No viven en pecado quienes se aman (que representan toda la bondad, compasión y afecto del ser humano)… sentimiento que mueve el afecto y el apego, y resultante y productor de una serie de emociones, experiencias y actitudes.
Viven en pecado los que no se aman.
Viven en pecado los que no se aman.
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/07/30/actualidad/1343670885_426201.html
Una calle en Barracas al Sur,
una noche de verano,
cuando el cielo es más azul
y más dulzón el canto del barco italiano...
Con su luz mortecina, un farol
en la sombra parpadea
y en un zaguán
esta un galán
hablando con su amor...
Y, desde el fondo del Dock,
gimiendo en lánguido lamento,
el eco trae el acento
de un monótono acordeón,
y cruza el cielo el aullido
de algún perro vagabundo
y un reo meditabundo
va silbando una canción...
Una calle... Un farol... Ella y el...
y, llegando sigilosa,
la sombra del hombre aquel
a quien lo traiciono una vez la ingrata moza... (1)
Un quejido y un grito mortal
y, brillando entre la sombra,
el relumbrón
con que un facon
da su tajo fatal...
Y desde el fondo del Dock,
gimiendo en lánguido lamento,
el eco trae el acento
de un monótono acordeón...
Y, al son que el fuelle rezonga
y en el eco se prolonga
el alma de la milonga
va cantando su emoción.
(1) Gardel, en la versión de 1925, canta:
"a quien infiel le fue una vez la ingrata moza".
una noche de verano,
cuando el cielo es más azul
y más dulzón el canto del barco italiano...
Con su luz mortecina, un farol
en la sombra parpadea
y en un zaguán
esta un galán
hablando con su amor...
Y, desde el fondo del Dock,
gimiendo en lánguido lamento,
el eco trae el acento
de un monótono acordeón,
y cruza el cielo el aullido
de algún perro vagabundo
y un reo meditabundo
va silbando una canción...
Una calle... Un farol... Ella y el...
y, llegando sigilosa,
la sombra del hombre aquel
a quien lo traiciono una vez la ingrata moza... (1)
Un quejido y un grito mortal
y, brillando entre la sombra,
el relumbrón
con que un facon
da su tajo fatal...
Y desde el fondo del Dock,
gimiendo en lánguido lamento,
el eco trae el acento
de un monótono acordeón...
Y, al son que el fuelle rezonga
y en el eco se prolonga
el alma de la milonga
va cantando su emoción.
(1) Gardel, en la versión de 1925, canta:
"a quien infiel le fue una vez la ingrata moza".
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