Recuerdo tu trabajo sobre el naufragio, me impresionó
gratamente por lo impresionante del mismo; pero hasta ahora no
comprendí la profundidad del vinculo.
Te admiro y aprendo todos los días de ti. Me vuelves del
derecho y del revés; se lo comenté a un amigo ayer, a Michel. Me das cien
vueltas y me pones boca abajo; y luego me llevas por parajes desconocidos y mi
alma observa por dónde me haces transitar. Un viaje increíble que me transforma
cada día; eres un mensaje divino. Un hijo enseñando al padre. Un hijo
llevándole por parajes insospechados en los que se alterna incertidumbre,
inseguridad, temor, fe, confianza, y sobre todas las cosas la fuerza de tu Amor
por ofrecerse.
Había un brujo que quería obstaculizar la inocente sabiduría
de unos niños. Y cada vez les ponía pruebas más duras, en la esperanza de que
ese laberinto que tejía sobre sus mentes, se convirtiera en un lugar sin
salida.
Cuando se acercaban cerca de la salida, el brujo les
conducía hacia otra dificultad y ampliaba ese laberinto una y otra vez. Cada vez era más grande el
laberinto y cada vez parecía más imposible salir de él.
Pero el brujo no se daba cuenta de que cuantas más
dificultades les ponías, cuanto más grande y ancho hacía el laberinto, más
experto se iban volviendo.
Un día, cuando estaña a punto de salir del todo, el brujo temió
por él y les lloraba: No soy malo porque quiera serlo, sino porque me han hecho
malo.
Se compadecieron de él, pero comprendieron que él eligió,
ente la dificultad de la vida, ser malo; así que él debería resolver su propia
maldad.
En ese momento los niños comprendieron que el laberinto no
existía en realidad. El brujo les había hecho creer en él y por eso estaba ese
laberinto allí. Deberían salir pronto para no quedar atrapados. Pero uno de
ellos quedó.
Parecía que nunca podría salir de allí, pero recordó que un
día le dijeron:
Por mucho que parezca que todo estuviera perdido; por mucho
que parezca todo nuevamente oscuro, confía. Porque fuera del laberinto hay
personas buenas que saben que estás dentro de él; y están dispuestas a hacer lo
necesario para sacarte de él. El brujo no se saldrá con la suya.
Todos tienen un laberinto y aveces desean que su laberinto sea el de todos. Se equivocan, sólo es su laberinto. Por eso hay que cuidarse en caer en los laberintos de otros, pues no son los nuestros, sino los suyos.
Por eso....lo conseguirás. Lo conseguiremos. (tal vez entre todos)
Todos tienen un laberinto y aveces desean que su laberinto sea el de todos. Se equivocan, sólo es su laberinto. Por eso hay que cuidarse en caer en los laberintos de otros, pues no son los nuestros, sino los suyos.
Por eso....lo conseguirás. Lo conseguiremos. (tal vez entre todos)
https://es.wikipedia.org/wiki/La_balsa_de_la_Medusa
No hay comentarios:
Publicar un comentario