Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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martes, 11 de julio de 2023

Fue a BCN porque "el listo" de la familia "le dijo" que lo hiciera

 Fue a BCN porque "el listo" de la familia "le dijo" que lo hiciera

El relato de ciertos acontecimientos que va recordando el hijo, viene siendo condicionado “la lógica mundana” y eficaz del ámbito materno, que busca que le hijo se instale wasatp para (nuevamente) poder tener un medio económico e instantáneo donde, día a día y hora a hora, poder “determinar” en este hijo, “qué debe pensar” y cómo sobre lo que él mismo hubiera vivido en BCN (y que ese mismo entorno “apostara” a que no saliera de ese laberinto de soledad, peligro y delincuencia “gratuita” que supone vivir en las calles, día y noche, de BCN, durante casi dos años; con su propia familia, tanto directa como indirecta, cruzada de brazos “esperando acontecimientos” que pusieran punto y final al “problema con este hijo”).  

Ayer el hijo recordara qué tipo de argumento expusiera en tío carnal del padre

(con el que el padre de este no se hablara desde hiciera ya prácticamente 30 años - desde que el momento de la separación – en que este padre/madre de este hijo - “viera con claridad” que gran parte de su propia familia hubiera sido persuadida por “un relato” de esta progenitora  al que nunca tuvo acceso para rebatir ni siquiera para ser consciente de lo que esta progenitora viniera “tejiendo” desde hacía ya unos cuantos años, prácticamente desde el nacimiento del primogénito que en estas circunstancias se ve hoy en día. Y que le confesara al padre recientemente, que cuando viera que ya no volvía a casa – por el inicio de la separación entre sus progenitores – empezara a llorar cada día, todas las noches).

Ese personaje se hubiera descrito con meridiana claridad en este blog. Ya cerca de los ochenta años de edad, siempre fuera conocido por su “duro y agrio” carácter; tendente siempre a la violencia verbal y física en todo momento, tanto que intimidaba y daba miedo contradecirle en cualquier asunto por muy liviano o superficial que fuere.

Procedente de una familia desestructurada por la Guerra Civil, donde las pretendidas “mentiras piadosas” sobre el destino del progenitor de este personaje, fueron tapando durante decenios de años, una realidad mucho más dura y preocupante de lo que esa “mentira piadosa” que al parecer concebirá su propia madre (y bisabuela de este hijo) tal vez aconsejada así “para amortiguar”, de la manera mejor posible, un hecho, ante una sociedad de una pequeña ciudad castellano-manchega, en la que debieran vivir estos hijos huérfanos de padre, en un ambiente social que, sin duda, iba a estigmatizarlos, no por ser hijos de “perdedores” de esa guerra civil (como pudieron serle decenas de miles de familias que perdieran desde el bando republicano a padres o hermanos) sino si quiera, los perdedores iban a “acoger” a esta familia ya “monoparental” por las circunstancias, sino que su situación de marginalidad social, al parecer sólo podría tener esperanza de cierto futuro si “alguien” se apiadara de una joven madre de unos venti-pocos años - con dos niños pequeños que tuvo que sacar adelante “sola” y con sus propios medios. De alguna manera así sería, cuando en 1944-45 aproximadamente, tuviera un tercer hijo con una persona que sí le daría cierta cobertura emocional para expresar lo que entonces “estuviera prohibido expresar” y al parecer, toda la familia también tuvieran miedo que se expresara en medio de un régimen de “ganadores” que de alguna manera se hallarían “ebrios” del triunfo de su propia “verdad” a la que todo este país tuviera que rendir “pleitesía” – entendieran bien o no entendieran bien las causas de una guerra, y donde el luto y el horizonte sombrío sería el destino de la sociedad hasta que sobre mediados de los años 50 el mundo anglosajón, ya seguro de que el nuevo régimen no tendría más salida que “dejarse llevar”  impulsara la economía y la visión de empresa en este país lleno de pobres y hambre, cambiando la fisonomía de sus gentes y llevándola a una modernidad “conforme” con  los principios del “libre mercado” tal y como lo concebía el propio mundo anglosajón.

