Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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sábado, 19 de diciembre de 2015

Descubro a Fernando Arrabal y el programa de la 2 me sugiere esta reflexión.

Ocultar el pasado traumático para dar paso a un futuro que lo  recuerde distorsionado y aceptable, injuriando y ofendiendo a todos los muertos, desde la cobardía de aquellos que constantemente cambian su propio pasado, incapaces de aceptar las ofensivas decisiones que tomaron y no eran otra cosa que abominaciones que nacen de la propia mala conciencia, nunca es extirpada porque nos tememos que esa conciencia sea  el verdadero yo, y sin ella dejaría de existir la cordura (cordura de la perversidad que cantó Silvio Rodríguez "cuanto más muerte más vida") y que es de donde aflora y emana la moral que sólo exigimos a los otros – nunca a nosotros (nosotros sólo somos la imagen de la moral que quisiéramos ser) – (nosotros nos convertimos así en los Santos que expían su culpa pecando constantemente y por obligación, sobre todo por obligación), esperando que un ingenuo cualquiera nos eleve a los altares de la dignidad que perdimos el primer día que hicimos daño por temor a morir.
Me viene al caso reflexionar:
Si la Democracia en España sigue siendo la expresión del poder de los fuertes, de los más fuertes y de su voluntad, cabría preguntarse si en dicha lid de brutos caben los más brutos. Y los más brutos no pueden ser otros que aquellos que en nombre de la etérea voluntad divina también mataron en nombre del orden. Viva la muerte, exclamaban hace 80 años, al igual que ahora lo exclaman otros desde oriente.
España, Europa y el mundo reviven constantemente la historia. Porque todos los sabios del pasado siguen siéndolo en el presente: No hay carrera de relevos, es una mentira más de la Ciencia (la ciencia es la confusión ordenada de la apariencia y lo aparente difícilmente puede ser la verdad).
El paradigma sigue vivo: El que juega pierde
¿Pierde el que gana? o ¿Gana el que pierde? ¡¡¡Que pesen todos los corazones más allá de las fronteras de la vida!!!!!. Y los verdaderos Santos se regocijen ante la destrucción de los brutos.

viernes, 6 de noviembre de 2015

El TC consecuente con los principios Democráticos.



Difícilmente se podría haber previsto otra decisión diferente a la tomada por el órgano colegiado de Magistrados que protegen nuestro sistema democrático desde el ordenamiento jurídico, pues el respeto que muestra el Tribunal a las garantías constitucionales que son inherentes a un Parlamento Autonómico surgido de la expresión popular es un requisito de la separación de poderes que no parece conveniente franquear con medidas "preventivas" en razón a una previsible adopción de acuerdos contrarios a la Constitución, pues sería una limitación de sus competencias basada en una "intención" supuesta que no se ha concretado, por lo que no ha tomado cuerpo.
A los parlamentarios autonómicos se les presupone siempre lealtad hacia el Estado, pues es la configuración de ése Estado del que forman parte quien les otorga la capacidad representativa y les habilita dotándoles de seguridades jurídicas superiores al del resto de los ciudadanos cuando están en el ejercicio de esa función específica. Lo contrario sería una injerencia que prejuzga anticipadamente una decisión aún no tomada y que limita las atribuciones de representatividad en razones subjetivas que no han entrado en el proceso "reglado" que les permitiría adquirir la fortaleza jurídica; fortaleza jurídica que es plena si el TC no se opone a ella tras el recurso pertinente.
Los debates previos a cualquier resolución parlamentaria están en el ámbito de las ideas que aún no han tomado forma y cuerpo, ni han amanecido a la luz del acto jurídico, con todas las cualidades que protegen a estos e igualmente con todas las garantías que el Estado puede ejercer sobre los mismos a fin de preservar el interés común.
Esta concordancia con la Constitución es precisa para el mantenimiento de la coherencia jurídica que en definitiva es garantía de todos los ciudadanos del Estado.
El reconocimiento de las singularidades territoriales y culturales da origen a instituciones propias de cada parte del Estado, pero las mismas nacen del Estado común que somos todos y, por lo tanto, las competencias de esas instituciones se enmarcan dentro de la Constitución que representa la voluntad de todo el Estado.
Por ello, no se puede permitir que parte del Estado se separe del resto sin contar con la totalidad, por lo que para habilitar un derecho de tal naturaleza, habría que reseñarlo en la propia Constitución en la manera que el itinerario histórico de nuestro Estado considerara conveniente. Y en ello parece que el argumento previo sería la consulta del "todo" que permitiera, posteriormente, la consulta de la "parte". Y  en ambos casos debería existir un procedimiento que garantizara las mayorías cualificadas necesarias para ese fin específico.

Garantizar un derecho de esta naturaleza debería ser meditado en profundidad para determinar la legitimidad o no de dicho concepto jurídico dentro de nuestro ordenamiento y en caso afirmativo proceder a su regulación.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Por qué necesita Podemos de los servicios de un Ex-General


Últimas horas: Ayer, Pablo Iglesias rectificó y aseguró que respetará el tratado con la OTAN pero revisará los acuerdos con EEUU y someterá a referéndum la permanencia en la OTAN. El anuncio de la incorporación del Ex-General señala un claro deseo de ocupar el espacio Socialista en España. Por lo que la formación política parece alejarse del adverso escenario aquí reflejado, aunque no haya plena seguridad de ello.

Cuando el grupo de Podemos, bregado en asuntos vinculados con el devenir del chavismo, diseñó su primigenio plan para España aprovechando la crisis, dejaron claro su modelo político: No a Europa. Ello representa implicaciones que ya se han detallado en otros artículos por lo que no hace falta referirse a ello nuevamente. Pero en aquella ocasión todo, y creo que todos los comentaristas, formulaban sus apreciaciones en forma de preguntas a las que debía de responder ése partido de forma clara y rotunda con las implicaciones explícitas que esos cambios de postura traerían al país en sus vertientes económicas, sociales y de seguridad. Sin embargo cuando "entraron en detalles" de propuestas concretas todo el escenario de ensoñación política propuesto por Podemos se venía abajo de manera precipitada, por lo que iniciaron un proceso de rectificaciones continuas con el fin de hacerse aceptables al análisis riguroso y con ello a la opinión pública.
Pero esta decisión de incorporar a un Ex General del Aire parece resucitar las preocupaciones que la cuestión catalana empezaba a tapar (y de las que Podemos parece que estaba sacando algún rendimiento). Y las preguntas que nos formulábamos pasan  a tomar cuerpo de veracidad realista y las hipótesis que permitían observar a la formación política como un cambio generacional voluntarioso pero falto de referentes realistas parece necesario replanteárselo con el fin de iniciar un proceso de certezas que permitan ver cuál es la realidad del proyecto político de esta formación.
No cabe pensar que sus líderes estén fuera de la realidad política y social de una nación y de lo que representa el Estado y su ejercicio, al menos para aquellos que tuvieron participaciones decisivas en los procesos venezolanos y que forman parte de la élite de esa formación política. No se puede ignorar que sus experimentos sociales en aquél país han contribuido a generar y sostener un proceso político excluyente del que no parecen haberse arrepentido; y que a falta de otras referencias, no tienen otro modelo alternativo para el Estado español, y cuando faltan modelos se recurre a lo conocido. No cabría preocupación de no haberse producido el nombramiento del candidato que hoy se ha anunciado en Zaragoza.
Nuestro sistema democrático puede parecernos, ahora en medio de la crisis, deficitario, pero para visualizar si ello es transitorio o permanente habrá que establecer una hipótesis del escenario político que tendríamos con Podemos, y olvidando sueños, poner pie a tierra para vislumbrar el futuro que nos esperaría con esa formación política.
El modelo en el que estamos circunscrito reconoce el derecho a la propiedad privada como elemento esencial de nuestra sociedad. Con independencia de la desigualdad que la crisis agudiza en el reparto de la misma, la propiedad privada es sí misma es un derecho inherente a la persona y vinculado al libre mercado, y el libre mercado es un requisito de la paz internacional - con todas las carencias que puedan observarse y deban resolverse.
Pero aún así hay que considerar que el gesto militarista que exhibe Podemos en éste momento hace perder las esperanzas - aquellos que las tuvieran - que con su gobierno pudieran aumentar los derechos civiles de los ciudadanos, pues estando ante una situación de recursos limitados - muy limitados por la crisis - estos se verían mayormente limitados desde dos vertientes: Pérdida de Derechos Civiles obtenidos gracias a la pertenencia a la UE y pérdida de Derechos debido al mayor gasto en defensa - ambas circunstancias producto de la consecuencia de separarse de la UE. 


En primer lugar la UE da cobertura a los Derechos Civiles de los españoles, procedimientos incluidos en nuestro ordenamiento jurídico. Y en segundo lugar aumenta nuestras posibilidades de sostener Derechos Civiles en razón a un menor gasto del Estado en materia de Defensa y Seguridad, por lo que esos recursos dejarían de estar disponibles para su uso en recuperar la mayor plenitud posible del bienestar.
La salida de la UE - visible, explícita y aireada en los discursos del líder de Podemos en el Parlamento Europeo - (y no sólo del Euro, sino de la zona OTAN) nos traerán los mismos perjuicios económicos que los estimados para Catalunya (nuevos aranceles y mayor encarecimiento de los productos y materias primas; con un encarecimiento de la vida diaria y un regreso a la peseta que haría huir a la iniciativa privada además de hundir la economía interna. A ello se sumaría la imposibilidad absoluta de pagar la deuda y el bloqueo de la UE a su condonación - al convertirnos en adversarios - con lo cual pasaríamos de aliados y socios a adversarios morosos.) y además deberemos incrementar los consabidos gastos militares en Defensa e incorporar el Servicio Militar Obligatorio - tanto hombre y mujeres - en un proceso social en el que el Estado se iría alejando de la defensa de esos Derechos Civiles en favor de la supremacía del propio Estado. Es decir, la capacidad de equilibrio que hoy en día existe entre el Estado y los derechos de los individuos, y que es garantizada por un sistema democrático plural, tendería a ceder en favor del Estado por la natural tendencia que adoptan los Estados cuando se ven obligados a priorizar las cuestiones de Defensa o Seguridad Interna, hasta el punto de encontrarnos nuevamente ante el peligro de un Estado autoritario (llamémoslo como lo llamemos) y gravemente empobrecido (aún mucho más).

