Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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sábado, 9 de noviembre de 2019

Gloria Labarta (Calumnias Injurias y Otras Mentiras)



Buscando hace un tiempo por internet, pues me sonaba mucho el nombre de una letrada que pertenecía a un despacho de abogados desde finales (creo) de los ochenta o así, que parecía muy beligerante con asuntos de separaciones matrimoniales para defender a las mujeres. Está bien, en principio, pues siempre fueron las mujeres esa parte de la media humanidad que sufría los excesos de los poderes autoritarios (en especial en las dictaduras) y cuando no paternalistas que las había arrinconado en la historia del devenir de las sociedades – al menos las occidentales (pues se sabe que hubo culturas asentadas bajo la perspectiva del orden instaurado y ejercido por la mujer, como en la amazonía, al menos que se sepa mi persona). CALUMNIAS, INJURIAS Y OTRAS MENTIRAS no se lo pierdan porque no tiene desperdicio la experiencia que aporta este letrado de la misma ciudad que la mencionada señora (que suele aparecer en los medios de comunicación como señora que ama el amor y la libertad de las personas; pero que a juicio de otros no parece más que una puesta en escena teatralizada para ganarse simpatías en las redes y en los medios de comunicación; pues a tenor de lo que viene a decir Bueno Mateo en su blog sus clientas, algunos de ellas, suelen se aficionadas a las calumnias, injurias y otras mentiras que dejan petrificado a cualquiera que se tropiece con ese despacho, como le ocurrió a mi persona hace 26 años y ahora a un hijo, pero no porque esté casado y se divorcie sino porque es la misma madre quien en un aparente odio a todo lo masculino parece ir contra el hijo bajo la idea de “Monchausen por poderes”: Odiar y hacer daño al hijo porque le recuerda al padre; (sin pensar que tal vez los hombres tengan la misma respuesta ante su presencia porque ella no modifica su actitud ante los hombres, y parece que esta madre ya metiera a alguno en la cárcel y luego lo sacara, retirando denuncia, bajo sus condiciones féminas).
En una ocasión les señalara mi persona, a ambas, aunque a la letrada no la conozco ella dice conocerme por lo que de mi viene contándolo mi ex desde hace 30 años (por lo que ella sí parece presumir de que me conoce y hasta pudiera ir comentando de ello o apoyando o avalando la “versión” de la madre y ex que justificara su actitud hacia mí en la sociedad, y ahora sobre la de mi hijo y suyo) y e s presumible que  como amiga y asesora de mi ex, esta recepccione las respuesta que les he ido dando en las múltiples llamadas telefónicas que he recibido de ese entorno feminista y que ellas ahora dicen no reconocer haber realizado (porque a tenor de lo que sucede al hijo, el padre se pone las pilas para defenderlo de múltiples nuevas agresiones de un entorno, a mi juicio, bien enfermo y creo que de ello este artículo dará alguna prueba) Así que a sus reclamos de subida de pensión alimenticia, por medios telefónicos y sin documento alguno a la vista – solo con el argumento “Yo lo digo” (y seguro que la Labarta estaba a la escucha, pues al finalizar la conversación y preguntar a la madre: Puedo comunicarme contigo por medio de este número de móvil; contestó: No. Era obvio que el teléfono móvil era prestado del entorno para realizar esa coacción económica) – así que les dije a ambas: Antes de meteros en juicios y acosar con ellos a hombres y maridos (en ocasiones como esta, solo bajo la idea de porque yo lo digo – Gloria me avala) deberíais haber solucionado vuestros problemas con los padres, hermanos o tíos familiares – que la madre los tuvo, parece ser y mucho, pues saliera de casa huyendo a matrimonio que rompió rápidamente sin tener frutos de hijos, y como ella decía por entonces, para salir de la casa materna.
Así que parece ser que tenemos personajes que no pudiendo pasarles facturas a sus imagos masculinas o paternas, buscan proyectar sus “mierdas” sobre el primer “ingenuo bien intencionado” que se crucen en el camino y hacerle pagar (la una y la otra) todas las frustraciones acumuladas en esta vida y que no resuelven, ni compensan, ni resarcen por mucha libertad de todo tipo que usen para su intento de satisfacción personal. Ahora le toca al hijo – alucina. Y cuida que en cuanto entre en la esfera judicial tendremos algún nuevo salva patrias (quiero decir caballero andante) que se brinde a aplicar la ira de la madre contra el hijo para  a ver si ello la satisface ya de una vez (pero le digo que si actúa a si luego tenga el valor de seguir el resultado de esta señora por los juzgados y las consecuencias generadas en el pasado contra unos y otros, y las que pretende en el presente y futuro) – además de ser aficionada a ingresar a quien se deje de su entorno en un psiquiátrico (sea hijo, amiga, o artista que pasa por un bache – y que tengan que rescatarla aprisa y corriendo ante la evidencia de la “manía” de la madre a quienes, inexplicablemente, el mundo de la psiquiatría es receptiva hasta que comprueba la metida de pata – pero esta tía , esta madre y esta letrada, siguen libres haciendo de las suyas….. y nadie les para los pies).
Vamos, estamos ante un par de expertas en Democracia y Amor. Ahora aplicada al hijo (vergüenza me daría ser abogado y dejar pasar el asunto porque "me siento cómodo en mi actual posición social y no quiero que nadie se incomode conmigo").

Bueno Mateo: (Si se separa de) una madre «de verdad», en este caso tampoco tendrá problemas –salvo los propios de toda ruptura civilizada–; (pero si) (l)o que la que era su pareja sea una triste y simple «progenitora»En este último caso prepárese, porque además de que pueda encontrarse con alguna denuncia falsa, se puede encontrar con todo tipo de calumnias, injurias y, sobre todo, mentiras que, en mi opinión, son peores que las denuncias falsas e incluso que los maltratos –ante una denuncia falsa te puedes defender, puedes demostrar tu inocencia y quedar absuelto, y ante los maltratos te puedes escapar, rompiendo la relación con el maltratador o maltratadora, e incluso denunciarlo o denunciarla–.Sin embargo, ante las calumnias, injurias o simples mentiras la defensa es más difícil, además, ya saben, «Critica, que algo queda…». 

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