Las mentiras y el no poder saber la verdad ni acercarse a ella, porque todo son relatos sesgados por la confusión y el miedo,  harían tanta huella y tan impresa en esos “huérfanos de guerra” que no hubiera para ellos “relato alternativo” para autoafirmarse ante los vencedores. No acogidos por “unos u otros” seguramente sufrirían las burlas de sus compañeros de juegos de calle, de las miradas aviesas, de las palabras “escondidas” “tapadas “con una “mano en la boca”; de “secretos” como “no lo saben” “no se lo digas” (su padre no moriría de enfermedad en la cárcel, como la bisabuela diría ante una posible realidad mucho más amarga que realmente pudiera “demoler” la vida de esos dos niños) habría sido fusilado por deserción en el bando republicano, al tocarle la lotería estando en el frente de guerra, en una unidad de ametralladoras. Se podría especular que siendo probablemente el año 1938 – cuando se reinstaurara ya los sorteos de lotería en ambos bandos enfrentados – le tocara ese premio cuyo billete podría significar, sí o sí, aparentemente lo contrario de lo que pareciera que fuera. Un premio de miles de pesetas, en un billete en un frente de guerra cualquiera, en el bolsillo de cualquier soldado de primera línea, seguro que fuera, más que una bendición, una “sentencia de muerte” (Sï o Sï) hiciera lo que hiciera esa persona que tendría a su vez unos vienti-algo de años y que “seguro” de ver y pensar lo que pensara el lector de este artículo, él mismo partiría (cuando las probables miradas codiciosas de alguno de sus compañeros de milicia, le helaran el alma y el corazón, y viera oportunidad de marcharse sin que nadie le viera para no dar un pretexto de fuga; quien sabe si hasta los mandos cercanos “soñaran” en hacerse con ese codiciado y siempre soñado premio que en tiempos de paz parece que a todos sacaría de cualquier problema, o emergencia, con rapidez pero que en tiempos de guerra, guardado en un bolsillo, se convertiría en “blanco” de todas las miradas en cualquier momento del día y fuera a donde fuese esa persona en su quehacer cotidiano, analizando “cómo hacerse con él” sin que nadie lo supiera, y luego buscarse un argumento para alejarse del frente y, quién sabe! una vida nueva lejos de la guerra. Volverse a casa, contarlo a su propia familia de sangre, solo serviría para ser entregado a la Guardia Civil republicana y esta llevarlo a Valencia a un Consejo de Guerra, donde la bisabuela, probablemente “desesperada” por su propia tragedia, empleara tal billete en desplazarse a Madrid, hablar con Miaja (extremo confirmado por la familia superviviente a mediados de los años 80) pedir una clemencia imposible en tiempos de guerra, y por último desplazarse a Valencia a despedirse de su propio marido, probablemente concibiendo o siendo asesorada para establecer una mentira que (aunque llevara a sus dos hijos al caos de la confusión) al menos tendrían una “oportunidad” de salir delante a pesar de que las sociedades, a veces demasiado centradas en sus propios sufrimientos, buscaran siempre “chivos expiatorios” donde descargarse. Que fuera fusilado también sería confirmado por la misma persona, pariente, en el mismo día que intentara revelar una realidad que al parecer “quisiera desprenderse de ella para siempre” (curiosamente, no terminó de creerle esta persona - que se describe aquí como un bruto lleno de ira siempre a punto de estallar, al que daba miedo y prevención contradecir en cualquier circunstancia - en ese momento y sería la progenitora de este hijo, quien a comentarios de lógica militar de guerra del padre – ya pacifista y objetor de conciencia – la progenitora viera con claridad meridiana y s e apropiara del argumento de padre/madre de este hijo, para presentarse como “visionaria” ante una familia de progenitores cuyos maridos trabajaban en fábricas, les gustaba el futbol y se “tragaban” lo que sus mujeres “acordaran” como conveniente verdad en toda situación familiar evitándose así problemas para los que no tenían tiempo).