Las necesidades de priorizar el Estado de Defensa es una condición implícita que se deriva cuando un Estado cambia su polaridad de alianzas. Las alianzas en España vienen determinadas por la posición estratégica que supone la existencia de su propio territorio (el territorio es un elemento inherente a la condición de Estado), y en consecuencia, por la evidencia de que ningún Estado es ajeno  a las decisiones estratégicas del Estado vecino, nuestro cambio de posición nos debilitaría al perder el respaldo de Seguridad de la UE y la OTAN, hecho que podría acabar estimulando la beligerancia de Estados hasta ahora amigos y el resurgimiento y agudización de tensiones limítrofes no resueltas.
 Sabido esto de antemano, la prevención natural de un grupo político cuyo objetivo esencial es un cambio de polaridad económico-política es la de preverse de los medios necesarios para preservarse como Estado ante las amenazas derivadas de su cambio de estrategia política. En consecuencia, la de prever un incremento en el gasto militar y una mayor adscripción de efectivos humanos que equilibre la desventaja ante aquellos países que pudieran ver el cambio de polaridad como debilidad en la escena política o una amenaza para sí mismos.
Aunque las normas internacionales pudieran haber superado gran parte de estas polaridades, por la gran interdependencia existente entre países, nuestro aislamiento nos haría perder ese escenario de seguridad internacional. 
Cabe pensar en la fuga de profesionales ante la caída de los niveles de vida (esencialmente la población lo notaría en la medicina) y el aumento de incidencias y errores de un Estado nacionalizado por necesidades de subsistencia, traería la censura en la prensa y en la opinión pública; Y el "delito" de opinión resurgiría como una figura contra la seguridad del Estado haciéndose preciso un aumento de la "seguridad" interna del Estado, que acabaría contemplando a gran parte de sus propios ciudadanos como adversarios. Ello sería ineludible, e igualmente expresión de la falta de Libertades Civiles para sus ciudadanos. Los adversarios políticos, desterrados a la oposición permanentemente, se acabarían considerando enemigos del Estado, por lo que las similitudes con Venezuela no vendrían por consecuencia de una mera imitación del modelo del Estado sino por una decisión errónea de "aislamiento" emergida de un programa electoral que pretende con ése aislamiento "mejorar" la situación de la sociedad.
Se buscaría un enemigo causante de dicha situación que ya se ha elegido de antemano: La UE (y EEUU); y una causa heroica que sostener como discurso interno y externo: Un mundo injusto generado por esos países, con una alternativa idílica - que no resiste análisis veraz.  
Nuestro papel internacional, de tener alguno, sería el de marioneta de una potencia beligerante y polarizada en medio de un "terreno ahora adverso": La UE.

Por consiguiente, no cabe pensar que el ascenso de una formación anti-UE en el escenario internacional actual tenga más alternativa de desarrollo que la expuesta; y ello se ha realizado en el mejor de los escenarios posibles: Sin injerencia externa.

Podemos ignora las causas que llevó a la necesidad de concebirse la CEE y parece dispuesto a ser un factor que - en vez de hacer posible una regeneración del pacto europeo - propone la repetición del adverso escenario que propició la necesidad de superar fronteras y amparar al resto de los Estados europeos.



viernes, 30 de octubre de 2015

¿Rajoy pone por encima sus intereses de partido en el problema catalán?

Desvela Pedro Sánchez en el programa de "El Intermedio" de "El Gran Wyoming", para mi pasmo (Alfonso Guerra, en sus mejores momentos hubiera dicho: Me ha dejado pasmao"), que ha sido el propio Jefe de la Oposición quien ha tenido que interesar al Presidente y motivarle para que éste se reuniera con él y con el resto de líderes de la cámara, con el fin de comunicar, al menos, lo más esencial del plan de contención y canalización del independentismo desafiante e intolerante que se viene emergiendo al alza en Catalunya.

El pasmo es generalizado. Pensar que el Presidente de Gobierno decidiera hacer frente a esta situación sin contar con los más significativos líderes del Parlamento español es uno de los más graves errores que un Presidente de cualquier Estado democrático - ante los graves hechos anunciados desde hace más de un año, y que amenazan de pleno la democracia española - pudiera ocurrírsele. Y es lamentable pensar que esta ocurrencia no tuviera otro soporte que rentabilizar el problema catalán en beneficio propio durante las elecciones generales al Congreso. El desatino es mayúsculo. (Ello es estrategia propia de los "Buhs y Reagan" americanos para subir su popularidad en las encuestas mediante la creación o agudización de conflictos - pero en el exterior del país).

Parece obvio que las mentes pre-claras del Estado hayan estado poniendo al servicio de su propio Estado todo tipo de visiones, expectativas, estudios, estrategias y análisis para salvar esta delicadísima situación. Y estas mismas mentes lo hacen, y probablemente lo siguen haciendo, básicamente porque tienen un sentimiento de llamada ante los acontecimientos para apoyar al Estado, mantenerlo íntegro y restablecer la normalidad democrática. Y en ello no cabe pensar que el trabajo, más o menos afortunado que se está poniendo a disposición de las representaciones del Estado, se base en partidismo alguno ni en ideología, pues de lo que estamos hablando es de una cuestión esencial y básica en la que nos jugamos las libertades de todos. Y ante ello, y ante este esfuerzo colectivo, nos encontramos con que nuestro Presidente de Gobierno juega a apuntarse un tanto en medio del peligro. Ello, en sí mismo, es verdaderamente sorprendente.

No nos merecemos más Rajoy.

Pero dicho esto, el deber de ciudadanos es apoyar firmemente al Gobierno de España, de manera diligente y firme para resolver este primer embate soberanista-independentista. Y después de las elecciones, con otro escenario diferente, será el momento de encarar estas cuestiones de Estado que se puedan presentar en el presente y futuro con una sentido de la responsabilidad mucho más diferente de la que ha mostrado nuestro actual Presidente del Gobierno. Esto que ha pasado no se debe de olvidar. Ya lo advertía un prestigioso periódico norteamericano: El mejor candidato del PP es Soraya Saenz de Santamaría; pero Rajoy, como los malos políticos, ha preferido arrastrar a su partido con su, más que probable, propia caída. Desmoralizante.


jueves, 29 de octubre de 2015

Lo individual y Catalunya ¿De donde viene el derecho a decidir?

Este concepto de equiparación del individuo al Estado es el que ha asumido formaciones nuevas de nivel estatal y regional, manipulando a la sociedad a expensas de la crisis y haciéndoles creer que persona individual y Estado son la misma cosa o se encuentran en el mismo rango o categoría- olvidando que Estado es suma de TODOS, y nunca la parte puede suplantar al TODO, por muy organizada que esté - de ahí la necesidad del Parlamento y la pluralidad de los partidos  cuya finalidad es expresar y representar a la sociedad española, por lo que ninguno de ellos, aunque asuma tareas y responsabilidades de Gobierno del Estado, puede considerarse el pleno Estado, sino una representación del mismo que asume atribuciones de Gobierno controladas por el Parlamento. Y ello es ignorado por aquellos que piensa que su individualidad está por encima de la suma de las individualidades que conforman el total y verdadero Estado que somos todos, sin exclusiones.

Y si las personas no pueden sobrepasar los límites que pone el Estado, con el fin de preservarse (y con ello preservar nuestros derechos y libertades), mucho menos las Instituciones que emanan del propio Estado son libres de darse normas al margen de la "fuente" que las emana y legitima a todas ellas, y que se derivan su existencia del propio Estado en su afán de satisfacer el bien general de TODO el Estado y no sólo de una parte del mismo.

El derecho a decidir sobre el Estado, desde esta perspectiva, corresponde a todo el Estado, y no sólo a una parte del Estado - como algunos pretenden haciendo gala de una soberana ignorancia Universitaria. El Estado puede conceder el derecho a decidir sobre aquello que no ponga nunca en peligro su propia existencia - que por otro lado, esa existencia es la garantía de nuestras libertades.



Rajoy - Sánchez ¿ escenificación pactada ?

Empieza a parecer consistente la tesis de que el Presidente Rajoy puede acabar por beneficiarse electoralmente de la cuestión catalana como un elemento decisivo en las elecciones generales. Aún así queda la duda si ello es premeditado o consecuencia de las circunstancias. No terminamos de saber si las lógicas reuniones previas que suponemos que han existido con el PSOE, e incluso con Cs, se han llevado efectivamente a cabo para consensuar la acción del Gobierno frente al soberanismo independentista. A estas alturas queda claro que Rajoy sí ha contado con el imprescindible apoyo previo de la Corona, y que también ha detallado un plan de acción previendo todas las circunstancias posibles que se pudieran presentar; pero lo que no está claro es que haya hecho partícipe de todo el proceso para preservar la unidad de España al PSOE y a Cs.

Si ello es así, si no se ha hecho partícipes al menos previamente al PSOE, por muchas razones que ello lo aconsejaran, podríamos afirmar que España sigue estando lejos de concebirse como un Estado con un régimen parlamentario que tenga verdaderas alturas de Estado -  algo que cuesta mucho de digerir - por lo que es preferible pensar que las reunión de Pedro Sánchez y de Rajoy estaba concebida previamente, y consensuada por ambos partidos una vez previstos, en reuniones de trabajo ya hace tiempo realizadas, el itinerario de los acontecimientos que se están desarrollando en Catalunya.

Cabe señalar que, mientras en España se ve el secesionismo como una ofensa realizada al conjunto de los ciudadanos españoles por la élite catalanista que ha arrastrado a gran parte de la población catalana a posiciones casi irreconciliables,  en Catalunya, probablemente, esa misma mitad de la sociedad pro- secesionista esté viviendo momentos de euforia frente a otra mitad que se puede empezar a sentir extranjera y extraña  en su propia tierra.


miércoles, 28 de octubre de 2015

La Generalitat hacia el abismo.


