Existe la intención de hablar con la médica que lleva al muchacho porque la madre, parece ser, ya ha iniciado el procedimiento de ingreso forzoso sobre su persona (además su madre se lo va a decir al muchacho, probablemente, previamente, para crearle más dolor y montar una buena movida vistosa para la gente que lo presencie; siendo suficientemente dolorosa para el muchacho con la finalidad de alterarlo lo suficiente como para que los médicos no opongan objeción alguna a su ingreso ); Incluso le ha dicho al muchacho que se ponga un jersey fosforescente ( para buscarlo si huye por el campo que rodea la finca y que es en principio el lugar donde pretende montar su circo) o por si se va a casa del padre y así montar el circo en su vencindario. Desembarcó ella a 20km de la ciudad hace 9 días (saltándose el confinamiento e incluso siendo sancionada por cambiar de residencia; pero no le importa, cree que incluso ello demostrará interés por su hijo hasta ese punto y conseguir el objetivo de ingresarlo rápidamente ) y se ha marchado a gestionar los papeles convencida de que su presencia le ha desequilibrado lo suficiente como obtener el ingreso que desea sobre él nuevamente (cuando llevaba el muchacho desde una semana antes del confinamiento gestionándose él solo en un entorno de 5000 metros cuadrados de terreno y casa ). No parece probable que la conversación con la medico cambie sustancialmente el rumbo que su madre ha concebido para él (si no es en esta buscará otra ) e incluso es posible que se inicie pronto un proceso de in habilitación hacia su persona, aunque cuando se sacara el tema delante del padre, la psicoterapeuta, se desmintiera o se considerara una cuestión colateral, que no fue bien entendida, ya tener en cuenta en situaciones muy determinadas y concretas, como queriéndole hacer ver al muchacho que él quedaría excluido de esa circunstancia.
Legalmente las alternativas más rápidas pasarían porque haya una declaración de situaciones vividas del muchacho con su entorno, y que se dieran crédito para profundizar en sus palabras, pero han pasado 10 años en que nunca se le dieron crédito y no puede hacerlo más abiertamente el muchacho que con suaves insinuaciones porque nunca hablará abiertamente a su entorno materno ante un juez en medio de un ingreso forzado (cuestión pues que nunca se producirá, por el sentido de lealtad que él tiene hacia toda su familia y el deber de apoyo mutuo que representa para él esa institución que es la familia y que para él está muy presente siempre; y que le resulta requisito indispensable de respetar en su conciencia, hasta el punto de sufrir lo que viene sufriendo - y más cuando el miedo que en esta ocasión sentirá, (y la indignación de verse nuevamente traicionado por los que más quiere) lo primero que le llevará, muy probablemente, sea a pensar que no quiere perjudicar para nada a su familia ante personas poderosas y / o extrañas - y callará ante el médico y el juez que vaya a visitarle en el hospital para ratificar el ingreso; Lealtad de hecho que en su caso no recibe de manera bondadosa o positiva, al menos hasta el punto de poder haber recibido una atención médica que hubiera profundizado en las causas que han sido capaces de producir esta situación sobre su persona; para salir, así, de una vez, de esta situación que sigue padeciendo) o que ocurra alguna circunstancia que permita obtener alguna prueba concreta con que poder defenderle en el papel de víctima, que como tal es en potencia. Por ello, parece increíble ver cómo se van desarrollando los hechos, que van desembocando en esta situación, y permanecer de brazos cruzados me llevan a sentir lentitud e inoperancia por no poder conseguir parar ese sufrimiento que vive el muchacho en manos de ese ambiente que bien parece toxico. De ahí que realce este escrito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario