les culpó de alarmistas (incluso Trump, que jugó con su población, parece ser que para ganar tiempo en cálculos y previsiones, terminó por hablar de cientos de miles de muertos) y todos pretaron filas entorno a sus gobiernos (probablemente todos los partidos hicieron sus deberes y consultaron sus propias fuentes científicas y llegaron a similares conclusiones en un primer momento; y sabían que el gobierno estaba haciendo lo mismo) (primera pregunta ¿EN ESPAÑA LOS PARTIDOS DE LA OPOSICIÓN HICIERON LO MISMO, CONSULTAR SUS PROPIAS Fuentes? . DESDE LUEGO VOX NO, A LA VISTA DE VISTALEGRE le faltó tiempo para acusar al gobierno de criminal, arrastrando al PP a no buscar unidad de acción con el gobierno). 
Hay que preguntarse por qué España (u otros países latinos) no está preparada para ese tipo de sinceridades y lealtades. (cuando se toman las primeras medidas la prensa las TVs no se las cree; pero cuando Trump o Johnson  cambian de postura política nadie duda de la gravedad. Por allí todos saben leer entre líneas a sus gobiernos, por aquí parece que no. Alemania fue la primera en señalar a su población la magnitud y gravedad de la crisis sanitaria e inmediatamente después Granbretaña; parecía que ambos gobiernos se "marcaban" en cuando y cómo dar a conocer a la población la magnitud del desastre. Parecía también que ambos gobiernos esperaron a tener una evaluación inicial rigurosa ante las carencias de recursos médicos y preventivos, y aceptando la parte inevitable de lo que se avecinaba (los partidos, estuvieran o no en el gobierno, eran conscientes de lo que se les venía encima y no jugaron a dinamitar el gobierno echándoles en cara la literalidad de sus palabras y declaraciones previas) parece que todos sabían que había que esperar a tener un estudio matematico serio, honesto, creíble encima de la mesa que les mostrara la dimension real del problema; luego ya pasarían cuentas de la gestión (pero no para derribar al gobierno, si o si, sino para mejorar respuestas en el futuro). Es la diferencia esencial. Allí se toman en serio los problemas y dificultades (aquí se ven como oportunidades para ser todos Capitanes, sobre todo ese cúmulo de tertulianos y tertulianas que viven desahogadamente del sensacionalismo/populista que les daba tantos dividendos en sus cuentas corrientes). Hay que preguntarse si es que somos así o es que algunos partidos radicales han jugado con la mayoría de la población para que sea así siempre.
Vox teme perder su primera oportunidad de dar un "golpe"moral a la democracia ante la oportunidad que representa la pandemia. La democracia permite la crítica pero persigue los bulos (bulos que en el pasado permitieron la instauración, por ejemplo, de Hitler en el poder). Bajo la tesis de que las democracias son débiles y lentas para hacer frente a respuestas rápidas (que fue la tesis de los autoritarios en el pasado) parece querer impulsar y romper la moral de la ciudadanía para generarse un hueco social sólido que le permita instaurar su tesis.
El gobierno parece obvio que lo sabe y el PP también, pero este último se halla aún bajo la inercia de esa misma visión que subyace previa a la división interna que hizo posible la partición  de la derecha ante la aparición de un escenario político bajo similares parámetros históricos desastrosos para España (independentismo institucional y republicanismo populista de extrema izquierda) y consecuentemente el PP se ve imposibilitado, ante la presión de VOX, de entrar en una acción abierta y explícitamente colaboradora con el Gobierno (cualquier error de cálculo o situación sobrevenida inesperada podría significar el declive del PP en favor de VOX y el principio del fin de la Democracia en España). Sin embargo C's se plantea un suave deslizamiento que le permita apoyar al Gobierno, al menos en sus tesis esenciales de acabar con el incremento de la crispación (que es lo que pide el 70% de la población en la última encuesta) y encontrar ahí un espacio más acorde con lo que siempre se esperó de un partido de centro; de ahí la maniobra de VOX señalando a Pablo Iglesias como obstáculo para cualquier tipo de pacto con el gobierno para salir de la crisis (los recientemente llamados de la Moncloa) y la necesidad de Casado de "comprar el argumento" (porque cualquier fallo en la gestión de salida de la pandemia o de el reinicio de la economía pondría en jaque a la democracia si VOX no data dentro de esos pactos). Y VOX no está ni estará mientras pueda usar la excusa de UP en el Gobierno. Sánchez, es obvio, conoce este escenario de luchas políticas soterrada que usa VOX bajo el pretexto de la pandemia como excusa para derrotar al sistema político democrático y por ello insiste en que no excluye a ninguna formación política y que es preciso que todas participen de una salida conjunta y corresponsable (es decir, que se acepte de alguna manera que lo que se defiende ahora es la democracia ante el presente y futuro inmediato; de ahí el término  de pactos de la Moncloa).
Por mi parte no tengo dudas de que existe diálogo "oculto" con la oposición (no se puede imaginar otra cosa) que no se puede escenificar abiertamente como se desearía en todos los casos, y otro implícito (porque la pregunta/respuesta se halla en cómo ha ido respondiendo la izquierda o cómo respondería UP en esta crisis si estuviera gobernando simétricamente la derecha (con VOX en el Gobierno del Estado) . Ahí tiene su baza VOX ante la opinión pública (de ahí que se apelen a vídeos del pasado, a sobreescenificaciones promovidas desde la izquierda radical y a los postulados reales de UP). El pasado reciente viene a pasar factura a los extremos y cogen de rehenes a los partidos moderados (PSOE, PP Y C's).
Es el escenario del miedo (y nuevamente se diseñan las pautas del relato que servirá tanto para un roto, como un descosido o una ruptura total ). Y en esas estamos en medio de esta pandemia.
La triste visión de los líderes de UP intentando politizar el discurso de la crisis sanitaria (han pasado de querer tirar a la basura la Constitución del 78 a descubrir que posee artículos que permiten la nacionalización en razones de gravedad para el Estado) a volverse constitucionalistas acerrimos en la parte que les conviene. Y sin embargo cualquier medida de naturaleza semejante o parecida precisaría de un acuerdo transversal  de "retorno" a la normalidad del libre mercado (y aquí ya no se encuentran tan a gusto (tambien les gustaría aprovechar la crisis para asentar un Estado socialista radical sin retorno).
Desde este escenario Sánchez no excluye a ningún partido para esos pactos que desea la sociedad española (en una crisis hay que ponerse de acuerdo en medidas, roles y escenificaciones para garantizar la permanencia del juego democrático.
Si aceptan coresponsabilidades de gobierno mediante unos pactos de la Moncloa estarían obligados a aceptar la democracia plenamente tal y como ahora la concebimos.
Pero los extremos tienen miedo a perder su esencia (el poder señalar a un culpable claro que les permita catapultarse al poder indefinidamente).

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