Parece que el motivo por el cuál el Presidet Artur Mas lanza a Cataluña a la Independencia ya no es otro que tapar la corrupción de su propio partido político. Si en origen estuvo otras razones éstas parecen haber dejado paso a una urgencia personal que le pone en manos de la izquierda independentista. Y es probable que sus compañeros de viaje (ERC y la CUP) conscientes de que Mas está "tocado", obvian y eluden explicitarlo, con el único fin de aprovechar las circunstancias y sacar el mayor provecho posible.

Artur Mas arrastra en su caída las posibilidades del partido que lo sustenta (CDC) y su capacidad de representar al centro social de la sociedad catalana. Su único objetivo parece ya no ser otro que inmolarse confiando que su papel como impulsor del proceso secesionista le salve de aparecer como Presidet corrupto (como le pasa a Puyol). Estamos, de ser así, ante una maniobra aparentemente compleja cuyo objetivo explícito (la independencia) parece ser el único camino que le queda, lleno de consecuencias adversas que van más allá de su propia persona.  En éste supuesto el objetivo último sería su preferencia a ser procesado y pasar a la historia por violentar las leyes en razones puramente políticas (y heroicas) que aparecer ante los jueces como el heredero de una maquinaria aparentemente corrupta de la que se beneficia.

La posición de ERC y de la CUP al respecto es puramente oportunista. Formalmente no ignoran las posibles y evidentes responsabilidad de CDC pero la circunscriben al propio President de la Generalitat, de tal manera que Mas se encuentra sin más salida que dar el impulso definitivo a los independentistas - y en caso de esta hipótesis no es otra la voluntad del Presidente Mas que la de sobrevivir a la corrupción de CDC (al menos en los libros de historia). En esta tesis que cabe pensar que tanto la CUP como ERC se desharían del Mas si les estorba, con energía y rapidez, dando lugar a la probable desaparición total de CDC.
A este respecto cabe opinar sobre la importancia que la sociedad catalana otorga a la condición de su impulsor independentista pertenezca a un partido que ha usado de mordidas institucionales desde que inició su andadura autonómica. y que sus socios de viaje ignoren esta evidente circunstancia.

Otra cuestión a pre-ver es cómo garantizará el Gobierno Central las elecciones Generales en Catalunya en medio de un "proceso" de independencia y de "desobediencia" y con una población con derecho a voto probablemente desorientada por sus propias instituciones. Y una previsible aplicación del artículo 155 en medio del proceso electoral.



domingo, 25 de octubre de 2015

El Pilar


Tuve, para mí, la fortuna, así lo percibí entonces, de que Sánchez Dragó (Nota 2), hace unos años contestara una carta de más de diez folios con un tarjetón por las dos caras fechado el 31 de diciembre. Todo en ello fue sugerente, pues para mí no existen los mitos de ninguna clase. Así que nunca consideré a ninguna persona en particular ejemplo o meritorio de seguir su biografía en modo alguno; de las personas sólo me atraen sus valores y esos los podemos cultivar todos. Pero su obra Gargoris y Habbidis, Una Historia Mágica de España y Premio Nacional en 1977 me dejó  "out" cuando la leí a los 22 años y precisé otros 20 para poder entenderla - un proyecto de economía medioambientalista que permitía la participación decisiva de los ciudadanos en el devenir de la economía de mercado me remitió a la Mitología que los hombres "siguen" para no desorientarse en su papel social cuando se encuentran en posiciones relevantes para sus sociedades (Joung asegura que todo hombre sigue un mito aunque de ello no sea consciente). Y ello motivó mi contacto con el erudito personaje que cultivó el estudio en la Biblioteca Nacional para basar su obra.
Ahora que el programa de Ébole habla del Colegio de El Pilar (y no del Pilar, como tendemos todos decir) me mueve el ánimo a expresarme para actualizar algunas ideas míticas que yo mismo construí en aquél tiempo y que quedaban guardadas en el armario de las recónditas emociones que emergen cuando descubrimos que todos podemos llegar a similares "visiones" aún viniendo de "lugares" muy diferentes; tal vez porque la vida de las personas, pese a las fantasías que nos creamos mientras vivimos, esconde un único camino a recorrer y ése camino es más común de lo que creemos (siempre que no nos paremos en medio del mismo pensando que nada hay ya por descubrir).
Mi aportación mitológica, basada en el rescate que Dragó realizó en su obra premiada, situaba a Jacob desembarcando en Finisterre y recorriendo el Ebro hasta llegar a la ciudad de la Luz, que no era otra que la prehistórica Zaragoza, llamada entonces la Ciudad de la Luz (tiene tantas horas de Luz como Sevilla) y allí soñó Jacob su escalera hacia el Cielo y levantó el Betilio que hoy en día es recordado por El Pilar a orillas del Ebro. (Obviamente, si Santiago nunca estuvo en España, el camino Jacobeo no hace referencia a Santiago - si no lo haría a Jacob, el patriarca hebreo -, y por ello escondería un mito que resultaba, por circunstancias, inconveniente expresar).

Se dice que los alumnos de El Pilar han accedido a las mayores responsabilidades del Estado y se han considerado así mismos generadores de un concepto de ciudadanía tan profundo que les ha alejado del resto de los ciudadanos dando lugar a un sentimiento elitista y solidario (todo un mito en sí mismo, y por ello mismo activa las propiedades propias de los mitos en las personas que a él se acercan a recibir educación y que les acompañarán toda la vida).
El conocimiento, por sí mismo nos otorga cierta fortaleza, pero también la manera y forma en que estos conocimientos son recibidos determinarán su posterior uso.  La educación no sólo prepara para la vida en sociedad sino que también orienta la vida más íntima de las personas. Los idearios de los centros educativos alcanza aquí gran relevancia, de ahí la pugna política entre las diferentes perspectivas.

Y aún con todo siempre habrá que distinguir entre memorizar - y usar como truco un conocimiento - y el proceso de descubrir y sumergirse en el propio conocimiento; puesto que siempre hay quien usa las palabras y los conocimientos como quien juega con el entorno (y por ello difícilmente asimilan algo más que victoria o derrota en cada uno de sus actos) y distinguirlos de quienes lo van asumiendo con lealtad y respeto al propio conocimiento. Y aunque haga esa distinción no por ello se puede hablar de mejores ni peores vidas esencialmente porque el final del devenir de todos parece depender de un juicio subjetivo realizado por nuestra consciencia en el momento más adverso de nuestra existencia terrena (y en ése momento parece que los trucos no valen de nada - de ahí que Osiris pese el corazón del muerto después de multitudes pruebas que el propio muerto ha podido trampear).

La vida es un misterio. Los conocimientos que sustentamos como ciertos están basados en hipótesis y axiomas cuya base real es sólo aparente - la Ciencia tiene esa doble virtud de construir a la vez aumentar las incertidumbres (pero de indudable utilidad). Ni siquiera la historia nos transmite certezas que realmente sean útiles si sólo atendemos a los sucesos y no incorporamos a ellos el componente humano - para lo cual, como dice Ortega, es preciso substraerse de la realidad. Todo ello parece una paradoja.

De ahí que los mitos tengan tanta importancia en las naciones porque influyen decisivamente en sus gobernantes y en sus ciudadanos.

Nota de 2019), por eso me pareció absurdo que Podemos, (UP)  fuera en contra de los mitos instalados en el subconsciente más profundo de nuestras gentes, nuestra ciudad, de nuestro valle del Ebro. Incapaces de realizar una lectura simbólica de lo que se presenta desde el hecho religioso, intentando aportar luz, lucha contra un Nacionalismo para implantar un Estatalismo (que se antoja tan frío, oscuro y yermo, o más nefasto y sombría que lo que dicen pretender derribar).
Nota 2), el valor que le supuse al autor en su momento se ha trocado en decepción; parece que el desengaño que le pudo generar la pérdida de las creencias políticas que fueran motor e impulso del trabajo que realizó en el 77, se hubiera transformado, aun pasando por el hecho religioso en oscuridad (porque me temo que no interiorizó); me da la impresión que usó el hecho religioso y los conceptos espirituales que tuvo a su alcance no tanto para buscar dentro de sí, sus propias respuestas, sino para intentar debatir en un terreno de conceptos espirituales y religiosos con gentes, que en su mayoría, observan la vida como una mera experiencia materialista. Y sobre todo para justificarse él mismo y todos sus pecados (que parece práctica precipitada desde estos últimos años y qu eparece consecuencia de vislumbrar un retorno del franquismo). Y de echo, su giro personal, parece más destinado a sobrevivir en tiempos revueltos que a intentar seguir predicando - aunque sea en el actual desierto que se vislumbra como preámbulo a un mayor precipicio: el de la ignorancia barnizada de multitud de conceptos, ideas, razonamientos... tomados de otros prestados y repetidos como si fueran loros, porque nunca reflexionaron sobre ellos de verdad. Todo parece sean utilizado como instrumento o para ganar dinero, o fama o relevancia. Desde luego, no parce que su corazón pudiera pasar, hoy en día, la prueba de la pluma en presencia de Osiris,

