Me meto dentro de mí y escudriño mis recuerdos en busca de claves. Sentir… sentir… todo eso es lo que recuerdo… sentir y alegría… tristeza… angustia… miedo… Son los recuerdos de la infancia asociados con las personas que los transmiten. Teniendo ganas de ser “mayor” … porque el entorno se empeña en señalarte que eres niño para todo y no “sabes” nada (ni derecho a hacer nada ni a tener opinión); aunque mirando con perspectiva, poco o nada tampoco “ellos” sabían (viviendo en un engaño permanente y sostenido por el vértigo).
Y ves a la gente (ya mayor) y piensas que en esta vida poco o nada se avanza y que habrá que volver para ver si los designios del Cielo te permiten en otra lo que en esta te dificultaron. Y mirando más profundamente te das cuenta que el papel que viniste a hacer ya lo hiciste; estaba impreso en tu ADN, y la transmisión se hizo al entorno. Tal vez no se pudo hacer aquello que significaba un “plus” y que tenía que ver más con uno mismo que con los designios del Cielo (que siempre se cumplen). La tarea encomendada, la principal se sostuvo y tuvo éxito por el propio carácter y las cualidades personales. Y la tarea que tiene que ver con la superación personal adquirió ciertos méritos (que alcanzados sugerían otros más), por eso parece que siempre la meta está más lejos y nunca se alcanza. Y también ves que la potencialidad que uno posee es mucho mayor que lo que puede plasmar.
Pero todo se cumple (en cada uno). A veces basta con una mirada; otras con una tarde; otras con una vida o con la ausencia de la misma. Todo se cumple en nosotros y en los demás.
Lo de menos es cómo nos lo tomemos nosotros… eso es algo pasajero… algo que al final apenas tiene importancia y que al final se olvidará.
Por eso la vida se vive (lo que toca) y el mérito está en los valores que pusimos en juego. Y cuando nos pusieron al límite qué es lo que habitaba en nosotros. No importa que otros tuvieran éxito desde el engaño y la impostura (eso sólo es apariencia y misterio – tal vez sólo nivel energético). No importa que el que tiene el poder (en un momento dado) sea un infame o sirva a los más viles sentimientos de su frustrada vida e incluso no importa yacer y morir por esos infames. En el recuerdo se encuentra la verdad y si la queremos tapar, en el momento de la muerte nuestra consciencia reclamará, de una manera u otra, la Verdad (nuestra verdad).
Y mientras tanto, para unos la vida es andarse por los “extremos” haciendo creer que se va por el “centro”, mientras otros – andando por el centro – se les hace pasar por que andan por los “extremos”. Todo apariencia.
Y ves a la gente (ya mayor) y piensas que en esta vida poco o nada se avanza y que habrá que volver para ver si los designios del Cielo te permiten en otra lo que en esta te dificultaron. Y mirando más profundamente te das cuenta que el papel que viniste a hacer ya lo hiciste; estaba impreso en tu ADN, y la transmisión se hizo al entorno. Tal vez no se pudo hacer aquello que significaba un “plus” y que tenía que ver más con uno mismo que con los designios del Cielo (que siempre se cumplen). La tarea encomendada, la principal se sostuvo y tuvo éxito por el propio carácter y las cualidades personales. Y la tarea que tiene que ver con la superación personal adquirió ciertos méritos (que alcanzados sugerían otros más), por eso parece que siempre la meta está más lejos y nunca se alcanza. Y también ves que la potencialidad que uno posee es mucho mayor que lo que puede plasmar.
Pero todo se cumple (en cada uno). A veces basta con una mirada; otras con una tarde; otras con una vida o con la ausencia de la misma. Todo se cumple en nosotros y en los demás.
Lo de menos es cómo nos lo tomemos nosotros… eso es algo pasajero… algo que al final apenas tiene importancia y que al final se olvidará.
Por eso la vida se vive (lo que toca) y el mérito está en los valores que pusimos en juego. Y cuando nos pusieron al límite qué es lo que habitaba en nosotros. No importa que otros tuvieran éxito desde el engaño y la impostura (eso sólo es apariencia y misterio – tal vez sólo nivel energético). No importa que el que tiene el poder (en un momento dado) sea un infame o sirva a los más viles sentimientos de su frustrada vida e incluso no importa yacer y morir por esos infames. En el recuerdo se encuentra la verdad y si la queremos tapar, en el momento de la muerte nuestra consciencia reclamará, de una manera u otra, la Verdad (nuestra verdad).
Y mientras tanto, para unos la vida es andarse por los “extremos” haciendo creer que se va por el “centro”, mientras otros – andando por el centro – se les hace pasar por que andan por los “extremos”. Todo apariencia.
El cielo azul puede derrumbarse sobre nosotros Y la tierra y puede colapsar No me importa si me amas No me importa el mundo Hasta esa mañana mi amor inunda A medida que mi cuerpo tiembla en sus manos Yo no atiendo los problemas Mi amor porque me quieres► 4:13► 4:13 Yo iría hasta el fin del mundo Sería un rubio Si me preguntan Me gustaría ir por la luna Me gustaría ir a robar la fortuna Si me preguntan Me negaría a mi patria Me negaría a mis amigos Si me preguntan Si se ríen de mí Haría cualquier cosa Si me preguntan Si un día la vida te arranca de mí Si usted muere o estás lejos de mí No me importa si me amas Para mí, yo también moriría Tendremos la eternidad para nosotros En la inmensidad azul En el cielo sin problemas Mi amor crees que nos amamos unos a otros Dios reúne a los amantes
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