Este  personaje no estaba casado, y cuando lo estuvo se separó rápidamente (al parecer, pensara que hubiera mejores opciones, al ver a su sobrino, y padre de este hijo, con mujer, que aunque mayor en 4 años que su sobrino y ya divorciada con 26 años, no pareciera para él ni nadie de la familia de ese ámbito problema alguno, dada la experiencia vital vivida en primera persona a raíz del azote devastador de la guerra; hizo “fortuna” en Alemania, aprendió francés e inglés, y a la vuelta compraría una casa a su madre trayéndola a esta ciudad con su hermano menor quien ya era acogido por los abuelos (de este hijo) y padres de este padre/madre de este hijo, para abrirle las puertas del mundo del trabajo en dos alternativas: mecánica del automóvil (actividad de parte de la familia del abuelo que se casara con la primogénita que quedara huérfana de padre en la guerra junto con este “extraño” y salvaje hermano) que no le gustara porque la grasa no se le iba de las uñas (y eso para ligar siendo de 14 años en adelante, era un verdadero problema para él), por lo que se inclinaría por la tapicería (como otros parientes y primos de estos que quedaran huérfanos) y que era también oficio del mismo ámbito familiar paterno de este hijo.

De Alemania volviera “modernizado” y a todos enseñando lo que realmente fuera relevante de las libertades y las limitaciones de esta, en la propia Europa central. Entre uno de los relatos señalaría que “había que irse” con lo puesto al mundo y abrirse camino para “hacerse un hombre” era lo que se hiciera en Europa Central en los siglos XVI con los hijos; si volvían eran unos Hombres sino, si morían era que no merecieran vivir (el personaje como hijo de viuda no hiciera la mili, o tal vez argumentara otra cuestión) y ese relato lo reiteraría delante de este hijo, su madre y más personas hace tres años, haciéndole creer a este hijo que su padre, al protegerle y ampararle en su casa, realmente le impedía ser y hacerse un hombre y desde ahí construyérase el relato de que el padre lo tuviera “preso y encarcelado” sin dejarle ir a ningún sitio. Y de hecho, en busca de “hacerse un hombre” se marchara a Tarragona y luego a BCN; siendo sus llamadas al padre así como sus emails relatos del hijo de lo que le aconteciera allí en penalidades graves y ya allí señalara como causante de su desgracia al tal personaje, y en todo lo escribiera y clamara pro su brutalidad.

Todo ello se ha pretendido tapar a base de azúcar y monólogos maternos, donde al hijo le imbuye de nuevo el apego a la propiedad y bienes (que ese entorno dice le va a disponer para su vida) sin duda para “aislar” a este cordero y dejarlo rodeado de lobos nuevamente.

EL hijo, que con su padre habla de valores y principios, en cuanto llega la progenitora entra en la atmósfera de los bienes materiales que fuea a tener, poder viajar, cmo le sigue sugiriendo esta progenitora, e incluso, ante la aplicación móvil para que le envíen dinero del que padeciera escasez en BCN por acoso y vigilancia de la calle en que un desamparado fuera de vez en cuando a cajeros, la aplicación para él la ve como mejor oportunidad y le dice a la progenitora que le mande dinero al móvil y esta le dice que si quiere le da uen metálico un billete de 10 euros. (¿Sabe o no sabe lo que hace esta señora con este hijo delante del mundo de la Salud Mental y los Servicios Sociales?, del que el hermano de este hijo es grupo A de la DGA e iniciara todo el procedimiento judicial contra su hermano y que la progenitora dice al hijo que “no se acuerda de nada” – con un par!!! Haciéndose la inocente la sinvergüenza ante este hijo para que vuelva a confiar en ella.

ES síndrome de Medea o no? (señores de Salud Mental y Servicios Sociales)

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