La Sagrada Familia
(Una obra cuya contemplación genera resultados propios de un test psicológico
Test de Rochard a la antigua usanza)
(Cada persona ve algo diferente)

jueves, 15 de octubre de 2015

El Doce de Octubre

        
La crisis ha hecho posible que los ciudadanos, organizados en colectivos que alcanzan las responsabilidades de gobiernos, revisen todo aquello que habían aceptado como parte de una sociedad que prometía que siguiendo ciertas reglas (esfuerzo, sacrificio en los estudios y actitud positiva) se alcanzaría una posición de independencia personal que permitiría acceder a una vida propia, plena, segura y positivamente previsible. Y ahora todo se revisa no siempre con fortuna, en un intento de encontrar los errores de una sociedad que ha hecho posible esta crisis de valores  pidiendo, implícitamente, respuestas.
No hay que olvidar que todo esto se ha generado desde la libertad del pensamiento cuya misión es hacer posible una visión crítica de la sociedad que la movilice, como motor de cambio. Pero tampoco hay que olvidar que todo cambio debe comportar cierta reconciliación con las generaciones que nos preceden (es decir, otorgarles cierta presunción de veracidad y honestidad en todo lo que realizaron) para que el cambio suponga un verdadero paso hacia adelante.
Parece recurrente, en este proceso de asimilación de la crisis, marcar claras diferencias con la generación del 78, y sin embargo si esas diferencias se construyen desde la crítica indignada estamos entrando en el terreno de la ruptura y toda ruptura  precisa de un proceso de reconstrucción que nos traería nuevas contradicciones que volveremos a sufrir como sociedad. Por ello es preciso que la crítica pase de indignada a racional para que nos permita una continuidad social que permita el cambio de perspectiva sin necesidad de destruir todo lo que de bueno hemos construido en estos últimos cuarenta años.
Todo no está mal. Ya lo advertía Ortega y Gaset en “La rebelión de las masas”. Intentar cuestionar todo para establecer diferencias insalvables es propio de niños mimados y por lo tanto irresponsables. Ello no aporta soluciones, sólo diferencias que terminarían por llevarnos a posiciones irreconciliables y a una nueva transición pero esta vez  llena de Robespieres.
Es probable que el descubrimiento de América llevara a ese continente nuevas enfermedades propias de Europa (y no sólo de carácter sanitario sino también la ambición propia de las sociedades que compiten). Pero ignorar que América no era un paraíso antes de la llegada de los europeos es vivir en la inopia. Ya los Incas se daban de manporrazos con aquellos que no se les sometía. Y recordar las abominables ceremonias sangrientas que celebraban con los cuerpos de sus semejantes no parece una actividad que dejara indiferentes a las sensibilidades esgrimidas por los actuales antitaurinos.
Pretender que los hombres malos sólo lo son los europeos o exclusivamente los españoles por descubrir América y proceder, por ello, a transmitir su cultura, es creer fabulas infantiles.
El ser humano es lo que es. Y lo es por su condición biológicamente animal en un entorno de recursos limitados. Y no por ello es más abominación que las salvajes leyes que rigen las selvas o las estepas africanas donde los carnívoros se alimentan de todo lo que cae entre sus garras (desde "bebes" gacelas, hasta "madres" de chimpancés e incluso se devoran o matan a los de sus mismas especies) o donde los herbívoros son capaces de combatir hasta la muerte por un harén de hembras.  Y en esta afirmación apelo a las certezas que observamos en la existencia de sentimientos comunes entre animales y humanos; sentimientos que bien conocen las personas que tienen a su cargo animales domésticos que tuvieron como antecesores seres salvajes - igualmente que nosotros los humanos. Podríamos afirmar, por ello, que sólo en entornos seguros los seres vivos semejantes a nosotros son capaces de olvidar los fuertes impulsos de su condición biológica.
Podemos decir con rigor que el género humano ha sometido a esclavitud a los negros africanos, pero también en ello seríamos parciales, la esclavitud se ha dado en todas formas y sociedades.La escenas televisivas nos muestran la fácil capacidad que la humanidad  tiene en olvidar que la racionalidad de su inteligencia le permite resolver situaciones complejas sin violencia y alejarse de la sumisión a sus instintos más primarios. E incluso la esclavitud llega a nuestros días en la trata de blancas o de niños para satisfacer impulsos biológicos sacrificando vidas humanas o incluso el sacrificio de personas vivas y sanas para tráfico de órganos de pudientes de todas las razas y condición, siempre que tengan el dinero suficiente para pagar estos "servicios". 
Y qué decir de las guerras que somos capaces de organizar en las que todas las razas y poblaciones humanas han participado; y algunas lo han hecho en el último momento para granjearse parte de los beneficios que los vencedores iban a repartirse.
A todos nos dan ganas de refugiarnos clamando por un lugar seguro ante un mundo tan adverso. Pero acabamos por "ver" (que no es otra cosa que aceptar que las leyes de la vida con sus contradicciones - y estas no sólo son las que se formulan en entornos presididos por la racionalidad, sino también aceptamos que hay cierta irracionalidad en esta forma de vida que tenemos en donde los sentimientos más sinceros que dan sentido a la vida conviven con los más absurdos impulsos o con la enfermedad y la muerte) y aunque busquemos seguridad todos sabemos que debemos sobrevivir en un mundo cuyas reglas pueden que no nos gusten y tal vez algunas las podamos cambiar precisamente al agruparnos en sociedades que nos hacen fuertes - y en ello debemos reconocer el mérito que como humanos hemos adquirido al dotarnos de sociedades seguras que nos permiten la ensoñación de mundos mejores y sociedades perfectas - , pero la mayoría de ellas, de esas leyes biológicas, y de las pulsaciones del ánimo más salvaje debemos aceptarlas como posibles porque algún día nos pueden alcanzar aunque vivamos en sociedades organizadas y altamente seguras.
Por mucho que se critique el Doce de Octubre desde las nuevas esferas generacionales o desde Catalunya, el mundo de las sociedades humanas seguirá careciendo de la racionalidad plena en la que todos estemos conformes. Es condición humana.








miércoles, 14 de octubre de 2015

Catalunya y el Estado


La inmensa mayoría de las personas que conformamos un Estado podemos considerarnos "gente común" en el sentido de que al afrontar situaciones adversas deseamos que las circunstancias que aparecen como complejas e insalvables en un primer momento tiendan a ceder en favor de soluciones consensuadas o pactadas que hagan posibles soluciones razonables que permitan conservar la idea que tenemos de "buena fe" que suponemos a todas las personas que componen la sociedad y que ejercen su actividad en ámbitos de responsabilidad. Por ello creamos Instituciones que hacen posible un estado de bienestar general para todos los ciudadanos. Instituciones que han sido posibles gracias al trabajo de generaciones pasadas que han observado la necesidad de las mismas y en las que participan personas cuya vocación es preservar la sociedad de los problemas más adversos haciéndolos visibles y trabajando para su solución. Estas instituciones se encuentran en todas las sociedades occidentales y su papel es fundamental para preservar la convivencia. Son agrupaciones de personas cuya misión es un trabajo especializado en algún aspecto de la sociedad y por ello son los que proponen acciones y soluciones para evitar que los problemas y circunstancias adversas, que son inherentes a cualquier sociedad, puedan acabar por hacerse  de difícil solución y pongan en peligro la convivencia de toda la sociedad.
Las Instituciones trabajan en aspectos sociales: la pobreza, la infancia, la mujer, la violencia, el derecho, el trabajo, el consumo, la economía, la Administración.... en general todos los aspectos y rasgos que influyen en nuestras sociedades.
Las Instituciones nacen para la prevención y resolución de los conflictos sociales, pero no hay que olvidar que sus nacimientos se basan en la buena fe para la resolución de los conflictos. Y la buena fe es la que hace posible la solución. Cuando falla la buena fe entramos de pleno en el terreno del conflicto y entran en funcionamiento otros mecanismos sociales de canalización de los problemas a los que no son ajenos el ejercicio de la violencia legítima.
Es un objetivo de la sociedad la resolución pacífica de todos los problemas que se nos presentan, pero ello, aún siendo así, no excluye en modo alguno el ejercicio coercitivo legítimo. Si una de las partes no atiende a las soluciones propuestas y no aporta ninguna nueva que permita mantener la estabilidad empezamos a dejar espacio a los argumentos de fuerza. Y la fuerza, aunque sea expresión de la derrota de los medios pacíficos de resolución de problemas, no por ello deja de ser legítima si con ello se evitan problemas mucho más graves y profundos. De ahí que antes del ejercicio de la fuerza se tienda a mostrar a aquellos que conscientemente desean romper las reglas sociales la gravedad que se generará de persistir en esa actitud.
Esta es una postura no sólo propia de un Estado legítimo sino de cualquier persona común que ejerce responsabilidades sobre terceros; por ello no es una actitud ajena al comportamiento social, aunque la reserva legítima de la violencia sólo pueda expresarse desde la esfera del Estado.
Tal vez pueda extrañar esta legitimación de la violencia respecto de persistir la actitud del Gobierno catalán, pero a esta legitimación no es ajeno el propio Gobierno de la Generalitat pues él mismo, como Estado que es dentro de la expresión de un Estado que le da esa legitimidad, es consciente de que la acción de Gobierno implica, en situaciones extremas, el uso del ejercicio de la violencia legítima; y no es ajeno a este concepto la propia Generalitat porque ella misma la ha venido ejerciendo cuando los mecanismos de resolución pacífica de conflictos ha fracasado, e incluso hemos podido visualizar excesos en el ejercicio de la misma que han acabado por entrar en la esfera del reproche social e incluso han sido motivo de la acción judicial de las propias instituciones catalanas que están encargadas de su corrección.
De la misma manera que una persona común es capaz de prever que, de realizar ciertas actividades prohibidas por la sociedad en la que vive, puede acabar sufriendo en sí misma la acción de los instrumentos correctivos que están legitimados para el uso de la violencia; análogamente sabe la Generalitat de Catalunya que de persistir en violentar las normas que hacen posible su legitimidad se acabarán por encontrar con la acción coercitiva del Estado que en su día le legitimó como representante del Estado. Y aunque ello lo intente ocultar a su propia población no por ello deja de ser una certeza.
Si como "personas comunes" pensamos que el Estado al que pertenecemos ignora esta circunstancias aquí expuestas (u otras mucho más complejas) y que problemas tan graves como el catalán los va a afrontar de manera improvisada o sobrevenida nos deberíamos considerar verdaderamente ingenuos.  Nuestro Estado tiene a su disposición Instituciones y herramientas formadas por personas que desean tanto como nosotros la resolución pacífica de cualquier conflicto, pero por ello mismo y por su profesionalidad no ignoran que sobrepasados ciertos límites empieza a no haber retorno a soluciones consensuadas y ha de imponerse el criterio del interés general. Y cuando hablamos de imponer hablamos de formas de coacción que puede llegar a ser extrema.
No existe una legitimidad catalana fuera de la legitimidad que le ha dado su razón de ser; al menos en nuestro ordenamiento jurídico, que por otra parte es el mayoritario en los Estados que nos circundan y que comparten con nosotros el devenir histórico occidental.

