Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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viernes, 24 de abril de 2020

Tratadas como criminales en potencia



Nadie, si no lo ve, podría concebir que a una persona se le pudiera detener violentamente contra su voluntad sin haber cometido ningún delito, ni atisbo ni evidencia de que pudiera cometerlo (por el contrario, sabiéndose de ella incapaz de hacer daño a nadie).
 Además ser recluido contra su voluntad, sin juicio alguno, sin público, ni vista pública que vea cómo se está tratando a esa persona, ni con qué argumentos, ni de lo que se le acusa para privarle de libertad.  Y aún siendo conscientes de ello las autoridades asegurarán que están actuando conforme a Derecho. No habrá un abogado presente que pueda esgrimir algún artículo legal que pudiera evitar ese padecimiento y pena. Ni siquiera se podrá apelar a la Convención de Ginebra o a la preservación de los Derecho Humanos para reclamar por la violencia física y moral ejercida sobre esa persona y los daños morales causados (en ocasiones físicos también). Esa Convención de Ginebra prohíbe, expresamente, el trato que se da a las personas que así son tratadas por nuestro Estado (al margen de cualquier garantía; ya se vio hace unos meses fallecimientos en hospitales psiquiátricos de personas atadas durante dos o tres días; para más INRI luego se demostró que sus padecimientos no eran psicológicos y no se trataron, fueron errores médicos y la prensa se hizo eco de la violencia oculta en eso hospitales. Los abogados del hospital tacharon el asunto de muerte súbita; sólo se perdió la vida de una paciente; y las opiniones de otros profesionales señalaban que esos excesos y violencias suelen ser comunes y a veces aplicados en exceso, convirtiéndose en inhumanos). Ni aunque se reclame por ese trato recibido, el hospital suele guardar las grabaciones de las cámaras de seguridad el tiempo suficiente para que el paciente pueda pedir su revisión.
Para estas personas sus vidas pueden acabar por ser un permanente Estado de Excepción (de alerta y vigilancia), sobre todo dependiendo del tipo de familiares que le rodean y la perspectiva que posean sobre este tipo de asuntos, donde las libertades esenciales (y digo esenciales) de una persona están en juego.

Coincidiendo con la lectura de esta noticia, donde ataron a una joven durante 74 h hasta que murió (en 2019) el caso de prácticas como esta que causan la muerte se repiten por todoel mundo en este año 2023.

 Andreas murió de meningitis tras 75 horas atada en la unidad psiquiátrica del Hospital Central de Asturias


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