  

miércoles, 7 de octubre de 2015

(Defender la integridad del Estado de Derecho español (y V)


(Defender la integridad del Estado de Derecho español)

Probablemente los contactos informales y formales entre Gobierno y oposición, respecto a Catalunya ya se han dado y las posiciones han quedado fijadas, y cada parte mantiene vías de contacto directo para evaluar el desarrollo del problema. Posiblemente el itinerario de acontecimientos derivados de la secesión catalana, aquí someramente reseñados, estén  desarrollados o intuidos con muchas más variables y con consecuencias anejas no mencionadas, pero el objetivo de esta reflexión no es ser exhaustivo en ése terreno.
Por una cuestión, que ha podido resultar didáctica, o posiblemente ante el malestar que genera la certeza de aceptar la casi inevitabilidad de que se produzca una intervención militar en Catalunya, mi posición explicativa respecto del análisis del Presidente Rajoy acabó tomando una posición partidaria en la esperanza de que la clara visión que va definiendo el Presidente Rajoy del problema catalán, acabe por impulsarme a ver mejores soluciones que aún no se perciben con nitidez. La dificultad en percibir esa nitidez se encuentra en el rumbo tomado por el Presidente Mas que a todas luces parece de no retorno. Si algún valor puede obtenerse de la visión del Presidente del Estado es el de representar con claridad el sentimiento de unidad territorial y la de los límites que no se deben sobrepasar dentro de la lealtad al Estado de Derecho que es origen del bienestar y seguridad que disfrutamos todos los españoles.
A mi modo de ver, el propio concepto que adquiere el Presidente Rajoy tal vez le invalide para realizar con franqueza esas gestiones encaminadas a una declaración de alto nivel de la UE en el sentido de desautorizar el deseo de Catalunya o de cualquier otra región europea de acceder a la condición de Estado sin observar la Constitución que regula la vida Administrativa del Estado afectado y que se expresa en la soberanía nacional. Esa declaración debiera contener al menos el compromiso de afrontar el estatus de las regiones europeas en el marco de la configuración y diseño del Estado Europeo; Estado Europeo que es un objetivo irrenunciable pero cuya definición y concreción están por definir esencialmente por la complejidad de la actual situación político-económica que atraviesa Europa en estos momentos y que están poniendo a prueba los valores esenciales sobre los cuales se asienta y que definen el origen de la propia UE así como determinan el rumbo que con el que ha de emerger el futuro Estado Unido Europeo.
Si con esa declaración de desautorización bastara para que Catalunya renuncie al impulso secesionista se podría gestionar para Catalunya la sede del proyecto Estatal Europeo que sería el encargado de definir el o los modelos viables de Estado para Europa y las fases de desarrollo en razón al marco político más adecuado para ello. En caso contrario, en el caso de que rechazara dicho papel y persistiera en el deseo independentista pese a la desautorización del órgano europeo competente cabría plantearse la intervención de la autonomía catalana y en caso de extrema ilegalidad preverse del mismo órgano europeo la autorización excepcional de intervención de las FFAA europeas para normalizar la situación en Catalunya.


En las próximas elecciones generales de diciembre es probable que gane el Partido Popular en número de votos pero sin llegar a la mayoría absoluta (si lo hace con mayoría absoluta mi convencimiento es el de que tarde o temprano la suspensión de la autonomía catalana será un hecho que habrá que canalizar con la intervención de las FFAA, que es precisamente el escenario previsto por Mas). El plan del presidente Rajoy para Catalunya no pasa por el aval de la UE, obviamente. De no haber existido vinculación afectiva con el Franquismo en estos últimos lustros por parte del PP, y que se ha venido expresando en la resistencia a la normalización de una historia democrática que inhabilitara la figura de Franco y sus consecuencias, en estos momentos nos encontraríamos con una derecha española profundamente democrática. Con ello no quiero decir que no lo sea, pero de alguna manera ha de reconocerse que los absurdos obstáculos impuestos a la ley de memoria histórica reflejan un gesto que ahora se revela en contra de nuestros intereses de Estado frente a la opinión pública europea y ello sí nos importa a todos. No a una parte de los españoles, sino a todos. Por ello, porque la derecha española no ha encontrado el espacio político que le permitiera abjurar del legado de Franco nos encontramos en esta situación que requiere hacer equilibrios políticos para no salir penalizados ni divididos de esta delicada y grave situación que la historia nos vuelve a presentar.

Creo que la suma de PSOE, PODEMOS y CIUDADANOS, o en alguna de sus variantes, será capaz de generar un Gobierno estable que afronte esta delicada situación después de las elecciones generales de diciembre. Ese Gobierno en el que esperemos que Pedro Sánchez esté al frente, deberá afrontar la gestión del problema catalán con los recursos que el Estado le ofrece incluida la posibilidad aquí expresada del amparo institucional de la UE - siempre que previamente haya conseguido un acuerdo y compromiso preliminar en la dirección deseada.

Cualquier error de cálculo del nuevo Presidente español respecto a Catalunya que lleve a la no consecución de una resolución pacífica del problema o que aboque a la intervención militar requerirá de su dimisión, pues el objetivo esencial en las nuevas elecciones de diciembre (se explicite o no) será la recuperación pacífica de Catalunya al proyecto común español y europeo. 

(¿Tiene Europa criterio sobre los nacionalismos?) (IV)

(¿Tiene Europa criterio sobre los nacionalismos?)

Dado el triste papel que como Estado español nos toca nuevamente ejercer en el concierto internacional y sabiendo de antemano que cualquiera que sea nuestra posición política ante el conflicto catalán y sus consecuencias seremos inmisericordemente criticados, sólo cabe pedir el respaldo internacional Europeo para mantener nuestra integridad territorial bajo el mandato de interés general Europeo. Y aunque parezca un contrasentido o un contra derecho, no bastan las declaraciones de escenario realizadas por los Presidentes europeos sino un verdadero baño - como se dice: mojarse plenamente en la cuestión nacionalista española y europea. Es decir: Coger el toro por los cuernos y obligar a todos nuestros aliados a posicionarse libremente en la cuestión catalana y sus consecuencias colaterales en aquellos foros donde las decisiones adquieren relevancia jurídico-ejecutiva.
Y allí, en esos foros, veremos a las naciones y a las ideologías y contra-ideologías manifestarse abiertamente sobre un asunto que, aunque afecte a la esfera de la cuestión interna española, por otro lado, sabemos que todos están dispuestos a opinar sobre la misma a toro pasado. Veamos cuáles son nuestros verdaderos aliados, quienes son los que realmente defienden la integridad de los Estados y veamos qué jurisprudencia generarían sobre nuestro país y sobre sus propios independentismos. ¿Estarían dispuestos a mojarse?
Las cuestiones de Independentismo asimiladas a las de libertad pueden considerarse sujetas a percepción subjetiva, difícilmente podremos alegar que el Estado de Autonomías ha dado a España un autogobierno territorial profundo e inconcebible en la historia del país; pues análogamente a la singularidad con que se percibe la intensidad del dolor, también es singular la percepción de la alienación de derechos históricos, como lo es la percepción de la falta de derechos  por el simple hecho de no ser un Estado independiente; aunque posteriormente en la práctica diaria estos derechos históricos o libertades individuales sólo tengan un eco ilusorio sobre inconsciente colectivo.
La Idea de Estado que más se puede aproximar a la realidad actual es aquella que contempla al Estado como la suma de las conciencias de sus ciudadanos y por ello el Estado es previsible en cuanto que las decisiones que toma - aquellos que tienen la responsabilidad de tomarlas - tienden a ser similares a las que tomaría cualquier ciudadano bajo las mismas circunstancias; y ello lo es así esencialmente porque nos encontramos en un Estado basado en el Derecho, marcado fuertemente en sus aspectos Sociales y Democrático. En el que existe libertad de información y esta circula entre los ciudadanos permitiendo que cada uno de ellos saque sus propias conclusiones sobre el entorno social, económico y político. Y consecuentemente tiene la facultad de ejercer el voto y elegir a sus gobernantes - incluidos ellos mismos si lo desean.
Esta definición de Estado es la que realmente diferencia a unos Estados de otros y tiene que ver con su continuo devenir histórico. Por ello la opinión sobre la resolución de un problema en España no es la misma en Francia o Alemania, por la sencilla razón de que cada Estado ha seguido un criterio histórico en la resolución de sus problemas que tiende a determinar el sentido de las soluciones futuras que va a tomar y que es consecuente con el carácter de sus ciudadanos. Por lo que, análogamente, un problema de independentismo en España probablemente no será valorado de la misma manera en Francia, ni prevenido ni resuelto de la misma manera. En consecuencia la manera en cómo los franceses puedan ver el independentismo catalán o vasco no tiene que ser consecuencia de cómo presienten los problemas independentistas en sus propios territorios, sino que estarán matizados por prejuicios históricos; y así análogamente el resto de naciones europeas. Ello señala que la UE, en cuanto a camino hacia los EEUUEE, está aún considerablemente lejos de constituirse como Estado, en el sentido de suma del pensamiento de sus ciudadanos, básicamente porque no ha tomado nunca decisiones de carácter de Estado. Por lo que ponernos en sus manos para la resolución de un problema interno no sólo es arriesgado, sino habrá quien incluso lo considere temerario. Además el propio Parlamento Europeo, representación de la pluralidad europea, está compuesto por personas o grupos que nunca han sabido lo que es una responsabilidad de Estado en su propio país y difícilmente van a adquirir esa responsabilidad para evaluar la envergadura de esa circunstancia en país ajeno. Así que de existir un foro adecuado sería aquel que contiene a los Jefes de Estado o a los Ministros de Asuntos exteriores de los países adheridos a la UE. Una resolución de mayoría absoluta sería suficiente para garantizar la integridad del Estado español desde la propia UE.
Esta afirmación y actuación actualizada de Estado poco tiene que ver con la incidencia que en el pasado se realizaba sobre su predominante carácter coercitivo, pues si bien el mismo sigue existiendo, éste carácter tiende a ser moderado por la opinión pública y en consecuencia la posible arbitrariedad que el ejercicio de ésa facultad pudiera darse tiende a ser desvelada y perseguida por la Ley. 

Por ello surge la necesidad, ante la más que probable necesidad de ejercer violencia legítima para mantener la integridad territorial de un Estado europeo, anticipar la situación a la opinión pública europea para procurar su madurez si ello es posible. Y hacerlo con humildad ante un foro que va a explicitar la visión real que tienen de un país como España; que en un esfuerzo democrático y creyendo en los valores que dice sostener la comunidad social de la UE se pone, libremente a su disposición esperando que los Estados allí reunidos se posiciones con coherencia ante el problema español. ¿Serán capaces? ¿O sólo verán oportunidades en debilidades ajenas?

(Construcción de un escenario conflictivo (III) (Nacionalismo como sinónimo de Libertad )


(Construcción de un escenario conflictivo (III)
(Nacionalismo como sinónimo de Libertad )

Veamos las consecuencias que podría traer el independentismo catalán a España y a Europa, para desde ahí analizar la bondad o maldad del proyecto secesionista catalán.
Si Catalunya se separara de España, a continuación esa misma condición sería reclamada por Euskadi. Al generarse una ruptura de un Estado de la Unión Europea tendríamos como primera consecuencia a observar el posicionamiento que ambos nuevos Estados observarían en el concierto internacional. Probablemente Catalunya sería pro-continental y pro-alemán, pero Euskadi sería pro-británica, esencialmente por afinidad con los Británicos. Británicos que han inspirado la bandera vasca y han apoyado la imagen de héroes de los terroristas vascos ante los ciudadanos de Reino Unido en los medios de comunicación. La posición Británica en Europa adquiriría mayor relevancia al fomentarse en el País Vasco los principios anglosajones. En Euskadi se volvería a plantear la legitimidad de la violencia para liberar al Nafarroa del yugo españolista, por lo que cedida la independencia en dos territorios, la conquista de la independencia de Navarra traería como consecuencia un enfrentamiento civil dentro del territorio Navarro entre pro-vascos y pro-independentistas o pro-españoles (hay que pensar que concedida la independencia a Catalunya, los valores nacionalistas alcanzarían cotas ahora insospechadas en el resto de territorios, ya que el criterio observado para catalanes, una vez vista la inoperancia del Estado español en el concierto internacional, sería reclamada por cada autonomía aunque tal vez con ciertas peculiaridades). No cabría pensar en esas circunstancias que los británicos renunciasen a aumentar su área de influencia en el continente fomentando territorios que serían solidarios con sus visión diplomática, por lo que cabría pensar un apoyo implícito por parte de los británicos a la anexión de Navarra al País Vasco para formar la gran Euskadi - el paso consiguiente no sería otro que el de respaldar al nuevo Gran Gobierno Vasco en sus reclamaciones territoriales sobre suelo francés, por lo que aumentaría la tensión independentista en Francia, algo que aprovecharía la Catalunya independiente para recordarles a los catalanes franceses que existe una nación madre cuya capitalidad es Barcelona. Aún así, demostrada la legitimidad catalana en Europa, este nuevo Estado se dispondría a crecer - como ya lo ha anticipado - solicitando a la comunidad Balear y Valenciana su proclamación de independencia y posterior adhesión voluntaria al nuevo Estado catalán, cuyo previsible rechazo traería como consecuencia el aumento de una beligerancia interna en los territorios baleares valencianos y de la franja aragonesa, intentando que éstos últimos proclamen su independencia para luego incorporarse al Estado catalán (eso sí, todos esos procesos ya no requerirían de más trámite legal que la mera declaración unilateral).  Aun considerando que Francia consiguiese mantener su integridad territorial las perspectivas generadas en España por los independentismos alentarían otros independentismo europeos ahora latentes que basarían sus fundamentos de derecho legítimos en cualquiera de los esgrimidos por los nacionalismos españoles - básicamente porque se convertiría en una cuestión de moda.
¿Cabe pensar que esto sería del agrado de Francia, Bruselas, Italia? Obviamente no. La tentación de que el proceso independentista en España fracasara violentamente podría llegar a ser un punto en común dentro y fuera de nuestras fronteras.
¿Merece la pena (y la sangre) fomentar los nacionalismos ajenos a fin de debilitar naciones o fortalecer posiciones políticas propias, aun sabiendo que quienes las fomentan recibirán parte alícuota del castigo infringido, en el exterior, en el propio suelo patrio?

Toda la secuencia de hechos que se generan son probables no en razones de premeditación organizada y previstas, porque de ser así ello requeriría un acto de voluntad previa que probablemente ahora no existe (salvo en el caso catalán que ya lo ha dejado entre ver) sino que se basa en cuestiones de oportunidad. Las cuestiones de oportunidad son aquellas que se presentan sobrevenidas. Una cuestión de oportunidad es una cuestión de clarividencia: se ve con tal claridad la debilidad del semejante o adversario, que emerge, casi involuntariamente, la necesidad de aprovechar la ocasión y no dejarla pasar de largo (por ello más que ver maldad en los Británicos, veo cuestiones de rivalidad y oportunidad; algo así como cuestiones de negocios; y lo mismo podría acontecer a las naciones europeas afectadas por nacionalismos - su posición ante el conflicto español pudiera acabar por no ser consecuente con sus propios problemas nacionalistas por pura estrategia política. Así están las cosas).
Estamos hablando de la nueva potenciación de los nacionalismos: Nacionalismo catalán, vasco, británico,..... Obviamente España no es en sí una potencia mundial decisiva en el orden internacional - tal vez nuestro objetivo futuro tenga que ser mucho más humilde que el que nuestros gobernantes se empeñan en proclamar - pero al pertenecer a la UE nuestros problemas sí afectan más determinantemente que en el pasado, pues ya no somos esa dictadura franquista que a todos les gustaba golpear como causante de todos los males que afectaban a España, que por otro lado era la vergüenza de Europa hasta el punto de considerarse África. Los etarras ya no son héroes, y si alguna vez lo fueron perdieron sus carácter cuando empezaron a derramar sangre en honor a una idea de patria que a estas alturas debería de ser caduca, pero que el antagonismo catalán pretende resucitar y, no le quepa a nadie la menor duda, el derramamiento de sangre si ha sido evaluado, por el simple hecho de plantearse una desobediencia que ellos mismos han llegado a evaluar como golpe de Estado - eso parece aunque no lo expliquen explícitamente a su propio país , pues siempre es mejor aparecer como víctimas más que como verdugos - y en ello ponen todo su esfuerzo.

(Hablar de Libertad (II)

(Hablar  de Libertad (II)

Intentar construir un Estado nuevo dentro de un Estado avanzado requiere algo más que la idea de una cultura y costumbres comunes - pues la cultura y costumbres tiende a ser cada día más común y, paradójicamente, cuanto más queremos singularizar esa cultura o esas costumbres más difícil se hace conseguir encontrar una frontera realmente singular que habilite las condiciones necesarias para definirse como Nación y aspirar a ser Estado, pues nunca serán de igual costumbres los que viven en los valles de las montañas que los que viven a la orilla de los mares o en el interior de una llanura - requiere algo más que la idea de una lengua común y diferente - pues para que una lengua sea común en un territorio se hace preciso uniformarla y en esos procesos se van perdiendo pequeñas identidades culturales en aras de facilitar la comunicación. Para construir un Estado independiente se requiere alegar grave injusticia o perjuicio ocasionado de manera constante y sostenida en el tiempo que perjudica el desarrollo de la región y de sus gentes, y de su identidad cultural hasta el punto de avocar a sus gentes a clamar por la independencia.
El sentido del término Independencia está vinculado con el de libertad de decisión y autonomía. Sin embargo vemos que alcanzada ésta libertad autonómica se reclama para el término de libertad el sentido de liberación e Independencia; como si esos términos existieran en valores absolutos, como si existieran naciones en la Tierra que pudieran proclamar que son Libres e Independientes por sí mismas ignorando que vivimos en una comunidad de naciones que libradas de las ataduras de los compromisos libremente adquiridos para hacer posible la convivencia entre ellas, se jerarquizarían nuevamente en razón de su fuerza coercitiva y no en razón de la convivencia. Todo lo que se está construyendo en Europa se hace, de alguna manera, bajo el principio de Rouseau por el cual se sacrifican los derechos a la libertades individuales por un objetivo común mayor que a todos nos beneficia. Y ello es válido tanto para individuos como para Estados.  La Unión Europea trae como consecuencia el asentamiento de valores sociales e individuales que son protegidos por la comunidad de naciones. Por ese motivo las cesiones de soberanía que realizan los Estados lo hacen en razón de objetivos que uniforman normas, permeabilizan fronteras, comparten recursos destinados a seguridad y defensa que permiten aumentar los destinados a generar derechos y bienestar a los ciudadanos. Todo el proyecto europeo tiene como destino la generación de los EEUUEE, y el camino es complejo y difícil, y lleno de trabas e intereses de naciones poderosas de nuestro entorno, y de visiones singulares dentro de la propia UE que hacen más arduo y complejo el trayecto, pero que de ser superadas alcanzaremos una estabilidad como unión sin parangón en la historia de la humanidad. Y en todo ese camino están comprometidas las naciones europeas. Sin embargo, la actual crisis económica ha representado un duro golpe al proyecto europeo. Si bien en la prosperidad todas las naciones muestran sus mejores semblantes, análogamente en la adversidad las naciones tienden a retraerse y olvidan la trágica historia europea que nos llevó al convencimiento de la colaboración entre los pueblos de Europa para construir una Unión Económica que evitara los antagonismos que nos llevaron a 31 años de guerras cruentas y otros casi cuarenta de guerra fría. La crisis económica intenta despertar y resucitar las ideas más retrógradas que acompañan a los seres humanos: xenofobia, discriminación racial, nacionalismo, identidades antagónicas... y en ello no se libra ninguna nación. Es la apelación al miedo la que hace posible la resucitación de conceptos nacionalistas y por lo tanto retrógrados; como si en Europa se hubiera olvidado los millones de muertos y las atrocidades vividas en nombre de esos principios que se sostuvieron como valores que fomentaron el antagonismo entre naciones y fomentaron el odio y la barbarie en suelo europeo. De ahí que se observe con coherencia la idea de expulsar a Hungría de la UE, y consecuentemente a todo país que con su actitud promueva el antagonismo entre naciones o etnias. Ellos han olvidado la historia reciente que hace posible la construcción de la UE.
Dicho esto merece el esfuerzo hablar de los Nacionalismos españoles. Por ello defiendo la idea de que España no es una Nación (en tanto que comporte idea de raza o cultura propia o singular, vanguardia de algo, sino un Estado conformado por la suma del pensamiento de sus ciudadanos, que lo hace previsible de acuerdo con el carácter español y que se diversifica Administrativamente - en cuanto a Estado -  en organización territorial autonómica y municipal para mejor adaptarse a la idiosincrasia de las sociedades que lo conforman - como análogamente lo hará la futura Unión de Estados Europeos, en cuyo camino nos encontramos) ni una Nación de Naciones, sino un Estado dentro de Europa y que aspira a formar parte de la Unión de Estados Europeos en un futuro más o menos próximo. Y por ello, en alguna medida, aspira a disolverse como Estado dentro de otro Estado superior conformado por el pensamiento de los ciudadanos europeos que definirán al Estado español dentro de una Constitución Europea.

Desde esta percepción futura a la que estamos abocados pese a todas las dificultades que nos encontremos, el sentido de libertad liberadora se encuentra más que en la identidad singular antagónica, en la identidad singular complementaria o integradora del proyecto común europeo (lo que me hace singular en mi entorno es precisamente lo que me vincula al entorno). Por lo tanto, alegar incompatibilidad con el Estado al que se pertenece requiere de una situación de grave arbitrariedad que no existe ahora (aunque algunos la pudieran desear), ni en formas ni en maneras, que justifique la cimentación de un edificio independiente. Y por otro lado, crear condiciones antagónicas que sugieran la incompatibilidad con un Estado de Derecho sabiendo que el camino final será de cierta disolución del Estado en otro Estado (EEUUEE) de mayor esfera, aprovechando una crisis coyuntural se antoja como argumento no sólo insolidario sino oportunista.

(El marco del problema (I))


Idiota es una palabra derivada del griego ἰδιώτης, idiōtēs, de ἴδιος, idios (privado, uno mismo). Empezó usándose para un ciudadano privado y egoísta que no se ocupaba de los asuntos públicos. En latín, la palabra idiota (una persona normal y corriente) precedió al término del latín tardío que significa «persona sin educación» o «ignorante». Su significado y la forma moderna data de alrededor del año 1300, del francés antiguo idiote (sin educación o persona ignorante). En 1487 la palabra idiotez pudo haber sido el modelo de analogía de las palabras «profeta» y de «la profecía».

(El marco del problema (I))

Si buscamos las diferencias existentes entre País, Región o Comarca en la esperanza de poder encontrar definiciones nítidas que permitieran delimitar con claridad unos conceptos de otros, podremos encontrar que las diferencias buscadas apenas existen o incluso que cada concepto ha ido evolucionando con el paso del tiempo. País e incluso Región o Comarca bien pudieran haber sido sinónimos entre sí dependiendo de la perspectiva cultural de quienes definían esos territorios.  País, Región o Comarca parecen términos vinculados a sociedades que tienen en común una cultura o un idioma vinculado a un territorio continuo aunque sus límites no pudieran siempre definirse con nitidez por la sencilla razón de que las culturas contiguas tienden a compartir o intercambiar costumbres y mezclar el lenguaje, debido, esencialmente al trato humano que es condición inherente a la actividad del comercio que de manera espontánea tiende a aparecer entre las poblaciones.  Si en algún momento esos conceptos de sociedades o territorios empezaron a tener relevancia lo fue, probablemente, ante los ojos de sociedades más organizadas u estructuradas con sistemas Administrativos muy complejos como lo pudieron ser los romanos, aunque éstos siempre tuvieron, probablemente, consciencia de que lo que expandían en su entorno era el modelo romano de su propia Ciudad-Estado. Modelo que se extendía por vastos territorios donde la estructura Administrativa era más simple o débil o sencillamente no existía. Así pues, de alguna manera, el concepto de País, Región o Comarca es una definición que emana desde una visión aparentemente  superior y que define conceptos vinculados a una cultura y a unas costumbres que se han estabilizado sobre un territorio, tal vez de manera espontánea,  en el que sus habitantes son reconocidos por esos rasgos por las culturas que los circundan. Y en ése reconocimiento existe el aprecio de una "singularidad" que porta esa sociedad y que le permite una estabilidad social y económica que define su propia identidad. Así pues, difícilmente puede entenderse que dentro de esa uniformidad social y económica existan diferencias tan esenciales que puedan promover la escisión interna de no mediar intereses políticos (de utilitariedad) que puedan generar un aparente mejor bienestar de una parte del país sobre la otra. La definición de País, Región o Comarca se vincula con la idea de estabilidad; estabilidad propia de compartir costumbres y cultura común.
Pero dependiendo de cómo definamos costumbres y cultura podemos limitarnos a una familia o clan o abarcar la práctica totalidad de la Humanidad - como ocurre hoy en día. Si costumbre es ir a trabajar todos los días (o aspirar a ello), tener una educación reglada, unos medios de comunicación, unos gobiernos de municipios, pagar unos impuestos, y tener un sistema de representación democrática, una cobertura sanitaria, un sistema jurídico y un sistema de seguridad, acceso a bienes de consumo....  estamos hablando de la cultura occidental y esta se extiende desde Europa hasta América y llega a Asia. Es lo que llamamos en el pasado - y parece que hemos olvidado - Aldea Global.

Aldea de pueblo, aldea porque la mayoría de los seres humanos aspiran a tener los mismos bienes y el mismo confort, y están sometidos a las mismas ventajas de su progreso económico y social, y las mismas adversidades que emanan de su tecnología y complejidad política. Todos estamos bajo las mismas reglas económicas y bajo las mismas amenazas de inestabilidad. Lo que hace un Estado vecino no nos es indiferente, como tampoco lo es la actitud política que tome una superpotencia. El mundo se nos ha hecho pequeño en todos los sentidos y nuestras decisiones políticas y económicas no resultan indiferentes a nuestros vecinos ni a la comunidad occidental a la que pertenecemos. Todos compartimos las consecuencias de la actividad económica y la de los valores sociales imperantes.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

¿Necesitamos que Rajoy tenga apoyos? o mejor consensos?


Aclaración previa: No soy persona que tenga una interpretación lineal de los conservadores, ni propios ni ajenos,  esencialmente porque he conocido excepcionales personalidades que reconociendo su visión conservadora de la sociedad como mejor forma de organización del Estado, en ello no perdían un ápice de su fuerte carácter social y humano, muy alejado de visiones sectarias o narcisistas que tanto desalientan a la gente con sentido común. Análoga disposición tiene mi ánimo en respecto de las personas, siendo todas singulares y, por ello, mereciendo el trato singular que reconocen las virtudes de cada cual y observan sus carencias no como defectos si no como oportunidades que se pueden concretar en el futuro para el bien de todos.
En todo lugar habitan personas con ideales, y no por ello se despegan del sentido común, y que no tienen más limitaciones que las que imponen los intereses utilitarios que a todo grupo que se sabe poder o alternativa de poder importa y por ello limita sueños políticos no por imposibles, si no tal vez por generar un vértigo que se antoja inasumible por unas circunstancias que se observan como insalvables. Ello lleva a proceder desde la seguridad que nos da lo conocido; aquello que nos asegura un resultado previsible en sus objetivos finales, y los daños colaterales los terminamos por asumir como inevitable precio. (y, sin embargo, siempre cabe preguntarse si aún existían opciones diferentes a las previstas).
El Presidente del Gobierno parece no precisar del apoyo del resto del espectro político para afrontar uno de los mayores retos con los que se enfrenta la Democracia española. Lamentablemente ello lleva a pensar que más que en una solución profunda del problema nacionalista en España, Rajoy se lanza - y en ello parece dar muestras - a buscar una rentabilidad política de la cuestión nacionalista más que a su canalización o resolución. Su primer paso, a unas pocas semanas de lo anticipado por el President Mas, no señala otra fórmula que ahondar en el antagonismo polarizante con la esperanza de obligar a elegir entre blanco o negro en las próximas elecciones generales y con ello intentar conseguir una mayoría absoluta de la cual hoy está lejos. Lo aparentemente grave de la cuestión es que - en medio del peligro que supone cerrar en falso este proceso independentista - se ponen en juego todos los miedos atávicos de los hispanos para buscar, además, un éxito electoral. Y lo triste es que algún ex-presidente de la izquierda se sume a este juego desde una posición confortable y segura (en medio de una grave crisis económica y política), aunque algunos creamos que por ello mismo carece de la autoridad requerida, precisa y decisiva en estos momentos en los que las declaraciones, desde la fortaleza moral (y ética) de una vida de entrega plena a la sociedad, son tan vinculantes para la sociedad.
Sócrates criticaba con agudeza - o así nos lo hizo creer Platón - la estructuración del poder en torno a las razones del más fuerte, des-argumentando que esas razones fueran las mejor fundadas. Hoy sabemos que es precisamente la suma de razones las que mejor encuentran soluciones a los problemas de las sociedades. Lo que de ello se aleja - por muy legítimo que técnicamente sea -, se separa de la concepción democrática que ahora concebimos como más positiva, y tiende a ceder las razones del más fuerte para dejarse influir por las razones de la razón - que albergan en todos, incluso en los no tan fuertes y, a veces, en los débiles o en los que se consideran ignorantes.
Resolver el problema de los nacionalismos requiere de realizar, al menos, una reflexión de las maneras que emplean otros países para ir resolviéndolos cuando emergen. Pero sobre todo es preciso diferenciar entre las soluciones de aquellos cuya tradición democrática es más veterana que la nuestra, y sobre todo atender a la actual situación política que nos rodea y la visión histórica que muestra nuestra forma de solucionar los problemas que nos aparecen en España.
Si el enfoque hispano se apoya en cuestiones testosterónicas (y en ello no se excluye al President Mas, sino todo lo contrario) nos encontramos con el hilo histórico que puede reforzar esa hipótesis y que dio lugar a la invasión árabe de Europa (enfrentamiento interno que no se supo resolver). Si entendemos que la guerra civil última también se fundamentó en incapacidad en resolver positivamente nuestros problemas podríamos entender que España es incapaz de resolver sus propios asuntos sin hacer concursar a potencias extranjeras en sus asuntos internos, por lo que la visión que de nosotros pueden tener en el exterior no es precisamente el de una democracia avanzada, por lo que se pueda concluir que no estamos al nivel de las grandes Naciones occidentales (como es nuestro objetivo).
Hagamos una sencilla reflexión: ¿Alguien hubiera pensado posible que en Gran Bretaña, a tenor del problema escocés, algunos de los generales del Estado Mayor hubiera podido atreverse a realizar declaraciones en la prensa británica al respecto? O tal vez sería concebible ello mismo en Alemania o Bélgica?. Por muchos respaldos que Rajoy pida a británicos y alemanes difícilmente sus declaraciones vayan más allá de un compromiso de "escenario" que tarde o temprano se cobrarán, de un país que no sabe, aún, resolver sus cuestiones esenciales sin pedir ayuda al exterior. Si lo dudan intenten el ejercicio inverso: Alemania y Gran Bretaña piden apoyo a Rajoy para mantener su integridad territorial por una amenaza política cuya resolución se encuentra en la esfera política (¿lo conciben?).
Parece que el problema español es de "inercia" de carácter; carácter que olvida que si faltan argumentos políticos ello tal vez se deba a la falta de profunda reflexión y coherencia en asuntos de capital importancia. Asuntos que la mera lectura jurídica de las normas no son solución por sí mismos (tal vez por la cuestión de coherencias) y que precisan por ello de un consenso que lleve a dar con la solución que permita resolver nuestros problemas sin recurrir a deber favores a gobiernos extranjeros que pueden acabar por sentirse incómodos ante este tipo de demandas de una nación que se considera a sí misma  grande y soberana (véase el vídeo de las declaraciones del Primer Ministro Británico y el gesto que realiza, previo a las palmaditas en las espalda que recibe del  Presidente español - y sabemos que los anglosajones gustan de realizar gestos explícitos hacia sus conciudadanos).
La actual situación política en España permite afrontar y resolver problemas que se encuentran en nuestros "genes" desde hace cientos de años. Problemas que, si sabemos resolver, sí nos remiten al estatus de gran nación, y no porque nadie del exterior lo diga, sino porque sentiremos habernos despojado de lastres milenarios, algo que sí han conseguido naciones que nos rodean - pero parece que nosotros aún no.
La solución última no debería pasar por un mandato al ejercito de la naturaleza del 34; ello no sólo no nos pone en la línea correcta sino precisamente en la contraria: aquella que nos hace capaces de repetir nuestra historia menos idónea.
La situación actual demuestra que no hemos sabido resolver nuestro sentimiento común. Y en ello tiene mucho que ver las heridas y cicatrices que se generan cuando una herramienta destinada a defender nuestra libertad es empleada para cercenarla. La transición del 78 se asentó en la convicción de que el pasado era superado para generar la fe que daría lugar a un verdadero espacio de tolerancia y convivencia. La cicatriz se muestra cada vez que un general olvida que, como instrumento legítimo del uso de la violencia, debe de abstenerse de todo tipo de declaración pública - pues en ello deja de ser herramienta del pueblo de España y de su soberanía, para pasar a erigirse a sí mismo y mostrarse ante la sociedad como criterio alternativo al que legítimamente emana de la sociedad a través de las urnas.
Una situación similar la protagonizó el general "Swarford" en la 1ª guerra del Golfo cuando en los medios de comunicación, dentro del parte diario de guerra, mostraba libre el camino a Bagdad y su expresión corpórea animaba al objetivo militar sin reflexionar sobre las graves consecuencias que ello derivaría (y que los analistas políticos evaluaron durante tres días y que llevaba a la confrontación nuclear con la URSS, como advertía Gorbachov en un documento televisivo vetado durante esos tres días de reflexión, por la censura de guerra occidental) (no somos tan libres como creemos).
Con esto no quiero decir que el President Mas no merezca un verdadero reproche por parte de toda España (incluida Catalunya) y que sea avocado a finiquitar su actividad política; Pero ello hay que ganarlo en los templos de la razón que es el verdadero lugar donde se ganan las batallas (y esperemos que no sea necesario, luego, escenificarlas). Y si bien la aparente corrupción que afecta a Convergencia es una potente razón que hace pensar sobre si un posible cambio centralidad en Catalunya será realmente un paso hacia el bienestar o un simple ascenso de sus dirigentes a mayores cotas de poder (sobre todo económico)  del que no han terminado de alejarse de viejos métodos mercantiles que ofenden  a su propia sociedad y al resto del país.
El President Mas, después de sus declaraciones soberanistas realizó en escenas de tv, un apoyo expreso a los Mossos de Esquadra en una escenificación que parecía sugerir que les atribuía el soporte de la defensa "legítima" del proyecto de emancipación. Ello, de ser correcta la interpretación, es deplorable en sí mismo, porque apela el President Catalán no al sacrifico personal de sí mismo con su proyecto sino que vincula el destino de civiles sobre el cual sustentar una historia, hasta ahora etérea, que puede acabar materializándose de la manera más triste y absurda, y sobre la cual apoyar un soberanismo futuro. Así mismo también se han hecho referencia amenazantes que aseguran que la guerra civil pasada tuvo su base en el independentismo catalán - declaraciones atribuidas a Mas. De ser todo ello cierto nos encontramos en un antagonismo polarizante entre dos Presidentes que no parecen dejar espacio y posibilidad de estrategia diferente que la del enfrentamiento. ¿Hubiera estado acertado el Primer Ministro Británico con una estrategia similar para Escocia?
Además el marco de "peligro" parece que será usado también electoralmente por Rajoy. Volvemos a olvidarnos que un consenso a fondo sobre este asunto tal vez hubiera sido ventajoso, pero parece que nunca lo sabremos porque, simplemente, no está en la agenda del Presidente Rajoy.... La consiguiente cuestión será Euskadi (¿?)
Si nos falta una visión estabilizadora que abarque todo el país nada servirá de nada, estaremos avocados a repetir cíclicamente nuestra historia. La única propuesta que va en esa dirección (la tercera vía) no merece el análisis del Presidente del Estado ni de sus asesores (¿?).
Si todo es así, las acciones del Presidente Rajoy, además de no solucionar el problema lo diferirá hacia el futuro inmediato.
La única posibilidad de solución del problema nacionalista pasa por un acuerdo con el PSOE y los Nacionalismos democráticos, sobre el marco de la estructura administrativa del Estado y la evidente inviabilidad que supone la independencia de cualquier autonomía para alcanzar el estatus de estado independiente. Es inviable concebir que los recursos generados entre todos, y que determinan nuestro nivel de vida y seguridad,  estén sujetos a interpretación selectiva de las normas a fin de construir una historia paralela que desemboque en un antagonismo con quienes han suministrado recursos naturales, humanos y materiales; e incluso ha sacrificado oportunidades propias por favorecer una estabilidad política o económica más favorable para el conjunto del país y que ha podido acabar favoreciendo a unas regiones determinadas que, ahora puedan acabar por manifestarse insolidarias, e incluso más allá: antagónicas.
Alegar que el problema viene del carácter español y la solución es separarse de él no sería más que el aplazamiento temporal del verdadero problema a enfrentar: La naturaleza utilitaria del ser humano que ejerce la acción política (y política acabamos haciendo todos, de alguna manera, en nuestras vidas). Por lo que tarde o temprano nos tendríamos que remitir al mismo problema en el territorio que alegó esta razón para separarse. El señalamiento de la corrupción de CDC no es más que una llamada de atención en ése sentido y que avoca a una reflexión, no sólo por Catalunya sino por todo el país y en todo el mundo occidental.
Si en vez de huir de los problemas (como hacen los soberanistas catalanes) reflexionemos con fortaleza y valor sobre ellos: y en ése sentido cabe pensar en las raíces de nuestros temores nacionales que este problema soberanista evoca; sobre todo después de que se afirmase de que la verdadera causa del enfrentamiento civil fuera Catalunya. El President Mas pretende, de ser ello cierto, estimular aquellas emociones más vertiginosas y añejas de las historia de España para generar una re-gresión en la sociedad con la cual autoafirmarse y justificarse interna e internacionalmente: España, incapaz de recorrer un verdadero camino de futuro democrático, recurre a la violencia para resolver sus problemas identitarios... otra vez.
Se dice que las personas, como las Naciones, ante las mismas  dificultades tienden a responder de la misma manera y, por lo tanto son previsibles. Eso mismo parece pasarle a Rajoy, que parece haber entrado al trapo del "matador" Mas, y empieza a ser previsible y coherente con formulas que reflejan más miedo que valor para enfrentar un futuro diferente.
Rajoy, como responsable del PP debe de re-conocer la vinculación afectiva que aún queda en su partido con el Dictador Franco. Mantener ése vínculo con el pasado es justificar una vía de solución violenta y autoritaria para los problemas de España, y con ello, habilitarla cuando sea necesario. Por ello el deber del PP - como lo es el de los partidos conservadores europeos respecto del nazismos que Franco apoyó e imitó - es alejarse y sumergirse plenamente en el debate con la oposición para pactar un itinerario de salida a este problema y, a la vez, darle un portazo a cualquier resurrección de métodos y vías de solución que estén vinculadas afectivamente con un pasado que debe de ser deplorado. Pues en caso contrario habrá gente del PP que sólo le guste la democracia en la medida en que ésta le habilita para expresarse en modos y maneras pasadas.
La verdadera solución pasa por ir hacia adelante y, si es posible (lo sea o no parece necesario), de la mano con la oposición.

Rajoy sí necesita ayuda para resolver este problema. Esperemos que se dé cuenta a tiempo. Porque, de otra forma, Mas puede acabar ganando la batalla de la opinión pública europea.